Colegio Lolek / Secundaria Gaceta Escolar

Gaceta Escolar Año II Primer Bimestre / septiembre – octubre de 2017

¿Te gusta leer?

Leyendas del Colegio Lolek ¿Qué compramos? ¿Qué tienes que decir al respecto?

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Gaceta Escolar

Año II

Primer Bimestre / septiembre – octubre de 2017

¿Te gusta leer?

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El gallo de oro, Erick Ramírez No te rindas, Jesús E. García Cortázar y sus cartas, Mariann Rosas Álbum, Leonel Waldo López et al.

Bienvenido Bob, Zarah Luna Pet sematary, Jesús E. García, Leonel Waldo López The secret window, Howard Jiménez, Marco A. Reyes

Leyendas del Colegio Lolek El letrero, Carol Morán La leyenda de Martín el sabio, Diego López El shock eléctrico, Victoria Vázquez

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¿Qué compramos?

Apple vs. Andriod, Marco Reyes Pepsi vs Coca, Howard Jiménez ¿Qué opinas del agua que consumes? Karla Campos

¿Qué tienes que decir al respecto?

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Autos eléctricos, Rubén Barbosa ¿Si tuvieras el poder de matar, lo harías?, Marco Reyes Plantas medicinales, Howard Jiménez

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Cuéntame una historia

Sabías que…

La teletransportación, Erick Ramírez Los gatos, Santiago Siliceo

Dolor Sit Amet

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CONSEJO EDITORIAL Karla Campos, Howard Jiménez.

Marco Reyes y Rubén Barbosa

Parecidas y a la vez diferentes, Lucy Su primer amigo, Denisse Rivera De carnicero a Jack, Cecy Lu Las aventuras de Plush, Ana Paula El último perro en la Tierra, Andrea Villagrán Villalobos

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Segundo de Secundaria

El gallo de oro de Juan Rulfo Erick A. Ramírez Ibarra Esta historia del autor mexicano nacido en Jalisco en 1918, Juan Rulfo, escrita entre 1956 y 1958, fue publicada por primera vez hasta 1980.

El gallo de oro es una historia que entreteje magistralmente los sentimientos con la trama. Desarrollada en un ambiente de pobreza, en una pequeña casa viven Dionisio, su mamá y en un futuro, “el gallo de oro”, un gallo de pelea que cambia la suerte de Dionisio tras la muerte de su madre.

Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917 en Jalisco y falleció el 7 de enero de 1986 en Ciudad de México. Aunque no fue un autor muy prolífico, su obra fue tan contundente y renovadora que le sirvió para catapultarse como uno de los escritores latinoamericanos más importantes del siglo XX. Formó parte de la Generación del 52, también conocida como Generación de la Ruptura, aunque su visión de la escritura fue tan auténtica que cuesta incluirlo en un grupo.

“El llano en llamas” y “Pedro Páramo” fueron sus dos obras fundamentales. La primera, un conjunto de relatos ambientados en un mismo escenario y relacionados de alguna forma entre sí, el segundo, una novela que, para muchos, es la gran novela mexicana de su siglo, que ha sabido aportar nuevas herramientas a la expresión literaria y ha impuesto una escritura sincera y muy vinculada a la tierra. Esas son las características de la obra de Rulfo y las que le han servido para catapultarse como uno de los grandes autores de su siglo. `

Una mezcla de drama, suspenso y tragedia que recomiendo ampliamente.

Una historia que te muestra que tu enemigo puede llegar a ser tu mejor aliado.

RULFO, Juan.

El gallo de oro Editorial RM. Rústica México, 1980

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No te rindas, de Mario Benedetti por Jesús Emmanuel García

Mario Benedetti es un autor que escribió cuentos y poemas. Uno de los poemas que más me gustó se titula “No te rindas”. Sólo tienes que leerlo y te dará inspiración para continuar en esos momentos en donde tienes muchos problemas.

Otras veces, Benedetti te hace reflexionar como en A imagen y semejanza, un cuento en el que narra la historia de una hormiga. Más que nada, siento que el cuento te lleva a pensar que en la vida no te debes detener por cosas tan simples, ya que nunca sabes si estarás vivo mañana; nadie sabe si morirá ese mismo día.

