4 minute read

REPORTE

Next Article
DESAPARECIDOS

DESAPARECIDOS

EDITOR: Diego Salazar COEDITOR: Juan Martínez UNA VÁLVULA DE $2,500, LA CAUSA Poco antes de morir, Joaquín Hernández Galicia, exlíder del STPRM, en entrevista con David Casco, le aseguró que la tragedia se originó por no cambiar una válvula de 2 mil 500 pesos.

Oficialmente, murieron alrededor de 500 personas A 35 años, la tragedia de San Juanico, en el olvido

Ya pasaron 7 lustros de la explosión por una fuga de gas en la zona de San Juan Ixhuantepec, pero la zozobra en los habitantes aún permanece

<< Leo Díaz

A35 años del aniversario luctuoso por la pérdida de vidas humanas por la explosión de depósitos de gas en San Juan Ixhuatepec, municipio de Tlalnepanta, Estado de México, el 19 de noviembre de 1984, pasó de noche para autoridades estatales y federales.

Las autoridades municipales fueron las únicas en recordar a quienes perdieron la vida, sufrieron quemaduras de primer grado y resultaron afectados con la pérdida de sus viviendas.

Hoy –a 7 lustros de distancia–, las nuevas generaciones que viven en San Juan Ixhuatepec, no saben que sus familiares vivieron un infierno y que desde esa fecha mantienen su demanda de que las gaseras salgan del lugar para evitar una nueva tragedia.

Los sobrevivientes, como Noé Hernández, Abel Carrillo, Fernando Ruiz y Dolores Burgos, contaron su experiencia, recordando que esa tragedia se pudo evitar porque 24 horas antes de las 13 explosiones, muchos habitantes dieron aviso a las autoridades y nadie hizo caso hasta que se desató el infierno.

Relatos de quienes sobrevivieron, señalan que durante los 50 minutos posteriores a la

primera explosión, de las 13 que se registraron, cimbraron el área y a las siete de la mañana, por la radio se informaba acerca de la destrucción de un sinnúmero de casas en San Juan Ixhuatepec.

Después de 48 horas, los sobrevivientes fueron desalojados del área, no obstante, detrás de ellos dejaron sus hogares devastados, hechos cenizas. En las fotografías que se publicaron posterior a la tragedia, las escenas se observan aterradoras. En todas ellas, los cadáveres calcinados de niños, mujeres y hombres se confunden con los grises panoramas. En este sentido, un sector afectado que no suele tomarse en cuenta fueron los miles de damnificados que se vieron en la obligación de reubicarse en el Valle de Anáhuac.

De acuerdo con datos oficiales, 500 personas perdieron la vida, y los nativos de esa comunidad mantienen su postura que fueron entre 800 a mil las víctimas; 300 registraron heridas considerables, más de mil presentaron quemaduras de primer grado y 60 mil personas fueron evacuadas.

Por el llamado San Juanicazo, 149 viviendas fueron destruidas, dejando en la nada a igual de personas con sus familias, que les había costado años de sacrificio haberse hecho de un patrimonio.

Reportes de esa época, señalan que los hospitales de la Ciudad de México atendieron a 7 mil personas de San Juanico con algún grado de quemadura.

Los sobrevivientes detallaron que fue hasta diez años después que San Juan Ixhuatepec, contó con servicios básicos, pero con una herida que no han podido olvidar quienes vivieron ese infierno.

Las nuevas generaciones no conocen lo que personas adultas vivieron.

La poca organización que existe en San Juanico, pugna porque las gaseras sean reubicadas de ese lugar y, mientras eso sucede, que los habitantes participen como observadores en las tareas de mantenimiento para evitar otra tragedia de grandes magnitudes.

Testimonios de Heriberto Soriano, quien durante una década después de sucedida la tragedia dirigió la organización Unión Popular Ixhuatepec, con el fin de solicitar mejores medidas de seguridad para los habitantes, señalan la problemática con la planta de Pemex se originó desde meses antes del 19 de noviembre de 1984, pues los vecinos denunciaron en muchas ocasiones que percibían fugas de gas, pero nunca fueron escuchados.

En diferentes foros, Heriberto Soriano decía con tristeza, que la devastación pudo haberse evitado, ya que desde su punto de vista, todo se ocasionó a partir de un error humano, pues las tuberías carecían de mantenimiento.

Hoy en día, las condiciones para San Juanico no parecen ser las ideales si se toma en cuenta la experiencia que sucedió en la zona. Seis gaseras, una empresa de químicos peligrosos y una alcoholera, operan en el área.

Adicionalmente, los ductos de Pemex atraviesan la zona y no existe un polígono de seguridad, no existen protocolos y tampoco hay rutas de evacuación.

Los propios vecinos reconocen que viven en la zozobra, pues las gaseras, la planta de químicos y los ductos, “son una bomba de tiempo”

Hacen su vida cotidiana, pero aceptan que saben la hora que se duermen, pero no saben si despertarán al otro día ▪

This article is from: