
26 minute read
No es lo mismo ni es igual: Por un concepto de nación cristianizado Reflexionando con la Fratelli Tutti
Por un concepto de nación cristianizado Reflexionando con la Fratelli tutti
P. Pablo Mella Febles, sj
Advertisement
pablomellasj@yahoo.es
La encíclica Fratelli tutti del papa Francisco, publicada el 3 de octubre de 2020, desarrolla una crítica importante a cierto concepto de nación bien extendido que impide el desarrollo de la fraternidad universal anunciada por Jesucristo. Queremos profundizar sobre este tema ya que en febrero celebramos la independencia nacional. Preguntémonos: ¿qué idea de nación impide el cultivo de la fraternidad cristiana y cómo corregir ese defecto?
La raíz del problema
La encíclica papal parte de una constatación preocupante, no de un principio abstracto ni una idea previa. Al observar el momento histórico actual, constata cómo determinados nacionalismos vienen acompañados de ideas y conductas destructivas que desembocan en conflictos violentos. Ciertas acciones violentas contra no nacionales se pretenden legitimar a nombre de la defensa de los intereses de la nación. «La historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos. En varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales (Fratelli tutti, n. 11; de ahora en adelante se usará solo la sigla FT seguida del número citado). ¿A qué ideología se referirá el Papa? La encíclica encuentra la raíz de este problema en lo que podemos denominar la ideología neoliberal de la globalización (FT, 12; ver 168-169). Esta ideología social funciona de la siguiente manera. Primero convida enérgicamente a todas las comunidades y personas, en sus diversas escalas, a «abrirse al mundo»; pero inmediatamente coopta esa invitación de acuerdo a los intereses económicos y financieros que benefician unas élites económicas, las cuales, paradójicamente, funcionan transnacionalmente. En nuestro país es fácil constatar lo mismo.
El Papa enjuicia este reduccionismo economicista por los efectos que conlleva sobre las culturas locales que se ven estandarizadas para fines comerciales. Para ilus-
trar este punto, recordemos lo que ha pasado con la bachata. De grito desgarrado popular de gente campesina y barrial, ha sido suavizada electrónica e instrumentalmente para complacer los oídos estandarizados del mercado internacional. Es este tipo de música edulcorada la que se elige para presentar ante el mundo la nueva oferta turística de República Dominicana, ahora regionalmente segmentada.
He aquí las palabras del Papa que enjuician este fenómeno cultural invasor: «Los conflictos locales y el desinterés por el bien común son instrumentalizados por la economía global para imponer un modelo cultural único. Esta cultura unifica al mundo pero divide a las personas y a las naciones, porque “la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos”. Estamos más solos que nunca en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia. Hay más bien mercados, donde las personas cumplen roles de consumidores o de espectadores.» (FT, 12).
La frase emblemática de la cita anterior, «la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos», está tomada de la encíclica social Caritas in veritate del papa Benedicto XVI. La ideología de la marca país y de la marca región se encuentran entre las mejores manifestaciones de este fenómeno. Mientras la ideología de la marca país puede beneficiar al turismo transnacional, los muros de los hoteles y la privatización de las playas le dicen en la cara a los pobres lugareños que allí no son bienvenidos.
Las manifestaciones patológicas del problema
Una vez instalado el virus neoliberal en la cultura nacional, comienzan a manifestarse los síntomas. De acuerdo a Fratelli tutti, el primer síntoma preocupante es la destrucción de la autoestima cultural. En las comunidades locales, se pone como modelo a seguir la cultura de los triunfadores en la economía global y la exotización erótica de los modos de ser locales. Esta superposición cultural se logra más fácilmente hoy día gracias a los nuevos canales de comunicación por internet y a las redes sociales. Las palabras del Papa son dignas de meditación atenta y sin prejuicios:
«Algunos países exitosos desde el punto de vista económico son presentados como modelos culturales para los países poco desarrollados, en lugar de procurar que cada uno crezca con su estilo propio, para que desarrolle sus capacidades de innovar desde los valores de su cultura. Esta nostalgia superficial y triste, que lleva a copiar y comprar en lugar de crear, da espacio a una autoestima nacional muy baja. En los sectores acomodados de muchos países pobres, y a veces en quienes han logrado salir de la pobreza, se advierte la incapacidad de aceptar características y procesos propios, cayendo en un menosprecio de la propia identidad cultural como si fuera la única causa de los males». (FT, 51).