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Por eso es que el libro nos da una lección al final, que te dice que no te detengas o pares tu vida por cosas que no valen la pena.

Les recomiendo que lean el libro y otros más de Benedetti, ya que muchos inspiran y otros hacen reflexionar.

BENEDETTI, Mario “No te rindas” No te rindas Ed. Seix Barral España, 1990.

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Bienvenido Bob por Zarah Luna

Carlos Onetti formó parte del Boom latinoamericano en el siglo XX; el Boom latinoamericano es un grupo conformado por grandes escritores de Latinoamericana quienes lograron que sus libros llegaron a Europa y fueran exitosos.

“Bienvenido Bob” es una historia que cuenta como Bob no está de acuerdo con un pretendiente de su hermana, porque es mayor que ella; por lo que lo molesta tanto, hasta que logra que el hombre deje a su hermana.

Los psicópatas, ¿nacen o se hacen? por Erick Ramírez, Leonel Waldo López y Jesús Emmanuel García

Después de unos años se encuentran, Bob ya no es joven y frecuenta una cantina día y noche. El hombre ya ni siquiera puede odiarlo y se hacen amigos.

El final es muy inesperado así que te invito a leer esta grandiosa historia de Juan Carlos Onetti.

Álbum es una historia escrita por Alberto Chimal; trata sobre la vida de una niña que tiene problemas mentales y es capaz de todo, desde destripar a un perro hasta meter un gato al horno.

Julio Cortázar y sus cartas

La trama se desarrolla en un ambiente lleno de traumas, su familia la abandona, excepto su madre, que trata de ayudarla hasta no poder más.

por Mariann Rosas

Es una historia llena de misterios, y no sabemos por qué la niña es tan mala. No olvidemos mencionar que se llama “Álbum” porque al leer o escuchar la historia imaginas las escenas en tu mente.

CHIMAL, Alberto “Álbum” Éstos son los días Ed. Era México, 2005.

Cartas a una señorita en París es un cuento latinoamericano escrito por Julio Cortázar. Trata de un chico que se muda de residencia y desde allí, le cuanta a Andreé todo lo que ha vivido en el departamento ubicado en París.

Julio Cortázar fue uno de los representantes del famoso ¡Boom!

Latinoamericano. Fue un escritor grandioso, y lo puedes constatar en este cuento.

Lo mejor es que lo puedes encontrar online. O si prefieres leer en papel, búscalo en el libro Bestiario.

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Leyendas del Colegio Lolek Primero de Secundaria

¿Alguna vez te ha tocado ir al baño, y aunque el letrero indica que está ocupado, en realidad no hay nadie? ¿Te has preguntado qué pasa?

Bueno ésta es la historia...

Cuentan que este ciclo escolar apenas iniciado, en la nueva generación, había dos niños llamados Viviana y Daniel que eran buenos amigos. Lo que los demás no sabían era que ellos compartían un odio hacia dos compañeros suyos Edgar y Luis.

Un día ellos comenzaron a comportarse muy extraño, parecía que planeaban algo, todos lo notaban pero nadie decía nada. Poco después, Luis y Edgar desaparecieron y todos culparon a Viviana y a Daniel. Los interrogaron, pero ellos seguían firmes con su versión: ellos no sabían dónde estaban. Nadie les creyó, a excepción de una persona…

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una maestra llamada Pancha. Ella abogó por los alumnos pero nada, los llevaron a la cárcel a los tres y no volvieron a saber de ellos.

Meses después de la búsqueda todo se resolvió. Luis y Edgar sólo habían salido de vacaciones con sus abuelos, sólo que sin permiso de sus padres y, al parecer, habían olvidado sus teléfonos. Fue entonces cuando Viviana y a Daniel regresaron a la escuela, pero la maestra Pancha había escapado de la cárcel y hasta la fecha no se sabe dónde se encuentra.

Se dice que ella está en la escuela escondida y, por venganza, voltea el cartel de los baños para que piensen que está ocupado. Pero la verdad es que no, así que cada vez que veas el letrero en ocupado, toca y pregunta, así tal vez descubras que en realidad no hay nadie.

