ENERO FEBRERO 2025

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Misioneros

LA LUCHA CONTRA EL RACISMO EN PUERTO RICO

Puerto Rico, una isla famosa por su vibrante cultura y diversidad, sufre aún profundas desigualdades raciales, especialmente contra su población afrodescendiente. A pesar de las leyes que buscan erradicar el ... pág 4

AMAZONÍA, MEMORIA Y ESPERANZA

Hace unos meses se celebró el V Encuentro de la Iglesia en la Amazonía Legal, que reunió en Manaos (Brasil) a obispos y representantes de las 58 comunidades eclesiales de la región brasileña hasta el 22 de agosto. "Memoria y ..." pág 14

BIBLIA Y CULTURAS, UN ENCUENTRO MULTICOLOR

Bienvenidos a la primera entrega de nuestra serie sobre la interculturalidad misionera! En este número, exploraremos cómo la Biblia nos muestra un camino de diversidad, comprensión y amor ... pág 17

LA IGLESIA ESPAÑOLA Y LAS MIGRACIONES

Director:

P. Bernardo Baldeón Santiago bbaldeon@gmail.com

Administración:

P. José Martín Ruiz admesp@consolata.net

Maquetación: Antonio Pareja Alonso

Equipo de redacción: Loreto Areal, Antonio García, Antonio Pareja, María Teresa Simón, Beatriz Tostado.

Colaboradores: J. Altavista

Fotos: Archivo IMC, Agencias

Suscripciones: Anual De colaborador 20 € 25 €

Imprime:

Con licencia eclesiástica

Depósito legal: M-1944-1964 Franqueo Concertado Nº 01/433

Redacción y administración:

de Antena Misionera

www.antenamisionera.org

PEl frasco de vidrio y el café

ermítanme que empiece este nuevo año con una parábola. Que habla de cuando las cosas en la vida parecen demasiado difíciles, cuando 24 horas al día no son suficientes

Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, tomó un frasco grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Después preguntó a los estudiantes si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.

El profesor tomó una caja llena de perdigones y los vació dentro del tarro. Éstos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf. Y el profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos volvieron a contestar que sí.

Después el profesor tomó una caja de arena y la vació dentro del frasco. Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar de nuevo si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime.

El profesor, rápidamente, añadió dos tazas de café al contenido del frasco y, efectivamente, el café llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían. Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo:

“Quiero que os fijéis en este frasco, que representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes, como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que nos apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedasen éstas, nuestras vidas aún estarían llenas.

Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche… La arena es el resto de las pequeñas cosas.

Si primero pusiéramos la arena en el frasco, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf.

Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes.

Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o tu afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua.

Ocúpate primero de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades. El resto es solo arena”.

Uno de los estudiantes levantó la mano y le preguntó qué representaba el café.

El profesor sonrió y le dijo:

“¡Me encanta que me hagas esa pregunta! El café es para demostrar que, aunque tu vida te parezca llena, siempre hay lugar para dos tazas de café con un amigo”.

Es bueno recordar en este mes de enero qué es lo verdaderamente importante en nuestra vida. Y compartir con los demás aquello que para nosotros es importante. Porque solo desde esa actitud es posible vivir una actitud realmente misionera al estilo de Jesús de Nazaret.

P. Bernardo Baldeón

LA IGLESIA ESPAÑOLA Y LAS MIGRACIONES

Hace unos meses la comisión de migraciones de los obispos españoles publicó un documento titulado “Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes” en el que marca cuál debe ser la actitud de la iglesia española frente a la inmigración. Estos son algunos párrafos de dicho documento.

Uno de los efectos del proceso de globalización es que, al igual que en todas las economías avanzadas insertas en una transformación tecnológica, en nuestro país se ha generado una demanda de mano de obra para determinados sectores (agricultura, hostelería, construcción, o servicio doméstico) que los trabajadores nacionales no están dispuestos a cubrir por su menor remuneración o por sus condiciones laborales. En cierta medida esto explica por qué, a pesar de tener una elevada tasa de desempleo, en la economía española aún existen miles de puestos de trabajo de estos sectores menos tecnológicos sin cubrir. Estos puestos de trabajo no cubiertos suponen un reclamo de mano de obra en el mercado internacional dispuesta a ocuparlos, ya que los salarios percibidos en ellos son significativamente mayores que los que podrían obtener en sus países de origen. Así pues, como cualquier estudio serio corrobora, el mantra «los inmigrantes quitan puestos de trabajo» no resiste el contraste con las cifras reales, ya que nuestra economía demanda, porque necesita, una gran cantidad de mano de obra migrante, sin la cual el exitoso desempeño de esta no habría tenido lugar.

Los migrantes no solo no son una amenaza laboral para la ciudadanía española, sino que son un recurso valioso y necesario del que dependemos, sobre todo cuando están laboralmente cualificados. Por otro lado, las personas migradas no solo vienen a nuestro país porque demandemos mano de obra, sino también porque en sus países de origen se han desarrollado procesos económicos dentro de este contexto de globalización que los empujan a tener que migrar. Abandonar el país, el hogar, la familia y amigos es una decisión en la inmensa mayoría de los casos motivada por la necesidad.

La integración de las economías emisoras en el contexto internacional ha supuesto la desaparición de gran parte de la mano de obra que se empleaba tradicionalmente en el sector primario, que, sin embargo, no ha sido absorbida por el incipiente sector industrial y terciario de dichos países emisores. Y así, se ha generado una fuerza de trabajo con pocas posibilidades de empleo en sus países de origen que tienen un incentivo muy fuerte para migrar. Es necesario señalar que en este proceso de transformación de las economías de los países emisores, España ha tenido un papel destacado, ya que nuestro país es el segundo país en volumen de inversión extranjera en Latinoa-

Cada persona en camino lleva consigo una historia de valentía y esperanza
Redacción

mérica, teniendo las empresas españolas un gran protagonismo en la transformación de dichas economías.

Un estudio presentado por Cáritas Española en colaboración con el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas nos muestra cómo la población de origen inmigrante está fuertemente arraigada en España. La gran mayoría de las personas migradas llevan más de diez años en nuestro país, con una edad media de 37 años frente a los 45 de los nacionales y una tasa de natalidad de 1,35 %, frente al 0,6 % de los nacionales; han formado sus familias aquí y han elegido nuestro país para desarrollar su proyecto vital. Los migrantes han contribuido así a paliar el invierno demográfico que experimenta la población autóctona, cuya tasa de natalidad en 2022 se situaba en el 1,19 %, lejos del 2,1 % necesario para la reposición generacional.

No obstante, este arraigo en nuestra sociedad no se corresponde con una equiparación socioeconómica con la población autóctona. Las personas migradas sufren mayores índices de desempleo o subempleo, acceden con menor intensidad a las políticas sociales, y sufren mayor vulnerabilidad social. El ingreso medio por hogar de la población migrada es el 50 % del correspondiente a los hogares de origen autóctono, anclando sus hogares a un alto riesgo de pobreza y exclusión. Esta vulnerabilidad se acentúa en el caso de las personas extranjeras en situación irregular, ya que sufren mayores vulneraciones de derechos, lo que provoca que la exclusión social les afecte tres veces más.

