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niño hambriendo y buitre de Kevin Carter
Kevin Carter conocía el hedor de la muerte. Como miembro del Bang-Bang Club, un cuarteto de valientes fotógrafos que narraban la Sudáfrica de la era del apartheid, había visto más angustia de la que le correspondía. En 1993 voló a Sudán para fotografiar la hambruna que asolaba esa tierra. Agotado después de un día de tomar fotografías en el pueblo de Ayod, se dirigió al bosque abierto. Allí escuchó gemidos y se encontró con un niño demacrado que se había derrumbado camino a un centro de alimentación. Momento Preciso
Mientras tomaba la foto del niño, un buitre regordete aterrizó cerca. Según los informes, a Carter se le había aconsejado que no tocara a las víctimas debido a una enfermedad, así que, en lugar de ayudar, pasó 20 minutos esperando con la esperanza de que el pájaro acechador abriera sus alas. No lo hizo. Carter asustó a la criatura y vio como el niño continuaba hacia el centro.
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Luego encendió un cigarrillo, habló con Dios y lloró.
El New York Times publicó la foto y los lectores estaban ansiosos por saber qué le sucedió al niño y por criticar a Carter por no acudir en ayuda de su sujeto en cuestión. Legado
Su imagen se convirtió rápidamente en un caso de estudio desgarrador en el debate sobre cuándo deberían intervenir los fotógrafos. Investigaciones posteriores parecieron revelar que el niño sobrevivió, pero murió 14 años después de la fiebre de la malaria.
Carter ganó un Pulitzer por su imagen.
niño hambriento y buitre|
Mientras tomaba la foto, un buitre aterrizó cerca. A Carter se le había aconsejado que no tocara a las víctimas, así que, en lugar de ayudar, pasó 20 minutos esperando a que el pájaro acechador abriera sus alas.
Kevin Carter, 1993