P.D. La maestra pancha no existe, es un invento de la imaginación del autor.

Todos los que conocen a Martín saben que en clase se duerme, pero, lo raro es que, cuando le preguntan de qué se trató la lección… ¡Martín sabe todo! Bueno, algunas veces. Pero lo que nadie sabe, es que Martín por las noches pelea contra fantasmas para salvarnos y ¡que no se nos meta el chamuco! Por eso cuando se duerme en clases y los maestros o alumnos lo despiertan, él se enoja porque no entienden que les salva la vida por las noches. Sin embargo, no debe reclamarles, porque de hacerlo, se rompería el hechizo de que Martín sea sabio y pueda salvarnos.

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Cada persona que usa la computadora que está en la sala de computación se da cuenta que, de repente, sin motivo aparente, ésta se le apaga.

No se explican por qué, así que solicitan ayuda al maestro. Sólo por un rato permanece apagada; pero si se te apaga tres veces seguidas, ¡ten cuidado!, ¡es una señal de peligro!

Dicen que hace tiempo, un alumno que intentaba arreglar la comutadora, tocó un cable y recibió un pequeño shock eléctrico. Pero en lugar de buscar ayuda –él no quería ayuda de ningún maestro–, intentó cortar ese cable y en eso… ¡el niño cayó muerto! A veces esa computadora se empieza a mover sola y dicen que es él pidiendo ayuda.

Si se te apaga más de tres veces no dudes en avisar a tu maestro, ¡NO LO HAGAS SOLO! o desaparecerás.

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Marco A. Reyes

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¿Qué tienes que decir al respecto?

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¿Si tuvieras el poder de matar, lo harías?

Marco Reyes " He meditado a menudo sobre la muerte y encuentro que es el menor de todos los males".

Francis Bacon (1561-1626), filósofo inglés

Imagínate que tienes la habilidad de matar a alguien con tan sólo saber su nombre, ¿lo harías? Bueno, primero entraríamos en cuestiones éticas y morales porque obviamente cuando alguien en la escuela, en la casa o donde sea que te desenvuelvas te hace la siguiente pregunta, ¿Está bien matar? o ¿es bueno que asesinen?, esperan que respondas: No, porque toda persona tiene derecho a vivir. Y eso para muchos es correcto porque va de acuerdo con los derechos humanos.

Pero, espera… qué pasa si esa persona asesinó a un ser querido o violó a una vecina muy querida en tu familia; por obvias razones imagino que te sentirás algo triste, enojado, tal vez con ganas de vengarte o por lo menos, hacerle pagar por lo que hizo, pero lo más seguro es que si generas un sentimiento de ira, desprecio, rabia, un sentimiento en el cual quieras asesinar, acabar, hacerle de todo a ese responsable –un sentimiento total y plenamente normal–, aunque muchas personas te dirán lo mismo, también te dirán que usar ese sentimiento y llevar a cabo una acción violenta, no está bien. Pero aquí lo importante, no es lo que te digan ni lo que oigas, sino lo que tú piensas y sientes.

Antes de terminar déjame contarte de un anime que trata de un chico de secundaria (más especifico de tercer año) que encuentra una libreta con el poder de matar a la persona que su nombre esté escrito en sus páginas, lo más interesante de esto es que este personaje (bastante listo, ingenioso y creativo) se da cuenta de que puede cambiar el mundo al asesinar personas malas. Aquí te presentan algo muy parecido a lo que te estuve contando: dilemas éticos y morales, decisiones que ponen a prueba tu pensamiento acerca de la delgada línea entre el bien y el mal.

Antes de terminar quisiera dejarte con una pequeña reflexión: ¿El ser humano es bueno o malo por naturaleza o va adquiriendo esos pensamientos y ese conocimiento durante su crecimiento?

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Las plantas medicinales existieron desde los antiguos egipcios, de hecho en Egipto se escribieron los primeros textos médicos con diferentes recetas para las futuras generaciones.

Desde hace mucho tiempo el hombre ha recurrido a las plantas medicinales para sentirse mejor y aliviar problemas; desde entonces se ha desarrollado un mayor conocimiento sobre estas milagrosas plantas que han ayudado a combatir enfermedades peligrosas.

