Esta pieza de teatro breve fue estrenada en 2007, en la Sala Sgae Centre Cultural de Valencia, en el II Festival Octubre Dones de DONESenART. PERSONAJES.Cris. Tina.
Es verano, las actrices se encuentran sentadas alrededror de una mesa de cafetería, aunque también podría ser en cualquier otro lugar propicio para que un par de buenas amigas puedan hablar relajadamente. TINA .- Vaya, estás muy contenta. CRIS .- ¿Tanto se me nota? TINA .- Luces una sonrisa de oreja a oreja. O eres feliz, o de ayer a hoy te has practicado un liffting con resultado de sonrisa perenne… CRIS .- Créeme, Tina… El método que voy a emplear resulta mucho más efectivo que un estiramiento de piel, y encima no he depasar por un quirófano y me van a pagar por ello… TINA .- Vale, vale, cuando quieras me dirás en qué radica el misterio. CRIS .- (Eufórica) ¡Llega la liberación¡ Tengo trabajo.... TINA .- (Fuera de juego) ¿No lo tienes el resto del año? CRIS .- Sí, pero esto es distinto. Tengo trabajo durante el mes de agosto. TINA .- Y lo dices así tan ancha. ¿Y las vacaciones? CRIS .- En septiembre. TINA .- ¿Y tu marido y tus hijos? CRIS .- En agosto… TINA .- Pues vaya una contrariedad.
CRIS .- ¡Contrariedad! Te equivocas. No te figuras que alivio. Por fin, trabajo en vacaciones. Creí que no viviría para verlo. TINA .- No dramatices mujer. CRIS .- Drama el que todos los días me espera al llegar a casa. Parezco un sargento chusquero dando ordenes a los niños: Merendad, estudiad, recoged los juguetes, no os peguéis… TINA .- No sé de qué te quejas… Eso es lo habitual. CRIS .- Estoy hasta el moño de lo habitual. En ocasiones me responden: “A la orden, señor, sí señor”. Tú no te quejas, pero también debes estar cansada de esa situación. TINA .- Yo soy una madre abnegada, dedicada… CRIS .- A tu marido y a tus hijos, ya lo sé. Lo has repetido tantas veces que ya no resulta una novedad… De todas formas aunque, ahora no quieras reconocerlo, a menudo te lamentas. TINA .- Acaso, ¿no lo haces tú? CRIS .- Claro... pero ahora simplemente me he dicho: nena tu vales mucho y ya es hora de que llegue la liberación. TINA .- (Mordaz) Vamos que tu novedad va camino de convertirse en el último grito en liberación feminista... CRIS .- No lo es, tienes razón… Hace décadas que la mujer se liberó, y quemamos los sostenes… TINA .- Yo no lo hice, no puedo pasar sin él… Lo necesito.
CRIS .- Tan sólo es una forma de hablar. El sostén lo necesitas, te lo han impuesto, lo usas porque te gusta a ti o a tu pareja... Hay encuestas que citan a los hombres como los mayores compradores de lencería femenina. Imagino que en la mayoría de los casos será para regalarla, pues no me imagino algo más cutre que un hombre con calados, lacitos y blondas… ¡Aunque haberlo haílos! TINA .- Contigo no se puede hablar en serio… CRIS .- Ni a ti se te puede hacerlo en broma… Lo cierto es que la mujer a lo largo de la historia siempre se ha sentido oprimida… Corsés, fajas, sostenes, ligueros… TINA .- También hay prendas que son holgadas pero reprimen y encierran a la mujer dentro de un imperio de tela carcelaria que asfixia su femineidad... CRIS .- En efecto… Como ves la liberación no llegó para todas. TINA .- Pero, si esas mujeres no se rebelan es porque esa forma de preservarse del mundo exterior está dictada por su estilo de vida. CRIS .- Puede que así sea... TINA.- Además ellas están convencidas de que es lo correcto y así lo aceptan. CRIS.- No lo pongo en duda... Más convendrás conmigo en que de algún modo se hallan prisioneras… Tanto aquellas que han de esconder sus cabellos bajo un pañuelo, como las que han
