Ashley y Blanca en el bosque del miedo

Ashley y Blanca

en el bosque del miedo

CEIP Fermín Salvochea 4º de Primaria Curso 2014-15

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Capítulo 1 Era una mañana cálida y soleada del mes de abril de 2015. Ashley se levantó con mucha prisa porque se iba de excursión con su colegio. Ella tenía todo preparado: la comida, el agua, protección solar,… todo iba en la mochila. Desayunó, se lavó los dientes y fue camino del colegio.

Ashley es una niña de 12 años. Es un poco alta pero delgada, como el trigo. Tiene la piel morena y suave.

Tiene el pelo rubio, largo y liso. Su cara es muy bonita. Tiene unas pecas tan pequeñas que ni se ven. Los ojos son grandes y azules, cristalinos como el cielo, muy brillantes, aunque son un poco saltones. La nariz la tiene chata. Su boca es preciosa, pequeña y siempre con una sonrisa. El cuello es muy largo. Sus brazos y piernas son cortos y delgados.

Tiene muchos vestidos y sus zapatos favoritos son unas botas de piel.

Ashley siempre está contenta. Le gusta salir con sus amigas. Es simpática y divertida, amable, cariñosa y bondadosa.

Le gusta leer, hacer la tarea, escuchar música electrónica, pop o clásica, cantar y bailar, ¡y lo hace estupendamente bien! Le encantan las flores y las joyas. Hace mucho deporte y le chifla saltar a la comba. Le gusta comer sano, come mucha fruta y verdura, también le encanta el puchero. De mayor le gustaría ser modelo. ¡Qué bien nos lo pasamos con ella! ¡Es una chica increíble!

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En el colegio, estaban esperando el autobús. Ashley iba de compañera con Blanca. Blanca era su mejor amiga. Estaba muy nerviosa y contenta a la vez.

- ¡Hola, Blanca!- saludó Ashley con mucha felicidad.

- ¡Hola, Ashley! ¿Te sientas conmigo?- dijo Blanca.

- ¿Estás nerviosa?- preguntó Ashley a su amiga Blanca - ¡Estoy muy nerviosa, no puedo controlarme!

- Blanca, intenta calmarte y piensa que es un día cualquiera como otro- añadió Ashley a Blanca intentando calmarla.

- Vale, gracias por el consejo, Ashley. Y tú, ¿no estás nerviosa?

- No, no mucho- contestó Ashley mientras rebuscaba en su mochila rosa con lunares fucsia. - Blanca, ¿has visto mi conejito de peluche de piel blanca como la nieve?

- Pero si lo tienes en la mano, Ashley- dijo Blanca sin poder creer lo que estaba oyendo.

- ¡Ay!¡Sí!¡Qué despistada soy!- exclamó ella dándose una palmada en la frente.

Metió su conejito en la mochila pensando que ella también estaba muy nerviosa.

Se despidieron de sus padres y mientras, Ashley y Blanca jugaban a lo que se les ocurría.

La señorita no les había dicho donde iban a ir.

- Oye, ¿sabes cuánto va a tardar el autobús en venir?- preguntó Ashley.

- Pues no sé, tengo ganas de que nos vayamos ya- pensó Blanca.

- Estoy muy impaciente- dijo Ashley.

- Y yo también- suspiró emocionada Blanca.

- ¡Mirad, por ahí viene el autobús!

Cuando el autobús llegó se fueron corriendo para coger el primer asiento.

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- ¡Adiós, mamá!

- ¿Y si cantamos canciones en el autobús?- propuso Blanca animada.

- ¡Vale!- gritó Ashley cantando.

Y así, cantando, hablando, jugando al “Piedra papel o tijeras” y al “Veo veo” se pasó el tiempo.

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- Oye, ¿tardaremos mucho en llegar?- susurró Blanca.

- No creo. La señorita dijo que dos horas y cuarto- le confesó Ashley.

-¡¿Qué?!- exclamó Blanca.

- Bueno, ya falta menos- le tranquilizó Ashley.

- Estoy entusiasmada- dijo Blanca.- ¡Qué chulo!

- ¡Mira por la ventana!- gritó Ashley abrazando a su amiga.

- Son muy bonitas esas flores- interrumpe Blanca.

- Sí, pero no se pueden arrancar. Son parte de la Naturaleza.

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Capítulo 2 Después de un largo trayecto, al fin habían llegado. Era una pradera y tenía un bosque a un lado. Ashley y Blanca se quedaron en el autobús asombradas por el sitio que acababan de ver.

- ¡Hemos llegado!— gritó Blanca.

- Sí, Blanca, hemos llegado, pero no me pongas nerviosa.

Pusieron las tiendas, prepararon su desayuno y desayunaron.

- Oye, Ashley, ¿de qué te ha puesto el bocadillo tu madre?

- De chóped de lata— se sorprende Ashley.

- A mí de jamón.

- Ven a jugar al escondite— dijo Blanca.

- ¡Vale!

