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EL POP ART EN EL PERÚ
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by AndreaISL
Al hablar del caso peruano, y su cercanía al Pop art, ubicamos la década del sesenta. Momentos donde la escena plástica vive un ritmo acelerado de recepción de las tendencias internacionales. En nuestro país, en el ámbito de los valores culturales y de algunas esferas de la ‘alta’ cultura local, todavía se prefiere a Francia y Europa.
Las primeras manifestaciones de un cambio real en pintura se dan a mediados de los sesentas en la obra de Emilio Hernández Saavedra y Jaime Dávila. En su pintura abstracta se comienzan a ver símbolos geométricos y evocaciones industriales, dándose un primer acercamiento al Pop Art.
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Con el gobierno de Juan VelascoAlvarado, el Perú se acerco a tendencias soviéticas y cubanas, y acogiendo esta experiencia se utilizó el afiche como medio para promocionar las reformas sociales y políticas.

En este contexto el Pop Art, dejó de la simple imitación y pasó a reinterpretarse. El afiche del


SINAMOS (Sistema nacional de movilización social) adquirió características propias, se trató en muchos casos de la fusión del Pop y Op Art (Tendencias estadounidenses y totalmente antagónica a los proyectos nacionalistas del gobierno militar). Esta curiosa simbiosis enaltece la figura del indio. Las irónicas imágenes del
Pop Art americano habían ayudado a despejar el camino para el nacimiento de una expresión realista muy peculiar que Jesús Ruiz Durand denominó “Pop Achorado”. En estas obras se podía leer frases como “Reforma Agraria base de una nueva sociedad”, “El Azúcar, primera industria sin patrones en el continente americano”, “190 años después Tupac Amaru esta ganando la guerra”, “Tierra sin patrones”. De manera especial se trabajó la figura de Tupac Amaru II como prototipo del indio que tuvo valor para enfrentarse al poderoso opresor. El arte peruano se asocia gradual y explícitamente a discursos progresistas que buscan la reparación social y la restauración estilística.