Memorias Seminarios IMV

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© 2024 Asociación Mexicana de Semilleros A. C. (AMSAC) Vito Alessio Robles 166, Florida, C.P. 01030, Ciudad de México. Impreso y hecho en México. www.amsac.org.mx

Logística de los eventos: Alma Ugarte y Carlos Monroy.

Revisión: Marlene Ortiz.

Coordinación editorial: Rosario Taracena.

Un diálogo sobre innovación para el campo

La Asociación Mexicana de Semilleros, A. C. (AMSAC) llevó a cabo dos Seminarios Técnicos sobre Innovación del Mejoramiento Vegetal (IMV) del 27 al 30 de agosto de 2024 con apoyo de dos instituciones de enseñanza e investigación agrícola: el Colegio de Posgraduados (Colpos, ubicado en Texcoco, Estado de México), y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN, en Saltillo, Coahuila).

El seminario en Colpos contó con la presencia de 45 personas, mientras que el de la UAAAN tuvo 73 asistentes, lo que suma un total de 118 participantes, en su mayoría estudiantes y académicos de los pogramas de posgrado de estas instituciones.

Estos seminarios tuvieron como propósito generar un diálogo constructivo sobre las nuevas tecnologías de mejoramiento vegetal con especialistas nacionales e internacionales que presentaron un amplio panorama de la IMV y las perspectivas que ofrecen estas tecnologías para el futuro del campo.

El presente documento busca dar cuenta de la dinámica y los contenidos compartidos con la comunidad académica en estos encuentros académicos. Agradecemos a las autoridades del Colpos y de la UAAAN su valiosa colaboración para hacerlos posibles.

Aprovechar el potencial de la IMV

El potencial de las nuevas tecnologías de mejoramiento vegetal es enorme, por ello en AMSAC nos interesa que México pueda aprovechar los avances más recientes en este ámbito para ponerlos al servicio de los productores agrícolas. Con esta visión organizamos un par de seminarios técnicos sobre Innovación del Mejoramiento Vegetal con dos de las principales instituciones educativas que forman profesionales enfocados en el agro: el Colegio de Postgraduados, y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

Estos centros de estudio nos abrieron sus puertas de forma generosa y contribuyeron a convocar tanto a estudiantes de posgrado como profesores para mantener un diálogo sobre las nuevas tecnologías de mejoramiento con una agenda de dos días con especialistas nacionales e internacionales que presentaron, desde un repaso histórico del mejoramiento genético, hasta ejemplos de aplicaciones de las nuevas tecnologías en varios cultivos para diversos países.

La IMV es una de las líneas estratégicas del eje de trabajo de Vinculación Cooperación y Transferencia Tecnológica de AMSAC, donde colaboramos con instituciones públicas y privadas a fin de apoyar la investigación e identificar las mejores vías de transferencia tecnológica.

El propósito de estos Seminarios IMV fue iniciar una conversación entre estudiantes, académicos, investigadores, fitomejoradores, gobierno y representantes de empresas semilleras a fin de formar una red de aliados que incluya a actores públicos y priva-

dos. El objetivo en AMSAC es trazar líneas de trabajo conjunto y contribuir a formar colaboraciones productivas y permanentes.

Con este esfuerzo buscamos también transferir información, identificar áreas de oportunidad para difundir las nuevas herramientas de mejoramiento vegetal, que los mejoradores en las instituciones de investigación pública y las empresas puedan ofrecer mejores variedades vegetales y semillas con las características que demanda la agricultura actual y, finalmente, contribuir a resolver importantes problemas como la creciente demanda de alimentos y otros que plantea el cambio climático.

La IMV es una herramienta ideal para generar variedades con mayor valor nutrimental o resistentes a plagas y a sequías, pues hoy padecemos la falta de agua, pero podemos tener variedades que hagan un uso más eficiente de este recurso. Si caminamos en esta dirección, estaremos abonando a la solución de problemas urgentes. Sabemos que las herramientas que brinda la IMV no son una varita mágica, pero estamos convencidos de que abren posibilidades y aportan un gran valor a nuestra agricultura.

