Ámbitos. N-01. Revista Internacional de Comunicación

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ÁMBITOS Revista Andaluza de Comunicación Nº 1

Año 1998

Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN UNIVERSIDAD DE SEVILLA


ÁMBITOS Revista Andaluza de Comunicación Director Ramón Reig Editan - Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación (Universidad de Sevilla) - Asociación Universitaria Comunicación y Cultura Miembros del Grupo de Investigación Dr. Ramón Reig (Director) Dra. Pastora Moreno Espinosa Dra. María José Ruiz Acosta (Secretaria) Dra. Margarita Pérez de Eulate Vargas Dr. Jesús Troncoso García Colaboradores del Grupo Aurora Labio Bernal Concha Langa Nuño Miguel Montaño Montaño Rosa María Rodríguez Cárcela Javier Ronda Iglesias Manuel Ruiz Romero Ramón Sarmiento Guerrero Dirección Facultad de Ciencias de la Información C/ Gonzalo Bilbao, 7-9 41003 Sevilla (España) Teléfonos: 95/448 60 62 y 95/448 60 59 Fax: 95/448 60 85, 95/448 60 86 E-mail: mjruiz@pop.cica.es Distribuye Ciclo Papel, S.L. Avda. Río Viejo, 39, Polígono Industrial La Isla 41700 Dos Hermanas (Sevilla) Tel. 95/493 03 06 Diseño Estrella Gómez © Los Autores © Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación Imprime: Gráficas Los Palacios Avda. de Sevilla, 2. 41720-Los Palacios (Sevilla) I.S.S.N.: 1139-1979 Depósito Legal: SE-1493-98

Agradecemos el apoyo recibido de la Dirección General de Comunicación Social de la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía, y de la Compañía Andaluza de Telecomunicaciones.


INDICE

PRESENTACIÓN ................................................................................................................

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TEMAS GENERALES: El magnate, nervio del hipersector comunicativo 2.001 Pedro Orive Riva ..........................................................................................................

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Es que vamos hacia una sociedad de la información José Manuel de Pablos .................................................................................................

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La libertad de investigación periodística sobre bases de datos frente a la falsa coartada de la defensa de la intimidad: Problemas jurídicos y de mentalidad en el ejercicio del «Periodismo de Precisión» en España José Luis Dader ............................................................................................................

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Fundamentos de lenguaje de los mass-medio Pastora Moreno Espinosa .............................................................................................

51

Televisión digital y programación: de la televisión de siempre a la televisión de pago y multicanal José Luis Ibáñez Serna. Emilio Fernández Peña ........................................................

61

El nuevo enfoque de la política audiovisual de la Unión Europea (1994-1998): la primacía de la dimensión económico-industrial Carmina Crusafon Baqués ............................................................................................

73

La necrológica como género periodístico Antonio López Hidalgo ................................................................................................

89

El periodismo educativo: objetivos Guillermo Raigón Pérez de la Concha ........................................................................

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Los retos del periodismo judicial Javier Ronda Iglesias ....................................................................................................

121

Profesionalización de los gabinetes de prensa municipales Mª Luisa Cárdenas Rica ...............................................................................................

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Las páginas culturales de los diarios como puente de comunicación con el lector Margarita Pérez de Eulate Vargas ................................................................................

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ENTREVISTAS Entrevista a José Carlos Alarcón Arévalo, Director General de Comunicación Social de la Junta de Andalucía .....................................................................................

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ANEXOS: Gráficos de telecomunicaciones por cable en Andalucía (febrero 1998) y borrador de decreto de regulación del régimen jurídico de las televisiones locales por ondas terrestres (Andalucía) ..........

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Rosa Rodríguez Cárcela Entrevista a José Carlos Serrano, Director General de Supercable Andalucía ...... ........................................................................................ Ana Gómez Mendo

ANEXOS: Datos esenciales y gráficos

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ANDALUCÍA Y LA COMUNICACIÓN Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía Carlos A. Guerrero Serón .............................................................................................

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Periodismo ambiental en Canal Sur Televisión Miguel Montaño Montaño ............................................................................................

223

La prensa de Andalucía durante la transición Manuel Ruiz Romero ...................................................................................................

231

Revistas andaluzas contemporáneas (1974-1993): pequeñas historias de un gran fracaso Ramón Reig ...................................................................................................................

253

El Porvenir. El sentir de un diario sevillano en la difícil coyuntura de 1848 María José Ruiz Acosta ................................................................................................

275

La prensa republicana de Sevilla ante las elecciones del 12 de abril de 1931: el semanario Crítica Concha Langa Muño ....................................................................................................

289

Prensa literaria en Andalucía, Revistatlántica de poesía como paradigma de publicación multicultural (1991-1998) Aurora Labio Bernal .....................................................................................................

307

El periodismo de Muñoz Molina: su tiempo de silencio Miguel Sánchez .............................................................................................................

321

Ramón de Basterra en Sevilla Elene Ortega Gallarzagoitia ..........................................................................................

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FICHAS BIBLIOGRÁFICASICha bibliográficas Ramón Reig ...................................................................................................................

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NORMAS DE PUBLICACIÓN .........................................................................................

