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Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso VOLUMEN

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NÚMERO

2 2005

Sumario EDITORIAL

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ARTÍCULOS

Modalidades comunicativo-discursivas de participación en comunidades virtuales de aprendizaje: una propuesta para la evaluación formativa Gustavo Daniel Constantino 7 La ironía y el humor en El Habla de Monterrey María Eugenia Flores Treviño

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Argumentación y funciones estratégicas en el discurso político venezolano: el cierre de campaña del referéndum revocatorio presidencial María José Gallucci

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Marcos temporales y proyectos comunicativos: el análisis de la temporalidad en la interacción verbal Irene Fonte - Rodney Williamson

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Dime a quién citas y te diré quién eres. La co-construcción de la identidad en el diálogo Lidia Rodríguez Alfano - Gabriela Elizondo Regalado

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Una nueva tipología para analizar la prensa en México Eva Salgado Andrade

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RESEÑAS

Álvarez Muro, Alexandra. Poética del habla cotidiana. Mérida, Venezuela: Universidad de Los Andes. Reseñado por Ainoa Larrauri

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Renkema, Jan. lntroduction to discourse studies. Amsterdam. Reseñado por María Valentina Noblía

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Williamson, Rodney y De Diego, Fernando. Verbo e Imagen en la Telenovela mexicana. Reseñado por Yoconda Correa Maneiro

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Foro

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Libros recibidos y eventos

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Índice acumulado

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EDITORIAL

Tiempo de organizar la cosecha y de extender las redes En editoriales anteriores nuestra atención se ha puesto, entre otras cosas, sobre las reseñas y sobre el arte de arbitrar artículos. Ahora le toca el turno al Foro y a su función en esta revista en particular, porque en la ALED una de las metas importantes es promover el debate enriquecedor y el desarrollo de la investigación en América Latina. Al releer los Foros anteriores, se puede notar que aparecen temas y propuestas que bien vale la pena reforzar. Teresa Carbó inició el Foro e introdujo el tema de nuestra experiencia como investigadores (volumen 2(1), 2002). Apuntó a la relación entre lengua e investigación y propuso que reflexionáramos juntos sobre las experiencias que hemos tenido por el hecho de trabajar en torno a propuestas teóricas publicadas en lenguas extranjeras (inglés, francés, alemán), y el esfuerzo que ello significa para nosotros, amén de las implicaciones para nuestro propio crecimiento intelectual. Yo misma respondí a Teresa y me referí a los Programas de Estímulo al investigador que siguen pautas internacionales, y a las que hay que apegarse para sobrevivir como investigadores en los círculos científicos y académicos más allá de nuestras fronteras. Mi interés en ese momento fue evaluar los pro y los contra de tales programas y, fundamentalmente, enfatizar la necesidad de promover la investigación en proyectos de grupos comprometidos socialmente (volumen 3(1), 2003). Como reacción al primer y segundo Foro, tuvimos las palabras de Luis Alfonso Ramírez, quien se dedicó al tema del reconocimiento de la comunidad académica propia y la interlocución de los académicos sobre el discurso (volumen 4(1), 2004). Luis Alfonso se preguntó primero si, efectivamente, existe la posibilidad de avanzar en el conocimiento sin cumplir con los requisitos de usar una “lengua de prestigio y modos aceptados de construcción discursiva”. Tuvo mucha razón, cuando planteó, además, que la falta de reconocimiento a nuestra lengua comienza por el desconocimiento que académicos y administradores le hacemos en América Latina. Su Foro se concentró en nuestro quehacer como seguidores de teorías y métodos provenientes de otros contextos y sobre cómo, cuando hay producción nacional, no es tomada en cuenta por las autoridades. Saludó la interlocución con países como España, pero lamentó lo poco que nos leemos y el escaso debate en nuestros encuentros. Su mayor preocupación es saber “si hemos logrado establecer unas tendencias de discusión entre los investigadores con repercusión por lo menos en la región” (p. 117). Su propuesta final fue que creemos en la 3


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revista una sección para el debate sobre los planteamientos de los artículos o crear una red por Internet, pero sobre todo leernos para construir diálogo con resultados. En el siguiente Foro, Irene Fonte (volumen 4(2), 2004) retomó las preocupaciones de Luis Alfonso en cuanto a nuestra práctica reconocida de otorgar mayor valor a las referencias provenientes de “perspectivas exteriores”, a “las consagradas”, a las “buenas”, y hace agudas reflexiones sobre la sub-estimación que, junto con las malas políticas editoriales, nos mantienen muchas veces como desconocidos en nuestros propios países. Irene propone una política de citación, y reitera un llamado que he mantenido constante desde los inicios de la ALED, vale decir, que nos nombremos, que nos incluyamos en cada artículo que escribimos. Irene finalizó este Foro solicitando ideas concretas para poner en práctica esta política. Las respuestas a Luis Alfonso y a Irene se presentaron en los Foros de Leda Berardi y de María Laura Pardo, publicados en el volumen 5(1), 2005. Leda Berardi mostró su acuerdo sobre la necesidad de leer y debatir nuestra producción en análisis del discurso, y señaló la importancia del debate para perfeccionar nuestros planteamientos, a la vez que aconsejó dejar de lado “los miedos” y de ser humildes a la hora de recibir recomendaciones. Ella tocó un aspecto no tomado en cuenta en Foros anteriores, a saber, la participación de los alumnos quienes realizan excelentes trabajos de investigación que merecen ser publicados. Todavía más, propuso un número especial de la revista dedicada a la publicación de lo que han hecho estudiantes destacados. Terminó el Foro informando sobre las reuniones celebradas en Chile, en el Coloquio Nacional de 2004 y en el Internacional de 2005, para crear una red de analistas críticos y enfatizó la necesidad de pasar del análisis a la “acción” y dedicarnos a problemas contingentes con el fin de proponer soluciones. Nos invitó en especial a debatir sobre las democracias en América Latina. Por su parte, María Laura Pardo (volumen 5(1), 2005), reforzó en especial las palabras de Leda respecto a ganar confianza para desarrollar teorías y planteamientos propios, y se unió a las voces anteriores que insistieron en un mayor conocimiento y reconocimiento de lo nuestro. Su Foro se dedicó en gran parte al compromiso social que tenemos como analistas, especialmente sobre el problema de la pobreza y de las democracias. Sobre el primer punto, informó sobre la recién creada Red Latinoamericana de Análisis del Discurso (REDLAD) que reúne, mediante el correspondiente acuerdo, a instituciones académicas de Argentina, Chile y Colombia, con el fin de trabajar juntas sobre el problema de la pobreza y despertar conciencia sobre esta situación “que es vivida por más de la mitad de la población mundial”. En relación al segundo punto, 4


Editorial

el de las democracias, que ve muy relacionado con el tema de la pobreza, se formuló varias preguntas que convocan a la reflexión, y reiteró que, aunque las condiciones no sean las mejores, “nos queda hacer lo que podemos con lo que tenemos mientras tratamos de solucionar aquello que pueda estar al alcance de nuestra mano”. Nos instó “a comprometernos, a afirmar los lazos que hemos creado, a citarnos, a leernos y a creer en nosotros como estudiosos” (p. 129-130). El Foro de este número está a cargo de Neyla Pardo, quien continúa el escrutinio sobre la situación de pobreza y las democracias en América Latina, así como sobre la necesidad de establecer redes multidisciplinares. Como hemos visto, los foros han tenido una función relevante en nuestra revista y también en nuestra Asociación. Cada Foro está lleno de reflexiones que merecen discutirse en grupo, con colegas y con nuestros estudiantes. En estos Foros se ha abierto la posibilidad de debatir sobre nuestra identidad como investigadores de una región del mundo que, afortunadamente, habla un mismo idioma (o dos idiomas hermanos); hemos tenido la oportunidad de tocar temas delicados que afectan nuestra imagen (la de ser seguidores) pero, también hemos podido ver hasta ahora, cómo hemos crecido en la ALED y cómo hemos aprendido a organizarnos y a desarrollarnos hasta el punto de formar más y mejores redes que nos conectan de modo consciente sobre los problemas que nos aquejan como región. El tiempo no ha pasado en vano. Es tiempo de cosechar. Mejor dicho, es tiempo de organizar la cosecha. Porque lo que hemos sembrado está creciendo y ya hay muchos y variados frutos en cada país miembro de la ALED. Pero no debemos olvidarnos de extender las redes. La cosecha no puede dejar el terreno vacío. Hay que seguir creando, seguir debatiendo, creciendo y ganando espacios para influir en quienes toman decisiones en nuestros países y en la comunidad internacional. AB

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ARTÍCULO

Modalidades comunicativo-discursivas de participación en comunidades virtuales de aprendizaje: una propuesta para la evaluación formativa GUSTAVO DANIEL CONSTANTINO CIAFIC/CONICET

RESUMEN. Uno de los aspectos más críticos y actualmente menos explorados de los programas y actividades formativas en la Net es la evaluación del aprendizaje de los participantes de las comunidades virtuales –en cuanto comunidades de práctica (Mercer, 2000). Si bien la tecnología permite el registro y cuantificación de los eventos de manera casi exhaustiva, contribuciones en los foros, chats, correo electrónico y documentos de trabajo, todo esto no refleja adecuada y cualitativamente los procesos discursivos y los logros concretos de aprendizaje, tanto en relación al diseño didáctico como en cuanto a criterios externos de calidad del aprendizaje (Garrison & Anderson, 2003). En el caso de la evaluación de la participación de los alumnos por parte de los tutores, muchas veces ésta resulta reducida a aspectos meramente formales o cuantitativos por carencia de habilidades interpretativas del discurso electrónico. El propósito concreto de esta indagación, en base a un corpus de foros formativos con participantes latinoamericanos, está centrado en el desarrollo y propuesta de herramientas de análisis e interpretación cualitativa que permita a los planificadores y profesores/tutores online incorporarlas de manera parsimoniosa y efectiva en los diferentes diseños instructivos de formación en red. PALABRAS Internet

CLAVE:

comunidad de aprendizaje, discurso didáctico, evaluación,

RESUMO: Um dos aspectos mais críticos e atualmente menos explorados dos programas e atividades formativas na Web é a avaliação da aprendizagem dos participantes das comunidades virtuales, enquanto comunidades de prática (Mercer, 2000). Se bem que, a tecnologia permite o registro e a quantificação dos eventos de maneira quase exaustiva, contribuições nos foros, chats, correio eletrônico e documentos de trabalho, tudo isso não reflexa adequada e qualitativamente os processos discursivos, nem os ganhos concretos de aprendizagem, tanto em relação ao planejamento didático, como enquanto, a critérios externos de qualidade da aprendizagem (Garrison & Anderson, 2003). No caso da avaliação da participação dos alunos por parte dos tutores, muitas vezes, esta resulta reduzida a aspectos meramente formais, quantitativos, por carência de habilidades interpretativas do discurso eletrônico. O propósito concreto desta indagação, com base num corpus de fóruns formativos com participantes latinoamericanos, está centrado em deduzir e articular os modos e procedimentos específicos de análises discursivas, necessárias para uma avaliação da aprendizagem em ambientes virtuais. PALAVRAS CHAVE: comunidades de aprendizagem, discurso didático, avaliação, internet Recibido: 30 de mayo de 2005 • Aceptado: 19 de octubre de 2005.

ALED 5 (2), pp. 7-32

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ABSTRACT. Evaluation of the virtual communities’ participants learning is one of the most critical and less explored aspects of the instructional designs and activities on the Net, understanding the virtual communities as practice communities (Mercer, 2000). Although the technology allows documentation and quantification of the events in an exhaustive manner –the contributions in conferences, chats, e-mails, and work documets–, these do not reflect on an adequate and qualitative way the discursive process and the real learning achievement, in relation with the instructional design as well as the external criteria of the quality of learning (Garrison & Anderson, 2003). When tutors evaluate the pupils’ participation, this action is usually reduced only to formal or quantitative aspects, because of the lack of interpretative skills for electronic discourse. The aim of this study, based on a corpus constituted of electronic conferences with Latinamerican participants, is centered on development and proposal of instruments of qualitative analysis and interpretation which allow on line teachers/tutors for incorporate different instructive design of on line formation in an effective and parsimonious manner. KEY WORDS: learning community, instructional discourse, evaluation, internet

1. Introducción En el inicio del tercer milenio se ha despertado un renovado interés por el discurso didáctico o discurso de clase (classroom discourse), impulsado tanto por el reconocimiento de sus efectos en el desarrollo cognitivo cuanto por los desafíos que plantea la aparición de la clase virtual, constituida por foros y chats en los programas de formación en la Internet (Collison et al, 2000; Salmon, 2000; Constantino, 2001, Palloff & Pratt, 2001, 2003; Schank, 2002; Clark & Mayer, 2003). Es así que reconocidos especialistas, como Neil Mercer (2000), Courtney Cazden (2001) y Frances Christie (2002), han advertido las demandas emergentes, procediendo a la reconsideración de los resultados del trabajo realizado en las tres últimas décadas y acometiendo nuevos estudios, algunos de éstos incluyendo nuevos enfoques teóricos y metodológicos. En esta línea de renovación el trabajo consiste en desvelar los rasgos comunes y las especificidades del discurso didáctico electrónico en contraste con el discurso de clase presencial, más allá de la diferenciación –no totalmente adecuada– entre modalidades orales y escritas (Constantino, 2002, 2002a). En efecto, la cualidad de discurso híbrido (Constantino, en prensa) que presenta el discurso electrónico provoca dificultades para su comprensión, análisis e interpretación. Esta cuestión incide directamente en uno de los aspectos más críticos y actualmente menos explorados de los programas y actividades formativas en la Net, que es la evaluación del aprendizaje de los participantes de las comunidades virtuales –incluidas éstas en la conceptualización más abarcativa de comunidades de práctica (Mercer, 2000; Wenger, 2001). Si bien la tecnología permite el registro y cuantificación de los eventos de manera casi exhaustiva, –contribuciones en los foros, interacción en las chats y a través del correo electrónico, revisiones en los documentos de traba8


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jo, etc.–, todo esto no refleja adecuada y cualitativamente los procesos discursivos y los logros concretos de aprendizaje, tanto en relación al diseño didáctico de la unidad, curso o programa en cuestión, como en cuanto a criterios externos de calidad del aprendizaje —según la diferenciación adoptada por Garrison & Anderson (2003). El análisis de la actuación discursiva de alumnos, profesores y tutores revelaría los modos de participación y la modulación diferencial estratégica del discurso didáctico en la producción de los textos que tales participantes llevan a cabo. En el caso de la evaluación de la participación de los alumnos por parte de los tutores, muchas veces ésta resulta reducida a aspectos meramente formales o cuantitativos por carencia de habilidades interpretativas del discurso electrónico. En otros casos, directamente los foros ocupan un papel secundario con ningún peso tanto en la consideración de instrumento para el aprendizaje individual y colectivo como en la evaluación de dichos aprendizajes. Se reduce a un canal diferente de comunicación similar al correo electrónico. Todo esto permite inferir que desde un punto de vista pragmático existe una necesidad de explorar tanto la naturaleza de este género discursivo (Martin y Veel, 1998; Martin y Rose, 2003) como el brindar herramientas analíticas a formadores e investigadores. Con el propósito de proveer conceptualizaciones y procedimientos adecuados al género discursivo de foros y chats, hemos encarado una indagación presentada cuya base empírica está constituida por un corpus de foros formativos con participantes latinoamericanos, y con un foco analítico centrado en inferir y articular los modos y procedimientos específicos de análisis discursivos necesarios para una evaluación del aprendizaje en ambientes virtuales. En concreto, el objetivo consiste en el desarrollo y propuesta de herramientas de análisis e interpretación cualitativa que permita a los planificadores y profesores/tutores online incorporarlas de manera parsimoniosa y efectiva en los diferentes diseños instructivos de formación en red, en particular teniendo presente las características idiosincrásicas de las interacciones en contextos latinoamericanos.

2. Naturaleza y ventajas de los foros formativos Los foros de discusión o conferencias asincrónicas son una de las herramientas más poderosas y de amplia utilización en la estructura didáctica de la formación online. Por otro lado muestra una relación estrecha, -–tal vez solo superada por las chats–, con la situación comunicativa del aula vital o presencial. Esta relación tiene que ver con el despliegue temático entre varios participantes que ofrece como posibilidad el foro y la constitución de un macrodiscurso de clase que permite concentrar todos los aportes, amplificaciones aplicativas y creativas, correcciones y contrastes de perspectivas, etc. De todos modos, esta posibilidad parece no estar demasiado explotada en la utilización actual del forum como herramienta didáctica, quizá por las carencias apunta9


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das precedentemente. Es interesante notar que el trabajo del tutor resulta más económico en tiempo y más productivo didácticamente si lo comparamos con una interacción mediante correo electrónico, en el que se atiende a un alumno por vez y, si bien es posible armar una lista electrónica o “grupo de noticias” que brinde la posibilidad de intercambiar información de todos a todos, las posibilidades de visualización completa simultánea, agrupamiento y clasificación de las contribuciones según criterios temáticos, temporales, de autoría, de correspondencia, etc., son superiores en los foros.1 Numerosos sitios de la INTERNET ofrecen foros de discusión de las temáticas más diversas y abiertos a la participación de quien los visite, con reglas de comportamiento explícitas o no. Algunos sitios ofrecen la posibilidad al visitante de iniciar sus propios foros. A veces las características del sitio determinan no solo las temáticas posibles sino también las cualidades de los participantes (por ejemplo, estudiantes y docentes universitarios, fans de un determinado cantante o grupo musical, interesados en alguna actividad artística o amantes de un determinado género, v.g. films, etc.). En general se puede afirmar que el interés temático particular es el aglutinador. Podemos diferenciar en los foros el grado o nivel de actividad interactiva que en ellos se desarrolla, más allá del número de participantes y las actitudes individuales que van de una gran exposición a un ocultamiento de la propia presencia (lurckers). Aun un mismo foro tiene, durante su vigencia, altibajos con picos de gran actividad interactiva y “momentos” de calma o poca actividad, –aunque por esto el número de contribuciones no sea menor. A este respecto creemos que puede resultar útil una propuesta clasificatoria de los modos o estrategias de participación diferenciales encontradas en una investigación con foros de diferente tipo (Constantino, 2002).

3. Oralidad, escritura y fenómenos de hibridización del discurso Una aproximación esclarecedora para indagar las semejanzas y diferencias entre el discurso de clase y el discurso electrónico es la profundización en los rasgos propios o distintivos de las modalidades oral y escrita y las formas resultantes del intercambio de ambas, encuadradas en el fenómeno denominado “hibridización” de la lengua (Pardo, 1996; Ostria Gonzalez, 2001). 3.1. RASGOS DE LA ORALIDAD En primer lugar, cuando hablamos de oralidad debemos distinguir con W. Ong (1993) entre una oralidad primaria, desconocedora de la escritura, y una oralidad secundaria, propia de lenguas y culturas en la que la escritura está presente. El caso de la oralidad primaria es de difícil representación para los que estamos dominados por el alfabeto (Havelock, 1995), pero sumamente importante para entender la evolución humana, las culturas y textos antiguos y 10


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la naturaleza de la cognición. A este respecto, son de relieve los trabajos pioneros de Luria y los desarrollos actuales de la psicolingüística cognitiva (Givón & Gernsbacher, 1995). Parafraseando a Ong, diremos que en la oralidad primaria las palabras son sonidos sin representación visual: no es posible “verlas”, no tienen equivalente figurativo. Son acontecimientos, hechos; los nombres nunca pueden ser etiquetas o rótulos “visualizables”. La fugacidad de la palabra oral obliga a una diversa economía del pensamiento, más volcada a la memoria y reglas de recuperación (mnemotecnia). Con construcciones lingüísticas acumulativas, aditivas y redundantes antes que subordinadas y analíticas, con mayor atención a la pragmática comunicativa que a la corrección sintáctica. Vital, agonística, empática, participante, homeostática y situacional son otras tantas cualidades propias de este tipo de oralidad. La oralidad secundaria es a la que estamos habituados y que convive indivisa con una escritura que adquiere un rol preeminente y que contagia o contamina con sus peculiaridades a la oralidad. 3.2. CARACTERÍSTICAS DE LA ESCRITURA David Olson (1998) enumera seis creencias arraigadas y extendidas sobre la cultura escrita: 1. 2. 3. 4. 5. 6.

la escritura es la transcripción del habla; la escritura es superior al habla (es más precisa y poderosa); es clara la superioridad tecnológica del sistema alfabético de escritura; la escritura es un instrumento de progreso social (por la alfabetización); la cultura escrita es el instrumento para el desarrollo cultural y científico; la cultura escrita es el instrumento para el desarrollo cognitivo (y principalmente, para el pensamiento abstracto).

Sin embargo, estas creencias padecen de ciertos problemas puestos en evidencia por la investigación y reflexión de los estudiosos, resumidas también por Olson de la siguiente manera: 1. a) el habla no puede ser volcada perfectamente a la escritura, en las transcripciones se pierden rasgos peculiares de entonación e intención; b) los sistemas de escritura son tomados como modelos para analizar/evaluar el habla; 2. no hay fundamento real para sostener la superioridad de la escritura sobre el habla; 3. las lenguas monosilábicas (chino) o culturas no alfabéticas (japonesa) muestran la inadecuada pretensión de superioridad del sistema alfabético; 4. el efecto de la alfabetización como forma de progreso social no es unívoco sino más bien ambivalente, por lo que debe evaluarse contextualmente; 11


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5. sin menospreciar el impacto de la escritura en el desarrollo cultural y científico actuales, la historia muestra culturas florecientes que se han desarrollado sin escritura; 6. Se asume hoy el error de una sobrevaloración de la escritura en el desarrollo cognitivo, que ha menospreciado los saberes previos de los niños y el papel del discurso oral. La dinámica de la textualidad implica que las palabras se encuentran solas en un texto, generalmente producido en soledad para un lector imaginario –en cuanto me lo represento en el momento del acto de escribir, no lo tengo en presencia real. Limitada espacialmente, asume un carácter estático y permanente. 3.3. EL DISCURSO HÍBRIDO El fenómeno de hibridización del discurso implica un desfasaje, una anomalía producto de una combinación de elementos diferenciales entre los momentos de producción y realización. Un primer caso se da cuando se fuerza la escritura de la oralidad: por ejemplo, un guión de diálogo dramático. La producción es escrita, pero la realización es oral (actuación teatral o mediática). Un segundo caso se da a la inversa: el momento de la oralidad es inicial, generativo, pero la realización, o el objetivo perseguido, tiene que ver con la escritura. Por ejemplo, los transcripts (transcripciones) de conversaciones o entrevistas. En ambos casos el origen deja sus marcas, y en la realización podemos descubrir rasgos de su modalidad de producción (Pardo, 1998). Podríamos afirmar que, hasta cierto punto, nuestra oralidad secundaria, según la denominación de W. Ong (1993), es parcialmente híbrida. Está muchas veces teñida por cualidades que no le son propias, que pertenecen al mundo de la escritura. Hablamos casi como escribimos. Pero la tecnología nos muestra la posibilidad de escribir como se habla y este es el caso: el discurso electrónico, que se da en los foros y las chats.

4. Modalidades de participación en los foros Un aspecto que puede tenerse en cuenta, especialmente para el objetivo apuntado de proveer de estrategias de análisis útiles para la evaluación del aprendizaje electrónico, consiste en diferenciar las modalidades de participación. En efecto, podemos diferenciar en los foros el grado y tipo de actividad interactiva que en ellos se desarrolla, más allá del número de participantes y las actitudes individuales que van de una gran exposición personal a un ocultamiento de la propia presencia en la concatenación de su contribución a los aportes mayoritarios. Aun un mismo foro tiene altibajos con picos de gran actividad interactiva y “momentos” de calma o poca actividad, aunque por 12


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esto el número de contribuciones no sea menor. A este respecto, en relación con los foros formativos y no formativos, he formulado hace un tiempo una propuesta clasificatoria provisional de los modos o estrategias de participación diferenciales encontrados (Constantino, 2002), a saber: a) participación aditiva: relativa al tópico del foro, contiene una opinión, comentario, información sobre el tópico propuesto. No implica “diálogo” con las otras contribuciones. b) participación interactiva: relativa al flujo discursivo, la contribución tiene un carácter de respuesta a una contribución anterior o se apoya explícitamente en otra para descargar lo propio. c) participación directiva: tendiente a fijar o reconducir el flujo discursivo al tópico o a otro tópico o actividad. Se realiza desde una posición de autoridad o poder relativa al foro, al tópico o a los participantes. También implica animación, evaluación, etc. d) participación disruptiva: relativa a tópicos diversos de los actuales en proceso en el foro, implica un aparente cambio de foco con o sin intencionalidad reconocida y con efecto generalmente perturbador cuando no es ignorado. e) participación anómala o inesperada: a diferencia de la anterior, este tipo de contribución puede ser adecuada al tópico, pero por otras razones se encuentra fuera de contexto. Por ejemplo, una contribución de una persona ajena a un foro cerrado (en uno de los foros del corpus mexicano analizado, un internauta lo visitó accidentalmente y dejó su contribución en él aduciendo que le interesaba el tema), o una persona que participa en forma insidiosa, molesta o agresiva escudándose en el anonimato en un foro abierto (como en el corpus complementario de poetas). Posteriormente nuevos análisis me han llevado a postular dos categorías más: f ) participación recapitulativa: a diferencia de la aditiva y de la interactiva, sintetiza o reconsidera tópicos y/o contribuciones previas, presentadas en forma articulada; no necesariamente implica información nueva ni una perspectiva conceptual diferente. g) participación generativa o creativa: a diferencia de la aditiva, implica la propuesta de amplificaciones temáticas, perspectivas de análisis diferentes, detección de necesidades u obstáculos conceptuales, estimación de resultados, proyección de alternativas, etc. A diferencia de la interactiva, no necesita referenciarse con otras contribuciones, aunque no las rechaza.

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La identificación de estas categorías se ha realizado según una metodología cualitativa de análisis de regularidades con sesgos y efectos comunicativos (Brown y Yule, 1993), sin hacer jugar decisivamente ninguna teoría de análisis del discurso determinante. Criterios de diferentes teorías han sido tomados en cuenta: intertextualidad (Fairclough, 1992) y macro-actos de habla (Van Dijk, 1980; García Negroni, 1987), jerarquización de la información (Lavandera, 1984; Pardo, 1986, 2002), teoría de la cortesía verbal (Brown y Levinson, 1987) como primera aproximación a este nuevo género discursivo. El análisis que se muestra en este trabajo hace referencia a varios de estos criterios.

5. Metodología y corpus 5.1. METODOLOGÍA En este trabajo, propongo analizar los foros del corpus de acuerdo con las categorías anteriormente citadas. Para clasificar las participaciones según estas categorías es fundamental realizar un análisis secuencial, teniendo en cuenta las participaciones previas y sucesivas del foro y las correferencias establecidas. Por ejemplo, creo que una participación aditiva o generativa es en potencia disruptiva. Para determinar sus características es necesario analizar el desarrollo posterior del foro. Así, una participación disruptiva podría ser considerada como generativa si el tutor y el resto de los participantes considerasen que dicha observación es un aporte creativo y la tengan en cuenta (Constantino, 2006). 5.2. CORPUS El corpus más abundante y contextualmente más rico que consideré está comprendido por un programa de Maestría en modalidad online de dos años de duración (2001-2002), fruto de un convenio entre una entidad académica argentina y un consorcio de universidades europeas, con un total de 18 participantes argentinos, en su mayoría profesionales universitarios de diferente formación específica. La estructura modular de la Maestría preveía tópicos y textos preparados por los “profesores” a cargo de casi una veintena de módulos –durante períodos de quince a 20 días promedio– a ser trabajados por el tutor y los alumnos, en particular en los foros o espacios de discusión como las aulas virtuales de trabajo colaborativo.2 Otro corpus proviene de un programa de posgrado de una institución de formación superior mexicana, con más de una veintena de alumnos provenientes en su mayoría de México y Centroamérica. La dinámica era también modular, con la diferencia de clases satelitales o telesesiones de los profesores.3 Como corpus complementario contrastivo me he valido de un foro público no formativo sobre poesía, denominado “mateada con los poetas” y que he analizado en otro estudio, (Constantino, 2002). De dicho estudio tomo 14


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una categorización que realicé a propósito de las modalidades de participación en foros que considero útiles para el propósito de la presente investigación.

6. Análisis de las participaciones en los foros 6.1. ANÁLISIS DE LAS PARTICIPACIONES EN EL FORO “ARGENTINO” 6.1.1. Formato canónico aditivo-interactivo Al analizar el foro a partir de la perspectiva y los conceptos propuestos, hemos observado un patrón de interacción recurrente que se constituye de la siguiente manera: a) el tutor realiza una participación directiva, generalmente para proponer una actividad o, entre otros casos, para fijar o reconducir el flujo discursivo al tópico que él mismo ha propuesto pero que se ve comprometido por la participación de los alumnos que sugieren otros tópicos; b) los alumnos realizan, sobre todo, participaciones aditivas e interactivas. Es decir, desarrollan el tópico propuesto por el tutor y, en muchos casos, esto implica recuperar lo dicho por otros participantes para discutirlo o reforzarlo. Es decir, los alumnos dan su opinión en relación con el tema propuesto por el tutor o temas afines que aparecen en el módulo. Estas opiniones se relacionan entre sí (intertextualidad) en el sentido que cada alumno retoma, en general, el discurso previo de otros compañeros. En menor medida, los alumnos realizan participaciones directivas, en las cuales realizan una consulta sobre el tema que indica el tutor u otros que aparecen en el módulo. Esto implica que esperan una respuesta del tutor. Para ejemplificar este patrón, analizamos a continuación algunos fragmentos del foro desde las perspectivas teórico-metodológicas señaladas. El tutor es el primero que interviene en este foro por medio de una participación directiva con la solicitud a los alumnos de que reflexionen sobre una frase de MacLuhan que cita de manera directa. Ejemplo 1 Tema: para empezar De: Tutor Fecha: 2001-12-11, 10:58:42 UTC Tipo: ¡Importante! > ¿Qué nos sugiere la afirmación de MacLuhan «el medio es el mensaje» en el marco de la CMC?

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Con esta participación, el tutor amenaza la imagen negativa4 de los alumnos proponiéndoles un futuro curso de acción. Si bien el contexto de situación atenúa dicha amenaza (se supone que el tutor de un foro indica actividades y que se va a trabajar sobre un texto leído previamente), el tutor emplea estrategias de cortesía negativa. Por ejemplo, una primera persona del plural que modera el hecho de que el resto de los participantes son los que tienen que cumplir la acción solicitada. Además, no impone la reflexión sino que la sugiere de manera indirecta por medio de una pregunta. Dos alumnos reaccionan ante la intervención anterior y lo hacen por medio de participaciones aditivas. Por ejemplo: Ejemplo 2 Tema: Reflexión De: Marinés Fecha: 2001-12-11, 23:29:08 UTC Tipo: Nota McLuham nos plantea el concepto de «medios» como un proceso interactivo a través del cual se realiza la comunicación de masa. Es el «movimiento» de la información el que permite no sólo poner una cosa en común sino también el obtener un entretejido de relaciones sociales, culturales y psicológicas que permitirá transformar la «conferencia» en «diálogo».

Al presentarse como opiniones personales acerca de los temas del módulo y los sugeridos por el tutor, estas participaciones no amenazan la imagen de los participantes del foro. A continuación, el tutor vuelve a participar de la siguiente manera: Ejemplo 3 Tema: ... De: Tutor Fecha: 2001-12-12, 00:01:26 UTC Tipo: Pro Amplificando la interpretación de Isabel, encontré esto en un comentario sobre McLuhan: >»Pero si bien el universo mcluhiano es rico y complejo, subyace una especie de teoría de la historia relativamente sencilla. Teniendo como eje la naturaleza de los medios con que los hombres se han comunicado y basándose fundamentalmente en los modos de percepción y la preponderancia de lo sensitivo, la historia de occidente ha pasado, para McLuhan por tres etapas. «El medio es el mensaje» funciona como slogan, utilizado para referir que el medio tecnológico en sí, entendido como una especie de prolongación del cuerpo humano tiene mucha más importancia en la configuración de una civilización, que el contenido que transmite. Cada etapa ha tenido su medio especifico: la oralidad en las sociedades 16


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tribales, la imprenta en la era tipográfica o mecánica y la TV en la era eléctrica o global. De allí en más, toda cultura puede ser leída a partir de ese esquema comprensivo.» Y respecto a lo que dice Marinés, que les parecen estos versos (si conocen o adivinan el autor, suman puntos): >Siempre que salgo tengo al lado un monitor >y no sé quien está aquí >Alguien me llama por el maldito amor >y no se quien está aquí >No conozco a nadie >Y todos saben de mí >Pero es así >Porque siempre estoy >en Fantasy .... >Fantasy es un lugar >Del que nadie puede regresar >Fantasy es ilusión >Porque nunca hay nadie alrededor

En esta intervención, el tutor refuerza su primera propuesta incluyendo una nueva cita de Mac Luhan. Además, incorpora versos de una canción para promover la reflexión sobre los tópicos del módulo. En esta participación, también directiva, vuelve a solicitar que los alumnos reflexionen usando una estrategia de cortesía fundamental: presenta lo solicitado como una opción (que les parece...) y no como una acción obligatoria. Incluso, plantea un tipo de «juego» al proponer que los alumnos adivinen el nombre del autor de los versos de una canción. Como consecuencia de esta intervención, los alumnos participan refiriéndose, sobre todo, a dos temas: (1) las características del diálogo que hace posible la comunicación a través de los media (soledad frente a compañía) y (2) las reflexiones de MacLuhan sobre los medios. Los alumnos realizan participaciones aditivas y, también, interactivas en las cuales expresan su opinión. Además, realizan consultas (participaciones directivas) que afectan la imagen negativa de los participantes. Para atenuar esta amenaza, ellos insinúan la consulta por medio de preguntas en lugar de usar formas imperativas. En los diferentes tipos de participaciones (aditivas y directivas), los/las alumnos/as aluden directa o indirectamente a los textos incluidos en el módulo y, en algunos casos, al discurso de los participantes que hablaron previamente en el foro. En términos de intertextualidad, podemos decir que se

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incluyen alusiones a los conceptos desarrollados en el módulo y se recuperan las intervenciones de los participantes. Ejemplo 4 Tema: Re: PARADOJA DE LA COMUNICACIÓN A TRAVÉS DE LOS MEDIA... De: elizabeth Fecha: 2001-12-12, 04:31:46 UTC Tipo: Pro Esos versos expresan la paradoja que se genera en la experiencia de la comunicación establecida a través de los media. En ella coexiste el deseo de interactuar junto con el sentimiento de soledad; la atracción que ejercen sobre uno experimentada como llamada, unida al sentimiento de aislamiento de la persona que se siente comunicada con un mundo de fantasía y no realmente con otras personas... Pareciera que unen... y al mismo tiempo que aislan o separan...

En este ejemplo, la alumna ofrece su opinión acerca de un tema al que ya se han referido sus compañeros. Así, recupera las palabras de algunos de ellos como “la paradoja que se genera en la experiencia de la comunicación establecida a través de los media”. En otros casos, observamos que los/las alumnos/as se refieren a los textos del módulo como en el ejemplo 5: Ejemplo 5 Tema: Participación: Medios fríos y medios calientes De: María Fecha: 2001-12-12, 15:56:33 UTC Tipo: Nota MacLuhan habla de «medios fríos» y «medios calientes», asignándole a cada uno un nivel de participación alto o bajo, sin embargo no comprendo porqué toma a la radio como medio caliente y a la TV como medio frió. Si como participación tomamos la elaboración que hacemos de los mensajes recibidos ¿No sería mayor la elaboración frente al mensaje recibido por radio, que sólo lleva señales auditivas, que el recibido por TV, que además lleva señales visivas? Por otra parte, si por participación se entiende la interacción entre individuos, no parecería significativa la diferencia entre uno y otro y medio. Es evidente que la CMC cambia la percepción, primero sólo auditiva, luego más visual que auditiva, más tarde «fragmentada» gracias la control remoto, ahora los mensaje son múltiples: escritos, icónicos, figurativos; se lee, se escucha, se ve movimiento, pero además se participa activamente, los mensajes no sólo se reciben, sino que podemos también enviarlos, lo que nos da la ilusión de «pertenecer», de no estar más aislados, pero ¿Es realmente así?

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Tema: Reflexión De: María Fecha: 2001-12-12 16:20 UTC Tipo: Nota Releyendo los mensajes se me ocurre una reflexión: Es cierto que vivimos en una época de paradojas, donde no siempre lo que parece «es» y al parecer el hombre en su evolución va desarrollando tecnologías que le permiten estar cada vez más comunicado, y sin embargo da la sensación de que esas mismas tecnologías que lo comunican a grandes distancias y que las «disuelven», no consiguen sacarlo de su real aislamiento, pero sí le proporcionan la ilusión de estar comunicado. También es cierto que este aislamiento en algún punto es una decisión personal de compromiso para con el otro y que sólo si este compromiso es real podemos salir de él y entonces sí, los medios cada vez más desarrollados de comunicación «rompen» las barreras, nuestra participación es real y nuestra pertenencia a una comunidad, virtual o no, se vuelve significativa.

En el patrón de interacción considerado hasta el momento, el tutor propone una actividad (en general, de reflexión) y los alumnos reaccionan con opiniones (aditivas o interactivas) o consultas. Ninguna de estas participaciones amenazan de manera fuerte la imagen de los participantes porque el contexto (la situación del foro) impone que el tutor debe sugerir actividades y que los alumnos deben, entre otras cosas, consultar. Los casos de intertextualidad relevada corresponden a citas del módulo o a intervenciones de los propios compañeros. Por lo dicho y ejemplificado hasta aquí podríamos concluir que se muestra un patrón de interacción moldeado por los parámetros situacionales (relación didáctica docente/alumnos) y que, por tanto, es un formato6 interactivo típico o canónico. 6.1.2. Formato canónico versus formato atípico Si bien el patrón de interacción señalado es predominante en el foro analizado y se repite en relación a diversos temas, no es el único. Por el contrario, hay varios casos de desacuerdos y críticas entre el tutor y los/las alumnos/as o entre los/as mismos/as alumnos/as. Aquí el patrón se vuelve altamente interactivo, incluso en el caso del tutor, que, si bien intenta, no puede dedicarse exclusivamente a participar de manera directiva. Para ejemplificar este patrón diferente, analizamos la interacción que se produce entre el tutor y dos alumnas (Rosa [R] y Sandra [S]). R produce la intervención que da inicio a esta interacción: Ejemplo 6 Tema: Algunas cuestiones De: Rosa Fecha: 2001-12-12, 16:53:10 UTC 19


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Tipo: Nota Por lo que entendí de la lectura, el enfoque socio-psicológico critica del enfoque socio-lingüístico una concepción de la comunicación como simple transferencia de un mensaje de un emisor a un receptor. Rescata la dimensión psico-social e interactiva de la comunicación, que es vista como una negociación de significados. Se dice que el sujeto produce significados. Pero, ¿qué significa exactamente producir significados? Supongo que se vincula a una concepción del acto cognoscitivo como acto que crea el sentido. Esto me plantea nuevos interrogantes: ¿Qué relación guardan lenguaje y pensamiento? ¿El lenguaje es simple exteriorización del pensamiento? ¿Es posterior? ¿O el lenguaje cumple también la función de estructurar, organizar el pensamiento? ¿Cómo explicamos el hecho de que nuestras ideas se ordenan, y surgen otras nuevas, cuando hacemos el esfuerzo de comunicarlas, por escrito u oralmente? (Sin hablar de cómo se reestructuran estas mismas ideas cuando el otro también comunica.) Es ésta una cuestión que siempre me interesó: ¿Cómo conciliar la teoría clásica de la palabra como signo del concepto (y éste, a su vez, como signo de la esencia) con las investigaciones de la lingüística, que parecen otorgarle un alcance mayor a la palabra?