Evolución del mejoramiento vegetal

La invención de la agricultura y el mejoramiento genético han sido el detonador de las civilizaciones como las conocemos: la Mesopotamia, la civilización China, Mesoamérica o la región andina, donde se inventó la agricultura. El mejoramiento genético tiene una relación causal con el crecimiento de la población en todo el orbe.

Esta presentación ofreció un recorrido histórico sobre las técnicas de mejoramiento vegetal, desde los inicios de la agricultura hasta la actualidad.

Se destacó que la selección masal simple fue uno de los principales métodos utilizados para lograr el mejoramiento vegetal en

Estados Unidos de América a partir de los años 30 del siglo XX, cuando el empresario Henry Wallace fundó la empresa Pioneer Hi-Bred en Iowa.

Los estudios enfocados en el mejoramiento genético aparecieron en Estados Unidos en la Universidad de Missouri a finales de los años 20, y a principios de los años 30 se registran las primeras variedades obtenidas por mutaciones.

Ahora este método se usa de forma rutinaria y esto es motivo de discusión en países como Canadá, donde estas variedades pasan el mismo proceso de aprobación que las genéticamente modificadas.

En el siglo XX se inició el mejoramiento genético con herramientas biotecnológicas. Si bien la estructura de la doble hélice del ADN se dio a conocer en 1953, los primeros resultados llegaron hasta la década de los años 80 (la primera planta transgénica se generó en 1986).

La selección asistida por marcadores se inició en los años 80, y la década de los 90 fue pródiga en surgimiento de las técnicas de marcadores genéticos, que hoy se utilizan de forma rutinaria en muchas empresas.

A principios del siglo XXI se descubrió el ARN de interferencia (conocido por las siglas ARNi) que son pequeñas moléculas de apenas 20 a 25 nucleótidos. En la actualidad el ARNi se ha establecido como una herramienta eficaz para silenciar la expresión de genes de microorganismos fitopatógenos.

En lo que va del siglo XXI han surgido avances importantes en la edición genómica, la cual aprovecha los mecanismos de reparación y recombinación del ADN para generar cambios en las plantas y acelerar los procesos de fitomejoramiento.

Legislación aplicable a las variedades mejoradas en México

Dr. Leobigildo Córdova Téllez, Titular del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS)

Es importante generar variedades vegetales para producir suficientes alimentos y proveer a una población en constante crecimiento de manera sostenible. En este contexto, los productores necesitan más y mejores variedades vegetales, aunque para producirlas se requiere generar innovación.

Hacer innovación implica una inversión a largo plazo (de 10 años o incluso más) y, para que valga la pena esta inversión, se requiere reconocer el intelecto, así como la inversión realizada por lo que es necesario contar con mecanismos que ayuden a recuperar la inversión para poder seguir generando más innovaciones.

Para adquirir un título de obtentor en México es necesario demostrar que una nueva variedad vegetal es, efectivamente nueva, distinta a las existentes, homogénea, estable y que cuente con una denominación, es decir, un nombre.

El procedimiento para registrar una nueva variedad vegetal y recibir el título de obtentor (TO) se hace ante el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) y consta de cuatro fases:

1) Presentación de la solicitud.

2) Examen de forma (a cargo del SNICS).

3) Examen de fondo (a cargo de Grupos de Apoyo Técnico.

4) Verificación por el Comité de Variedades Vegetales y emisión del título por parte del SNICS.

El título de obtentor reconoce y protege la propiedad intelectual de la persona o empresa para “aprovechar y explotar, en forma exclusiva y de manera temporal, una variedad vegetal mejorada o su material de propagación”.

En el caso de las especies perennes (forestales, frutícolas, vides, ornamentales), el TO es de 18 años y de 15 años para el resto de las especies.