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PRESENTACIÓN

El Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación se constituyó en noviembre de 1997. Está vinculado al Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad, Periodismo y Literatura de la Universidad de Sevilla. Su línea de trabajo está orientada por la interdisciplinariedad como enfoque para estudiar la comunicación en general y la andaluza en particular. De esta forma, se estima que la historia de los seres humanos ha ido dando lugar a estructuras concretas, en nuestro caso a estructuras comunicacionales relacionadas con lo socioeconómico, y que en esas estructuras están comprendidos unos contenidos que exigen ser examinados desde el punto de vista académico. No obstante, no se pretende que esta labor se desarrolle exclusivamente desde la óptica del investigador universitario que, en ocasiones, desconoce ciertas claves para desplegar sus conocimientos. Por eso el Grupo está formado por profesionales de la docencia y de la investigación y por profesionales de las ciencias de la información que, a su condición de investigadores universitarios, unen la de estar en activo en gabinetes de comunicación y documentación, prensa, radio y televisión. La unión de los diferentes puntos de vista (también los investigadores que a su vez son profesionales en activo necesitan como requisito básico la aportación académica), enriquecerá los


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Presentación

resultados de nuestra tarea ya que estimamos imprescindible trabajar sobre la base de la experiencia en los acontecimientos y hechos comunicacionales. Contamos incluso con un colaborador del Grupo que lo es a su vez del Departamento de Psiquiatría, Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos, de la Universidad de Sevilla, y que además es psicoanalista en ejercicio, quien se encarga del análisis de los mensajes a partir de su especialidad. Sería igualmente muy útil poder intercambiar experiencias y opiniones con otros especialistas como sociólogos, antropólogos, economistas, filósofos de la comunicación, etc. ÁMBITOS es la primera de las revistas con este enfoque que aparece en Andalucía. Nuestro objetivo es estudiar los fenómenos comunicacionales del lugar donde estamos ubicados. Pero no pretendemos convertirnos exclusivamente en estudiosos e investigadores del entorno más inmediato sino que nuestra vocación es internacional, sobre todo en lo que a Latinomérica se refiere. Sería también un objetivo esencial que, al trabajar desde Sevilla, nos convirtiéramos en un lazo de unión entre la investigación europea y latinoamericana. Finalmente, queremos agradecer el apoyo que desde el primer momento hemos recibido de instituciones tan prestigiosas como la Dirección General de Comunicación de la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía y de la Compañía Andaluza de Telecomunicaciones. Esta primera entrega es el punto de partida de un trabajo que estimamos digno e intenso. Como todo punto de partida tiene ante sí el reto de, al menos, mantenerse en el camino que ahora empieza a trazar. Para ello ofrecemos las páginas de esta publicación a todo estudioso de la comunicación que desee colaborar con nosotros. El proyecto inicial es desde ahora una realidad. Prof. Ramón Reig Director


TEMAS GENERALES


El magnate, nervio del hipersector comunicativo 2.001 Prof. Dr. Pedro Orive Riva Catedrático de Estructura de la Comunicación y Director del Departamento de Periodismo II de la Facultad de Ciencias de la Información

Dentro del mundo de las nuevas tecnologías, interesa saber los cambios que éstas están provocando en el Norte y en el Sur. El profesor Orive trata sobre el temor de los países atrasados a perder esta batalla de soportes y contenidos; esta era tecnológica ofrece como auténtica novedad histórica la velocidad de su desarrollo y va a traer consigo «tensiones ciclópeas»; las Nuevas Tecnología de la Información (NTI), permiten un proceso donde lo instantáneo en la obtención de la información se une al volumen de información disponible y a la complejidad de la estructura informativa, que deviene en conglomerados y autopistas de la información. Se trata de un proceso que Pedro Orive define como carrera imparable y apasionante. En ella, tienen un esencial papel los magnates de la informática y de la comunicación. Además, hay que tener en cuenta el cambio que experimentaba el receptor tradicional, que ahora es igualmente, y en cierta manera, proveedor de mensajes.

Aceleración de las Turbulencias tecnológicas scasos asuntos concitan más interés que enfrentarse al análisis del origen y desarrollo de las turbulencias tecnológicas en el intervalo 1.980-1.998, marcadas por la espectacular velocidad de sus gestaciones, derivadas de la interjección informática-entretenimiento-mediática, las cuales inducen una sorprendente revolución de la información o de los «multimedia», particularmente en los terrenos de la producción y distribución audiovisuales, junto el requerimiento inexcusable de inéditas estrategias de liderato corporativo en el sector. La informática, avanza sin solución de continuidad, en sus dos fases de hardware y software; el entretenimiento, haciéndolo a expensas del prodigioso desarrollo de las técnicas de vídeo, cine y pluri-televisión (sobre todo la digital, para el próximo trienio); y los medios de comunicación colectiva, integradores de ambas, bajo las especies de interactividad instan-

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tánea y mundialización, fenómenos posibilitadores de mensajes que alcanzan todo el planeta y eliminan haceres de anteriores décadas. «La originalidad de nuestra época reside en que la atención se desplaza del conflicto a la información», en frase de ZELDIN (1997, p.25). En la delimitación del perturbador intervalo de expansión tecnológica elegido, nos ayudó desde el origen la participación en varias reuniones internacionales y el seguimiento de trabajos de la Intergovernmental Bureau for Informatics (IBI), ubicada en Roma, entre ellos el Informe «Telespín» de 1.980, y en nuestros días, las sugestivas propuestas de la Conferencia Mundial de los Siete Países más Industrializados del Mundo (EE.UU., Japón, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), organizada por la Comisión Europea, en Bruselas (24 - 26 /2 - 1.995), que concluyen urgiendo, para primeros de Enero de 1.998, la «liberalización de las Telecomunicaciones». De un lado, «Telespín» destapa la estrategia de las economías de escala que tienden a concentrar en «países punteros» los grandes Bancos de Datos y la tecnología avanzada, ahondando en su diferencia con los menos desarrollados, excepción de algunos muy peculiares, antes tercermundistas, y ahora super-industrializados, de Extremo Oriente. El G-7, por el otro, acomete el debate inédito del libre acceso de los ciudadanos a la sociedad de la información en el flamante contexto de las autopistas comunicativas y la decidida voluntad de estimular «proyectos» mundiales deseosos de asegurar redes derivadas de la interjección expuesta. Dentro de este mundo multipolar de influencia sorprendente interesa saber hasta qué extremo las turbulencias tecnológicas están provocando, a la vez, cambios en el Norte y en el Sur, aunque, eso sí, de diferente manera, y en medio del profundo temor de los países atrasados de perder no sólo la batalla de los soportes sino también la de los contenidos. Encrucijada sin salida que hiere las ilusiones de sus gentes, en particular la juventud. Su pobreza la cohibe, cercena e impide desarrollar el potencial energético albergado en sus conciencias. A lo largo de los diez años que organicé sesiones «ad hoc» en la Conferencia Internacional Informática, con la Fundación CITEMA, en los recintos feriales, primero de la Casa de Campo, y luego del Parque Juan Carlos I, tuve la oportunidad de percibir que las NTI, inductoras de la revolución de la información o de los multimedia, constituyen uno de los principales «centros de interés» de los universitarios actuales, en particular profesores


