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Walt Disney y la Segunda Guerra Mundial

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Durante la Segunda Guerra Mundial, el Pato Donald y Mickey Mouse no fueron solo meros personajes de dibujos animados. Los estudios Disney se sirvieron de sus míticos personajes para transmitir propaganda patriótica e instruir a los estadounidenses sobre sus enemigos.

Los propios animadores eran incluso contratados para diseñar insignias y dibujos para estampar sobre unidades y equipos militares. El pato Donald gritando “Heil Hitler!” mientras levanta el brazo derecho haciendo el saludo nazi.

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En el izquierdo lleva puesto un brazalete con la esvástica, como hacen fielmente todos los demás personajes que aparecen en la “Tierra de los nutzis” de Adolf Hitler, en la que los “nutzis” han conseguido incluso que los árboles adquieran forma de esvástica y que las nubes sean cruces gamadas arriba en las alturas.

Estamos en un lugar en el que casi no queda nada que comer, en el que eso no parece importarle al gallo encargado de dar los buenos días con un sentido “¡Heil Hitler!” cacareado como si nada. El pobre Donald se pasa el día trabajando en una fábrica de municiones bajo la estricta supervisión de soldados “nutzis”. Donald tiene que gritar “¡Heil Hitler” durante su jornada laboral y sus manos cada vez manipulan las municiones más y más deprisa hasta que alcanzan un ritmo de locos.

El pato Donald termina despertándose de este mal sueño y se da cuenta de que realmente está durmiendo en una cómoda cama con un pijama con los motivos de barras y es trellas de la bandera de EE.UU. “Oh boy, am I glad to be a citizen of the United States of America!” – “¡Ciertamente estoy encantado de ser ciudadano de los Estados Unidos de América” es la frase con la que se cierra este cortome traje.

Además de Donald, Mickey Mouse, Bambi e incluso Pluto fueron personajes recurrentes para la máquina de guerra norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial. Ya en diciembre de 1941, justo tras el ataque japonés sobre Pearl Harbor, representantes del ejército norteamericano habían mantenido conversaciones con Disney con el fin de transformar parte de los estudios en fortificaciones defensivas que se usarían para ayudar a proteger una fábrica de aviones cercana. También la Marina estableció contacto con los estudios y les encargó la realización de películas de animación destinadas a entrenar a sus marinos.

Los contratos no paraban de sucederse uno tras otro. En mayo de 1942, el pato más famoso del mundo se alista al ejército en “Donald Gets Drafted” (“Donald se alista al Ejército”).

Los estudios Disney produjeron más de 62.000 metros de película entre 1942 y 1943, cinco veces la producción de la factoría en tiempos de paz. Para mayor sorpresa, Walt Disney no se centró solo en los cortometrajes. Los personajes de Disney defendían las bondades de los bonos de guerra en tiras cómicas, etc.

Las películas y los tebeos eran vitales para mantener alta la moral. No solo servían para ridiculizar al enemigo, sino que también permitían al público abstraerse por unos minutos de la miseria de la guerra. Walt Disney inyectó valentía en la población civil y militar norteamericana.

Los diseñadores que habían hasta hace muy poco estado dibujando a Bambi y a Blancanieves, pasaron a diseñar emblemas para tanques, bombarderos y acorazados. Asimismo, muchos soldados decoraban sus tanques y cazas por sí mismos con imágenes de Mickey, Donald y Pluto. Estos eran los símbolos del estilo de vida americano, de libertad y democracia, amenazados por el enemigo. Se ha llegado a decir que “Mickey Mouse” fue una contraseña usada por las fuerzas aliadas en el desembarco de Normandía del Día D.

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