Métodos para hacer edición

de genes (ZFN, TALENs, CRISPR-Cas)

La edición de genes implica cambios en los genes naturales de los organismos. Si bien no se introduce nada nuevo al organismo, al hacer cambios podemos diseñar fenotipos de interés y, para lograrlo, existen varias formas: a través de los dedos de zinc (ZFN), los TALENs y CRISPR-Cas.

CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats o Repeticiones Palindrómicas Cortas, Agrupadas y Regularmente Interespaciadas) es un sistema de defensa contra los virus, y tiene muchas aplicaciones prácticas.

Esta tecnología marca el fin de las plantas transgénicas y da origen a las plantas editadas. En lo relativo a la fitosanidad, esta tecnología permite diseñar plantas resistentes a plagas y enfermedades, e incluso a estrés de tipo medioambiental.

El surgimiento de las nuevas técnicas de edición de genes implica una actualización del conocimiento, pues no importa si quienes se dedican al mejoramiento vegetal son fitomejoradores o fitopatólogos, todos necesitan entender los genomas completos, la bioinformática y temas moleculares.

En la experiencia de Estados Unidos, los estudiantes de preparatoria son perfectamente capaces de entender y aplicar estos conocimientos porque no es nada del otro mundo.

A nivel básico la edición de genomas se puede comparar con la edición de textos en una computadora, pues con cambiar una letra se cambia el significado. A nivel genético es el mismo principio: basta con cambiar una de las bases de la secuencia de ADN y un gen se activa, se desactiva o adquiere otra función.

Para cambiar un gen de manera específica se utilizan nucleasas que se pueden programar mediante mecanismos que la célula usa de forma natural. Cuando hay una lesión en el ADN la célula tiene que repararlo.

Como todo esto ocurre de forma natural, al hacer la edición de genomas solamente se induce una lesión en el ADN y en el blanco que nos interesa; así se aprovechan los mecanismos naturales para reparar los daños en el ADN y se obtiene una planta editada en un gen específico.

Existen situaciones, donde no hay resistencia genética natural a una enfermedad, y se puede partir del genotipo y diseñar un fenotipo. En la yuca, por ejemplo, se logró generar resistencia contra la enfermedad de la raya marrón.

Aplicaciones de la IMV para productos con enfoque al consumidor

La plataforma de edición de genes de la Alianza Biodiversity International y CIAT tiene como objetivo hacer uso de las herramientas de edición de genes como CRISPR-Cas, que es un componente esencial para una agricultura más nutritiva y productiva, que proteja la biodiversidad y el medioambiente, y garantice un suministro constante de alimentos.

Se utiliza CRISPR-Cas para obtener nuevas variedades y realizar pruebas-concepto y validación de genes mediante la reparación por recombinación no homóloga. Con ello, se busca acelerar el mejoramiento de cultivos bandera en el CIAT como son: arroz, yuca, forrajes y frijol.

En el caso del arroz esta tecnología se usa para tener cultivos más sanos y para protegerlos del medioambiente y contra el cambio climático. El arroz es un cultivo modelo que permite validar genes de yuca, cacao y frijol, permite editar genes más rápido y, también, ir al campo más rápido. Se aplica la metodología con Agrobacterium para transformar 36 genotipos diferentes entre variedades índicas, japónicas y silvestres. La tecnología CRISPR-Cas permite obtener plantas editadas en tres o cuatro meses.

En la línea de cultivos más sanos se busca tener cultivos con menos cantidad de cadmio y arsénico. Para el cadmio se ha identificado un gen involucrado en su absorción y se busca editar variedades comerciales y biofortificadas para saber si esto no afecta la absorción de otros elementos como hierro o zinc que son importantes para la salud. Las plantas editadas están siendo

evaluadas en sus concentraciones de cadmio en tallos, raíces y hojas e incluso en el grano.