Después, las plantas medicinales fueron cambiadas por la medicina moderna, que aunque está basada en las plantas medicinales, poco a poco las fue dejando atrás para usar sustancas químicas. Pero, ¿por qué sucedió esto?

Cuando la medicina moderna se fue “mejorando” o avanzando, los científicos se dieron cuenta de que las medicinas hacían daño a largo plazo y dañaban otras partes de tu cuerpo, pero ya era demasiado tarde y la medicina moderna ya había llegado a casi todas partes, se había propagado por todo el mundo y las pobres plantas medicinales se fueron olvidando.

En la actualidad podemos cambiar y volver a las plantas medicinales, darles un mejor uso que la medicina moderna, pues éstas no dañan al organismo, siempre y cuando no se usen con fines malvados. Además sería mas barata y eficiente. No siempre lo mas caro es lo mejor. Las plantas medicinales pueden ayudar a la humanidad y debemos aprovecharlas antes de que sea demasiado tarde y perdamos esta parte importante de nuestra historia.

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La tele trans porta ción Erick A. Ramírez

¿Existe la teletransportación hoy en día?, aunque la teletransportación se ha tratado de hacer realidad durante muchos años, ha sido el objeto de muchas investigaciones y de varias películas de ciencia ficción, no se ha logrado el objetivo de llevarla a cabo. Aunque se ha logrado un tipo de teletransportación no es el tipo de teletransportación que hemos visto en las películas sino es la “Teletransportación cuántica”.

TELETRANSPORTACIÓN CUANTICA Consiste en decodificar un objeto, y eso a su vez implica destruirlo o alterarlo; Es importante porque evita el concepto de “copia”.

La teletransportación cuántica destruye la naturaleza del objeto inicial.

La ciencia aún no ha podido descubrir la manera de hacer que la teletransportacion sea posible; aunque el pasado mes de junio del año 2017, un equipo de científicos chinos logró la teletransportación cuántica de una partícula en una distancia récord: 1.200 kilómetros.

Sin embargo, esta vez el mismo grupo de investigadores superó su propia marca y consiguió la primera teletransportación de un fotón a un satélite en órbita.

Para lograr aquello, los científicos se trasladaron a una estación situada en la cordillera del Himalaya, a cuatro mil metros de altura, para minimizar las interferencias de la atmósfera.

La gran diferencia entre la teletransportación cuántica y aquella que vemos en la ciencia ficción, es que no es capaz de desplazar materia o energía.

BIBLIOGRAFÍA: http://www.adnradio.cl http://es.gizmodo.com 19 20

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CuĂŠntame una historia Sexto de Primaria ÂĄBienvenidos!

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“Hermana”. Esa es la única palabra que se me viene a la cabeza... Quién podía saber que tener una gemela sería tan frustrante… tener a alguien que mida lo mismo que tú, que pese lo mismo que tú, que sus rasgos faciales sean iguales a los tuyos. Frustrante… ¿por qué a pesar de ser tan parecidas, somos tan diferentes? Ni yo como “nerd” lo entiendo. ¿Yo? Mi nombre es Sally, soy la más inteligente de mi clase, pero no llamo mucho la atención. Los otros chicos me llaman “Nerd” o “Cerebrito”. Yo no encajo con ellos… no como ella… mi hermana gemela, su nombre es Amy. Es la más popular del salón, pero digamos que no es muy buena en los estudios… Ella y yo no somos muy unidas, al contrario, siempre nos peleamos.

Hasta que un día…

–¡Claro! Nos vemos mañana. –Amy estaba hablando de nuevo con sus amigas y obviamente la interrumpí.

–¿Con quien hablas? –dije muy curiosa.

–Y a ti qué te importa –contestó como siempre, con ese tono grosero. Pero, como siempre, su celular volvió a sonar. Esta vez era mi mamá. Eso era muy extraño, pues normalmente ella sólo nos hablaba por algo importante… ¿qué pasará?

–Hola… espera ¿qué? –dijo Ami, muy preocupada. En unos segundos vi como las lágrimas salían de sus ojos.