La cultura de la vida

Abrazar la «cultura de la vida» en todas las circunstancias que componen una

biografía nos lleva a decir que no es tolerable que se siga dejando morir a las personas en las fronteras o en su intento de cruzarlas, en los desiertos, en el mar o en cualquiera de las situaciones que implica el viaje de los migrantes. Muchas de las rutas que siguen son trampas mortales, lugares de violencia y abusos frecuentes. Por ello hemos de trabajar para vigilar que, en ellas, toda vida humana y sus derechos fundamentales sean custodiados.

Por eso denunciamos y nos oponemos a las mafias de tratantes de seres humanos que se lucran del sufrimiento

Abandonar el país, el hogar, la familia y amigos es una decisión en la inmensa mayoría de los casos motivada por la necesidad

de las personas a lo largo de las rutas migratorias; han de ser combatidas con las herramientas de cualquier estado de derecho. También nos entristece constatar en ocasiones que algunas personas migradas en su afán de sobrevivir o prosperar puedan llegar a lucrarse de la precariedad de sus semejantes en espacios habitacionales, de trabajo o de acogida, etc.

Afirmamos el valor y la protección de la vida de los migrantes, refugiados o desplazados, en coherencia y continuidad con el primer e inherente derecho natural que es el de nacer. La defensa de la dignidad humana y la fraternidad que Jesús predicó nos alerta contra la indiferencia que endurece las conciencias y nos deshumaniza. La indiferencia también mata. Aprendamos a no ponernos «de lado», sino del lado de entidades y personas que salvan y rescatan vidas.

En medio de este mundo, la Iglesia muestra su catolicidad viviendo la universalidad del género humano me-

diante el desarrollo de la fraternidad que proviene de la acción de Jesús resucitado. Actualmente vive en un contexto condicionado por una globalización sin reglas y únicamente de naturaleza económica, que fomenta la cultura del descarte, la crisis climática y hace aumentar la desigualdad tanto entre países como dentro de ellos. Esto marca una forma de estar en el mundo y condiciona nuestra propia forma de organizar la vida, los desplazamientos, la movilidad y las relaciones económicas y sociales.

¿No estaremos llamados a buscar juntos alternativas y a proponer con mayor vigor una cultura de la sobriedad y la solidaridad? Nuestro reto entonces consiste en ver cómo caminamos crítica y constructivamente como Iglesia en ese contexto. A la luz del Evangelio y la doctrina de la Iglesia, estamos llamados a habitar la globalización construyendo la «civilización del amor», según la bella fórmula de san Pablo VI, recogida y ampliada por san Juan Pablo II. Eso implica vivir la fraternidad universal como una manera de prefigurar la humanidad «unida en Cristo». Su principio fundamental está en el corazón humano transformado desde la fuente de vida del corazón de Cristo y participando de él, siendo así sacramento de salvación para nuestros hermanos.

Agradecemos a las personas y familias migradas su valiosa aportación a la revitalización de nuestra sociedad y en el caso de los católicos también su contribución a revitalizar nuestra Iglesia y ayudarnos a profundizar en la catolicidad que ha de caracterizarnos. También agradecemos a todos los miembros de la pastoral con migrantes y a quienes, desde dentro o fuera de nuestras comunidades cristianas, caminan junto a ellos. Nuestro reconocimiento a Cáritas, a la vida consagrada y a todas las realidades eclesiales cuyos fines y actividades contribuyen a hacernos ver a Cristo en cada uno de los hermanos y hermanas en vulnerabilidad, proclamando y defendiendo la dignidad de toda persona migrada, desplazada o refugiada. De este modo, «la asistencia brindada no se considerará una limosna de la bondad de nuestro corazón, sino un acto de justicia que se les debe».

Compartir el pan, reconocer al hermano

Los ángulos de la realidad

Después de 25 años, hemos querido hacer un pequeño análisis de esta página de la revista. Nunca está de más volver a los orígenes. A veces hemos cumplido mejor o peor nuestro deseo, pero intentar abrir la visión y la mente sobre lo que nos rodea, nos parece que sigue siendo una tarea importante.

Hace unos días veía en la televisión un capítulo de una serie policial. Lo que me llamó la tención es que había un agente de policía que sufría de autismo. Tenía su despacho en un sótano donde casi nadie entraba. Necesitaba concentrarse. Pero acudía a los lugares de los delitos. Era una persona que se fijaba en los detalles que a los demás les pasaban desapercibidos. Lo cual era fundamental para resolver los casos.

Cuando sus compañeros lo felicitan por su labor, viene a decir algo así: “Hay dos formas de ver una obra de arte. Algunos se centran en el conjunto y se pierden los detalles. Otros nos fijamos en los detalles y perdemos la visión de conjunto. Pero cuando somos capaces de unir ambas visiones entre todos conseguimos ver la realidad completa que tenemos ante nuestros ojos”.

Me quedé pensando en esa frase por bastante tiempo y me ayudó a comprender a muchas personas y situaciones. También me hizo reflexionar sobre el sentido de esta columna de la revista.

Si la memoria no me falla (cosa que sería normal a esta altura de la vida) la página “Desde otro ángulo” nació allá por el año 1991, hace ahora 25 años.

Y creo recordar que la idea original por la que se creó iba por ese camino.

La visión que cada uno tenemos de la realidad en la que vivimos nunca puede ser la “única verdadera”. A veces vemos solo el conjunto, otras solo los detalles, y no pocas veces vemos solo aquello que responde a nuestra forma de pensar, a nuestra ideología. Ninguna es absoluta verdad y posiblemente ninguna es absolutamente mentira. Solamente si fuéramos capaces de conjuntar nuestra parte de verdad, desde el mutuo respeto, podríamos ver algo que se acerque un poco más a la realidad y posiblemente acabaríamos con muchos conflictos y discusiones. Por desgracia, creo que muchos de nosotros conocemos a demasiadas personas, en todos los ámbitos de la vida que se creen dueños únicos de la verdad y por tanto con “derecho” a con-

denar a todo aquel que no piense como ellos. Y esto es algo que parece que viene desde el inicio de la humanidad. En muchas cosas hemos mejorado, en esto nos queda casi todo el camino por recorrer.

Pero seguiremos dándoos la lata. Seguiremos insistiendo.

La experiencia misionera en distintas culturas y comprensiones de la vida, nos lleva en la mayoría de los casos a abrir nuestra mentalidad y a valorar y a aprender de otras mentalidades y otras formas de entender la vida.

Éste puede ser un aporte importe del mundo misionero a nuestras sociedades, con frecuencia cerradas sobre sí mismas.

Confío que nos aguantéis un poco más.

José Allamano: El sueño de una misión global

José Allamano:

Raíces de una vocación misionera

José Allamano, el fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata, nació el 21 de enero de 1851 en Castelnuovo d'Asti, un pequeño pueblo en la región del Piamonte, Italia. Desde sus primeros años, Allamano estuvo inmerso en un entorno familiar y religioso que moldeó profundamente su carácter y vocación. Su madre, Marianna Cafasso, era hermana de San José Cafasso, un sacerdote piamontés que jugó un papel crucial en la formación espiritual de su sobrino. La familia Allamano estaba arraigada en una profunda fe católica, lo que inculcó en José una fuerte espiritualidad y un sentido de compromiso desde su infancia.