Otro ejemplo de edición de genes es un proyecto para obtener líneas de arroz con mayor número de granos por panícula. Con la pérdida de dos nucleótidos se logró aumentar tres veces más la producción de granos a diferencia de una variedad no editada. Esta variedad ya se evaluó tres veces en campo, pero aún hay granos que faltan por llenar.

En yuca se trabajó con la Universidad de UC Davis para aprovechar la parte genética de líneas criollas y diseñar una variedad termotolerante. Se debe evaluar más de 300 líneas criollas para identificar genes por CRISPR y se buscará editarlos para ver si, efectivamente, están involucrados en las características de termotolerancia.

Los países a los que van dirigidos estos cultivos son aquellos que cuentan con un marco regulatorio para poder enviar ahí las nuevas variedades luego de haber sido evaluadas en campo.

Visita al CIMMYT

El primer día del seminario en Colpos tuvimos la oportunidad de visitar las instalaciones del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en El Batán, Estado de México. El CIMMYT es una organización internacional de investigación científica para el sector agrícola que se enfoca en desarrollar variedades mejoradas de maíz y trigo.

Arqueología genómica en el vegetal más antiguo del planeta

Se elaboró una “arqueología genómica” del vegetal más antiguo que es la especie Marchantia polymorpha, una planta hepática primitiva, pertenece a las briofitas, descendiente de las primeras plantas que colonizaron la tierra. Esta especie se conoce desde el siglo XIV y se utilizaba con miel para tratar heridas, ya que tiene un gran repertorio de metabolitos secundarios.

Esta planta tiene reproducción sexual y asexual, y se puede clonar a sí misma. Se pueden hacer cruzas con ella de manera muy sencilla lo que permite hacer genómica funcional. Se analizó a nivel molecular la forma de reproducción de esta especie porque

la Marchantia no tiene raíces, si no que cuenta con células únicas que se extienden y se anclan al sustrato para llevar nutrientes.

Se generaron mutantes y se encontró que el circuito mir166 y el factor transcripcional están involucrados en la formación de gemas que juegan un papel clave en la reproducción de estas plantas.

Entender este mecanismo de reproducción ha sido clave para proyectos con aplicaciones prácticas. Por ejemplo, se hizo un análisis de genómica comparativa y se vio que la Marchantia polymorpha tiene todos los genes para producir ácido ascórbico.

La vitamina C es esencial para los seres humanos, ya que es un antioxidante necesario y debemos consumirla de las plantas. Esta especie cuenta con las cuatro rutas que existen para producir ácido ascórbico, por lo que se utilizó el sistema CRISPR-Cas9 para generar ediciones del gen GLDH y estudiar la vía.

Las plantas de Marchantia comienzan a producir biomasa directamente sobre la superficie de la epidermis, hay crecimiento vertical con lo que producen mucha biomasa. Esto es interesante porque hay un proyecto de agricultura molecular en el que se usa a la Marchantia como chasis para producir fármacos y proteínas recombinantes para la salud humana, lo que permite crecer suficiente biomasa y extraer las proteínas.

Hay un proyecto para producir proteínas recombinantes a fin de tratar la leucemia linfocítica aguda. Se trata de ayudar al tratamiento de niños con esta enfermedad, ya que en México no se compra esa proteína libre de pirógenos, lo que provoca reacciones adversas como enrojecimiento y calentura e, incluso, recaídas en el hospital, y esta proteína ayudará por estar libre de pirógenos.

También se han identificado otras proteínas recombinantes contra la resistencia a antibióticos y un tratamiento contra la obesidad y la diabetes.

Productos editados genéticamente para pequeños agricultores del Sur Global

Al inicio la edición de genes era aleatoria, pero hoy se puede hacer de forma muy precisa, lo que cambia por completo el escenario del mejoramiento vegetal. Las científicas Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier identificaron el CRISPR y obtuvieron el premio Nobel por este descubrimiento.

