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EDITOR: Diego Salazar COEDITOR: Juan Martínez

Carece INEGI de estadísticas recientes

MÁS ALUMNOS… Según versiones de alumnos del ITAM, otros dos estudiantes identificados como Alejandro y Diego, se suicidaron ante la exigencia académica.

El suicidio, grave problema entre jóvenes mexicanos

Los padecimientos mentales en el país son ignorados y estigmatizados, a partir de la carencia de mediciones en cuanto a su existencia en nuestra sociedad, por parte de las instituciones

<< Daniel Moncada

El instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha dejado de producir, valga la redundancia, estadísticas acerca del suicidio, desde el año 2016.

Según los cuestionarios realizados por el INEGI desde hace medio sexenio, revisados por Ángel Metropolitano, se medían las causas del acto de arremeter contra su propia existencia: por motivos amorosos, dificultades económicas, pleitos familiares, enfermedad grave e incurable, así como padecimiento mental. Además, se cuantificaba si la persona que se quitó la vida padeció remordimiento alguno, si se ignora el motivo, o por otra causa no prevista por los eventuales sociólogos realizadores de la encuesta.

Aún así, los últimos datos que ha publicado el INEGI sobre el verdadero problema filosófico, como lo planteó Albert Camus (1913-1960) en su libro El Mito de Sísifo (1942), arrojan datos interesantes.

La tasa de suicidios de 2010 a 2016 aumentó de 4.3 a 5.1 por cada 100 mil mexicanos. En el último año registrado, ocurrieron 6 mil El suicidio es la cúspide de la depresión

291 muertes por lesiones autoinflingidas, al ser el ahorcamiento el método más usado… Además, los jóvenes de sexo masculino son quienes culminan con su propia existencia en mayor medida.

Y en todas las sociedades del orbe, la segunda causa de mortalidad en personas de 15-29 años, es el suicidio, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

PRECARIZACIÓN LABORAL Sobre la misma interrogante de si vale la pena vivir o no… una de las últimas tesis/ensayo al respecto, publicadas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue intitulada Determinantes socioeconómicos de los suicidios en México 2005-2017: un análisis econométrico con datos panel.

Con un enfoque evidentemente económico, las conclusiones de la investigación de apenas 30 cuartillas, publicada este año por la especialista en Econometría Aplicada, Alva Berenice Vivia Jiménez, de la Facultad de Economía, perteneciente a la máxima casa de estudios, versan sobre cómo la jornada laboral y los salarios precarios, inciden en el incremento de la tasa de suicidios a nivel nacional.

EL CASO DE FER, EN EL ITAM Ante una sociedad que se dedica a juzgar, ignorante –en el sentido estricto de la palabra– de los padecimientos mentales que pueden ocurrir en cualquier individuo, por diversos factores que cada uno sufre, Fer se limitó a presentarse como una persona “normal”, para ser tratada sin distinciones al igual que a sus compañeros de generación, en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), antes de entrar al estrés laboral o bournout provocado por el autoesclavismo, como lo piensa desde una visión crítica y recalcitrante, el filósofo nacido en Corea del Sur, Byung Chul Hang.

Sin embargo, ella no llegó siquiera al estrés ocasionado por el campo laboral, y mucho menos se suicidó como diversas versiones periodísticas lo representaron por medio de notas “informativas”, algunas escuetas, pero la mayoría no verificadas por los respectivos editores de varios medios de comunicación.

Fue a través de las redes sociales como su madre optó por disipar los rumores; Fernanda no se suicidó, sin embargo, murió a causa de un padecimiento no declarado públicamente, por el estigma en cuanto a las enfermedades mentales en la sociedad mexicana, a causa de la falta de estrategias institucionales, gubernamentales, e incluso de estadísticas que permitan medir el problema y encontrar posibles soluciones. Fer no quería ser tratada de una forma diferente.

El otro factor determinante para que falleciera después de una convulsión que no resistió su cuerpo, fue la presión ejercida por el sistema escolarizado, las exigencias que la academia le impone al estudiante para poder “salvar el semestre” –y claro–, la humillación que le propinó uno de los académicos del ITAM, como lo declaró su madre, con todo el dolor de su existencia.

“Mi hija detestaba ese ambiente donde la empatía y la bondad de dichos profesores era inexistente, al punto de que en el último día de su vida Fernanda salió llorando de un examen de Derecho por la humillación recibida por uno de sus maestros. Esta situación fue un detonante para el ataque que sufrió mi hija”, expresó la madre de Fernanda “a través del dolor más profundo que un ser humano pueda sentir”.

Que en paz descanses, Fer. ▪

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