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y alumnos de las Facultades de Ciencias de la Información, Sociología, Políticas, Psicología e Informática y las Escuelas Técnicas Superiores de Ingenieros de Industria y Telecomunicación. Ese interés redoblado entre la juventud, surge desde el preciso instante en que al conocer y usar los nuevos descubrimientos, toma consciencia seria de la imposibilidad de aislar los potentes instrumentos de comunicación, resultado de las sofisticadas convergencias tecnológicas, del impacto de los mensajes, cada vez más abundantes, penetrantes, y de modo destacado de la velocidad con que empiezan a gestarse desde mediados del siglo XX. En ocasiones anteriores, DRUCKER y otros autores, ayudan a percatarnos de que «ni el capitalismo ni las innovaciones técnicas eran algo nuevo: ambos habían sido fenómenos comunes y recurrentes a través de las edades, tanto en el Oeste como en el Este». Lo nuevo -añade aquél- fue la velocidad de su difusión y su alcance mundial en todas las culturas, clases sociales y geografía, factor común de las cuestiones esenciales que desarrollaremos en las páginas siguientes. Celeridad y alcance que «convirtieron a los avances técnicos en la Revolución Industrial, y al capitalismo en el Capitalismo». Ha bastado sólo centenar y medio de años (1.750-1.900) para posibilitar que «el capitalismo y la tecnología conquistaran al planeta y crearan una civilización mundial». El capitalismo -añade- pasa a convertirse en la propia sociedad y «en vez de estar confinado a una estrecha localidad, como lo había estado siempre, el Capitalismo se impuso en todo el oeste y el norte de Europa hacia 1.850. En otros 50 años se propagó a todo el mundo habitado». Dentro de semejante evolución histórica se inscribe la Revolución Industrial que trae parejo la «alienación del trabajador en calificativo de Karl Marx»; y luego la Revolución de la Productividad, «que en 75 años convirtió al proletariado en una burguesía de clase media, con ingresos muy cercanos a los de la clase alta». No obstante, preferimos reducirlo a determinados espacios geográficos y puntualizar que la elevación social no fue resultado de la operación automática del capitalismo. Para STRACHEY (1.974,p.2O), «le ha sido impuesta al sistema por el mero poder político y sindical, frente a la más decidida oposición, tanto práctica como teórica». La precisión se imponía a la hora de situar este ingrediente operativo del capitalismo, que termina desencadenando en nuestros días la derrota de la guerra de clases y el comunismo, estimulando el paso de la era de la calidad a la era de la armonía, lo cual según Armo Penzias, premio Nobel


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de Física (1.978), vicepresidente del Laboratorio Bell, A.T.T., erradicará la contraposición en el ser humano. Parece meridiano, si se tienen los pies en la tierra, que hasta alcanzar esta meta, habrán de experimentarse tensiones ciclópeas, a resueltas de múltiples factores desencadenantes de más equilibrio (THUROW, 1996,ps. 15-45). Entre ellos, la conversión del mundo comunista al capitalismo actual, el «despegue» de las industrias inteligentes (informatizadas, robotizadas) creadas por el hombre, los cambios demográficos, y la aparición de una economía verdaderamente global. En el conjunto de Del conjunto de tales factores nos interesa ahora el que aborda las Nuevas Tecnologías de la Información (NTI), lugar de encuentro de industrias informáticas y telecomunicaciones, siendo las emblemáticas las aplicadas a la producción y difusión audiovisuales, objeto de la línea de investigación seguida. Estas se caracterizan de suyo por la búsqueda de sistemas de acceso instantáneo a la información, reduciendo al mínimo las limitaciones de la estructura lineal de la cinta de vídeo y desarrollando sistemas de comprensión más eficaces en la utilización de grandes volúmenes informativos. Subrayamos los vocablos instantáneo y volúmenes porque ambos, abstracción hecha de sus etiologías, impactan en la médula del funcionamiento de los instrumentos de comunicación colectiva, segmento tradicionalmente autónomo y diferenciado de los servicios de telecomunicaciones, aunque estos días asistamos estupefactos al maridaje de ambos, mediante las autopistas de la información, poderosas redes interactivas construidas para prestar servicios telefónicos y otros distintos, en prioridad la televisión por cable. Curiosamente el entendimiento entre enfoques capaces de ensamblar requerimientos tecnológicos y humano-sociales, fragua la inquietud que lleva o los más enterados a preguntar sobre quién conforma o quién tiene el poder de los pujantes conglomerados comunicativos. Dos incógnitas inmensas, pues inmenso es el impacto de los sectores involucrados en la expresión «sociedad de la información»: informática, telefonía, electrónica de consumo, medios de comunicación y servicios de entretenimiento (cine, música, vídeo, etc...). Nuevos líderes corporativos La integración del pentagrama de ingredientes, convertida en veta de oro de fabulosos negocios, genera conglomerados de vértigo, voraces, urgidos