–¿Que pasó? –pregunté. Ella parecía muy alterada.

–J… Jack murió –dijo tartamudeando. Estaba devastada por la noticia.

–Tranquila, no pasa nada, –le dije abrazándola. Las lágrimas corrían por su rostro.

–¿Por qué a él? Yo amaba su cabello negro y sus ojos verdes, –dijo y yo la abracé más fuerte.

Y así paso el tiempo, pero después de ese momento, poco a poco y sin saber cómo nos volvimos más cercanas… ella me invitaba con sus amigos y yo la ayudaba con sus estudios y tareas… quién diría que algún día podríamos llegar a ser más unidas… aún así: ¡TE EXTRAÑAMOS JACK ….SIEMPRE SERÁS EL MEJOR GATO DEL MUNDO! 2223

Había una vez un pandicornio que vivía en un callejón abandonado que nadie conocía. Era tierno, gordito y de estatura apenas un poco más arriba de la rodilla de un adulto. Tenía un cuerno de muchos colores que se iluminaba en la obscuridad y sus patas, orejas y ojos eran negros. Él dormía nueve horas diarias, y como vivía en un pequeño callejón abandonado lo único que comía era basura. Acostumbraba jugar con un calcetín rojo, que era como un amuleto de la suerte, Llegó a la Tierra desde un planeta extraño en el que vivía con su familia. Por accidente, su hermana aventó su calcetín dentro de una máquina de teletransportación que tenía las coordenadas de la Tierra y el pandicornio corrió tras él, y antes de que pudiera darse cuenta estaba en un callejón lleno de gente.

Cuando las personas vieron a la pobre e inocente criatura corrieron y gritaron de miedo pensando que era un animal mutante que les iba a hacer daño; al salir toda la gente, el pandicornio se asustó y sin querer lanzó un hechizo de una barrera mágica que hacía que nadie pudiera ver ese callejón y les borró la memoria, así nadie podía recordarlo. Dos días después el pandicornio se dio cuenta de que llevaba consigo el calcetín rojo de su hermana, era el único recuerdo que tenía de su familia, estaba solo, sin nadie con quien pasarla bien.

Hasta que un día algo cambió, algo estaba mal. Al final del callejón, un niño estaba sentado, comiendo un sándwich de papas. Al pandicornio se le antojó tanto, que se animó a acercarse. Se sentó a un lado del niño y puso la carita más tierna del mundo para pedírselo; el niño, conmovido, le dio la mitad del sándwich que el pandicornio tomó con sus pequeñas patas.

El niño seguió visitando el callejón todos los días, hasta que se atrevió a preguntar: –¿De dónde vienes?, ¿dónde está tu familia?

Pero el pandicornio no contestó, quería que se fuera, quería estar solo. Así que comenzó a dar vueltas por el callejón hasta que se aburrió, tomó su calcetín y se fue a dormir.

Despertó en la madrugada y no podía creer que el niño seguía ahí, dormido a su lado, ¡pero su calcetín rojo no estaba!

Sus chillidos despertaron a su acompañante, quién, al verlo con lágrimas en los ojos, preguntó qué había pasado. El pandicornio le quitó el zapato y señaló su calcetín.

Buscaron por días y días, pero su búsqueda fue inútil, hasta que fueron a lo más profundo del callejón y… ¡ahí estaba! El pandicornio se llenó de alegría y le agradeció con un fuerte abrazo, a cambio de su ayuda, el pandicornio le explicó a señas le explico toda su historia.

El niño le pidió que deshiciera el hechizo pero el pandicornio no sabía cómo hacerlo. De cualquier manera, lo intento 20,000 veces hasta que, la última vez, ¡lo logró! El niño explicó lo que había pasado a toda la gente que pasaba por el callejón y desde entonces se hicieron amigos del pandicornio y nunca volvieron a huir de él.

Al fin tuvo su primer amigo.

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En una lejana aldea vivía un Carnicero, feo, grande como un elefante, gordo como un hipopótamo, con un ojo chueco, cicatrices por todas partes; en una mano no tenía la uñas de los dedos, porque se los había cortado al ma-chacar la carne. Era un hombre gruñón y con muchos enemigos, algunos ya vencidos por él mismo y siempre es-taba con su delantal lleno de sangre por la carne que vendía.

