Puntadas del cuplé

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Dedicatoria A mi madre que, en su juventud, fue sastresa y soñó con ser artista. Gracias por enseñarme tantas y tantas letras de cuplés.

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Este texto Performance-Musical, homenaje a Selica Pérez Carpio, fue extrenado el 22 de octubre de 2014, en la Sala Cultural Sgae de Valencia, formando parte del IX Festival Octubre Dones de DONESenART. INTÉRPRETES Nieves Soria (Pepita) Mª José Agües (Dª Vicenta) Dirección.- Antonia Bueno

ÉPOCA Valencia, siglo XX, finales de los años 20 y principios de los 30.

ESCENARIO Back Stage y taller de sastrería-vestuario del Teatro Ruzafa de Valencia. En un lateral de la escena, en segundo término, un espejo de cuerpo entero; sobre él incide un cenital que proporcionará el toque de sueño-irrealidad en algunos momentos del espectáculo. Diseminados por la escena: Una radio antigua, un paraban, un arcón, accesorios de costura, un taburete, piezas de tela: lamé, satén, tafetán, gasas, tules; un perchero repleto de diferentes vestidos, cajas de zapatos, plumas, cintas, boas, mantones, tocados, máscaras, abánicos, etc. Derecha e izquierda las del espectador.

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ESCENA ÚNICA Suena el tema “Batallón de modistillas”, interpretado por Lilian de Celis, letra de Álvaro Retana y música de Gaspar de Aquino, mientras se proyectan sobre la pantalla de boca imágenes de cupletistas. La pantalla se levanta, mientras el tema y las imágenes se van yendo. COSTURERA.- (Está sentada en un taburete. Mientras cose, deja volar su imaginación y sus sueños. Suspira.) Me gustaría tanto ser cupletista… como las que con su gracejo y sensualidad llenan, día tras día, este teatro... Hace más de tres años que, puntada tras puntada, sueño con llegar a ser como ellas... (Mira alrededor.) ¡El Teatro Ruzafa! Aquí se da cita gente de tronío que viene a ver las varietés... Yo ni siquiera había nacido cuando esta moda llegó de Francia... Las letras de los cuplés son picantes y sicalípticas... “Sicalíptica”, qué palabra más curiosa... Siempre he sido de natural curiosa, y lo que no sé lo pregunto... Así que un día le pregunté al maestro de música qué significaba. (Imitándole.) “Picardía erótica, justo lo que tú no tienes, niña”... Pero eso se aprende, y yo he tenido excelentes maestras. Pilar Cohen o La Bella Chelito, en deshabillé, han causado furor buscándose por todas partes la famosa pulga... (Se levanta y canta, contoneándose: “La pulga”, letra de Álvaro Retana y música del maestro Monreal) Hay una pulga maligna / que ya me está molestando / porque me pica y se esconde / y no la puedo echar mano. / Salta que 7


salta va por mi traje / haciendo burla de mi pudor, / su impertinencia me da coraje / y como logre cogerla viva / para esta infame que estoy buscando, / para esta infame / no hay salvación, / no hay salvación... OFICIALA.- (Asoma entre cajas. La COSTURERA vuelve a su taburete) Niña, de nuevo estás con tus tontunas... Deja de soñar, sólo eres una costurera... (Vuelve a salir, despreciativa) Una simple modistilla... COSTURERA.- A mucha honra, soy una costurera... Muy buena por cierto. Y no soy una ignorante... Heredé la profesión de mi madre... Desde pequeña me decía que saber coser era muy útil para una mujer, y una forma decente de ganarse el sustento. Y yo, como buena hija, la contenté... Claro, que después descubrí que en la vida hay otras cosas. Desde que estoy aquí, además de quemarme las pestañas cosiendo, he aprendido mucho, y no sólo de costura... Coso y coso piezas de lamé, satén, gasa, tules bordados con lentejuelas o pedrería, vaporosas y sutiles telas que, puntada tras puntada, se convierten en vestidos que las cupletistas, lucen bajo las radiantes luces... Coso y sueño... Sueño con subirme a un escenario... OFICIALA.- (Asoma burlona) ¡Subirte a un escenario!... ¡Bajarte de la higuera es lo que tienes que hacer! ¡Baja de una vez y pon los pies en la tierra! (Se mete riéndose.)