El menosprecio de sí es la acción de una psique herida. Sobre esta base, se sustenta otra forma de relación social más destructiva aún. Se trata del sojuzgamiento de un país o región sobre otro. Las palabras del Papa no son menos dramáticas que las anteriores: «Destrozar la autoestima de alguien es una manera fácil de dominarlo. Detrás de estas tendencias que buscan homogeneizar el mundo, afloran intereses de poder que se benefician del bajo aprecio de sí, al tiempo que, a través de los medios y de las redes se intenta crear una nueva cultura al servicio de los más poderosos. Esto es aprovechado por el ventajismo de la especulación financiera y la expoliación, donde los pobres son los que siempre pierden. Por otra parte, ignorar la cultura de un pueblo hace que muchos líderes políticos no logren implementar un proyecto eficiente que pueda ser libremente asumido y sostenido en el tiempo» (FT, 52).
Una vez controlado el territorio a través de la desvalorización cultural local, se manifiesta el tercer síntoma. Se trata de la imposibilidad de entusiasmar al colectivo para que asuma un proyecto común. Las personas no se sienten comprometidas con su país, su región o su comunidad porque la manipulación cultural les ha carcomido el amor por su tierra natal. Se instala entonces el deseo incontenible de migrar ya que se piensa que en la propia tierra no se puede llevar a cabo nada que valga la pena. Este deseo incontenible de migrar muestra su rostro más doloroso en las nuevas generaciones.
Los datos de las últimas encuestas en República Dominicana confirman esta reflexión. Según estos estudios, el 49% de los dominicanos adultos desea migrar, especialmente a los Estados Unidos. Para Haití, la cifra sube al 63%. Si se segmenta la población dominicana encuestada sobre el tema, el porcentaje de jóvenes que quiere migrar asciende al 60%. Perso-
nalmente, me preocupa el deseo incontenible de migrar que tienen los jóvenes de la élite dominicana. Estos datos confirman el peso que tienen las siguientes palabras del Papa: «Se olvida que “no existe peor alienación que experimentar que no se tienen raíces, que no se pertenece a nadie. Una tierra será fecunda, un pueblo dará fruto, y podrá engendrar el día de mañana sólo en la medida que genere relaciones de pertenencia entre sus miembros, que cree lazos de integración entre las generaciones y las distintas comunidades que la conforman; y también en la medida que rompa los círculos que aturden los sentidos alejándonos cada vez más los unos de los otros”» (FT, 53).
La amistad social como argamasa de la imagen de nación
El mejor remedio para contrarrestar una falsa idea de nación enemiga de la fraternidad universal, xenófoba solo con los migrantes pobres, es cultivar un concepto hospitalario de nación a todos los niveles. Es sabido que la diferencia esencial que ha hecho de República Dominicana un destino turístico ha sido, en buena medida, la acogida de la gente sencilla que sirve en las instalaciones hoteleras y en los espacios de esparcimiento. Semejante concepto hospitalario podrá detener el círculo vicioso nefasto que fue descrito anteriormente, ese que se cierra sobre sí irremediablemente cuando más de la mitad de la población joven desea irse del país.
A este respecto, Fratelli tutti nos invita a dar un primer paso cultivando una virtud que denomina amistad social, y que forma parte del título de la encíclica. La amistad social es como la argamasa o el cemento que aglutina una idea sana de nación. Ha de servir de base igualmente para un renovado compromiso político. El Papa la propone con estas palabras: «El amor que se extiende más allá de las fronteras tiene en su base lo que llamamos “amistad social” en cada ciudad o en cada país. Cuando es genuina, esta amistad social dentro de una sociedad es una condición de posibilidad de una verdadera apertura universal. No se trata del falso universalismo de quien necesita viajar constantemente porque no soporta ni ama a su propio pueblo. Quien mira a su pueblo con desprecio, establece en su propia sociedad categorías de primera o de segunda clase, de personas con más o menos dignidad y derechos. De esta manera niega que haya lugar para todos» (FT, 99).