La edición con CRISPR es mucho más rápida que las tecnologías anteriores y sus aplicaciones están en los campos terapéutico, biológico, agricultura y la biotecnología industrial. Algunos ejemplos de aplicaciones incluyen la producción de cerveza libre de lúpulo, incrementar la producción de frutas o verduras, hacer tomates picosos (con capsaicina) o alimentos sin gluten. Unos ya están el mercado y otros están en proceso para llegar ahí.

El CIMMYT trabaja con variedades de maíz, trigo, mijo, y se usan distintas tecnologías: CRISPR-Cas9, CRISPR-Cas12a, CRISPR-Cas13, Cas-CLOVER, Multiplex editing, y Prime editing.

El Dr. Bandyopadhyay presentó ejemplos sobre dos variedades de arroz en las que se cambió el número de estomas, que son unas pequeñas estructuras que están en las hojas de la planta y es donde ocurre la transpiración. Si el número de estomas se reduce, la planta puede retener más agua. Usaron CRISPR-Cas9 para editar el gen que regula el número de estomas; la planta editada se llevó al campo y comprobaron que la eficiencia de agua es mucho más alta.

Otro ejemplo es el desarrollo de un maíz resistente a la necrosis letal del maíz o MLN (maize lethal necrosis, en inglés) para África. El MLN es causado por dos virus: el Virus del Moteado Clorótico del Maíz (MCMV) y Virus del Mosaico de la caña de azúcar (SCMV).

Las plantas afectadas por estos virus presentan moteado severo y necrosis de las hojas y, por tanto, mueren rápidamente. El este de África es el más afectado por el MLN: casi medio millón de toneladas de maíz se perdieron en una temporada. La variedad más popular en África no es resistente a esa enfermedad. Luego de mucha investigación se encontró una variedad silvestre con resistencia a la enfermedad y se identificó el gen (C6QTL) que ofrece esa resistencia.

Trabajaron en colaboración con la empresa Corteva e hicieron las pruebas de campo en El Batán, Texcoco, y se enviaron las semillas a Naivasha, Kenia. Al comprobar su eficacia se siguió proceso de regulación para ese país. Se mostraron buenos resultados con poca infección con MLN. El gobierno determinó que las seis variedades probadas no son transgénicas y las aprobaron. El CIMMYT sigue desarrollando plantas editadas que se ofrecen sin costo a los países de África.

La edición genómica como

herramienta

de mejoramiento genético en la caña de azúcar

La empresa brasileña Centro de Tecnologia Canavieira (CTC) se enfoca en resolver problemas de la caña de azúcar, ya que es uno de los cultivos más importantes para Brasil, sobre todo para producir etanol porque este país es líder en cuanto a descarbonización y transición energética.

El nuevo CEO de la empresa propuso el reto de duplicar la productividad de la caña de azúcar para el año 2040, lo que implica

pasar de 75 toneladas por hectárea a 140 toneladas. Cabe señalar que más de 30% de la caña de azúcar que se planta en Brasil tiene genética de CTC.

CTC trabaja para identificar el valor de mercado de los caracteres deseables de este cultivo; por ejemplo, se enfoca mucho en el control de insectos, y lo hace casi siempre mediante organismos genéticamente modificados (OGMs), y para la parte de resistencia a enfermedades se apuesta más por la edición de genomas.

El caso de la roya anaranjada (enfermedad común en la caña de azúcar), CTC estudió todo el genoma para identificar los genes candidatos que se puedan editar y hacer variedades resistentes a ella.

Se han hecho análisis moleculares y pruebas de concepto con CRISPR. Hay también análisis de invernadero, pero para llevar un producto al mercado se requiere hacer muchos ensayos de campo.

La caña de azúcar es un cultivo complicado porque es de propagación clonal. Al pensar en hacer mejoras, la principal limitación es cómo hacer rentable la inversión.

La empresa tiene clones mucho más productivos que los que hay en el mercado, pero si tienen susceptibilidad a enfermedades, puede usar CRISPR para generar variedades resistentes y sacar al mercado nuevas variedades con mayor valor agregado.