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COSTURERA.- ¡Vaya si los pongo...! (Soñadora, coge unos zapatos y se los pone) Sobre todo, dentro de los delicados zapatos que las tiples se calzan... (Camina por la escena) Con ellos me siento poderosa... soberbia... preciosa... e irresistible... OFICIALA.- (Desde dentro) Niña, aún has de acabar ese traje para la prueba de las cinco... (La COSTURERA se quita rápida los zapatos y vuelve a coser. La OFICIALA asoma de nuevo) La señorita Carpio está muy atareada y sólo dispondrá de media hora para la prueba. Así que despabila, pues al paso que vas, seguro que no lo tendrás ni el día del juicio. (Vuelve a meterse) COSTURERA.- (Segura) Además de gruñona, es insufrible. Mucho más que las tiples... Aunque algunas se gastan un genio que ya, ya... (Soñadora) Me encanta verlas llegar a las pruebas... envueltas en sedas, en perfume, cargadas de oro y diamantes… Porque las joyas para una tiple son muy importantes. Una cupletista sin brillantes es como un jardín sin flores. ¡Ay! Algunas parecen flotar sobre el suelo... (Ríe sin alzar el volumen) Ella no lo sabe, pero hace rato que acabé el vestido de Selica. (Pícara. Mirando el perchero) Lo tengo escondido, por si le da por husmear... ¡Puf, menuda bruja!... Me trata de simple y yo me río en sus barbas... (Pausa breve) Aunque, buena se pondría si supiera que aún he hecho algo más, mucho más... (Divertida por la hazaña) ¡Me lo he probado! Selica y yo tenemos la misma talla... (Evocadora, se pone en pie y evoluciona) Tras calzarme los zapatos, que dejó aquí la última vez que vino a una prueba, me enfundé el vestido... 9


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después, con él sobre mi piel, me miré al espejo y me

transformé en ella... Incluso canté uno de sus cuplés... (Canta un fragmento de “Al Uruguay”) Al Uruguay, guay/ yo no voy, voy/ porque temo naufragar/ (bis) / Mándeme a Paris/ si es que le da igual… Me sé cientos de letras... Tres años cosiendo y oyéndolas ensayar... Entre puntada y puntada no me pierdo ripio. Y, en cuanto puedo, me asomo y oteo entre bambalinas... La oficiala casi nunca está, así que soy libre para coser, mirar y tararear la letra de los cuplés que ensayan. En esos momentos soy feliz, ¡muy feliz! (Canta otro fragmento de “Al Uruguay”) OFICIALA.- (Asoma de nuevo) Niña, ¿qué diablos mascullas?... ¿Con quién hablas? COSTURERA.- Con nadie... ¿Con quién voy a hablar si estoy sola...? Será la radio. OFICIALA.- Deja de hacer el tonto y no te distraigas. (Entra a escena) Siempre estás en la inopia. (Mira su reloj) Ya son más de las tres, y tú pensando en las musarañas y sin rematar la tarea que te encomendé. (Machacona) Así que ¡ni se te ocurra marcharte a comer! COSTURERA.- (Cansina) He de acabar el vestido de la señorita Carpio... Ya me lo dijo antes...

