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Edvard Munch

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Paul Gauguin

Paul Gauguin

“El arte es la forma de la imagen que se forma sobre los nervios, el corazón, el cerebro y los ojos del hombre”.

Edvard Munch (Løten, 1863-Oslo, 1944) fue un pintor y grabador noruego. Hijo del médico militar Christian Munch y Laura Cathrine, tuvo una infancia muy difícil, ya que su madre y su hermana mayor murieron de tuberculosis cuando él era muy joven, y su padre era un hombre de economía modesta dominado por obsesiones de tipo religioso. De todo ello surgió una personalidad conflictiva y un tanto desequilibrada, que él mismo consideraba la base de su genio.

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Desde muy joven, en la década de 1880, el artista Munch buscaba expresar sus experiencias emocionales en el arte. Así representó la ruptura con el predominante enfoque del naturalismo en lo externo y objetivo.

Se anticipó al cambio que inunda la década de 1890 hacia lo subjetivo y lo psicológico. Sus evocativas obras sobre la angustia influyeron profundamente en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX.

El pintor decía de sí mismo que, del mismo modo que Leonardo da Vinci había estudiado la anatomía humana y diseccionado cuerpos, él intentaba diseccionar almas.

Melancolía Edvard Munch, 1891. Colección particular.

Anochecer en la Calle Karl Johan Edvard Munch, 1892. Museo: Rasmus Meyer Collection, Bergen, Noruega. Por ello, los temas más frecuentes en sus obras fueron los relacionados con los sentimientos y las tragedias humanas, como la soledad (Melancolía), la angustia (El grito), la muerte (Muerte de un bohemio) y el erotismo (Amantes, El beso).

Munch fue influenciado por impresionistas como Édouard Manet y más tarde por artistas del postimpresionismo como Vincent van Gogh y Paul Gauguin. Durante estos primeros años, experimentó con muchos estilos, incluidos el naturalismo y el impresionismo. Algunas obras tempranas recuerdan a Manet.

Muchos de estos intentos le acarrearon críticas desfavorables por parte de la prensa y le valieron constantes reproches por parte de su padre, quien, sin embargo, le proporcionó pequeñas sumas para los gastos de manutención.

En un momento, sin embargo, el padre de Munch, tal vez influenciado por la opinión negativa del primo de Munch, Edvard Diriks (un pintor tradicional establecido), destruyó al menos una pintura (probablemente un desnudo) y se negó a adelantar más dinero para materiales de arte.

La mujer en tres etapas Edvard Munch, 1894. Kode Art Museum, Bergen, Noruega.

El grito es la obra más famosa de Munch y una de las pinturas más reconocibles de toda la historia del arte. Esta obra existe en cuatro versiones: dos pasteles (1893 y 1895) y dos pinturas (1893 y 1910). También hay varias litografías de El grito (1895 y posteriores). Se ha interpretado ampliamente que representa la ansiedad universal del hombre moderno. Pintada con amplias franjas de color chillón y formas muy simplificadas, y empleando un punto de vista alto, reduce la figura agonizante a un cráneo ataviado en medio de una crisis emocional.

Con esta pintura, Munch cumplió su objetivo declarado “del estudio del alma, es decir, el estudio de mí mismo. Más tarde describió la angustia personal detrás de la pintura, estaba tensionado hasta el límite: la naturaleza gritaba en mi sangre... Después de eso, perdí la esperanza de poder volver a amar”.

En su intento por expresar los “estados más sutiles del alma”, Munch desarrolló su característico estilo. Para expresar sentimientos fuertes y sutiles era necesario otra forma de expresión diferente al naturalismo. En la obra de Munch se mezclan la realidad interior y exterior en grandes superficies limitadas por contornos claros.

Después de numerosos experimentos, Munch llegó a la conclusión de que el lenguaje impresionista no le permitía una expresión suficiente. Lo encontró superficial y demasiado parecido a la experimentación científica.

Sintió la necesidad de profundizar y explorar situaciones llenas de contenido emocional y energía expresiva. Bajo el mandato de Jæger de que Munch debería “escribir su vida”, lo que significa que Munch debería explorar su propio estado emocional y psicológico, el joven artista comenzó un período de reflexión y autoexamen, registrando sus pensamientos en su “diario del alma”

Munch a menudo usa sombras y anillos de color alrededor de sus figuras para enfatizar un aura de miedo, amenaza, ansiedad o intensidad sexual.

No tardó en crear un estilo sumamente personal, basado en acentuar la fuerza expresiva de la línea, reducir las formas a su expresión más esquemática y hacer un uso simbólico, no naturalista, del color, y de ahí su clasificación como pintor simbolista. Durante la Segunda Guerra Mundial Munch se hace mundialmente conocido y expone por primera vez sus cuadros en los Estados Unidos en 1942 en Nueva York. Con motivo de su 80 cumpleaños es objeto de grandes homenajes. A pesar de su mal estado de salud, sufre continuamente resfriados, acude a todos ellos con gran honor.

Se le considera precursor del expresionismo por sus evocativas obras sobre la angustia y su fuerte expresividad de los rostros que influyeron profundamente en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX, además es considerado como el mejor pintor noruego de todos los tiempos.

Amor y dolor Edvard Munch, 1895. Museo Munch, Oslo, Noruega.

Madona Edvard Munch, 1895. Museo: Galería Nacional de Oslo, Noruega. Munch murió en su casa de Ekely, cerca de Oslo, el 23 de enero de 1944, aproximadamente un mes después de cumplir los 80 años. Su funeral orquestado por los nazis sugirió a los noruegos que era un simpatizante de los nazis, una especie de apropiación del artista independiente.

La ciudad de Oslo compró la finca Ekely a los herederos de Munch en 1946; pero su casa fue demolida incomprensiblemente en mayo de 1960. Tras su muerte, Ekely donó a la ciudad de Oslo el conjunto de cuadros, grabados y dibujos propios que obraba en su poder. Para celebrar el centésimo aniversario de su nacimiento, se inauguró en 1960 el Museo Munch de Oslo.

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