En esta intervención, Rosa realiza una participación directiva, de consulta: pretende que el resto de los participantes, en particular el tutor, reflexionen y contesten sobre algunas cuestiones del módulo en las que tiene dudas. Para ello, emplea una serie de preguntas, incluyendo en algunas de ellas la 1º persona plural. Tanto esta persona plural como la pregunta atenúan la amenaza a la imagen negativa. Si bien Rosa sintetiza básicamente cuestiones del módulo, incluye un elemento adicional de intertextualidad, la teoría clásica de la palabra como signo del concepto (y éste, a su vez, como signo de la esencia), es decir, referencias a cuestiones filosóficas. El tutor reacciona de manera inmediata: Ejemplo 7 Tema: Respuesta rápida a algunas cuestiones (no a todas las de «Algunas cuestiones») De: Tutor Fecha: 2001-12-12, 18:13:20 UTC Tipo: Nota > ¿Qué relación guardan lenguaje y pensamiento? ¿El lenguaje es simple exteriorización del pensamiento? No. > ¿Es posterior? No. > ¿O el lenguaje cumple también la función de estructurar, organizar el pensamiento? Sí. 20


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> ¿Cómo explicamos el hecho de que nuestras ideas se ordenan, y surgen otras nuevas, cuando hacemos el esfuerzo de comunicarlas, por escrito u oralmente? (Sin hablar de cómo se reestructuran estas mismas ideas cuando el otro también comunica.) Se afirma que el lenguaje es vehículo y soporte del pensamiento: pensamos con palabras y expresamos nuestros pensamientos con ellas. También que es lineal y progresivo. Abundaremos después en esto. > Es ésta una cuestión que siempre me interesó: ¿Cómo conciliar la teoría clásica de la palabra como signo del concepto (y éste, a su vez, como signo de la esencia) con las investigaciones de la lingüística, que parecen otorgarle un alcance mayor a la palabra? Si te referís a la teoría que diferencia «signo» de «símbolo» y que la palabra no es arbitraria o convencional, creo que no hay mucho para conciliar. Creo que se basa en el deseo de una conexión esencial que no puede sostenerse.

Para explicar algunos de los temas por los que Rosa consulta, el tutor responde a varias de las preguntas que ella plantea. Conforma así una participación interactivas particular, con la cual explica dichos temas. Sus respuestas-explicaciones amenazan la imagen positiva de la alumna porque son excesivamente breves y no desarrollan las cuestiones del modo en que Rosa sugiere implícitamente (incluso cuando en el título de su nota advierte que no responde a todas, sin aclarar en ningún momento el porqué). Por el contrario, en relación con cuatro de las preguntas, el tutor responde sólo «sí» o «no». La quinta respuesta también es breve pero la amenaza a la imagen se atenúa porque el tutor se compromete a extender las explicaciones en el futuro. La última respuesta amenaza de manera fuerte la imagen positiva de Rosa porque niega una de sus ideas: la relación entre la teoría clásica de los signos y las investigaciones lingüísticas. En lugar de explicarla (como solicitaba la alumna), el tutor cuestiona esta relación y, de este modo, manifiesta un desacuerdo con Rosa. Por este motivo, esta participación amenaza la imagen positiva de la alumna. Aunque el tutor emplea algunas estrategias de cortesía para atenuar esa amenaza, como tener en cuenta las opiniones de Rosa (si te referís a....), esta amenaza resulta muy fuerte porque lo que se desacredita es la relevancia para el foro de un discurso que a la alumna afirma que le resulta muy familiar y significativo, el discurso filosófico. En relación con la intertextualidad, el tutor recupera, fundamentalmente, la intervención previa de Rosa. Pero esta acción no es inocua, ya que desde una consideración de cortesía, implica un AAI, porque todo lo que diga el tutor va a estar concentrado o focalizado en Rosa y en nadie más. Podemos conjeturar que el tutor no quiere que los temas introducidos por Rosa “tomen cuerpo” y desplacen a los temas legítimos, contenidos en el texto-fuente. 21


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Otra alumna reacciona frente al discurso del tutor, con el siguiente texto. Ejemplo 8 Tema: Re: Respuesta rápida a algunas cuestiones (no a todas las de “Algunas Cuestiones”) De: Sandra Fecha: 2001-12-13, 04:16:45 UTC Tipo: Nota Como ya lo entrevimos en los módulos anteriores, el tema de fondo es siempre el mismo, y que personalmente creo que habría que profundizar: el tema del conocimiento humano. La significación tiene que ver con él, aunque no solamente: hace referencia también a otras dimensiones. Según la filosofía realista –un exponente contemporáneo es C. Fabro-, existe ante todo una primera significación perceptiva: ya en el conocimiento primero de la realidad hay una captación de la significación, realizada por aquella facultad humana que ya Aristóteles denominó cogitativa. Luego, en planos superiores de pensamiento, las significaciones tomarán rumbos y niveles más profundos. La pregunta filosófica de fondo en este tema es la que insinúa Rosa en su nota: ¿este significado es algo DADO, es decir, ya está de algún modo presente en la realidad; o es algo que PONE únicamente el sujeto? Y esta pregunta hecha por el significado, se amplía a otras nociones como la del concepto, las imágenes, los esquemas cognitivos, etc. Históricamente hablando, es el problema gnoseológico de fondo que existe en las distintas corrientes de pensamiento. La respuesta dada a esto, implicará una metafísica. Sinceramente, el planteo que abre Rosa, comenzando por plantear la pregunta por el significado, abriendo luego al lenguaje (el fondo es el mismo: si el lenguaje y el concepto expresan o no LA REALIDAD o más bien expresan una CREACIÓN del espíritu (individual, social, o lo que sea) no creo que sea algo tan sencillo como para contestar brevemente. Siglos de historia del pensamiento tuvieron esto latiendo en el fondo... A nosotros, se nos plantea, a mi entender, como una gran temática para comenzar a preguntarnos. Para comenzar tal vez a investigar. Para conversar e intentar ‘penetrar’ juntos en este forum, pero tal vez también para dejar las preguntas abiertas hasta el momento en que el módulo de Antropología las ponga bien sobre la mesa, y nos permita profundizarlas más. Personalmente creo que todo el avance de la tecnología y su interacción con el pensamiento, o mejor dicho, la revolución que la tecnología cibernética ha producido en el modo del pensar del hombre, de sus procesos mentales, etc., plantean un desafío a la filosofía tradicional que afirmó que el hombre tiene por su ser sensible y espiritual, la capacidad de trascender hacia la realidad hasta apropiarse inmaterialmente de ella, a través del conocimiento y del amor... Sólo propongo que cada uno se tome un poquito más de tiempo que el que muchas veces el forum nos permite, para dejar entrar estas preguntas en su interior. Y tal vez que las dejemos entrar en nuestra ‘comunidad virtual’...

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Sandra realiza una participación que globalmente es directiva: propone reflexionar sobre un tema que considera importante y que ha sido consultado por Rosa. Para ello, lo menciona explícitamente (el tema del conocimiento humano, sus relaciones con la significación y la filosofía realista), alude a uno de los autores fundamentales que lo han tratado (C. Fabro) y vincula su propuesta con la intervención de Rosa: La pregunta filosófica de fondo en este tema es la que insinúa Rosa en su nota: ¿este significado es algo DADO, es decir, ya está de algún modo presente en la realidad; o es algo que PONE únicamente el sujeto? Y esta pregunta hecha por el significado, se amplía a otras nociones como la del concepto, las imágenes, los esquemas cognitivos, etc. De este modo, Sandra se opone a la idea esbozada por el tutor que, refiriéndose a la posible relación entre la teoría clásica del signo y las aproximaciones lingüísticas, expresó: no hay mucho para conciliar. Sandra reacciona frente a estas palabras del tutor de manera crítica (el subrayado es nuestro): Históricamente hablando, es el problema gnoseológico de fondo que existe en las distintas corrientes de pensamiento. La respuesta dada a esto, implicará una metafísica. Sinceramente, el planteo que abre Rosa, comenzando por plantear la pregunta por el significado, abriendo luego al lenguaje (el fondo es el mismo: si el lenguaje y el concepto expresan o no LA REALIDAD o más bien expresan una CREACIÓN del espíritu (individual, social, o lo que sea) no creo que sea algo tan sencillo como para contestar brevemente. Siglos de historia del pensamiento tuvieron esto latiendo en el fondo...

Como se observa en las frases subrayadas, Sandra emplea estrategias de cortesía positiva para atenuar la amenaza a la imagen que provoca su crítica. Básicamente, no realiza su crítica de manera directa. Por el contrario, elide el sujeto responsable de la respuesta a Rosa por medio de una nominalización (la respuesta dada) y un infinitivo (no creo que sea algo tan sencillo para contestar brevemente). De este modo, manifiesta su desacuerdo con la respuesta a la pregunta de Rosa no sólo por ser muy breve, sino porque en ella no se han tenido en cuenta estudios previos sobre el tema (siglos de historia del pensamiento). Además de afectar la imagen positiva del tutor por oponerse a sus ideas, esta propuesta amenaza la imagen negativa de todos los participantes porque implica un futuro curso de acción. Inicialmente, Sandra atenúa esta amenaza combinando un verbo modal en 1º persona singular en presente del indicativo (creo que) con una forma impersonal en condicional más un infinitivo (habría que profundizar). Esto recursos moderan la obligatoriedad de su propuesta.

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Al final de su participación, Sandra emplea nuevos recursos (pasiva con se e infinitivos, entre otros) para reforzar la propuesta pero cuidando la imagen negativa de los participantes. Por ejemplo: A nosotros se nos plantea———— pasiva con se a mi entender, como una gran temática para comenzar a preguntarnos————-infinitivos.

De esta forma, ella presenta su propuesta como una posibilidad y no como una obligación. Además, sugiere pero no expresa explícitamente quién lleva a cabo las acciones. Por lo analizado, el patrón más frecuente de interacción no es el único y, por el contrario, durante el foro se pueden observar otras modalidades de interacción entre tutor-alumnos. 6.2. EL FORO “MEXICANO” 6.2.1. Formato canónico aditivo El análisis del foro mexicano a partir de la perspectiva y los conceptos propuestos también permite observar un patrón de interacción recurrente: - el tutor propone mediante una participación directiva que los alumnos reflexionen sobre un tema específico; - los alumnos opinan sobre el tema propuesto realizando fundamentalmente participaciones aditivas Analizo a continuación las características generales de las participaciones que hacen posible este patrón de interacción. Inicialmente se presenta una participación directiva, que corresponde al organizador-tutor. Éste no se identifica ni se vuelve a presentar en el foro. En esta participación se realiza una pregunta muy breve y específica que va a ser el eje fundamental no sólo de todo el foro sino también de cada una de las participaciones. Ejemplo 9 Forum: Posgrado Latinoamericano: Foros ( enero - julio / 2002): Módulo de Sistemas: Foro del 18 al 20 de febrero ¿Qué ventajas y desventajas presenta la modalidad de las computadoras?

Dado que el tutor sólo se presenta (aun cuando no se identifique) sólo al inicio, el foro pasa a ser responsabilidad de los estudiantes. Los alumnos realizan, sobre todo, participaciones aditivas en las que desarrollan la tarea inicialmente propuesta. Todas estas participaciones comparten una forma similar: 24


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- saludo al resto de los participantes y presentación. Esta presentación se da sobre todo en la primera intervención de cada participante; - exposición del tema. En general, se respeta el orden de la pregunta: primero se dan detalles de las ventajas de las computadoras y, segundo, las desventajas; - saludo final; y - firma del participante Ejemplo 10 By Mariano Pujada on Saturday, February 16, 2002 - 10:59 am: ¡HOLA! Calurosos saludos para todos y todas Desde Chetumal: Mariano Pujada Ventajas: muchas desde que permite motivar y aprovechar todos y cada uno de los canales de aprendizaje, especialmente en lo referente a la incorporación del uso magnificado de la inteligencia emocional, larga y eficazmente manipulado por la educacion no formal (principalmente en el aspecto cosumista), ahora con tintes y objetivos de una «educación formal». Desventaja: Por lo anterior, hay el riesgo que, predomine el aspecto informal del asunto y se esfume la meta y los primordiales objetivos de la educacion; si no se logra ver en la computadora SOLO UNA HERRAMIENTA MAS para apoyo del aprendezaje; NO permitir que automatice y forme adiccion,ya sea en el docente o en los educandos, (con todos los programas de distractores sociales que abundan y que sutilmente enajenan conciencias). De aqui la distancia cada vez mayor que surge entre los que tienen acceso a la computadora y los que no lo tienen; asi tambien entre los diferentes modos de uso y roles que se le adjudiquen a la computadora en le salon de clases, por que lo que estoy totalmente deacuerdo con los señalamientos del Martín Beltrán al respecto. Saludos, 3ra Generación. Sede Chetumal. Mariano Pujada

Además de este patrón general, existe un conjunto de participaciones interactivas, en las cuales los estudiantes hacen referencia a las participaciones de sus compañeros del foro. Estas referencias suelen ser mínimas (en algunos casos, sutiles) y no resultan suficientes para promover discusiones prolongadas que comprometan a varios participantes. Por ejemplo (el subrayado es nuestro): Ejemplo 11 By María Marta Muraca on Saturday, February 16, 2002 - 09:49 pm: Hola Companeras y compañeros: Es mi primera participación en éste año y resulta muy atractivo el tema a comentar en esta oportunidad. Comparto muchos de los comentarios de los compañeros que me anteceden y quisiera agregar algunos otros personales al respecto de la discusión. 25


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Las ventajas del uso de la computadora en el salón de aula son enormes al igual que en cualquier oficina o dependencia de cualquier naturaleza, tanto en lo público como en lo privado, tanto en lo formal como en lo informal. Demanda una permanente actitud personal de aprendizaje por parte del usuario (ya sea en lo formal como en la no formal) Impacta desde el primer momento en que proyecta las imágenes cuando enciende y más aún cuando podemos interactuar con ellas. Más que desventajas lo que considero es impotencia ante el hecho de que no pueda pernear aún más las aulas, los recintos educativos, el alcance a todos los niños, pues a excepción de la pornografía y el consumismo que exibe el internet, creo que todos los demás elementos que ofrece son ventajas o factores positivos que lo que procuran es facilitarnos la vida en muchos sentidos: en lo comuniacional, en lo informativo, en el conocimiento de otras culturas y paíse, en tradiciones y turismo,y por que no en acercar alas personas que están distantes física o emocionalmente. En lo educatio con mucho mayor razón, teniendo presente el modelo NOM y ver clarament las diferencias entre: con, sobre y desde el computador, uno de los aspectos más importantes a destacar del Maestro Gándara. La actidud crítica ante el computador debe ser desde con y sobre su uso y manejo mismo. Resaltándo su gran importancia en la educación abierta o cerrada, presencial o a distancia. Pues creo que es la herramienta tecnológica que más ha podido beneficiaar a la educación en comparación con otros descubrimientos de alta tecnología como son: el VHS-la cámara digital- el celula u otros. Los «mensajes ocultos» que posee la computadora son los mismos que poseen muchos otros recursos existentes como son la publicidad o la elevisión misma, imposibles de detener. Lo importante es fomentar una postura abierta a sus ventajas y beneficios, cosncientes de que aún así es una herramienta super creativa, útil, eficiente, y por que no decir económica si sabemos sacarle provecho para una mayoría de potenciales beneficiarios como son los estudiantes de todas las escuelas y colegios. Hasta la próxima!!!!! María Marta -Costa Rica-3 generación.

Es importante destacar que la pregunta inicial condiciona el desarrollo del foro, en el sentido que los participantes dan prioridad a responder esta primera cuestión y prestan poca atención a discutir los planteos propuestos por otros participantes. Esto se da incluso cuando algunos alientan a sus compañeros a opinar y promueven la interacción. Por ejemplo, Ejemplo 12 By Martín Beltrán on Thursday, February 21, 2002 - 05:59 am: De: Martín Beltrán Para: Colegas y asesores Asunto: Ventajas y desventajas de la modalidad educativa, causadas por la incorporación del ordenador en el proceso de aprendizaje Estimados colegas y asesores, ¡buen día! La aportación de Lucía Muris (febrero 4, 2002), comenta acerca de las ventajas de la interactividad, como promotor de una acción social. Al respecto, Ruble 26


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(lecturas complementarias del presente tema (http://edu.mx/posgrado/sistemas/ documentos/Cap1_ruble.rtf ), añade dos conceptos interesantes, complementarios de lo señalado por Leticia: los roles que desempeñan tanto el analista como el diseñador de programas y sus aplicaciones (software). Lo cual a su vez corrobora lo establecido por Gándara (1997b), en referencia a la importancia del las herramientas mentales (mindware). La planeación es INDISPENSABLE para producir ventajas al utilizar el ordenador en el proceso de aprendizaje. En este sentido, se trata de la definición de la naturaleza de la circunstancia problemática, como la exploración de alterantivas de solución, ambas para toma de decisiones (bien informadas). El beneficio del uso del ordenador se extiende a los responsables de la PLANEACIÓN Y DESARROLLO de los programas educativos. LAS VENTAJAS (Y DESVENTAJAS), no se producen en «automático»; en este sentido, un riesgo del proceso cuidadoso de planeación radica en la sutileza en la transmisión ideológica de los mensajes educativos. Agradeceré sus comentarios, Atte, Martín Beltrán

En este ejemplo, el participante inicia su mensaje refiriendo el aporte de otro y lo cierra con una solicitud de interacción que en la práctica no se realiza. Por el contrario, lo que se observan son participaciones fundamentalmente de tipo aditiva a partir de las cuales los participantes desarrollan el tema inicial propuesto.

7. La comunidad de aprendizaje y la interacción social: comparación de casos Tras haber analizado tanto el foro argentino como el mexicano, es necesario contraponerlos para reconocer sus similitudes y diferencias; a partir de esta comparación se pondrán de relieve las formas particulares de interacción de cada uno7. Primero, la escisión entre presencia social y presencia académica es un detalle interesante del corpus argentino. Por la experiencia en una edición previa (2000-2001) del programa de maestría mencionada, en cada módulo o unidad de aprendizaje se creaba, simultáneamente al foro de discusión de los tópicos del módulo, un foro social o “cafetería” en el que los participantes podrían saludarse e intercambiar, como compañeros de clase y amigos, información de sus vidas, experiencias, vivencias, además de cuestiones del trabajo de aprendizaje. Estos foros pasaron a cumplir la función de canalizar la necesidad de interacción social que, en condiciones en las que se carecía de ella, “contaminaban” y desviaban el foco de atención del desenvolvimiento normal del macrodiscurso del foro, en cuanto a progresión temática y argumentativa. 27


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En el caso del corpus mexicano, la constitución de un solo foro por módulo obliga a los participantes a no omitir la dimensión relacional-social en sus contribuciones al foro, mediante la autopresentación y la referencia al lugar de origen resaltando sus mejores cualidades, particularidades ausentes en el corpus argentino. Segundo, ambos corpus se diferencian por la presencia del tutor: en uno está presente en diverso grado, según los criterios profesionales y cualidades personales del tutor concreto que modere el foro, y en el otro no interviene o está ausente. Tercero, y relacionado con el anterior, el “abandono” del tutor en el foro mexicano provoca una actitud, en la mayoría de los participantes, que tiende a cumplir solamente con la consigna inicial, formulada como interrogante. La interactividad presenta un grado bajo, con pocas contribuciones correferenciadas. En cambio, en el foro argentino, la presencia sostenida del tutor genera un grado elevado de interactividad con muchas contribuciones correferenciadas e incluso creativas. Por otra parte, esta interactividad elevada transforma al foro en un espacio de diálogo que adquiere características típicas de las conversaciones cara a cara. Es así entonces que no es necesaria una solicitud de respuesta, como en el pedido de comentarios del ejemplo 12, porque dicho carácter da por descontado un/os interlocutor/es dispuestos a cooperar. Cuarto, la impostación o impronta diferencial de los foros analizados está representada por formatos de interacción típicos (aditivo, aditivo-interactivo) por su regularidad o elevada frecuencia de aparición –determinada por prácticas didácticas y restricciones técnicas–. Los formatos atípicos son los que muestran una mayor necesidad de recursos o estrategias discursivas puestas en juego. Quinto, el ejemplo 5 no sólo es una muestra de las posibilidades argumentativo-discursivas en un contexto interactivo, sino también un ejemplo de la necesidad de herramientas de Análisis del discurso para la comprensión/ interpretación de los mensajes como condición necesaria y su evaluación pedagógica (ver nota 5).

8. Conclusiones De esta comparación resulta que la adopción de criterios metodológicos flexibles se revela sumamente adecuada: en el foro argentino, y dada su gran interactividad, es pertinente un análisis con el enfoque de la teoría de la cortesía y no así en el caso del foro mexicano. Las tecnologías de la información y la comunicación, más allá de permitir el acceso a materiales de aprendizaje, tienen el enorme valor de permitir la interacción sincrónica y asíncrona. Este aspecto comunicativo es el que tiende a desarrollarse con más fuerza, por lo cual, en forma precedente o concurrente –esto es, en la educación escolar o en

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los mismos programas formativos on line, se debería promover el desarrollo de las habilidades comunicativas a través de la escritura. La dinámica de utilización de las plataformas formativas o de e-learning, en cuanto a los aspectos del desplazamiento en su entorno y de la participación del alumno, puede ser un serio obstáculo inicial –salvable con capacitación y práctica– que luego puede transformarse en incidentes menores e intermitentes que no perturban esencialmente la comunicación, por lo que la cuestión realmente de fondo pasa por el dominio de estrategias discursivas coherentes con los rasgos del género discursivo de los foros electrónicos. Las modalidades de participación identificadas y aplicadas al análisis de mensajes presentan un espectro o abanico en principio suficiente para determinar el carácter de las acciones comunicativas de los participantes (alumnos/as y tutores/docentes on line). Si consideramos que estos tipos o modos de participación tienen un correlato cognitivo cualitativamente diverso con una complejidad progresiva –desde un grado simple con la participación aditiva, medio con la interactiva, mayor con la recapitulativa y superior con la participación generativa o creativa este desempeño cognitivo diferencial puede servir para evaluar el aprendizaje del alumno considerando no solo la frecuencia de participación y su pertinencia con los tópicos del módulo y su corrección conceptual, sino también la complejidad relativa lograda por los participantes en su actuación cognitiva-discursiva en los foros. En conclusión, la evaluación formativa y de proceso sólo es posible en los ambientes de aprendizaje virtual en la medida en que profesores y tutores identifiquen las acciones discursivas que los participantes llevan a cabo.

NOTAS 1 En general, la mayoría de las plataformas e-learning permiten el despliegue completo de los textos del foro con las alternativas de criterios de ordenación (por cronología, tema, respuesta, o anidadas) 2 Es la plataforma educativa virtual denominada BSCW, de origen europeo. 3 Utilizando la plataforma Discus, del Hope College de Holland, Michigan. En este caso, el acceso al sitio Web y a los foros ha sido mediante cibernavegación abierta, por lo que he inferido algunos detalles didácticos por la información a la que tuve acceso directo. 4 Me refiero al concepto de imagen negativa de Brown y Levinson (1987). Estos autores explican que las personas tenemos una imagen pública de sí que se expresa en términos de deseos. La imagen positiva es el deseo de que los demás valoren lo que nosotros valoramos. La imagen negativa es el deseo de que no nos impongan lo que tenemos que hacer. Así, algunos actos afectan la imagen positiva o la negativa. Por ejemplo, una orden afecta la imagen negativa. Para atenuar esta amenaza 29


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a la imagen, las personas utilizan estrategias de cortesía, tanto negativa como positiva. 5 Los dos mensajes o contribuciones del ejemplo 5 se articulan conformando un único texto. El tema es “la participación”. Está en el asunto y se repite en las primeras emisiones. Más técnicamente, el Tema del Texto (TT) (Pardo, 1986), es el rema de la primer emisión: “no comprendo porqué toma a la radio como medio caliente y a la TV como medio frío”. La emisión que sigue es una explicitación de esta “incomprensión”, que podemos tomarla como explicitación del TT, especialmente la parte más “remática”: “Por otra parte, si por participación se entiende la interacción entre individuos, no parecería significativa la diferencia entre uno y otro y medio”. El nudo (incluso como categoría narrativa) del planteamiento está en: “pero además se participa activamente, los mensajes no sólo se reciben, sino que podemos también enviarlos, lo que nos da la ilusión de «pertenecer», de no estar más aislados, pero ¿Es realmente así?” Se trata de una anticipación remática. Pero, ¿cómo se resuelve? Porque “[las] tecnologías que lo comunican a grandes distancias y que las «disuelven», no consiguen sacarlo de su real aislamiento, pero sí le proporcionan la ilusión de estar comunicado.” Entonces, si nos damos cuenta de que: “este aislamiento en algún punto es una decisión personal de compromiso para con el otro y que sólo si este compromiso es real podemos salir de él y entonces sí, los medios cada vez más desarrollados de comunicación «rompen» las barreras, nuestra participación es real y nuestra pertenencia a una comunidad, virtual o no, se vuelve significativa.” Cierre perfecto. Rema del Texto (RT). Parafraseando: Nuestra participación es real (no ilusoria) cuando asumimos un compromiso personal con el otro y los medios de comunicación (=tecnología) rompen las barreras (más que disolver las distancias) y dejamos de estar aislados para pertenecer significativamente a una comunidad. 6 El término “formato” es entendido (y extendido) en el sentido bruneriano de pauta de interacción estandarizada que contiene roles demarcados (Bruner, 1984:179). 7 El hecho de que un foro sea argentino y otro mexicano no significa atribuir las modalidades de participación exclusivamente a diferencias culturales. Consideramos que existen otros factores, como presupuestos didácticos, posibilidades de la herramienta tecnológica de e-learning, etc., que influyen en la configuración discursiva de los foros.

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GUSTAVO DANIEL CONSTANTINO es Doctor en Ciencias de la Educación (Universidad Católica Argentina) y Magíster en Metodologías y Tecnologías de la Formación en Red (Università degli Studi di Verona). Actualmente es investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, en el Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural (CIAFIC). Ha publicado diversos libros y artículos entre los cuales se destacan: Didáctica Cognitiva (1996), Investigación cualitativa & análisis del discurso en educación (2002), Presenza vitale contro presenza virtuale: studio contrastivo dei modi strategico-discorsivi della interazione didattica (2002). Correo electrónico: gustavo.constantino@gmail.com

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ARTÍCULO

La ironía y el humor en El Habla de Monterrey

MARÍA EUGENIA FLORES TREVIÑO UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

RESUMEN. Este trabajo1 comprende fragmentos de entrevistas tomadas de un corpus sociolingüístico como universo de análisis, de los cuales se retoman cinco con el propósito central de revisar los vínculos que existen entre la ironía y su muy frecuente acompañante: el humor, así como las manifestaciones del mismo que aparecen en el discurso de la entrevista: la risa, la burla y la autoburla. El humor, cuando aparece con la ironía, usa como recursos para manifestarse en el discurso de la entrevista algunos géneros textuales, aquí se comenta el de la parodia. Para indagar sobre estos aspectos se aplican las propuestas de J. Kristeva a propósito de la intertextualidad; de H. Bergson sobre la risa y la comicidad; de S. Freud sobre la risa, la comicidad y el humor en relación con el inconsciente; de Jorge Portilla, sus ideas sobre el relajo, el humor y la ironía, igualmente de T. Bubnova acerca de la risa y la cultura popular. Los informantes utilizan el humor manifiesto en la risa, la burla y la autoburla al ironizar o autoironizar, porque les ofrece la oportunidad de efectuar una profanación, la desacralización de las jerarquías sociales y de los tonos discursivos. Les brindan una visión del mundo al revés, que busca la equidad –aunque efímera e ideal–. PALABRAS CLAVE: ironía, humor, burla, parodia, discurso de entrevista. RESUMEN. Este trabalho compreende fragmentos de entrevistas tomadas de um corpus sociolingüístico como universo de análisis, dos quais retomam-se cinco com o propósito central de revisar os vínculos que existem entre a ironia e a sua acompanhante mais freqüente: o humor, assim como as manifestações da mesma que aparecem no discurso da entrevista: a risada, a burla e a autoburla. O humor, quando aparece com a ironia, usa como recursos para manifestar-se no discurso da entrevista alguns gêneros textuais, aqui comenta-se o da parodia. Para indagar sobre estes aspectos, aplicam-se as propostas de J. Kristeva a propósito da intertextualidade; de H. Bergson sobre a risada e a comicidade; de S. Freud sobre la risada, a comicidade e o humor em relação com o inconsciente; de Jorge Portilla, suas idéias sobre o relaxo, o humor e la ironia, igualmente de T. Bubnova em relação à risada e à cultura popular. Os informantes utilizam o humor manifesto na risada, na burla e na autoburla ao ironizar ou autoironizar, porque lhes oferece a oportunidade de efetuar uma profanação, a dessacralização das jerarquias sociais e dos tonos discursivos. Oferecem-lhes uma visão do mundo ao revés, que procura a equidade –ainda que efêmera e ideal–. PALABRAS CHAVE: ironia, humor, burla, parodia, discurso da entrevista. Recibido: 8 de febrero de 2005 • Aceptado: 4 de noviembre de 2005.

ALED 5 (2), pp. 33-47

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ABSTRACT. This paper focuses on fragments of interviews from a sociolinguistic corpus which represents the whole universe of analysis. We concentrate our attention on five fragments with the purpose of examining the links between irony and its most frequent companion: humour, and its manifestations as expressed in the discourse of the interviews: laughter, mockery, self-mockery. Humour, in the presence of irony, expresses itself through various textual genres in the interviews. Here we concentrate only on parody. In order to explain the problem, we turn to Kristeva’s proposal on intertextuality; to Bergsons´view of laughter and comicality; and to Freuds´analysis of laughter, comicality and humour in relation with the subconscious. From Jorge Padilla we take the ideas of relax, humour and irony, and from T. Bubnova the concepts of laughter and popular culture. The subjects use humour expressed in laughter, mockery and self-mockery when they use ironize against others and themselves because these offer them the opportunity to perfom a profanation, to disacralize social hierarchies and discourse tones. They offer them a view of an upside down world that looks for equity, although ephemeral and ideal. KEY WORDS: irony, humour, mockery, parody, interview discourse

Introducción El corpus analizado en este artículo procede de uno mayor sobre el cual se realizó una tesis doctoral (“Función poética del lenguaje: La ironía en El habla de Monterrey (1985-1986)” UAZ, 2006, inédita), en la que se analizan 34 transliteraciones de entrevistas audiograbadas con duración aproximada de una hora, tomadas de la Base de datos para Estudios de Ciencias del Lenguaje “El Habla de Monterrey” (www.uanl.mx/filosofiayletras.uanl/investigaciones/ LidiaRodríguezAlfanoProyectoConacyt). Es un corpus de 600 horas de conversación grabadas de entrevistas hechas entre 1985 y 1986 a individuos de diversos estratos socioeconómicos y de distintos niveles de escolaridad. Los temas de conversación son: “fiestas y comidas”; “el trabajo” y “la crisis”. Esta investigación fue originalmente un proyecto interuniversitario, las entrevistas fueran realizadas por alumnos de la Universidad Autónoma de Nuevo León y del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey en 1985-1986. Actualmente es dirigida por Lidia Rodríguez Alfano y ha contado con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, bajo el registro 36907-H. El discurso no literario de las entrevistas de El Habla de Monterrey constituye una modalidad popular, y en la figuración irónica se encuentra con frecuencia el humor manifiesto a través de la risa, la burla y la autoburla. Se han percibido diversas funciones que resulta de interés examinar, puesto que se coincide con Bubnova en que: El pueblo, el cuerpo inmortal, el espíritu supraindividual, ríe y así cuestiona todos los estados temporales del mundo, todos los roles que se quieren permanentes, todos los poderes que se pretenden eternos, señalando el abismo del cambio, de la 34


María Eugenia Flores Trevino: La ironía y el humor en El Habla de Monterrey

muerte, pero también de la resurrección supraindividual, la que asegura la inmortalidad de la especie humana (2000:149)

En este estudio se realiza una aproximación a cinco de las entrevistas del corpus con el propósito de examinar la articulación que existe entre la ironización y algunos de sus recursos, específicamente los vinculados con el humor, igualmente se propone una interpretación del empleo de tales elementos por los hablantes.

El discurso carnavalesco, la ironía y la intertextualidad La presencia de la ironía en el discurso de la entrevista implica una infracción (Beristáin, 1997: 277). La irrupción del contraste irónico en el discurso ocasiona la simultaneidad de la norma y de su violación. Tales características de la figuración irónica (Ballart: 1991) engarzan en la construcción del discurso intertextual, perteneciente al carnaval bajtiniano, sobre el que escribe Kristeva. La proposición de la autora, referida al mecanismo del carnaval, corresponde al proceso manifiesto en las ironías de las entrevistas, mismas que a través del evidente artificio retórico, provocan la especulación sobre el objeto ironizado y develan singularmente un aspecto específico sobre el cual el hablante posee determinada postura, y que tiene la intención de que sea interpretada por el receptor. Julia Kristeva (1970: 228-229) propone que el discurso del carnaval, como anti-significado, es incapaz de seguir la secuencia esperada en la comunicación (destinador-objeto discursivo-destinatario). Requiere de un espacio quebrado para existir, puesto que este intervalo de la comunicación se vuelve escena y vida a la vez. El que dice la palabra, hace la palabra: hay preformativo2. Ese espacio insólito, transgresor, que requiere el carnaval, se produce en las ironías de las entrevistas examinadas. Se sigue a Kristeva en su afirmación de que en la construcción irónica: […] el emisor es actor y el destinatario se encuentra en una primera etapa, identificado con la ley (significado oficial), luego en una segunda fase, puede ser sorprendido (provocar su risa) dirigiéndole una anti-ley (significado obsceno y hostil). (Kristeva, 1970: 230).

Es posible ilustrar el proceso con el siguiente fragmento, en el cual la informante efectúa una crítica sobre los individuos que pertenecen a una asociación religiosa. Ofrece su opinión al entrevistador: I: ¿Eh? / y son hermanos / de lo ajeno... / ¿eh? / por que como le acabo de decir yo / en l’arca abiert’hasta el más justo peca/ E: (Risa) (Entrevista 161).3

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Como se observa, el receptor está en espera de que continúe el tono en la conversación y es sorprendido por la intrusión de una expresión perteneciente a otro texto: un refrán que la locutora intercala en el diálogo. Texto que quiebra, colorea y vuelve ambiguo el enunciado. Como resultado se obtiene la risa, que es la colaboración del destinatario para la formación del nuevo significado. Así ocurre el proceso ilustrado por Kristeva: a través de la risa el destinatario deja de ser actor y se convierte en autor, pues experimenta y asume la palabra transgresiva; bajo la capa de la risa, que es el Otro simétrico de la Ley (1970: 230). Gracias a la risa —afirma Kristeva— el autor y el destinatario se reúnen en el eje del juego. Sin embargo, se está de acuerdo con la autora en que sólo se trata de una pseudo-transgresión: de un significado negativo que necesita la presencia del espectro constante de su positivo, la Ley. Es decir del código que regula la comunicación cotidiana, pero que puede ser roto, fracturado, por la transgresión (1970:231). El proceso de ficcionalización aplicado al lenguaje ocurre, según Kristeva, cuando la palabra carnavalesca no consigue su intención, pues al no poder destruir el significado trascendental –la verdad simbólica– destruye su univocidad y le sustituye por su doble (1970:231). En este fragmento se puede ejemplificar tal proceso: / Treviño nos prometió antes de llegar (Risa) a lo qu’está’orita / que nos ib’a’rreglar el transporte / hasta’orita / seguimos igual / en unas peseritas4 donde hasta treinta y tres personas vemos…/ (Entrevista 114).5

El hablante emplea la risa para paliar la decepción (Freud, 2000: 224) que le causa el engaño6 de que han sido víctimas por parte del funcionario político; emplea la ironía para develar la artimaña y crea, a través de la exageración, una imagen figurada para lograr el efecto cómico (Freud, 2000:197198), que le servirá para burlarse de sí y de los demás crédulos. Acerca de los juegos lingüísticos que se manifiestan en la ironía, Kristeva apunta que existe un punto de articulación que convierte al sujeto de la enunciación en sujeto del enunciado, es decir el enunciador y el sujeto del enunciado se fusionan: La máscara concentra la posibilidad del locutor de participar en su lenguaje como práctica significante de sí misma, que no remite a nada al exterior (1970:232). Se ejemplifica el proceso con este fragmento (el entrevistador interroga al informante sobre su posibilidad de acceder a ciertas distracciones): E: ¿Y va’l cine? I: Pos voy al cine porque ahí trabajo / si no pus usté s’imagina (Entrevista 131).7

El informante responde irónicamente al cuestionamiento. Efectúa una autoironía (Zavala, 1996)8 y una autoburla9 (en la que él es el sujeto del enunciado y de la enunciación a la vez) acerca de su precaria situación económica. 36


María Eugenia Flores Trevino: La ironía y el humor en El Habla de Monterrey

Igualmente conveniente es retomar la premisa en que Kristeva describe las relaciones que surgen entre los elementos carnavalísticos (la estructura literaria, la reflexión, el inconsciente), que ella designa como un diálogo entre ellos, del que provienen las díadas estructurales del carnaval: lo alto y lo bajo, el nacimiento y la agonía, el alimento y el excremento, la loa y la maldición, la risa y las lágrimas” (Kristeva, 1970: 14). Tal propuesta evidencia la convergencia de opuestos, la revelación, la simultaneidad y el contraste, manifiestos en el discurso irónico en la entrevista, como en el siguiente ejemplo, en el que los dialogantes hablan sobre la frecuencia con que en ese hogar se alimentan de carne: E: Que aquí / aquí ni... / ni una vez a la semana a veces se come/ I: Pos no hay / pos no / pos sí / está duro / digo / po’ allá tam’ién / pero pos ya / como allá / como había animales ¿vedá? / pos / mataban ¿vedá? / y aquí no / aquí ne’sita uno compra’los/ E: Aquí ni a... / a menos que matemos al perro / ¿no?/ (Risas) I: Ni perro tenemos / (Risas) / ni perro tenemos / (Risas)/ (Entrevista 168).

Este fragmento muestra la co-presencia del humor del entrevistador, quien colabora en la construcción de la ironía. Se advierte el matiz de amargura en las expresiones del informante; aparece también la risa irónica, que señala el posicionamiento del enunciatario: humor/amargura/risa/ironía. He aquí la concurrencia carnavalesca. Julia Kristeva menciona entre las figuras que se encuentran en el discurso carnavalesco, al discurso paródico,10 el relativizante, que supone la existencia de un sentido previo, y obtiene su efecto cómico por el hecho de demostrar la ambigüedad de este sentido pre-existente. Significado negativo, ambivalente, nodisyuntivo (1970: 238-239). Por ejemplo: I: ¿Eh? / y dice mi mamá / que la escasez / las crisis / los temblores / los’ustos que ha’bido / o... / mundianos / se puede decir ¿verdá? / dice mi mamá / que es que porque / Dios Jehová / qu’es’u Santo Nombre / Él’o mandó / que... / Él’o tiene / pronosticado / ya / que así v’a ser / que así debe de ser ¿verdá? / peliarse los hijos con las... / los padres / los hermanos con hermanos / hermanas con herma/ que haga mucho desastre / que haiga / entonces / yo / a mi ver / y mamá / nunca se mueve la / la hoja / sin la volunta’de Dios / claro / si no hay / aigre / no se mueve / ¿verdá? / (Entrevista 161).

Se observa cómo la línea semántica normativa del discurso se mantiene hasta que ocurre la explosión11 que fractura esa línea y revela el juicio de que es objeto por quien, al transgredir la Ley,12 introduce el elemento paródico que revoca la univocidad de la expresión y lleva a la risa, producida tal vez por la liberación de pronunciar una serie significante no bloqueada por la censura que la provoca y que la sos-tiene (...) licencia e inhibición, gozo y tragedia, vida 37


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y muerte. Pero siempre risa y por lo tanto, juicio, expresión, significado (Kristeva, 1970: 246).