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Le tocó contar hasta veinte a Blanca y Ashley se escondió muy lejos, detrás de unos arbustos, adentrándose en el bosque cada vez más.

Blanca buscó y buscó y, al final, vio un arbusto moviéndose. Fue a mirar y encontró a Ashley. Blanca le preguntó a Ashley: - ¿Dónde estamos?

- Estamos en un bosque… ¡perdidas!- chilló Ashley.

Sin darse cuenta ya estaban totalmente desorientadas.

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Se encontraban en un bosque que para cruzarlo había que pensárselo dos veces porque decían que estaba encantado. Al entrar en él, los árboles eran normales y corrientes, con frutos deliciosos y dulces como la miel. Al ir adentrándonos, el cielo se iba nublando, volviéndose cada vez más tenebroso, con truenos y relámpagos. Las nubes tenían formas diabólicas. Dentro de este bosque nunca había sol. Era un bosque terrorífico, alejado de la civilización, donde nadie se atrevía a ir porque había árboles quebradizos con caras horribles cuyas sombras parecían muertos vivientes.

Entre los árboles altísimos había tenebrosos pantanos y plantas venenosas. Más arriba se distinguían flores muertas y un camino largo que llevaba a un castillo. En el camino había un muro con plantas trepadoras y en el centro, una portezuela. El castillo estaba rodeado de un pequeño foso de lava con un monstruo llamado Bubrack. Lo que nadie sabía es que dentro habitaban seres misteriosos.

En el jardín del castillo había plantas venenosas rodeando un lago enorme y muy profundo. Si miras por los arbustos puedes encontrar seres escondidos que hacen ruidos raros.

A mí me da sensación de misterio y miedo. Imaginaros lo que podrían sentir Ashley y Blanca.

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Todos los de la clase se preocuparon y se pusieron a buscarlas, pero no las encontraron, así que se quedaron solas en el bosque.

- ¿Has visto eso, Blanca?— susurró Ashley— Estoy asustada, he visto una sombra.

A Blanca no le da tiempo de responder cuando ven un castillo.

Mientras observaban el castillo, dijo Ashley: - Blanca, vamos a ir a ese castillo, a ver si nos dan información.

Siguieron caminando un poco, y vieron que los árboles se estaban convirtiendo en árboles encantados, con caras raras y, entre los árboles había unas sombras tenebrosas.

- ¡Buuu! ¿Os venís conmigo? ¡Hoy hay carne fresca, chicos!

- ¡Dos orcos! ¡Noooooo!— gritó Blanca.

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Los orcos las atraparon y las metieron en una torre muy muy alta, encerradas en una jaula colgada encima de lava hirviendo.

- Ashley, ¿tienes miedo?— dijo Blanca.

- Síiiii. Blanca, ¿qué te pasa?— preguntó Ashley, aterrorizada.

- Nada, es que... me he hecho pís.

- ¡Agh, qué asco!— dijo Ashley asqueada.

- ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Sáquennos de aquí!— gritaron las dos a la vez.

- Espero que salgamos de esta— dijo Ashley.

A Ashley se le ocurrió llamar con el móvil a sus amigos, con los nervios se había olvidado de él.

- Hola Hugo, nos acaban de atrapar unos orcos. ¡Ayúdanos!

- ¡Ya vamos!- contestó Hugo desesperado.

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Capítulo 3.

Las niñas estaban aterrorizadas porque la cuerda parecía a punto de romperse.

- ¡Ashley, nos caemos!- gritó Blanca.

Iban a caer metros más abajo, pero un milagro las salvó.

- Uf, nos hemos quedado enganchadas en una roca- suspiró Ashley aliviada-. Mira, una palanca.

Ashley tiró de la palanca y se abrió un puente sobre el foso.

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Los orcos iban a coger a las dos niñas.

- Orcos borde del foso ir- dijo el capitán orco.

- ¿Peleamos?- preguntó uno de los orcos.

Ashley y Blanca sabían judo y kárate, se miraron y asintieron.

Entonces empezaron a luchar.

- ¡Vamos, que les podemos ganar!- exclamó esperanzada Blanca.

- ¡Vamos a por ellas!- gritaban los orcos.

- ¡A por ellos!- gritaban las niñas.

- Bueno, ¿ahora qué?- preguntó Blanca entre una llave y otra.

- Llamaré a Hugo- dijo Ashley.

- ¡Un momento!¡Ay!¡Ya!- gritaba Blanca, dando patadas.

- ¡Socorro, Hugo!- gritaba por el móvil Ashley.

Mientras continuaba la pelea Ashley daba ánimos a Blanca: - Hugo me ha dicho que vienen de camino.

- Pues que no tarden porque creo que vienen más orcos.

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Mientras, la clase había vuelto para salvar a las niñas con todo lo necesario: agua, cuerdas, cuchillos, gorras,...

- Señorita, ya está todo- hizo saber Hugo.

- ¡Vamos, chicos, rumbo al bosque!- exclamó la profesora.

