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La representación de las autoridades
El Estado y las autoridades que lo dirigen deben actuar en representación de todas las personas y pensar en el beneficio común.
Esto es similar a lo que sucede con el Consejo Estudiantil. En esa posición estás representando a tus compañeros y compañeras, y debes velar por cumplir con el encargo que te han hecho. Por ello, al decidir, no puedes pensar en lo que te conviene a ti, sino en los intereses de quienes representas. Eso te obliga a poner atención y cuidado en lo que haces y dices, porque sabes que tienes que responder ante ellos, quienes pueden pedirte que expliques tus acciones o decisiones.
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De la misma manera, el Estado, a través de sus autoridades, al actuar en representación del pueblo debe hacerlo con responsabilidad, eficacia, eficiencia, diligencia y calidad.
Debatir sobre las responsabilidades del Estado es debatir sobre el futuro del país
1 Primero
8 Octavo
Reparar las violaciones a los derechos de las personas por la falta o deficiencia de los servicios públicos
Garantizar a las personas, sin discriminación alguna, el efectivo goce de los derechos establecidos en la Constitución
2 Segundo
7 Séptimo
Garantizar a sus habitantes el derecho a una cultura de paz, a la seguridad integral y a vivir en una sociedad democrática y libre de corrupción
6 Sexto
Fortalecer y reconocer a las personas como sujeto y fin de las políticas económicas del Estado temas
5 Quinto
Garantizar que los servicios públicos de salud sean universales y gratuitos en todos los niveles de atención, es decir, diagnóstico, tratamiento, medicamentos y rehabilitación necesarios
4 Cuarto
Garantizar el proceder ético de la administración pública y proveer de servicios públicos de calidad a las personas
3 Tercero
Garantizar y defender la soberanía nacional y promover las buenas relaciones internacionales Fortalecer la unidad nacional en la diversidad
Responsabilidad, eficacia, eficiencia
El Estado es responsable cuando actúa en función de los intereses de todas las personas, sin descuidar los derechos de las minorías y, en especial, de aquellas personas que tienen más necesidad de protección. Evita, por tanto, beneficiar a determinados grupos de personas. Además es capaz de asumir y responder ante la colectividad por las consecuencias de sus actos.
Es eficaz cuando cumple con su mandato, cuando las personas sienten que se preocupa y resuelve sus problemas. Cuando ha construido un plan de gobierno que recoge las necesidades de todas las personas, en cualquier lugar del país que se encuentren. Cuando ejecuta ese plan y cumple con las metas que se ha planteado, en los plazos y tiempos previstos.
Es eficiente cuando ha logrado conseguir resultados al invertir adecuadamente los recursos sin desviarlos a otros propósitos, sin despilfarrarlos; al promover el ahorro o su utilización mesurada.
Es diligente cuando es capaz de actuar de manera oportuna para atender de manera inmediata las necesidades de la población.
Estado y democracia
La vigencia de la democracia y el adecuado funcionamiento del Estado demandan la consolidación de sus instituciones. Eso no solo supone la existencia de una Constitución y de leyes sino también su aceptación y observancia por parte de la gente. Es preciso desarrollar una cultura ciudadana orientada a la consolidación de la institucionalidad. Dicho de otra manera, es necesario que la población se convenza de la importancia de respetar las normas de convivencia para que la democracia funcione.
Las transformaciones de los Estados no solo se dan por influencias foráneas o espontáneas. Son también fruto de un esfuerzo interno y consciente de cambio y modernización. Debe reali- zarse una radical modernización del Estado que vuelva más eficientes y participativas las instancias de dirección y administración. Esto debe ir acompañado de un empeño por promover la institucionalidad de los órganos del sector público, para que cumplan sus funciones al margen de influencias y coyunturas personales.
Por ejemplo, al tomar medidas urgentes para evitar que se expanda una gran epidemia o al atender a las víctimas de catástrofes.
Promueve la calidad cuando el pueblo accede a servicios públicos donde lo tratan con amabilidad, preocupación y consideración; cuando se siente persona y no objeto de atención; cuando los funcionarios no hacen favores, sino que cumplen sus servicios como una obligación que tienen con la gente.
Si el Estado desarrolla todas estas cualidades, podremos decir que está al servicio de la gente. De lo contrario, estaremos ante un Estado que, más bien, se sirve de la gente.
Para lograr que el Estado cumpla con estos fines y para evitar el abuso de poder, la Constitución fija límites precisos al poder y establece que, en caso de abuso o incumplimiento, las autoridades pueden ser sancionadas o destituidas.
Además, si este incumplimiento causa daños, señala que el Estado está obligado a repararlos. Y por último, reconoce el derecho del pueblo a rebelarse, es decir, a protestar e impugnar a las autoridades que no cumplen con su función.
Mandante Persona que, en el contrato consensual llamado mandato, confía a otra su representación personal. En una democracia, los mandantes son los ciudadanos que eligen sus autoridades.