El humor y la ironía: acordes que armonizan en el discurso de la entrevista. No hay alegría, sí mucho humor; pero para mí el humor es ironía que expresa dolor, angustia, disfraza el miedo y la inseguridad de esta sociedad. José Saramago.13

Las palabras de Saramago que abren este apartado, condensan una serie de ideas que es pertinente abordar en este estudio sobre el humor y la ironía. Ya Kundera recoge la afirmación de Octavio Paz, en la que enuncia que el humor es la gran invención del espíritu moderno, hace suya la propuesta en la que Paz asevera que el humor convierte en ambiguo todo lo que toca (1996: 11). Esa ambivalencia es una cualidad que también posee la ironía, característica que se vuelve compleja al aparecer acompañada de la risa, la burla o el humor. Con la finalidad de clarificar las relaciones de estos fenómenos con el proceso de figuración irónica, se deslinda, en primer lugar, el concepto de humor. Para Sigmund Freud el humor se relaciona con un criterio de economía14 y propone que: la esencia del humor consiste en que uno se ahorra los efectos que la respectiva situación hubiese provocado normalmente, eludiendo mediante un chiste, la posibilidad de semejante despliegue emocional (1973: 2997). Lo cual implica que el proceso que lleva a cabo el humorista, debe hallar eco en el receptor para que se vea efectivamente realizado. Ello se verifica en los discursos de las entrevistas analizadas, pues el entrevistador y el informante ríen uno u otro de las figuraciones lingüísticas que suceden en el espacio comunicativo. Acerca de las cualidades del humor Freud apunta que no es resignado, sino rebelde, significa no solamente el triunfo del yo, sino también del principio del placer que en el humor llega a triunfar de las circunstancias reales (1973: 2998). Tal este ejemplo en el cual el hablante emplea el humor como un recurso para efectuar la ironía: E: ¿… normalmente / a usted le gusta que le cocinen o / come allá? I: Pos... / yo que quisiera / decirle hazme esto todos los días / pero pos no se puede / todos los días los / frijolitos / la sopita de arroz / bueno / a vez en cuando / que digamos / un pedacito de carne / pos tam’ién hace / hace falta / pa’ / que no se le olvide al carnicero que también vamos ahí a veces (Risas) (Entrevista 165).15

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María Eugenia Flores Trevino: La ironía y el humor en El Habla de Monterrey

El informante declara su incapacidad para adquirir un alimento que le gusta, pero es inaccesible a sus posibilidades económicas, así que construye una situación salpicada de humor para contrarrestar la amargura que le causa su situación, o quizá para aminorar la vergüenza que le causa exhibir sus carencias ante el entrevistador. Freud señala que el humor es liberante, como el chiste y lo cómico, pero además es grandioso y exaltante. Lo grandioso, afirma, reside en el triunfo del narcisismo, en la confirmación de la invulnerabilidad del yo: El yo que rehúsa dejarse ofender y precipitar al sufrimiento por los influjos de la realidad, se empecina en que no pueden afectarlo los traumas del mundo exterior […] demuestra que sólo le representan motivos de placer (Freud, 1973: 2998).

Se aplica la propuesta a un fragmento de la entrevista 161 en la cual la informante muestra como una gracejada cierto hecho, caso en el cual se verifica la propuesta de Freud (1973: 2997) acerca de que puede ser una sola persona la que adopta el papel de humorista, mientras que la otra se limita a ser un mero espectador (en esta ocasión, lo que percibe el espectador es una autoironía): I: Yo / personalmente / la pader d’este lado / yo la hice también / la d’este otro cuarto / yo la hice / y l’o vino mi muchacho / y l’o le dije yo / mira Francisco / lo que hice / dijo ¿qué hizo? / le dije / mira m’hijo / yo gustosa ¿verdá? / porque’bía hecho gracia / pos yo, una mujer…/

La locutora presenta, bajo el matiz humorístico, el hecho de que, por ser jefe de familia y carecer de un lugar para habitar, así como de los medios económicos para mandarlo edificar, haya tenido que construirlo ella misma, y en vez de amargarse por tal carencia, muestra alegría por haber superado una situación considerada como impropia de su sexo, sobre lo cual ironiza a través del humor. Corresponde a una situación humorística, considerada por Freud como más primitiva: la de quien dirige el humor contra sí mismo para defenderse así del sufrimiento amenazante (1973: 2998). Freud propone la posibilidad de que el individuo hipercatetice su super yo y luego modifique desde éste las reacciones del yo (1973: 3000). Es decir que multiplique las traslaciones del acento psíquico de su super yo para que, así fortalecido, proyecte sus respuestas ante los eventos o situaciones desfavorables a través del humor. Se coincide con el autor en que, así como el chiste se origina en el abandono momentáneo de una idea preconsciente a la elaboración inconsciente (de modo que el chiste representaría una contribución a lo cómico ofrecida por el inconsciente), en plena similitud, el humor vendría a ser la contribución a lo cómico mediada por el super yo (1973: 3000). Acorde con Freud: El humor quiere desmitificar al mundo, profanarlo decirnos: ¡Mira, ahí tienes ese mundo que te parecía tan peligroso! No es más que un juego de niños, bueno apenas para tomarlo en broma! (1973: 3000) 39


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Para Sigmund Freud es el super yo quien por medio del humor consuela cariñosamente al intimidado yo (1973: 3000). Caso que ocurre en la mayoría de las entrevistas revisadas de este corpus, que se caracteriza por lo que Freud llama el humor discontinuo.16 Por ejemplo, en la entrevista 114 se narra: …/entraron / se llevaron tres am- / cajas d’emvases de cocas / pos ya ni me da coraje digo ¡hombre! pos pobre a lo mejor ne’sitaba pa’comprar pan / llevar algo pa’su casa / porque ya entrar por unas cajas d’envase / ¿qué tanto pudo haberse saca’o el pobre muchacho ahí? / y sí se arriesgó ¿verdá?

En este caso, el informante emplea la risa por lo que Freud llama la indignación ahorrada (2000: 187). Desnuda la ingenuidad del ladrón para que resulte cómico el suceso y comparte la burla sobre él, quien se arriesga por casi nada, de esta manera lo ataca, y a la vez que ironiza y se burla de su situación de agredido, “deshace” el efecto del delito del que fue objeto. Por su parte, Bergson (1986) indica que el humor se origina en una oposición que va de lo real a lo ideal (lo que es, opuesto a lo que debiera ser). Por ejemplo en la entrevista 114, la informante recurre a este proceso referido por Bergson: /… ¿cuál fue la oferta? / y lo que le dejan en oferta es lo que realmente no… / pos no ne- / no se necesita de urgencia /… le ponen… / pues a veces artículos de… / tocador / como pastillas de baño / que’l cloro / cosas así que o son muy urgentes / ¿vedá? / mermeladas / enlatados otras cosas (Risas) / oiga señor pos’orita ya casi no se come d’eso / pos pongan lo que de veras se necesita barato /

La locutora ironiza y se burla de una situación que resulta cómica por su representación antinómica (Freud, 2000: 210), pues paradójicamente abaratan los artículos que no son de primera necesidad, y afectan a los más desprotegidos económicamente. Su constructo resulta una crítica y la revelación de una situación absurda, un desplazamiento. Henri Bergson apunta que si se hace una descripción minuciosa de lo que es, afectando creer que efectivamente así deberían ser las cosas (1986: 87), se está ante el proceso empleado frecuentemente por el humor. Lo define como el reverso de la ironía. Observa que tiene un carácter científico ya que apela al intelecto y es necesario despojarse de lo afectivo para lograrlo. Indica que el humor es una transposición de lo moral a lo científico. Enuncia que el humorista es un moralista con disfraz de sabio (1986: 88). Se revisan sus premisas en el siguiente segmento: I: Pos no / andar en un baile / po’si yo quiero voy / y si no... / en mi casa me quedo / ¿quién me lleva’fuerzas? / ¿eh? / y... / y este... / traer novio / pos / de todos modos trai / y es de la misma religión d’ella / ¿m? E: Ándele (161)

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I: Yo lo que le protesto a ella / de que son her- / eso sí lo critico / pa’que vea / son hermanos / y salen... / gorditas/ E: (Risa) (Entrevista 161).

La informante ironiza al burlarse de la contradicción existente entre las exigencias de cierta religión con respecto a la que ella profesa; acude al doble sentido (Freud, 2000: 98), pues en el ejemplo el sentido literal es superado de inmediato por el empleo de expresiones semánticamente cargadas: “hermanos” (no porque compartan lazos de sangre, sino porque pertenecen a una misma agrupación religiosa), “gorditas” (no porque tengan una complexión física obesa, sino porque las mujeres de esa agrupación adquieren tal aspecto al estar embarazadas); y, al hacerlo, emplea lo que Freud llama la degradación por la develación de un aspecto vulgar (2000: 203) para conseguir el efecto cómico. Otro aspecto abordado por Bergson se refiere a lo cómico en la situación, que él explica como construcción lingüística calcada con la mayor exactitud sobre las formas del espíritu humano (1986: 89) se ilustra con el ejemplo: …/entre mis hermanos pos ya somos com’unos / siete u ocho familias juntas / y to’as con hijos s’imagina en tres cuartitos / (Risas) / es una revolución (Entrevista 114).

El hablante hace mofa de sí mismo y de otros, para anticiparse a la burla externa y para cancelar la permanencia de la carencia (en este caso, de espacio digno y suficiente para vivir) a través de una imagen que proyecta una situación deprimente a la que hace parecer cómica.17 Dentro de este orden de ideas, el autor incluye los efectos ridículos (Bergson, 1986: 89) que resultan de cierta situación, como este ejemplo, en que la entrevistada proporciona una receta de comida a su interlocutor e ilustra los resultados de la imagen figurada: …y usté’le incluye a su plato pos según el gusto / porque no todos quieren cebolla / los muchachos / como andan noviando no quieren cebolla (Risas) (Entrevista 114).

El hablante se burla de otro individuo a través de la anticipación del efecto18 de una situación pragmática, en la cual el sujeto burlado resulta ingenuo19 por imprevisor. Jorge Portilla (1984) ofrece una perspectiva desde la cual el humor posee una importantísima cualidad: la distancia, característica que es fundante en la función develadora de la ironía. Por tanto, ambos, el humor y la ironía, se ven sujetos a esta actitud. Se está de acuerdo con Portilla, quien asevera: El humor es una actitud de estilo estoico que muestra el hecho de que la interioridad del hombre, su subjetividad pura, nunca puede ser alcanzada o cancelada por la situación, por adversa que ésta pueda ser; muestra que el hombre nunca puede ser agotado por su circunstancia [cuando al ser humano le es necesario] 41


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[…] ponerse a distancia de las situaciones más intolerables […] En estos casos la comicidad es el signo de la liberación. Sólo se puede reír si se guarda distancia de aquello de que se ríe (Portilla , 1984: 76).

Se observa que no es la alegría pura el motivo del humor, sino que existe un doble valor en su empleo por el sujeto, además, este autor le atribuye una cualidad liberadora —idea en la que coincide con Saramago— que sustrae al individuo de sus males existenciales, puesto que… si [el hombre] es capaz de retroceder ante la propia situación y colocarse en actitud de espectador, puede reír de sí mismo. Al hacerlo, exterioriza su libertad y trascendencia. Esta capacidad de alejamiento es el humor (Portilla, 1984:76). Los informantes del corpus de El Habla de Monterrey efectúan ironías sobre sí mismos, proceso que en ocasiones produce un efecto inesperado, una intrusión insólita en la línea del diálogo, que se resuelve con risas de parte del mismo que ironiza: I: Pos mi especialidad era / hacer las / salsas / guacamole / el... / la carne asada / pollos asados / cuando se podía / y que / había / con qué / (Risa) / ‘orita la carne’tá a tres mil pesos el kilo / el bocado bueno / se imagina (Entrevista 131).

Esta risa tiene un matiz muy especial, pues se introduce después de la lamentación velada: “cuando se podía / y que / había / con qué / (Risa)” lo cual le distingue de la risa motivada por otras razones, alegría, por ejemplo. Dicha conducta hilarante se justifica según Jorge Portilla, porque la ironía nos libera hacia un valor positivo; el humor nos libera de un valor negativo, de una adversidad (1984: 74). Como se observa, ambas conductas poseen esa dirección común: la liberación. En el fragmento ilustrado el informante se ríe y se ofrece a sí mismo con su circunstancia (la que, vista desde un ángulo distinto de ninguna manera resultaría risible) como un objeto digno de comicidad. Lo gracioso es compartido por su receptor/entrevistador y así ambos participan de este peculiar proceso de alejamiento respecto al que Portilla señala: cuando las circunstancias son atroces, llamamos al conjunto “humor negro” (1984:76). La inclusión del humor irónico en los diálogos de las entrevistas, también se realiza con la finalidad de atenuar la temática de la conversación, pues al hablar de la crisis se abordan aspectos dolorosos para el informante y el entrevistador, quien es espectador de una realidad a la que no puede dar ninguna solución. De esta manera, el humor cataliza las emociones y efectos que el tópico abordado produce, en cuanto a que: El humor provoca en sus testigos un sentimiento peculiar de facilidad y liberación que todo el mundo ama y admira; por eso un hombre “sin sentido del humor” difícilmente es un compañero agradable (Portilla, 1984:76).

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María Eugenia Flores Trevino: La ironía y el humor en El Habla de Monterrey

El locutor de la Entrevista 131 responde al cuestionamiento sobre su realidad y, al exponerse ante un extraño, la visualiza en su gravedad. Sin embargo, para suavizar su sentido, la salpica de humor. Portilla dice del humorista: Él toca, en el dolor, el secreto de la existencia, pero de inmediato vuelve a estar sobre sí”. Este “volver sobre sí” se realiza mediante el chiste o la broma, es la significación del chiste en el humor (Portilla, 1984: 78).

Portilla asevera que la risa no se presenta siempre con una significación unívoca, sino que es una forma particular de conciencia, exactamente como una emoción o una intelección y por ello, no puede escapar a la ley universal de la conciencia, que es la intencionalidad (1984: 42-43), coincide con Alfred Stern al afirmar que puede discernirse una degradación de valores como sentido último de lo risible. Tales ideas se pueden demostrar con el fragmento: E: ¿Quiere que normalmente / a usted le gusta que le cocinen o / come allá? I: Pos... / yo que quisiera / decirle hazme esto todos los días / pero pos no se puede / todos los días los / frijolitos / la sopita de arroz / bueno / a vez en cuando / que digamos / un pedacito de carne / pos tam’ién hace / hace falta / pa’ / que no se le olvide al carnicero que también vamos ahí a veces (Risas) (Entrevista 165).

La risa, aludiendo a esa degradación, afirmaría el carácter «local» limitado de la degradación misma. A propósito del fragmento de la entrevista citada, resulta que el valor disminuido (la capacidad adquisitiva, la solvencia) sólo se proyecta hacia el presente, a esta situación referida, y no a otras, dejando a salvo el hecho de una posible degradación universal del valor; esta focalización del aquí y ahora (pero quién sabe si en el futuro) liberan al emisor, quien ironiza sobre el hecho. Con Portilla se considera la risa como la emoción de la libertad frente a la degradación posible y como el sentimiento placentero de estabilidad «última» del valor amenazado (1984:47). Define lo irónico diciendo que es …no la contradicción tomada pura y simplemente como tal, sino el contraste entre la pretensión de poseer un valor cualquiera (sabiduría, justicia, eficacia infalible de un medio para la felicidad humana) y la realidad de lo verdaderamente logrado (Portilla, 1984: 65).

Así, en el fragmento del ejemplo anterior, el hablante enuncia lo que “era su especialidad” (entendido como una habilidad culinaria) y luego efectúa el contraste con la situación real al recordar el precio de la carne. Jorge Portilla declara que la ironía muestra la insuficiencia de las realizaciones del valor desde arriba, haciendo patente la pureza y la trascendencia del valor, el humor en cambio, lo muestra desde abajo destacando la presencia de lo deleznable en y con lo valioso (1984:74). Se tendrá desde esta perspectiva al humor y la ironía como las ópticas que, abordando dos enfoques a la vez opuestos y 43


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complementarios, develan el objeto ironizado. Esta concepción puede ilustrarse en el siguiente fragmento de discurso: E: ¿Se la llevaron al sanatorio / y luego? I: Sí / pos no / ni la llevaron / ahí la curó mi mamá/ E: ¡Ah no me diga! I: Mjm / y así se murió / o sea qu’en el rancho / pos yo creo ni se oiría / ni de doctores / (Risa) yo creo / quién sabe / (Risa) ahí se curaba / y ahí / si se aliviaban / bien / y si no (Entrevista 168).20

La locutora fabrica la figuración irónica primero, empleando la presuposición pragmática,21 puesto que rompe la expectativa del entrevistador: “¡Ah no me diga!” Quién pareciera que espera el desenlace «feliz» de la anécdota; sin embargo, la entrevistada corrobora y luego introduce la oración que produce el giro semántico: “Mjm / y así se murió”, además efectúa una ironía para criticar a «los otros», y para autoironizarse ella, pues pertenece al medio rural. Asimismo, denuncia veladamente la marginación que se sufre en esa área; alude tanto al servicio de atención de la salud como a la carencia de él: mantiene el valor y su degradación.

Conclusiones ¿POR QUÉ LOS INFORMANTES ACUDEN AL HUMOR Y LA IRONÍA? Los informantes utilizan el humor manifiesto en la risa, la burla y la autoburla al ironizar o autoironizar, porque les ofrece la oportunidad de efectuar una profanación, la desacralización de las jerarquías sociales y de los tonos discursivos. Les brindan una visión del mundo al revés, que busca la equidad –aunque efímera e ideal–. El humor y la ironía se ven utilizados como paliativos, como una aspiración de triunfo sobre la tremenda circunstancia vital, como un medio de ahorrarse la indignación a través de la risa. Estos recursos se emplean por los hablantes para distanciarse; para criticarse y criticar; como catarsis; para denunciar o develar una situación y para proponer una alternativa de acción futura (Portilla, 1984: 73-86). Llevan a cabo este proceso: sobre sí mismos, sobre otro sujeto (ausente) y sobre su situación socioeconómica. Tal vez la hilaridad se explique, como asevera Averintsev porque: Al empezar a reírnos, parecería que levamos el ancla y permitimos que las olas nos lleven en una dirección de antemano impredecible. […] proceso, en el cual siempre es posible un juego de gradaciones y transformaciones semánticas, juego del cual la risa propiamente se mantiene (2000: 22).

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María Eugenia Flores Trevino: La ironía y el humor en El Habla de Monterrey

NOTAS 1 El contenido de este trabajo fue originalmente presentado como ponencia en el VIII Congreso Internacional de la Sociedad para el Estudio del Humor luso-hispano, celebrado en octubre de 2004, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. 2 En el sentido de Ducrot (1986): Hay dos acciones simultáneas. Se enuncia y se ejecuta la acción. En este caso, la burla, la ironización. 3 Sujeto de sexo femenino; tiene 50 años de edad; estado civil: viuda; originaria de una zona rural de Zacatecas; reside en la Col. Fomerrey # 30, en San Nicolás; es analfabeta; se desempeña como ama de casa con experiencia laboral en servicios domésticos; su ingreso económico familiar es inferior al salario mínimo; es aficionada a escuchar la radio (música ranchera), a ver la televisión (novelas) y a elaborar manualidades. 4 El transporte urbano era insuficiente en Monterrey en el periodo en que se grabaron las entrevistas, por lo que se acudía a los servicios que prestaban unas camionetas tipo Van que cobraban un peso por persona, de ahí su nombre de “peseras” y la alusión por la locutora al reducido espacio e incomodidad con que se viaja en ellas (aún circulan por Monterrey). 5 Sujeto de sexo femenino; tiene 50 años de edad; estudió secundaria incompleta; es ama de casa, trabajaba en el sector servicios; es originaria de otro estado mexicano; salario familiar entre 3 y 6 veces el salario mínimo. 6 Conviene añadir la idea de Portilla, que considera la risa como la emoción de la libertad frente a la degradación posible y como el sentimiento placentero de estabilidad <<última>> del valor amenazado (1984:47). 7 Sujeto de sexo masculino; tiene 48 años de edad; estudios de primaria incompleta; trabaja en el sector servicios; es originario de Monterrey; su salario familiar oscila entre 6 y 10 veces el salario mínimo. 8 Autoironía. Producto de los comentarios irónicos del narrador acerca de lo que él mismo escribe. Zavala (1996) “Glosario de términos de ironía narrativa”, Sincronía: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco http:// fuentes.csh.udg.mx/CUCSH/sincronia/zavalo.html (15 de enero de 2004). 9 La burla es para Jorge Portilla: una acción tendiente a restar o a negar el valor de una persona o situación y que aparece tanto sometida a intencionalidades que rebasan la suya, como dotada de un sentido instrumental en la ironía (1984:28). 10 Romana Rutelli considera que la ironía y la parodia son dispositivos retóricos considerados como algo que funciona como un agente catalítico del significado, cambia el carácter del significado principal y en cualquier caso, adquiere funciones esenciales de significado (1997: 401). 11 Según Iuri Lotman en la comunicación lingüística normal es indispensable introducir el concepto de tensión, así como considerar al texto como una imagen sui generis establecida en el tiempo, un momento artificialmente fijado entre el pasado y el futuro, cuya relación no es simétrica; considera al presente como un estallido de sentido aún no desplegado que contiene en sí todas las posibilidades de las vías futuras (1998: 17, 27, 28). 12 En el sentido de Kristeva (1970). Como la norma, significado oficial sistémico.

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13 Cfr. “El mundo está dominado por el miedo: José Saramago” en Internet Securities, Inc. www.securities.com Publicación Crónica. Proveedor: Grupo Empresarial Periodístico, SA de CV/Fecha: 15 de Enero de 2003. 14 Ya lo había propuesto antes en El chiste y su relación con lo inconsciente (2000). 15 Sujeto de sexo femenino; tiene 46 años de edad; estudios de primaria incompleta; trabaja en el sector comercio; es originaria de Tamaulipas; reside en la colonia Fomerrey 30; su salario familiar se ubica entre 2 y 3 veces el salario mínimo. 16 Que es el humor ocasional, no metódico: …humor que sonríe entre lágrimas y sustrae parte de la energía al efecto otorgándole acompañamiento humorístico (Freud, 1986: 239). 17 Freud examina estos casos en los cuales ocurre el surgimiento de la risa en situaciones de displacer (2000: 198). 18 Freud también aborda este asunto en “El humor” (2000: 198-199). 19 Cfr.: Freud, 2000:182. 20 Sujeto de sexo femenino; tiene 48 años de edad; estudios de primaria incompleta; trabaja en el hogar; es originaria de Zacatecas; reside en la colonia Fomerrey 30; su salario familiar oscila entre 1 y 2 veces el salario mínimo. 21 Según propuesta de Berruto: Se refiere a las condiciones de validez de los enunciados, a la adecuación de la situación con respecto a la expectativa semántica subsecuente (1988: 198-200).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS AVERINTSEV, S. (2000) ‘Bajtin, la risa y la cultura cristiana’, en T. Bubnova (ed) En torno a la cultura popular de la risa: Nuevos fragmentos de M. M.Bajtín (Adiciones y cambios a Rabelais), pp. 13-34. Barcelona-México: RubíAnthropos/Fund. Cultural Eduardo Cohen, . BALLART, P. (1994) Eironeia. La figuración retórica en el discurso literario moderno. Barcelona: Quaderns Crema. BERGSON, H. (1986) La risa. Madrid: Orbis. BERISTÁIN, H. (1997) Diccionario de Retórica y Poética. México: Porrúa. BUBNOVA, T. (ed.) (2000) En torno a la cultura popular de la risa: Nuevos fragmentos de M. M. Bajtin (Adiciones y cambios a Rabelais). BarcelonaMéxico: Rubí- Anthropos/Fund. Cultural Eduardo Cohen. BERRUTO, G. (1988) La semántica. México: Editorial Patria. DUCROT, O. (1986) El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación. Barcelona: Paidós. FREUD, S. (2000) El chiste y su relación con lo inconsciente. Madrid: Alianza. KRISTEVA, J. (1970) El texto de la novela. Barcelona: Lumen. LOTMAN, I. (1998) La semiosfera, vol. I, Madrid, Cátedra. PORTILLA, J. (1984) Fenomenología del relajo y otros ensayos. México: Fondo de Cultura Económica. RUTELLI, R. (1997) ‘El texto dentro del texto y la ‘explosión’: ironía, parodia y otros casos’, en M. Cáceres (ed) En la esfera semiótica Lotmaniana. Estudios en honor a Iuri Mijailóvich Lotman, pp. 401-415.Valencia: Episteme.

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María Eugenia Flores Trevino: La ironía y el humor en El Habla de Monterrey

ZAVALA, L. (1996) ‘Glosario de términos de ironía narrativa’, Sincronía Revista electrónica de la U de G. [Documento en Línea]. Disponible en: http:// fuentes.csh.udg.mx/CUCSH/ sincronia/zavalo.html (01/04). Consultado en enero de 2004.

MARÍA EUGENIA FLORES TREVIÑO es Profesora de Tiempo Completo en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Imparte cátedra desde 1988 en la Licenciatura en Letras Hispánicas y en la División de Estudios de Postgrado. Es Doctora en Humanidades y Artes con Mención Honorífica por la Universidad Autónoma de Zacatecas-México. Premio a La Mejor Tesis de Maestría en el Área de Humanidades por la U.A.N.L en el 2002. Becaria por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y por la Secretaría de Educación (2002-2006). Obtuvo el reconocimiento a los profesores con perfil deseable otorgado por el PROMEP de la Secretaría de Educación en México (2004-2007). Investiga la función poética del lenguaje. Ha publicado en revistas académicas y participado en distintos Congresos. Correo electrónico: maru_eflores@yahoo.com.mx

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ARTÍCULO

Argumentación y funciones estratégicas en el discurso político venezolano: el cierre de campaña del referéndum revocatorio presidencial MARÍA JOSÉ GALLUCCI UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

RESUMEN. A partir de los lineamientos teórico-metodológicos que ofrece el análisis crítico del discurso, la presente investigación tiene como objetivo primordial estudiar, desde una perspectiva lingüística, la argumentación y las funciones estratégicas en el discurso político electoral venezolano. El estudio de las distintas formas a través de las cuales los actores políticos intentan persuadir a sus receptores se fundamenta, principalmente, en los postulados de la Nueva Retórica de Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989) y en las estrategias discursivas propuestas por Chilton y Schäffner (2000). El corpus de la investigación está conformado por los dos discursos de cierre de campaña de oficialismo y oposición que tuvieron lugar en agosto de 2004, a propósito de la realización del Referéndum Revocatorio Presidencial. El estudio, además de mostrar las técnicas argumentativas y las estrategias discursivas empleadas por los líderes de dichos sectores, pone en evidencia la estrecha relación que existe entre ambas categorías. PALABRAS CLAVE: argumentación, discurso político, funciones estratégicas. RESUMO. A partir dos lineamentos teórico-metodológicos que oferece a análise crítico do discurso, a presente pesquisa tem como objetivo primordial estudar, desde uma perspectiva lingüística, a argumentação e as funções estratégicas no discurso político eleitoral venezuelano. O estudo das distintas formas através das quais os atores políticos tratam de persuadir seus receptores se fundamenta, principalmente, nos postulados da Nova Retórica de Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989) e nas estratégias discursivas propostas por Chilton e Schäffner (2000). O corpus da pesquisa está conformado pelos dois discursos de fechamento de campanha do oficialismo e da oposição que tiveram lugar em agosto de 2004, a propósito da realização do Referendum Revocatório Presidencial. O estudo, além de mostrar as técnicas argumentativas e as estratégias discursivas empregadas pelos líderes de ditos setores, põe em evidência a estreita relação que existe entre ambas categorias. PALAVRAS CHAVE: argumentação, discurso político, funções estratégicas.

Recibido: 2 de abril de 2005 • Aceptado: 25 de octubre de 2005.

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ABSTRACT. From the point of view of critical discourse analysis, the main objective of this study is to describe the argumentation and the strategic. functions of Venezuelan political discourse, from a linguistic perspective. The analysis of the different forms through which political actors try to persuade their adversees by mainly based on the postulates of the Nueva Retórica from Perelman and Olbrechts-Tyteca (1989), and the discourse strategies proposed by Chilton and Schäffner (2000). I analyzed two speeches of the end of the campaign for the presidential referendum which took place in August 2004. The first one by the government and the second one by the opposition. The study shows the argumentative techniques and the strategic functions used by the leaders of these sectors, and provides evidence of the narrow relationship between both categories. KEY WORDS: argumentation, politic discourse, strategic functions.

Introducción1 Luego de los sucesos acaecidos en Venezuela el 11 de abril de 20022 la situación política y social del país cambió radicalmente. A partir de esta fecha, se incrementaron en forma notable el conflicto y la polarización entre los venezolanos, ahora habitantes de un país dividido en dos sectores antagónicos: por una parte, el presidente, los representantes del gobierno y quienes los apoyan; y, por otra, “los opositores”, grupo que adversa la “revolución bolivariana” liderada por Hugo Chávez. Con el fin de disminuir el alto grado de conflictividad entre el gobierno y la oposición y como una forma de dilucidar y resolver lo ocurrido en Venezuela en abril de 2002, el 8 de noviembre de ese mismo año se instaló en el país, por iniciativa de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Mesa de Negociación y Acuerdos. Esta instancia de diálogo –inédita en la historia democrática de Venezuela– persiguió tres objetivos: 1) buscar acuerdos que permitieran solucionar la crisis del país por la vía electoral, 2) desarmar a la población civil y 3) poner en funcionamiento la Comisión de la Verdad3. A pesar de haberse fijado tres objetivos primordiales, la mayoría de las fuerzas del órgano negociador se concentraron en la salida electoral.4 Tras muchos tropiezos (verificación exhaustiva de firmas, dilatada participación de los organismos internacionales, parcialidad de las autoridades electorales, denuncias de fraude, etc.),5 esta salida se concretó casi dos años después (el 15 de agosto de 2004). En esa fecha, los venezolanos tuvieron la oportunidad de elegir entre continuar con la profundización del “proceso revolucionario” impulsado por Chávez u otorgarle el poder a una oposición en la que se agrupan los partidos tradicionales que desde 1958 habían gobernado al país. La realización del Referéndum Revocatorio (en adelante RR) ratificó a Chávez en el poder pues, según los resultados, el Presidente de Venezuela, a pesar del amplio número de ciudadanos que lo adversan (40.64% de los vo-

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tantes), todavía cuenta con un importante respaldo popular (59,10 % de los electores).6 A partir de la convicción de que el discurso político es fundamentalmente persuasivo7 y tomando en cuenta la trascendencia del RR en lo que respecta al futuro político de Venezuela, resulta importante analizar, desde la perspectiva teórico-metodológica del análisis crítico del discurso (Bolívar 1997, Fairclough y Wodak 2000), dos textos relacionados con esta particular consulta popular emanada de una instancia de diálogo novedosa en el ámbito político venezolano. Se trata de un evento trascendental dentro de la historia democrática de Venezuela y de unos textos (mitin de cierre de campaña) de gran valor en la interacción: en ellos los actores políticos resumen las directrices más importantes de su campaña electoral. El objetivo principal de esta investigación consiste en estudiar las principales estrategias retórico-pragmáticas dirigidas a la persuasión y/o movilización de los receptores con fines específicos (la adhesión, el mantenimiento del poder, etc.). Para el análisis retórico de los textos utilizo como fuente principal el Tratado de la Argumentación de Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989). De lo esbozado por estos autores, se privilegiarán como categoría de análisis las técnicas argumentativas, específicamente lo concerniente a los tipos de argumentos: i) de enlace o asociación (cuasilógicos, basados en la estructura de lo real y basados en el establecimiento de la estructura de la realidad) y ii) de disociación. Para el estudio del aspecto pragmático tomo como base un artículo de Chilton y Schäffner (2000) titulado Discurso y política. Estos autores, al relacionar las situaciones y los procesos políticos con los distintos niveles de organización del discurso, establecen una categoría macro a la que denominan “funciones estratégicas”. Esta categoría se divide, a su vez, en cuatro estrategias discursivas, a saber: i) coerción, ii) resistencia, oposición y protesta, iii) encubrimiento, iv) legitimación/ deslegitimación. El estudio está estructurado en seis partes. En las tres primeras secciones se desarrollan los planteamientos teórico-metodológicos que sustentan la investigación. En la cuarta sección se explica el método empleado. En el quinto apartado se presenta el análisis de los textos y en la última parte se exponen las conclusiones derivadas de la investigación.

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1. El tratado de la argumentación …la argumentación, obra de humanos, sólo se opone a lo que se considera objetivamente válido. Las opiniones de las que trata no son en absoluto indiscutibles, las autoridades que las exponen o las combaten no son del todo inatacables y las soluciones que se acepten […] se las conoce de antemano. Chaim Perelman

Como se sabe, en el siglo XIX los ámbitos de la Retórica se vislumbraban de forma poco favorecedora: lo que en principio se entendió como el arte de la persuasión pasó a considerarse como un simple manual de estilo y, en el peor de los casos, como una extensa lista de figuras en pro de la consecución de un estilo florido y llamativo. En medio de este panorama surge la Nouvelle Rhétorique de Perelman y Olbrechts-Tyteca. Este proyecto, publicado por primera vez en 1969, reacciona contra la visión que se había tenido de la retórica entre los siglos XVIII y XIX; se rebela contra el Cartesianismo y el Romanticismo y, al igual que lo hicieron Austin (1962) con la teoría de los actos de habla, Toulmin (1958) con el examen de las estructuras argumentativas y Habermas (1987) con sus postulados sobre la filosofía del discurso, subraya la necesidad de superar los planteamientos de Descartes. Así pues, recordemos que, como apuntan Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989: 36), el objeto de la Nueva Retórica no es otro que “el estudio de los medios de argumentación que no dependen de la lógica formal y que permiten obtener o aumentar la adhesión de otra persona a las tesis que se proponen para su asentimiento”. El tratado de la argumentación, en consonancia con las ideas de Aristóteles sobre la construcción de un discurso dirigido a todo tipo de oyentes, le concede una importancia decisiva al auditorio. En él se establece la necesidad de postular la noción de “auditorio universal”:8 un constructo del que argumenta que puede variar según la persona o la época; es decir, un concepto que existe únicamente en abstracto y sólo si, como expone López Eire (2000: 123-124): …se tienen en cuenta argumentos racionales de los que estén desterrados factores tan importantes para la persuasión como el “carácter” o éthos del orador y el “sentimiento” de los oyentes, por lo que la mayor parte de las veces –por no decir todas–, en los discursos de verdad dirigidos a oyentes reales, que consisten en persuadir a los oyentes, ha de tener en cuenta los caracteres y la subjetividad de los componentes de su auditorio […] se requiere un previo acuerdo de los interlocutores (el orador y los oyentes) sobre conceptos y creencias comunes, lo que implica un esfuerzo del primero por conectar con los segundos.

Básicamente, la idea del auditorio universal tiene que ver con el hecho de que cada orador, al construir su discurso piensa, de forma más o menos cons52


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ciente, en aquellos a los que intenta persuadir. En el caso del discurso político, el auditorio se describe de la siguiente manera: El auditorio del discurso político se caracteriza por una tendencia hacia un auditorio universal, del que forma parte todo receptor posible, en la medida en que el orador trata de convencer a aquellos a quienes se dirige, pero también trata de presentar sus razones como plenamente aceptables por cualquier persona con sentido común que oiga su discurso. Es por esta razón por la que existe una especial relación entre los medios de comunicación y los discursos políticos, principalmente a propósito de la recepción de éstos por los ciudadanos (Albaladejo 2001: 23).

Otro de los planteamientos más importantes de Perelman y OlbrechtsTyteca (1989) tiene que ver con la eficacia de un argumento. Para los autores, en la argumentación (entendida como un proceso de comunicación interpersonal) el acierto de un argumento depende de que sea aceptado por un auditorio; no puede existir ningún discurso sin auditorio y ninguna argumentación que no tenga un efecto retórico. Aunque los inventores de la Nueva Retórica no realizan un análisis de las propiedades esenciales de la comunicación sino de las formulaciones verbales a través de las cuales se busca el asentimiento del otro, en el tratado queda claro que los procesos interpersonales de argumentación implican una consideración notablemente pragmática: quién habla, para quién(es) y con qué finalidad.

2. Tipología argumentativa A propósito de que la teoría de la argumentación debe analizar e identificar los distintos esquemas o patrones de la formulación verbal (los modos de uso retórico del lenguaje), los autores, a partir de las premisas que apuntan a lo que debe ser (esquemas argumentativos),9 clasifican esos medios verbales en dos grandes grupos: la asociación (reunión de elementos en un todo) y la disociación de las nociones (desintegración de las partes de un todo).10 2.1. ASOCIACIÓN Partiendo de la asociación, los autores en cuestión proponen una clasificación de las técnicas argumentativas en tres grupos: i) los argumentos cuasilógicos, ii) los argumentos basados en la estructura de la realidad y iii) los argumentos basados en el establecimiento de la estructura de la realidad. 2.1.1.Argumentos cuasi- lógicos En el grupo de los argumentos cuasi-lógicos se ubican todos aquellos argumentos en los cuales, sin tratarse de que la argumentación sea propiamente lógica (es decir, formalizada en un lenguaje dado o ajustada a unas reglas conocidas), se pretende dar la impresión de que la conexión entre sus enun53


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ciados es lógica. Aunque en muchas ocasiones la lógica sugerida puede parecer dudosa, la idea es que la forma del argumento aluda a una lógica subyacente. Los argumentos cuasi-lógicos se dividen en dos grupos (Perelman y Olbrechts-Tyteca 1989: 305): a) aquellos que apelan a estructuras lógicas en sentido estricto (contradicción, identidad completa o parcial, transitividad) y b) aquellos que recurren a relaciones matemáticas (inclusión, comparación, probabilidad). 2.1.2.Argumentos basados en la estructura de la realidad Los argumentos basados en la estructura de la realidad incluyen todos aquellos argumentos en los que se apela a las opiniones que la audiencia posee acerca de cómo es o cómo se halla estructurada la realidad. Como muestran Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989: 402): Mientras que los argumentos cuasi-lógicos pretenden cierta validez gracias a su aspecto racional, el cual deriva de su relación más o menos estrecha con determinadas fórmulas lógicas o matemáticas, los argumentos fundamentados en la estructura de lo real se sirven de aquélla para establecer una solidaridad entre juicios admitidos y otros que se intentan promover.

En este tipo de argumentos, los enunciados que defiende el emisor se ponen en conexión con enunciados que la audiencia ha aceptado con anterioridad. A juicio de los autores, dicha conexión puede materializarse de dos formas: a través de los enlaces de sucesión (aquellos que permiten establecer una relación que tiene en cuenta la disposición de los elementos en la serie), y mediante los enlaces coexistenciales (en los que se asocia a una persona con sus actos o a un grupo con los individuos que lo componen; en este caso, no importa la disposición de los elementos en una secuencia sino la relación interna que se establece entre ellos). Dentro de los argumentos basados en los enlaces de sucesión, se incluyen los argumentos de nexo causal, pragmático, hecho-consecuencia y medio-fin (por etapas, del despilfarro, de la dirección y de la superación). Por su parte, en el grupo de los argumentos fundados en enlaces coexistenciales se distinguen: relación acto-persona (argumento de autoridad),11 relación individuo-grupo, relación simbólica, doble jerarquía y diferencias de grado y de orden. 2.1.3. Argumentos basados en el establecimiento de la estructura de la realidad En el último grupo de los argumentos de asociación, aquellos basados en el establecimiento de la estructura de la realidad, se intenta dar apoyo a una tesis presentando una visión de la realidad que encaje cabalmente con ese propósito. Dentro de los enlaces que fundan la estructura de lo real se encuentran aquellos argumentos que recurren al caso particular y que dan lugar básica-

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mente a tres tipos: el ejemplo, la ilustración y el modelo12; y el razonamiento por analogía. 2.2. DISOCIACIÓN Por su parte la disociación, la otra categoría macro en que Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989: 628) dividen los argumentos, “presupone la unidad primitiva de los elementos confundidos en el seno de una misma concepción, designados por una misma noción”; con la disociación “ya no se trata de romper los hilos que enlazan dos elementos aislados, sino de modificar su propia estructura”: La disociación de las nociones consiste en una transformación más profunda provocada siempre con el deseo de suprimir una incompatibilidad, nacida de la confrontación de una tesis con otras, ya se trate de normas, hechos o verdades (ibídem, 629).

Un ejemplo muy claro de utilización de un argumento de disociación en el ámbito del Derecho lo constituye la introducción por un jurista de una distinción dirigida a conciliar normas que de otra forma serían incompatibles (Atienza 1993: 80). El prototipo de toda disociación es la pareja apariencia-realidad. Esta surge de la necesidad de evitar incompatibilidades entre apariencias que no pueden ser consideradas en su totalidad expresión de la realidad. A semejanza de la pareja apariencia-realidad, Perelman y Olbrechts-Tyteca establecen un amplio listado de “parejas filosóficas” que resultan también de una disociación de las nociones; entre ellas destacan: medio-fin, consecuencia-hecho o principio, acto-persona, relativo-absoluto, teoría-práctica, letra-espíritu, etc. Estas parejas, empleadas en todos los niveles, sirven para expresar una determinada visión del mundo.