Hagamos lugar para todos y todas en nuestros territorios; no cultivemos el falso universalismo de la globalización excluyente que necesita levantar muros por la violencia que siembra en su modo de concentrar la riqueza. Ese es el camino señalado por la más reciente encíclica del magisterio social de la Iglesia para llevar a cabo la fraternidad universal querida por Jesús de Nazareth. Así lo soñó Duarte en su exilio. Como extranjero acogido en tierra venezolana pudo percibir lo nefasto de una sociedad dominicana fragmentada en estamentos raciales.
Trabajando por relaciones acogedoras entre los diversos grupos humanos que habitan nuestra nación podremos unirnos a esta bella vocación de solidificar la hermandad global:
Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos hermanos
JUAN PABLO DUARTE, El criollo
“Cuando las telarañas tejen juntas pueden atar a un león”1
P. Miguel Ángel Gullón, op
miguelgullon@dominicos.org
El día 26 de enero conmemoramos el 5° aniversario de los brutales desalojos de la impune Central Romana a 80 familias seibanas sin que todavía se haya hecho justicia. Hasta ahora se quejan los directivos de la diabólica empresa que les estamos dañando su imagen, al modo de una pataleta infantil. ¿Acaso estos personajes maquiavélicos, que se dicen muy cristianos pues se sientan en el primer banco de la Basílica de la Altagracia y construyen iglesias, no violentaron la imagen sagrada de Dios en los niños y niñas que encañonaron salvajemente? Pero estos magnates del azúcar manchado con sangre y sudor infantil no saben que la población está cansada de tantas violaciones a la dignidad y que las telarañas de la solidaridad atarán para siempre con las cadenas del infierno a estos pordioseros que sólo sonríen cuando tienen en sus manos el dinero fruto de la esclavitud y muerte temprana.
“Dios es grande”, manifestación de fe de la religiosidad popular, hace justicia con los reyes del azúcar amargo diciéndoles que ya está bueno de burlarse de un pueblo que tiene los ojos puestos en su infinita misericordia. Pues, como dice Bernardo Cuesta: «estamos convencidos de que Dios, el Dios de la vida, habla. Su lenguaje además es pluriforme. Dios habla en las piedras, en la montaña, en el mar, en la tormenta, pero habla también, y, sobre todo, en los pobres, en las cárceles, en los gritos de dolor y de alegría de los hombres. Una reflexión auténtica sobre Dios, un discurso teológico verdadero, necesita de esta experiencia de Dios en sus manifestaciones más básicas: todos los que hablamos sobre Dios necesitamos haber oído, sentido, experimentado a Dios en los gritos de dolor y de esperanza de los hombres; necesitamos tener un corazón puro, necesitamos estar implicados y complicados en la vida de nuestros hermanos los hombres, especialmente de los más necesitados»2. Sigue apuntando Bernardo Cuesta que la fe en el Dios de la Vida exige la lucha decidida contra los ídolos asesinos, en nombre de los cuales se siguen crucificando y marginando a los seres humanos. Para ello es necesario tomar conciencia y denunciar como injusto un sistema que condena a la mayor parte de la humanidad al subdesarrollo y a la pobreza, apostar activamente por un nuevo modelo de civilización frente al modelo actual basado en la competitividad y el progreso indefinido, con las secuelas de muerte que de ello se derivan, y luchar por la paz creando cauces reales y operativos que la hagan posible3 .