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Al cabo de un rato, salió de entre los arbustos un personaje rarísimo, que era enemigo de los orcos. Era como un dinosaurio y un caballo, y esa mezcla, con un humano. Les dijo: - Hola, mi nombre es Perico. Encantado de conoceros.

- Igualmente- contestó Hugo.

- He visto a dos niñas, ¿son vuestras amigas?

- ¡Sí!- dijo Hugo desesperado. - ¿Usted podría ayudarnos a encontrarlas?

- Pues claro. Yo me conozco el bosque de cabo a rabo- dijo Perico muy contento de hacer nuevos amigos.

- Pues démonos prisa, tenemos que llegar al castillo de los orcosdijo la señorita sin aliento.

Ashley y Blanca continuaban luchando pero, nada, todavía había más orcos y no podían salir.

Sus compañeros habían llegado al bosque pero vieron que había muchos orcos y se escondieron.

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Capítulo 4.

Ashley y Blanca siguieron peleando, cuando, de repente, escucharon un ruido extraño. Las dos chicas no sabían qué era ese ruido. Tenían muchas dudas.

La lava había entrado en ebullición y algunos orcos cayeron en ella. Ashley y Blanca no podían más. De un momento a otro…

- Ashley, ¿qué hacemos? Estoy asustada. Tengo mucho miedodijo Blanca aterrorizada.

- No lo sé, pero encontraremos una solución. No te preocupes, ahora vendrán nuestros compañeros.

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Hugo, que seguía teniendo su móvil, llamó a la conductora, Francesca, que era italiana, para que fuera a recogerlos. Cuando llegó Francesca, subieron al autobús Perico, la profesora y los niños.

- Tened mucho cuidado. Voy a ir muy deprisa- aconsejó Francesca.

Pero el autobús tropezó con una piedra y se pinchó una rueda. La conductora no pudo parar y atropelló a varios orcos.

Ashley y Blanca vieron cómo el autobús atropellaba a los orcos.

- ¡Oye! ¿No es ese el autobús del cole?

- Sí, mira. Vienen a por nosotras- contestó Blanca esperanzada.

- ¿Vamos a encontrarnos con ellos?- preguntó Ashley.

- Sí, venga, vamos- respondió Blanca decidida.

- ¡Chicos!- gritó Ashley.

- ¡Por fin!- suspiró Blanca.

- ¡Venga, coge a las chicas!- exclamó Hugo a Francesca.

- ¡Rápido, subid!- gritó Francesca.- ¡Deprisa, que vienen más orcos!

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- Hola, chicos. Gracias por venir- dijo Blanca.

- Y este, ¿quién es?- preguntó Ashley.

- Yo soy Perico, el enemigo de los orcos. Venga, vamos a lucharcontestó Perico alegremente.

De repente apareció una sombra: Era Bubrack, el rey orco, que medía tres metros y tenía la fuerza de diez hombres fornidos.

- A ver, ustedes, ¿qué hacer aquí? Mi territorio yo mandargritaba el rey orco muy enfadado.

- Venga, chicos, cojamos las espadas de los orcos muertos y ¡a luchar!- gritó Hugo animado.

- ¡A la cargaaaa! ¡A por todooooos!- chilló la profesora.

Siguieron luchando hasta vencerlos.

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La lava empezó a hacer más ruido y todos se asustaron, incluso el rey orco que se cayó de espaldas y terminó en la lava.

Pero la batalla no había terminado. Primero ¡zas! Y después ¡crack! Y así, poco a poco, acabaron con los orcos.

Una vez dentro, las niñas vieron que todos sus compañeros estaban allí.

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Justo antes de partir, Ashley escuchó una voz muy familiar.

- ¡Ashley, despierta!

Todo había sido un sueño. Ashley se despierta en el campamento durmiendo en la tienda de campaña.

-¡Ah!¡Qué sueño más raro!- dice Ashley.

- Ashley, ¿estás bien? No has parado de gritar durante toda la noche- le dice Blanca.

- He tenido una pesadilla. ¿Te la cuento?

Ashley contó el sueño a Blanca y se les ocurrió una idea: ¡hacer un libro! Al llegar al cole, le contaron el plan a la profesora y se pusieron manos a la obra. Al cabo de unos días ya estaba hecho y alguno de vosotros os preguntaréis ¿cuál es el libro que hicieron? ¡Pues el que os acabáis de leer! ¡El libro que habéis leído ahora mismo!

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Dirección del proyecto de Escritura Colectiva: Ángeles García

Autores/as e ilustradores/as: Lorena Álvarez Inés Andrada

Paula Banda

María Cacheira

Eva Mª Campaña Xin Yi Chen

Raúl Condori Sofía Cortés

María De Gregorio David Díaz Sonia Du

Aura Escobar Iraxte Gómez

Verónica Iftodi Denís Jiménez Carlos Mejías David Mena María Pérez

Christian Pino

Adrián Ramírez

Abraham Sánchez Mario Sánchez

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