3. Funciones estratégicas del discurso político Como ya se dijo antes, Chilton y Schäffner (2000) proponen cuatro funciones estratégicas que engloban aquellos mecanismos y tácticas de orden retórico, cuya finalidad es, esencialmente, política: i) coerción, ii) resistencia, oposición y protesta, iii) encubrimiento iv) legitimación / deslegitimación. La coerción se manifiesta en el discurso político cuando los actores ligados al ejercicio del poder: a) utilizan actos de habla respaldados por sanciones legales o físicas (órdenes, leyes, edictos, etc.), b) disponen la prioridad de los asuntos a tratar, c) colocan a los demás y a sí mismos en relaciones específicas, d) suponen realidades que los oyentes se ven obligados a aceptar y e) controlan el lenguaje a través de la intervención o la censura. La resistencia, oposición y protesta es un tipo de función que incluye todas aquellas (sub)estrategias desplegadas por los opositores al poder. Según Chil55


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ton y Schäffner, la disidencia, por lo general, desarrolla estrategias discursivas en sentido contrario a las utilizadas por los poderosos. Gracias a esto, se observan medios de difusión especiales (como graffitis, pancartas, volantes) y estructuras lingüísticas específicas (como eslóganes y cánticos). En líneas generales, puede decirse que las estrategias agrupadas bajo la resistencia, oposición y protesta persiguen una doble finalidad; por una parte, adversar al “otro” y, por otra, obtener el apoyo de la comunidad. El encubrimiento (también llamado “disimulación”13) se relaciona con el acceso y difusión de la información y, al igual que la coerción, puede materializarse de diversas formas: a) por medio del control cuantitativo y/o cualitativo de la información, b) a través de la censura y c) economizando la verdad mediante el recurso de la atenuación. En esta última forma de encubrimiento, la información se da en forma inadecuada o a medias para favorecer los intereses particulares del emisor. En la legitimación, ampliamente ligada a la coerción, puesto que comunica implícita o explícitamente el derecho a ser obedecidos, el emisor provee los argumentos necesarios para que los receptores actúen a su favor. Para poner en práctica esta estrategia, el emisor político cuenta con varias opciones lingüístico-discursivas: presentar argumentos sobre los deseos de los votantes, invocar principios ideológicos generales, proyectar un liderazgo carismático, alardear sobre los propios logros y autopresentarse positivamente. A mi juicio, esta última opción resume lo que Chilton y Schäffner (2000) entienden por legitimación: una estrategia ideológica por medio de la cual los emisores políticos, en pro de justificar y respaldar hechos negativos y/o acciones controvertidas, se (re)presentan en forma positiva. A propósito de esto último, Molero y Galbán (2002: 109) sostienen que el discurso de legitimidad ocurre principalmente en el discurso político. Los que se legitiman a sí mismos son aquellos que ocupan o son designados en cargos públicos y que ejercen el poder [...] el discurso de la legitimación se da especialmente en momentos de crisis, en momentos de oposición a las decisiones, a las acciones o a los políticos.

Calvo Martínez (2000: 243) resalta la importancia de esta función estratégica en virtud de la frecuencia con que aparece en el discurso político. Esta función estratégica aúna […] la fuerza de la argumentación –respaldada por principios generales y ejemplos particulares– y la solidez de construcción del personaje –fundamentada en la capacidad de liderazgo, las actuaciones pasadas y una autopresentación positiva [...] Es importante reseñar la relevancia de esta función estratégica habida cuenta de las numerosas ocasiones en las que se hace uso de ella en la construcción discursiva y, especialmente, en el caso que nos ocupa [el discurso político electoral].

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Es de suma importancia mencionar también que, por lo general, la función estratégica de legitimación va unida a su contrapartida: la deslegitimación. Esta última consiste en presentar al “otro” y a sus ideas de forma negativa. De esta manera, se favorecen matrices de opinión dirigidas a dañar la imagen de los adversarios. Según Chilton y Schäffner (2000: 306), los hablantes, a fin de menoscabar a los “otros”, utilizan ideas de diferencia y frontera y actos de habla como culpar, acusar, insultar, etc.14

4. Corpus y procedimientos Para desarrollar esta investigación, he tomado como corpus de estudio dos textos producidos y dados a conocer en agosto de 2004, fecha clave en la que, como se ha visto, se define el futuro político de Venezuela a través de un mecanismo refrendario. Dichos textos fueron tomados de los portales electrónicos www.gobiernoenlinea.gob.ve www.globovisión.com y corresponden a transcripciones de discursos orales.15 Dentro del discurso político, estos textos se inscriben en el evento comunicativo denominado “mitin”, es decir, son discursos que cumplen la función de animar a los miembros de un grupo determinado a fin de que se identifiquen con sus líderes y con los mensajes que ellos transmiten. Básicamente, la idea es que los receptores de estos discursos proclamen y difundan con convicción y entusiasmo las consignas que reciben (cfr. Hernández Guerrero y García Tejera, 2004: 139-140). Como señalan estos autores, en el análisis de este tipo de textos debe tenerse en cuenta que son rituales (denotan costumbre, ceremonia) y que, como tales, poseen “una liturgia que se debe respetar y observar con rigor: los líderes los ‘ofician’ […] ante su incondicional militancia”. En el siguiente cuadro puede observarse de forma detallada los textos analizados, su referencia, fecha de emisión, autores y/o oradores y la fuente de la que fueron extraídos: Cuadro 1. Los textos estudiados Referencia

Fecha

Autor/Orador

Fuente

T1

12-08-04

Hugo Chávez Frías

www.gobiernoenlinea.gob.ve

T2

12-08-04

Enrique Mendoza

www.globovision.com

Como puede apreciarse en el cuadro anterior, el texto 1 y el texto 2 corresponden, respectivamente, a los cierres de campaña del oficialismo y de la oposición. El primer texto fue pronunciado por el presidente Hugo Chávez y el segundo por Enrique Mendoza (líder principal de la coalición opositora y gobernador del Estado Miranda en ese momento). Ambos textos revisten gran importancia pues, como se sabe, un mitin de cierre de campaña siempre re57


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sulta emblemático: en él se resumen todas las promesas que han expresado los actores políticos a lo largo de su campaña electoral a fin de captar la adhesión y, por ende, los votos de la población. Una vez seleccionado el corpus y siguiendo la metodología propuesta por Bolívar (1995), los textos deben segmentarse en unidades menores a fin de facilitar el análisis de los datos. Aunque un discurso oral no puede dividirse en párrafos tipográficos, su transcripción sí. La selección del párrafo tipográfico como unidad de análisis responde a la extensión de los textos. Cabe destacar, además, que se respetó la disposición tipográfica original que tenían los textos en los portales electrónicos de los que fueron extraídos.

5. Análisis de los textos Esta sección estará dividida en tres apartados. En el primer apartado presento una caracterización general de los textos fundamentada en las nociones de macroestructura y superestructura de van Dijk (1980). En el segundo, muestro las funciones estratégicas que se ponen de manifiesto en los textos estudiados. Como cierre del análisis, en el tercer apartado expongo el análisis argumentativo de los discursos electorales seleccionados. 5.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS TEXTOS: ESTRUCTURA Y TÓPICOS El texto del oficialismo (T1) consta de cincuenta y seis párrafos tipográficos y está compuesto por 5.248 palabras. En cuanto a su desarrollo y estructura puede dividirse en tres partes. La primera mitad del texto constituye la introducción o presentación del tema. En esta sección, el discurso de Chávez se articula, fundamentalmente, en torno a tres ejes temáticos: i) la felicitación a sus seguidores; a la forma cómo se ha organizado el “pueblo bolivariano” a propósito del RR (creación de las Unidades de Batalla Electoral, Comando Maisanta, etc.); ii) saludos varios para destacar, tanto la presencia de ciertas personalidades en el acto, como el apoyo que diversas naciones del continente han manifestado a la opción oficialista; y iii) el significado del No (opción política de Chávez a fin de evitar que su mandato sea revocado). La segunda mitad del texto la he denominado la logística del evento en general y del acto de votación en particular y constituye el desarrollo del texto. Este desarrollo tiene una extensión de veintisiete párrafos. En esta sección se esboza el propósito general del texto: impartir una serie de instrucciones que apuntan al éxito del sector oficial en la jornada electoral. En este sentido, es de suma importancia resaltar la minuciosidad y la pedagogía con que Chávez expone sus planteamientos. Las instrucciones y/o recomendaciones esbozadas por el presidente pueden resumirse como sigue: i) los seguidores del oficialismo deben dar el ejemplo respetando las normas establecidas por el Consejo Nacional Electoral (órgano rector de las elecciones en Venezuela); esto 58


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incluye no adelantar resultados (tal y como sí lo tendría previsto la oposición) e ir vestido con ropa de cualquier color que no lleve ningún tipo de dibujo o slogan alusivo a la tendencia política por la que se inclina el elector; ii) deben “chequear” y “afinar” todos los detalles, prever posibles conflictos y manejar los diversos escenarios en que estos últimos pudieran presentarse; iii) tienen que despertarse temprano y elevar una plegaria a Dios; iv) deben estar preparados para posibles retrasos en las colas; v) tienen que practicar incansablemente, saber cómo votar y evitar entregar su documento de identidad a cualquier persona; y vi) nadie debe quedarse sin votar; por esta razón los seguidores del oficialismo tienen que trabajar en la movilización de las personas que, por motivos personales (una enfermedad, por ejemplo) o bien por su ubicación geográfica, presenten dificultades para trasladarse a los centros de votación. Como habrá podido observarse, temática y conceptualmente la logística desarrollada por Chávez en su discurso es extremadamente minuciosa, no descuida ningún detalle: va desde la hora en que deben despertarse los votantes hasta la indumentaria que estos deben llevar el día de la votación. Además de lo anterior, llama la atención que las instrucciones dadas por el presidente trasciendan al ámbito espiritual (recuérdese que, como se dijo, incita a sus seguidores para que recen y se encomienden a Dios). Todas las recomendaciones (de carácter imperativo) expuestas por Chávez en el desarrollo de su discurso, no son más que una forma de inducir y de controlar determinadas conductas antes y durante la realización de unas elecciones inéditas donde su permanencia en el poder estaba seriamente comprometida. La tercera parte del texto (los dos últimos párrafos) constituye el cierre del discurso. En esta sección, Chávez se enfoca en tres aspectos; un tópico nuevo y dos que ya había señalado, aunque de forma un tanto somera y general, en la segunda parte. El tópico nuevo se corresponde con la idea de que las elecciones que se llevarán a cabo servirán de ejemplo para el mundo. Los tópicos repetidos (quizás, en pro de su interiorización efectiva en los interlocutores) están muy relacionados entre sí; tienen que ver con las ideas recurrentes de la victoria del presidente y de la espera de los resultados oficiales que emita el Consejo Nacional Electoral. Por su parte, el discurso de la oposición (T2) está conformado por sesenta y siete párrafos y 1.851 palabras. Debe acotarse que, aunque en principio y como producto de la disposición gráfica de los textos, en este discurso el número de párrafos es mayor; estos, más que un desarrollo de ideas, se perfilan como una enumeración de frases sueltas que, además de su corta extensión, manifiestan cierta pobreza temática. Al igual que el texto del oficialismo, en el discurso de Enrique Mendoza también se distinguen tres partes claramente diferenciadas.

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La primera secuencia o introducción está conformada por veintitrés párrafos. Se trata de un exordio amplio en el que el emisor señala quiénes apoyan la opción del Sí.16 En esta sección, se observa una categorización sumamente variada de personas que, directa o indirectamente, se han visto maltratadas y/o afectadas por el gobierno de Chávez: (1) Con el Sí estamos los perseguidos, los apresados, los agredidos, los humillados [2-4]17 (2) Con el Sí están los que fueron botados de sus trabajos por defender su dignidad y los que son a diario amedrentados para que no expresen sus opiniones [2-5] (3) Con el Sí están los que han sido secuestrados judicialmente por pensar distinto al gobierno [2-6]

La segunda parte del discurso tiene una extensión de treinta párrafos y constituye el desarrollo del texto. Esta secuencia se articula en torno a dos tópicos: el nacimiento y el llamado. El tópico del nacimiento hace alusión a una interesante contraposición entre lo que se acabó y lo que está por venir. Situación que revela un uso repetido de la metáfora del tiempo: (4) Con la victoria del Sí nacerá un tiempo nuevo, un país en el que habrá una nueva alianza estratégica entre el gobierno y los ciudadanos para acorralar, detener y derrotar al hampa [2-26] (5) Se acabó el tiempo de espectáculos deprimentes como los protagonizados por el oficialismo en la Plaza Bolívar… [2-29]18

Por su parte, el tópico del llamado se configura como una convocatoria para que los seguidores de la oposición y, sobre todo, aquellas personas (o grupos de personas, instituciones, etc.) que de una u otra forma se han visto afectadas por la gestión de Hugo Chávez, tomen conciencia y trabajen en pro de la causa opositora: (6) Llamo a los centenares de miles de madres pobres a que se incorporen, porque con el triunfo del Sí habrá nuevamente atención alimentaria materno infantil” [2-42] (7) Llamo a los militares venezolanos a que estén optimistas y tranquilos, pues el venidero gobierno de unidad nacional también a ellos los tratará con respeto y dignidad” [2-45]

La tercera parte del discurso constituye el cierre de éste. La secuencia final del texto se articula en doce párrafos. En esta sección, Mendoza concentra sus argumentos en un solo tópico: el de la victoria; presentada, a semejanza del discurso oficialista, como un hecho efectivo e irrefutable. A propósito de la idea de la victoria y su ámbito (el después del RR) destaca la utilización de palabras como: paz, prosperidad, democracia y libertad.

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5.2. OTROS ASPECTOS IMPORTANTES Más allá de la estructura formal y de la temática presente en los textos, llaman la atención algunas cuestiones que marcan identidad y/o contraste entre ambos discursos. En este apartado se hará alusión a ellas de manera breve y general. En primer lugar, destaca la forma en que están construidos ambos textos. Mientras que el discurso de Chávez presenta una mayor elaboración de las ideas y de los argumentos; la exposición de Mendoza, más que un discurso político-electoral, se erige como una enumeración de situaciones claramente desconectadas entre sí. En segundo lugar, resulta ampliamente significativo en el discurso de Mendoza, el escaso uso de unidades fraseológicas y la ausencia de elementos de identidad nacional; dos recursos que lo distancian del registro coloquial y que, en caso de haberlos empleado, le permitirían al orador una conexión más natural y efectiva con el auditorio. En efecto, Mendoza sólo se limita a hablar de los “Diablos de Yare”19 y de “la habladera de paja presidencial”. En contraposición a esto, Hugo Chávez maneja un repertorio de refranes y expresiones coloquiales muy variado: “llegaron con la lengua afuera, ahí en la rayita”, “eso es cayendo y corriendo”, “andan con su hojilla cortando rabo y oreja”, “el que madruga, Dios lo ayuda”, “el que madruga coge agua clara”, “pepiaíto”, “ojo pelao”, etc. En cuanto a los elementos de identidad nacional (aquellos relacionados con las costumbres, música y cultura venezolanas) destaca significativamente la alusión a la música típica, a los instrumentos musicales empleados en ella y a algunos de sus intérpretes más representativos: “arpa, cuatro y maracas”, “el arpa de Cristina Maica”, “Cristóbal Jiménez”, “Alí Primera”, “el galerón oriental, el arpa tullera, el tiplé”, etc. En este punto sobre la identidad nacional o lo que podría denominarse como la presencia de “lo venezolano” en el discurso de Chávez, debe hacerse referencia, necesariamente, a tres metáforas emblemáticas presentes de forma recurrente en la mayoría de las intervenciones orales del presidente, a propósito de la realización inminente del RR: la Batalla de Santa Inés,20 Maisanta21 y Florentino y el Diablo. Por su trascendencia en ambos textos, comentaré la tercera de estas metáforas. La referencia a Florentino y el Diablo tiene su origen en la literatura venezolana; se trata de una copla que tiene por autor al barinés Alberto Arvelo Torrealba. Mediante la referencia a este poema, Chávez, más que tildar y descalificar a sus adversarios como “diablos” (símbolos del mal, por excelencia), logra que la oposición incorpore (de forma dialógica) esta referencia en su discurso. Esto hace que, como efectivamente sucede en el poema,22 se lleve a cabo una especie de contrapunteo entre los actores políticos implicados. Situación que revela cierto control discursivo por parte de Chávez pues es él quien inicia (e impone) la interacción en este sentido. 61


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En tercer lugar, llaman la atención también varias cuestiones que, aunque sólo serán enumeradas, no por ello dejan de ser menos importantes en el desarrollo y en la intencionalidad de los textos: i) la entonación de melodías (el Himno Nacional y el Himno Zamorano)23 como recurso de apoyo retórico en el discurso de Chávez; ii) el hecho de que Chávez mencione en su discurso al Consejo Nacional Electoral en ocho ocasiones y se fundamente en este organismo para legitimarse y mostrar su apego a las leyes, normas e instituciones del Estado; frente a un discurso opositor carente de referencias en torno a este particular; y iii) el cierre de ambos discursos haciendo alusión a lo religioso: (8) …que Dios los acompañe, vayan hacer lo que tengan que hacer, dice la Biblia “todo lo que va a ocurrir debajo del sol tiene su hora”… [1-56] (9) Dios bendiga a Venezuela [2-67]

5.3. ESTRATEGIAS DISCURSIVAS Del conjunto de las funciones estratégicas propuestas por Chilton y Schäffner (2000), la más destacada en el discurso oficialista es la coerción. Esta estrategia discursiva se manifiesta, en su mayoría, a través de actos de habla deónticos (órdenes) articulados mediante la construcción “hay que”: (10) …hay que respetar el árbitro, respetar la Constitución, respetar las leyes, respetar las normas del juego, es decir hay que ser un buen competidor… [1-27] (11) …recuerden hay que acostarse temprano el sábado, temprano digo yo, como a las 10 de la noche, para dormir algunas horas, descansar un poco, dejar todo listo eso sí y a las 3 de la mañana el toque de diana en todo el territorio nacional, se levanta el pueblo bolivariano, el que madruga Dios lo ayuda [1-30] (12) Yo sé que han venido practicando, todas las patrullas, pero todavía hay que volver a practicar y si alguien no ha practicado, hágalo, que nadie llegue con dudas allá porque va retardar el proceso, que nadie llegue a preguntar… [134]

Como se desprende de los ejemplos anteriores, en el discurso de Hugo Chávez el uso de la coerción no se limita al empleo de la estructura deóntica “hay que” (véase el ejemplo 12); en efecto, todo lo dicho por el primer mandatario nacional se traduce en un claro uso imperativo del lenguaje: es él quien gira todas las instrucciones sobre cómo se llevará a cabo la jornada electoral; es él la voz autorizada que, mediante el “poder decir”, supone y proyecta realidades que los oyentes se ven obligados a aceptar: (13) …estaban cerrando Campaña en San Fernando con Jesús Aguilarte Gámez, el próximo gobernador del Estado Apure y el pueblo apureño [1-9]

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(14) … ganamos la de Santa Inés y seguimos, la ofensiva no se detiene, rumbo a las gobernaciones, a las Alcaldías, para continuar extendiendo el mapa bolivariano por todas partes y el proyector bolivariano. Este año va a ser un año, siempre lo vine diciendo en el 2004, un año de impulso, un año maravilloso, año de plena recuperación, de aceleración, de la transición que estamos viviendo [1-10]

El uso excesivo de la coerción como estrategia discursiva (en contraste con la poca utilización de esta función en el discurso de Mendoza) le confiere a la intervención del presidente una mayor seguridad; un empleo asertivo y eficaz de los recursos con los que cuenta el orador, se traduce en una mayor conexión con el auditorio. El grado en que se manifiesta dicha conexión supone, a su vez, la movilización efectiva de los interlocutores en pro de los objetivos que se ha trazado el emisor. Conjuntamente con el empleo de la coerción, en el discurso del oficialismo se observa también, aunque en menor grado, la función estratégica de la legitimación. La presentación positiva del propio grupo se sustenta mediante: i) la utilización de cifras (“Les informo que tenemos desplegadas en todo el país, nada más que 117 mil 997 patrullas bolivarianas”; ii) la enumeración de múltiples personas y/o personalidades (de algún modo, trascendentes) que apoyan la gestión del gobierno (“…un grupo de compañeros del Brasil, líderes de la dirección nacional del Partido de los trabajadores del Brasil, del Partido del compañero Presidente Luiz Inacio Lula Da Silva […] han venido a decir NO, al imperialismo…”); y iii) la exposición de los logros alcanzados (“…la victoria bolivariana del domingo, va a ser la más grande de las siete victorias anteriores…”). Otra de las estrategias discursivas presentes en el texto de Chávez es la deslegitimación de los adversarios. Llama la atención que, en contraste con otros discursos del presidente (caracterizados por un exacerbado empleo de esta función política), el número de casos de presentación negativa de los otros sea muy bajo. Es evidente que Chávez, a diferencia de Mendoza, se preocupó muy poco por menoscabar la imagen del grupo contrario. Los ejemplos presentados a continuación constituyen los únicos casos de deslegitimación que se registran en el texto: (15) …hay que agradecerle a la oposición el esfuerzo que hicieron ellos para llegar al referéndum, llegaron con la lengua afuera, ahí en la rayita y con firmas clonadas, y cédulas clonadas, pero no importa… [1-6] (16) …recuerden incluso que tenemos un adversario que es capaz de cualquier cosa y es capaz, les voy a repetir la información que tenemos confirmada de que en algunos estados donde gobierna la oposición, los gobernadores y alcaldes también en muchos municipios, donde los alcaldes son de la oposición están contratando todo el transporte público, se están llevando las busetas, las están escon-

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diendo para que el pueblo no tenga donde moverse, en que moverse, para que no haya transporte público en algunas regiones…[1-28] (17) El pueblo venezolano no reconoce ningún adelanto de resultado y menos de la Coordinadora esta fascista, el único ente autorizado para decir o para dar resultados es el Consejo Nacional Electoral, no hay otro, solo a esta Coordinadora fascista se le ocurre anuncia que ellos van a dar su propio resultado, bueno allá ellos [1-56]

En contraposición a la exposición de Chávez, centrada fundamentalmente en la coerción, la oposición opta por el empleo recurrente de ésta y otras funciones. En esencia, destacan: la deslegitimación del sector oficialista, la utilización combinada de la legitimación del propio grupo y de la deslegititimación del adversario, la coerción y la victimización de figuras agredidas (o perjudicadas de alguna forma) por el gobierno. La deslegitimación del oficialismo se lleva a cabo mediante la vinculación que se establece entre este sector y las actitudes, hechos y conductas negativas que ha adoptado: (18) …este gobierno que transformó a los trabajadores en desempleados, a los desempleados en indigentes y a los indigentes en cadáveres” [2-23] (19) ...un gobierno que allana y desarma a las policías mientras alcahuetea y protege a los hampones” [2-25]

Por su parte, el empleo combinado de legitimación y deslegitimación es de hacer notar pues, mediante este recurso, la oposición (ubicándose desde ya en el poder, proyectándose hacia el futuro y connotando positivamente una gestión que todavía no comienza) establece un interesante contraste entre ella y Chávez (presentado como un pasado dañino): (20) Llamo a las centenares de miles de madres cuidadoras que trabajaban en los hogares y multihogares de cuidado diario en los barrios a que estén listas, porque con el triunfo del Sí nuevamente podrán atender a los niños con el respaldo pleno del Estado [2-41] (21) Llamo a los militares venezolanos a que estén optimistas y tranquilos, pues el venidero gobierno de unidad nacional también a ellos los tratará con respeto y dignidad [2-45] (22) La Fuerza Armada Nacional volverá a ocupar su rol profesional e institucional, y la sociedad venezolana volverá a respetar y a querer a su Fuerza Armada porque será nuevamente la Fuerza Armada de toda la Nación [2-46]

En este discurso, es de resaltar también el empleo exclusivo de la coerción en asociación al tema de la victoria. La oposición, a diferencia de Chávez, impone realidades a sus oyentes sólo cuando éstas tienen que ver con el triunfo:

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(23) El próximo domingo 15 la inmensa victoria del Sí marcará el inicio del despegue de Venezuela hacia el porvenir” [2-57] (24) Venezuela con el triunfo del Sí enciende sus rugientes motores y se eleva hacia el futuro que nos merecemos, un futuro pleno de justicia social y unidad” [2-62]

Como se adelantó más arriba, la victimización del propio grupo es otra de las estrategias discursivas empleadas por Mendoza. Dicha estrategia es una forma de deslegitimación en la que nos (re)presentamos como mártires para dañar la imagen de los adversarios (ejecutores de determinadas acciones y, por tanto, causantes de nuestro padecimiento). En cierta forma, esta función estratégica persigue también “mover” la sensibilidad de los receptores, obtener consideración de su parte y legitimar a emisores y/o receptores como los recipientes de acciones injustas: (25) Con el Sí estamos los perseguidos, los apresados, los agredidos, los humillados” [2-4] (26) Con el Sí están los que han sido secuestrados judicialmente por pensar distinto al gobierno” [2-6] (27) Aquí, con el Sí, en medio de estas banderas y de este pueblo en movimiento, está el coraje inmenso de los presos políticos del Táchira [2-8]

5.4. TÉCNICAS ARGUMENTATIVAS Una vez analizadas las funciones estratégicas que se materializan en los cierres de campaña del oficialismo y de la oposición, se hace necesario ahondar en el análisis de las técnicas argumentativas presentes en los textos. Como podrá apreciarse en lo sucesivo, entre ambas categorías se establece una interesante relación. El discurso de Chávez se caracteriza por una argumentación compleja y bien estudiada; el presidente defiende su(s) tesis mediante una variada gama de argumentos. En su exposición, la voz del oficialismo emplea, mayormente, argumentos cuasi-lógicos de comparación y de sacrificio. Los argumentos de comparación se sustentan en estadísticas (que le dan un carácter más empírico a lo que se dice) o en oposiciones. Ejemplos del primer grupo son: (28) …tenemos desplegadas a lo largo y ancho del país 8 mil 300 Unidades de Batalla Electoral, las UBE [1-8] (29) …más de cuatro millones de personas fueron cedulados, en los últimos meses a través de la Misión Identidad, y de ellos millón y medio son nuevos inscritos” [1-41]

Llama la atención que el empleo de estadísticas aparezca vinculado siempre a la función estratégica de la legitimación (de los logros) del propio grupo.

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Dentro del grupo de argumentos de comparación basados en relaciones opositivas destacan los siguientes casos: (30) ...nunca antes había venido tanto periodista del mundo a Venezuela, el mundo entero está con los ojos puestos en Venezuela…” [1-55] (31) En cambio el otro suena Uh, Uh, no les sale, Uh, Uh, el NO en cambio suena rotundo… [1-23]

Los argumentos del sacrificio (los más recurrentes en el texto) se articulan en torno a la logística que supone para el sector oficial el RR; por tanto, se corresponden con la estrategia discursiva de la coerción: (32) ...el día de mañana nosotros continuaremos con nuestro trabajo, mañana viernes 13, el sábado 14, sobre todo en estas últimas horas, qué hacer en estas última horas, bueno continuar ajustando detalles [1-28] (33)...los detalles de última hora, acelerar, por ejemplo, los preparativos logísticos, los detalles logísticos recuerden incluso que tenemos un adversario que es capaz de cualquier cosa” [1-28] (34) así que a las 3 de la mañana fue que dijimos, recuerden hay que acostarse temprano el sábado […] como a las 10 de la noche, para dormir algunas horas, descansar un poco, dejar todo listo eso sí y a las 3 de la mañana el toque de diana en todo el territorio nacional, se levanta el pueblo bolivariano… [1-30] (35)Nadie puede estar descansando, todo el mundo debe andar patrullando, haciendo el último chequeo de sus 10 votantes [1-42]

Como puede observarse a propósito de la sub categorización que Perelman y Olbrechts-Tyteca hacen de este tipo de argumentos; los utilizados por Chávez se corresponden con la relación medio-fin. Conjuntamente con el empleo de argumentos cuasi-lógicos, en el discurso de Chávez también están presentes argumentos basados en la estructura de la realidad. Dentro de este grupo, llama la atención la utilización excesiva del argumento de autoridad. Mediante el uso de este tipo de argumento, se nombran múltiples personalidades para darle legitimidad al acto y al discurso encabezados por Hugo Chávez. La legitimidad del acto se sustenta en personas como Rafael Vargas, María Urbaneja, Hebe Bonafi, Deborah James, Alicia Castro, etc. Por su parte, el carácter genuino del discurso pronunciado por el primer mandatario nacional, se funda sobre tres ejes: Dios, el CNE y el pensamiento político de Simón Bolívar. Las referencias a Cristo son directas (como en el caso de “la gran mayoría de nosotros somos cristianos, creemos en Dios y estamos encomendados a Cristo…” [1-30]) o bien se expresan mediante unidades fraseológicas del tipo “el que madruga Dios lo ayuda”. El CNE se presenta como la autoridad máxima en el proceso electoral; según lo expuesto por el oficialismo en este sentido, a él no puede superponérsele ninguna ambición o tendencia política. Esta aseveración indirecta no es más que 66


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una estrategia del oficialismo para mostrar su “apego” a las leyes y, por tanto, (re)presentarse positivamente: (36) …no podemos hacer cadena porque está prohibido por el Consejo Nacional Electoral, ese es el árbitro, hay que respetar el árbitro, respetar la Constitución, respetar las leyes, respetar las normas del juego, es decir hay que ser un buen competidor [1-27] (37) …el único ente autorizado para decir o para dar resultados es el Consejo Nacional Electoral, no hay otro, solo a esta coordinado fascista se le ocurre anunciar que ellos van a dar su propio resultado […] Nosotros esperaremos pacientes, respetando las normas, respetando al árbitro a esperar el resultado [1-56]

En contraste con las reiteradas alusiones al CNE, es de hacer notar que, en el caso particular de este discurso, el ente electoral (entendido como autoridad) tiene mayor protagonismo que la figura del Libertador. Más allá del empleo del adjetivo “bolivariano” con sus respectivas variantes de género y número, las referencias a Bolívar se limitan a “el pueblo de Simón Bolívar”, “Mañana seréis invictos en Carabobo” y “las banderas de Bolívar”. A la par de los argumentos de autoridad, el texto de Chávez pone de manifiesto también una variada gama de argumentos basados en el establecimiento de la estructura de la realidad. A través de éstos, el orador apoya sus planteamientos en ejemplos, ilustraciones y modelos que permiten una mayor comprensión de lo dicho: (38) …vamos a dar una lección al mundo, una lección de la nobleza, de la dignidad, del coraje, de la valentía y de la conciencia del pueblo de Simón Bolívar, el pueblo que ayudó tanto a hacer la revolución de Sur América, un pueblo que ha derrotado imperios durante siglos, un pueblo que ha sabido resistir… [1-55] (39) …como cuando el paracaidista está allá en la zona de salto y se pone de pie dentro del avión abren la puerta y empieza uno a chequearse con el otro, yo te chequeo a ti, tú me chequeas a mí, te chequeo tú paracaídas, chequean el gancho, todo cualquier error puede ser mortal para un paracaidista y luego el salto, chequeos, chequéense entre las patrullas… [1-28] (40) …la revolución bolivariana que se ha convertido en referencia para los pueblos del mundo que luchan por la justicia social, que luchan por la dignidad… [1-56]

Chávez utiliza de forma equitativa los tres recursos mencionados y, aunados a estos, ofrece además interesantes razonamientos sustentados en la analogía: (41) …creo que no se puede entender al General Perón, sin Eva, como difícil sería entender a Bolívar sin Manuela. Como se complementaron aquellas mentes, aquellas almas con la dignidad del pueblo argentino y el pueblo de América Latina y del Caribe [1-17]

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(42) ...hay que aplicar muchas veces el camuflaje,24 no es conveniente para un ejército estar presentándose así abiertamente en todos los sitios, no [1-49]

Antes de pasar al análisis de los argumentos en el discurso de Mendoza, es importante mencionar, a propósito de la clasificación elaborada por Perelman y Olbrecths-Tyteca, la ausencia de argumentos de disociación en el texto de Chávez. Con respecto a toda la gama de argumentos ofrecida por Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989), la situación argumentativa que se plantea en el texto de Mendoza es un tanto similar a la de Chávez: se emplean los tres tipos de argumentos de enlace (cuasilógicos, basados en la estructura de lo real y basados en el establecimiento de la estructura de la realidad) y ninguno de disociación. A continuación presento los argumentos de asociación que se utilizan en el discurso de la oposición. Dentro del grupo de los argumentos cuasilógicos, tal y como sucedía con en el texto del presidente, destacan los argumentos de comparación por oposición y aquellos sustentados en estadísticas. La diferencia con el texto de Chávez radica en que, en este caso, las comparaciones son, por lo general, implícitas y establecen una relación temporal de contraste entre el antes y el después del RR. Estos argumentos se sustentan en tiempos verbales futuros y en construcciones perifrásticas (también futuras): (43) La avalancha del Sí vencerá al pasado y al presente, e iniciará la construcción de futuro [2-1] (44) Con la victoria del Sí nacerá un tiempo nuevo, un país en el que habrá una nueva alianza estratégica entre el gobierno y los ciudadanos para acorralar, detener y derrotar al hampa [2-26] (45) Con la victoria del Sí Venezuela va a volver a ser de todos, y todos podremos circular libremente por todas las calles, plazas y avenidas, porque el 15 de agosto nacerá un país unido y avanzando hacia la reconciliación de la Patria [2-30]

Llama la atención también con respecto a los argumentos cuasilógicos, el empleo de estadísticas (no para legitimar al propio grupo, como en el caso de Chávez) sino para deslegitimar a los oponentes y a su gestión política: (46) Llamo a los millones de desempleados a que estén listos, porque con el triunfo del Sí va a haber trabajo para todos [2-44]

Como se desprende del ejemplo anterior, las estadísticas se articulan conjuntamente con argumentos de comparación fundamentados en la oposición el “antes” (representado por Chávez) y el “después” (personificado por Mendoza y su grupo). En lo que respecta a los argumentos basados en la estructura de la realidad es de hacer notar que, aunque la argumentación del texto de la oposición es 68


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más débil y menos compleja que la utilizada por Hugo Chávez, el empleo de este tipo de argumento de asociación es mucho más variado. El argumento empleado con mayor frecuencia se fundamenta en los enlaces de coexistencia, específicamente en la relación (inclusiva) acto- persona. Ejemplo de esta clase de argumentos donde los actos influyen en la concepción de la persona son: (47) Esta noche estamos aquí muchos de los que hemos caminado y marchado incansablemente por calles y avenidas, carreteras y autopistas de nuestro país buscando una luz de esperanza para la democracia y la paz en Venezuela [2-2] (48) Con el Sí estamos los que firmamos una, dos, tres veces, las veces que fueran necesarias, exigiendo que se cumpliera la Constitución y se abriera la puerta para una salida electoral, pacífica, constitucional y democrática a la crisis [2-3] (49) Con el Sí estamos aquellos a quienes sus derechos humanos han sido violados. Están con el Sí los periodistas y camarógrafos que han sido amenazados, agredidos y hasta baleados por atreverse a hacer su trabajo y no callar ante la grosera soberbia del poder [2-7]

A la par de los argumentos que se fundamentan en enlaces de coexistencia, la oposición emplea además argumentos que se asientan en enlaces de sucesión. El caso más significativo en el texto -con seis repeticiones- es el del argumento pragmático (aquél que permite apreciar un acto o un acontecimiento con arreglo a sus consecuencias favorables o desfavorables): (50) …les vamos a ganar amplia y limpiamente, pero también los vamos a respetar. No habrá aquí retaliaciones ni revanchismo. Aquí va a haber justicia, no venganza [2-33] (51) El venidero gobierno democrático de unidad nacional va a tratar a la futura oposición sin impunidad pero con respeto, generosidad y amplitud [2-35] (52) Después de derrotar electoralmente a la violencia y el autoritarismo gracias al triunfo del Sí, nos tocará a los venezolanos construir el proceso de reunificación y reconciliación nacional [2-48] (53) Con el triunfo del Sí seremos un país enrumbado hacia la prosperidad y el progreso [2-64]

Finalmente, en lo que respecta a los argumentos de asociación, sólo queda hacer referencia a aquellos basados en el establecimiento de la estructura de la realidad. En el T2, a diferencia del T1, la presencia y utilización de esta clase de argumentos es muy pobre. La oposición se limita a presentar tres personalidades vinculadas con ella como modelos (aunque textualmente aluda a ellas como ejemplos): el General Carlos Alfonso Martínez (único soldado opositor apresado por el delito de insurrección militar), Alejandro Armas (fallecido miembro de la oposición que participó activamente en la Mesa de Negociación y Acuerdos, representado de forma luminosa, como un Dios) y Henri-

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que Capriles Radonsky (Alcalde del Municipio Baruta, privado de su libertad en ese momento y re-presentado en el texto como símbolo de valentía): (54) Está el ejemplo de dignidad del General Carlos Alfonso Martínez [2-9] (55) Está el valor y la gallardía de Henrique Capriles Radonsky [2-10] (56) Aquí está, entre nosotros, sobre nosotros, la presencia serena, luminosa e indestructible de Alejandro Armas, señalándonos el camino y anunciándonos el porvenir [2-12]

6. Consideraciones finales Del análisis de dos textos altamente reveladores de la realidad política venezolana de la actualidad, pueden aportarse varias conclusiones. En principio, llama la atención que, aunque ambos discursos se emiten a propósito del mismo evento (el cierre de campaña del RR), tengan una intencionalidad diferente y, por tanto, proyecten realidades discursivas disímiles. Hugo Chávez, con una mayor elaboración del discurso que Mendoza, centra su intervención pública en las acciones que guiarán a sus seguidores el día de las elecciones. Para transmitir el tópico de la logística, claramente privilegiado en el texto, el presidente apuesta por el empleo de enunciados coercitivos que le dan un mayor grado de certeza a lo expresado. En lo que respecta a la persuasión de los receptores, desde el punto de vista argumentativo, el primer mandatario nacional estructura su discurso haciendo hincapié en los argumentos del sacrificio y el ejemplo. Además, Chávez enriquece su discurso con unidades fraseológicas y metáforas que permiten un mayor acercamiento entre lo expuesto, los receptores y su(s) realidad(es). Por su parte, Mendoza constituye la antítesis de Chávez. El discurso de la oposición se presenta como una sucesión de frases sueltas que no siempre guardan una conexión temática entre sí. El asunto principal presentado por Mendoza es una confrontación entre el antes (representado por la figura de Chávez y su mandato) y el después (personificado en la oposición al mando del país). Como habrá podido apreciarse, Mendoza no le da ningún tipo de instrucción a sus seguidores con respecto al acto de votación; lo cual se traduce en un alejamiento del entorno inmediato de éstos. Nos encontramos ante un discurso idílico que, apartado de lo práctico, se proyecta hacia el futuro obviando el momento presente. En cuanto a las estrategias discursivas empleadas, la idea de Mendoza se opone diametralmente a la de Chávez: este actor político no se interesa por transmitir seguridad y proyectarse como una autoridad, sino por mantener y afianzar la imagen positiva del propio grupo contraponiéndola a las acciones negativas llevadas a cabo por el adversario. En este texto, la argumentación es menos persuasiva y efectiva que en el de Chávez; en su mayoría, y a propósito 70


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de la contraposición antes/después, gira en torno a argumentos de comparación. Aunque resulta difícil de determinar, quizás, el efecto diverso que tuvo cada uno de los textos (victoria y derrota, respectivamente) podría estar relacionado con el conjunto de estrategias empleadas por los actores políticos. Llama la atención, igualmente, que en ninguno de los discursos estudiados se aprecian argumentos pertenecientes al ámbito de lo disociativo. Si Perelman y Olbrechts-Tyteca le dedican un espacio llamativamente menor en su Tratado de la argumentación a este tipo de argumentos es, quizá, por su escasa representación en los discursos reales. No obstante, queda claro que lo presentado en este trabajo no permite hacer generalizaciones en cuanto al funcionamiento habitual de los argumentos disociativos. Para corroborar dicha afirmación, cabría realizar un trabajo más amplio y que no sólo abarque el discurso político. Nótese que la orientación de Perelman y Olbrecths-Tyteca (1989) es fundamentalmente filosófica y tiene como fuente de inspiración principal el discurso jurídico. Al estudiar conjuntamente argumentación y funciones estratégicas ha sido posible, además, observar lo acertado que resulta fusionar ambas categorías: todos los tipos de argumentos propuestos por Perelman y Olbrecths-Tyteca (1989) pueden ubicarse en algún tipo de función estratégica. Esto hace que, más allá de observar el tipo de argumento presente en un texto, se observe la finalidad política con la que se utilizan tales argumentos.