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OFICIALA.- Pues de poco ha servido... Yo voy a salir a comer, pero volveré antes de las cinco. COSTURERA.- Por supuesto, pierda cuidado... OFICIALA.- Procura tenerlo todo listo para la prueba. De lo contrario... COSTURERA.- Ya lo sé... De lo contrario esta semana no cobraré... (Aparte) Como si con la miseria que ella me da me pudiese mantener... OFICIALA.- ¿Qué rezongas, niña?... Vaya vicio más feo ese que tienes. COSTURERA.- Decía que puede marcharse tranquila a comer, que lo tendré a tiempo... OFICIALA.- (Amenazadora) Más te vale, niña, más te vale. (Sale. Se escucha un portazo) COSTURERA.- (Aliviada) ¡Uf! (Con gesto pillo) Lo que de verdad me “vale” es valerme por mí misma. Cuando la oficiala no me ve, coso para fuera, y ahí sí que me saco mis buenos dineros... En fin que, entre col y col, lechuga... (Entre risitas, pone la radio. Suena “Vino tinto con sifón”, interpretada por Lilian de Celis, que acompaña cantando)

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Entre puntada y puntada, trapitos para la vedette y para las señoras que me hacen encargos... He conseguido una buena clientela entre las madamas, vecinas y amigas de las vedettes para las que coso. Aprovecho cuando les llevo los encargos para hacerme una clientela. No me va nada mal, y tengo mis buenos durillos ahorrados... (Canta estribillo) Yo no sé pedir coñac / ni chartrés ni cuantró ni champán / ¡vino tinto con sifón! / Vaya usted al cabaret / vaya usted, verá usted lo que ve / como bailan el fox trot… Picardía, no sexual, pero picardía que he aprendido de la vida... Los tiempos no están para tirar cohetes... Hay que aprovechar. Ya que me paso el día y a veces parte de la noche aquí metida, he aprendido a sacar tajada... No me puedo quejar... Ni mucho menos... (Canta el estribillo final y evoluciona poniéndose plumas y adornos. Acaba el tema y suena el cuplé de Concha Piquer: “Es mi hombre”) ¡Mi madre!... Conchita Piquer... ¡Qué maravilla!... Una de las más grandes... (Mientras se desgrana el cuplé, ella lo tararea) La Piquer también ha cantado aquí... (Orgullosa) Y yo he trabajado para ella. ¡La Mare de Deu, qué mujer, menudo poderío! (Divertida) Quién no ha oído hablar “del baúl de la Piquer”... La artista acostumbra a viajar con un montón de baúles repletos de ropa. Pues yo estoy orgullosa de haber contribuido a llenarlos con algunos de mis modelitos cosidos con estas manos que Dios me ha dado. (Vuelve a canturrear) (De una caja va sacando fotografías)

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Pilar Cohen, Raquel Meller, Paquita Escribano, La Goya, Celia Gámez, La Fornarina… Tengo fotos de muchas cupletistas de moda. Y, como me fascina su personalidad, su audacia y los chismes que sobre ellas circulan, también recopilo los dimes y diretes... Aquí los escucho de primera mano... (Se queda con la foto de María Conesa) A María Conesa, “La gatita blanca”, no tengo el placer de vestirla. Tras superar la tragedia de la muerte de su hermana, marchó a México muy joven, allá por 1907... Y, según he oído decir, se hizo muy popular por aquellos lares. Más que por sus canciones, por sus sugestivos bailes y por la picardía de sus actuaciones... (Acaba “Es mi hombre” y suena el tema de María Conesa: “Tápame”. Socarrona, con el fondo de melodía) La Conesa… Dicen que hasta Pancho Villa la cortejó con propósito de... Bueno, yo ya me entiendo... Pero ella le dijo que nanay, y muy orgullosa le chantó1: “Esta chinche no brinca en su petate mi general”... (Suena en la canción la voz) El asedio del revolucionario fue tal que, en la representación de “Las Percherelas” la Conesa le cortó un botón de la camisa en pleno espectáculo, y éste la amenazó con raptarla... Tuvo que recluirse en el teatro hasta que las tropas de Villa abandonaron la capital ¡Que brava mujer!... (Canta estribillo) Tápame, tápame, tápame / tápame tápame, que tengo frío / si no quieres que me muera / ven aquí, cariño mío… He oído decir que fue amiga personal de varios presidentes mexicanos: Porfirio Díaz, Francisco Madero, Plutarco Elías 1

Decir algo en la cara a otro; enrostrar sin reparo ni miramiento alguno.