La influencia de Don Bosco

Cuando Allamano tenía apenas 12 años, su vida dio un giro significativo al ingresar en el Oratorio de Valdocco, fundado por San Juan Bosco en Turín. Este lugar no solo era un centro de formación académica, sino también un espacio de intensa vida espiritual. Bajo la tutela de Don Bosco, Allamano recibió una formación integral que abarcaba tanto la dimensión intelectual como la espiritual. Don Bosco, con su carisma y pasión por la educación y la evangelización de los jóvenes, influyó profundamente en el joven José, infundiendo en él un ardiente deseo de dedicarse a la misión de la Iglesia. Don Bosco no solo fue un maestro, sino también un modelo de vida para Allamano. Le enseñó que la santidad no era un ideal lejano, sino una meta alcanzable a través del amor a Dios y al prójimo. Esta enseñanza se convirtió en uno de los pilares del futuro trabajo misionero de Allamano, quien entendió que la verdadera misión debía nacer de un corazón lleno de amor y compasión, modelado por la santidad.

Formación en el Seminario y primeros pasos en el sacerdocio

A los 22 años, José Allamano fue ordenado sacerdote en la diócesis de Turín. Sin embargo, su camino hacia el sacerdocio no fue sencillo. Durante su formación en el seminario, enfrentó varios problemas de salud que lo acompañaron durante gran parte de su vida. A pesar de estos obstáculos, su determinación y fe inquebrantable lo llevaron a superar las dificultades, enfocándose en su llamado a servir a Dios y a la Iglesia.

Tras su ordenación, Allamano fue nombrado rector del Santuario de la Consolata en Turín, un cargo que desempeñó durante más de 40 años. Su labor en este santuario no solo consistió en la administración de los aspectos materiales, sino también en la revitalización espiritual del lugar. Bajo su liderazgo, el santuario se convirtió en un centro de devoción mariana y en un punto de referencia para aquellos que buscaban guía espiritual y apoyo pastoral.

El germen de la vocación misionera

Fue este deseo el que lo llevó a fundar, en 1901, el Instituto de los Misioneros de la Consolata, y, más tarde, en 1910, el Instituto de las Misioneras de la Consolata. Estas congregaciones se dedicaron desde su origen a la evangelización y a la promoción humana en tierras de misión, siguiendo el carisma y el ejemplo de su fundador.

Allamano creía firmemente que la misión no era solo una tarea de unos pocos, sino una llamada universal que debía ser respondida con generosidad y entrega total.

A lo largo de sus años como rector del Santuario de la Consolata, Allamano desarrolló una profunda conciencia misionera. Aunque nunca viajó a tierras de misión debido a su delicada salud, su corazón y su mente estaban constantemente enfocados en aquellos que aún no conocían el Evangelio. Su contacto con los misioneros y su conocimiento de las necesidades espirituales y materiales de los pueblos lejanos despertaron en él el deseo de hacer algo más que rezar por las misiones: quería enviar a hombres y mujeres bien formados, santos y preparados, para llevar la Buena Nueva a todos los rincones del mundo.

La vida de José Allamano nos muestra cómo la formación y las influencias tempranas pueden moldear de manera decisiva una vocación misionera. Desde su infancia, a través de su educación bajo la guía de Don Bosco y su dedicación como sacerdote y rector, Allamano cultivó un corazón misionero que, aunque físicamente limitado por la enfermedad, no conoció fronteras. Su legado continúa vivo hoy en la labor de nuestra congregación, los Misioneros y Misioneras de la Consolata, quienes seguimos llevando el Evangelio a los lugares más remotos, inspirados por la visión y el amor incondicional de nuestro fundador.

Castelnuovo d’Asti, pueblo natal de José Allamano, donde inició su vocación misionera

La lucha contra el racismo en Puerto Rico

Puerto Rico, una isla famosa por su vibrante cultura y diversidad, sufre aún profundas desigualdades raciales, especialmente contra su población afrodescendiente. A pesar de las leyes que buscan erradicar el racismo, los afrodescendientes en la isla siguen padeciendo discriminación y violencia racista, a menudo ignorada o tratada de manera superficial por las autoridades. A lo largo de los años, aunque han aumentado los esfuerzos para reconocer y valorar la contribución de los afrodescendientes, los cambios visibles en la sociedad parecen ser lentos. Este artículo explora la situación actual del racismo en Puerto Rico y los desafíos persistentes que soportan los afrodescendientes.

La persistencia de la discriminación racial:

A pesar de que el Censo de 2020 reveló un ligero aumento en la proporción de personas que se identifican como negras o afrodescendientes en Puerto Rico (17.5% frente al 14.8% en 2010), la discriminación racial sigue siendo una realidad profundamente arraigada en la sociedad puertorriqueña. Esta discriminación se manifiesta de diversas formas, desde microagresiones cotidianas hasta actos de violencia explícita, especialmente hacia las comunidades afrodescendientes, que siguen enfrentando barreras para acceder a recursos, empleo, educación y una participación equitativa en la vida política y económica del país.

En cuanto a la violencia racial, los casos recientes ponen en evidencia una falta de acción decisiva por parte de las autoridades locales. Por ejemplo, en 2023, el caso de una disputa vecinal donde uno de los implicados había estado hostigando a su vecino por motivos ra-

ciales desde 2019 se resolvió con una absolución del agresor, a pesar de la evidencia de discriminación racial. Este caso fue ampliamente criticado por organizaciones civiles que alegaron que no se había llevado a cabo una investigación exhaustiva sobre los posibles motivos discriminatorios del ataque, lo que subraya cómo, a menudo, la violencia racista no es tratada como un problema serio dentro del sistema judicial. A pesar de que el agresor fue señalado por su comportamiento hostil y racista, no se le aplicaron sanciones proporcionales, lo que refuerza la idea de que el racismo sigue siendo minimizado en muchos ámbitos de la sociedad puertorriqueña

La violencia no solo se limita a ataques físicos, sino que también se expresa en otros contextos como el acceso desigual a servicios públicos, la estigmatización de los afrodescendientes en los medios de comunicación y su representación negativa en la cultura popular. Además, los afrodescendientes continúan siendo los más afectados por

Redacción

la pobreza en Puerto Rico, una situación que se ve amplificada por la discriminación racial que perpetúa la exclusión económica. En términos educativos, también persisten disparidades significativas en el acceso a una educación de calidad, lo que perpetúa el ciclo de pobreza y marginación para muchas familias negras.

Por otro lado, aunque las autoridades han implementado algunas políticas para abordar la discriminación racial, como la Ley de 2021 que promovía la recopilación de datos sobre racismo y la creación de campañas educativas, la implementación ha sido irregular. La falta de datos confiables y de seguimiento efectivo a las políticas antirracistas hace que estas medidas sean insuficientes para generar cambios profundos. De hecho, algunas iniciativas se han quedado en la fase de recomendaciones sin llegar a implementarse de manera efectiva. Este vacío institucional ha dejado a muchas personas afrodescendientes sin el apoyo necesario para luchar contra la discriminación de manera efectiva.