NOTAS 1 Parte de este artículo corresponde a una investigación realizada bajo la tutoría del Dr. Luis Alburquerque García, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Instituto de la Lengua Española) de Madrid (cfr. Gallucci 2005). Agradezco la revisión y los acertados comentarios que hicieron Gabriel Dorta, María Alejandra Romero y Martha Shiro de una versión anterior de este artículo. Está de más decir que los errores que puedan presentarse en el trabajo son de mi entera responsabilidad. 2 En esta fecha se produjo en el país una crisis de gobernabilidad. El presidente Chávez estuvo fuera del gobierno por un breve período de tiempo (alrededor de cuarenta horas) en el que fue sustituido por un gobierno provisional encabezado por Pedro Carmona Estanga, ex presidente de Fedecámaras (principal gremio empresarial de Venezuela). Vale la pena destacar que, probablemente, nunca se sabrá lo qué ocurrió en realidad el 11 de abril de 2002: el oficial de más alto rango del gobierno señaló que Chávez había renunciado, Chávez dijo que nunca dimitió. Para unos fue un golpe de estado, para otros una breve interrupción del hilo constitucional o un vacío de poder. Lo que sí queda claro es que los sucesos de ese

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día, además de dejar como saldo veinte personas muertas y más de un centenar de heridos, se traducen en una salida confusa de Chávez del poder. En la Mesa de negociación, la llamada “Comisión de la Verdad” se encargaría de esclarecer y establecer responsabilidades en cuanto a los hechos del 11 de abril de 2002. Más detalles sobre la Mesa de Negociación y Acuerdos en Gallucci (2004). Para obtener mayor información sobre este particular, véase el editorial de Bolívar (2003) que tiene como asunto principal lo acaecido en Venezuela en abril de 2002. Cifras oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) tomadas de http:// www.cne.gov.ve/resultados/. El 0,26% restante pertenece a los votos nulos obtenidos. A propósito de la comunicación persuasiva, consúltese Guervos (2005). Dentro de la tradición aristotélica, la noción de “auditorio universal” se empleaba para designar a un auditorio medio o ideal que estuviera conformado por individuos no especializados y sin instrucción. Los esquemas argumentativos son una clase especial de loci (premisa que hace referencia a aquellas reglas generales de tipo abstracto que dibujan actitudes cognitivas características ante conflictos) que sirve para defender puntos de vista, opiniones, ideas, etc. Para consultar otra revisión sobre los planteamientos de Perelman y OlbrechtsTyteca, véase Erlich (1993). Esta autora hace una interesante adecuación de las estrategias argumentativas propuestas por estos autores. A propósito de este tipo de argumento, muy recurrente en el discurso político, Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989: 472) señalan que las autoridades invocadas son muy variadas: “...ora será “la opinión unánime” o “la opinión común”, ora ciertas categorías de hombres, “los científicos”, “los filósofos”, “los Padres de la Iglesia”, “los profetas”; a veces, la autoridad será impersonal: “la física”, “la doctrina”, “la religión”, “la Biblia”; otras, se tratará de autoridades designadas por su nombre.” En la argumentación por el ejemplo, el caso particular sirve para transmitir una generalización. La argumentación por la ilustración, en cambio, difiere de la del ejemplo por el estatuto de la regla que se utiliza para fundarla. Mientras que el ejemplo se encarga de fundamentar la regla, la ilustración tiene como función reforzar la adhesión a una regla conocida y admitida, proporcionando casos particulares que esclarecen el enunciado general. El ejemplo debe ser incuestionable. La ilustración puede ser más dudosa pero debe, de forma obligatoria, impresionar vivamente a la imaginación para captar toda la atención del oyente. En el caso del modelo, un comportamiento particular sirve para incitar una acción que se inspira en él. El modelo indica la conducta a seguir y sirve como garantía de una conducta adoptada. De modelo pueden servir las personas o los grupos cuyos actos son valorados o cuentan con cierto prestigio (ibídem, 537-568). Véase el trabajo realizado por Calvo Martínez (2000), un análisis retórico en el que se aplica el concepto de función estratégica al debate político electoral que tuvo lugar recientemente en Estados Unidos. Estas ideas sobre la deslegitimación son perfectamente compatibles con un trabajo sobre la descortesía desarrollado por Blas Arroyo (2001). En él, este autor, al analizar los debates políticos cara a cara, establece cinco macroestrategias dirigidas a


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atacar dos ámbitos diferentes de la personalidad de los oponentes: a) los hechos en que éstos participan (pasados o futuros) y b) sus discursos. Si relacionamos esas macroestrategias de descortesía con las funciones discursivas propuestas por Chilton y Schäffner, notaremos cómo las primeras pueden subsumirse en la función estratégica de la deslegitimación. En efecto, las estrategias de descortesía señaladas por Blas Arroyo –al igual que la deslegitimación– van dirigidas a dañar la imagen positiva de los adversarios. Sobre la complejidad de este fenómeno discursivo (la comunicación escrita de discursos orales) donde el canal de la comunicación pasa de ser acústico-momentáneo a visivo-estable, véase Albaladejo (2002: 17-29). En el RR, se les planteaba a los votantes la pregunta “¿Está usted de acuerdo con dejar sin efecto el mandato popular otorgado mediante elecciones democráticas legítimas al ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías como presidente de la República Bolivariana de Venezuela para el actual periodo presidencial?. Los votantes tenían dos alternativas: votar por el Sí o por el No. La primera opción, respaldada por los grupos opositores, dejaría a Chávez fuera del poder. La segunda opción era la del sector oficial; por medio de ésta Chávez seguiría ejerciendo sus funciones como presidente pues los votantes niegan su destitución del poder. De aquí en adelante, utilizaré la nomenclatura entre corchetes para indicar la referencia del texto y del párrafo tipográfico al que se hace alusión. Por ejemplo, la indicación [2-4] remite al texto 2 (cierre de campaña de la oposición) y al párrafo 4 de ese discurso. A partir de este ejemplo, el subrayado corresponde a la autora y se utiliza con la finalidad de resaltar aquellos fragmentos que se consideran más relevantes. Para obtener más información sobre el uso de la metáfora en el discurso de Chávez y de Mendoza, véase Chumaceiro (2004). Los Diablos Danzantes, expresión del mestizaje y de la diversidad cultural, constituyen una de las celebraciones más arraigadas en Venezuela. Se trata de una danza ritual que tiene su origen en la fiesta del Corpus Christi y que se desarrolla en las distintas localidades de la región central del país. Los participantes de este ritual pertenecen, en su mayoría, a cofradías religiosas que cumplen promesas. Estas personas se adornan con indumentaria especial, utilizan máscaras y tocados, así como diversos accesorios que permiten identificar la manifestación de manera local. Esta batalla fue librada el 10 de diciembre de 1859 y representa una de las acciones militares más importantes de la Guerra Federal, en donde, al mando del general Ezequiel Zamora, triunfaron los federalistas. La idea de Zamora no era otra que desarmar y destruir a los oligarcas, entendidos como los causantes de “los males de la Patria”. En esencia, el plan delineado por el general Zamora consistía en un repliegue ejecutado por las avanzadas para llevar al atacante a un área donde sería destruido por un contraataque. La idea era ocasionar el mayor desgaste posible en los enemigos para luego atacarlos con el máximo poder de combate. Esta breve descripción de lo ocurrido en el pueblo de Santa Inés, tal y como lo ha venido recalcando el presidente, da lugar a una analogía entre dicha batalla y las relaciones (conflictivas) entre el gobierno y la oposición.

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21 Este nombre hace alusión al teniente Pedro Pérez Delgado, antepasado de Chávez un tanto contradictorio: el presidente lo presenta constantemente como ejemplo a seguir mientras que la mayoría de los historiadores que hacen alusión a él ponen en duda sus méritos militares; incluso, han llegado a tildarlo de asesino y ladrón de ganado. 22 La confrontación entre Florentino (cantador llanero) y el Diablo se desarrolla en varias escenas. La primera corresponde al Reto; en ésta el Diablo se cruza con Florentino y lo desafía a un contrapunteo que se llevará a cabo en un lugar estipulado. En la segunda parte, se representa a Florentino cantando en el sitio convenido, a la espera del retador, quien no tarda en presentarse, iniciándose de inmediato el contrapunteo tramado con “arpa, cuatro y maracas”. Al final del encuentro, el Diablo es derrotado y desaparece. 23 Véase la relación de este canto con la Batalla de Santa Inés y la figura del general Ezequiel Zamora. 24 En este segmento, Chávez emplea la expresión “camuflaje” para hacer referencia a la indumentaria que deben llevar los votantes en la jornada electoral.

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MARÍA JOSÉ GALLUCCI es Licenciada en Letras de la Universidad Central de Venezuela y Magíster en Filología Hispánica por el Instituto de la Lengua Española del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid. En la actualidad, se desempeña como investigadora del Instituto de Filología “Andrés Bello” de la UCV y como docente en la Escuela de Letras de la misma universidad. En eventos nacionales de diversa índole ha presentado varias ponencias orientadas hacia el análisis del discurso político venezolano. Sus investigaciones actuales se inscriben dentro de la pragmática y la sociolingüística variacionista. Correo electrónico: maria_gallucci@yahoo.es

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ARTÍCULO

Marcos temporales y proyectos comunicativos: el análisis de la temporalidad en la interacción verbal IRENE FONTE UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA-IZTAPALAPA

RODNEY WILLIAMSON UNIVERSIDAD DE OTTAWA

RESUMEN. El objetivo del presente estudio es presentar la noción de marco temporal como herramienta útil para el análisis de la interacción verbal en la conversación. Situamos la noción primero en el marco de la teoría dialógica y co-construccionista del lenguaje propuesta por Per Linell (1998), después de lo cual ilustramos su funcionalidad en ejemplos seleccionados de escenas de telenovelas mexicanas. Pasamos luego a desarrollar la noción del marco temporal en relación con las tres metafunciones semánticas de Halliday, y damos algunas precisiones sobre su estructura, antes de ponerla a prueba en el análisis de un ejemplo de conversación completamente espontánea, una discusión entre una mujer y un hombre grabada en un autobús en Ciudad de México. PALABRAS CLAVE: marco temporal, co-construcción, teoría dialógica, análisis conversacional RESUMO. O objetivo do presente estudo é apresentar a noção de marco temporal como ferramenta útil para a análise da interação verbal na conversação. Primeiro, situamos a noção no marco da teoria dialógica e co-construcionista da linguagem proposta por Per Linell (1998), e depois, ilustramos sua funcionalidade através de uma série de exemplos selecionados de telenovelas mexicanas. Logo depois, passamos a desenvolver a noção do marco temporal na relação com as três metafunciones semânticas de Halliday, e dar algumas precisões sobre sua estrutura, antes de pô-lo a prova na análise de um exemplo de conversação completamente espontânea, uma discussão entre uma mulher e um homem gravada num ônibus em México. PALAVRAS CHAVE: marco temporal, co-construção, teoria dialógica, análise conversacional.

Recibido: 13 de mayo de 2005 • Aceptado: 6 de diciembre de 2005.

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ABSTRACT. Our objective in this study is to present the notion of temporal frame as a useful tool for the analysis of verbal interaction in conversation. The concept is first defined in the framework of the dialogical and co-constructionist perspective on language proposed by Per Linell (1998), after which we illustrate how it functions in a series of examples chosen from Mexican telenovela scenes. We then further develop the notion with reference to Halliday’s three semantic metafunctions, and specify some of its structural characteristics, before putting it to the test on an example of fully spontaneous conversation, an argument between a man and a woman recorded on a bus in Mexico City. KEY WORDS: temporal frame, co-construction, dialogical theory, conversation analysis

Introducción Toda comunicación se desarrolla en un tiempo y un espacio, y de alguna manera hace referencia a un tiempo y a un espacio.1 En cada mensaje se propone una organización conceptual del tiempo y del espacio, la cual corre como un hilo conductor por todos los niveles de articulación del sentido comunicado, desde los marcos conceptuales aplicados por individuos en la interacción, hacia la situación de interacción, y finalmente el nivel del género discursivo al que pertenece el mensaje, y el contexto de la cultura en el que se inserta. Tradicionalmente la organización conceptual del tiempo y del espacio se relaciona con el emisor del mensaje, pero en contextos altamente diálogicos, y más todavía en el marco de una teoría dialógica del lenguaje, no podemos olvidar el papel constructor del interlocutor. En este breve estudio, nos proponemos examinar la construcción mutua y dialógica del tiempo en interacciones conversacionales con dos participantes. Para decir lo mismo en forma ligeramente diferente, sostenemos que el tiempo referido en la conversación, como tantos otros aspectos de la interacción conversacional, es un tiempo co-construido. Para las bases de la teoría de la co-construcción, nos remitimos al enfoque dialógico de Per Linell (1998).2 En particular, nos ocuparemos de los diferentes esquemas que proponen los participantes conversacionales para establecer la relevancia temporal. En un género discursivo muy diferente, el artículo noticioso en la prensa electrónica, ya nos había llamado la atención cómo el periodista, en sus formulaciones para determinados públicos, articula conjuntos de referencias temporales dentro de determinados marcos de relevancia, estableciendo de esta manera lo que son los hechos “actuales” y los hechos “recientes” de la historia (lo que es la noticia en sí), frente a tiempos más remotos (de hace meses o hace años, según la historia y las necesidades del público o los públicos en cuestión), que forman los “antecedentes” o trasfondo de la historia (Fonte & Williamson 2002: 158 y ss.). En la evolución de los medios electrónicos, estos marcos temporales se están transformando. Por ejemplo, los hechos “recientes” en un 78


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sitio noticioso de Internet ahora pueden ser cosa de los últimos minutos, en tanto que en el tradicional periódico impreso lo “reciente” son los hechos del día. Pero más interesante todavía es la coexistencia, en una sola noticia, de una serie de marcos temporales más o menos “actuales” o “remotos”e identificados en forma más o menos específica, dispuesta generalmente en una sucesión de párrafos (o conjuntos de párrafos) diferentes.3 De la misma manera que la sucesión de marcos temporales nos revela aspectos importantes de la organización del texto noticioso, nos parecía que la interacción de los marcos temporales en géneros más evidentemente dialógicos nos podría revelar aspectos importantes de la dinámica de la interacción verbal. Como ya apuntamos, la noción de “marco temporal” se define en el presente estudio como uno de los tipos de marco conceptual aplicados por individuos en la interacción comunicativa. En este sentido, nos apegamos a la noción clásica de marco o frame propuesta por Goffmann (1974). El frame de Goffmann, derivado de las ideas de Bateson, es un concepto esencialmente interactivo, e incluye “episodios”, pero Goffmann no habla en ningún momento de “marco temporal”. Y si bien el término time frame en inglés es una expresión de uso cotidiano frecuente, y temporal frame es un término algo más científico que se emplea en diversas disciplinas desde la tecnología informática hasta las ciencias de la cognición, parece faltar por completo en las teorizaciones sobre la comunicación y la interacción verbal. Por eso, es precisamente en ese ámbito de la interacción verbal donde queremos mostrar la necesidad de “marco temporal” como un concepto analítico. En un estudio que realizamos sobre situaciones de conflicto conversacional en telenovelas mexicanas (Fonte & Williamson 2003),4 la manera en que los participantes recurrían a diferentes marcos de relevancia temporal en la co-construcción de sus proyectos comunicativos resultó un hecho saliente que tuvimos que tomar en cuenta en nuestro análisis. Éste tenía que ser nuestro punto de partida: no el análisis lingüístico de expresiones temporales individuales en el texto verbal, sino los marcos de referencias temporales utilizados por los participantes en un diálogo, a veces de manera muy consciente.

1. Marcos temporales en escenas de telenovela En una escena de la telenovela “La vida en el espejo” (de TVAzteca), surge un conflicto sobre asuntos de trabajo entre la protagonista femenina, Isabel, y su joven amante, Eduardo. Ella siente que él está utilizando los contactos que ella le ha proporcionado, para fundar una nueva agencia de relaciones públicas de la que ella se verá excluida. En nuestro análisis discursivo de la escena, identificamos un total de cuatro marcos temporales distintos (pasado reciente, presente atemporal o rutinario, futuro hipotético, presente inmediato) y una evidente asimetría de roles asociada con ellos (Fonte & Williamson 2003:36). Isabel controla el marco del futuro: 79


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(1) Isabel: ¿Cómo se va a llamar tu agencia, eh? ¿Se va a llamar “E Olguín / y Asociados”? ¿O cómo? Se va a llamar… Ah!, ya sé cómo se va a llamar: “Eduardo Olguín, Sociedad Anónima”, y la anónima soy yo, ¿no? Eduardo: Oye Isabel; yo, yo no sé cómo se va a llamar la agencia, ¡ni siquiera hemos pensado si vamos a tener una agencia o no!! Isabel: No, no, no. No vamos a tener una agencia. ¡Tú vas a tener una agencia que se va a llamar: “Eduardo Olguín” y ya!

Ella lo propone a través de una serie de preguntas destinadas a involucrar a Eduardo en este marco de referencia. Al no recibir la respuesta solicitada, Isabel se auto-contesta, lanzando otra pregunta que, como segunda demanda de respuesta en la serie de turnos conversacionales, es más que una pregunta: es un desafío. Para mitigar el nivel de emotividad, Eduardo no responde directamente, sino que recurre primero a una expresión metadiscursiva: “oye Isabel”. Después intenta subordinar el marco futuro a verbos mentales (cognitivos) en presente y pretérito perfecto (“no sé”, “ni siquiera hemos pensado”). Las negaciones constituyen un intento de rechazar las proyecciones futuras de Isabel, anulando de esta manera el motivo del conflicto, pero ella a su vez emplea negaciones para rebatir el argumento de él y reestablecer el marco del futuro. La intención de desafío y queja con la que Isabel enuncia este marco es algo que co-construyen los dos participantes. El marco de referencias futuras sólo cobra sentido en una sucesión de turnos de pregunta y respuesta, llenándose de matices modales y valores interpersonales que afectan la interpretación de la referencia temporal misma (su grado de cercanía o inmediatez, su grado de seguridad o factibilidad, etc.). Eduardo, por su parte, se instala en el marco del pasado inmediato, utilizando mayormente el pretérito simple o indefinido para relatar sus experiencias del día de trabajo. Vemos que Isabel colabora con este marco, empleando el mismo tiempo pretérito en sus preguntas, y dando respuestas afirmativas de asentimiento: (2) Isabel: ¿Sí? ¿Cómo te fue en el trabajo? Eduardo: Bien, pero el Licenciado Puentes insistió en presentarme el nuevo proyecto, de mercado, del grupo que… ugh, ¡cómo es aferrado ese hombre! ¡Qué bruto! Isabel: Sí.

En este caso vemos una co-construcción colaborativa del marco, con roles de partipantes más alineados, aunque hay una notable desigualdad en los turnos (en su marco, Eduardo ocupa turnos relativamente largos, en tanto que Isabel tiene poco que decir, ya que se ha quedado en casa todo el día y en principio no tiene cosas tan interesantes que contar). En otra escena, más artificiosa, de la misma telenovela, Cayetana, hermana del protagonista masculino Santiago, visita a la joven amante de su herma80


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no, Gabriela, para tratar de persuadirle que abandone su relación de amor, condenada al fracaso (según Cayetana) por la diferencia de edad entre los dos. Cayetana construye un escenario hipotético en el que Gabriela sueña con el futuro, mientras que Santiago vive preso del pasado. Gabriela se opone a Cayetana, definiendo su propio marco del presente inmediato. (3) Cayetana: ¿Y van a conversar? Claro que sí, hablarán. Él con el pasado del verbo, y tú con el futuro. No hay nada más distante que el / pasado y el futuro de un verbo. Yo fui, yo seré. Yo estuve, yo estaré. Yo hice, yo haré. Sí Gabriela, no hay nada más distante que el pasado y el futuro de un verbo. Gabriela: ¿Y el presente?

Sin duda, éste es en buena medida diálogo construido artificialmente. A pesar de los esfuerzos por conferirle a la telenovela una apariencia de naturalidad y espontaneidad, siempre se deja sentir la presencia manipuladora del guionista. Lo que nos parece digno de destacar en los ejemplos citados hasta ahora es que, donde hay disputa y falta de alineación de roles, este hecho se refleja de inmediato en diferencias de orientación temporal y del uso de tiempos verbales. La única manera de explicarlo, según nos parece, es que los participantes están construyendo una serie de diferentes marcos temporales, como estrategias para hacer prevalecer su punto de vista, y que en este juego estratégico y colaborativo, los diferentes participantes van a reaccionar de forma diferente a distintos marcos. En la primera escena de telenovela citada arriba, está claro que Eduardo tiene más privilegios como narrador que Isabel: él ha salido a trabajar durante el día, mientras que ella ha trabajado en casa. La estrategia comunicativa de él, que consiste en relatar los eventos del día, es aceptada, incluso activamente apoyada por ella. Él tiene mayores privilegios y derecho de hablar cuando se trata de eventos del pasado inmediato. El interés de ella, en cambio, consiste en la proyección de sus planes futuros como pareja, y su proyecto común de fundar una agencia de relaciones públicas, y es por eso que ella busca controlar el marco de tiempo futuro. Otro marco temporal, empleado por Eduardo, es el marco de “siempre” y “nunca”, del tiempo presente de acciones habituales o rutinarias, que provoca una reacción de risa de parte de Isabel: (4) Eduardo: Nunca te pido esto, pero por favor dame un masaje. Isabel: ¿Nunca me lo pides? Ay, jajajá.

Vemos, entonces, que los marcos temporales no sólo reflejan diferencias de poder social y derechos discursivos; no sólo se enuncian, sino que los interlocutores los reciben y los reinterpretan en varias formas diferentes. No es el caso, entonces, que los marcos temporales simplemente caractericen roles de participantes individuales. Verlos en estos términos es quitarles fuerza y funcionalidad comunicativa. Los marcos son co-construidos en el sentido de 81


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que son aceptados activa o pasivamente, contestados, ironizados, etc., por interlocutores: forman parte de la negociación del diálogo. Por negociación no nos referimos exclusivamente a la secuencia de turnos individuales en la que muchos análisis conversacionales se han concentrado. Los marcos temporales en sí permiten explicar cómo un participante, al tomar la palabra como narrador, después de relatar su historia puede seguir conservando sus privilegios de narrador, turno tras turno. O bien sirven para explicar momentos de reorientación discursiva consciente: por ejemplo, en la escena de telenovela citada anteriormente, en la que Cayetana discurre sobre el futuro de la relación de Santiago y Gabriela, ésta rompe el esquema de referencia temporal de Cayetana con su replica “¿Y el presente?”. Los marcos temporales les permiten a los participantes conversacionales transitar entre eventos particulares y condiciones generales, entre la constatación de hechos incontrovertibles y los vagos confines de lo hipotético, lo imaginado, lo posible. Ayudan a construir lo que Linell (1998) denomina episodios temáticos, y también proyectos o planes comunicativos; establecen vínculos entre episodios locales y actividades comunicativas globales. Reflejan directamente relaciones de poder.

2. Estructura y características de los marcos temporales Hasta aquí hemos tratado de mostrar el interés funcional de los marcos temporales para el análisis del diálogo. Ahora cabe hacer algunas precisiones sobre su naturaleza y estructura, preguntándonos, como se preguntó Deborah Tannen en 1979, “¿Qué hay en un marco?” Está claro que un marco temporal contiene un patrón de tiempos verbales y deícticos y adverbios temporales, pero no se reduce a un simple esquema de formas verbales o de cohesión textual. Un marco temporal en muchas ocasiones puede enunciarse en forma discontinua: puede aparecer y reaparecer en diferentes partes del texto o distintos momentos del flujo discursivo. Los marcos temporales no son en sí conjuntos de estructuras verbales, sino estructuras semánticas y comunicativas que los hablantes utilizan para expresarse por medios verbales. En un sentido amplio, los marcos temporales forman parte del género discursivo. Es importante notar que cada género discursivo tiene su propia organización temporal, representada a través de marcos temporales (mediante la que Halliday llama la metafunción representacional o ideacional del lenguaje).5 Esta organización temporal es tan fundamental que se construye desde la etapa de los “pre-géneros” infantiles mencionados por Swales (1990:5861), es decir, la conversación y la narración. En la etapa adulta, los marcos temporales de los géneros discursivos son culturalmente determinados, y el género, en cuanto expresión comunicativa de una determinada comunidad como parte de lo que podemos denominar ampliamente el contexto de la cultura, establece la relevancia de los marcos temporales en cuestión. Un marco de tiempo “remoto” como, por ejemplo, los sucesos del año 1751, podría 82


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aceptarse como apropiado en una novela o un libro de historia, pero sería inapropiado para un informe noticioso o manual de instrucciones. Los marcos temporales también pueden estar implicados en el constante proceso de cambio de los géneros, como notamos arriba con respecto a la evolución del concepto del tiempo “reciente” en los medios electrónicos. Por otra parte, los marcos temporales crean una relación particular entre el emisor y su discurso, y entre los emisores y sus interlocutores (quienes a su vez son emisores) mediante lo que Halliday llama la metafunción interpersonal del sentido. Como ya vimos, tales relaciones son las que impulsan la dinámica social e interpersonal de los ejemplos de telenovela analizados arriba. Pero vale la pena insistir en esta función interpersonal, ya que tantos estudios de la organización del tiempo y de su expresión verbal la han analizado sólo en términos de algún esquema nocional abstracto. En la perspectiva sobre el tiempo que estamos elaborando aquí, el tiempo siempre se define en relación con algún sujeto, siempre es tiempo del sujeto o del emisor, y es por esta razón que los participantes en la comunicación construyen y aplican marcos temporales. Es interesante notar que a veces los especialistas de la informática entienden este punto mejor que los lingüistas y los analistas de la conversación: son precisamente los teóricos de la informática los que enfrentan el problema de manejar cantidades enormes de información, los que comprenden que los datos que carecen de vínculos claros y creativos con el usuario o consumidor son inútiles por ser inutilizables. En este respecto, Koen & Bender (2000), en su esquema de marcos temporales como sistema de manejo de información en los medios noticiosos, y su interesante proyecto de “aumentar” la cantidad de materiales noticiosos disponibles para los consumidores en términos de su experiencia personal y localización, contempla establecer un contexto “personal”, un contexto “local” y un contexto “histórico”. Su objetivo es “mejorar la comprensión, relación y compromiso del lector con las noticias” (Koen & Bender, 2000:597).6 Y, adaptando sus reflexiones sobre el lector a nuestro análisis de participantes conversacionales, nos parece provechoso contemplar un esquema similar de tres niveles de significación temporal para el análisis de la co-construcción conversacional: inserción personal, negociación local y construcción “histórica” global. La dimensión interpersonal de los marcos temporales también implica la presencia de modalidad verbal. En este sentido, sería más apropiado hablar de un complejo temporal-modal de expresión verbal para cada marco temporal, y no sólo de la selección de una serie de tiempos verbales y deícticos y adverbios temporales. Nuestros ejemplos de escenas de telenovelas (que quizá sean marcos temporales demasiado simplificados o convencionales) no ilustran este punto con toda la claridad que quisiéramos, pero en la escena de Eduardo e Isabel (5), se puede señalar la presencia de negaciones, imperativos y deixis de primera y segunda persona en el marco del presente rutinario de Eduardo como una forma de modalidad muy diferente de la que encontra83


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mos en el marco de tiempo futuro propuesto por Isabel (6), caracterizado por el uso del pronombre impersonal se, y una orientación epistémica evidenciada por el uso del verbo saber: Marco de presente rutinario de Eduardo (subrayado): (5) Eduardo: Nunca te pido esto, pero por favor dame un masaje. Isabel: ¿Nunca me lo pides? Ay, jajajá. Eduardo: Bueno, está bien, está bien. ¡Una más! Rapidito, rapidito, por favor. Mira, dame este masaje, quítame ese nudo que tengo ahí y ya. Isabel: Hiperrápido, eh. Eduardo: Tú siempre me curas de todo, por favor, ay, ay, ay

Marco de futuro de Isabel (subrayado): (6) I: ¿Cómo se va a llamar tu agencia, eh? ¿Se va a llamar “E Olguín / y Asociados”? ¿O cómo? Se va a llamar… Ah!, ya sé cómo se va a llamar: “Eduardo Olguín, Sociedad Anónima”, y la anónima soy yo, ¿no? E: Oye Isabel; yo, yo no sé cómo se va a llamar la agencia, ¡ni siquiera hemos pensado si vamos a tener una agencia o no!! I: No, no, no. No vamos a tener una agencia. ¡Tú vas a tener una agencia que se va a llamar: “Eduardo Olguín” y ya!

En cuarto lugar, los marcos temporales crean un ritmo particular de cohesión textual (mediante la operación de la tercera de las metafunciones de Halliday, la textual u organizacional). El número de marcos empleados (aunque se trate de un sólo marco secuencial o de una serie de tiempos-espacios distintos) y su aparición, desaparición y reaparición en el flujo discursivo son factores importantes para la creación de vínculos de relevancia global-local en la estructuración del texto y la planificación del discurso. Los marcos temporales constituyen una manera de organizar el mundo, cognitiva y verbalmente.

3. Análisis de los marcos temporales en una conversación espontánea Nuestro propósito principal en este estudio es elaborar la noción de marco temporal como herramienta eficaz para el análisis de la interacción conversacional co-construida; más específicamente, queremos explorar cómo operan los marcos temporales en situaciones de conflicto y no alineación de los roles de participantes. Ahora pondremos la noción a prueba en el análisis de una conversación espontánea grabada en un autobús mexicano (ver la transcripción completa en el apéndice). En esta conversación una pareja está discutiendo en términos altamente emotivos sobre asuntos que los han lastimado: él habla del supuesto deseo de ella de dejarlo; ella se queja de la manera en que él le reprocha cosas que ella no ha dicho y la llama loca. Aunque la transcrip84


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ción conserva algo de los ricos matices coloquiales de la conversación y su tono marcadamente mexicano, naturalmente se pierden sus patrones entonacionales y su ritmo en esta versión escrita. Pero esta versión parcial nos bastará para dar algunas indicaciones interesantes sobre la dinámica de la interacción y los marcos temporales. La discusión se extiende sobre sesenta y ocho turnos (en su mayoría breves) y no llega a ninguna resolución. En este texto espontáneo no hay nada de la estructuración narrativa que hemos visto en los ejemplos de la telenovela: la pareja no planifica su discurso a base de un guión. Con sus interminables repeticiones, esta discusión ritual tendría un tono perversamente poético, si no fuera por el alto grado de violencia verbal que contiene, sobre todo en los turnos del hombre. Le podríamos asignar el título “¿Por qué no te vas? – ¡Nunca dije eso!”, el cual reflejaría bien el carácter inconexo de la interacción discursiva y la falta de alineación entre los roles y estrategias comunicativas de los participantes. Hay dos marcos temporales principales: un presente específico (que incluye un futuro inmediato), presentado por el hombre; y un pasado específico, presentado por la mujer. Un tercer marco, el presente habitual de “nunca” y “siempre”, es empleado brevemente por el hombre (turnos 23, 25, 49), pero no se desarrolla interactivamente.7 La principal estrategia que adopta cada parte parece ser la de imponer su propia agenda comunicativa y no responder a las preguntas de la otra. La discusión se inicia cuando la mujer no contesta la pregunta del hombre y se la voltea pidiéndole a su vez que le conteste (turnos 1-3). Luego tiene que repetir su pregunta (“¿Qué te dije?”) cinco veces antes de recibir una primera respuesta (insatisfactoria) (turno 15), y otras cinco antes de recibir la segunda respuesta (turno 27). Entretanto, la insistencia del hombre en no responder se traduce en imperativos: “no manches”, “no te hagas”, “si te quieres ir (...) llégale”. Cuando sí consiente en responder, es notable que lo hace en el presente (su marco temporal), en una construcción que fuerza los límites de lo gramatical: “Desde hace rato me estás diciendo que te querías ir.” Según él, no es lo que ella dijo sino lo que sigue diciendo, lo que importa. ¡Pero de todos modos lo que ella sigue diciendo en el presente pertenece al pasado (“querías”)!. La única manera de explicar esta lógica tortuosa consiste en la determinación del hombre de no ceder terreno ante la estrategia comunicativa de la mujer, y no dejarse involucrar en el marco del pasado y la cuestión de lo que pudo o no haber dicho en un momento específico. Claro que esto no es lo que la mujer quiere oír. Ella va a negar haber dicho que quiere irse, pero la conexión que él establece entre la afirmación de ella y el momento presente le resulta problemática, por lo cual se deja enredar con ese detalle (turno 18: “¿Dime a qué horas te dije?”). Pero luego retoma la pregunta original: ¿Dime qué dije? (turno 26). Finalmente, en el turno 27, el hombre parece ceder y consentir en contestar su pregunta, citando lo que ella presuntamente dijo. Ahora ella se encuentra en la posición de poder contra85


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decir su respuesta y pedirle cuentas por lo que acaba de decir. Al hacerlo, ella manifiesta su propia racionalidad y responsabilidad discursiva: en otras palabras, ella desmiente implícitamente la aseveración de él: “Estás loca”. Éste es el motivo del turno más largo de toda la conversación (turno 28), en el que la mujer parece lograr imponer su propósito, subrayando la conclusión con violencia verbal. Pero el hombre naturalmente no se deja vencer y responde con una violencia aun mayor. Insulta a la mujer, llamándola loca. Regresamos al presente, al punto de partida. Los insultos se repiten, una vez tras otra (turnos 31 a 45), y el único recurso que le queda a la mujer es seguir negando lo que él dice que ella dijo (“no dije eso”: turnos 32, 34, 36, 38, 40, 42, 48). La discusión parece llegar a un punto muerto con los silencios y respuestas indiferentes de la mujer en los turnos 50-57, con las cuales le deja al hombre la libertad de tomar la iniciativa, quien, después de acusarla de siempre salir con la suya (turno 62), impone su propia voluntad. Aunque de nuevo ella protesta cuando él la califica de loca, el hombre acaba por imponer esa conclusión y finalmente ella se da por vencida, cambiando de estrategia y aceptando el marco temporal presente de él: “Te estoy contestando ya te dije que yo no dije eso pero si tú dices que lo dije... (turno 63). Notamos que ésta es la única ocasión en que ella emplea un presente progresivo (te estoy contestando), tiempo predilecto de él. Al darse cuenta de su victoria, el hombre luego retoma su pregunta original: “¿Entons te vas?”(turno 64). Cuando ella responde vaga y evasivamente, él trata de reactivar la disputa (turno 66), y cuando ella vuelve a negar lo que él dice que ella dijo, la insulta de nuevo: “Estás loca enana” (turno 68). ¿Termina aquí la discusión, o éste sería simplemente el principio de la próxima repetición? No hay resolución ni conclusión lógica de este conflicto, sino una continua alternancia de marcos temporales de pasado y presente, cada uno con su modalidad característica: negaciones e intensificadores de parte de la mujer; imperativos, afirmaciones y condicionales de parte del hombre. El empleo de condicionales es un gesto particularmente hipócrita de parte del hombre, siendo lógicamente incompatible con sus aseveraciones categóricas. Por una parte invita a la mujer, como ser libre y racional, a dejarlo si no está a gusto; por otra parte la denigra categorizándola como loca. Resumiendo lo que podemos aprender sobre el funcionamiento de los marcos temporales en esta conversación, ya vimos que la interacción entera se estructura en torno a la alternancia de dos marcos principales. Inicialmente marcan un posicionamiento personal, al enunciar el tema del que cada participante quiere hablar: (7) Hombre: “¿Te quieres ir?” (turno 1) Mujer: “¿Qué te dije?” (turno 6)

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Es significativo que en los dos casos el tema se enuncia en forma de una pregunta. La pregunta pide respuesta, interacción con el otro, y tanto el hombre como la mujer saben que la única manera de desarrollar su tema y su marco discursivamente en una discusión es co-construyendo ese tema y ese marco. Sin embargo, debida a la poca colaboración que hay entre los dos participantes, la co-construcción resulta extremadamente difícil. Ninguno de los dos la logra plenamente: de ahí los silencios y turnos no tomados hacia el final de la conversación en los que parece llegar a un punto muerto (turnos 49, 50, 53, 62). Pero en la medida en que sí lo logran, ambos marcos se convierten en estrategias de estructuración global de la discusión. Un discurso en el que un posicionamiento personal se proyecta como estrategia de estructuración global obviamente es de tono y orientación personal. Cuando en una interacción cada participante co-construye con (el) otro una estrategia global de este tipo, el discurso es de orientación interpersonal. Y cuando estas estrategias proyectan posiciones no alineadas, tenemos una disputa o discusión. El grado de diferenciación en el lenguaje de los dos participantes que estos diferentes marcos temporales producen se puede apreciar en el cuadro 1, donde se resume el recuento global de todos los tiempos verbales utilizados en el texto. Señalando los tiempos claves de cada marco temporal en negrita, se puede apreciar que el hombre emplea más el presente simple y progresivo que la mujer (37 versus 28 casos), y la mujer emplea más el pretérito simple (37 versus 8 casos). La mayor incidencia de formas del presente en la mujer indica a su vez una mayor colaboración de la mujer con el marco del hombre que la del hombre con la mujer. El alto número de imperativos es sintomático del alto grado de modalización del discurso, de su carga de sentido interpersonal. Pero los números aquí son algo engañosos: el hombre emplea una gran variedad de imperativos (lo propio de su marco de presente y futuro inmediato), en tanto que los de la mujer son mayormente repeticiones de “dime qué te dije”. Finalmente, el mayor número de formas subjuntivas empleadas por la mujer, y su mayor empleo de subordinación oracional, quizá revelen una orientación más “cerebral”o cognitiva en su discurso, tendencia que parece confirmarse en el uso de determinados verbos sintomáticos (cuadro 2). Cuadro 1. Tiempos verbales empleados en el texto “Diálogo en un microbús” TIEMPOS VERBALES

Hombre

Mujer

Presente simple Presente progresivo (estar + gerundio) Pretérito simple Imperfecto Imperativo Presente de subjuntivo Perfecto de subjuntivo (haber + participio)

30 7 8 1 13 2 0

27 1 37 1 17 8 1

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Cuadro 2. Empleo de verbos en el texto “Diálogo en un microbús” VERBO

Hombre

Mujer

decir saber hablar preguntar querer irse

11 0 5 1 9 8

54 3 2 0 8 6

El verbo decir, que implica normalmente un acto cognitivo y comunicativo aparte del acto puramente verbal, es cinco veces más frecuente en la mujer que el hombre, en tanto que hablar, puro acto verbal, lo usa más el hombre que la mujer. El verbo mental saber, lo emplea exclusivamente la mujer. En cambio, hay menos diferenciación entre los dos en el empleo de verbos modales (de implicación personal) como querer, o verbos de acción material como irse. Esto se explica por el hecho de que, a lo largo de la interacción, cada uno atribuye al otro el deseo de que ella se vaya. Hemos visto, entonces, cómo una toma de posición personal se traduce en este texto en una estrategia global que influye en toda la selección de formas léxicas y gramaticales por parte de los dos participantes, y refleja una orientación muy distinta en cada uno hacia el lenguaje. Pero la única manera de lograr que la toma de posición personal se convierta en estrategia discursiva global es a través de un esfuerzo de co-construcción, y concretamente, a través de negociaciones locales: éstas constituyen los puntos críticos, los más interesantes, en el progreso de la conversación. Ya comentamos la interesante articulación temporal del turno 15, en que el hombre se niega a adoptar el marco del pasado propuesto por la mujer en el turno 14, reformulando el acto de decir en el presente progresivo: (8) M: (levantando la voz) Dime ¿qué te dije? ¡Eeeh! (turno 14) H: ¡Yaa! ¿Qué me estás diciendo? Desde hace rato me estás diciendo que te querías ir. (turno 15)

En general, el hombre colabora muy poco con la mujer: por eso tiene que valerse de la estrategia de repetir numerosas veces sus preguntas y afirmaciones. Es notable que la pregunta inicial “¿Qué te dije?” (turnos 6 y 8) luego se refuerza con un imperativo: “¿Dime qué te dije?”. Pero también hay momentos interesantes en que ella recurre a la reformulación y negociación. Por ejemplo, cuando el hombre reformula su pregunta en el turno 15, agregando un elemento temporal a su respuesta (“desde hace rato”), ella luego reformula su propia pregunta en el turno 18: “¿Dime a qué horas te dije?” Esta momentánea cooperación con la estrategia comunicativa del hombre produce a su vez uno de los raros momentos de colaboración de parte de él: 88


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(9) M: ¡Dime! ¡No dime! ¿Dime a qué horas te dije? (turno 18) H: ¿A qué horas te dije? Pus hace como cinco minutos, tres minutos... (turno 19)

El hombre sí responde a la pregunta de la mujer, pero lo hace repitiendo sus mismas palabras (“¿A qué horas te dije?”), y luego mencionando un pasado tan reciente (hace unos minutos) que se asimila fácilmente a su presente. La mujer quiere recordarle al hombre alguna conversación que parecen haber tenido en el pasado, hablando de su casa y trabajo (turno 28), pero él se obstina en enfocar lo que ella supuestamente sigue diciendo en el presente: que se quiere ir. Al ver el fracaso de su intento de negociación, a partir del turno 28 reformula su pregunta como una simple negación: “¡No dije eso!” Hay cuatro momentos, entonces, en la estrategia comunicativa de la mujer en esta disputa: 1. “¿Qué te dije?”, 2. “¿Dime qué te dije?”, 3. “¿Dime a qué horas te dije?”, 4. “No dije eso”.