Es posible generar OGMs que tengan control de insectos, tolerancia a herbicidas o resistencia a enfermedades, pero todas esas características tienen un costo de mercado diferente.

No es lo mismo generar resistencia a la broca o al picudo (porque el valor del mercado es significativo y me permite absorber los costos de laboratorio), pero si es una enfermedad en la que el productor no ve pérdida en su productividad, probablemente no va a pagar un costo extra por el producto, entonces la edición de genes permite generar y capturar el valor de mercado.

Regulación de la IMV en el mundo

Dr. Juan Manuel de la Fuente, Coordinador del grupo de IMV de la AMSAC

¿Qué países cuentan con un marco regulatorio aplicable a los productos desarrollados por IMV? América Latina es líder en este campo; países como Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Uruguay han desarrollado criterios regulatorios para los productos desarrollados por IMV. De manera general, en esta región aquellas variedades que no contengan ADN de otras especies se consideran plantas convencionales.

Hay países como Estados Unidos, Canadá, Nigeria, Kenia, Ghana, Australia, China y Japón (entre otros) que también han avanzado en el desarrollo de marcos regulatorios para la IMV. Por su parte, la Unión Europea está analizando si utilizará el mismo enfoque que predomina en el resto del mundo.

¿Qué hacer para que en México pueda aprovechar la IMV? Como en el resto del mundo se requiere promover el desarrollo, la adopción y el acceso a los beneficios de estas tecnologías, tanto por parte del sector público como del privado y, para ello, es vital un marco regulatorio que brinde certidumbre.

Panel: Perspectivas sobre el uso de la edición de genes

Participantes:

Dra. Sandra Valdés Gutiérrez – CIAT Colombia

Dr. Mario Arteaga Vázquez – Universidad Veracruzana

Ing. Antelmo Osorio – ASPROS

Dr. Carlos Hernández García – CTC Genomics

Dr. Amalio Santa Cruz Varela – COLPOS

Moderadora: Dra. Marlene Ortiz-Berrocal - AMSAC

Para este panel se propuso a los participantes responder a la pregunta general de cómo mejorar la educación sobre mejoramiento genético de plantas y cómo avanzar en cuatro líneas: establecer centros de excelencia, incrementar el involucramiento del sector privado, alinear la currícula de la universidad con las necesidades del campo y de la industria; y proveer capacitación continua.

Amalio Santacruz

Cuando estudié genética [en México] no había más que una materia relacionada con genética molecular, y cuando me trasladé a Estados Unidos vi un contraste muy grande. En la Universidad Estatal de Iowa las materias son teóricas, pero existe un eje vertebral de práctica y talleres. Había talleres de manejo de ADN, de transgénicos, de proteínas y de bioinformática […]. Al regresar en 2001 quisimos implementar esto e hicimos una propuesta, pero no tuvimos éxito, pero ahora ya tenemos materias de genómica de biología molecular y ya hay un cuerpo más consolidado, pero aún nos hace falta.

Sobre la escasez de recursos humanos, en Estados Unidos es muy clara y allá es más marcado el problema que aquí. La Universidad de Iowa es de las más reconocidas y solamente nos graduamos

siete fitomejoradores, y entre todas las universidades no llegamos a 40. Mi percepción es que se estaba molecularizando demasiado y se estaba dejando de lado el trabajo de campo.

Creo que en México tenemos recursos humanos, pero el enfoque debe estar en la calidad. El conocimiento va a seguir avanzando y los estudiantes de hoy deben ser capaces de familiarizarse con las técnicas que surjan en el futuro. Debemos enfocarnos en la calidad y en difundir y generalizar una currícula molecular desde la licenciatura y la preparatoria. Hacen falta propuestas académicas y currícula, pero eso debe estar en línea con un respaldo de infraestructura porque todas las instituciones estamos faltas de ella, de ahí la importancia de hacer convenios con instituciones internacionales y la iniciativa privada que tienen laboratorios más equipados.