En este contexto, es esencial reconocer que la lucha contra el racismo en Puerto Rico no solo requiere reformas

legales, sino también un cambio cultural profundo. A pesar de la prevalencia de las políticas públicas que intentan reconocer la importancia de la afrodescendencia en la isla, la sociedad en su conjunto aún no ha logrado superar las barreras del racismo estructural.

Respuestas institucionales inadecuadas

En 2021, Puerto Rico adoptó la Ley 24, un intento de respuesta legislativa contra el racismo en la isla. Esta ley busca generar una recopilación de datos sobre discriminación racial, así como promover campañas educativas para sensibilizar a la población sobre la afrodescendencia. A pesar de este esfuerzo, la implementación ha sido limitada y fragmentada, sin lograr una transformación significativa en las actitudes de la sociedad.

Uno de los principales problemas es la falta de un sistema adecuado para recopilar datos sobre la discriminación racial. La ley exige la creación de este sistema, pero hasta la fecha no se ha logrado establecer un marco claro de ejecución. Esto impide contar con información precisa sobre la magnitud del racismo en

La herencia africana en Puerto Rico se refleja no solo en su cultura y tradiciones, sino también en la lucha constante de su pueblo afrodescendiente por la equidad y el reconocimiento pleno en la sociedad.

La discriminación racial sigue siendo una realidad profundamente arraigada en la sociedad puertorriqueña.

Puerto Rico, lo que limita la formulación de políticas públicas eficaces para abordar la discriminación y la violencia racial. Además, las campañas educativas que han surgido bajo esta ley a menudo son superficiales y de carácter simbólico. En lugar de ofrecer un cambio cultural real, se han limitado a eventos puntuales y anuncios que no cuentan con un seguimiento sustancial. A nivel educativo, la enseñanza sobre la historia y la contribución de los afrodescendientes continúa presentándose de forma fragmentada, lo que refleja una falta de compromiso por parte del gobierno para tratar el racismo estructural en profundidad

Los esfuerzos para erradicar la violencia racial y la discriminación se ven opacados por la falta de acción de las instituciones. A pesar de la aprobación

de la ley, casos de violencia racial siguen sin ser investigados adecuadamente. Este vacío institucional deja a las personas afrodescendientes vulnerables frente a un sistema que sigue perpetuando la discriminación, especialmente en sectores clave como la educación, la vivienda y el empleo

Puerto Rico ha dado pasos significativos en el camino hacia la equidad racial, especialmente con la aprobación de leyes como la Ley 24 de 2021, que busca abordar la discriminación racial mediante la recopilación de datos y la sensibilización pública. No obstante, el camino hacia una verdadera justicia racial sigue siendo largo y lleno de desafíos. La implementación de estas políticas ha sido parcial, y en muchos casos, se observa una falta de compromiso real por parte de las autoridades para llevar

a cabo medidas que generen un cambio estructural.

El cambio verdadero no solo depende de las leyes, sino de un compromiso genuino por parte de todos los sectores de la sociedad: el gobierno, la educación, los medios de comunicación y las comunidades. La lucha contra la discriminación racial en Puerto Rico requiere una visión a largo plazo y un esfuerzo colaborativo, donde se promueva una educación antirracista en todos los niveles y se garantice la protección efectiva de los derechos de los afrodescendientes. Solo a través de un compromiso decidido, que busque transformar las estructuras que perpetúan la marginalización, será posible avanzar hacia un futuro en el que la igualdad y la justicia racial sean una realidad tangible para todos.

Si quieres colaborar puedes enviar tu aportación a nombre de: “Misioneros de la Consolata” Mediante giro postal o cheque bancario a c/ Pablo Aranda 18 – 28006 MADRID O mediante transferencia o ingreso en el Banco Santander en la cuenta

ES19 0075 7007 89 0603882903

Indicando siempre: “ESCUELA TANZANIA”

Hace

unos meses se celebró el V Encuentro de la Iglesia en la Amazonía Legal, que reunió en Manaos (Brasil) a obispos y representantes de las 58 comunidades eclesiales de la región brasileña hasta el 22 de agosto. "Memoria y Esperanza" son los pilares de la reflexión de este año.

El encuentro, organizado por la Comisión Episcopal Especial para la Amazonía y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM-Brasil), comenzó con una celebración que, según el cardenal Steiner, arzobispo de Manaos y presidente de la Región Norte 1 de la Conferencia Nacional de los obispos de Brasil (CNBB Norte 1), trajo gran alegría a la Iglesia local.

En la apertura del encuentro, Steiner declaró que "siempre es importante reunirnos para crear más comunión, reflexionar juntos sobre la evangelización, permanecer fieles al espíritu misionero de nuestra Iglesia y evaluar nuestro camino". Un camino misionero sinodal que tiene "horizontes muy significativos", afirmó el cardenal, esperando que el encuentro sea una oportunidad para "seguir soñando, para ser una Iglesia profundamente encarnada, teniendo en cuenta los sueños del Papa Francisco", y por tanto para "ser una Iglesia que cante verdaderamente a la libertad, y cantando a la libertad, se encarne en las culturas actuales, para ser verdaderamente signo de esperanza".

Por su parte, el presidente del Consejo Indigenista Misionero (CIMI) reiteró la necesidad de "incluir cada vez más la vida de los pueblos indígenas", mencionando las difíciles condiciones ambientales en las que se encuentra la Amazonía.

"Un legado sagrado"

El cardenal Pedro Barreto, arzobispo emérito de Huancayo (Perú) y presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), destacó la larga historia de la Iglesia en la Amazonía, subrayando la necesidad de "ser conscientes de haber heredado un legado sagrado de nuestros predecesores". que trabajaba allí." Agradeció "todo el esfuerzo que se está haciendo para caminar juntos en comunión, participando todos en la única misión de Cristo".

En representación de la presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de

Brasil (CNBB), el obispo auxiliar de Brasilia y secretario general de la CNBB, Mons. Ricardo Hoepers recordó el camino de la Iglesia en la Amazonia, que comenzó con el primer encuentro interregional en 1952, y subrayó que "la perseverancia nos enseña que vale la pena continuar este camino con entusiasmo". Hoepers reflexionó sobre los reveses que ocurren cada día en la región amazónica, como la deforestación, y mostró la preocupación del episcopado brasileño por los pueblos indígenas, "los más afectados", denunciando "la gravedad de las cosas que están sucediendo" en el país al que intentamos responder. Recordó el tema de la Campaña Fraternidad 2025 centrada en la ecología integral, "una oportunidad para crear conciencia en todo Brasil".

Centralidad de los movimientos populares

Sor Carmelita Conceição, vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que cumple 10 años, citó la realidad

de la sequía que desafía "dar signos de vida y esperanza en la Amazonía", viendo el encuentro como una ayuda para "entender qué hacer y cómo posicionarnos ante tantos desafíos".

Kenarik Boujikian, representante del gobierno brasileño como secretario nacional para el diálogo social y la articulación de políticas públicas de la Presidencia de la República, subrayó el papel de su institución en el mantenimiento del diálogo entre el gobierno y la sociedad civil y los movimientos sociales, recordando la centralidad de Movimientos populares para el Papa Francisco. Destacó la importancia de los "cuadernos de respuestas" presentados en respuesta a las solicitudes de la Iglesia brasileña, afirmando que no pretenden aportar soluciones definitivas, sino que son una herramienta de trabajo, dividida en cuatro ejes: emergencia climática; derechos de los pueblos de las aguas, del campo y de los bosques; regularización de tierras; denuncias y violaciones de derechos en los territorios.