De 1 a 3, vemos una progresiva intensificación del acto directivo de la mujer, hasta obtener una respuesta del hombre, y poder establecer su posición. El hombre por su parte está mucho menos dispuesto a negociar, prefiriendo recurrir a los insultos o simplemente repetir que la mujer se puede ir. Pero incluso en su caso observamos cierta alternancia entre el imperativo: (10) No si te quieres ir en buena onda mejor llégale... (turno 11) Si te quieres ir ya te dije desde cuando que te vayas, ¿no? No hay bronca... (turno 45)

y la forma interrogativa: (11) ¿Por qué no mejor te vas? (turno 54) ¿Entonces te vas? (turno 64).

Conlusiones Para concluir, esperamos haber ilustrado cómo la negociación local y coconstruida de posiciones personales contribuye a la construcción de la dinámica general de la conversación y a la arquitectura global del texto en su totalidad. Asimismo, esperamos haber demostrado, en este ejemplo de conflicto discursivo, hasta qué punto las posiciones de confrontación están vinculadas a determinados marcos temporales, y cómo éstos reflejan el conflicto en las disparidades y discontinuidades temporales y modales del texto. Hemos visto que, en alguna medida, la relativa extensión y el contenido de los turnos pueden explicarse mediante el análisis de estos marcos. Y hemos visto también que los marcos son algo más que simples patrones de uso de tiempos y deícticos verbales. Son estrategias de acción verbal y de conceptualización del mundo 89


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en las que cuenta tanto la articulación modal como la temporal. Por lo menos es muy evidente la importancia de la modalización en los ejemplos conversacionales que hemos analizado aquí. Y si bien, como ya señalamos, los marcos temporales son característicos del discurso en general y no sólo la conversación, parecen tener especial relevancia y utilidad en el campo de la lingüística diálogica y para el análisis de la co-construcción conversacional. Hablando del análisis conversacional, en particular, ya es hora de que hablemos del tiempo.

NOTAS 1 Véase el trabajo clásico de Émile Benveniste sobre la relación entre discurso, tiempo y espacio en su teoría de la enunciación: sobre todo los ensayos “El lenguaje y la experiencia humana” (1965) y “El aparato formal de la enunciación” (1970) en Benveniste (1977). 2 Para la noción de dialogismo, véase Bakhtin (1981). Para un enfoque muy parecido al de Linell que lo complementa en forma útil, véase el trabajo de Rommetveit (1990, 1992) sobre el análisis interdisciplinario del diálogo (Linell, 1998:53). Para un breve resumen en español de principios básicos de la co-construcción, véase Koike (2003). 3 Para la organización temporal y narrativa de la noticia, y sus particularidades frente a otros géneros narrativos, véase el estudio clásico de Allan Bell (1991). 4 Los ejemplos analizados en el presente estudio provienen del corpus de telenovelas mexicanas establecido para el proyecto “Genre and media discourse: verbal and visual elements in the Mexican telenovela” dirigido por Rodney Williamson en colaboración con Raúl Ávila de El Colegio de México, y Fernando de Diego, de la Universidad de Ottawa, subvencionado por el “Social Sciences and Humanities Research Council of Canada”. Véase también Williamson & de Diego (2005). 5 Las metafunciones constituyen un concepto básico en la teoría lingüística de Halliday desde los años 1970 (véase por ejemplo Halliday, 1978). Otros especialistas de la teoría sistémica funcional, como Jay Lemke, han propuesto conceptos similares aunque sea con nombres diferentes. Asimismo puntualizamos que el concepto de género discursivo manejado en el presente estudio, y la asociación de género con la noción de “contexto de cultura” de Firth, también provienen de la lingüística sistémica funcional (véanse, Halliday, 1985, y Martin, 1997). 6 Traducción nuestra de “improve the reader’s understanding of, connection to, and engagement with the news”. 7 Cabe notar que, cuando la mujer emplea términos como nunca y en ningún momento, se está refiriendo a su propio marco temporal del pasado específico, no al presente de acciones habituales o repetidas.

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APÉNDICE Transcripción de un diálogo en un microbús. Una pareja discute. Lugar de grabación: México D.F. H= Hombre M= Mujer 1 H: 2 M: 3 H: 4 M: 5 H: 6 M: 7 H: 8 M: 9 H: 10 M: 11 H: 12 M: 13 H: 14 M: 15 H: 16 M: 17 H: 18 M: 19 H: 20 M: 21 H: 22 M: 23 H: 24 M: 25 H: 26 M: 27 H: 28 M:

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¿Te quieres ir? No sé tú. Es lo que yo te estoy preguntando... ¡Yaa! ¿Quién te dijo que me quiero ir? Pus hace rato me dijiste. iAh! ¿Qué te dije? No manches, no te hagas... ¿Qué te dije? No te hagas... dime que te di... (interrumpe el hombre) No si te quieres ir en buena onda mejor llégale... ¿Dime qué te dije? No, no te hagas... (levantando la voz) Dime ¿qué te dije? ¡Eeeh! ¡Yaa! ¿Qué me estás diciendo? Desde hace rato me estás diciendo que te querías ir. No seas chismoso ¡Eh! No, no soy chismoso, es en serio ¡Dime! ¡No dime! ¿Dime a qué horas te dije? ¿A qué horas te dije? Pus hace como cinco minutos, tres minutos... (levantando la voz) ¿Dime qué te dije? Yo no me acuerdo que te haya dicho eso ¿Dime qué dije? ¿No? ¿Cómo que qué dijiste? ¡No te hagas! No, no me acuerdo, ¿dime qué dije? Sí, pus nunca te acuerdas, ¿Dime qué dije? Nunca te acuerdas... ¿Dime qué dije? ¿Cómo que qué dijiste? “Ayy, no pus estoy más a gusto en mi casa”. Pus llégale... No dije eso! (Risa nerviosa) ¡Eso nunca dije!, ¿Sabes qué dije? ¡Ve! Tú, el sordo, no oye pero bien que compone... Te dije mira como traigo las manos bien maltratadas, pero es de que hago quehacer... bueno pero no nada más aquí eeeh! También en mi casa, ¡dije así! ¡Eh! ¡Jamás dije que estoy más a gusto en mi casa! ¡Eh! Así es que no compongas a tu pinche conveniencia... ¡Ehhh! ¡Ah! ¡Ahora me sales con esas pinches jaladas!


Irene Fonte, Rodney Williamson: Marcos temporales y proyectos comunicativos:...

30 M: (con indiferencia) ¡Ajá! Ahora sí... 31 H: ¡Estás loca enana! ¡Estás loca me cae! 32 M: Más loco estas tú, porque yo no dije eso... 33 H: ¡Estás loca! 34 M: No, no dije eso... 35 H: ¡Ah sí! ¡No dijiste eso! ¡No! 36 M: ¡No, no dije eso! (Levantando la voz) ¡No dije eso! ¡Te lo juro! ¡No dije eso! 37 H: ¡Ah sí...! 38 M: Te lo juro no dije eso... 39 H: ¿Te cae? 40 M: Me cae, no dije eso 41 H: Entonces no hables a lo pendejo... 42 M: No, no hablo a lo pendejo pero no dije eso, yo sé lo que dije y no dije eso ¡eh! 43 H: Pues tampoco hables al aire 44 M: No, no hablo al aire 45 H: ¿Por qué andas diciendo tantas pinches jaladas? Si te quieres ir ya te dije desde cuando que te vayas, ¿no? No hay bronca... 46 M: Igual ya te dije yo, que el día que quieras que me... ¡Dime si quieres que me vaya me voy! 47 H: ¡Ya! También tu ya deja de molestar... 48 M: Porque yo nunca dije eso, pero si dices tú que. .. entonces. 49 H: ¡Ahh sí! Ahora yo, ¡ahora siempre! Siempre es lo mismo contigo siempre me sales con eso... De que yo digo, y yo digo y si yo quiero... Tú también si tú quieres pus también llégale... ¡Eh! Te estoy hablando... 50 M: (con indiferencia) Ya te escuché (LARGO ESPACIO DE SILENCIO) 51 H: Entonces... 52 M: Entonces qué ... ¡Entonces qué! (levanta la voz) 53 H: Entonces que pones tu caritaa (PAUSA, SILENCIO NUEVAMENTE) 54 H: ¿Por qué no mejor te vas? 55 M: Como quieras... (con indiferencia) 56 H: ¡Eh! 57 M: Como quieras… 58 H: ¡Ah! ¿Y por qué como yo quiera? Pus si tú también te quieres ir... Si no estás a gusto pus mejor vete ¡Eh te estoy hablando! 59 M: Yo no dije nada pero si quieres que me vaya me voy ¡hombre! ¡Déjame ya de molestar! 60 H: ¡Ah ora yo! Ora yo, si la que empezó todo el desmadre fuiste tú... 61 M: Yo ni dije eso Carlos, y estoy segura de lo que dije, no creas que estoy loca... Aunque digas que estoy loca, ¡no estoy loca! 62 H: No pus si loca sí estás pero, pus también tú... Te haces las cosas a tu conveniencia... (SILENCIO) Te estoy hablando 63 M: Te estoy contestando ya te dije que yo no dije eso pero si tú dices que lo dije... 64 H: ¿Entons te vas? 93


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65 M: Sí, Como quieras 66 H: ¡Ah! ¿por qué como yo quiera? ¿Eh? 67 M: Como quieras, yo no dije eso, ya te dije, yo en ningún momento dije que me iba a ir 68 H: Estás loca enana.

IRENE FONTE es profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Sus áreas de investigación son el análisis del discurso, principalmente periodístico y análisis conversacional y del diálogo. Ha publicado sobre la prensa mexicana, cubana y canadiense, incluyendo su libro La nación cubana y Estados Unidos. Un análisis del discurso periodístico: 1906-1921 (2002). Miembro de la Junta Directiva de ALED y del Sistema Nacional de Investigadores. Colabora con Rodney Williamson en un proyecto sobre la imagen de Canadá en la prensa mexicana y de México en la prensa canadiense. Coordina con Lidia Rodríguez Alfano una Comisión de estudios del diálogo en ALFAL. Correo electrónico: irenefz@unsa.edu.ar

RODNEY WILLIAMSON es profesor de lingüística hispánica de la Universidad de Ottawa. Sus áreas de investigación son la semiótica multimodal, el análisis del discurso, la lingüística sistémica funcional y la enseñanza del español como segunda lengua. Ha publicado y editado libros recientes sobre semiótica, telenovela mexicana, y Octavio Paz, y en general publica sobre temas de multimodalidad, análisis del discurso de los medios, enseñanza de la lengua española y traducción. Colabora con Irene Fonte en un proyecto sobre la prensa mexicana y canadiense y con Lidia Rodríguez y Dale Koike en un proyecto de estudio del diálogo. Correo electrónico: rwilliamsom_ca@yahoo.com

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ARTÍCULO

Una nueva tipología para analizar la prensa en México

EVA SALGADO ANDRADE CIESAS-D.F.

RESUMEN. El México contemporáneo se enfrenta a nuevas circunstancias: la irrupción de esquemas políticos inéditos luego de que, a partir de las elecciones del año 2000, quedó atrás un sistema presidencial hegemónico, que se había perpetuado a lo largo de siete décadas; en segundo lugar la globalización acelerada a la cual nuestro país no es ajeno y, por último, la creciente influencia de la tecnología sobre los medios de comunicación, específicamente sobre la prensa escrita. Frente a estas nuevas circunstancias, es conveniente revisar las fórmulas canónicas que durante años guiaron la recopilación de acervos de periódicos: de derecha o de izquierda; de cobertura nacional o local; “serios” o sensacionalistas. Ya no parecen operativos estos criterios de rígida clasificación de la prensa en diferentes polos del espectro político, geográfico o informativo; por ello, es oportuno revisar la tipología para clasificarla. PALABRAS CLAVE: prensa en México, discurso de la prensa, lenguaje periodístico, prensa y tecnología RESUMO. O México contemporâneo enfrenta novas circunstâncias: a irrupção de esquemas políticos inéditos depois de que, a partir das eleições do ano 2000, ficou para atrás um sistema presidencial hegemônico, que se tinha perpetuado ao largo de sete décadas; em segundo lugar a globalização acelerada a qual nosso país não está alheio e, por último, a crescente influência da tecnologia sobre os meios de comunicação, especificamente sobre a imprensa escrita. Frente a estas novas circunstâncias, é conveniente revisar as fórmulas canônicas que durante anos guiaram a recopilação de acervos de jornais: de direita ou de esquerda; de cobertura nacional ou local; “sérios” ou sensacionalistas. Já não aparecem funcionais estes critérios de rígida classificação da imprensa em diferentes pólos do espectro político, geográfico ou informativo; por isso, é oportuno revisar la tipologia para classificá-la. PALAVRAS-CHAVE: imprensa no México, discurso da imprensa, linguagem jornalístico, imprensa e tecnologia.

Recibido: 8 de febrero de 2005 • Aceptado: 16 de agosto de 2005.

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ABSTRACT. Currently Mexico faces new circumstances: the irruption of a new political scenario as a result of the elections that took place in the year 2000, leaving behind seven decades of hegemony in the presidency; in second place, a fast going globalization and, finally, the growing influence of technology on the media, especially on written journals. Taking into consideration these new conditions, it seems convenient to review canonical procedures that for years guided the recopilation of corpus when working with journals: politically alligned to the right or to the left; national or local; serious or sensationalists. Criteria of rigid classification of the written media, placing them in different poles of the political, geographic or informative spectrum, are not valid anymore; therefore, it seems proper to review the typology of written newspapers. KEY WORDS: Press in Mexico, discourse of the press, journalistic language, press and technology

Introducción Lejos de concebirse como modelador de conciencias o constructor de ideologías, el discurso periodístico es reflejo del contexto en el cual surge; analizarlo es una puerta de entrada a un conocimiento más amplio: el de las circunstancias políticas y sociales que rodean su emisión. Por ello es creciente el interés por el análisis del discurso (AD), metodología interdisciplinaria que, a partir de la lingüística y la semiótica aplicadas al análisis de los textos, y con las perspectivas teóricas de la sociología, la historia, la antropología y otras ciencias sociales, permite estudiar e interpretar producciones discursivas, en tanto se gestan e inciden en un contexto social específico. Específicamente sobre discurso de la prensa, en años recientes se han publicado una serie de propuestas teórico-metodológicas y estudios empíricos de gran interés; entre otros, Van Dijk (1996), Fairclough (1998), Bell y Garrett (1998), Gauthier (1998), Graber (1998), Wolton (2000) y Fonte (2002). Todos los analistas coinciden en la necesidad de tomar en cuenta las circunstancias específicas de la enunciación para tener, en consecuencia, mejores posibilidades de comprender el discurso analizado y la forma en que es determinado por ellas. El análisis del discurso periodístico es una herramienta no sólo valiosa, sino en ocasiones insustituible, para comprender múltiples facetas de la vida social, tales como la conformación o readecuación de sistemas sociopolíticos; la forma en que la cultura se adapta y adopta nuevas tecnologías y formas de transmitir información, opiniones y valores; las estrategias que, en el marco de sociedades globales, permiten la supervivencia de algunos referentes culturales y refleja cuáles se han logrado imponer, etcétera. El planteamiento anterior cobra especial importancia para investigadores interesados en el análisis de materiales obtenidos de la prensa contemporánea en México. Un punto de partida indiscutible es que las circunstancias sociopolíticas en las cuales se gesta y en las cuales incide la prensa han registrado 108


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cambios drásticos a raíz de nuevos esquemas políticos, que desde el año 2000 dejaron atrás un sistema presidencial hegemónico –como ocurriera a lo largo de siete décadas–, de la globalización acelerada a la cual nuestro país no es ajeno y, por último, de la creciente influencia de la tecnología sobre los modos de vida. Reflexionar sobre estas nuevas condiciones sociales, políticas, económicas, culturales y tecnológicas, para examinar la forma en que se reflejan en el discurso periodístico, es el propósito de este trabajo. Especialmente atenderemos la influencia que este nuevo escenario ha tenido para la creación de nuevos tipos de prensa.

1. ¿Qué ofrece el discurso periodístico? La prensa es sin duda un producto complejo. “En ella confluyen una industria, un negocio, un medio de información y entretención, un servicio y un instrumento de influencia política” (Sohr, 1998: 12). En un panorama donde lo que parece abundar es la información, no sólo local sino internacional, merced a la globalización en las comunicaciones, que hace posible vivir casi al instante, mediante radio, televisión e Internet, la información generada en cualquier punto del planeta, parece sorprendente que la prensa goce aún de vitalidad. Creemos que una de las razones que contribuyen a ello radica en la supremacía que culturalmente suele atribuirse al lenguaje escrito sobre el verbal. Ong (1982: 81) hace notar que existe la convicción de que “no hay manera de refutar un texto directamente. Después de una impugnación generalizada y devastadora, dice exactamente lo mismo que antes”. Sobre el mismo punto añade: “Lo impreso produce una sensación de finitud, de que lo que se encuentra en un texto está concluido” (130). Así, no es remoto suponer que la información que día con día se hace pública en la prensa esté revestida de una sensación de legitimidad, y desde luego de permanencia, superior a la que se difunde por radio, televisión o Internet. El valor de la prensa no reside sólo en la información que en ella encuentran los lectores, sino también, y quizás en mayor medida, en la necesidad de encontrar y con frecuencia hasta adoptar como propias las opiniones que cotidianamente se vierten a través de los periódicos. Según Young, en las sociedades modernas, con su acrecentada división y automatización del trabajo, movilidad de poblaciones y bienes, grupos de intereses especiales, la formación de la opinión depende en buena medida de la prensa, el radio y el cine; “estos medios de comunicación participan en la elaboración de los modernos mitos y leyendas, a la vez que nos incitan a la acción” (1986:110). A pesar de la creciente inclusión de opiniones en los medios audiovisuales, las que se difunden en la prensa parecen gozar de mayor aceptación y reconocimiento; entre otras explicaciones podrían ser útiles las reflexiones de Ong mencionadas en el párrafo anterior. 109


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Este reconocimiento de la supremacía de la prensa escrita sobre los medios audiovisuales puede comprobarse en el hecho de que es común que varios noticiarios radiofónicos y televisivos, sobre todo en emisiones matutinas, tengan secciones cotidianas para leer y a veces hasta comentar la nota principal, el editorial o columnas de los periódicos. Por el contrario, no es tarea cotidiana que los periódicos den cuenta de la información u opiniones de la radio o la televisión, salvo cuando la propia información televisiva o radiofónica se convierte por sí misma en noticia, como ocurrió profusamente con los llamados videoescándalos que cimbraron a nuestro país en marzo de 2004.1

2. El discurso de la prensa a la luz de la alternancia y la tecnología En julio de 2000, luego del resultado electoral adverso al Partido Revolucionario Institucional, que perdió así la presidencia detentada durante casi siete décadas, se registró un acelerado viraje de las circunstancias políticas. El “fin” del partido único o de la dictablanda (como la bautizara Mario Vargas Llosa) fue un momento de catarsis para una prensa que durante décadas mantuvo una relación cómplice con el partido en el poder. Estas nuevas circunstancias han sido de gran interés para los analistas sociales, así como para los propios periodistas, por lo que hay una creciente bibliografía que las aborda; entre otros: Trejo (2001), Fuentes-Berain (2001), Peimbert Díaz (2002), Levario Turcott (2002), Scherer y Monsiváis (2003), amén de un número creciente de tesis y artículos. La transición política en México no parece una circunstancia de excepción, ya que buena parte de la sociedad global ha registrado modificaciones en el ámbito de lo político. Reconocidos analistas del discurso han llamado la atención sobre este factor y la forma como incide en el discurso; por ejemplo, Fairclough (1998:146) sostiene: “There is a general perception that politics is currently changing, in transition. For many, it is a crisis of politics. Some people see it as the political being squeezed out of contemporary social life [...] My questions are these: how is the contemporary order of political discourse structured, and what are the major tendencies of change?” Si hacemos una rápida revisión de las nuevas circunstancias sociopolíticas, resalta una mayor libertad de prensa, sin duda un factor indispensable en sociedades democráticas, pero que conlleva, según algunos, ciertos riesgos. Por ejemplo, Levario Turcott (2002: 14) afirma que, sin las mordazas a las que estuvo sujeta, para algunos la prensa generó “entornos preocupantes”, porque dentro del aliento de las libertades democráticas de México se transgredieron otros derechos, al privar el afán sensacionalista, la difusión de rumores y filtraciones, o las invasiones al periodismo de la intimidad. Esta irrupción de lo privado en la información, que durante años fue característico de cierta clase de personajes (por ejemplo del ámbito de la farándula) se ha convertido ahora en un elemento que abarca cada vez más el ámbito de la políti110


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ca, al extremo de poner en tela de juicio la separación entre una esfera pública (objeto de información periodística) y una esfera privada (a cubierto de una investigación) (Grandi 2002: 82). Conviene considerar asimismo que, en la relación prensa-gobierno, los actores en juego no son sólo “políticos profesionales” por un lado e “informadores y opinadores” por otro, sino que también va en aumento la importancia de una categoría de “expertos de varios tipos” (Fairclough 1998: 148): analistas políticos, investigadores, políticos en el sentido no tradicional del término (representantes de nuevos grupos sociales, tales como ecologistas, activistas en derechos humanos), así como la “gente común”, que confluyen de manera creciente en el discurso periodístico, aunque desde luego con mayor o menor intermediación de la propia prensa. Dentro de este proceso cabría examinar la creciente inclusión de encuestas, que en no pocas ocasiones se convierten en un tendencioso manejo de la opinión pública. La prensa se convierte así, merced a la entronización de las encuestas, en el nuevo oráculo político; “los periódicos saben que las encuestas son las ocho columnas alternas o porque encierran la verdad o porque su sola emisión obliga a la realidad a comportarse de otra manera” (Scherer y Monsiváis 2003: 313). La monopolización en los medios también ha contribuido en estos cambios del escenario periodístico. Ahora, muchos periódicos que durante décadas se adueñaron del esquema periodístico nacional deben competir con otros mucho más recientes, por ejemplo Reforma (que se comenzó a publicar en 1993), o Milenio Diario (que inició en el 2000, de manera coyuntural con la intensa campaña electoral). Entre los “decesos” están el de Novedades, que dejó de publicarse en el 2000, después de las elecciones, o la casi desapercibida existencia de diarios de información general que en otros tiempos gozaron de reconocimiento, como ocurre con Uno más Uno o El Sol de México. Esta situación de monopolio no es privativa de México. Roberts y otros (2001) presentan múltiples referencias a la forma en que las cadenas de prensa estadounidenses se vuelven cada vez mayores y dominantes, al extremo de ostentar la propiedad de cerca del 80% de los casi 1500 diarios que circulan en los Estados Unidos. De acuerdo con estos autores, la industria periodística estadounidense se encuentra inmersa en uno de los mayores cambios de sus 300 años de historia. Las adquisiciones, traspasos, corporativización, compra o venta que han originado que los diarios pequeños o propiedad de empresas familiares estén ahora en manos de monopolios informativos ha socavado la naturaleza y papel de la prensa. Si bien esta monopolización es la tónica en una sociedad global, su expansión hacia las formas de propiedad de la prensa resulta catastrófica, a decir de algunos analistas. Por otra parte, nos enfrentamos a nuevas formas de comercialización, que van desde la venta directa hasta sofisticados esquemas virtuales. En el primer caso, conviene recordar cómo, a fines de 1994, apenas un año después 111


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de que comenzó a ser publicado, Reforma se enfrentó a un conflicto con la Unión de Voceadores y Expendedores de Periódicos de México, que se negó a distribuir ejemplares en los kioscos y otros puntos de venta, situación que parecía amenazar la subsistencia del periódico. Sus editores, con el apoyo de reporteros, colaboradores, algunos diputados federales, artistas e intelectuales, decidieron crear su propio mecanismo de venta directa al público. No sólo pudieron remontar la situación adversa, sino que aumentaron considerablemente su fuerza de ventas; de hecho, el mecanismo de contar con sus propios vendedores resultó tan eficaz que ha sido copiado por otros periódicos, entre ellos el longevo El Universal, que en los meses recientes ha registrado una importancia creciente, tal vez como consecuencia del furor mediático que se originó por la campaña por la presidencia en 2006. Adionalmente, los periódicos también se ofrecen para su consulta en Internet, o en quioscos virtuales en formato PDF, o se hacen envíos directos a los lectores, ya sea por medio de palms o minicomputadoras portátiles o aun a teléfonos celulares según se va generando la información. También se pueden solicitar “alertas informativas” y recibir por correo electrónico información constante y personalizada sobre los temas de interés para cada público específico. De hecho, la lectura “convencional” de periódicos en Internet está siendo desplazada ante innovaciones como la que plantea la tecnología RSS, del inglés Really Simple Syndication (“difusión realmente simple”), herramienta que permite consultar en un mismo lugar los titulares y los resúmenes de las noticias de varios sitios, sin tener que ir a cada uno de ellos, o esperar a ser notificado vía correo electrónico. Para ello se han creado programas conocidos como “lectores” o “agregadores”, algunos disponibles en Internet de manera gratuita como FeedReader, RSSReader y SharpReader. Existen también otras opciones como los servicios online de Bloglines, MyFeedster, MyYahoo o integrados a navegadores como Mozilla, Safari y Opera. Así, un creciente número de periódicos se pueden leer desde cualquier país del mundo. El concepto de periódico de circulación “nacional” se vuelve en realidad obsoleto; de hecho, buena parte de los periódicos son de circulación “global”. Esta tecnificación creciente de las formas de difundir la información de los periódicos ha llevado a que la información “fresca” ya no sea la que ostentan los periódicos a lo largo de la mañana, pues muy probablemente en Internet ya se ha actualizado la información. Es común, por ejemplo, encontrar que las noticias, en las ediciones de la prensa en Internet, aparezcan no sólo fechadas, sino con el horario exacto de su publicación. Asimismo, las nuevas tecnologías han hecho posible que los periódicos entablen una mayor retroalimentación con sus lectores, al ser cada vez más populares los mecanismos de realizar encuestas o sondeos, además de los foros para correspondencia o la creación de espacios para conversaciones o chats de lectores con personajes destacados. Estos nuevos recursos tecnológicos han propiciado una extensión del concepto de las cartas de los lectores. 112


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Otra innovación tiene que ver con la tan reclamada falta de continuidad o seguimiento a las notas. Ahora, con sólo entrar a una edición de Internet, los periódicos ofrecen notas relacionadas y otras herramientas de búsqueda interactiva. Muy atrás quedó la época en que los diarios eran los únicos que podían disponer para sí de bibliotecas y archivos, a los que según Young (1986: 122) se llamaba “la morgue” entre los periodistas. Ahora, cualquier lector, aún con incipientes conocimientos en el manejo de Internet o hipertextos, puede rastrear y construir, en minutos, su propio reportaje, proceso que en otros años habría implicado un paciente trabajo de semanas, con el inconveniente de que mucha de la información era de plano inaccesible. Además, tiende a ser más manejable y durable un corpus virtual, con materiales digitalizados, que disponer de archivos originales en papel periódico, susceptibles de un mayor deterioro y con mayores dificultades para su reproducción y envío. Por otra parte, las facilidades que conlleva la aplicación de la tecnología en la diagramación y el diseño de la prensa ha traído consigo infinidad de variantes en el diseño. Las tradicionales ocho o cinco columnas de los periódicos de tamaño estándar o tabloide han dejado su rigidez, y ahora es posible encontrar diseños complejos, pletóricos en imágenes y en fotografías. Así, ya no es difícil encontrarnos situaciones como que la primera plana de un periódico sea en realidad una pre-primera plana. Así ocurrió, por ejemplo, en La Jornada el lunes 25 de julio de 2005, un día después de la multitudinaria marcha del silencio en protesta por el desafuero del entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, por la Cámara de Diputados, y que con cerca de un millón de manifestantes se convirtió en la marcha más concurrida en el México contemporáneo. La primera plana del periódico venía envuelta por otro pliego completo, cuya cara anterior mostraba Paseo de la Reforma repleto de manifestantes, que cubrían desde el Museo de Antropología y hasta el Zócalo. Desde luego, es inolvidable el impacto semiótico de esta fotografía. Asimismo, es notorio el “préstamo” de códigos lingüísticos y semióticos entre un medio y otro. Así, por ejemplo, las típicas entradas noticiosas de los noticiarios de radio y televisión tienen su símil en la prensa, que en muchas ocasiones destina la primera página sólo para hacer llamadas a noticias en interiores. Por todo lo anterior, parece oportuno revisar la tipología para concebir y clasificar a la prensa. Durante años, muchos de quienes hacían investigación sobre prensa en México se guiaban por cómodas fórmulas canónicas: la recopilación de acervos de prensa con frecuencia partía de operaciones binarias: los medios podían considerarse de derecha o de izquierda; prensa oficialista o prensa vendida; prensa de cobertura nacional o local; prensa “seria” o sensacionalista. Ya no parecen operativos estos criterios de rígida clasificación de la

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prensa en diferentes polos del espectro político, geográfico o informativo. Por ello es preciso adecuar los modos en que se concibe la prensa, conglomerado discursivo donde se conjugan elementos lingüísticos, semióticos y gráficos que dan como resultado periódicos de naturaleza diversa y cambiante.

3. La tipología propuesta La prensa, lejos de ser un discurso homogéneo, es un conglomerado de productos que, si bien comparten elementos esenciales, revisten características específicas, es decir, se trata en realidad de productos diversos, aunque similares. En función de esto, proponemos una tipología que, si bien podrá resultar excesiva para algunos, o insuficiente para otros, no aspira más que a proponer puntos de reflexión para quienes emprendan investigaciones basadas en el análisis del discurso periodístico Esta propuesta busca coadyuvar a la comprensión de las prácticas sociales de fabricación de la noticia y las condiciones de los participantes en la información, factores sobre los que Van Dijk (1990: 260) reclama una mayor investigación, tanto teórica como empírica. Es pertinente mencionar que la tipología se refiere a “prensa” y no a “periódicos”, pues un mismo periódico puede ser ubicado en distintas categorías, en el entendido de que una de ellas pueda ser la que lo defina más cabalmente. Es preciso también apuntar que no siempre habrá de tratarse de nuevos tipos de prensa, sino tal vez de que se han exacerbado las condiciones que definen algunos de los estilos de prensa existentes de tiempo atrás. Prensa con arraigo En tanto productos culturales, algunos periódicos suelen ser elemento emblemático de un país. Al trabajar con periódicos de esta naturaleza es importante no olvidar que, de antemano, estos medios se encuentran permeados de una suerte de legitimidad que les confieren décadas de labor periodística ininterrumpida. No sería aventurado suponer, además, que estos periódicos están ampliamente revestidos de los recursos simbólicos a los que Bourricaud (1988) llama “confianza social”, y que se refiere lo mismo a individuos o instituciones identificados o relacionados con el papel que desempeñan en la sociedad; tal podría ser en el caso de periódicos con una larga trayectoria en una comunidad específica. Los factores que influyen en esta confianza social no se reducen necesariamente al mayor o menor tiempo que un periódico tenga de permanencia en la escena nacional, como ocurre por ejemplo con El Universal, que se ha publicado en forma ininterrumpida en la prensa nacional, sino también a su papel protagónico en algunos episodios de la historia del país. Por ejemplo, sería difícil excluir a Excélsior, autollamado “el periódico de la vida nacional”, de una catalogación de prensa con arraigo, si bien no sería aventurado afir114


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mar que, en tiempos recientes, prácticamente vivía de la fama, cuando luego de varias crisis internas, en octubre de 2000 se disolvió como sociedad cooperativa. Fue adquirido fugazmente por Miguel Aldana Ibarra, empresario y antiguo jefe de la Interpol México, que en enero del 2003 se desistió de su oferta. En medio de constantes disputas por su dirección, un nuevo episodio de su historia se dio en meses recientes al ser adquirido por la cadena periodística de Mario Vázquez Raña. En el marco de las elecciones de 2006, este diario ha visto renacer su importancia, lo cual se hace evidente en el considerable aumento de sus ventas directas al público. Prensa identitaria Es evidente que muchos lectores se identifican con un periódico en particular y que les resultaría difícil cambiarlo. Este fenómeno se inscribe en un proceso mayor, de construcción de identidades. Por ejemplo, al comprar o portar uno de estos periódicos (como ocurre en ámbitos académicos con La Jornada) no obedece sólo a la necesidad de búsqueda de información o de opiniones, sino también a identificarse con otros actores sociales, con los que el lector asume compartir opiniones. Para el analista es importante tomar en cuenta estos patrones identitarios, pues le darán pistas sobre una importante dimensión pragmática a partir de la cual se construye la información u opiniones, en atención principalmente a la preconcepción de los que se suponen lectores asiduos o constantes del medio. Prensa detectivesca Las circunstancias actuales de la vida nacional, en la que no faltan acuerdos, pactos, alianzas o confrontaciones cotidianas entre quienes integran la clase política, convierten en terreno fértil la acción de periódicos que centran su fuerza de ventas en los hallazgos o primicias que los pongan al descubierto. Esto contrasta notablemente con la situación vivida por décadas en buena parte de la prensa mexicana, la cual, debidamente financiada con estrategias como el embute o “chayotazo” convertía en negocio el ocultamiento de la información. En los recuentos de historia de la prensa, con frecuencia se recuerda el trabajo que en 1974 realizaron Bob Woodward y Carl Bernstein, reporteros de The Washington Post, que dio lugar al surgimiento del escándalo de Watergate y la renuncia del presidente Richard Nixon, como una de las imágenes heroicas y pioneras de la prensa de investigación. En los años recientes en México, y luego de la apertura que supuso el nuevo orden político, son varios los casos en que un periódico ha puesto en jaque a las estructuras políticas. Fuentes Berain (2001) hace un análisis de este tipo de medios en “Prensa y poder en México”. La autora sostiene que los políticos no tienen un particular aprecio por los periodistas y por la prensa, y cita como ejemplos las denominaciones que los periódicos recibieron del presidente Vicente Fox quien 115


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los llamó el “círculo rojo” o “los contreras”, en tanto que Rosario Robles se refirió como “La Gestapo” a reporteros del periódico Reforma, en alusión a las varias ocasiones en que hicieron públicas irregularidades en su gestión como presidenta del Partido de la Revolución Democrática. Añade Fuentes Berain: “De manera que, el poder está resintiendo al contrapoder, y este fenómeno no empezó el 2 de julio del año 2000, muy a pesar de los afanes foxistas por explicar la historia nacional alrededor del momento de su elección”. Una solución “práctica” a las incomodidades que, para los políticos, pueda representar la prensa detectivesca la dio, en el 2001, Vicente Fox, durante su programa radiofónico semanal, al proferir virulentas e insólitas acusaciones a una prensa contraria a mostrarse complaciente con el poder. Así las registró un periodista de La Jornada (Venegas 2001): El presidente Vicente Fox tronó contra los medios de comunicación, especialmente los impresos. «Distorsionan la noticia, calumnian, engañan y mienten», acusó sin decir nombres. Y aprovechó la ocasión para -a través de su programa radiofónico semanal- instar a los ciudadanos a distinguir los medios que sí informan con veracidad. El ya lo hizo y por eso, subrayó, «ya dejé de leer una buena cantidad de periódicos, porque francamente me amargaban un poco el día».

La inédita acusación continuó: «Francamente hemos estado bajo una metralla impresionante de ataques, por una sarta de babosadas que no tienen la menor importancia para nuestro país...” Prensa panfletaria En la arena en que se encuentra convertido el escenario político del país, sobre todo en el marco de la contienda electoral del 2006, no es raro encontrar que la publicación de diversos medios sea un mecanismo para favorecer o afectar a algunos de los personajes públicos. Habría que atender con sumo cuidado estas informaciones u opiniones, que se encuentran sumamente mediatizadas por intereses específicos. En el caso de la prensa panfletaria, cabe pensar que ocurra lo que Risser (2001:365) advierte en los medios “independientes”, desde luego no tanto por su neutralidad política, sino por ser propiedad de una persona o empresa familiar o grupo reducido. Sus nexos con la comunidad y con los anunciantes (o, cabría añadir, con un grupo político), pueden convertirla en una tendenciosa estrategia para exhibir de manera grotesca sus animadversiones o franca rivalidad con sus contrincantes políticos. Cabría citar, como uno de los ejemplos más contundentes de esto, la enconada y grotesca campaña que La Crónica de Hoy ha emprendido de tiempo atrás en contra de Andrés Manuel López Obrador, hasta julio de 2005 Jefe de Gobierno del Distrito Federal y, a la fecha, uno de los candidatos con mayor preferencia entre la opinión pública, aunque claramente contrario a los intereses de poderosos grupos económicos. Se dice que gran parte del capital del periódico provino del expresi116


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dente Carlos Salinas de Gortari; su actual presidente es Jorge Kahwagi, boxeador y coordinador de la bancada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la Cámara de Diputados; su fuerza de ventas es mínima, aunque suele distribuirse de manera gratuita en varios espacios públicos. Prensa especializada En el panorama actual, la venta de casi cualquier producto encuentra en la diversificación de los consumidores una estrategia interesante. La prensa no se ha sustraído a esta tendencia y, consecuentemente, han subsistido los periódicos de información especializada. Sobre todo nos referimos a los que se consagran a la información financiera (El Financiero o El Economista), o deportiva (Record, Ovaciones). Resulta difícil pensar que un periódico pueda subsistir ofreciendo a sus lectores información limitada a un espectro de la realidad; no obstante, se establece una especie de complicidad entre el periódico y sus lectores para exprimir al máximo las posibilidades informativas monotemáticas. Por ejemplo, los periódicos deportivos ofrecen para la “afición” materiales estadísticos, puntajes, promedios, pronósticos, entretelones de diversas facetas del negocio deportivo: contrataciones, intercambios, rencillas, y otro tipo de informaciones y de opiniones que les garantizan el interés constante de sus lectores. Resulta sin duda interesante advertir cómo, tanto en los periódicos financieros como en los deportivos, el público meta es esencialmente masculino, y no existe hasta ahora un periódico especializado que pudiera considerarse exclusivo para mujeres. Prensa impredecible Hemos decidido incluir en esta tipología a la prensa que, merced a los vaivenes políticos y económicos que marcan la sociedad del México actual, ha perdido una de las características que, años atrás, eran sello distintivo de un periódico: se publicaban todos los días, con excepción claro está del 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre. Bajo la categoría de prensa impredecible, en cambio, se ubican periódicos que pueden o no ser publicados o, en caso de que efectivamente se publiquen, su distribución es incierta. Entre los ejemplos más representativos de esta categoría tenemos en los tiempos recientes al Uno más Uno, periódico que luego de sus años iniciales de gran esplendor y prestigio político, como uno de los proyectos surgidos de la salida en 1976 de un grupo de periodistas de Excélsior, se ha convertido en un incierto negocio familiar, de cuya publicación diaria no siempre puede estarse seguro. Ello, además de los retos que plantea para la construcción de corpus, influye sin duda en la forma como se da continuidad a las informaciones u opiniones en torno a un suceso determinado.