Estamos ante una preciosa oportunidad en este tiempo de pandemia ya que toda crisis augura algo mejor para la sociedad si se reflexiona y trabaja en las claves de la solidaridad y la gratuidad, guías necesarias en la construcción de Comunidades que viven con dignidad. Pues los insignificantes, los invisibles, los que no cuentan: son mujeres y hombres, niñas y niños con rostros concretos que no existen para la sociedad de derechos, pero sí para la sociedad de consumo, porque sin ellos se pararía la vertiginosa carrera del mal llamado desarrollo. Jesús de Nazareth escuchó y acogió a los orillados de la historia de entonces, a los empobrecidos ya en ese tiempo. Hoy ya no podemos pretender que la pobreza de la gente procede de una situación pecaminosa o que es merecida por quien la sufre y padece. En relación a este prejuicio, el Grupo Vicini justificaba la miseria de los braceros haitianos sobre la base de su falta de organización en cooperativas, sindicatos, asociaciones, etc. Es una afirmación demasiado gratuita que desconoce o se desentiende de la sangrante realidad en la que viven estas Comunidades desplazadas, apátridas e ignorantes de los derechos que les pertenecen. Faltó tiempo para que diversos colectivos y ONG`s se pronunciaran en su contra, argumentando razones de peso que rebatieron esa máxima del empresario explotador.
Sólo desde la mirada samaritana podremos mirar críticamente el contexto de forma que nuestras respuestas ofrezcan verdaderos cauces de solución a las heridas de nuestro mundo sordo al clamor de los orillados de la historia. La pobreza, o mejor dicho el empobrecimiento, son contrarios a la utopía y una disfunción comprensible del sistema para el neoliberalismo. Pero para los más conservadores como para los más progresistas –dice G. Gutiérrez– está claro que «la pobreza significa, en última instancia, muerte». Y a continuación subraya que la pobreza no se reduce únicamente a carencias: «carencia de alimento y de techo, imposibilidad de atender debidamente a necesidades de salud y educación, explotación del trabajo, desempleo permanente, falta de respeto a la dignidad humana e injustas limitaciones a la libertad personal en los campos de expresión, lo político y lo religioso, sufrimiento diario… la pobreza no consiste sólo en carencias. El pobre tiene muchas veces una cultura con sus propios valores, ser pobre es un modo de vivir, de amar, de orar, de creer y esperar, de pasar el tiempo libre, de luchar por su vida. Ser pobre hoy significa igualmente, cada vez más, empeñarse en la lucha por la justicia y la paz, defender su vida y su libertad, buscar una mayor participación democrática en las decisiones de la sociedad, así como organizarse “para una vivencia integral de su fe” (DM, n. 1137) y comprometerse en la liberación de toda persona humana»4 .
1. Proverbio etíope.
2. B. CUESTA, Buena noticia para los pobres.
San Esteban, Salamanca 1987.
3. Cf., ib., pp. 61-63. 4. G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación,
Sígueme, Salamanca 199014, p. 22.
¿Qué es la Manipulación Genética?

Gracias al redescubrimiento de las leyes de Mendel, se ha permitido a la genética un gran progreso al descubrir la estructura del ADN y su importancia, como la molécula de la herencia y los caracteres. En este punto hay que hablar de la ingeniería genética, como el conjunto de técnicas que permiten la intervención en la estructura genética de un individuo, ya que todos los organismos poseen células, que su vez tienen un núcleo con cromosomas y dentro de ellos están los genes. Es aquí donde, al conocerse su estructura y su función, se puede hacer la recombinación genética, la cual consiste en la obtención de un gen de una célula para ponérselo a otra distinta.
Sus primeras aplicaciones las tenemos en la agricultura
Así tenemos, por ejemplo, que se ha buscado que el nitrógeno de la atmósfera se convierta en orgánico para la no utilización de fertilizantes químicos. Es decir, que las plantas puedan producir sus fertilizantes y resistan a las heladas. Además, ha ayudado en la lucha contra las mareas negras y en el desarrollo de animales con una resistencia al frío, mayor capacidad de producción de leche y carne. Gracias a ello, se pueden crear animales que puedan resistir a las enfermedades y sirvan al consumo humano. Sin embargo, al contrario de lo dicho hasta ahora, hay muchas personas que no están de acuerdo y advierten sobre las mutaciones y problemas ecológicos de esta práctica.