Escuchar a la Amazonía es escuchar a sus pueblos
Redacción

BIOÉTICA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL.

José Sols y María de los Ríos. San Pablo Ediciones 2024. 188 págs. El libro con valentía y claridad aborda algunas de las preguntas bioéticas que surgen al introducir la inteligencia artificial y la robótica en la medicina en general y más en particular en la atención a enfermos y personas ancianas, en los centros clínicos, en la relación médico-paciente.

Estamos ante una temática muy vasta, apasionante y cargada de desafíos, pero también con grandes peligros para la salud, la vida y la concepción que tenemos de lo que es el ser humano.

Además, el libro trasciende la relación médico-paciente para abordar otros ámbitos como la actividad farmacéutica y el impacto del transhumanismo y posthumanismo. Estas corrientes plantean el uso de tecnologías en el cuerpo humano para crear una "nueva especie", los llamados "posthumanos", abriendo un profundo debate ético sobre el futuro de la humanidad.

MEMORIA Y SILENCIO DE LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA DE MARRUECOS Y SÁHARA OCCIDENTAL

Laura Casielles. Libros del Ko 2024. 208 págs.

La mirada española hacia Marruecos y el Sáhara Occidental se ha alimentado durante décadas de sobrentendidos, piruetas retóricas, desconfianza, patriotismo y nostalgia. En este libro, Laura Casielles zarandea algunos de los discursos más repetidos y los confronta con testimonios más humildes, se desplaza a escenarios históricos para desmontar fantasías orientalistas y soflamas bélicas, y aplica una mirada llena de empatía para entender que las relaciones que España mantuvo con Marruecos y el Sáhara Occidental durante los siglos XIX y XX fueron, sí, plenamente coloniales.

NOS QUITAMOS EL SOMBRERO… NO LA CABEZA

Ángel Fernández Lázaro. San Pablo Ediciones 2024. 103 págs.

¿Es incompatible la fe cristiana con la ciencia? ¿Viven los creyentes al margen de la razón? ¿Hay algo que la fe pueda aportar a la ciencia? ¿Y la ciencia a la fe?

En una época en la que la ciencia y, sobre todo, su aplicación práctica, la técnica, se han erigido como la principal fuente de conocimiento, presentamos una reflexión sencilla, profunda y pastoral, para todos los públicos, sobre uno de los encuentros más necesarios en esta modernidad que vivimos: el de la ciencia y la fe. El futuro está en estas páginas.

En medio de un planeta cada vez más afectado por las consecuencias del cambio climático, la reciente COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, ha puesto sobre la mesa temas cruciales como la financiación para mitigar sus efectos y la transición energética hacia modelos sostenibles. Mientras tanto, desde la Iglesia Católica, el Papa Francisco renueva su invitación a la acción en su exhortación Laudate Deum, reafirmando la responsabilidad humana en esta crisis y la necesidad urgente de respuestas globales e integrales.

Entre la frustración y la esperanza

La Cumbre del Clima de 2024 ha sido calificada como "la COP del financiamiento" debido al énfasis en asegurar los recursos necesarios para abordar la crisis climática de manera global. Los países del sur global, que soportan de manera desproporcionada los impactos de la crisis pese a ser los menos responsables de las emisiones históricas, han planteado la necesidad de una financiación ambiciosa y sostenida, estimada en al menos 5 billones de dólares anuales. Este dinero sería crucial para implementar medidas de adaptación, mitigar daños ambientales y facilitar una transición energética justa hacia fuentes renovables. Según un informe reciente del Banco Mundial, el costo de adaptación al cambio climático en los países en desarrollo podría ascender a entre 140 y 300 mil millones de dólares anuales para 2030, dependiendo del nivel de ambición y del impacto global de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, los compromisos de los países industrializados, que históricamente han contribuido en mayor medida a las emisiones de gases de efecto invernadero, han sido considerados insuficientes por muchos observadores y representantes de países en desarrollo. Por ejemplo, el objetivo de movilizar 100 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático, prometido en la COP15 de Copenhague en 2009, aún no se ha cumplido plenamente, según el último informe de la OCDE. Este des-

Cumbre COP 29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán en noviembre 2024

equilibrio ha generado tensiones palpables en las negociaciones, subrayando las disparidades entre quienes tienen mayor capacidad económica y tecnológica para liderar la transición y quienes enfrentan las consecuencias más devastadoras del cambio climático.

A estas dificultades se suma la creciente influencia de los intereses corporativos dentro de las negociaciones. En la COP28, por ejemplo, más de 630 lobistas de la industria de combustibles fósiles participaron en las conversacio-

nes, superando el tamaño de muchas delegaciones nacionales. Este hecho ha suscitado críticas por los aparentes conflictos de interés en una cumbre diseñada para promover soluciones sostenibles. Según un análisis de Global Witness, esta es una cifra récord, lo que evidencia la resistencia de ciertos sectores económicos a abandonar el uso de combustibles fósiles y a adoptar medidas clave como la eliminación gradual del carbón y los subsidios a energías no renovables.

Redacción

El Fondo Verde para el Clima, establecido para canalizar recursos hacia países en desarrollo, también ha sido objeto de debate. Hasta ahora, solo ha recaudado 12.5 mil millones de dólares de los 100 mil millones anuales prometidos, y gran parte de estos fondos se ha entregado en forma de préstamos.

"los esfuerzos locales desempeñan un papel crucial en la mitigación de los efectos del cambio climático"

Esto ha llevado a que la deuda pública externa de países vulnerables, como Mozambique y Samoa, siga incrementándose, dificultando sus capacidades para implementar proyectos sostenibles.

La "COP de la financiación" se enfrenta al reto de convertir estas demandas en acciones concretas que reflejen una verdadera justicia climática. La falta de consenso entre naciones, agravada por los intereses divergentes, amenaza con convertir este evento en

otra oportunidad perdida para abordar la emergencia climática con la urgencia que requiere. Mientras tanto, organizaciones civiles y movimientos ambientalistas claman por mayor transparencia y compromiso real para garantizar que los fondos se utilicen para beneficiar a las comunidades más afectadas, en lugar de perpetuar las desigualdades estructurales existentes.

Impacto global y respuestas comunitarias

Las señales de alarma en torno al cambio climático son cada vez más preocupantes. El derretimiento acelerado de los casquetes polares y glaciares no solo amenaza a ecosistemas enteros, sino que también impulsa el aumento del nivel del mar, poniendo en peligro a millones de personas que viven en zonas costeras bajas. Al mismo tiempo, fenómenos extremos como sequías prolongadas, huracanes más intensos, inundaciones y olas de calor sin precedentes están afectando a regiones que históricamente no eran vulnerables. Un ejemplo reciente son las devastadoras inundaciones en Valencia, España, que en octubre de 2024 dejaron barrios enteros sumergidos, afectando a miles de personas y resultando en un número significativo de víctimas mortales, poniendo de manifiesto la creciente

frecuencia e intensidad de estos eventos. Estas crisis interconectadas están alcanzando puntos críticos que podrían desencadenar cambios irreversibles en el equilibrio del planeta, como la alteración de las corrientes oceánicas o la pérdida masiva de biodiversidad.

