nº 81 Por ciertas circunstancias dejé la Orden en el año 1989, pero siempre la eché de menos. Desde entonces estuve en muchos sitios diferentes de este tipo, he conocido muchas tendencias filosóficas a lo largo de mi vida, muchas, pero ninguna se puede comparar con la filosofía de la AMORC.
para ver dólmenes y cosas así, en las que podíamos hablar más tranquilamente. La Soror Carmen Manrubia fue el verdadero motor de todo aquello, personalmente nunca podré estar más agradecido por todo lo que hizo por mí. Ella nos enseñaba muchas cosas relacionadas con la Orden, con las monografías y con los símbolos rosacruces. Éramos muy jóvenes y ella nos guió por el sendero de la Rosa-Cruz de una forma magistral. Luego, alrededor del año 1986, conseguimos organizar un pequeño grupo rosacruz en Girona, en el barrio de San Narciso, donde realizábamos nuestras Convocaciones y demás trabajos propios de la Orden.
nes rosacruces que me han ayudado enormemente, Siempre he llevado a la Orden en mi corazón, interiormente sentía que mi espíritu rosacruz seguía vivo, pero al romper la afiliación se rompió también lo que me conectaba con ella, ese hilo sutil… es difícil expresarlo con palabras. ¿Y no ha considerado regresar alguna vez a la Orden como miembro activo? ¡Ya lo hice!, después de tantos años necesitaba ser rosacruz de nuevo, ser miembro de verdad, no sólo pensar en mi interior que lo era, sino hacerlo efectivo, sentir que pertenecía de nuevo. Así que un feliz día tomé la decisión de escribir a la Gran Logia, y he reiniciado mis estudios rosacruces. Anteriormente yo estaba en un grado avanzado, pero a estas alturas de
Ha llovido mucho desde entonces… Ya lo creo. Por ciertas circunstancias dejé la Orden en el año 1989, pero siempre la eché de menos. Desde entonces estuve en muchos sitios diferentes de este tipo, he conocido muchas tendencias filosóficas a lo largo de mi vida, muchas, pero ninguna se puede comparar con la filosofía de la AMORC. Nunca dejé de practicar los ejercicios, ni de recitar ciertas oracio-
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