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POLÍTICA / Valor civil
Marcelino Perelló Valls (1944-2017)
Marcelino Perelló Valls fue un matemático destacado y activista de los que bien pueden considerarse más puros del Movimiento Estudiantil de 1968. Representó a la Facultad de Ciencias de la UNAM ante el Consejo Nacional de Huelga, aquel que mantuvo en vilo a toda una nación. También participó en corrientes diversas como miembro del Partido Comunista Mexicano. Además de la UNAM, se formó entre otros lugares en la Universidad de Bucarest; mantuvo siempre una dignidad, plena e implacable conducta ideológica de izquierda, nunca dejó de ser crítico, su personalidad férrea y radical le impidió aceptar posiciones políticas.

Tengamos presente, sobre lo ocurrido en el 68 existe, hasta la fecha, infinidad de cuestionamientos. Se habló de un pretendido Golpe de Estado, también de una represión injustificada, pero lo cierto es que fueron innumerables los personajes que “metieron mano” en un triste y perverso hecho que enlutó a todo México.
Dentro de este cruento panorama, Perelló se mantuvo recto y honesto; se refugió en Francia y cuando regresó siguió en su línea, se dedicó a la investigación y a la docencia y de pronto fue víctima de ataques violentos, de manera cruel e infame lo acusaron de misógino, algo totalmente fuera de sí; lo que es indudable es que su forma de conducirse fue siempre clara y en ocasiones descarnada. Todo se originó en un programa que mantenía en Radio UNAM por las madrugadas, donde señaló, refiriéndose a la violación, que esta solo podía existir mediante la utilización del órgano sexual masculino y usó un nombre cotidiano o por lo menos que no puede etimológicamente considerar-
Dr. Eduardo López Betancourt elb@unam.mx
se ofensivo, precisó que era solo a través de la “verga...”. Esta es una de tantas denominaciones y no necesariamente puede considerarse fuera de lugar, más aún cuando se hace dentro del ambiente universitario en que no hay cabida para descalificaciones.
En sentido estricto, Marcelino tuvo razón, la violación que proviene del varón tiene que hacerse con el órgano sexual, esto es, con el pene, y si bien es cierto, hay lo que se llama “violación equiparada”, esta no sustituye al planteamiento inicial. La violación equiparada es cuando se utiliza otro medio para cometer el ilícito, como puede ser un instrumento mecánico, inclusive la forma oral o las manos y dedos.
Por otro lado, consideremos que Marcelino no fue abogado ni conocedor del Derecho, sus planteamientos fueron puntos de vista que lejos de ser respetados, originaron una persecución insólita que le costó, entro otros, la expulsión como docente, amén de que fue despedido de Radio UNAM. Sin duda ese trato cruel contra un gran líder precipitó su muerte; lo que debemos recalcar es que dejó huella de su calidad humana y de su intenso pensamiento que fue portaestandarte fundamental del Movimiento Estudiantil de 1968, mismo en el que insistimos, hubo infinidad de beneficiados que lograron favores, obtuvieron importantes dividendos y cargos públicos al por mayor, pero no solo los que participaron como estudiantes, sino también ajenos, como políticos de toda jaez y docentes que no dejaron pasar la oportunidad de quedar como “virtuosos” defensores. Perelló fue denostado y maltratado; en su carrera destaca el no haber formado parte de las mafias académicas. Marcelino fue independiente, se manejó siempre con autonomía e incomprendido hasta su muerte. Dejemos en claro, fue uno de los pocos lideres respetables sobre cuya memoria no se ha hecho la justicia requerida, al igual que Luis González de Alba, personaje que merece ser recordado en la misma tesitura, marcando su grandeza por ser quien vivió la noche trágica del 2 de octubre en forma tan intensa como Marcelino, fecha que no se olvida, y que obliga a recordar a los miles de masacrados y líderes que como Marcelino y González de Alba buscaron nuevas y mejores opciones para la juventud.
La historia no puede ni debe considerarse como hechos pasados sin ninguna repercusión, es reflexión, conocimiento, ciencia viva que nos permite confirmar aspectos positivos y evitar repeticiones, en particular de episodios trágicos. Lamentablemente en el caso del 68 no ha sido la conducta esperada la de gobiernos que siguen golpeando a estudiantes, asesinándolos, como el caso de los alumnos de Ayotzinapa. Nótese, de nada sirvió el Movimiento del 68, dado que se repiten acciones genocidas y todavía más triste el que se olviden conductas heroicas como la de Marcelino Perelló Valls. <<
* Dr. Eduardo López Betancourt es Licenciado en Derecho, Maestro en Educación Cívica y Social, Maestro en Historia, Doctor en Pedagogía, Doctor en Historia, Doctor en Derecho, además de máster universitario en justicia criminal por la Universidad Carlos III de Madrid. Obtuvo mención honorífica en todos sus exámenes de grado y sus trabajos recepcionales tanto en la licenciatura en derecho como en historia fueron en el campo del derecho constitucional. Cuenta con una actividad docente de 54 años ininterrumpidos. Imparte clases en la licenciatura en Derecho y en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es autor de 79 obras jurídicas, 39 jurídicas y 40 de crítica socia, además de ser un crítico asiduo de los malos sistemas políticos. Su valor civil ha sido motivo de persecuciones y descalificaciones. Expresidente del Tribunal Universitario de la UNAM.