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de nuevas ilusiones, ideas y planes operativos de producción y venta, a quienes fatalmente sólo queda el recurso de inventar cosas «sorpresa», si quieren asegurar el ritmo de crecimiento e inundar el mercado a la vez que intentar ganar cuantiosas sumas de dinero en sucesivas operaciones financieras, y en el caso de las autopistas de la información, asegurando inéditos y rentabilísimos «peajes». Es una carrera imparable, casi suicida -unas veces de acierto y otras no-, apasionante en extremo, determinada y ostigada por la feroz competencia entre empresas y líderes. Pero, a pesar de ello, llena de ingentes posibilidades a quienes estén en condiciones de enfrentar los nuevos desafíos y normas, en medio de las tormentas del mañana, a base de emplear nuevas estrategias y personalidades. Por elevación, los magnates mundiales, han de sobrevivir y crecer sin cesar, obligados a estar en pie de guerra, arrostrar «accidentes» en las mencionadas autopistas, y practicar toda suerte de intuiciones tecnológicas y golpes de efecto financieros. Un escenario inédito, plegado de trepidantes ejemplos, entre los que destaca, en razón de su magnitud, la «opa» salvaje planteada, en Junio de 1995, por el coloso de la informática IBM a Lotus Development Corporation, adquiriendo la segunda en 3.520 millones de dólares (más de 420.000 millones de pesetas), cantidad que supone 220 millones sobre los ofrecidos en el primer momento. Para el jefe del equipo Internet de IBM (a través de esta red se planteó la oferta y demás detalles de forma instantánea), en declaraciones al Financial Time, «era muy importante que diéramos la impresión de ser rápidos, gente que responde, abiertos y un poco insolentes». Además, IBM que viene perdiendo poder en el mercado de la expansión de ordenadores personales, al tiempo que se dimensiona Microsoft, la empresa que Bill Gates ha revolucionado a base de imaginación en el mercado de los soportes lógicos, sólo tenía la salida de quedarse con la última, para así intentar arrinconar a Bill Gates, primera fortuna del mundo ya en el «ranking» de la revista Forbes (12.900 millones de dólares U.S.A.), en julio de 1996. De la rapidez de las mutaciones de empresas trasnacionales, habla lo sucedido, meses después, al creador de la compañía Microsoft, desbancado de ese primer lugar, y quien le seguía en el «ranking», citado de esta Revista, el inversor Warren Buffet, principal ejecutivo de Berkshire Hatlaway Inc., según publica el rotativo «Usa Today» (28-2-1.996). Con la posterior subida de la cotización de las acciones de Microsoft, la postura de Gates ronda


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entonces los 14.100 millones de dólares, pero las de Berkshire suben un 56% a lo largo del año pasado, lo que ocasionalmente permite finalmente a Buffet desbancar al ya legendario Gates. Pasados tres años, ya en nuestras fechas, el propio Gates, creador del lengueje que hace posible el diálogo «hombre-máquina», arrincona la pequeña empresa pionera Netscape -termina enriqueciendo al fundador-, el cual hace en Internet lo que el primero en «Windows»: creación de un lenguaje informático asequible, visual, capaz de facilitar el acceso a los flujos informativos diseminados en la red. ¿Qué armas emplea este popular magnate para el triunfo en el asunto? Sencillo: Microsoft y su programa de navegación por Internet, denominado «Explorer», se anticipa regalándoselo a quien tenga instalado en un ordenador el sistema operativo «Windows 95». Fatalmente, desde ahora pocos navegantes comprarán el de «Netscape» si tienen gratis la oferta de Gates. En esa alta fiebre de magafusiones, con las subsiguientes rupturas sorpresa, no son extraños el caos y el desconcierto reinantes entre los usuarios de productos audiovisuales, de suyo cada vez más indefensos, pues «puede ocurrir que hoy nos propongan un producto, un sistema, que mañana haya desaparecido mediante una compra, fusión o absorción de compañías». En vista de ello, ¿quién se atreve a adoptar una tecnología, que en poco tiempo puede dejar de desarrollarse, no por obsolescencia técnica, sino por la decisión de un Consejo de Administración de una gran compañía». O, más fácil, debido a dificultades económicas que invalidan la generalización de una rentabilidad sencilla en determinado tiempo. Diríamos que es un «vivir sin vivir en mí», en sobresalto, justo en las postrimerías del milenio, tiempo donde asistimos, como elemento diferenciador, al aumento de las más inesperadas alianzas entre grandes compañías, fenómeno que acarrea vincular socios de distintos paises y abarcar una amplia gama de funciones y actividades. Se trata de nuevos conglomerados que tienden a ser estratégicos, debido a nacer en respuesta directa de los grandes desafíos planteados por las empresas copartícipes (YOSHINO, Michael y RANGAN, Srinivasa, 1.996, ps.15-30). A lo largo del último quinquenio, por ejemplo, pasamos de la euforia en pos del Sistema Higt Definition (HDTV), o mejor, Televisión de Alta Definición (TVDA), a casi desecharla ante el elevado coste de los aparatos receptores. Sin embargo ahora, el grupo francés THONSON y el operador