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Calles, Pascual Ortiz... y que se le permitía hacer lo que le viniera en gana, “ya que todos estaban enamorados de ella”. (Canturrea) ¡Qué picarona canción!... ¡Ay, La Conesa! Era tan popular que sus seguidores incluso crearon El Partido Estudiantil Conesista, para defenderla ante los que la tachaban de atentado contra el pudor... ¡Ahí es nada! (Canta estribillo) Tápame, tápame, tápame / tápame tápame, que tengo frío / si no quieres que me muera / ven aquí, cariño mío… (Guarda la fotografía en la caja) (Suspira) No saldré a comer. Total ya no me merece la pena. Por si acaso, me traje un chusquito de pan, un poco de queso y una naranja... (Saca lo dicho de un pequeño hatillo. Apenas ha dado un par de bocados, acaba la música y se escucha desde el lateral una voz de mujer. Sobresaltada casi se atraganta. Apaga la radio) VOZ SELICA.- (Entre cajas) ¡Buenas tardes!... COSTURERA.- (Deja la frugal comida, se limpia las manos y, nerviosa, se precipita hacia el lateral, por donde se asoma. Girándose de nuevo hacia el público) ¡Madre mía, la Carpio! (Nerviosa) ¡Deu meu, pero qué hora es!... VOZ SELICA.- Llego bastante antes de la hora convenida... Espero que no sea un inconveniente...

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COSTURERA.- (Habla hacia el lateral) Por supuesto que no, señorita Carpio... La… la oficiala no está en este momento, salió a comer y... VOZ SELICA.- Seguro que tú me puedes probar, tienes muy buena mano... Además ya lo has hecho otras veces... COSTURERA.- (Para sí misma) Pero con la oficiala delante, con cara de perro y sin quitarme ojo... (A ella, decidida) Sí, si a usted le parece bien... VOZ SELICA.- Por mí no hay inconveniente. Aquí te aguardo. COSTURERA.- Disculpe, enseguida le llevo el vestido… VOZ SELICA.- No hay prisa. Me pondré cómoda. COSTURERA.- Y los zapatos. (Se persigna) ¡La Mare de Deu, yo no me achanto! (Rápida, recoge los zapatos y el vestido que estaba escondido a la vista, y desaparece por el lateral. TRANSICIÓN (Baja la luz. Comienza a escucharse “Yo quiero ver Chicago” cantada por Selica Pérez Carpio y se proyectan sobre el fondo de la escena imágenes suyas al ritmo de la música. Acaba la música y las proyecciones. Vuelve la luz. La COSTURERA entra de nuevo con el vestido que ha probado)

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COSTURERA.- Le queda perfecto... (Soñadora. Se lo pone delante de sí y se mira al espejo. Se escucha “La violetera” instrumental.) Hasta ahora había cruzado con la Carpio apenas dos palabras... (Evoluciona por el espacio con el traje, evocando a Selica.) La vi por primera vez cuando yo cosía en el Apolo... Apenas un año, pues el teatro cerró sus puertas a las varietés en el 29... ¡Una lástima!... (Suspira de nuevo) ¡Ay, qué gusto hablar con ella, casi de tú a tú! Es tan simpática... Su padre era sastre y aficionado a la ópera... Le puso el nombre de Selica, por la protagonista de “La Africana”... (Excitada) Ella no sabía música ni estudió canto. Todo lo aprendió por sí misma... De niña llevaba la cena a sus hermanas mayores, que trabajaban como coristas aquí, en el Ruzafa... (Soñadora) Vamos, que, como yo, aprendió de oído... Y un buen día, aún no había cumplido los catorce, se le presentó la ocasión... En Elda, cuando la tiple que cantaba la protagonista de “Maruxa” se sintió indispuesta... ¡Selica, sin dudarlo, se ofreció a sustituirla! El maestro Lleó, le preguntó: “¿Quién te ha enseñado a cantar así?”, y ella respondió: “Nadie”... El maestro la propuso para hacer la obra aquí, en el Ruzafa... Incluso me ha dicho que pidió cuarenta pesetas diarias como otras primeras tiples, y aunque dudaron, aceptaron... Ahí, en 1917, comenzó su carrera... ¡Y triunfó!... (Suspira) Me ha aconsejado que no deje escapar mis sueños. ¡Me ha animado a ser valiente! (Señalando con satisfacción el bolsillo) Me ha felicitado y me ha dado una gratificación... Normalmente se la da a la oficiala y ella, a modo de limosna, me da unos céntimos y el resto se lo queda para sí. Ya digo, una 16


