Ánima Barda -
Pulp Magazine
derado la idea de permanecer toda la noche junto a su moribundo padre. Sin embargo, cuando se giró, se dio cuenta que no era su mujer quien se encontraba en la habitación mirándolo fijamente. Se sobresaltó en un primer instante, pero luego sucumbió como siempre a esa mirada y esos labios rojos que sabían muy bien como imponerse sobre él. - Por favor, déjame vivir en paz con Luana -le suplicó con apenas un hilo de voz, aun encontrándose ya bajo su influjo. - Ven -le susurró ella extendiéndole
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sus manos-, cumpliré tu deseo; estaremos juntos para siempre. -Sonrió sin apartar sus ojos de él, llamándolo como si lo estuviera dejando en trance-. Nadie te amará como yo; además, tú me perteneces -oyó cuando ya tenía sus labios rojos tan cerca-, y hoy he venido a llevarte conmigo. La Bashee lo besó largamente, quitándole el entendimiento y la cordura, volviéndolo su prisionero, sin voz ni voto. Lían ni siquiera intentó resistirse, sabía que lo que decía era cierto. Además… ella era tan seductora…