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norteamericano Direct TV, van a lanzar, desde el próximo otoño de 1.998, los primeros programas de esta modalidad televisiva, con una imagen tres veces superior a la realización actual. Prevén dos canales, uno de cine, y otro de retransmisiones de grandes acontecimientos deportivos. Las sucesivas encrucijadas, aparte cebarse en el uso o no de las innovaciones tecnológicas, extienden su ámbito a las mismas organizaciones. Berlusconi persigue materializar una nueva lógica empresarial, intentando vender la mayor parte de Mediaset, no se sabe si debido a falta de liquidez o al convencimiento de que avanzaría en sus negocios adentrándose en las telecomunicaciones propiamente dichas. Al disponer de la experiencia de su paso por negocios inmobiliarios, cinematográficos, televisivos y, los últimos años, incluso el ejercicio de la política, puede serle atractivo dar el paso adelante del control de redes. Tamaño paquete de impredecibles turbulencias tecnológicas, actualizadas en la segunda mitad de 1.994 y 1.995, reflejo visible del carácter estratégico atribuído al sector, produjo caos, vértigo, entre los visitantes de la feria organizada por la Asociación Nacional de Radiodifusores Americanos (NAB), en Las Vegas (10/13-4-1995), al detectar, que como trasfondo, se ha producido «una especie de carrera de contactos multinacionales entre compañías, con el fin de realizar fusiones, absorciones, compras y uniones a riesgo, que permitan lograr posiciones preponderantes en el negocio audiovisual y del «broadcasting». Además, dichos riesgos, y las incertidumbres acompañados, están llamados a multiplicarse, tras las aludidas uniones estratégicas, en la línea de concitar los focos de decisión tecnológica mundial, aunque lamentablemente de espaldas a los restantes elementos de generación y uso del producto cibernético, como es el caso de aglutinar en las mismas manos las dos fases esenciales del producto informático (hardware y software). Ruta de los magnates Consciente de la envergadura del «corpus», de nuestro estudio, para la vigencia de la democracia avanzada y el sistema mundial de comunicación, inicié en 1.977, en los EE.UU., su exploración «in situ» en la doble vertiente de encontrar nuevas teorías sobre la base de confrontar experiencias empíricas «multimedia». Esta especie de aventura determina el esforzado recorrido por los principales países de los cinco continentes, involucrados en los principales conglomerados, y se hace bajo la denominación «ruta de los magnates».


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El segundo paso es Roma y Londres. En la primera, llego hacia las entrañas de Silvio Berlusconi, coincidiendo con la batalla política para intentar la ruptura del monopolio estatal de radio y televisión (RAI), mediante la colocación sobre el mar, de forma inesperada y traumática, de la primera estación pirata de televisión. Hablo con amigos personales y contrincantes del naciente magnate «a la europea», pero que sin tardar muchos años, empieza a crecer, extendiendo su imperio comunicativo a toda Italia y algunos países extranjeros. Este raro personaje tiene cuerda y va a ser quien más nos ayude a formar criterio sobre innovadoras teorías del «encuentro» medios-política. Varias estancias intermitentes en Londres, empiezan a familiarizarme con Robert Maxwell, magnate del Grupo «Mirror», llegado de Checoslovaquia, sin nada en las manos, pero que consigue triunfar en los negocios de Gran Bretaña, su país de adopción. Es diputado laborista, se arruina y renace varias veces, para terminar su vida en circunstancias trágicas. El seguimiento de la dura batalla librada con Murdoch por el control del mercado periodístico vespertino londinense es un laboratorio ideal para entender las posibilidades y limitaciones de la prensa en la era digital. Los negocios británicos de Rupert Murdoch, el australiano de origen, más tarde afincado en EE.UU., Rupert Murdoch, magnate de News Corporation y New International, me predisponen a buscar sus raices, a la vez que las de Alan Bond, magnate de la televisión por cable, ambos nacidos en Sidney. A ello dedico el verano de 1.990. Coetáneos del primero, el más internacional de los líderes (viejos amigos, periodistas y profesores), me explican en la Isla-Continente, antípoda de nuestra Península, su comportamiento y sabiduría precoz a la hora de configurar empresas comunicativas revolucionarias (en su país natal posee veintisiete periódicos y dos cadenas de televisión). Este no era ya un «recién accedido», sino persona que había echado los dientes en el sector. El «alertalismo» y enorme capacidad de asumir los imprescindibles «riesgos» de cualquier tipo -financieros, políticos, judiciales, diplomáticos y tecnológicos-, características de la controvertida vida de Murdoch, reaparecen en el contexto de su actual ambición de preparar una gran plataforma europea de televisión digital. Insatisfecho de poseer la cadena británica BSkyB, donde además tendrá competencia de la televisión númerica digital y su televisión por cable, persigue ahora nada menos que el dominio de todo el mercado audiovisual del Viejo Continente.