de encerrarse bajo una celda de tela, que las envuelve por completo, y sólo las deja ver la vida a través de una celosia de tela... y todo para mantener a distancia las miradas pecaminosas de los hombres... Créeme, las mujeres ostentamos el sambenito de ser las culpables de todos los males… En pleno siglo XXI en infinidad de culturas seguimos siendo las impuras, las que incitamos al pecado. En definitiva, las inmediatamente responsables de todo aquello que nuestros oponentes nos quieran achacar… TINA .- Hablas como si los hombres fueran nuestros antagonistas. CRIS .- No los considero como tal, pero en cierta medida lo son. Para ellos son las mejores oportunidades laborales, los mejores sueldos… y sobre nosotras recaen los trabajos más pesados y peor reconocidos y valorados. TINA .- Por suerte las cosas evolucionan y las mujeres cada vez disponemos de más independencia… CRIS .- Y de mayores obligaciones… Una condena que nosotras mismas nos hemos impuesto… Si tenemos niños y además trabajamos tampoco es justo temer que renunciar a nuestra vida laboral, y es ahí cuando el cóctel se complica y se centuplican las tareas… Por eso antes me lamentaba. Casi a diario cuando llego a casa se me cae el alma a los pies al ver todo manga por hombro… TINA .- Hemos de ejercer de educadoras...
CRIS .- Perdona, eso siempre lo hemos hecho… TINA .- Pues no me he pasado horas con mi hijo repasando lecciones o intentando que se aprendiese los verbos… Y me tenía ya tan harta que un día llegué a decirle: “Ya sé que los verbos pueden resultar aburridos, pero tu obligación ahora es saberlos, si después quieres olvídalos”… CRIS .- (En tono de recriminación) Esa es una mala enseñanza. No te extrañe después si tu hijo desconoce aquellos relativos a tareas del hogar y tienes que refrescarle las ideas… Sobre todo hay un grupo especial de la primera conjugación que entre el sexo masculino debe tener implícito el borrado simultaneo, pues en cuando crecen se les desprenden del vocabulario con tanta facilidad que olvidan por completo su significado: lavar, planchar, cocinar, fregar… TINA .- Ahora que lo dices, tienes toda la razón… CRIS .- Y ahí entramos nosotras para enseñar a quienes comparten nuestro hogar a dividir y compartir las tareas domésticas, y eso es sencillamente complicado… TINA .- Una tarea abrumadora. CRIS - No basta con asignar trabajos. Por lo general, excepto algún resoplido o cambio de gesto, nadie se rebela ante la propuesta. En muchos casos cuando les toca el turno simplemente hacen las atreas y punto… TINA .- ¿Me lo dices, o me lo cuentas?
CRIS .- Y ahí comienza el calvario. Un largo peregrinaje, sobre todo dialéctico, para que todos se avengan a cooperar… TINA .- Sí, si así es... ¡Sálvese quién pueda! CRIS .- Por suerte, hoy en día, en alguna ocasión hasta las campañas publicitarias, en las que no dudo en creer que halla mayoría de publicistas femeninas, se hacen eco de nuestras reivindicaciones. Y, excepto los más acérrimos defensores de la masculinidad más pimpante, el resto a base de sermones domésticos llega a entender que jamás perderán los anillos por colaborar en tareas del hogar. TINA .- (En tono de burla) No, ellos pierden el pelo… CRIS .- (En el mismo tono) No por fregar, te lo aseguro… TINA .- Hay que ver que bien hablas. CRIS .- Por lo tanto, ¡Viva la liberación! TINA .- Perdona, sigo sin entenderte ¿de qué te liberas ahora? CRIS .- No te has enterado. Lo dijeron hasta por la Tele, y en un informativo. TINA .- ¡Que me dices! Entonces, la cosa es seria. CRIS .- Lo será como las mujeres nos acojamos al derecho de disfrutar del trabajo. TINA .- De nuevo me he perdido… CRIS .- Es sencillo. Hablábamos de las mujeres que trabajan. Fíjate, que mira por donde ahora han descubierto que
