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POLÍTICA / Valor civil
Maribel murió
Maribel no murió, la mataron en el Seguro Social, convirtiéndose dentro de las estadísticas, en un número más de las tantas muertes que a diario suceden en ese organismo, donde la falta de medicinas es la constante y no solo ello, sino la actitud indiferente de médicos, enfermeros, camilleros y en general todos los que a disgusto allí se encuentran.
Anteriormente el Seguro Social era ejemplo de calidad, contaba con los mejores especialistas y los mejores aparatos médicos, lo cual llegó a representar un orgullo para nuestro país. Con el tiempo se fue deteriorando hasta convertirse en pase obligado al cementerio; el tema de las medicinas ha sido tratado, pero a la fecha no existen los indispensables y elementales productos para atender la salud de los derechohabientes.
El caso de Maribel no es único. Se trata de una viuda de 51 años, madre de 3 adolescentes (2 mujeres y un hombre). Con el Covid-19 perdió a su esposo, quien se desempeñaba como ejecutivo en una empresa, que, al morir, empezó con esa actitud clásica en México de negarle beneficios suficientes a los deudos, alegando que la mayor parte de su sueldo era por concepto de comisiones, por tanto, la pensión a la viuda quedó reducida a una cantidad modesta.
Maribel tuvo que trabajar arduamente cuando por desgracia se le detectó cáncer de mama; en la actualidad dicha enfermedad es bastante soluble y las muertes por lo mismo son reducidas. Maribel no podía sufragar gastos en instituciones privadas, acudió al seguro donde el trato que le dieron fue indiferente en extremo. Simplemente se dio el fenómeno del “rebote”, así, del Hospital de Gineco-Obstetricia 4, la enviaron al Centro Médico Nacional Siglo XXI, donde buscó afanosamente al Dr. Francisco Valdez de la Torre, Jefe del Servicio de Urgencias, pero
Dr. Eduardo López Betancourt elb@unam.mx
Maribel olvidó que se trata de personajes inalcanzables y jamás logró contacto con él.
Con un gran desprecio fue enviada al Hospital General de Zona 32, donde la tuvieron en una silla durante más de 48 horas, sin darle un solo “mejoral”; pretendió hablar con el Director del nosocomio, el Dr. Gildardo Normando Cano Manzano, que al igual que en el Centro Médico Siglo XXI, se trata de sujetos inaccesibles, prepotentes, vanidosos y crueles.
Los familiares de Maribel, lastimados, buscaron un abogado para iniciar un proceso penal por la irresponsabilidad en que habían caído directivos, médicos y enfermeros. El abogado en cita enfrentó un primer gran problema: ningún profesional de la medicina (médicos) quiso ayudar y prestar su testimonio ante la injusta muerte de Maribel, de esta manera, cuando la denuncia llegó a la Fiscalía del país, también se le dio un trato indiferente y el Fiscal a quien le tocó conocer el asunto fue totalmente honesto: “nada podrán hacer contra el Seguro Social, el Director de este organismo es de los grandes personajes y todas las denuncias que se presentan se envían al cesto de la basura…”.
Maribel no es la única víctima del Seguro Social, se cuentan por millones, y en eso estriba que la salud de los mexicanos se encuentra totalmente abandonada, carecemos de opciones y soluciones, pero al igual que el Seguro Social, el organismo de los empleados federales padece la misma dramática situación. En el ISSSTE tampoco hay medicinas, ni especialistas, solo una total y descarada indiferencia al dolor humano.
Volviendo al tema de Maribel, en forma por demás sinvergüenza y perversa fue atendida fuera del Instituto por la pseudo doctora del propio Seguro Social, Nayeli N…; esa es la corrupción que existe en ese organismo público, esa doctora no solo le cobraba consultas externas, sino además le vendía medicinas que afirmaba no las podía proveer el Seguro Social.
Se ha dicho mediante los órganos oficiales que México alcanzará el nivel de atención médica propia de los países escandinavos, pero ello no es más que una quimera, algo que bien sabemos resulta imposible. Por el bien de los mexicanos, del pueblo, de los que han decidido un cambio político importante, es esencial se atienda con urgencia el tema de la salud, donde se reclama principalmente seriedad, responsabilidad y una gran dosis de patriotismo. <<
* Dr. Eduardo López Betancourt es Licenciado en Derecho, Maestro en Educación Cívica y Social, Maestro en Historia, Doctor en Pedagogía, Doctor en Historia, Doctor en Derecho, además de máster universitario en justicia criminal por la Universidad Carlos III de Madrid. Obtuvo mención honorífica en todos sus exámenes de grado y sus trabajos recepcionales tanto en la licenciatura en derecho como en historia fueron en el campo del derecho constitucional. Cuenta con una actividad docente de 54 años ininterrumpidos. Imparte clases en la licenciatura en Derecho y en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es autor de 79 obras jurídicas, 39 jurídicas y 40 de crítica socia, además de ser un crítico asiduo de los malos sistemas políticos. Su valor civil ha sido motivo de persecuciones y descalificaciones. Expresidente del Tribunal Universitario de la UNAM.