Le gustaba levantarse a las 6 a.m. para observar a sus presas, planear cómo y a qué hora asustarlas, matar a sus conejos, ¡y venderlos como carne fresca del día! en su carnicería “ El Mataoor “ .

Había enloquecido por estar solo y se peleaba con su calcetín rojo, ¡ Le gritaba y creía que le contestaba !, Y eso lo enfurecía aún más. Para él ese calcetín era su peor enemigo porque de hecho era lo único que le había que-dado de la persona a la que más odiaba.

Las personas al verlo se asustaban y sentían mucha inseguridad al estar cerca de él, ni siquiera se les ocurría correr porque se quedaban fríos de pensar en que los atraparía, nada más agachaban la cabeza porque si co-rrían temían por sus vidas, pensando en que los haría desaparecer.

Todo parecía igual hasta que un día ya no se pudo le-vantar de la cama como siempre, porque tenía depresión alta, y todo porque no encontraba su calcetín rojo. De pronto vio algo rojo a lo lejos, se levantó a toda veloci-dad, pero al llegar al buró, se dio cuenta que sólo era un guante. Él ya no podía seguir más sin su calcetín así que decidió comenzar a buscarlo, pero se dio cuenta que su cuarto estaba hecho un desastre, estaba todo tirado, desordenado, sucio, mal oliente, y se desesperó aún más.

Gritó tan fuerte que lo escucharon dos cuadras a la redonda, entonces se propuso a buscar su calcetín, pero… ¡TENÍA QUE ORDENAR TODO! En eso, sonó la campana de la carnicería, él gruñó pero aun así fue a atender, molesto porque ya hacía tiempo que no vendía nada. Al entrar a la carnicería encontró a una señora pidiendo carne de res; después de atenderla regresó a su cuarto más enojado que antes, iba tan molesto que por accidente tumbó una botella con un líquido extraño que él le había robado a un mago sin saber que era “Mago” pero como vio que se frustró por quitársela, se la quedó.

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Mientras seguía buscando observó que se abría un portal con un remolino adentro y, al acercarse a ver, cayó dentro, llegando a una especie de mundo alterno dónde había todos los tipos de animalitos tiernos, el cielo era rosa claro, tenía nubes de algodón de azúcar y por alguna extraña razón su aspecto había cambiado por completo; de ser un hombre feo, sucio y mal humorado, ahora ya estaba limpio. Se volvió guapo, alegre y lo más raro era que se sentía tranquilo. Todo en ese lugar era color pastel. De pronto, ya no sentía más enojo, ni frustración ni mal humor, hasta se le quitó ese inmenso dolor de cabeza que lo molestaba siempre, comenzó a sentir paz, felicidad y gozo. Pensó… “¿Qué es esto? ¿Qué me pasa?”

Los animalitos al instante llegaron a recibirlo y a ayudarlo porque no se había dado cuenta de que estaba tumbado en una roca de chocolate y sin fuerzas.

Después de unos días, comenzó a aceptar a los animalitos que lo cuidaban y, en unas semanas ya hasta sentía cariño por ellos. Cuando se sintió mejor, como se había encariñado, ya se sentía como parte de ellos, pero decidió que ya era hora de seguir en busca de su calcetín. Los animalitos querían acompañarlo…

–Csic, csic, quiero ir, plis, –dijo un conejito bebé.

–Bueno, –dijo el carnicero, está bien.

Todos los animalitos dijeron a coro “Yo también”.

—Yo, –los interrumpió el carnicero, –hemos estado juntos ya mucho tiempo y creo que es hora de que les diga algo que nunca le había dicho a nadie…, mi verdadero nombre es “Jack”.

Los animalitos sonrieron y Jack les comentó que ya era tiempo de partir, así que junto a todos sus amiguitos llegaron al mundo del dulce. Ya casi al salir los detuvo una puerta de caramelo, custodiada por una chistosa y tierna menta a quien Jack le preguntó: –Oye, ¿por dónde puedo llegar al mundo de la ropa perdida?