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La ruta se enriquece mucho en Norteamérica, ya que Canadá revoluciona la televisión interactiva y EE.UU. alberga una docena de conglomerados mundiales. Así conocí, desde ese momento, los balbuceos de la ambiciosa empresa Cable News Network, Inc., de Ted Turner, en Atlanta, ensayada, dentro del ámbito de televisión, en Nueva York, a través del canal CNN, de «24 horas al día de noticias», los «365 días del año», que dejó perplejos a las restantes compañías mediáticas. Siendo de agradecer al magnate la generosidad de permitirme acceder a la interioridad del negocio y dialogar una y otra vez con sus equipos redaccional y administrativo, circunstancia que permite contrastar el casi desprecio de los «tradicionales» del negocio de la comunicación estadounidense, respecto del talento, valentía y dotes persuasivas del líder «recién llegado» al sector (era entonces conocido multimillonario del petróleo). Dándome cuenta muy pronto de que su corporación tenía visos de triunfar, aposté en mi trabajo universitario por el éxito. En efecto, transcurrido un trienio de verdadero «suspense», Turner consigue llenar de estudios CNN los restantes Estados de la Unión, para saltar, siempre de forma escalonada a otros continentes -la incursión en Extremo-Oriente estos meses redondea el afán. Todos ellos convertidos en elementos generadores de una información ignorada hasta entonces, paladín en «instantaneidad» y «mundialización», a nuestro entender de alta eficacia (ORIVE, l.994). Rayan la veintena de magnates, en su origen de prensa, radio y televisión, y más próximos a estos días, de los grandes conglomerados comunicativos, que son quienes refuerzan la afirmación definitiva del vocablo y están siendo estudiados en la ruta produciéndome una de las más grandes satisfacciones empíricas encontrar en ellos el factor común de un carisma especial para moverse en el ámbito de la creación intelectual, inmaterial y saber incorporar nuevas dinámicas, equipos directivos y profesionales, como si del «feed-back» resultante naciera una energía de voltaje exponencial. Nuestros magnates heredan la experiencia de quienes les precedieron a principio de siglo e introducen rasgos hasta ahora impensables en el perfil, aunque enraizados en la filosofía tradicional,resumida en escasas líneas por el adelantado de la industria del automóvil, Henry Ford, a principios de siglo: «poca gente osa lanzarse a los negocios, porqe en el fondo de sí mismos se dicen: ¿por qué lanzar tal producto al mercado, si ya hay alguien que lo hace?


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Yo, en cambio, me he dicho siempre: ¿por qué no hacerlo mejor? Y eso es lo que hice» (POISSANT y GODEFROY, 1994, p. 45). En esta compleja dinámica, donde se anclan las diferentes extracciones y talantes de los magnates del hipersector, no pueden hurtarse los acuciantes requerimientos que también pesan sobre los políticos, de descubrir y ensayar nuevas formas de operar. Parlamentos y Gobiernos vienen obligados a actuar de forma inteligente respecto los grandes conglomerados comunicativos para que, en medio de las lógicas garantías democráticas, promover sus intereses, ya que impactan en la raíz del desarrollo de los países y, en la medida adecuada, acelerar la liberalización de las telecomunicaciones y las manifestaciones de la libertad de expresión. El cúmulo de datos obtenidos descubre que la mejor manera de tomar el pulso de las revoluciones expuestas es la exploración de las motivaciones y realizaciones de los magnates. En sus conglomerados hierven los frutos de la conjunción tecnológico-financiero. Se analizan experiencias y productos novedosos. Así que la pregunta, ¿es suficiente con reducir el estudio de las transformaciones telecomunicacionales al específico de los magnates?, puede responderse afirmativamente porque en este ámbito, a diferencia de los sectores tradicionales del automóvil, la aviación, el petróleo, etc.,en el nuestro de industria del pensamiento, lo gordiano son las condiciones humanas, inventiva y excepcionalidad del líder. Nervio financiero de las NTI. De la interrelación turbulencias tecnológicas 1.980-1998, experiencia en la formación de los grandes conglomerados y energía propia de los magnates, aflora a la superficie el nervio troncal financiero de las NTI. Es decir, las cuantiosas cifras de dinero en curso. No siendo oportuno enmascararlo, como hacen, KING y SCHNEIDER (1.992), una vez acoger la idea de muchos economistas, para quienes, el desarrollo tecnológico estudiado surge de la interacción de las fuerzas económicas y es, como si dijéramos, uno de los músculos de la mano invisible de Adam Smith. Uno de los músculos, quizá, pero hoy menos de «mano invisible», porque está a flor de piel en el ambiente. Cuanto se lleva dicho aconseja verlo en actitud crítica y en el contexto de la «globalización», gran tema mundial, desde 1.997, en los negocios y finanzas. Un proceso no nuevo, pues es tan antiguo como el mismo comercio; lo que si ha sucedido es su producción estos años con gran aceleración.


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Al menos, la evaluación del fenómeno sobre los efectos en paises del Tercer Mundo, arroja un saldo inquietante. Por eso atribuir precipitadamente a la globalización de la información y la creación de megagrupos, el rasgo hegemónico del final de siglo, llamado a alumbrar una sociedad distinta apoyada sobre los pilares de la comunicación y los mercados de escala, exige un amplio debate. Sin embargo, a poco se analicen los resultados, la interjección industria informática avanzada (en las dos fases citadas), entretenimiento (vídeo, cine y televisión) y la comunicación propiamente dicha (mediática), asustan las grandes dimensiones financieras, necesitadas para estar a la altura de ella. Fácil es comprobar la sorprendente plétora de gestores de redes, empresas editoriales, periodistas y proveedores involucrados. Junto, y como razón de ser, la inmensidad de consumidores dispuestos ahora, por ejemplo en el caso norteamericano, a pagar del orden de 35 a 40 dólares al mes para recibir en casa todo tipo de distracciones a través del cable. Dentro de ese entramado a nadie puede extrañar que se hable tanto de imágenes y sonidos, propios del mundo de ficción y cosas parecidas, anticipadas en las páginas de William GIBSON, en su novela de ciencia ficción (1.984), donde utiliza, en primicia, el término «ciberespacio», universo saturado de televisiones, monitores de ordenador, CD-ROM, videojuegos, discos láser, equipos estéreos y auriculares. Bien a las claras representativo de un nuevo peldaño en la escala de la comunicación, cristalizado en la praxis mediante el acceso televisivo «a la carta», con un menú nutrido de películas de vídeo, servicios de telecompra, teleeducación, videojuegos, sanidad y el final, «Internet» en su primera y segunda edicción. Este último, una vez analizado su crecimiento exponencial en poco tiempo, consagra la importancia del peldaño. «Internet» empieza a ser el mayor fenómeno de comunicación aparecido y la prospectiva avala su conversión en la base del intercambio de información que recibirá el alumbramiento del tercer milenio. Encima por ser tan valioso para los negocios y la formación, quien controle esta red tendrá en sus manos el control de la publicidad, soporte decisivo de la vida mediática. Juntos, todos los medios mencionados, ofrecen ya inéditas oportunidades, en apariencia excesivas, eclipsantes, configuradoras a mi entender de otra sub-era, calificable de ensayo-error, de claro-oscuro, urgida del cultivo de una nueva sensibilidad personal y colectiva. No obstante, al final, serán las «redes» de ordenadores, en el decir vulgar de equipos de «software», nece-