Mario Arteaga

Las tecnologías pueden parecer complicadas, pero si eres capaz de entenderlas y difundir ese conocimiento, esto es lo más importante para crear una masa crítica que permita empujar este campo, cambiar legislaciones y cambiar mentalidades.

Cada quien desde su trinchera puede avanzar, pero definitivamente las colaboraciones nos pueden empujar a tener resultados en menor tiempo y tener un impacto mayor. Hay que analizar las fortalezas de las instituciones y hacer un esfuerzo común para tratar de difundir los temas con los jóvenes, desde la prepa y eso es clave para lograr un recambio generacional.

Un ejemplo de esto es la licenciatura en ciencias genómicas de la UNAM, donde hay jóvenes que aprenden sobre genómica y se les quita el miedo a hacer análisis que podrían parecer difíciles. Tuve la fortuna de dar pláticas en Fronteras de Ciencia y la clave con estos jóvenes es que estuvieron expuestos a experiencias científicas desde que eran más jóvenes.

Sandra Valdés

En el CIAT vemos que muchos jóvenes están más interesados en las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o los robots, y uno de los problemas que veo es que las universidades suelen separar el mejoramiento convencional de las nuevas tecnologías, pero a los jóvenes les interesan más las segundas, por eso es necesario integrar ambos campos.

Ya hay proyectos donde se unen todas esas materias en un solo proyecto para que los jóvenes mejoradores se interesen en seguir ese rumbo haciendo uso de las nuevas herramientas. Los jóvenes están interesados en lo que pasa en el celular y antes no teníamos acceso a esas herramientas, pero hay que interesarlos en el mejoramiento convencional para tener productos mucho más avanzados en poco tiempo. Es necesario desde la universidad integrar estas dos grandes ramas: lo molecular y lo convencional.

Antelmo Osorio

Las empresas semilleras nos dedicamos más a los métodos tradicionales de mejoramiento porque eso nos ha dado resultado, y el mejoramiento genético lo vemos como el futuro. Creo que mejoradores clásicos hay bastantes, pero el problema es la calidad. La vieja escuela dice que 80% del tiempo debes estar en campo y el resto en el laboratorio o la oficina. El problema ahora es que los jóvenes no quieren comprometer todo ese tiempo en campo; casi siempre prefieren estar desde la computadora, y eso es el mejoramiento para ellos. Aunque con las nuevas herramientas se van a volver más eficientes, hoy a los fitomejoradores no les gusta mucho el campo, pero creo que un fitomejorador debe ser apasionado y debe gustarle ir al campo. Hoy es más fácil hallar candidatos de mejoramiento molecular que mejoradores clásicos, de esos que son capaces de tomar las decisiones para definir el rumbo de la empresa; de ese nivel estoy hablando. El fitomejoramiento lo podemos hacer todos, pero hacerlo bien, ahí está el detalle.

El perfil del mejorador que la industria necesita ya cambió. Hoy como industria necesito un fitomejorador que tenga bases sólidas de genética cuantitativa, pero no sólo eso; necesito alguien que sepa bioinformática, que sepa programar y que sepa qué hacer con toda la información que viene de genotipado, que sepa hacer fenotipado en campo (pero no contando y midiendo manualmente), que sepa usar drones y usar tecnologías espaciales. Se requiere una persona que sea capaz de acercarse a tecnologías de machine learning, de inteligencia artificial, que esté abierta a manejar mucha información. En resumen, es un perfil mucho más amplio.

En la industria la división entre laboratorio y el mejoramiento tradicional es más marcada, porque no sólo tienes la parte molecular sino la edición de genomas, biólogos moleculares, gente especialista en manejo de datos y en la parte comercial, y todo eso es muy difícil adquirirlo cuando estás en la academia porque es difícil que los profesores tengan todas esas colaboraciones. De ahí la importancia de que los estudiantes se interesen en hacer estancias e internados en las empresas; eso les daría la visión amplia del perfil que las empresas buscan. Y hablar inglés, pues, ya obligatorio.