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Prensa “apolítica” En estos nuevos esquemas políticos, parece cobrar fuerza un estilo de periodismo que, fiel a los cánones de la prensa estadounidense que se ostenta como independiente de influencias gubernamentales, se pregone como prensa “apolítica”. Uno de los ejemplos más claros para esta categoría sería el hecho de que Reforma carece de editorial formal. Durante años, la publicación de editoriales ha sido uno de los más contundentes indicadores de la posición política que asume un diario, no sólo frente a un hecho específico, sino en todo el espectro político. Así, al no tener editorial, el periódico pretende no ser ubicado dentro de una esfera política determinada. En la vida real, sin embargo, la postura apolítica resulta cuestionable, ya que existen otros mecanismos que permiten saber hacia dónde se inclinan las tendencias políticas de un periódico. Podríamos citar, entre otros, el uso que se hace de secciones como “Cartas del lector” o la publicación de encuestas y sondeos, que al tener como materia prima un supuesto manejo “imparcial” de la información, pueden en realidad inclinar las opiniones hacia un lado u otro, a pesar de que el periódico como empresa pretenda ostentarse como ajeno a grupos de poder. Prensa de interés humano Entre los mecanismos que aparecen como innovadores se encuentran elevar al nivel de lo público la vida individual de ciudadanos comunes y corrientes, y no necesariamente cuando se trate de delitos, escándalos u otro tipo de transgresiones. Esto si bien tiene su aspecto positivo, al ver al pueblo como algo más que un ente amorfo, conlleva los riesgos de la disminución de oportunidades de acción colectiva. Resulta más inocuo difundir las percepciones, sentimientos o inquietudes de un ente individual (o su familia), disociado de su identidad como parte de un grupo social o político, que dar a conocer opiniones, reacciones o propuestas conjuntas, en busca de solución a problemas generales. Es la prensa de “interés humano”, relatos sobre seres humanos con los que el lector puede sentirse identificado. Este fenómeno puede emparentarse con la creciente popularidad de programas que, al estilo de Big Brother, pretenden convertirse en espejos para el lector, en una posibilidad de que se vea reflejado en la vida cotidiana de otros o que, al menos, se olvide por un momento de sus propios problemas. Prensa de la primera página o amarillista Desde que a principios del siglo XX hizo su aparición el Yellow Kid, las noticias de corte amarillista siguen siendo redituables. Mientras más descarnado y cruento sea lo informado, mientras más vísceras o mutilados sean capaces de describir en sus páginas, las primeras planas, las cabezas del terror, siguen convirtiéndose en un mecanismo que genera ventas. 118


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En el aciago panorama económico de ahora, y ante la cada vez menor costumbre por la lectura (de todo tipo de materiales, incluso del periódico), existe un tipo de prensa que prácticamente cada día sale a la calle en busca de compradores. El gancho evidente está en la primera página, y el material principal es lo sensacional, lo que escapa por completo de las normas establecidas; el tipo de información es diverso, puede ser de tipo político (por ejemplo, escándalos y corrupciones, de los que el México contemporáneo ofrece mucho material), desastres (huracanes, terremotos o cualquiera otra catástrofe), fenómenos dignos del anuario de Ripley, revelaciones de la vida íntima de personalidades. Ese solo encabezado, capaz de llenar las expectativas de una población ávida de información, que mediante la adquisición eventual de un periódico hace suya esa primera página o, incluso, ese primer encabezado, es todo lo que este tipo de prensa necesita para su subsistencia diaria. Prensa pasatiempo En cierta forma emparentados con la prensa amarillista, la que hemos denominado “pasatiempo” explota otro tipo de recursos: la exhibición de cuerpos, generalmente femeninos, para solaz de sus lectores. Buena parte de los diarios vespertinos pueden catalogarse en esta categoría. Cabe recordar, por ejemplo, cómo durante años la segunda edición de Ovaciones era adquirida, en buena medida, por los lectores masculinos ávidos de recrearse con la famosa “Página tres”, de la cual un buen porcentaje se destinaba a presentar fotografías de voluptuosas mujeres ataviadas con minúsculas o de plano inexistentes indumentarias. Prensa “catálogo” Al gozar todavía de un gran prestigio como medio de difusión las planas de los diarios suelen ser espacio privilegiado para la colocación de anuncios, a tal extremo que los anuncios parecen ser de mayor interés que la información o las opiniones. Tal vez, a diferencia de otras épocas, en que era común la venta de espacios pequeños (octavos o hasta dieciseisavos de página), algunos diarios comercializan en forma creciente planas completas. Así, comprar un periódico parece ser la posibilidad de enterarse de ofertas de centros comerciales, nuevos modelos de autos, equipos de cómputo o de telefonía celular, a tono con los moldes que se generan como producto de la economía global. Dentro de esta categoría cabría también la prensa que recurre en forma creciente a la inclusión de suplementos especiales de los más variados temas: moda, tecnología, autos, niños, universitarios, salud, belleza, gastronomía, entre una nómina creciente, y donde parece haberse erosionado por completo el sentido original de un periódico como aquel medio que cada 24 horas ofrecía información fresca y oportuna.

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Prensa híbrida, heterogénea o multimodal La creciente irrupción tecnológica de la que hablábamos antes y las facilidades que ofrece para el diseño y diagramación, ha dado lugar al surgimiento de periódicos cuyas características casi se asemejan a un portal de Internet. La función primordial del periódico, informar u opinar, parece quedar minimizada al encontrar en sus páginas un acervo completo de consejos, sugerencias, fotografías, mapas, gráficas, horóscopos, suplementos diversos sobre salud, computación, autos, niños, moda, computación. Este fenómeno hace recordar lo que ocurre con los teléfonos celulares de diseño cada vez más sofisticado: aparatos que son, al mismo tiempo, cámaras fijas o de video, radiorreceptores, reproductores de archivos en formato MP3, agendas, calculadoras, beepers, barómetros, despertadores para cualquier región del mundo, radiolocalizadores, pero que la fuerza de la costumbre nos hace identificarlos como teléfonos. Algo similar ocurre con algunos periódicos, que en ocasiones acompañan las secciones tradicionales del periódico con más de una docena de suplementos de variada naturaleza. Surge aquí el cuestionamiento de hasta dónde todo el acervo discursivo contenido en cientos de páginas puede considerarse como la construcción discursiva de la realidad inmediata. Esta categoría bien podría definir a los periódicos modernos, generalmente editados por empresas fuertes y cuya fuerza de ventas (directa, por suscripción o consulta en Internet) radica en la posibilidad de atraer simultáneamente a todo tipo de lectores: los amantes de lo sensacional, los grupos de intereses especiales en los deportes, negocios, alta sociedad. Esta propuesta se ajusta a la definición que Young (1986:119) ofrece del “periódico moderno”: “Su variada clientela refleja las diferencias individuales de una vida social y una estratificación social muy complejas”. Es común, dentro de este tipo de prensa, la inclusión de suplementos dirigidos principalmente a un público femenino, y que dan cuenta de bodas, cenas, despedidas de solteras, bautizos, de gente de la elite o de celebridades (del mundo del espectáculo, del deporte o aún de la política). “A falta de títulos nobiliarios […] estas noticias aumentan nuestra autoestima y nutren nuestra identificación con la gente bien’” (Young 1986:137). Dentro de este espectro, goza de gran aceptación la gama de información “negativa”, tales como divorcios, separaciones, escándalos, infidelidades, sobre todo en el caso de celebridades. La prensa virtual Contra las predicciones catastrofistas de que las nuevas tecnologías propiciarían la desaparición de las tradicionales, para algunos medios la existencia de Internet, lejos de representar competencia, se ha tornado en un importante aliado. De ser el villano de la película, Internet se ha convertido en el salvador de algunos medios impresos; de hecho, Roberts (2001:17) reporta 120


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que algunos periódicos están empleando sus sitios en Internet de una forma más rápida e imaginativa para mantenerse actualizados a toda hora, que los tradicionales portales de búsqueda, tales como Yahoo. Desde hace más de dos décadas, cuando la tecnología no se había instalado de forma tan avasalladora” Ong (1982: 134) preveía una situación similar: “el procesamiento y la distribución espacial de la palabra como secuencia, iniciados por la escritura y elevados a un nuevo orden de intensidad por la imprenta, son incrementados todavía más por la computadora, la cual aumenta al máximo el sometimiento de la palabra al espacio y al movimiento local (electrónico), y perfecciona la secuencia analítica al volverla virtualmente instantánea. La prensa “visual” Al emprender análisis de discurso resulta necesario atender no sólo al lenguaje escrito, sino también a todos los elementos que contribuyen a añadir sentido, y que a la luz de la introducción creciente de programas de diseño y al aumento de las capacidades de los equipos para la realización e impresión obligan al analista a estar atento a la forma como estos nuevos recursos inciden sobre el periódico como objeto. La complejidad del mundo moderno parece haber hecho estragos sobre el antiguo concepto de que siempre había una nota capaz de llevarse la nota de ocho columnas. Ahora ya no es difícil encontrar diseños de primera plana, donde hay dos, tres o más notas que, a juzgar por el tamaño de la letra y otros recursos tipográficos, tienen la misma importancia. También existen casos como el de La Jornada, en los cuales la contraportada cumple en ocasiones la función de primera plana alternativa. Kress y van Leeuwen (1998:187) advierten que existe una tendencia creciente en la que el texto escrito ya no se estructura por medios lingüísticos, por medio de conectores verbales u otros mecanismos de cohesión; ahora, en cambio, la escritura depende cada vez más del diseño, la disposición de bloques de texto, fotografías y otros elementos gráficos. Los periódicos, revistas, entre otros medios escritos, ya no son sólo escritos, sino que cabría referirse a ellos como “diseñados” o multimodalmente articulados. En estos nuevos textos, si bien lo escrito puede considerarse dominante, diversas funciones “prosódicas” o gramaticales son desempeñadas por recursos visuales. Sostienen que también podría operar un recurso contrario, en el que lo estrictamente lingüístico puede ver disminuida su importancia, incluso al extremo de que el mensaje se articule primordialmente a partir de lo visual. Por otra parte, la tradicional idea de que un periódico sólo muestra fotografía fija debería ser puesta a revisión si asumimos como un hecho cotidiano que en sus ediciones de Internet los periódicos presentan videos. Otra característica que cobra fuerza es la modificación de las “rutas de lectura” (Kress y van Leeuwen, 1998:206). A diferencia de diseños que podríamos considerar más tradicionales en la prensa, es creciente la introduc121


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ción de diseños abigarrados, donde es imposible detectar cuál ruta de lectura es la más plausible entre todas las que se ofrecen a la vista; se ofrece así a los lectores una prensa que merecidamente podría llamarse “interactiva”, aún antes de que se popularizara este término. Por último, cabe mencionar como una característica de esta prensa sus continuas modificaciones en el diseño. Atrás quedaron los tiempos en que, si algo era inamovible, era el diseño, nombre y logotipo del periódico. Esto desde luego no es azaroso. Cabe recordar que vivimos en una sociedad crecientemente visual; el lenguaje periodístico, construido en este contexto, “debe inventar, a veces, los elementos, los ritmos expresivos y las palabras, los medios y los “modos” de transmisión que más se adapten a la naturaleza del hecho observado” (Dallal, 2003: 52). Tal vez uno de los retos para los analistas, en caso de que la prensa que analizara pudiera adscribirse en esta categoría, será encontrar o por lo menos aproximarse al sentido, si es que lo tienen de forma intencional, de plecas, recuadros, pantallas, colores, variantes en la letra o en la disposición de los textos, entre otros muchos elementos tan socorridos en la actualidad.

Conclusiones Las reflexiones aquí presentadas en torno a una incuestionable nueva tipología de la prensa escrita, acorde con circunstancias sociales diversas, nos llevan a concluir que, antes de acometer un análisis, conviene reflexionar en que la prensa no es homogénea, sino que se trata de un producto complejo y sujeto a cambios constantes que se reflejan en diferentes niveles de uso de la lengua. En el nivel sintáctico, la palabra escrita dispone cada vez más de una mayor gama de recursos (tipográficos, de diseño, icónicos) y toda una amplia gama que contribuye de manera creciente a la construcción de sentidos. En un nivel semántico, el discurso periodístico es más que un medio para conocer la “realidad” construida como noticia u opiniones, y abarca una gama creciente de ámbitos de acción: actor político fundamental; elemento constructor de identidades; vehículo de educación informal; propagador y reflejo de valores y creencias globalizadas; producto multimodal e interactivo. Por último, en un nivel pragmático, podríamos considerarlo como un producto que sólo puede entenderse si se recurre una y otra vez a sus circunstancias de enunciación, sólo así podrá captarse en su creciente complejidad este producto discursivo que, por fuerza de la costumbre, todavía tendemos a identificar como una edición impresa, local o nacional que se renueva cada 24 horas, pero que avanza inexorable hacia nuevas dimensiones, en virtud de formas diversas de percibir el tiempo (la instantaneidad en que se difunde la información) y el espacio (los medios tienden cada vez más a ser productos globales).

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También dentro del mismo plano pragmático, cabe tener en cuenta el valor de la prensa en México, en una sociedad que se presume (en los dos sentidos del término, como anticipación y como ostentación) más democrática, al haberse demostrado en julio de 2000 la viabilidad de la alternancia en el poder. Así, la información y las opiniones que se difunden por medio de los periódicos se convierten en una valiosa herramienta para una sociedad que debe ser cada vez más participativa. Frente a ello, se plantea necesaria la tarea de los analistas, al estar atentos y reflexionar sobre los nuevos caminos que sigue el discurso periodístico.

NOTA 1 Nos referimos al episodio desencadenado cuando, en el noticiario “El Mañanero” (por cierto ya desaparecido), conducido por un locutor personificado de payaso, con el sobrenombre de Brozo, se presentó un video grabado en secreto que mostraba a René Bejarano, reconocido político del PRD (Partido de la Revolución Democrática), guardando en un portafolio fajos de billetes que le entregaba el empresario argentino Carlos Ahumada, quien luego sería acusado de contubernio con delegados del Distrito Federal. Estas imágenes fueron ampliamente usadas por grupos opuestos a la intención de Andrés Manuel López Obrador para contender por las elecciones del 2006.

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EVA SALGADO ANDRADE es Doctora en Lingüística Hispánica por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Maestra en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Profesora-investigadora de tiempo completo del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y profesora en la Unidad de Posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Coordinadora Académica del Postgrado en Antropología Social del CIESAS. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT y a la Academia Mexicana de las Ciencias. Especialista en análisis del discurso político y periodístico. Correo electrónico: esalgado@ciesas.edu.mx

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RESEÑAS

ÁLVAREZ MURO, ALEXANDRA. (2000). Poética del habla cotidiana. Mérida, Venezuela: Universidad de Los Andes. 225 pp. ISBN: 980-292-862-3. Confieso que la lectura de esta obra, precisamente cuando buscaba bibliografía sobre la relación entre discurso oral y escrito, me llenó de una gran satisfacción, la misma satisfacción que siente todo investigador cuando ve que otros comparten sus preocupaciones y puntos de vista. Este libro, de título quizás poco claro para quienes no se hayan adentrado en el trabajo investigativo de Alexandra Álvarez, es mucho más que un compendio de conceptos básicos de lingüística destinado a explicar a estudiantes universitarios cómo funciona y se organiza el discurso de la oralidad. En realidad, esta obra esconde un llamado muy claro a la comunidad de lingüistas a continuar una tarea que la autora, entre otros investigadores de Venezuela y el mundo, ha comenzado ya: la reivindicación de la oralidad frente a la escritura en el marco de los estudios del lenguaje. Alexandra Álvarez, para quien hacer lingüística no es más que hacer sociolingüística (Álvarez, 1996), nos recuerda que tanto lo oral como lo escrito son manifestaciones del habla y que, por lo tanto, el lingüista no puede limitarse al estudio del discurso escrito o al estudio del discurso oral con los métodos que se han venido empleando para analizar el escrito , ya que con ello se afianza el carácter de superioridad que a éste último se le ha venido confiriendo. Por esta razón, he decidido reseñar su obra a partir de este trasfondo crítico que la caracteriza para llegar a los conceptos que en ella se presentan, y no viceversa. En un apartado introductorio del libro, la autora nos explica el porqué de su título, a mi modo de ver intencionalmente alejado de lo que podría esperar un lector ávido de conceptualizaciones en el área de la lingüística. Álvarez establece un paralelismo entre la lengua en uso y la poética, presentando así al lenguaje como un proceso de creación o poiesis. Si bien no profundiza en la relación entre lingüística y poética ambas destinadas al estudio del lenguaje, según la autora , se pasea por algunas teorías y finalmente señala que si el lenguaje es parte de la vida misma, la lingüística debe también dar cuenta del placer que supone crear y recrear el mundo a través de los textos en la cotidianeidad. Para la autora, la oralidad, y no la escritura, es la modalidad básica del lenguaje. Es por ello que en su obra se limita a estudiar el lenguaje oral, específicamente el habla cotidiana. Sus planteamientos a lo largo del libro vienen acompañados de numerosos ejemplos tomados principalmente de dos corpus del habla cotidiana de Mérida, Venezuela (el de Domínguez y 127


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Mora de 1998 y el recogido bajo la dirección de Jacqueline Clarac, cuya fecha no especifica Álvarez en la obra), así como de otros tres corpus del habla de Caracas (el de Bentivoglio de 1979 y los de Bentivoglio y Sedano de 1977 y 1987). El libro se divide en seis capítulos. En los dos primeros se aborda el tema de la oralidad, primeramente en oposición a la escritura y después en lo que respecta a su organización y gramática. En el tercer capítulo se presentan las funciones del lenguaje tal y como se perciben en la comunicación cotidiana y se profundiza sobre la función referencial de éste. El cuarto capítulo abarca la función interpersonal del lenguaje, específicamente el tema de la estructura informativa y de la evaluación. Finalmente, en el quinto y sexto capítulo, se trata el tema de la función textual desde el punto de vista de la cohesión y de la organización del texto, respectivamente. El primer capítulo lo considero fundamental, pues en él la autora relaciona la oralidad con la naturaleza misma del lenguaje y critica el paradójico y tan afianzado uso de la escritura para abordar el estudio de lo oral. Me cautivó particularmente el tono sincero con que, como investigadora, Álvarez plantea la dificultad que supone para todo lingüista describir el discurso oral cuando se forma parte de una cultura escrita. La autora señala que algunos investigadores han establecido una asociación muy estrecha entre la escritura y el sistema de la lengua, asociando lo escrito con lo perfecto y lo oral con lo imperfecto, lo que ha redundado en un prestigio particular de la escritura. Si bien ésta última permite hacer más manejables los textos orales para su estudio científico, en realidad carece de los elementos necesarios para transcribir la oralidad. Así, el discurso escrito se ha convertido en un falso ayudante de las ciencias del lenguaje al que se le ha dado demasiado valor, cuando sólo constituye, en palabras de Álvarez, una faceta más del habla, una reciente compañera de la oralidad. A este prestigio de la escritura sobre la oralidad también han venido haciendo referencia otros autores como Blanche-Benveniste (1998) o Domínguez (2005), cuyas obras persiguen igualmente esta revalorización de la lengua oral en tanto exhortan a describir el sistema que la caracteriza y a definir su relación con el de la lengua escrita. Pienso que uno de los aspectos más valiosos de la obra de Álvarez lo constituye la coherencia con que busca reconciliarnos con la oralidad como lingüistas sin que sus ideas se queden en una simple utopía. En este sentido, considero muy apropiado que, en su investigación, la reflexión teórica venga acompañada de herramientas prácticas de análisis, tales como un tipo de transcripción que ayuda al lingüista a no “contaminar” los textos que se estudian con rasgos de la escritura ajenos a la oralidad. Precisamente, en el primer capítulo del libro la autora toca este tema de la transcripción, sobre el cual señala que si bien ésta es necesaria para poder estudiar la oralidad, el método que se emplee debería traicionar lo menos posible los rasgos que le son propios a ésta última mediante una perspectiva émica que en lugar de develar el 128


Reseñas

punto de vista del investigador refleje el del hablante. La utilización de la prosa y la elección de los signos de puntuación por parte del investigador harían menos objetivo el análisis, puesto que se perderían ciertos elementos de la oralidad que el hablante ha empleado para construir el sentido de su texto, como es el caso de la entonación. En este sentido, Álvarez plantea que la escritura no posee todos los elementos necesarios para reflejar las pausas, las unidades de la lengua oral o la entonación, y sugiere el uso de la transcripción en forma de verso con la unidad de información como unidad estructural para la oralidad. En este primer capítulo se describen también algunas diferencias entre el discurso oral y el escrito. Por una parte, se menciona la formulareidad, como rasgo propio de lo oral, entendida como la recurrencia de grupos de palabras para expresar una idea y muchas veces considerada impropia por ser menos frecuente en el discurso escrito. La autora explica que el hecho de que la escritura haya regido nuestro acercamiento al estudio del lenguaje ha desviado erradamente nuestras evaluaciones sobre el mismo: “Pensar desde la música y no desde la escritura, como se hizo, nos hubiera llevado más lejos en la comprensión de la lengua de todos los días” (p.28). Álvarez señala que la escritura supone una capacidad de abstracción, una forma distinta de pensar y de estructurar el discurso, pero no superior a la de la oralidad. Por otra parte, la autora relaciona la oralidad con la improvisación o noplanificación y la escritura con la preparación o planificación, aunque aclara que esta categoría es gradual y que la lengua oral puede ser tan estructurada y compleja como la escrita. En este sentido, encontré una relación con los planteamientos de Halliday (1987), para quien el discurso escrito no es más o menos complejo que el oral, sino que se trata simplemente de tipos diferentes de complejidad y de organización. Efectivamente, en la obra de Álvarez se aprecia la influencia que ejercieran los aportes de la lingüística hallideana. En este mismo orden de ideas, el primer capítulo se cierra con la descripción de la oralidad como intertexto. Álvarez señala que las formas orales y las escritas son diferentes, pero existen en un mismo mundo. Así, explica, algunos hablan como si estuviesen leyendo y otros escriben imitando la oralidad. Considero particularmente relevante esta percepción, compartida por Briz (1998) y Montolío (2000), según la cual existiría un continuo en el que se mueven los distintos tipos de texto en función de su grado de oralidad o escrituralidad, puesto que rompe con la poco conveniente, pero muy arraigada, concepción dicotómica entre discurso oral y escrito. En el segundo capítulo del libro Álvarez nos presenta una gramática de la oralidad que permite analizar la manera en que se organiza el hilo fónico. Explica la autora que el lenguaje hablado no se comprendería de no ser por los elementos prosódicos o suprasegmentales que el hablante sólo percibe como un todo y que el analista puede desglosar a la hora de caracterizar el discurso oral. Estos parámetros que, según la autora conforman la sustancia 129


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de la prosodia son la frecuencia fundamental, la entonación, la duración y la intensidad, la pausa, el acento y la sílaba. Estos elementos pueden ser interpretados en conjunto por el hablante debido a que la prosodia también tiene una serie de funciones por el hecho de formar parte de un sistema. Estas funciones que la autora describe en este capítulo de la obra son: la función cohesiva o integradora, la función delimitadora o demarcativa, la función pragmática, la función en la progresión de la información, la función como vehículo de la expresión afectiva, la función sociolingüística, la función expresiva y la función de manifestación de la cortesía. La autora retoma el tema de la transcripción y explica que la pausa, el ritmo y la entonación permiten organizar el hilo discursivo y contribuyen a hacer perceptible la estructura gramatical del hilo fónico; la pausa permite delimitar el hilo fónico; el ritmo transmite evaluación y emoción; y la entonación permite delimitar las unidades de información en el proceso de transcripción de la oralidad, ya que estas unidades cognitivas equivalen a las cláusulas, a las unidades de sentido y a las unidades de entonación en los planos de la sintaxis, la semántica y la fonética, respectivamente. En el tercer capítulo Álvarez comienza a introducir el tema de las funciones del lenguaje que continúa desarrollando hasta el final del libro. El título del capítulo (“Mundo y coherencia”) recuerda una vez más al investigador experimentado, y deja bien claro al estudiante que se inicia, que la base de la función referencial es la relación entre lenguaje y vida en sociedad. Así, el proceso de dar sentido a un texto es un fenómeno social, dinámico, de negociación, en el que los hablantes se entrenan diariamente. La autora hace énfasis en que la coherencia de los textos depende del contexto y de los saberes previos de los hablantes, los cuales se archivan de diferentes maneras. Explica que cuando estas señales de contextualización no se comparten, se producen las incomprensiones, pues sólo se puede ser coherente dentro de un sistema de creencias. Además de estos conocimientos previos y las claves de contextualización está el paso (footing) o tono que indica la manera como debe entenderse una situación de habla, por ejemplo a través de la prosodia. Continuando con el tema de la coherencia, Álvarez señala que la comprensión mutua se va negociando entre los hablantes en diferentes niveles: la cultura en la que viven, la situación en la que se encuentran y el mismo texto que van construyendo. Así, se puede hablar de tres tipos de coherencia: la coherencia cultural basada en el hecho de que los saberes adquiridos en el medio en el que se desenvuelven los hablantes y su propia visión de mundo son los que les permitirán interpretar ciertos significados ; la coherencia situacional ubicada en el entorno físico y psicológico en el que ocurre el uso lingüístico, y, por ende, condicionada por el estilo de vida, el gusto y las creencias que forman parte de la vida en común ; y la coherencia intratextual producida en el texto mismo, debido a que los diferentes tipos de texto exigen 130


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mecanismos de comprensión diversos por presentar esquemas estructurales o un número de elementos cohesivos diferentes. Álvarez señala que en el proceso de coherencia contribuyen factores que corresponden a distintos niveles de comunicación: la prosodia, la organización textual, la progresión temática, la alineación entre los hablantes, entre otros. Concluye el capítulo hablando de la existencia de una coherencia poética que puede generarse a través de ciertos rasgos como el balance semántico y sintáctico entre las líneas, la estructura temática, el ritmo, el foco de la información, la estructura métrica, entre otros. El cuarto capítulo está dedicado a la función interpersonal del lenguaje, es decir, a los mecanismos de que se valen los participantes del acto comunicativo para aparecer en el texto que construyen. Álvarez explica que los hablantes se hacen presentes en los textos a través de la manera en que organizan la información y mediante la evaluación. Vuelve a hacer énfasis en el carácter dinámico de la construcción textual, basada en el hecho de que el hablante produce un texto pensando en un interlocutor determinado. Así, la estructura informativa viene dada por la manera en que el hablante ordena las palabras y por la entonación que emplea para adecuar el texto a su oyente. La evaluación, por otra parte, supone la “irrupción de lo emocional en el discurso”. Explica la autora que la evaluación se da en todos los tipos de texto y en todos los niveles del lenguaje. En el nivel de la fonética, la evaluación se da a través del énfasis, del ritmo y de la entonación. En el nivel sintáctico, se hace presente a través de la desviación de las formas no marcadas. Los cuatro elementos sintácticos que pueden alterar la cláusula narrativa básica laboviana y generar evaluación son: los intensificadores, los comparadores, los correlativos y los explicativos. Finalmente, señala la autora que también hay evaluación en el modo como el narrador presenta los acontecimientos, es decir, en lo que la crítica literaria ha llamado “el punto de vista”. Dedica un amplio apartado a este tema, basada en el hecho de que la evaluación ha sido estudiada principalmente en la narración, aunque confiesa que se puede encontrar en cualquier tipo de discurso. Concluye el capítulo con interesantes planteamientos sobre el papel de la risa en la evaluación discursiva. En el quinto capítulo, la autora se refiere a la función textual del lenguaje. Se trata de la función que permite pasar del sistema al habla y mantener la armazón de los textos. La autora muestra cómo se tejen los lazos cohesivos que forman la textura del habla cotidiana. Describe el concepto de textura y explica que en ésta pueden distinguirse dos tipos de redes semánticas: las que se refieren al contexto (registro y estilo) y las que se dan dentro del texto (cohesión). Se detiene en las diferencias entre coherencia y cohesión, así como en los elementos de las estructuras léxico-semánticas y sintácticas de los textos, lo cual complementa con interesantes comparaciones entre el habla de Caracas y de Mérida. También desarrolla el tema de los recursos y mecanis-

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mos poéticos y retóricos de la cohesión (ritmo, paralelismo y métrica, entre otros). El sexto y último capítulo prosigue con el tema de la función textual del lenguaje, pero trata específicamente sobre la manera en que se organiza la lengua en uso en un nivel superior. Se habla de los órdenes discursivos (formas de texto relacionadas con su contenido comunicativo) y de tipos de texto (agrupados por características estructurales similares). Con base en los aportes bahktinianos sobre la intertextualidad, Álvarez distingue entre dos órdenes discursivos básicos: el narrativo (monológico) y el expositivo (dialógico). Describe las estructuras narrativas, con alusión específica al relato y a la descripción en textos de Mérida, tanto de la zona rural como de la ciudad, para lo cual emplea numerosos ejemplos ilustrativos. Posteriormente desarrolla el tema de las estructuras expositivas, y toma la definición y la argumentación como tipos de texto correspondientes a este orden discursivo. Nuevamente, abundan los ejemplos tomados de los corpus, ricos en cotidianeidad venezolana y en los cuales la autora identifica determinadas estrategias discursivas. Finalmente, se describen las formas de organización micro que estarían relacionadas con el estilo del habla cotidiana de Mérida. La autora presenta las figuras de construcción y de sustitución más encontradas en el habla merideña y hace referencia a la presencia de la figura poética del “paralelismo”, fundamentalmente hallada en las clases más bajas, es decir, en aquellas que tienen un menor contacto con la escritura. Si tuviese que mencionar alguna debilidad de esta obra, diría que para mí la manera en que se organizó el capítulo seis resulta un poco confusa. Por ejemplo, el apartado 6.1 se titula “Órdenes discursivos y tipos de texto” y el 6.2 “La organización global. Superestructuras”. A primera vista resulta un tanto difícil concebir estos dos subtítulos en un mismo nivel, a lo que se suma el hecho de que el segundo de estos dos apartados trata sobre los tipos de texto. Sin ánimos de considerar erróneo su empleo, pienso que tal vez los subtítulos podrían haber sido más claros en términos de la orientación del lector. También debo mencionar un error de forma que aparece en la introducción, donde se hace referencia a las subdivisiones del libro, pues la autora habla de cinco capítulos y de que el último está dividido en dos partes. Sin embargo, el índice y la numeración del libro presentan seis capítulos, aunque los dos últimos están íntimamente relacionados e incluso identificados con dos números romanos (I y II) que persiguen separar en dos partes la descripción de la función textual del lenguaje. Por lo demás, considero que se trata de una muy interesante obra que anima a continuar trabajando para desarrollar las herramientas que tanta falta hacen para estudiar el discurso oral, igual de importante que el escrito. Finalmente, quisiera decir que la relación que establece la autora entre su trabajo de investigación y su motivación y aplicación didáctica me confirma el hecho

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de que para esta investigadora el estudio del lenguaje no es más que el estudio de la vida misma y me compromete aún más con la desafiante tarea que significa el estudiar el discurso desde la ciencia, pero para la sociedad. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ÁLVAREZ, A. (1996) ‘La sociolingüística del español de Venezuela: algunas reflexiones metodológicas sobre lo que se ha hecho y lo que podría hacerse’, Lengua y Habla. Mérida: Revista del C.I.A.L, 1: 8-20. En Internet como: (http://www.ing.ula.ve/~lourdes/alexa.html) BLANCHE-BENVENISTE, C. (1998) Estudios lingüísticos sobre la relación entre oralidad y escritura. Barcelona: Gedisa. BRIZ, A. (1998) El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática. Barcelona: Ariel. DOMÍNGUEZ, C. (2005) Sintaxis de la lengua oral. Mérida: Universidad de Los Andes. HALLIDAY, M.A.K. (1987) ‘Spoken and written modes of meaning’, en R. Horowitz & S. J. Samuels (eds.), Comprehending oral and written language, pp. 55-82. New York: Academic Press. MONTOLÍO, E. (2000) Manual Práctico de la escritura académica. Barcelona: Ariel.

Ainoa Larrauri ainoalarrauri@yahoo.com

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RENKEMA, JAN (2004). lntroduction to discourse studies. Amsterdam, John Benjamins Publishing Company. 363 pp. ISBN: 90 272 26105 (versión tapa dura), ISBN: 902723221 0 (rústica). lntroduction to discourse studies es la reedición corregida y aumentada del libro Discourse Studies: An introductory textbook de Jan Renkema, publicado en el año 1993 por John Benjamins Editors y traducido al español por editorial Gedisa1. Del mismo modo que en su primera versión, este libro nos introduce en el mundo de los estudios del discurso a partir de un ejemplo claro y simple, pero que nos expone la complejidad que supone comprender hasta las expresiones más simples y cotidianas de nuestra vida. A partir de ejemplos se plantea toda una serie de preguntas orientadas a cuestiones que van desde lo metodológico (o sea a plantearnos cómo abordar el análisis de un texto) a cuestiones teóricas. Problemas como el de los malentendidos, cómo se interpreta una expresión, cómo asignamos coherencia a un texto, son abordados desde diferentes perspectivas: cognitiva, social, antropológica o psicológica, entre otras. ¿Cuál es el destinatario de este libro? El mismo autor aclara en la introducción que este libro va dirigido a estudiantes o profesionales interesados en iniciarse en el análisis del discurso; aunque sus lectores modelos sean estudiantes o docentes de lingüística. El objetivo que guía la estructura de esta publicación es el de brindar un panorama global y abarcador, no sólo de los diferentes aspectos que involucra el uso del lenguaje en un contexto dado, sino también de los modelos de análisis que aportan las diferentes teorías sobre estos temas. Para organizar la exposición, Renkema recurre a la dupla conceptual «forma/función», colocando en ese punto a la lingüística como eje a partir del cual se articula la presentación de los diferentes problemas. El libro se estructura formalmente en quince capítulos distribuidos en cuatro partes: General orientation, Backpacking for a scientific journey, Special modes of communication, Special interests. Como en la primera versión (Introducción a los estudios sobre el discurso) cada capítulo aborda una cuestión particular y los diferentes enfoques teóricos a la misma, incluyendo ejemplos, ejercicios y la bibliografía básica sobre los temas tratados. Es importante aclarar que las dos versiones presentan algunas diferencias importantes, como la incorporación de nuevos contenidos (los temas que se plantean en la cuarta parte no se hallaban en la edición de 1993), la redistribución de algunos tópicos en capítulos diferentes y la revisión de algunos problemas. La primera parte del libro y como lo indica su título, General orientation, aborda cuestiones generales pero fundamentales, tomando como punto de partida la definición de comunicación. El autor lo hace desde una noción pragmática del tema, ya que el papel que juegan la noción de contexto y de 134


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acción son básicas y excluyentes para definirlo. En este capítulo se realiza una presentación clara y sencilla de los conceptos más importantes de la teoría de actos de habla, de la relevancia, de la cortesía. En esta presentación, Renkema considera a estos conceptos como constitutivos del proceso de comunicación. La segunda parte del libro, Backpacking for a scientific journey, se diferencia notablemente de la anterior por dejar de lado cuestiones generales para pasar a analizar las propiedades lingüísticas de los discursos. En particular, los conceptos que definen al texto como unidad de comunicación y su relación con el contexto. También se hace referencia, entre otros temas, a los conectores, la cohesión, la coherencia, la estructura retórica, el estilo, etcétera. En tercer lugar, Special modes of communication, se plantea el problema de la clasificación de los discursos y se realiza una introducción a las características de la interacción conversacional y el Análisis de la Conversación, al discurso informativo, la narrativa, la persuasión y la argumentación, desde enfoques, socio, psicolingüísticos y pragmáticos. La última parte del libro, Special interests, se subdivide en tres capítulos: el primero destinado a enfocar el estudio del discurso desde la cognición; el segundo, desde las instituciones; y el tercero, de la cultura. Esta última sección constituye un aporte nuevo de Renkema con respecto al libro original. Estos capítulos representan un interesante aporte ya que tienen como objeto exponer las tres principales áreas de investigación del discurso y sus proyecciones actuales. El capítulo sobre cognición se centra en una cuestión fundamental: qué ocurre en nuestra mente en el momento de producir y comprender un texto. Retoma para analizar este tema diferentes modelos que abordan esta problemática; los diferentes enfoques: el texto como proceso y como producto; los aspectos y modelos de procesamiento, para terminar haciendo referencia a la metáfora como dispositivo cognitivo que nos permite aprehender la experiencia. A diferencia del capítulo anterior, Discourse and Institution plantea otro tipo de cuestiones. El interés recae específicamente en la relevancia de la situación comunicativa como condicionante de la producción discursiva. En este caso particular, el uso del lenguaje en contextos institucionalizados. Por eso, no sólo abordará el problemas de los roles, sino también las relaciones de poder y expondrá algunos casos puntuales como el discurso legal, el político, el de los Medios, el de la salud, entendidos como discursos fuertemente condicionados por la institución. En el último capítulo, Discourse and culture, Renkema hace una muy breve mención de los estudios antropológicos de Edward Sapir y Benjamín Whorf, para retomar la hipótesis Sapir-Whorf y abordar el problema de la relación lenguaje y pensamiento. A partir de ella, introduce el Análisis Crítico del Discurso como perspectiva de análisis y algunos de los temas que han sido 135


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de particular interés para este amplio campo de estudio del discurso, por ejemplo, la manipulación ideológica y la discriminación racial o el lenguaje sexista por el género en los discursos. Cada capítulo del libro tiene autonomía con respecto al resto y puede ser leído en forma aislada. Como decíamos más arriba, este modo de presentar los temas puede verse como una ventaja si es pensado con fines didácticos y utilizado por un docente que guíe la lectura y aclare los supuestos que se ponen en juego en cada uno de los enfoques teóricos desde los que se abordan los temas. Esta estructuración del contenido puede ser, para estos casos, de gran utilidad ya que no obliga al lector seguir la línea narrativo-argumentativa que supondría un texto que concatenara cada una de estas secciones. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la vinculación acrítica de conceptos sin una clara definición de los puntos de coincidencias y divergencias pueden llevar a generar serios problemas de índole teórica y metodológica. En términos generales, puede decirse que la propuesta de Renkema de proyectar un trabajo de esta magnitud tiene sus pros y sus contras. Por un lado, las expectativas del lector no se verán defraudadas en tanto que se encontrará con un libro que si bien no se caracteriza por una profunda reflexión sobre los temas, sí ofrece una mirada exhaustiva que releva cuestiones discursivas fundamentales y las principales corrientes que las trabajan. Lo que parece una descripción un tanto fragmentaria de teorías y sus conceptos sobre el discurso responde al propósito de describir un amplio campo de estudio marcado por la variedad de enfoques, métodos y objetos de estudio vinculados al uso del lenguaje, dentro de los que se incorporan no sólo la lingüística, sino también la literatura, la ciencia de la comunicación, la psicología, la sociología, la filosofía, la retórica, la estilística, la pragmática, entre otras. En ese sentido cabe destacar que resulta evidente que el autor adopta una postura multidisciplinaria para el estudio de los discursos. Como desventaja, la amplitud de enfoques conlleva la simplificación de los temas y, en algunos casos, a la convivencia acrítica de concepciones teóricas diferentes. Esto último parecería ser uno de los factores más discutibles del libro en tanto que, como introducción, es un texto dirigido a un público que se inicia en estos temas y que fácilmente puede llegar a confundir este diálogo entre teorías y no reconocer que se están presentando diferentes modos de mirar un mismo objeto. Este hecho puede llevar a pensar que lo que se lee, en realidad, es una posición teórica que admitiría la confluencia de conceptos que provienen de marcos teóricos muy diferentes e, incluso incompatibles, como si fueran complementarios. A pesar de este problema, lntroduction to discourse studies constituye un excelente punto de partida para una comprensión general y básica del amplio campo de temas, intereses y enfoques que propone la lingüística y el análisis del discurso.

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NOTA 1 La versión en español fue titulada Introducción a los estudios sobre el discurso y publicada en 1999.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS RENKEMA, I. (2000) Introducción a los estudios sobre el discurso. Barcelona: Gedisa. RENKEMA, I. (1993) Discourse Studies. An introductory textbook. Amsterdam: John Benjamins Publishing Company.