La perspectiva farmacológica
Por otro lado, nos dice el teólogo moralista Eugenio Alburquerque que, desde la perspectiva farmacológica, la recombinación del ADN da luces interesantes, ya que, gracias a este procedimiento, se han podido obtener hormonas tales como, la somatosta, la insulina y la del crecimiento humano. De igual manera se ha producido la proteína interferón, la cual ayuda a que las células puedan defenderse de las infecciones virales. Este proceso ayuda a conseguir proteínas, hormonas, vacunas, compuestos antivirales que ayudan a tratar enfermedades humanas.
Prevención de enfermedades
A nivel terapéutico se conocen más de cuatro mil enfermedades que son causadas por un gen. Por ello se busca la manera de que el estudio de los genes ayude en la prevención de estas. Por consiguiente, cuando nace un nuevo ser, en sus células ya tiene escrito lo que ellas van a hacer. Esto gracias al ADN que se encuentra en las mismas, ya que él posee cuatro bases químicas que son: citosina, guanina, timina y adenina, las cuales forman las cadenas del ácido desoxirribonucleico y el gen posee estas bases, pero en un orden determinado. Llegados a este punto, podemos hablar del Proyecto Genoma, que busca el conocimiento del mapa genético del ser humano. Es decir, identificar los genes y establecer las secuencias de sus bases, aunque siempre surge la consideración ética que plantea la posibilidad de que esta información pueda ser usada para dominación y manipulación.
Salvaguardar la Dignidad Humana
En este sentido, menciona Alburquerque que existe el peligro del utilitarismo e inmediatismo. Es claro que los problemas éticos de la ingeniería genética se centran en las aplicaciones humanas, dando
a entender que debe respetarse la dignidad humana y los límites éticos, sin olvidar la ley de la proporcionalidad entre riesgos y ventajas. En base a eso, uno de los grandes problemas es la intimidad biológica y la utilización de esa información en manos de los científicos. En esta misma línea, la persona está por encima de los intereses de la ciencia y la sociedad. Debido a ello, se prohíbe la discriminación con relación a su patrimonio genético. Esto da a entender, que la función de la ingeniería genética debe ser preventiva y terapéutica. Por consiguiente, el autor citado, siguiendo a la Conferencia General de la Unesco, nos dice que hay que recordar la adhesión a los principios universales de los derechos humanos. Por este motivo, se abre un nuevo horizonte para la biotecnología, la cual busca el beneficio de los avances científicos del ser humano. Para esto se debe tener en cuenta la dignidad, libertad y autonomía de la persona. De esta manera se garantiza la protección de la especie humana y el desarrollo de las posibilidades en el conocimiento del genoma. Además, los estados tienen que fomentar el diálogo ético, abierto en el plano internacional, donde la libre expresión ayude a mostrar los pensamientos de las distintas corrientes socioculturales, religiosas y filosóficas.

Jansel Hernández
jandez@gmail.com
Mis queridos lectores en esta ocasión no les hablaré de teteo, tarjeteo, fiesteo y todos los teo que aparezcan, tampoco les haré un reto del bríncale, bríncale, sáltale, sáltale, córrele, córrele, se armó el juidero…
Lo que hablare aquí, aunque parezca increíble es de los valores de la música urbana desde la perspectiva de un dominicano de la diáspora. Si bien es cierto para muchos que la música urbana expresa la pobreza, la falta de educación y lenguaje explícito de pocos valores para la sociedad, también es cierto que dicha música muestra el “mediofondo” de la sociedad dominicana y nos deja una gran lección.
La música es música y el jolgorio del dominicano se expresa desde los cimientos más bajos con una creatividad increíble y en este caso la música urbana es una de las tantas expresiones nacidas en los barrios y suburbios de la urbe de Santo Domingo.
Como dominicanos debemos hacer un ejercicio autocrítico y de menos indignación y doble moral, es decir si usted es uno de los que no aplaude la música urbana entonces, que solución ofrece. Sugiera a sus legisladores organizaciones culturales donde enseñar a tocar instrumentos a los niños, encárguese de enseñarle valores a sus hijos y no responsabilice al estado o al internet de que su hijo se corroe por las malas influencias. Sea crítico con usted mismo, empiece por usted mismo, su familia o vecinos y podrá encontrar mucho en que entretenerse.