Marlene Ortiz

Hay que actualizar los planes de estudios y hacerlos más integrales. Hay que unir el mejoramiento tradicional con las nuevas tecnologías, y hay que colaborar. Colaboración es la palabra clave, y eso me lleva a la pregunta de ¿cuál es el papel de cada quién? Al hablar de cómo tener personas más preparadas, ¿dónde está la responsabilidad de estudiantes y profesores?

Antelmo Osorio

Como empresa estamos comprometidos con las prácticas profesionales porque en la práctica los estudiantes ven que, si fallan, hay consecuencias económicas, y en las empresas está la oportunidad de poner sus conocimientos en práctica.

Amalio Santacruz

Los profesores debemos preparar una malla curricular centrada y necesitamos la guía de gente con experiencia. Necesitamos un balance fino entre lo molecular y el campo. Las técnicas moleculares son poderosas, pero se requiere tener una base clásica sólida. Hay que ver el contexto de las nuevas técnicas y hacia dónde van.”

Sandra Valdés

No podemos quedarnos solamente en plantear el problema. Los profesores pueden ver dónde hacer las prácticas y buscar soluciones, y los estudiantes también pueden buscar dónde implementar las técnicas. Hay que buscar convenios donde se puedan hallar las soluciones.

Mario Arteaga

Hay que tener la capacidad de reconocer que no sabes de algo, porque a veces los tomadores de decisiones tienen un conocimiento limitado y deben rodearse de gente que les ayude a tomar mejores decisiones, y eso pasa en los salones de clase y en todos los ámbitos. Es importante escuchar a las demás personas. Si cada uno sabe lo que le toca hacer y lo hace, no debería ser complicado que las cosas funcionen.

Carlos Hernández

La industria debe jugar un papel activo de definir la currícula y los talleres que se dan en las universidades; no les puede dejar a las universidades esa tarea. La universidades también deben ser más receptivas. En San Louis estamos en una incubadora, en el tercer piso y en el primer piso está un colegio comunitario. Hicimos una colaboración con este colegio para enseñar las materias dos veces por semana, una científica de nuestra empresa las impartía. En MacAllen, Texas, también hay un convenio para mandar estudiantes de posgrado al laboratorio. La industria juega un gran papel, pero las universidades deben estar abiertas a trabajar con la industria.

Ejercicio de Comunicación

Este ejercicio consistió en dividir a las y los asistentes con el propósito de conformar grupos de discusión. A cada grupo se le pidió responder a preguntas frecuentes sobre la IMV y, de esta manera, identificar a aquellas personas que tienen potencial para comunicar estas tecnologías a audiencias más amplias.

Armados los grupos, se establecieron 15 minutos para que pudieran debatir sobre una pregunta frecuente y, después, cada grupo presentó sus conclusiones en una sesión plenaria.

Galería de fotos

¿Qué es la IMV?

La innovación del mejoramiento vegetal se refiere al desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías, métodos y conocimientos científicos para mejorar las características de las plantas cultivadas, y hacerlo de manera más rápida y precisa.

El objetivo es hacer variedades más productivas, resistentes a enfermedades y plagas, tolerantes a condiciones adversas (como sequía o salinidad), o más nutritivas, sostenibles y adaptadas a las necesidades del mercado.

En el siglo XX, la creciente comprensión de la fisiología vegetal y la biología molecular aceleró el desarrollo de nuevas variedades que probablemente no se habrían logrado sólo mediante la selección tradicional.

Las innovaciones del presente siglo se basan en este conocimiento para desarrollar variedades en respuesta a los desafíos ambientales, agrícolas y sociales de nuestro tiempo. Las innovaciones en el fitomejoramiento no pueden reemplazar ni reemplazarán las prácticas tradicionales, pero incrementan la gama de herramientas disponibles para hacer fitomejoramiento.

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