Sin embargo, el Papa Francisco enfatiza que no todo está perdido. En su encíclica Laudato Si, y más recientemente en Laudate Deum, insiste en que todavía es posible evitar un daño catastrófico si se toman medidas inmediatas, integrales y ambiciosas. Este petición no solo busca movilizar a los líderes mundiales, sino también inspirar a las comunidades a nivel local para que adopten prácticas que reflejen una verdadera responsabilidad hacia la "casa común".

Desde esta perspectiva, los esfuerzos locales desempeñan un papel crucial en la mitigación de los efectos del cambio climático. Las comunidades de base, muchas de las cuales están vinculadas a parroquias, asociaciones misioneras y otras iniciativas de la Iglesia, se han convertido en motores de cambio a través de la educación ambiental, la implementación de tecnologías sostenibles y la promoción de un estilo de vida más respetuoso con la naturaleza. Por ejemplo, en algunas regiones de África subsahariana, proyectos lide-

Inundaciones en Valencia (España): huellas de una crisis que ya no espera

rados por la Iglesia han establecido huertos comunitarios gestionados con técnicas agroecológicas que regeneran el suelo y garantizan la seguridad alimentaria en áreas vulnerables a la desertificación. En América Latina, muchas diócesis están organizando talleres para la construcción de estufas ecológicas que reducen el consumo de leña, minimizan la deforestación y mejoran la salud de las familias al evitar la inhalación de humo tóxico. Estas iniciativas no solo tienen un impacto directo en las condiciones de vida, sino que también fomentan una conciencia global sobre la importancia de la sostenibilidad.

La educación ambiental se ha convertido en una herramienta clave contra el cambio climático. En Asia, escuelas y centros misioneros enseñan a niños y jóvenes a conservar recursos, reciclar y combatir el consumismo, fomentando una generación comprometida con el cuidado del planeta.

Estas iniciativas locales reflejan el compromiso de la Iglesia y demuestran que acciones como reducir plásticos o reforestar pueden tener un impacto significativo, en línea con el mensaje de cuidar a los más vulnerables y proteger la creación. El Papa

Francisco enfatiza que las soluciones globales deben surgir de comunidades inspiradas por la fe, uniendo la acción local con la solidaridad global para un futuro sostenible.

Un mundo en transición: desafíos y oportunidades

A pesar de los grandes retos climáticos, la transición hacia un modelo sostenible es necesaria y llena de oportunidades. Las energías renovables, como la solar, eólica y geotérmica, están impulsando este cambio. En India, el compromiso de instalar 500 GW de energía renovable para 2030 ya ha generado más de 720.000 empleos. En Brasil, el noreste lidera con más de 700 parques eólicos que promueven inversión y empleo local.

Este cambio debe ser inclusivo. En Sudáfrica, iniciativas de "transición justa" capacitan a trabajadores del carbón en energías renovables, mientras que en Kenia se implementan protocolos para proteger la biodiversidad y los derechos de comunidades indígenas, como los Maasai, en proyectos geotérmicos.

Además, la crisis climática demanda nuevas estructuras económicas. Países como los Países Bajos promueven la economía cir-

cular, con iniciativas como la de Ámsterdam, que busca ser una ciudad 100% circular para 2050, marcando un modelo global de sostenibilidad e innovación.

La transición hacia un modelo sostenible es una oportunidad para reconectar con valores esenciales. El Papa Francisco, en Laudato Si, nos llama a ser guardianes de la creación. Misioneros y comunidades locales impulsan iniciativas como bancos de semillas y mercados sostenibles, mostrando que pequeñas acciones colectivas generan un impacto significativo.

La transformación hacia un mundo más sostenible requiere una visión integral que reconozca los vínculos entre la ecología, la economía y la ética. Cada decisión, desde el diseño de políticas hasta nuestras elecciones diarias, tiene el poder de influir en el curso de esta transición. Frente a la magnitud del desafío, no podemos perder de vista que cada paso cuenta y que la suma de muchas pequeñas acciones puede marcar la diferencia. En este sentido, el compromiso personal y comunitario se convierte en una herramienta poderosa para construir un futuro más equitativo y en armonía con la creación.

Hace diez años, los Misioneros de la Consolata emprendimos un desafío sin precedentes: llevar nuestra misión evangelizadora a Taiwán, un país con una rica tradición cultural y religiosa en el que el cristianismo representa apenas una minoría. Esta década de trabajo ha sido testimonio de perseverancia, compromiso y capacidad para adaptarnos a un contexto profundamente diferente al de nuestros orígenes.

El comienzo de una nueva aventura

Nuestra historia en Taiwán comenzó el 12 de septiembre de 2014, cuando tres misioneros de diferentes partes del mundo llegamos al aeropuerto de Taoyuan, en Taipéi. El padre Eugenio Boatella (España), el padre Mathews Odhiambo Owuor (Kenia) y el padre Piero de Maria (Italia) fuimos los pioneros de esta misión, un desafío que no solo implicaba predicar el Evangelio, sino también entender una cultura completamente diferente a la de nuestros lugares de origen.

El cristianismo en Taiwán representa solo un pequeño porcentaje de la población, con menos del 5 % de católicos, frente a una fuerte presencia de religiones como el budismo, el taoísmo y el confucianismo. Esto convirtió nuestra tarea de evangelización en un reto único. No solo se trataba de llevar la palabra de Dios, sino de integrarnos en una sociedad que, aunque abierta, tiene una estructura religiosa y cultural profundamente arraigada.

Comenzamos nuestro camino aprendiendo la lengua china y acercándonos a la cultura local, dos factores fundamentales para poder establecer un diálogo real y respetuoso con los taiwaneses. Además, en una sociedad donde las vocaciones sacerdotales son escasas, el trabajo pastoral se volvía aún más desafiante. Sin embargo, el espíritu misionero nos permitió ir

más allá de la simple evangelización, colaborando activamente en las necesidades sociales y comunitarias, algo que sigue siendo una parte fundamental de nuestra labor.

A lo largo de estos diez años, nuestra misión ha crecido. Hoy en día, somos un equipo de siete misioneros que provenimos de países como Kenia, Corea del Sur, Brasil, Argentina y Tanzania. Esta diversidad cultural en nuestro equipo refleja la esencia misma de nuestra misión,

que busca transmitir el Evangelio desde diferentes perspectivas y enriquecer la comunidad con variadas tradiciones. Actualmente, dirigimos tres parroquias en la diócesis de Hsinchu: el Sagrado Corazón de Jesús en Hsinchu, San José en Xinpu y la parroquia de Xinfong.

Las dificultades, sin embargo, no han sido pocas. Aprender la lengua china, con su estructura y pronunciación completamente distinta a las lenguas de origen de la mayoría de nosotros, y adaptarnos

a una cultura que valora profundamente el respeto a las tradiciones religiosas autóctonas, ha sido un reto constante. Pero, como expresó el padre Jasper Kirimi, coordinador de nuestra misión en Taiwán: «Al principio, no pensé que me quedaría tanto tiempo, porque fue muy duro. Aprender este idioma y una cultura tan diferente. Sin embargo, sigo aquí». Esta perseverancia, unida a nuestra confianza en la gracia de Dios, nos ha permitido no solo superar esos retos, sino también profundizar en nuestro compromiso pastoral.