La música urbana es una expresión cultural con sus desafíos en el camino y que tengo la esperanza que evolucione para bien y mientras eso pase, deje de estar haciendo epítetos calificativos a algo que, aunque lo crítica el pueblo, es del pueblo y para el pueblo.
Pablo
presenta su caso ante el rey Agripa

Al leer el texto de Hechos 26, 1-23, dense cuenta de cómo Pablo interpreta su actividad misionera, cómo el Señor lo detiene en el camino y cuál es su respuesta al Señor.
P. Marcos Plante, msc
marc_plante@hotmail.com
Paso 1
Interpretación
Algunos días más tarde, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesárea a saludar a Festo. Entre ellos hay cierta familiaridad pues la esposa de Festo, Drusila, es hija del rey Agripa. Hablando entre ellos del caso de Pablo, el rey Agripa se interesa al caso. Al día siguiente, con una sala llena de comandantes y personas importantes de la ciudad, convocan a Pablo para que presente su defensa. Otra vez, Pablo relata su conversión. El rey Agripa, como judío, sigue muy atento el discurso de Pablo, pero Festo, de cultura pagana, al oír Pablo decir que el Mesías tenía que padecer y que fue el primero en resucitar de entre los muertos para traer la luz al pueblo judío y pagano, exclamó: “Estás loco, Pablo, tanto estudiar te ha trastornado”. Entonces, Pablo se dirige al rey Agripa, reconociéndole como conocedor de la religiosidad judía. Apela a su conocimiento de las profecías. A lo que el rey, en tono jocoso, le contesta: “Por poco me convences, Pablo, para que me haga cristiano”. El juicio acaba al momento y todos están de acuerdo en que Pablo no hizo nada digno de muerte o de prisión. El rey Agripa concluye: “Se habría podido dejar en libertad a este hombre, si no hubiera apelado al emperador”.
Paso 2
Meditación
Se le presenta a Pablo la eventualidad de presentar su mensaje acerca del Mesías, Siervo sufriente muerto y resucitado, ante la gente importante de la ciudad Cesárea. Se me invita, también, a proclamar la fe en Cristo ante reyes y gobernadores. Son los que deben conocer el misterio cristiano, pues, por su papel político, pueden abrir la ciudad a la fe, sin poner trabas. Caigo en la cuenta que es todo el contrario. Muchos políticos reniegan de la fe, por aparentar ser neutros, y hasta, desprecian y persiguen a los creyentes. Oro por ellos.
Paso 3
Oración
“Que los reyes de Tarsis y de los pueblos lejanos le traigan regalos, y que le paguen tributos los monarcas de Arabia y Saba; que se prostren ante él todos los reyes, y lo sirvan todas las naciones. Porque él librará al necesitado que suplica, al humilde que no tiene defensor; tendrá compasión del necesitado y del abandonado, y salvará la vida de los necesitados”. Salmo 72, 10-13. Me percato, Señor, que, por eso, se nos pide orar por los gobernantes. Lo hago por los que gobiernan nuestros países.
Paso 4
Contemplación
Pongo todos mis sentidos en alerta, viendo esta escena que resulta graciosa en algún sentido. Oigo las palabras del rey Agripa y del gobernador Festo, pero, sobre todo, gozo con el relato que Pablo hace de su histórica conversión. Estos se muestran simpáticos a la causa de la fe cristiana. Gracias le doy a mi Dios.

Jornada Mundial del Enfermo, Papa:
“Dar al que sufre el bálsamo de la cercanía”

En el marco de la 29° Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el próximo 11 de febrero, el Papa Francisco ha publicado un mensaje en el que recuerda la importancia de apoyar a quienes sufren una enfermedad “con el bálsamo de la cercanía”, respetando su dignidad como Hijos de Dios y evitando caer en el “mal de la hipocresía”. El Pontífice también dedica un pensamiento especial a “quienes padecen en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus”, particularmente “a los más pobres y marginados”.
