La intervención de los militares en la política ha sido una constante en la historia del Ecuador y también en los países latinoamericanos desde su constitución como estados independientes, hasta finales del siglo XX. El fondo invariable que ha motivado la presencia militar en la política nacional, ha consistido en que el poder militar se ha visto obligado a sustituir aquello que faltaba: un Estado realmente tal; fuerzas políticas organizadas y capaces de eficaz desempeño; grupos sociales bien constituidos.