Nuestro trabajo no se limita solo al ámbito religioso. También nos involucramos activamente en la vida social y cultural de las comunidades, promoviendo la integración de la fe con la vida cotidiana. Esto ha incluido iniciativas educativas, servicios de apoyo a los más necesitados y actividades que fomentan la colaboración entre los católicos y otros grupos religiosos en Taiwán.

Un cambio en la perspectiva de la misión

Nuestra labor en Taiwán se ha desarrollado en un contexto global en el que las dinámicas de la misión han cambiado notablemente. En años pasados, la misión cristiana era principalmente un esfuerzo dirigido desde Europa y América hacia África, Asia y América Latina. Sin embargo, a medida que el mundo cambia, también lo hace el rostro de la misión.

Los misioneros africanos, por ejemplo, ya no solo predican en África, sino que ahora también están presentes en lugares como Europa y Asia. Esto ha enriquecido nuestra misión en Taiwán, pues ahora misioneros de diferentes continentes y culturas pueden compartir su fe y aprender unos de otros, mostrando la verdadera universalidad de la Iglesia.

Monseñor John Baptist Lee, obispo de Hsinchu, expresó con gratitud: «A falta de vocaciones, la diócesis de Hsinchu está muy agradecida por la generosidad de la Consolata a la hora de ayudar en el trabajo pastoral.» Nuestra presencia ha

sido crucial en un contexto de escasez vocacional local, y ha ayudado a revitalizar muchas comunidades.

Este cambio de perspectiva sobre la misión global fue también subrayado por monseñor Lee al mencionar el nuevo rol de los misioneros africanos: «Ahora la buena noticia es que vemos a misioneros africanos llegar a Taiwán». Este fenómeno refleja una transformación en la Iglesia global, que cada vez se acerca más a una verdadera sinodalidad, donde todas las culturas y pueblos participan activamente en la construcción de la Iglesia universal.

Nuestra historia en Taiwán es también una invitación a todos los fieles a colaborar en la misión de la Iglesia. La labor misionera, aunque valiosa, no puede llevarse a cabo solo por nosotros, los misioneros. Cada uno de nosotros está llamado a ser testigo de la fe, ya sea en la familia, en la comunidad o más allá de nuestras fronteras. La misión de los Misioneros de la Consolata en Taiwán, al igual que en otros lugares del mundo, es un recordatorio de que la evangelización no es solo una tarea de unos pocos, sino una responsabilidad de todos los cristianos.

A medida que celebramos estos diez años, miramos con esperanza hacia el futuro, sabiendo que, a través de la gracia de Dios, nuestra misión seguirá adelante, llevando luz y esperanza a todos los rincones del mundo.

(Artículo original de Marco Bello, publicado en Consolata América, adaptado para Antena Misionera)

La inseguridad alimentaria aguda aumentará tanto en magnitud como en gravedad en 22 países y territorios, con niveles catastróficos en los próximos meses para cientos de miles de personas, advirtió un nuevo informe de agencias de las Naciones Unidas.

EL HAMBRE EXTREMA AMENAZA A 22 PAÍSES

La propagación de los conflictos, en particular en Oriente Medio, sumada a factores de estrés climáticos y económicos, “está llevando a millones de personas al borde del abismo”, indicó el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Cinco puntos son particularmente críticos con severo riesgo de hambruna: Palestina, Haití, Malí, Sudán y Sudán del Sur.

“La situación en los cinco puntos críticos de hambre que más preocupan es catastrófica. La población sufre una escasez extrema de alimentos y se enfrenta a una hambru-

na duradera sin precedentes, alimentada por la escalada de conflictos, crisis climáticas y crisis económicas”, dijo Qu Dongyu, director general de la FAO.

El informe indica que ya se ha declarado una hambruna entre los 400.000 refugiados en el campamento de Zamzam, en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, país cuyo control se disputan desde abril de 2023 dos ejércitos rivales, con saldo hasta ahora de 40.000 muertos y millones de personas desplazadas.

Asimismo, señala “el riesgo permanente de hambruna”, la fase más elevada de inseguridad alimentaria, en la palestina Franja de Gaza, escenario de una ofensiva militar israelí

Ranking de los países más afectados por el hambre y la desnutrición según el Índice Global del Hambre en 2023

desde hace un año que cobrado 43.000 vidas y desplazado de sus hogares a la inmensa mayoría de sus 2,3 millones de habitantes.

En Haití, Malí y Sudán del Sur hay situaciones que combinan hambre crónica, pobreza estructural, violencia e impactos climáticos, pero en los cinco territorios señalados son los conflictos la principal causa de la inseguridad alimentaria aguda.

En total, 22 países y territorios están clasificados como “puntos críticos de hambre”, donde se teme que los altos niveles de inseguridad alimentaria aguda se deterioren aún más entre noviembre de 2024 y mayo de 2025, debido a la combinación de conflictos, inestabilidad económica y perturbaciones climáticas.

Se prevé que los efectos del fenómeno meteorológico La Niña, que afectará al clima mundial en los próximos meses, agraven aún más algunas de las crisis alimentarias.

La inseguridad alimentaria no es una crisis futura, es la realidad de hoy.

La Niña, con vientos fríos sobre el océano Pacífico ecuatorial central y oriental, altera –como su contrapartida de vientos cálidos, El Niño- los regímenes de lluvia y sequía en varias regiones el mundo, dejando los sembrados sin lluvia en unas ocasiones o provocando catastróficas inundaciones en otras.

El informe estima que, si bien algunas zonas pueden beneficiarse de la mejora de las condiciones agrícolas, es probable que La Niña provoque inundaciones devastadoras en países como Nigeria y Sudán del Sur, y que contribuya a generar condiciones secas en Somalia, Kenia y Etiopía.

Estos fenómenos meteorológicos extremos amenazan sistemas alimentarios ya frágiles y ponen a millones de personas en riesgo de padecer hambre. La combinación de factores ha hecho que el informe FAO-PMA agregue como puntos críticos a Burkina Faso, Chad, Lesotho, Líbano, Malawi, Myanmar, Mo-

zambique, Namibia, Níger, Siria, Yemen, Zambia y Zimbabue.

De esa manera, el informe apunta que “si no se realiza una intervención inmediata, incluido un aumento de la financiación para la asistencia alimentaria y para los medios de subsistencia, se espera que cientos de miles de personas más se enfrenten a la hambruna en los próximos meses”.

Cindy McCain, directora ejecutiva del PMA, dijo que “es hora de que los líderes mundiales den un paso adelante y trabajen con nosotros para llegar a los millones de personas que corren el riesgo de morir de hambre”.

Para ello, deberían movilizarse “ofreciendo soluciones diplomáticas a los conflictos, utilizando su influencia para permitir que los trabajadores humanitarios trabajen de manera segura y movilizando los recursos y las asociaciones necesarias para detener el hambre mundial de inmediato”, consideró McCain.