María Valentina Noblia mvnoblia@filo.uba.ar

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WILLIAMSON, RODNEY Y DE DIEGO, FERNANDO (2005) Verbo e Imagen en la Telenovela mexicana. Ottawa: LEGAS. 347 pp. IBSN: 1- 89450857-2 La popularidad que ha obtenido la telenovela latinoamericana en el mundo entero nos hace pensar en la propagación del melodrama como género. La telenovela se ha convertido en un producto televisivo de gran recepción dentro de un público que sobrepasa las categorías de las amas de casas, las abuelas y el personal de servicio doméstico y, poco a poco, se ha convertido en el espacio insustituible de una teleaudiencia heterogénea y en horarios diversificados. La acción y la emoción se entrelazan en una trama irreal donde, en los capítulos finales, los buenos triunfan por virtuosos y los malvados son castigados sin piedad. Las telenovelas han sido objeto de muchos comentarios y notas del periodismo de farándula en diarios y revistas, pero poco se ha escrito e investigado sobre su lenguaje y la naturaleza discursiva que la caracteriza. Por eso, el texto que hoy presentamos es un intento, muy acertado de Williamson y De Diego, de ofrecer un profundo análisis de la telenovela como acto comunicativo y como semiosis, definiéndola como el género cuyo potencial es capaz de representar y dinamizar el flujo de la vida cotidiana. Con Verbo e imagen en la telenovela mexicana, los autores presentan los resultados finales de un proyecto que se realiza en asociación con una investigación internacional denominada Difusión Internacional del Español en la Radio, la Televisión y la Prensa (DIES-RTP) dirigida por el Dr. Raúl Ávila en el Colegio de México. El libro organiza su contenido en una introducción, dos capítulos en donde se exponen la fundamentación teórica de la investigación y sus resultados, un apartado para las conclusiones y, finalmente, los anexos y la bibliografía consultada. En la Introducción, los autores asumen que la telenovela es un acto comunicativo, razón por la cual su investigación se centra en ese programa televisivo en particular y no hacia otros programas como los noticieros, las películas o las series culturales. Apoyados en los planteamientos de Mazziotti (1993)1 y Martin-Barbero (1995)2, Williamson y De Diego, se refieren al potencial que posee la telenovela para representar el peso de la vida cotidiana, puesto que es un género vivo, dinámico, que evoluciona y se diversifica. Dado que la telenovela refleja la vida cotidiana, la comunicación entre sus personajes define las características propias de este género discursivo. Lo importante en la telenovela es el componente dialógico, más que los hechos o eventos que conforman su trama narrativa. Los autores definen la telenovela como «un drama televisado en forma de serial cuyos episodios, numerosos por definición, se proyectan con marcada frecuencia: varias veces a la semana, si no todos los días» (Williamson y De 138


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Diego, 2005: 12) y la caracterizan como una serial de estructura cerrada que, según Allen (1995: 6-7), tiene un desenlace en el episodio final de la trama y, a lo largo de las escenas, va acumulando elementos y mantiene ocultas ciertas verdades que sólo se develan al final. Son seriales donde el televidente manifiesta una reacción al final de la telenovela, no obstante, es una reacción no sorpresiva ni inesperada, puesto que la telenovela le va dando a lo largo de la trama los elementos necesarios para que realice presuposiciones e inferencias sobre lo que habría de acontecer. Los autores destacan que la telenovela en México ha crecido de manera progresiva desde los años 80, pero más todavía a partir de 1990, cuando la privatización de la empresa televisiva permite que en México se rompa el monopolio de Televisa, cuando surge la compañía TV Azteca y se inicia la competencia nacional e internacional con las telenovelas de exportación. Ese impulso de creciente globalización y el éxito que poco a poco va cosechando la telenovela mexicana tanto dentro como fuera del territorio nacional, son dos elementos importantes en el panorama de evolución del género telenovelesco que se intenta explicar en el libro. Para finalizar la introducción, los autores describen brevemente lo que constituyó el corpus de la investigación. Para dicho corpus se seleccionaron dos telenovelas mexicanas que se proyectaban en la programación de 1997. «Mirada de Mujer» de TV Azteca y «Desencuentro», transmitida por Televisa. En ambas se transcribieron cinco horas de grabación de un total de 91 escenas en el caso de «Mirada de Mujer» y 171 escenas en «Desencuentro». Esta marcada y significativa diferencia entre el número de escenas pese a ser el mismo tiempo de horas de transcripción obedece, según el análisis que realizan los autores, a la diferente orientación dramática de las dos telenovelas. «Desencuentro» posee un mayor contenido visual, mayor número de personajes y escenas cortas, mientras que en «Mirada de Mujer» destaca más el desarrollo de los personajes y las situaciones dramáticas. «Mirada de Mujer» es una representación «realista» de la vida cotidiana según sostienen Williamsom y De Diego, pues carece del final melodramático tipo «narrative closure», en el que, según Allen (1995), los protagonistas resuelven todos sus conflictos y terminan felizmente unidos. Esta telenovela pretendió ser novedosa en la época de su estreno, pues tocaba temas de interés, rara vez tratados, desde una perspectiva feminista. «Desencuentro», por su parte, es la historia de dos espacios plenamente diferenciados desde el punto de vista social y geográfico, donde los personajes de ambos mundos se unen a través de un personaje de la trama que busca la verdad de su pasado, impulsado por deseos de venganza. Con este preámbulo interesante, nos sumergimos en la lectura del libro que ofrece, en el Capítulo 1 titulado Verbo, dos apartados. En el primero, los autores exponen las hipótesis y las orientaciones teóricas, y en el segundo presentan los resultados del análisis desde una orientación lingüística. 139


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Las preguntas de investigación que orientan este trabajo se formulan de la siguiente manera: 1. ¿La telenovela es realmente un género? 2. ¿Cuáles serían los rasgos uniformes o típicos de la telenovela, si es que los tiene? 3. ¿Se puede sustentar la tesis de una oralidad primaria en la telenovela? Estas interrogantes constituyen el punto de partida del análisis y para responderlas los autores consideran que sus orientaciones teóricas deben fundamentarse en una lingüística que dé cuenta de las relaciones que se establecen entre palabras, usuarios, contexto y procesos de enunciación. Por lo tanto, sus orientaciones teóricas tienen dos vertientes: una sustentada en la lingüística sistémica de M.A.K. Halliday (1978) y la otra sustentada en la semiótica social de Hogde y Kress (1998). Un concepto sumamente importante dentro del estudio que realizan Williamson y De Diego, es el concepto de género (genre) que se desprende de las consideraciones de Hodge y Kress (1998: 6-7), para quienes «genre, therefore represents one semiotic category that codes the effects of social change, of social struggle». De la misma manera, Williamson y De Diego (2005: 25) afirman que el género «es una práctica comunicativa y social que depende de reglas, de principios de autoridad y procedimiento». Para una mayor comprensión de este concepto y sobre todo para dar respuesta a la interrogante de si la telenovela es realmente un género, los autores recurren a los planteamientos de Swales (1990), Bhatia (1993), Fairclough (1995) y Halliday (1978)3, para afirmar que la telenovela es un género narrativo que se divulga por medios televisivos y que posee particularidades propias de su género discursivo, aunque los modelos de producción audiovisual en cada país sean diferentes. Basándose en esta definición, los autores plantean un modelo de análisis genérico que contiene tres partes fundamentales: el mundo del discurso, la función genérica básica y la dimensión textual. En el mundo del discurso se encuentra lo oral, representado en los diálogos e interacciones de los personajes, y lo escrito, representado en el guión y todas las estructuras lingüísticas que permiten hablar de un prototipo en la telenovela. La función genérica básica es la de narrar, aunque pueden presentarse funciones sub-genéricas como la de enseñar, persuadir e informar. En esta parte, los autores exploran también los conceptos de género, registro y marco, aplicados a la telenovela. El género se refleja en la obra completa, donde se integran el contexto, el tiempo, el espacio y los participantes con sus intenciones comunicativas. Los marcos, según Fillmore (1977), Van Dijk (1981) y Paltridge (1997), son segmentos coherentes que representan conocimientos acerca del mundo y de la experiencia humana (acciones, percepciones, lenguaje) mediante los cuales comprendemos el mundo. El guionista, 140


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que se ubica en el mundo del discurso, activa los marcos a través de texto (el guión) que muestra escenas de rituales sociales entre los personajes (fiestas, bodas, encuentros sociales, viajes) y conceptos sociales tales como el amor, el odio, la venganza, el trabajo, la maternidad, entre otros. El registro, que también se manifiesta a través del texto, muestra los estilos y campos léxicos a los que recurren los personajes en sus diferentes interacciones dentro de la trama novelesca. De este modo, género, registro y marco se constituyen en espacios semánticos que permiten a los personajes diversas interacciones estructuradas en conversaciones, y a los receptores les permiten realizar el proceso interpretativo de la telenovela como género de narración episódica. La dimensión textual corresponde a la estructura que tiene la telenovela en su totalidad al poder subdividirse en episodios, escenas y sub-escenas. Estas tres partes o dimensiones que establecen Williamson y De Diego, como estructura jerárquica de la telenovela, nos permiten entender que ésta como género dramático establece una articulación de varios aspectos que en conjunto son los que aportan su particularidad genérica. La telenovela conjuga el mundo oral con el escrito en una función básica que narra episodios de la vida cotidiana, que muestra campos léxicos y estilos que se asocian al mundo que intenta representar y a la vez refleja marcos cognoscitivos que ayudan a entender dentro de las escenas las interacciones sociales, los conceptos, los valores que intenta mostrar la trama a través de los personajes individuales. Pero, sobre todo, la telenovela posee cierto grado de hibridación genérica al permitir la articulación de sus episodios con elementos publicitarios que se encuentran fuera de la trama narrativa y por ende poseen funciones diferentes a la narración. Las pautas publicitarias, aunque se encuentren fuera de la trama novelesca, permiten regular el ritmo de los episodios y articular a la telenovela con un discurso mayor que es el de los medios. En el segundo apartado del Capítulo 1, los autores presentan los resultados del análisis de la organización lingüística de las dos telenovelas con la intención de comprobar las dos interrogantes restantes de las previamente formuladas. El análisis se realizó considerando las siguientes categorías: identificación de palabras más frecuentes, presencia de pronombres posesivos y personales, verbos más frecuentes, presencia de oraciones accionales y relacionales. El propósito de este análisis era comprobar si efectivamente en su estructura lingüística, la telenovela poseía situaciones discursivas en las cuales se observaran estereotipos asociados a estilos, campos léxicos y/o temáticas abordadas. Los resultados arrojaron en ambas telenovelas lo siguiente: • predominio de la referencia personal en 1ra persona, relacionada con la modalización • uso predominante de formas verbales en tiempo presente 141


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• tendencia al uso de verbos de acción física y mental Estos resultados permiten comprobar que el lenguaje de las telenovelas tiene un tono personal que se constituye como rasgo prototípico de este género. Para comprobar la tercera hipótesis los autores recurren a los indicadores propuestos por Chafe (1979, 1982)4 y a los rasgos que Ong (1982)5, identifica como definitorios de la psicodinámica de la oralidad. De la aplicación de estos indicadores y rasgos, los autores concluyen que: 1) Es difícil establecer una distinción tajante entre lo oral y lo escrito en la telenovela ya que el carácter oral no implica exclusivamente el uso de un lenguaje de naturaleza coloquial. Más bien se debe hablar de un equilibrio entre tendencias orales y escritas en la construcción textual de la telenovela. 2) Las expresiones coloquiales observadas en ambas telenovelas tienen una función diferenciadora desde el punto de vista social y generacional y marcan el carácter individual de los personajes dentro de la trama. Al cerrar este primer capítulo, debemos señalar que el análisis realizado por los autores es sumamente minucioso y aporta suficientes elementos lingüísticos y teóricos para responder a las preguntas que se plantearon a lo largo del estudio. El Capítulo 2 se titula Imagen y nos presenta el análisis de la organización visual de la telenovela y sus relaciones con el contenido verbal. El propósito de los autores en esta sesión es precisamente comprobar si los elementos visuales de la telenovela contribuían verdaderamente a dar significado a las escenas y episodios para poder hablar de una estructura multimodal; o si por el contrario, estos elementos visuales sólo se articulaban como contexto de apoyo a lo verbal. Para ello los autores emplean el modelo de Kress y van Leeuwen (1996) en el que se consideran tres elementos: information value (valor informativo), salience (prominencia) y framing (enmarcado), pero destacan que los más relevantes para el caso de la telenovela serán el enmarcado y el valor informativo. En el enmarcado se consideran todas las líneas o vectores que actúan como separadores de los componentes del espacio visual. En el valor informativo, se destaca la polarización en sus dimensiones vertical/horizontal, derecha e izquierda, arriba y abajo, las cuales adjudican desde el punto de vista semántico un valor diferente a la información. Según Kress y van Leeuwen (1996, citado por Williamson y De Diego, 2005: 84-85), la polaridad derecha/izquierda se asocia con la información dada e información nueva que se maneja paralelamente a nivel oracional como 142


Reseñas

tema/rema. Mientras que lo que se ubica arriba/abajo representa la diferenciación entre lo ideal opuesto a lo real. El análisis de las imágenes, aplicando los parámetros correspondientes a la multimodalidad, arrojó los siguientes resultados: • La polaridad izquierda/derecha constituye en la organización visual de ambas telenovelas un elemento importante, pues, en las conversaciones diádicas, la ubicación de los personajes hacia uno u otro lado permiten conocer quién controla la temática. • La polaridad izquierda/derecha suele demarcarse también mediante framing colocados en la escena (postes, rejas, paredes, puertas, etc.). El desplazamiento de los personajes dentro de la escena, traspasando las barreras separadoras, es indicador de elementos significativos en la trama narrativa. • La polaridad izquierda/derecha se relaciona con el elemento verbal de manera flexible y polisémica, pero se destacan el contraste entre tema y comentario, por ejemplo, un personaje ubicado a la izquierda ejerce el control de la escena e introduce los temas que permiten el avance de la trama narrativa, mientras que otro personaje, ubicado a la derecha, comenta estas informaciones nuevas. En esta polaridad izquierda/derecha también puede darse el contraste entre información dada y nueva y las transacciones. Por ejemplo, un personaje inicia los temas desde el lado izquierdo y, del lado derecho, otro personaje ofrece informaciones nuevas. Las transacciones tienen que ver con la subordinación que pudiese existir en una escena donde el contenido verbal está sujeto completamente a las acciones no verbales. Estas transacciones siempre se inician desde el lado derecho. • La polaridad arriba/abajo se utiliza para demarcar relaciones de poder entre los personajes, marcar distancias sociales entre ellos o simplemente destacar las ventajas de uno sobre el otro dentro de la escena. • En la dimensión de profundidad, la utilización de los planos en ambas novelas permiten interrelaciones complejas de los personajes que nos indican que se crea visualmente a través de los primeros planos, los planos medios y largos un espacio para que el discurso de los personajes esté en armonía con el diseño visual de las escenas. • En la dimensión de temporalidad, los autores recurren al concepto de «transformaciones» de Hodge y Kress (1988)6 para explicar que las transiciones de un plano a otro se asocian con el flujo temporal, mediante el cual se muestra al televidente el valor significativo de la escena. Sin embargo, el televidente pocas veces advierte esto de manera conciente, porque se concentra sobre todo en el modo verbal. Con el concepto de «transformaciones», que es de naturaleza multimodal, 143


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Williamson y De Diego comprueban que la telenovela se debe entender en su sentido global, integrando todos los modos de transmisión de significado que se presenten en ella. La telenovela muestra transiciones de planos y ángulos de un lado a otro, mediante los cuales el espectador se traslada a dimensiones íntimas de los personajes o se distancia de éstos. Este análisis cuidadoso de la organización de los elementos visuales en relación con el discurso sugiere que la telenovela posee elementos en su diseño y producción que permiten definirla como un género de naturaleza multimodal. El análisis realizado por Williamson y De Diego, aunque pudiera parecer «una documentación y descripción inevitablemente parcial e incompleta de la organización del contenido verbal y visual de la telenovela mexicana» (Williamson y De Diego, 2005: 103), resulta ser un aporte importante para comprender que la telenovela debe interpretarse dentro de un discurso social mayor, el discurso mediático, en el que ella se va configurando como género. Asimismo, los resultados del análisis de la imagen comprueban que, efectivamente, los elementos visuales aportan significados a las escenas, pues no son un relleno contextual de lo verbal sino que, por el contrario, sirven para estructurar el ritmo de la trama narrativa y para introducir elementos significativos que permiten comprender las acciones de los personajes. Finalmente, en el apartado que recoge las conclusiones, los autores presentan sus ideas finales frente al producto realizado y enumeran algunas limitaciones que a su propio juicio tiene el estudio. Los autores destacan la idea de que la telenovela mexicana, como género, está actualmente redefiniendo tanto su forma como su contenido, a la luz de la dinámica social en la que se inserta. Pese a que sigue mostrando rasgos rituales en su estructura, sus características gramaticales, lexicales y estilísticas se han enriquecido y muestran las diferencias a nivel generacional entre los personajes que incluyen en sus tramas. Asimismo, afirman Williamson y De Diego que la telenovela tiene una orientación diferente desde el preciso momento en que se arriesga a presentarle a la teleaudiencia ciertas temáticas complejas y poco abordadas desde una óptica dramática. El libro compendia, en los anexos, la transcripción realizada por los autores de las cinco horas de grabación para cada novela, y una amplia bibliografía relacionada con la temática tratada. La investigación presentada en el libro Verbo e Imagen en la telenovela mexicana constituye un aporte significativo en lo que es el estudio de la telenovela latinoamericana. Aunque el corpus estuvo conformado solo por dos telenovelas, el análisis ofreció suficiente documentación para alcanzar los objetivos que se trazaron inicialmente los autores. Observamos que las preguntas formuladas desde la introducción del libro fueron poco a poco respondidas y sustentadas con una fundamentación teórica pertinente. La organiza144


Reseñas

ción textual del libro nos satisface también ya que desde el inicio el contenido se articula coherentemente y sigue una secuencia congruente de los planteamientos realizados. Verbo e Imagen en la telenovela mexicana no sólo es un libro bien concebido desde la naturaleza que motiva su publicación sino que también resulta ser un producto bien pensado, bien escrito y fácil de comprender para quienes en este mundo académico intentamos acercarnos a una semiótica social que nos ofrezca nuevas respuestas.

NOTAS 1 Mazziotti considera que la telenovela está en constante flujo y redefinición. 2 Martin-Barbero sostiene que la telenovela ofrece a los espectadores la sensación de que el mundo cotidiano permanece. Y más que hablar de representación de lo cotidiano se debe hablar del deseo de lo cotidiano. De cómo la telenovela se convierte en un espacio de proyección de la vida de la teleaudiencia. 3 Estos autores son citados por Williamson y De Diego como parte importante de su fundamentación teórica. Ver más datos en las Referencias Bibliográficas. 4 Chafe plantea indicadores y rasgos lingüísticos que caracterizan el lenguaje oral y escrito en términos de Implicación, Distanciamiento, Fragmentación e Integración. 5 Ong establece rasgos de la psicodinámica de la oralidad tales como preeminencia del sonido, la palabra como acción, patrones rítmicos y expresiones formulaicas, sintaxis coordinativa, uso de redundancias, entre otros. 6 Hodge y Kress en su trabajo de análisis de las tiras cómicas denominan «transformación material» a todo vehículo de significado tanto a nivel discursivo como social y dentro del proceso de interpretación del espectador. Ver más en el Cáp. 6, págs. 164,167,175,182.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ALLEN, R. C. (ed.) (1995) To be continued…Soap operas around the world. Londres: Routledge. BHATIA, V. (1993) Analyzing genre: language use in professional settings. Londres: Longman. CHAFE, W. (1982) ´Integration and involvement in speaking, writing and oral literature’, en D. Tannen (ed.) Spoken and written language. Exploring orality and literacy. Norwood, N. J.: Ablex. CHAFE, W. (1979) Interpretation and involvement in spoken and written language. 2nd. Congress of the International Association for Semiotic Studies, Viena. FAIRCLOUGH, N. (1995) Media Discourse. Londres: Arnold. FILLMORE, CH.(1977) ‘Scenes-and-frames semantics’, en A. Zampolli (ed.) Linguistic structures processing. Amsterdam: North-Holland. 145


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HALLIDAY, M.A.K. (1978) Language as social semiotic. Londres: Arnold. HODGE, R. & KRESS, G. (1998) Social Semiotics. Cambridge: Polity Press. KRESS, G. & VAN LEEUWEN, T. (1996) Reading Images. The grammar of visual design. Londres: Routledge. MARTIN-BARBERO, J. (1995) ‘Memory and form in the Latin-American soap opera’, en R. C. Allen, To be continued…Soap operas around the world. Londres: Routledge, pp. 76-284. MAZZIOTTI, N. (comp.) (1993) El espectáculo de la pasión. Las telenovelas latinoamericanas. Buenos Aires: Ediciones Colihue. ONG, W. (1982) Orality and literacy. The technologizing of the word. London: Methuen. PALTRIDGE, B. (1997) Genre, frames and writing in research settings. Amsterdam: Benjamins. SWALES, J. (1990) Genre analysis: English in academic and research settings. Cambridge: Cambridge University Press. VAN DIJK, T.A. (1981) ‘Semantic macro-structures and knowledge frames in discourse comprehension’, en M.A. Just & P.A. Carpenter (eds.), Cognitive processes in comprehension. Hillsdale, N. Jersey: Lawrence Erlbaum.

Yoconda Correa Maneiro yocondacm@cantv.net

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FORO

REDLAD: EN BUSCA DE UNA CULTURA ACADÉMICA REGIONAL La lectura del Foro de esta revista pone de inmediato sobre un punto crucial a los analistas del discurso: hay en América Latina un creciente interés por consolidar los nexos entre la reflexión teórica y los asuntos más nucleares de la problemática social. Esta ineludible relación, que con frecuencia supera los límites del quehacer académico, se traduce en el significado que adquieren para la sociedad las teorías que ahora proceden de las condiciones de vida. Esta tradición anclada en el pensamiento crítico encuentra en Maria Laura Pardo una expresión vivencial cuando en largas jornadas se piensa la pobreza Argentina y Chilena, y al tiempo, se compromete con comunidades excluidas para construir alternativas que transformen un estado de cosas que se representa inmodificable: “… hemos trabajado en comedores, asistimos a reuniones para generar propuestas que disminuyan la pobreza en toda Latinoamérica, trabajamos con la parte legal referida a las familias en situación de pobreza, y lo que es mejor, creamos conciencia acerca de esta situación que es vivida por más de la mitad de la población mundial”. Justamente, esta participación procede del interés que tienen dos ejes problemáticos propuestos por las últimas dos participantes. Leda Berardi, preocupada por el tema de la democracia y REDLAD, trabajando en las representaciones de la pobreza. Así, las propuestas indican que los analistas del discurso en América Latina asumimos desde nuestra condición de lingüistas una aproximación no sólo multidisciplinar, sino además multicultural y transnacional que indaga conceptos y temas no tradicionales para las ciencias del lenguaje, para poner en perspectiva desde el lenguaje mismo, las maneras como se ponen en relación los discursos con las estructuras de poder que proceden del sistema político y sus estrategias de preservación. Con frecuencia y por mucho tiempo se ha afirmado que el sistema político más próximo a la esencia de lo humano, es el democrático. Sustentan y desarrollan este juicio principios como el pluralismo político y cultural, la libertad de expresión y de pensamiento, la participación y la alternabilidad política, la justicia y la igualdad en deberes y derechos, en lo jurídico-político. En lo económico, social y cultural, se refiere al derecho a satisfacer las necesidades de sobrevivencia y reconocimiento de la dignidad humana: alimentación, vivienda, salud, educación, identidad, equidad, participación. La democracia, por lo tanto, se ha conceptualizado como el proyecto político capaz de garantizar no sólo los derechos civiles y políticos, sino también, los 147


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económicos, sociales y culturales. Sin embargo, en la realidad, las brechas discursivas y las paradojas cotidianas son cada vez más profundas. En América Latina, el hambre, la indigencia, la marginalidad, el desempleo, entre otras condiciones de negación y carencia, son algunos de los factores que conceptualizan la pobreza. La democracia y la pobreza son temas que se deben comprender y profundizar como sistemas de significación en los que se recuperan las huellas de un sistema incapaz de cumplir su función social y una condición que se teje en la desestructuración de los principios que preconiza. El análisis del discurso, al interesarse por la pobreza, interroga la verosimilitud de la democracia. El resultado final es desenmarañar el tejido de contradicciones que se amparan en la formulación de sociedades democráticas, en las que se establece un modo de organización social, política y económica idealizada. La pobreza pone sobre la mesa la existencia de la exclusión y la dominación como dispositivos que fijan los modos de relación y ejercicio del poder. Así, se evidencia la ruptura con el principio de igualdad, centro de la contradicción democrática, pues las realidades muestran la existencia de seres humanos diferentes, cuya equivalencia en derechos, opciones y oportunidades, va más allá de una preconización jurídica convencionalizada y se instaura en las condiciones materiales y sociales históricamente experimentadas y representadas. La igualdad como hilo conductor es un contrasentido, por cuanto supone dar el mismo trato a sujetos que intrínsecamente son diferentes y a sectores poblacionales tradicionalmente considerados desiguales. La apuesta contemporánea se encuentra en develar el sistema de creencias que configura la ideología democrática para desde allí interpretar y comprender la preservación del conjunto de prácticas sociales y formulaciones culturales que mantienen y legitiman la exclusión y el sometimiento. Esto significa comprender en la democracia un proyecto fracasado que exige su replanteamiento con base en sus logros, en términos de convivencia y conceptualización individual. En esta dirección, la construcción de redes trasnacionales e interdisciplinares de investigación son un buen comienzo para aproximarse a la complejidad de la realidad, para incentivar la articulación de la diversidad en el descubrimiento del mundo. Se espera que las redes sean el mecanismo de interacción y presión suficiente para que la tradicional incapacidad financiera de los estados latinoamericanos en materia de investigación, con su efecto sobre la frecuencia y calidad de los contactos y relaciones permanentes, se supere. No obstante, la integración latinoamericana en materia de desarrollo científico y tecnológico a través de redes y grupos interdisciplinarios y transnacionales debe generar los mecanismos necesarios para romper con los modos instaurados de interacción y cultura académica, en los que, primero, no se cuenta con experiencia en el trabajo mediante redes y su exigencia de construcción de conocimientos atendiendo a la solidaridad, complejidad y diversidad de perspectivas; segundo, se ha fomentado el trabajo investigativo individual en de148


Foro

trimento de la producción colectiva; tercero, ha prevalecido la adaptación de conocimiento y tecnología por encima de la producción local; cuarto, la inversión estatal en investigación es escasa y carece de la relevancia presupuestal que se le da en los debates; finalmente, la deficiencia en infraesctuctura, sumado a las condiciones geográficas de la región, dificultan aún más los canales de interacción y emprendimiento de acciones conjuntas. Las redes en todo caso pueden presentarse e identificarse como uno de los mecanismos impulsores de la integración latinoamericana, con lo cual se hace énfasis en la generación de conocimiento para cimentar las relaciones regionales. De esta forma, se hace prevalecer la solidaridad y las lógicas democráticas por encima del individualismo y el egoísmo que se establece como lugar común en la integración a través del mercado. No sobra reiterar la invitación a fortalecer y conformar nuevas redes académicas que impulsen la producción de saberes propios capaces de poner en evidencia la diversidad y riqueza académica Latinoamérica. Neyla Graciela Pardo Abril neylapardo@yahoo.com

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LIBROS Y REVISTAS RECIBIDOS

LIBROS RECIBIDOS Adriana Bolívar (2005) Discurso e interacción en el texto escrito. Caracas: Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, Universidad Central de Venezuela, segunda edición. Diana Bravo (ed.) (2005) Estudios de la (des)cortesía en español. Categorías conceptuales y aplicaciones a corpora orales y escritos. Buenos Aires: Editorial Dunken. Patrick Charaudeau (2005) Le discours politique. Les masques du pouvoir. Paris: Vuibert. Carmen Luisa Domínguez (2005) Sintaxis de la lengua oral. Mérida: Universidad de Los Andes. Julieta Haidar (coord.) (2005) La arquitectura del sentido. La producción y reproducción en las prácticas semiótico-discursivas. México: CONACULTA. INAH. Lucía Mejía Osorio (2004) Actualizarte 1. Estrategias para mejorar las competencias en compresnsiòn y producción textual en los estudiantes. Medellín: Universidad de Antioquia. Isabel Magalhães y Maria Christina D. Leal (Orgs.) (2003). Discurso, gênero e educaçao. Brasilia: Instituto de Letras. Giovanni Parodi (2005) Comprensión de textos escritos. Buenos Aires: Eudeba.

REVISTAS CON-TEXTOS. Revista de semiótica literaria, n° 32, 2004. (Universidad de Medellín, Colombia) Cadernos de Linguagem e Sociedades (Papers on Language and Society). Vol. 7, 2004/ 2005. DELTA. Revista de Documentação de Estudos em Lingüística Teórica e Aplicada. Análise Critica do Discurso. Vol. 21: Especial- 2005. Revista Signos. Estudios de Lingüística, vol. 38(59), 2005. Zona Próxima. Revista del Instituto de Estudios Superiores en Educación. Número 6, 2005.

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Indice acumulado VOLUMEN 1 (1) 2001 CHARAUDEAU, Patrick, De la competencia social de comunicación a las competencias discursivas, 7-22. MARCUSHI, Luiz Antônio, Aspectos da questão metodológica na análise da interaçao verbal: o continuum cualitativo-cuantitativo, 23-42. CARBÓ, Teresa, Tocar el lenguaje con la mano: experiencias de método, 43-67. VAN DIJK, Teun, Algunos principios de la teoría del contexto, 69-81. ESPAR, Teresa, Estrategias enunciativas en el discurso irónico: un artículo de opinión de José Ignacio Cabrujas, 83-100. Reseñas Teun van Dijk (comp.), El discurso como estructura y proceso. Estudios del discurso: Introducción multidisciplinaria, reseñado por Guillermo Soto, 103-125. Giovanni Parodi Sweis (comp.), relaciones entre lectura y escritura: una perspectiva cognitiva discursiva. Bases teóricas y antecedentes empíricos, reseñado por Rebeca Beke, 127-130. Helena Calsamiglia Blancaflor y Amparo Tusón Vals, Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso, reseñado por Antonio Núñez, 133-137.

VOLUMEN 2 (1) 2002 VILLAÇA KOCH, Ingedore G., A construçã de objetos-de-discurso, 7-20. CUCATTO, Mariana, Cómo “hacer hacer” cosas con palabras. La construcción discursiva del estereotipo femenino en la publicidad de los 90. El caso de Slim Center, 21-49. WILLIAMSON, Rodney, Situación comunicativa y estructura genérica en la telenovela mexicana, 51-68. MADRIZ, María Fernánda, La noción de pueblo en el discurso populista, 69-92. RUIZ ÁVILA, Dalia, Discurso autobiográfico e identidad sociocultural, 93-109. Reseñas Bob Hodge y Kam Louis, The politics of Chinese language and culture. The art of reading dragons, reseñado por Irene Fonte, 111-114. Susan Hunston y Geoff Thompson (eds.), Evaluation in text: Authorial Stance and the Construction of Discourse, reseñado por Nora Kaplan, 115-121. Ingedore Grunfeld Villaça Koch, Desvendando os segredos do texto, reseñado por Lenita Vieira, 122-126.

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Indice acumulado

VOLUMEN 3 (1) 2003 CADEMARTORI D, Yanina, La inscripción de las personas en textos de divulgación científica, 9-27. CHAMORRO MIRANDA, Diana, MIZUNO HAYDAR, Jorge y MOSS, Gillian, Tergiversaciones y correspondencias: la metáfora y sus bemoles, 29-47. GRACIA DA SILVA, Denise Elena, Discurso y cognición social en la “red” de las metáforas, 49-69. MARTINS FERREIRA, Dina María, La identidad en la posmodernidad: Lula y la construcción discursiva del sujeto, 71-81. VIEIRA, Lenita D., El mundo al revés. Humor en el discurso político, 83-91. Reseñas Leda Berardi (comp.), Análisis crítico del discurso. Perspectivas latinoamericanas, reseñado por Luisa Martín Rojo, 93-96. Luisa Martín Rojo (dir.), Ester Alcalá Recuerda, Aitana Gari Pérez, Laura Mijares, Inmaculada Sierra Rodrigo y Mª Ángeles Rodríguez, ¿Asimilar o integrar? Dilemas ante el multilingüísmo en las aulas, reseñado por Dalia Ruiz Ávila, 97101. Analia Brandolín y María Eugenia Rosboch, Transformaciones “al aire”: radio, medios y poder, reseñado por Pedro Santander Molina, 102-107.

VOLUMEN 4 (1) 2004 ROMANO PACÍFICO, Soraya Maria y SOUSA ROMÃO, Lucília Maria, Intertextualidade e humor: No país do carnaval “Muito riso e pouco siso” é o lema nacional, 7-24. ACOSTA V., Gladys Lucía, El Ser y el Hacer del DIRCOM: un análisis en la perspectiva del discurso, 25-46. RODRÍGUEZ ALFANO, Lidia y KOIKE, Dale April, La interacción en diálogos transmitidos por la radio en la frontera, 47-72. KICZKOVSKY, Silvia, Los relatos tradicionales como vehículos de valores ético, 73-88. HESS ZIMMERMANN, Karina, El desarrollo de la habilidad para manejar tiempos verbales en la narración, 89-102. Reseñas Patrick Charaudeau,. El discurso de la información. La construcción del espejo social, reseñado por María Jesús Nieto Nieto y Otero, 103-104. Dalia Ruiz Ávila. Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y práctica discursiva, reseñado por Irania Malaver, 105-107. Deborah Schiffrin, Deborah Tannen y Heidi E. Hamilton, (Comps.) The handbook of discourse analysis, reseñado por Nora Kaplan, 108-114.

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VOLUMEN 4 (2) 2004 ZULLO, Julia y RAITER, Alejandro, Piquetes y piqueteros. Los actores sociales de la pobreza en la prensa argentina, 7-26. ESCAMILLA MORALES, Julio y MORALES ESCORCIA, Efraín, Imaginarios culturales subyacentes en la canción vallenata, 27-53. OSUNA, Zulaima, GALINDO VILLARDÓN, M a Purificación y MARTÍN VALLEJO, Javier, Análisis estadístico de datos textuales. Aplicación al estudio de las declaraciones del Libertador Simón Bolívar, 55-62. ALVAREZ, Guadalupe, Estudio sobre la representación del trabajo en el discurso de los indigentes de la Ciudad de Buenos Aires, 63-89. CHUMACEIRO, Irma, Las metáforas políticas en el discurso de dos lídere4s venezolanos: Hugo Chávez y Enrique Mendoza, 91-113. Reseñas Gladys Acosta y Jorge Sánchez, Construcción de Identidad y Función Política en el discurso del director de comunicaciones, reseñado por Olga Beatriz Muñoz, 115-119. Michel Meyer (Ed.), Perelman. Le renouveau de la rhétorique, reseñado por Frances D. de Erlich, 120-126. Teun A. van Dijk, Racismo y discurso de las élites, reseñado por Leda Berardi, 127-133.

VOLUMEN 5 (1) 2005 BERTORELLO, Adrián, El estatuto de la subjetividad en la teoría polifónica de la enunciación, 7-25. RESENDE, Viviane De Melo, Y SEBBA RAMALHO, Viviane C., Análise de discurso crítica: uma reflexão acerca dos desdobramentos recentes da teoria social do discurso, 27-50. MARTINS FERREIRA, Dina Maria, La construcción de la identidad de lo femenino: pragmatismo, imaginario y simbolismo, 51-61. SHARIM PAZ, Sarah y MUÑOZ ACEVEDO, Daniel, una propuesta metodológica para el análisis del diálogo: la Unidad Interaccional, 63-96. BURDACH, Ana María y ROSS A., Paula, La construcción de la voz del enunciador en el discurso político de Ricardo lagos, ex-Presidente de la República, 97-112. Reseñas Marianne Peronard y Ximena Gómez García (Eds) El hombre y su palabra, reseñado por Juana Marinkovich, 113-115. Anamaría Harvey (comp.) En torno al discurso. Contribuciones de América Latina, reseñado por Marianne Peronard Thierry, 121-125. Giovanni Parodi (ed), Discurso especializado e instituciones formadoras, reseñado por Carmen López Ferrero, 116-120.

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Instrucciones para las reseñas · · · · · · · ·

La reseña tendrá como encabezado el autor (o editor), el año, el título, el número de páginas, la casa editorial y el ISBN de la obra reseñada. En la introducción se identificará el tema y el problema central. Se describirá la estructura de la obra (en capítulos, y partes, existencia de glosarios, apéndices, etc.) y se hará una síntesis completa del contenido. Asimismo, se especificará quiénes son los lectores potenciales del libro reseñado. El texto de la reseña será evaluativo y expresará la posición del autor frente a la obra reseñada. El libro reseñado se pondrá en relación con otros trabajos sobre el mismo tema y/ o del mismo autor y se situará en el contexto del momento y lugar en que aparece publicado. Se seguirán las convenciones de citas que se indican para el resto de las contribuciones a la revista de la ALED. El texto de la reseña tendrá un límite máximo de 3.000 palabras (aproximadamente diez cuartillas). Enviar dos copias en papel tamaño carta y una en disquete en formato de documento Word (o compatible) a: Martha Shiro. Apartado 6339. Caracas 1010A. Venezuela. E-mail: mshiro@reacciun.ve

Instruções para as resenhas · · · · · · · ·

No encabeçado da resenha devem ser indicados o autor (ou editor), o ano, o título, o número de páginas, a casa editorial e o ISBN da obra resenhada. Na introdução serão indicados o tema e o problema central. Descrição da estrutura da obra (em capítulos, ou partes, a existência de glossários, apêndices, etc.) e apresentação de uma síntese completa do conteúdo. É importante a informação sobre os leitores potenciais do livro resenhado. O texto da resenha será avaliativo e expressará a posição do autor frente à obra resenhada. Comentar-se-á a relação entre o livro resenhado e outros trabalhos sobre o mesmo tema, alheios ou do autor considerado, e situar-se-á a obra no seu contexto temporal e espacial. Para as citações, serão seguidas as mesmas convenções que se indicam para o resto das contribuições da revista da ALED. O texto da resenha terá um limite máximo de 3.000 palavras (aproximadamente dez páginas). Enviar duas cópias em papel tamanho carta e uma em disquete em formato Word (ou compatível) a: Martha Shiro. Apartado 6339. Caracas 1010-A. Venezuela. Email: mshiro@reacciun.ve

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Instruções para os autores · Política Editorial. A Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso publica trabalhos originais e inéditos dos membros pesquisadores da Associação. Os trabalhos recebidos são submetidos à arbitragem por parte de especialistas de reconhecido prestígio. O Comitê Editorial reserva-se o direito de sugerir aos autores modificações formais aos artículos que forem aceitos, assim como publicá-los no número que considerar mais conveniente. · Instruções para os autores: Os pesquisadores interessados em publicar seus trabalhos na Revista Latino-americana de Estudios del Discurso, deverão seguir as seguintes instruções: 1. Enviar seus trabalhos em disquete baixo o formato Microsoft Word 7 (ou inferior) e três (3) cópias do manuscrito ao seguinte endereço postal: Adriana Bolívar Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela. Os trabalhos também podem ser enviados em attachment às seguintes direções eletrônicas: Revistaaled2004@yahoo.es aled_edicion2006@yahoo.es 2. Os artículos deverão ser escritos em papel tamanho carta, com espaço duplo, de um só lado e ter uma extensão máxima de 10.000 palavras ou 25 laudas, incluindo notas e bibliografia. 3. O texto do artículo deve ser precedido por um resumo em espanhol, português (resumo) e inglês (abstract) de não mais de 150 palavras. Incluirse-ão até seis palavras chave. Os títulos gerais e de seções devem ser breves e explícitos. 156

4. Todo artículo deve estar acompanhado por uma breve informação acadêmica escrita numa extensão entre 50 e 100 palavras, onde se indique o nome completo do ou dos autores, instituição onde trabalha, telefone, fax e correio eletrônico. Do mesmo modo, deverse-á proporcionar, de forma clara e completa, o endereço postal mais seguro para receber a correspondência. 5. As citações textuais de mais de 40 palavras devem insertar-se no texto com sangria de 1cm de cada lado. Sua referência far-se-á segundo o sistema autor-data. Ao final da citação, escreve-se entre parêntese o sobrenome do ou dos autores, o ano de publicação e o número de página. Exemplo: (Charaudeau, 2003: 25) 6. As notas devem enumerar-se consecutivamente e colocar-se ao final do texto, antes das Referências Bibliográficas. 7. Todas as referências bibliográficas devem ser ordenadas alfabeticamente depois das notas, e como se verá a seguir: Livros: Ruíz Ávila, D. (2003) Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y práctica discursiva. México: Fomento Editorial. Capítulo de libro: Wodak, R. (2003) ‘De qué trata el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R. Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.1743. Barcelona: Gedisa. Artículos: Chumaceiro, I. (2004) ‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’, Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. As letras a, b, c, anexadas à data de publicação, podem ser usadas para referenciar trabalhos de um mesmo autor publicados no mesmo ano.


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