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sarios a la hora de ponerlas en marcha, quienes de verdad impulsarán la industria informática, y posibilitarán las soluciones multimedia. El «software», de ser un producto informático, empieza a convertirse en un producto industrial. Una evolución así de fascinante necesita del referente continuo de los datos prospectivos sobre las NTI y los grupos comunicativos, su enorme poder y control de la sociedad, partiendo de aquella distinción efectuada por nosotros, al iniciarse la década de los «ochenta» (ORIVE, 1980, ps. 76-143), donde establecimos diferencias entre poder de información y poder de comunicación. Entonces era intuible que el desarrollo tecnológico acelerado iba a demandar economías de escala a la hora de construir industrialmente unos canales -elemento decisivo del proceso de comunicación-, cada vez más sofisticados y unos líderes empresariales fuera de lo común. La formación de los grandes grupos multimedia estaba contado. Fueron aquellas economías quienes aseguraron la optimización de las redes y en paralelo la multiplicación de la presencia y penetración de los mensajes mediáticos, en la sociedad de las informaciones, adjudicación cada vez más justificada, donde, como dijimos, se hace imposible aislar los fenómenos de la gestación, y la eficacia del impacto tecnológico, de los generales que atraviesa la humanidad, en cuanto integran un mismo hecho. Desde esta almena, retroalimentada por la «interactividad», ¡qué difícil deslindar el hecho político del hecho comunicativo!, pues, este último ha pasado a ser elemento originado del poder, arrostrando el naciente riesgo de que, junto a Gobiernos que saben interpretarlo en clave democrática, existen otros que lo usan en detrimento de la ciudadanía. Quizá en la anterior década fuera posible tipicar las relaciones mediosgobierno, como hicieron JEFFRES y PERLOFF (1.986, p. 273) en términos de «modelo de intercambio», donde ambos dan algo y reciben algo a cambio, influyendo cada uno en el otro y no siendo ninguno totalmente independiente. Pero hoy, la endogénesis que nosotros sustentamos, por ir más allá, expone a cualquier gobierno al trance de saber preveer, en cada instante, el alcance de esas relaciones en términos de opinión pública. Ser exquisitos en garantizar los libres flujos de información. Por ejemplo, a raíz de la II Guerra Mundial, es aceptada la prepotencia de los monopolios estatales de radio y televisión , en algunos de países europeos, aunque con diferencias significativas, según cada talante democrático. Mejor diría la funcionalidad del binomio medio audiovisual-sociedad,


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en la forma esbozada en primicia en la bibliografía española (ORIVE, 1.978, ps 231-234). Sin embargo, los avances en las telecomunicaciones, fuerzan a suavizar las relaciones y, poco a poco, su liquidación en los países más sensibles al avance liberalizador. El más reciente el de la radiodifusión austriaco (31-3-1.998), aunque manteniendo intacto el monopolio de televisión. España, permítase una breve alusión, fue muy lejos en la utilización férrea del monopolio estatal de televisión (en radio existió de menos a más concurrencia con las cadenas privadas), dando espaldas al pueblo y la Prensa que lo considera una «agresión» a la libertad de expresión. Incluso, después de su destrucción, tras la tarde y forzada concesión de tres cadenas privadas, como tampoco ha sido capaz este gobierno de crear un marco adecuado para la nueva convivencia entre ellas y el Ente Público, persiste el «enfrentamiento» entre ambos, ante el tremendo caos financiero, la inadmisible competencia en publicidad comercial y la obsesión política de hacer de TVE, con el viejo modelo, el principal grupo estatal de comunicación audiovisual. Posponemos hasta mejor ocasión la desaparición del más poderoso monopolio del ramo, la Compañía Telefónica Nacional de España, privatizada el pasado año, según los dictados liberalizadores de la Unión Europea (UE), y estos días, aunque con excesivos resabios, objeto de una gigantesca ofensiva para convertirla en un conglomerado mundial (tele-mediaredes).Pretensión en principio loable, aunque los latidos del desequilibrio hipopolítica comunicativa estatal y hiperpolítica gubernamental ansiosa por influir en cuantos instrumentos y medios de difusión estén a su alcance, puede empañar algo el renacimiento del nuevo modelo.Por su parte esa conducta oficial, si no la contrarrestan los accionistas, podría terminar en breve con un «boomerang» sintomático. La prospectiva, elemento del proceso. Abiertos al nuevo escenario, es conveniente no perder de vista la historia de la ciencia, saber «si, en efecto, las innovaciones esbozadas son o no revolucionarias, per se, o más bien proceden de la evolución de tecnologías anteriores». Siguiendo de cerca el cambio traumático expuesto en páginas anteriores, parece difícil el desenlace, aún a pesar de los esfuerzos en esta dirección de poderosos «cerebros mundiales» y el quehacer de algunas investigaciones, sensibles a los fundamentos prospectivos, asumidos en escaso número de industrias transnacionales y Universidades.