durante el verano hay mujeres madres de familia que continúan trabajando… TINA .- ¿Y? CRIS .- De todos es sobradamente conocida, la forma masculina de los cónyuges que en verano permanecen en la ciudad mientras, que las mujeres con los niños durante las vacaciones emigran al pueblo, a la playa, etc, etc… Bueno, a estas personas simpáticamente se les bautizó con el nombre de los “Rodríguez”… TINA .- ¡Pobrecitos! Algunos dan verdadera lástima… Comiendo en el bar, con la misma camisa un día y otro, desaliñados, los pantalones sin planchar… CRIS .- ¡Una ful, guapa! Hay de todo… Algunos se dan una vidorra sin ataduras y libres como el viento, que ya, ya… TINA .- Los hombres solos, ya se sabe… CRIS .- Pues ahora también existen las “Beautiful Rodríguez”. Forman ese colectivo, ni más ni menos, las madres trabajadoras y que llegadas a estas alturas e inmersas en el estrés de la sociedad moderna en ocasiones, y por falta de coincidencia con las vacaciones del marido, han de continuar al pie del cañón en su puesto de trabajo… TINA .- ¿Se puede disfrutar trabajando? No me lo parece… CRIS .- A mí sin embargo me resulta genial… Imagínate: Mes de agosto, vacaciones de tu esposo, casita de pueblo alquilada
en “Valdetodos”, niños ansiosos por disfrutar de la piscina… Producto final: Mi marido y mis hijos, además de visitas inesperadas, todo un bendito mes al pueblo de marras y yo, aquí… A trabajar y a disfrutar de mis primeras vacaciones en muchos años… TINA .- Pues no le veo la ventaja. Te quedas trabajando en la ciudad y con casi cuarenta en el mercurio. CRIS .- Y que crees que iba a hacer si me marchará con ellos, trabajar. Pencar más que una burra antes, durante, mediante toda la estancia: Limpiando, cocinando, y todos los demás gerundios que se te ocurran… En cambio aquí… (Pausa) ¿No le ves el lado positivo? TINA .- No, no lo veo… CRIS .- Pues lo tiene. Déjame proseguir con mi plan particular: Media jornada laboral con aire acondicionado, o sea en la gloria. Sin tener que sufrir los torros perceptivos en doble turno de piscina a pleno sol... TINA .- Te arrepentirás. CRIS .- ¿Tu crees?… Continúo, llegada a casa: comida, plato, vaso, cubierto para uno… La sencillez personificada. La casa recogida en un plispás, la cama, sin el socavón que amenaza con desfondar la zona de mi marido, apenas revuelta cada mañana, la tele y lo que es más importante, el mando para mi sola...
CRIS .- Sola es lo que vas a sentirte, sola. TINA .- Pero, que dices criatura. Para acallar remordimientos, si es que éstos surgen, ya tengo el teléfono. Llamadita de control al móvil conyugal a mitad tarde, día sí y día no para no agobiar. Repartición de instrucciones claras y concisas, consejos, comentarios, etc, etc… y después a vivir. Que me apetece salir durante la tarde-noche: Cine, teatro, cenar, o ir de tapas, copa en una terraza… La perfecta “Rodríguez”. ¡Que felicidad! TINA .- Mujer, lo pintas tan idílico que al final me convencerás… CRIS .- En la vida hay que ser positivos. Sobre todo nosotras, que a menudo somos las que lo tenemos más crudo… Aunque, ya veremos lo que nos dura la alegría. TINA .- ¿Qué quieres decir? CRIS .- En cuanto algún listillo se aperciba de que para nosotras no resulta un sacrificio quedarnos trabajando en la ciudad, el colectivo de maridos en pleno son capaces de plantarse y exigirle a la patronal, e incluso al ministro de trabajo, que los cónyuges disfruten del permiso vacacional al mismo tiempo… Y, entonces se acabó el chollo. Así, que mientras éste dure, a partir de la próxima semana mi familia se va de holganza y para mí… ¡¡Son vacaciones!!
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