Miguel de Cervantes Saavedra
DON QUIJOTE (II PARTE) Resumen argumentativo: Prólogo El autor se dirige al lector a propósito de una edición de la segunda parte del Quijote, aparecida un año antes de la escrita por Cervantes, firmada por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, cuya identidad real nunca se conoció y se refiere a las ofensas consignadas en la edición apócrifa contra Cervantes, en particular su edad y su condición de manco. Sobre lo primero contesta que “no se escribe con las canas, sino con el entendimiento”, y sobre lo segundo, que su manquedad no nació en una taberna, sino en una ocasión gloriosa (la Batalla de Lepanto), agregando que “el soldado más bien parece muerto en la batalla que libre en la fuga”. Le solicita al lector que, si llega a conocer al imitador, le diga que no se siente agraviado, pues comprende las “tentaciones del demonio”, y que le narre dos cuentos alusivos a que no es tan fácil escribir un libro y al escarmiento que aquél habrá de sacar de su atrevimiento. Expresa no temer a la amenaza de Avellaneda en el sentido de quitarle ganancias con su libro y exalta la protección que ha recibido del conde de Lemos y de don Bernardo de Sandoval. Termina entregando al lector “A don Quijote dilatado, y, finalmente, muerto y sepultado, porque ninguno se atreva a levantarle nuevos testimonios.” Capítulos I y II Las andanzas narradas en la primera parte de esta novela terminaron cuando don Quijote fue traído por sus amigos a su casa en una jaula. Ahora permanece en cama recuperándose de tantas calamidades. El barbero y el cura se abstienen durante un mes de visitarlo. Cuando deciden hacerlo, lo encuentran en principio lúcido, para alegría de ellos, de la sobrina y el ama. Pero basta con que se mencione que los turcos están preparando una gran armada para atacar a España, para que don Quijote exponga una solución: que el rey convoque a todos los caballeros andantes de la nación, los cuales, por pocos que sean, podrán dar buena cuenta de grandes ejércitos. Hay