Quebradas de Valparaíso: Memoria social autoconstruida. Andrea Pino Vásquez 2015.

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guardamos para subir de vuelta y si viviéramos en otro lado no podríamos hacer eso”. (HCRF, mujer, 21 años, quebrada Las Cañas). “Esta es la parte más cerca del Plan, toda la gente baja por aquí, bajan por aquí porque dicen que es más cerca; si aquí está a un paso del Plan, a veces para ahorrar, yo bajo a pie y para caminar también. Como estamos al lado, para qué gastar en micro” (HF, mujer, 71 años, quebrada Las Cañas).

2.1.4- Localización En cuanto a la localización, esta es evaluada como positiva, en la medida que los habitantes la comparan con la localización, desplazamientos y costos que implicaría el vivir en otro lugar. Pero no sólo un incremento en los gastos de transporte, sino también una considerable reducción de su movilidad urbana. La localización de las viviendas sociales es percibida por los habitantes de la quebrada como segregativa, tanto del punto de vista espacial como social. Por lo que reafirman su decisión de habitar en una quebrada y de no postular a programas de viviendas sociales. Por ejemplo, la señora María es jubilada y vive en una mediagua construida con trozos de madera y materiales de recuperación. Ella nos cuenta que con su jubilación de 75.000 mil pesos32 simplemente no le alcanzaría para vivir en un “departamento”33 (vivienda social), ya que sólo por concepto de transporte colectivo ella gastaría más de un tercio de su jubilación. Frente a esto, ella se siente agradecida de vivir en una quebrada, a pesar de las malas condiciones en la que se encuentra su vivienda. Ella nos cuenta que:

“Yo en eso doy gracias a dios, aquí me he economizado harto, la micro aquí sale doscientos pesos, en eso me economizo; para arriba me sale trescientos pesos entonces yo bajo a pie, y subo en micro (bus), porque es más pesado […] todo eso es un beneficio, no gasto tanto en micro. Pero por ejemplo, mis hijos querían que me metiera a un departamento34, pero irse a un departamento donde la mandan a la punta de la loma (cerro) y ¿si no tiene un sueldo fijo? y ¿si vive de la pura jubilación? Como lo que me pasa a mí, porque si yo

32 Si la señora María, primero, no tuviera la casa que tiene en la quebrada, la cual construyó ella misma con sus hijos, tendría que pagar arriendo, probablemente de una pieza, porque para arrendar una casa no le alcanza. En Valparaíso, los arriendos más económicos cuestan alrededor de 80.000 pesos al mes, es decir, un precio superior al ingreso que percibe por concepto de jubilación. 33 Forma habitual de nombrar a la vivienda social, ya que en su mayoría son departamentos y no viviendas unifamiliares. En el imaginario colectivo, vivienda social es inmediatamente sinónimo de departamentos y solo en casos muy particulares se puede acceder a una casa unifamiliar. 34 En este caso, la palabra departamento alude a las viviendas sociales otorgadas por el Estado, que como decíamos anteriormente, la mayoría de las veces se localizan en las periferias de la ciudad.

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