Redacción

Mientras que la violencia de género sigue siendo una de las violaciones de derechos humanos más generalizadas en todo el mundo, Acnur advierte de que los riesgos son mayores para las mujeres y niñas que se encuentran en situaciones de conflicto o que se han visto obligadas a huir de sus hogares.

Según datos de las Naciones Unidas, los informes de violencia sexual relacionada con conflictos tuvieron un preocupante aumento de 50 % el año pasado en comparación con el anterior, y las mujeres y niñas representaron 95% de los casos verificados.

Acnur considera que las cifras en esta materia representan una pequeña fracción de la realidad, ya que muchos casos de las violaciones y violencias que afectan a la salud, dignidad, seguridad y autonomía de las mujeres y niñas no se denuncian, y prestar auxilio o buscar justicia es una tarea que se torna extremadamente difícil.

Shabia Mantoo, portavoz de Acnur, dijo que “en muchas zonas remotas, el acceso humanitario está cortado o los recursos y la asistencia son escasos. El acceso a la justicia también sigue siendo limitado y las supervivientes temen represalias y marginación social”.

Acnur en su trabajo hacia los 117 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo recoge testimonios de las supervivientes sobre los horrores a los que se han enfrentado.

Ellos van desde formas brutales de violencia, tortura, explotación sexual, violencia sexual –incluso como arma de guerra-, hasta la negación de derechos humanos fundamentales, como la capacidad de tomar decisiones y la autonomía.

Por ejemplo, en la República Democrática del Congo -donde varias insurgencias desafían al ejército y actúan decenas de grupos armados-, las mujeres y niñas se enfrentan a una situación insoportable, en la que sus cuerpos se han convertido en una extensión del “campo de batalla” en medio de la violencia cíclica.

Esa inseguridad es creciente, alcanza a los asentamientos de personas desplazadas por los conflictos, los informes de violencia por motivos de género aumentaron este año, y en la mayoría de los casos se trataba de violaciones.

En Chad, las mujeres han denunciado haber sido violadas mientras huían del conflicto en el vecino Sudán, donde dos ejércitos rivales se disputan poder y control de las riquezas naturales, y millones de personas han debido dejar sus hogares.

En Afganistán, las crecientes restricciones sobre las mujeres y niñas, las altas tasas de violencia en el hogar y la situación económica en deterioro contribuyen a una crisis de salud mental, con cada vez más pacientes que buscan ayuda.

Y entre la letanía de riesgos y abusos que afrontan las personas refugiadas y migrantes que se desplazan por las rutas hacia el Mediterráneo –desde África y Asia, tratando de llegar a Europa-, se sigue informando de violencia sexual y explotación, esclavitud y trata de personas.

Estimaciones de agencias humanitarias indican que 90 % de las mujeres y niñas que se desplazan por la ruta del Mediterráneo son violadas.

Las supervivientes de violencia sexual que han huido a países vecinos a menudo permanecen en situaciones precarias, debido a los nuevos riesgos de violencia de género a los que se pueden enfrentar durante su desplaza-

miento y a los retrasos en el acceso a servicios que pueden ser limitados.

Además de la violencia en los conflictos, las mujeres y niñas desplazadas por la fuerza también tienen un alto riesgo de sufrirla por parte de sus parejas.

En ciertos escenarios de desplazamiento, se estimó que los riesgos para ellas eran 20 % más altos que para las mujeres y niñas no desplazadas.

Las formas interseccionales de discriminación también aumentan los riesgos. Es el caso de mujeres y niñas con discapacidades, que viven en la pobreza o que tienen orientaciones sexuales, identidades de género, expresiones de género o características sexuales diversas.

Acnur señala que la necesidad de servicios de prevención y respuesta a las violencias contra las mujeres y niñas afectadas por el desplazamiento forzado y el conflicto supera con creces la financiación disponible.

Por ejemplo, para seis planes regionales que cubren Afganistán, la República Democrática del Congo, Siria, Sudán, Sudán del Sur y Ucrania, el presupuesto anual para violencia de género destinado a todas las organizaciones participantes, 236 millones de dólares, actualmente solo está financiado en un 28 %.

Huir no significa estar a salvo: el peligro persiste para millones de mujeres y niñas desplazadas

LA CHISPA DEL SABER

ermítanme que les cuente la historia de una pequeña aldea en las montañas verdes y exuberantes de Bolivia, llamada San Pedro. Sus habitantes, de piel morena y sonrisas tímidas, vivían una vida sencilla pero dura. La escuela de la aldea, construida con barro y paja, apenas se sostenía en pie. Los niños abandonaban sus estudios temprano para ayudar en los cultivos de quinua y papa, y pocos adultos sabían leer o escribir.

Todo cambió con la llegada de Don Horacio, un maestro jubilado de La Paz que decidió dedicar sus últimos años a la educación rural. Con una mochila llena de libros y un corazón lleno de esperanza, Don Horacio se instaló en la pequeña escuela de San Pedro. Al principio, los aldeanos miraban con recelo a este hombre de cabellos grises y energía inagotable. No comprendían por qué alguien de la ciudad querría quedarse en su aldea olvidada.

Don Horacio no se dejó intimidar. Con paciencia y dedicación, empezó a atraer a los niños a la escuela. Sus clases no eran convencionales; además de enseñar a leer y escribir, les hablaba de historia, ciencias naturales y matemáticas. También les enseñaba sobre agricultura sostenible, cómo cuidar la tierra y cómo mejorar sus cultivos utilizando métodos orgánicos.

Pronto, los niños comenzaron a hablar en sus hogares sobre las maravillas que aprendían en la escuela. Los padres, curiosos y sorprendidos, empezaron a notar cambios en sus hijos. Estos pequeños conocimientos prácticos se tradujeron en campos más fértiles y cosechas más abundantes. Las técnicas de cultivo tradicional fueron mejoradas y adaptadas, y la aldea comenzó a ver los frutos de esta nueva educación.

Don Horacio no se detuvo ahí. Organizó talleres nocturnos para los adultos, enseñándoles a leer y escribir, y también sobre administración y finanzas básicas. Les mostró cómo podían organizarse en cooperativas para vender sus productos a mejores precios en los mercados locales y, eventualmente, en la ciudad. La aldea comenzó a prosperar.

Con el tiempo, San Pedro dejó de ser una aldea olvidada. Don Horacio había sembrado una semilla de cambio que se extendió más allá de los límites de la aldea.

Los años pasaron, y Don Horacio, ahora anciano, seguía siendo una figura venerada y amada en San Pedro. Un día, en una celebración organizada por la comunidad en su honor, se levantó con dificultad y, mirando a la multitud reunida, dijo:

"El verdadero poder de la educación no reside solo en los libros, sino en la capacidad de transformar vidas y comunidades. San Pedro es la prueba viviente de que, con conocimiento y voluntad, se pueden romper las cadenas de la ignorancia y la pobreza."

El aplauso fue ensordecedor. Don Horacio, con lágrimas en los ojos, supo en ese momento que su misión había sido cumplida. San Pedro era ahora una aldea floreciente, donde el conocimiento crecía y se esparcía, nutriendo cada rincón con esperanza y progreso.

Y así, en aquel rincón de las montañas bolivianas, la educación había tejido una red de oportunidades que aseguraba un futuro mejor para generaciones venideras, demostrando que el desarrollo comunitario comienza con la chispa del saber.

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