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Toulouse Lautrec
Henri de Toulouse Lautrec (Albi, Francia, 1864 - Malromé, 1901) fue un pintor, dibujante y cartelista francés, considerado como uno de los artistas más representativos de la bohemia parisiense finisecular, cuyos personajes y ambientes reflejaba en sus cuadros con una insólita libertada creativa, preludiando las nuevas tendencias del arte contemporáneo.
Nació en el seno de una familia aristocrática y tuvo una infancia y una adolescencia felices, aunque sufrió dos caídas graves que le atrofiaron los miembros inferiores y le impidieron alcanzar una estatura normal, pues medía 1.50 m aproximadamente y tenía una cabeza desproporcionadamente grande, lo cual le daba un aspecto deforme, condición que no le impidió relacionarse y mantener una vida social normal.
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Pelirroja Toulouse Lautrec, 1889. Museo d’Orsay, París, Francia.


Comenzó a dibujar en la infancia y posteriormente se formó en academias como las de Léon Bonnat y Fernand Cormon, donde conoció a Émile Bernard, Louis Anquetin y Vincent van Gogh, de quien hizo un excelente retrato (1887, Stedelijk Museum, Ámsterdam). En 1885 abrió un taller en Montmartre y desde entonces se dedicó a la creación pictórica, integrándose plenamente en el ambiente artístico parisino que en aquella época buscaba por diversos medios la superación del impresionismo.
Toulouse-Lautrec se relaciona con Paul Gauguin, del cual tomó algunos rasgos estilísticos, como el uso de los contornos pronunciados. Pero las obras que más influyeron en su peculiar estilo fueron las de Edgar Degas y las estampas japonesas ukiyo-e. Del grabado japonés tomó la liberación del color de toda función descriptiva, su extensión en amplias superficies y la línea sinuosa, mientras que de los maestros del impresionismo admiraba especialmente la captación de la realidad inmediata.
Una de las primeras obras en las que se encuentra ya su propio estilo es En el circo Fernando (1888, Art Institute, Chicago), en la que refleja el mundo del espectáculo. Los personajes del cuadro poco tienen que ver con la formación impresionista del artista, pues sus rasgos caricaturizados están más próximos al arte oriental.
En el circo Fernando Toulouse Lautrec, 1888. Museo National Gallery of Scotland, Edimburgo, Reino Unido.

En el Moulin Rouge: el baile. Toulouse Lautrec, 1890. Museo de arte de Philadelphia, Estados Unidos. Con Baile en el Moulin Rouge (1890) comienza una serie de escenas de danza que constituyen el inicio de su período de madurez. La composición es una de las más ambiciosas y admirables del artista.
La acentuada perspectiva del local es introducida por el personaje femenino del primer plano; en un segundo término se reserva un espacio vacío para la danza de Valentin le Déssossé y la Goulue; al fondo, los espectadores, entre los que encontramos personajes del círculo de Lautrec, como su padre, con larga barba blanca, y el fotógrafo Paul Sescau, que retrató excelentemente al pintor; en el último plano, los árboles tras la ventana.
La escena nos sumerge en el bullicio nocturno iluminado por luces artificiales y refleja toda la tristeza oculta tras la supuesta alegría. El cuadro se expuso, desde 1890 hasta 1893, en el propio Moulin Rouge.
En el salón de rue des Moulins (1894, Museo Toulouse-Lautrec, Albi) es una obra representativa del ambiente de un prostíbulo que el artista solía frecuentar, logrando plasmar en el cuadro un espacio audazmente escalonado y con grandes extensiones de color. Además de cuadros llenos de vivacidad y movimiento, Toulouse-Lautrec realizó innumerables apuntes y dibujos rápidos, así como unos treinta carteles publicitarios de cabaret y productos comerciales.
Para los carteles, Toulouse-Lautrec creó un tipo de figura estilizada y adoptó unas tonalidades que ejercieron una influencia profunda y duradera en posteriores realizaciones de este tipo. La predisposición del artista a la síntesis y la acentuación de las formas permiten al espectador captar rápidamente el mensaje de los carteles, así como su eficaz estructura ornamental.

Moulin Rouge: La Goulue Toulouse Lautrec, 1891. Museo Toulouse-Lautrec, Albi, Francia.


Salón de la Rue des Moulins Toulouse Lautrec, 1894. Museo Toulouse-Lautrec, Albi, Francia.
En sus litografías retrató a personajes emblemáticos de la Belle Époque y despreciaba a los pintores de paisajes y de los impresionistas de la generación anterior, sólo respetó a Degas, por su gusto similar por las bailarinas, el circo y los interiores.
Sus óleos son escasos pero en ellos se puede ver el mismo gusto por los ambientes y personajes bohemios, la espontaneidad y el movimiento y los encuadres inusuales tomados de la fotografía y la estampa japonesa.
En 1899, Toulouse-Lautrec fue internado en una clínica para seguir un tratamiento de desintoxicación etílica. Allí profundizó en el estudio de la luz artificial coloreada y en su estilo expresionista. Las creaciones de esta última época, tras una grave crisis de salud, están imbuidas de tintes sombríos; el artista falleció prematuramente a los treinta y seis años de edad.
Toulouse-Lautrec fallecería en el recién nacido siglo a los 36 años de edad. La sífilis y eldelirium tremens destrozaron su cuerpo y mente. Embriagado de absenta, llegó a disparar a las paredes de su casa creyendo que estaban llenas de arañas. Poco después fallecería en su cama. El Moulin Rouge, el Mirliton, el Moulin de la Galette o Le Chat Noir, perdieron a su mejor cliente y promotor.