–¿Qué tus padres no te enseñaron a ser amble?, –dijo la menta.

–Bueno, ¡por dónde llego!

–Por aquí hasta llegar al río de la paciencia –Ah, bueno –y se apresuró a salir por un huequito que había entre las enredaderas de los alrededores –Eh, eh, eh –le gritó la menta.

–¿A dónde crees que vas? Ni creas que va a ser tan fácil salir. Primero debes contarme un chiste.

–¡Eso será fácil! –dijo un tanto molesto. Pero, por más que intentó con uno y otro chiste no logró hacerlo reír, hasta que se acordó de ese chiste que le habían contado de pequeño.

–Oye menta, ¿qué le dijo una dona glaseada a una de chocolate?

–No sé, –contestó.

–Eres una desglasiada.

–Ja ja ja ja ja –se atacó de risa la pequeña menta y la puerta se abrió. Jack pudo salir apresurando a los animalitos pues creía que a ese ritmo jamás llegarían. Pero no podían acelerar el paso pues ahí todos iban a un ritmo lento. Llegaron a la salida por un pequeño pedazo de río estrecho, montados en una barca y los detuvo un pez.

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–Oigan, ¿qué necesitan?

–Llegar al mundo de la ropa perdida.

–Bueno, si eso es lo que quieren, entonces deberán seguir por aquí hasta cruzar un bosque y llegarán. Pero para poder salir de aquí deberán adivinar mi adivinanza.

–¿Cuánto nos vamos a tardar? ¡ya no puedo seguir perdiendo más tiempo!

–No mucho, si piensas rápido. Escucha con atención: “Juan Vaca, va a caballo, sin embargo va a pie. ¿Cómo se llama el perro de Juan Vaca?

—El conejito, se lo sabía y quería decirlo, pero el pez no se lo permitió, aún que Jack se quedó en duda, repasó varias veces en su mente la pregunta y al cabo de unos minutos gritó emocionado.

–¡Lo sé, lo sé … ( dímela tu...________).

Jack cada vez sentía menos apuro por llegar, pues había aprendido en el río a ser paciente, y así llegó al bosque donde todos reían sin parar. Eran todos tan felices y distintos a Jack, que por dentro se comenzó a irritar y a burlar de ellos, pero a la mitad del bosque se encontró con un gran árbol que le enseñó a respetar las diferencias y a tolerar a los demás con su particular forma y estilo de ser. ¡Por fin pudo llegar al mundo de la ropa perdida!, donde al encontrar su calcetín, el portal se volvió a abrir y así tuvo que despedirse de todos sus amiguitos, pero con una gran alegría de llevar en su corazón las grandes enseñanzas que tuvo a lo largo de su recorrido.

Cuando ya estuvo en su cuarto finalmente, se dio cuenta que no necesitaba de un calcetín para ser feliz ni de hacerle daño a los demás, por lo que arregló con gran entusiasmo su casa y su carnicería. Con mucho asombro para los aldeanos, Jack salió a pedirles disculpas a todos, viviendo así felices para siempre.

En lo más profundo de una cueva vivía un Plush que amaba sus calcetines. Era muy grande, pero de un amistoso color azul.

Tenía una enorme colección de calcetines que le gustaba ponerse al mismo tiempo. Le encantaba salir con todos ellos a la nieve. Nunca usaba gorro ni bufanda, siempre usaba sus calcetines.

Los demás Plushes le decían que era demasiado, las Plushas le decían que nunca lo habían visto sin sus calcetines, pero todos lo respetaban porque era muy amistoso.

Hasta que un día, empezó a contar sus calcetines, los separó por colores, pero… ¡Le faltaban cinco!

Entonces fue a buscarlos en la nieve y encontró un calcetín rosa, y de los cuatro que quedaban, encontró tres. Entonces se dio cuenta de que le faltaba su precioso calcetín rojo. En eso recordó a su peor enemigo, el Plush gruñón. Plush pensó que era él quien lo tenía, y empezó su aventura.

Lo primero que tenía que hacer era pasar por el lago montésss, el más apestoso. Cuando llegó había un olor a queso podrido. En eso un pequeño pedaso de queso se empezó a burlar de el.

