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EL BALLET CLÁSICO ES FÁCIL
Nada más falso. El ballet tiene como objetivo que en una ejecución los bailarines impresionen al público haciendo parecer que el virtuosismo y casi absoluta perfección con el que ejecutan las coreografías es fácil, pues los movimientos son precisos y suaves. Sin embargo, el trabajo para lograr esa fluidez y gracia en los movimientos es un trabajo colosal, un trabajo de muchas horas, constante, duro y disciplinado.
El ballet clásico requiere no sólo del desarrollo de fuerza, resistencia y rápidez como en tantos otros deportes, sino que el ballet clásico además exige coordinación, agilidad, memoria, musicalidad y hasta aptitudes histriónicas para poder transmitir durante la ejecución. Esto por mencionar algunas habilidades.
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La exigencia de este arte es tal que se requiere la práctica diaria para lograr por lo menos la correcta ejecución de pasos, combinaciones y colocación del cuerpo, no digamos del trabajo de grandes bailarinas y bailarines que llegan a practicar más de 40 horas semanales.
Así, con la combinación de todos estos elementos, definitivamente podemos concluir que el ballet clásico no es para nada una actividad fácil.
llevan una alimentación basta y sana, tal y como los atletas.
5. Las puntas de ballet son de yeso.
Desafortunadamente un mito que se escucha aún dentro del mismo medio, es decir, muchas y muchos bailarines creen y siguen propagando el mito de que las puntas de ballet están hechas de yeso.