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REPORTE
EDITOR: Diego Salazar COEDITOR: Juan Martínez NEGRO PASADO Detrás de la funcionaria de la ONU, hay una negra historia de corrupción, crisis económica y negocios al amparao del poder cuando gobernó Chile.
La alta comisionada de la ONU Michelle Bachelet, sin calidad moral para criticar a México
La funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas no tiene empacho en descalificar a nuestro país por la crisis migrante, y hace mutis con el caso Venezuela
<< Enrico Garibaldi/Pedro Hernández Mueller
Las manifestaciones de la alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, sobre la crisis humanitaria que se vive en Venezuela, le han llevado una serie de críticas. Esto por la forma en que elaboró su informe denunciando que en gran parte, está basado en entrevistas realizadas fuera de Venezuela.
Sin embargo, esta situación no desacredita ni deslegitima la investigación, más bien responde a una realidad específica y a las formas con que los organismos internacionales indagan y monitorean la realidad de los llamados “países cerrados”.
Y hace unos días, Michelle Bachelet, externó su preocupación por la política migratoria que ha puesto en marcha el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, e indicó que al menos 35 mil solicitantes de asilo han sido bloqueados en las zonas fronterizas de México en lo que va del año.
Así se expresó: “Me preocupa que las políticas actualmente en marcha en Estados Unidos, México y varios países centroameri-
La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, en entredicho
canos ponen a muchos migrantes en peligro de sufrir violaciones de derechos humanos y abusos”, dijo, en la apertura de la 42ª sesión del Consejo de Derechos Humanos.
Sin embargo, la funcionaria de la ONU carece de calidad moral para atreverse a criticar la política de países como México. A saber...
Hasta marzo de 2019, el Estado venezolano no permitió la entrada de representantes de la ONU al país. Por lo que el régimen de Nicolás Maduro ahora no puede denunciar la poca presencia de esa organización en su territorio. Asimismo, esto también ignora la enorme diáspora de venezolanos en el exterior. Hay un país —más de 4 millones de personas— expulsado del mapa, con todo el derecho a dar testimonio de sus propios procesos.
La exmandataria de Chile realizó una visita a Venezuela en calidad de alta comisionada de la ONU, en tres días realizó un viaje que le sirvió para constatar que “la situación humanitaria se ha deteriorado de forma extraordinaria” poco antes de subirse al avión de regreso en el aeropuerto de Caracas.
Bachelet llegó a Venezuela invitada por el Gobierno de Nicolás Maduro, al que la opo-


sición venezolana y gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, considera un gobernante ilegítimo.
En ese periodo de visita oficial, Bachelet se reunió con representantes del gobierno y la oposición, incluidos el presidente, Nicolás Maduro, y el líder opositorJuan Guaidó —al que Estados Unidos y la mayoría de países de América Latina y la Unión Europea reconocen como presidente interino—.
En su informe, Michelle Bachelet relató algunas de las violaciones de los derechos humanos de las que tuvo noticia durante su visita. El reporte de la Alta Comisionada no ataca a las denuncias concretas del informe. Se centra en tratar de establecer responsabilidades, el movimiento del “Chavismo” niega que todo lo que ocurre sea real pero, denuncia que todo lo que ocurre es culpa la “guerra económica” en contra de “la revolución”.
Para los analistas internacionales, es otra forma de mudar el debate y de esquivar la verdadera confrontación. La élite que domina Venezuela necesita que la palabra “bloqueo” aparezca en cualquier análisis. De eso depende su relato. Pero, por desgracia para ellos, la historia económica, las cifras y las estadísticas, ya no pueden sostener esa ficción. También hace referencia que las sanciones de Estados Unidos agravan la ya terrible situación social venezolana, pero no son la causa fundamental de la crisis. Los responsables de la tragedia no son los enemigos externos. Están adentro y siguen gobernando al país. LA HISTORIA OSCURA DE BACHELET La expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, está llena de amigos y asesores que hoy son seriamente cuestionados por asuntos de probidad y seguramente mientras más se indague, más implicados aparecerán, más situaciones “nebulosas” serán expuestas e inevitablemente, muchos de dichos asesores, tendrán que responder con algo más que millonarias multas por corrupción.
En los sectores del país sudamericano se dice que quien los convocó a “trabajar”, no solo goza de absoluta libertad y de un inexplicable buen nombre a nivel internacional, sino que la posibilidad de que se asuma lo obvio, cada vez parece más lejana. Lo obvio consiste en unir los puntos de funcionario en servicio que haya trabajado en su administración, seguir corroborando los interminables casos de corrupción y asumir que ella no era una pobre ignorante de las circunstancias, sino que a sabiendas permitía toda clase de corrupciones, cohechos y delitos de Estado.
Recientemente, contraloría emitió un dictamen que rectifica o desautoriza unos decretos firmados en las últimas horas del gobierno de Bachelet en marzo de 2018. Dichos decretos reducían la sentencia de contraloría a Cristian Riquelme, un funcionario acusado de realizar contratos irregulares.
La corrupción durante la administración Bachelet, estuvo presente desde su precampaña con una oscura historia de un yate, donde el dinero recaudado no ha sido transparentado y de ahí en adelante (se presume que su primer gobierno le fue escuela para aprender a sacar provecho del botín del Estado) su administración estuvo llena de irregularidades que siempre supieron ser bien justificadas o simplemente ignoradas, tanto por el gobierno como por los cómplices medios.
Es que Bachelet es tan amable y carismática que no se atrevían a ponerla bajo la lupa.
Tráfico de influencias, uso o traspaso de información privilegiada, malversación y desviación de fondos públicos, fraude a la confianza pública. Todos estos cargos son perfectamente aplicables a la figura de Michelle Bachelet, pues es una persona que ni siquiera es capaz de responder por la validez de su título profesional y se ha gastado el tiempo en evasivas.
Quizá Bachelet nunca llegue a pagar por sus actos, pues generalmente rufianes como ella saben cubrirse lo suficiente como para dejar inculpados a otros y salirse con la suya. La responsabilidad de que seres nefastos y corruptos que ahora son intocables como Bachelet, hayan llegado al poder, hayan casi destruido el camino al desarrollo de Chile y hayan normalizado la corrupción, es culpa de los votantes que prefieren la dulce mentira de las sonrisas y la igualdad. De todos aquellos que toleran que se abuse de quienes generan riqueza por una mala entendida justicia social y luego no tienen moral para exigir probidad a sus políticos cuando estos le roban a todo el país. ▪