bruja que no valora mi trabajo. Pues esta vez no va a poder rascar nada de nada... (Con gesto pícaro) ¡A la boljaca!... (Acaba el tema musical.) OFICIALA.- (Entre cajas) Ya estoy de vuelta. ¡Hay que fastidiarse, lo que tardan en servirla a una en esa tasca de ahí al lado! Y eso que se ganan sus buenos cuartos… Se creerán que una no tiene trabajo. COSTURERA.- Qué poco dura la alegría en casa del pobre... OFICIALA.- (Entra en escena) Creí que no llegaba a tiempo. COSTURERA.- La verdad es que... OFICIALA.- ¿Tienes listo el vestido? COSTURERA.- Sí, pero... OFICIALA.- No hay peros que valgan... Falta un cuarto de hora para las cinco. COSTURERA.- Sí, pero... OFICIALA.- Siempre charras por los codos, y ahora sólo sabes balbucear: “Sí, pero”... (Imperiosa) ¡El vestido!

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COSTURERA.- Aquí está. Acabado y... (Se acerca a donde lo dejó y se lo enseña) OFICIALA.- ¡¡¡Chissst!!! (Lo mira buscando algún defecto) Bien... Déjalo de nuevo en el perchero, no sea que lo arrugues o lo manches... Después puedes marcharte, yo atenderé a la señorita Carpio. COSTURERA.- Pero... OFICIALA.- ¿No me has oído? (Mira su reloj) ¡Déjate de peros y vete a casa! COSTURERA.- Verá, el caso es que... OFICIALA.- Acabo de decirte que te marches. ¿Qué haces ahí aún parada?... (Empujándola hacia el lateral) Anda, bonita, ahueca el ala... (La COSTURERA empujada por La OFICIALA sale. La OFICIALA coge el vestido y con satisfacción lo revisa. La COSTURERA, asoma desde el lateral para recoger su hatillo con la comida. La OFICIALA de espaldas a ella no la ve) Increíble, esa boba ha hecho un trabajo soberbio. Está perfecto... Pero los laureles me los voy a llevar yo. ¡Faltaría más! Estoy segura de recibir una espléndida gratificación. COSTURERA.- (Se esconde tras el paraban) ¡Mala pécora!...

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OFICIALA.- (Deja el vestido en el perchero, y consulta de nuevo el reloj) Y los zapatos... ¿Dónde habrá dejado esa tarambana los zapatos? (Rebuscando entre el montón de telas y dentro del baúl, da con la caja que contiene las fotografías) COSTURERA.- Será bruja... OFICIALA.- (Mientras busca) ¡Pobre ilusa!... La muy pazguata se pasa el día soñando con ser tiple... (La imita burlona) Ella, una muchachuela de lo más vulgar, se cree con talento para triunfar en el cuplé... COSTURERA.- ¡Ésta me la paga!... (Jurando) ¡Por estas...! (Sin ser vista, desaparece) OFICIALA.- Nada, que no están los dichosos zapatos. Mañana, cuando me tire a la cara a esa mentecata, se va a enterar de lo que vale un peine... (Alterada, le propina una patada a la caja de fotos y sigue buscando los zapatos por los rincones del taller) COSTURERA.- (Entre cajas e imitando la voz de Selica) ¡Buenas tardes! OFICIALA.- ¡Vaya, por Dios, ya está aquí!... Y los dichosos zapatos sin aparecer... COSTURERA.- (De igual modo) ¿No hay nadie?