“Nanananana”, dijo el queso. Plush se enojó demasiado. El quesito le dijo que sólo había una manera de pasar: adivinando una adivinanza. “¿Qué hace una patrulla en la calle?” dijo el quesito.

Plush dijo casi todas las cosas que pudo imaginar, pero nunca la correcta.

El pedacito de queso dijo, “Patrullando” y se empezó a reir demasiado fuerte. El Plush no entendía, pero le dio mucha risa. El quesito le advirtió que sólo podría pasar si él lo acompañaba.

El Plush tuvo que aceptar y caminar hasta las cascadas mentira. Pasaron sin problema pero cuando salieron, estaban en el mismo lugar donde habían empezado. De repente sonó una carcajada gigante. Un pequeño pez se reía de ellos y les dijo que sólo había una manera de pasar: con una adivinanza. “¿Qué tipo de helado come Darkveider?”. El quesito se lo sabía. “ El lado obscuro”.

Dijo, y comenzó la risa.

Se fueron caminando a la cueva sin fin. Cuando estaban cansados de buscar la salida, encontraron un portal. Al fin llegaron al castillo del Plush gruñón.

De repente… “¡Sorpresa!” ¡Era una fiesta! Al Plush se le había olvidado su cumpleaños por andar buscando su calcetín.

Contaron chistes durante toda la tarde, fue muy gracioso y al final sus amigos le regresaron su calcetín.

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Año 2050…

Era un lugar sin nadie alrededor, sobrio, triste y en especial grande y vacío, era el año 2050 y el ser humano ya no era capaz de vivir en la Tierra porque la echaron a perder, ya que se desató una gran guerra alrededor de todo el mundo y contaminó tanto, que la gente moría por inhalar el aire que ya no era puro. Al principio todos creían que iban a morir pero no fue así, todos los países en guerra decidieron dejar de pelear para que pudieran sobrevivir y lograron crear la nave (-D-E-A-RH-O-M-E 1575) que era como una enorme ciudad en el espacio, sólo que esta estaba techada.

En esta ciudad espacial vivía una linda niña llamada Katherine, que no era totalmente feliz pues sabía que los animales que estaban en la Tierra seguían vivos, pero eso no era lo que la entristecía, lo que la entristecía era que su perrito Bruno seguía ahí, solo y desanimado y ella quería estar con él, pero no podía.

Después de una semana los investigadores de la ciudad se preparaban para viajar a la Tierra una vez más, para ver qué pasaba allí actualmente. Tenían que ser muy precavidos por la contaminación.

Ya después de tres días regresaron al espacio con todos los demás, les comentaron que los animales que habían logrado sobrevivir, probablemente morirían por la contaminación, sería necesario desinfectarlos y llevarlos al espacio. Katherine instantáneamente rompió en llanto porque ella sabía que quizá no encontrarían a Bruno, que quizá el moriría y ella no sería capaz de despedirse.

Afortunadamente el padre de Katherine era el mejor amigo del General de los investigadores, o sea, el que decidía qué se hacía. Así que un día el padre de Katherine, esperanzado, le pidió al General que cuando viajaran por los animales buscaran a Bruno, el perro de su hija, y el aceptó y dijo que lo encontrarían si seguía vivo.

Cuando llegaron a la Tierra encontraron que muchos animales ya estaban muertos, en especial perros y vacas, pero los investigadores no se rindieron y continuaron buscando. Después de un tiempo, encontraron a Bruno, el perro de Katherine, el perro que se consideraba el último de su especie en la Tierra.

El General, que estaba feliz por su hallazgo, decidió regresar lo más rápido que pudieran al espacio para darle la sorpresa a Katherine.

Al llegar, todos estaban felices de ver cuántos animales habían sobrevivido; todos, excepto el padre de Katherine, porque cuando el General llegó junto con los investigadores recibieron una terrible noticia. Katherine había muerto de tristeza, pues ella creía que nunca jamás vería a Bruno.

En honor a ella, los investigadores y el General conservaron a Bruno y ahora es llamado el “último perro en la Tierra”.