La Jornada este 11 de febrero, memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, tiene el tema “Uno solo es su maestro y todos ustedes son hermanos (Mt 23, 8). La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo”, está inspirado en el pasaje evangélico en el que Jesús critica la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen (cf. Mt 23, 1-12). En su escrito, el Santo Padre afirma que esta Jornada “es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, ya sea en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades” y dedica un pensamiento especial a “quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus”, particularmente “a los más pobres y marginados”.
Nadie es inmune al mal de la hipocresía
“La crítica que Jesús dirige a quienes «dicen, pero no hacen» es beneficiosa, siempre y para todos, porque nadie es inmune al mal de la hipocresía”, explica Francisco subrayando que se trata de un mal muy grave que nos impide vivir la fraternidad universal a la que estamos llamados como Hijos de Dios.
En este sentido, el Pontífice puntualiza que ante la condición de necesidad de un hermano o una hermana, Jesús nos muestra un modelo de comportamiento totalmente opuesto a la hipocresía: “Propone detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio”. Por otra parte, el Papa hace hincapié en que la experiencia de la enfermedad “hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad” y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro: “Nuestra condición de criaturas se vuelve aún más nítida y experimentamos de modo evidente nuestra dependencia de Dios”.
“La enfermedad impone una pregunta por el sentido, que en la fe se dirige a Dios; una pregunta que busca un nuevo significado y una nueva dirección para la existencia, y que a veces puede ser que no encuentre una respuesta inmediata.
Nuestros mismos amigos y familiares no siempre pueden ayudarnos en esta búsqueda trabajosa”
La enfermedad siempre tiene un rostro
Asimismo, en su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo 2021 marcada por la pandemia, el Santo Padre recuerda que la enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: “Tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22)”.
Francisco expresa que, por un lado, la pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas: “Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa”.
La pandemia desata crisis y también generosidad
Y por otro, esta crisis sanitaria “ha puesto también de relieve la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación, sentido de responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a tantos enfermos y a sus familiares”: “Una multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana”, escribe el Papa.
El bálsamo de la cercanía
Y en este punto, el Pontífice destaca que la cercanía humana, “es un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad”.
“Como cristianos, vivimos la projimidad como expresión del amor de Jesucristo, el buen Samaritano, que con compasión se ha hecho cercano a todo ser humano, herido por el pecado. Estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre y a amar, en particular, a los hermanos enfermos, débiles y que sufren (cf. Jn 13,34-35)”.
En este contexto, Francisco recuerda la importancia de la solidaridad fraterna, que se expresa de modo concreto en el servicio y que puede asumir formas muy diferentes, todas orientadas a sostener al prójimo: «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo». En este compromiso -continúa el Papa- cada uno es capaz de “dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles y buscar la promoción del hermano”.
La importancia de la buena terapia y la relación de confianza
Otro de los aspectos que profundiza el Santo Padre en su mensaje es la importancia de que haya una buena terapia para el paciente enfermo. El Papa afirma que es decisivo el aspecto relacional, “mediante el que se puede adoptar un enfoque holístico hacia la persona enferma”.
“Dar valor a este aspecto también ayuda a los médicos, los enfermeros, los profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de aquellos que sufren para acompañarles en un camino de curación, gracias a una relación interpersonal de confianza. Se trata, por lo tanto, de establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan; un pacto basado en la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad, en la disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en el centro la dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes sanitarios y mantener una buena relación con las familias de los pacientes”
Francisco finaliza su mensaje enfatizando que el mandamiento del amor, que Jesús dejó a sus discípulos, también encuentra una realización concreta en la relación con los enfermos: “Una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo con eficiencia animada por el amor fraterno. Caminemos hacia esta meta, procurando que nadie se quede solo, que nadie se sienta excluido ni abandonado”, exhorta Francisco y concluye encomendando a “María, Madre de misericordia y Salud de los enfermos”, a todas las “personas enfermas, los agentes sanitarios y quienes se prodigan al lado de los que sufren”.