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OFICIALA.- (Sofocada, intenta recomponerse) ¡¡Sí, un momento!! COSTURERA.- Tengo prisa. ¿Mi vestido? OFICIALA.- Sí, claro señorita Carpio... Por favor, póngase cómoda que en seguida estoy con usted... COSTURERA.- (Insistente) Mi vestido. OFICIALA.- Enseguida se lo llevo, señorita Carpio... COSTURERA.- (Alargando el brazo desde el lateral, e insistiendo para que se lo alcance) ¡Vamos, vamos! OFICIALA.- Sí señorita Carpio... (Le acerca el vestido) Faltan los zapatos... De inmediato se los alcanzo... (Desesperada busca y rebusca. Abandona la esperanza de encontrarlos. Se dirige hacia el lateral) Lo siento, señorita Carpio, pero los zapatos... COSTURERA.- (Cortante) Los llevo puestos... (Asoma una pierna dejando ver el pie con el zapato. La OFICIALA suspira aliviada. Acto seguido La COSTURERA desde el mismo lateral le ofrece la espalda para que le cierre el vestido. La OFICIALA lo hace) OFICIALA.- Señorita Carpio, permítame decirle que es un honor coser para una mujer como usted, tan elegante, tan perfecta... (La COSTURERA, con una máscara cubriéndole el rostro y ya con el vestido de tiple, entra en escena) 20


COSTURERA.- (Contoneándose por la escena) ¿Y bien?.. OFICIALA.- (Zalamera) Maravilloso, señorita, maravilloso... Le queda impecable... Y esa máscara que lleva usted le otorga un halo de misterio y sensualidad poco común... COSTURERA.- Muy amable. OFICIALA.- Como puede ver, se trata de un trabajo finísimo en el que he empleado horas y horas de trabajo. Pero usted se lo merece, pues con su porte y su belleza, luce deslumbrante... COSTURERA.- (Mirándose ante el espejo) ¡Perfecto, es perfecto!... OFICIALA.- Mañana mismo se lo llevará la chica a su casa... (La OFICIALA le tiende la mano con la palma hacia arriba esperando su propina) COSTURERA.- Hoy no llevo suelto... (La OFICIALA se queda epatada ante la respuesta. La COSTURERA, antes de retirarse por donde entró, se planta frente al público, se alza la máscara, mostrando quien es y, pícaramente, guiña un ojo al respetable.) ¡A la boljaca!... (Suena el tema: “La chica del 17”, que ella canturrea divertida mientras sale, dejando a la OFICIALA confundida el centro de la escena. mirándose la mano vacía. Sube el volumen alegre, mientras se hace el OSCURO) LUZ. Salen las dos actrices y saludan al ritmo de la música. 21


Otros textos ¡Abracadabra, agibílibus! (Obra Corta) ¡Achtungg! (Obra corta) ¡Arriba las manos, abajo la saca! (Obra Corta) ¡Lladres i… més lladres! (Obra Corta) ¡Quina moguda la d'aquella nit! ¡Senspellen al meu pesar! ¿Sube o Baja? (Obra Corta) 4de3 (Obra Corta) Aigua de zels (Obra larga) C.la2 (Obra Corta) Cinc Chiques i un criat, ya tenim l'embroll armat. (Obra Corta) Embeleco (Obra larga) El cautivo de Benisanó (Obra Corta) Gris amargo (Obra larga) Insidia (Obra larga) La isla de las almas desnudas (coautor: J. Llopis Domingo) La platera (Obra corta) Los topos de la mariquita (Obra corta) Noviembre carmesí (Obra larga) Sombras en el espejo (Obra larga) Vuel.con (Obra Corta) Además de diversos monólogos y piezas de Micro-teatro 22


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anamillas@hotmail.com

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