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Entre tales investigadores, manejados en algunos trabajos anteriores -caso de WAGNAR (1.995), existe la creencia de que «los escenarios demuestran cómo unos acontecimientos están moldeados por otros anteriores». Incluso,la existencia en nuestros días, de parte de la «evidencia bruta que los historiadores posteriores utilizarán para explicar el siglo XXI, igual que necesitamos todos datos anteriores al 1.800 para componer una imagen del siglo XXI». Bastante antes, casi a la vez de iniciada la Ruta de los Magnates, decidimos incorporar algunos aportes de la ciencia prospectiva a la línea de investigación en curso. Considerarla elemento del proceso de exploración de las sucesivas fases teóricas y operativas del universo comunicativo, era insosloyable, máxime tratándose de un hipersector que gira en torno a la aceleración, palabra mágica, granítica, causa primera de toma de decisiones súbitas, discutibles y arriesgadas. El enriquecimiento que conlleva la predicción de acontecimientos sobre las principales tendencias de los diferentes procesos evolutivos de la información, analizados en el Informe del Japan Computer Usage Development Institute (JACUDI), de los años 1.972-74 (ORIVE, 1.983, ps. 39-42), hace más asequible cualquier decisión. En especial el cuarto (1.980-2.000), que perfila el objetivo (satisfacción), el sistema de valor (realización personal), el sujeto (individuo), el objeto (comportamiento humano), la ciencia base (ciencias del comportamiento) y el modelo de información (creación intelectual). Nuevos tipos y comportamiento comunicativos. No hemos hecho más que iniciar el ascenso del peldaño, y ya se vislumbra un giro copernicano de la noción tradicional de relaciones entre auditorios tradicionales y organizaciones, puesto que los primeros, de meros recipendiarios o consumidores de mensajes, poco a poco, pasarán a ser en cierta medida, también proveedores, asegurando flujos informativos, opinativos y recreativos en dos direcciones. En fin, el sueño dorado de la anhelada comunicación de «doble sentido», y personalizada totalmente. Esa estrategia de suministrar contenidos, en líneas generales suena muy bien, e incluso impresiona en los ambientes afectados, aunque resulte grave que, a estas alturas, no se piense con rigor, sobre los límites sufridos a recipendiarios y audiencias tradicionales, que no disponen del suficiente tiempo real de «exposición» de mensajes, ni del criterio deseado, ante la inabarcable oferta potencial de canales y demás productos audiovisuales.


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El atractivo de esta problemática es una de las causas de la inquietud de los expertos (filósofos, sociólogos, psicólogos, pedagogos y éticos) por el impacto cruzado de la generación de las innovaciones tecnológicas punteras, ante su necesidad de satisfacer la demanda de «nuevos tipos» de comunicación, capaces de estimular y consolidar «nuevos comportamientos» individuales o colectivos, a la vez que modificar los modelos de funcionamiento de la sociedad global. Este impacto cruzado es lógico que maneje operadores de cable, empresas de telefonía y compañías informáticas, e impulse lo que, aún sin vivir la era digital, llamada a agravar los efectos, Marshall McLUHAN denominó «aldea global» de las telecomunicaciones». En ella, millones de personas viven atrapadas dentro de celdas en una enrevesada «tela de araña», sobrevolando desiertos, cordilleras y océanos, aunque - he aquí lo más doloroso-, excesivas veces en circunstancias de indefensión, presos del bombardeo de la «artificialidad» de mensajes alienantes, distantes de cuanto en realidad sucede en la vida ordinaria. De manera oportuna también en otra cumbre G-7, fue Francia quien, tras denunciar el peligro de la uniformidad cultural y el empobrecimiento de la creación artística, que tanto vienen obstaculizando ese paso, exigió, con energía, la puesta en marcha de una política de diversidad cultural. Voluntad que lleva implícita una reacción frente al desarrollo autónomo de las NTI y sus aplicaciones inmediatas, creadoras de una coyuntura similar a las de la televisión y el cine, víctimas del predominio de los agresivos productos estadounidenses en detrimento de los europeos. Como la tendencia crece exponencialmente no les queda más remedio a los cerebros aludidos que esforzarse por «recentrar» y «armonizar» la sociedad, a través de la síntesis. Los magnates mundiales, más sensibles que nadie al asunto, empiezan a pensar en ello, conscientes de que va a salir muy rentable una relación distinta con los usuarios. Es cierto que, junto al increíble salto en la investigación tecnológica, las ciencias del comportamiento, interdisciplinarias de suyo, son las más llamadas a suministrar bases para modificar la visión de esa relación. Todo ello, claro está, enfocado a las primeras etapas de la vida y distanciándose de las hipótesis reduccionistas mediáticas y de ciertas teorías del aprendizaje que tanto vienen contribuyendo a «descentrar» la sociedad. En el Foro sobre «los jóvenes y los medios de comunicación de mañana», celebrado el pasado año en la UNESCO (21-27/4-1997), la profesora fran-


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cesa Geneviève Jacquinot, tras denunciarlas, porque no están «adaptadas al contexto de la sociedad tecnológica», y resaltar la existencia de una inteligencia televisional de los jóvenes, termina pidiendo sea sustituida la pregunta tradicional, ¿qué hacen los medios de comunicación al público?, por la inversa, ¿qué hace el público con los medios de comunicación?. Nuestro niño, inmerso de plano en el horizonte audiovisual, descrito al principio, atosigado de «posibilidades para aprender», demanda del conjunto social el establecimiento de una «complementariedad entre esos nuevos instrumentos y lo que se hace tradicionalmente en la familia y la escuela», defendida en el citado Foro, por Xavier Gouyou Beauchamps, presidente de France Télévision. Nosotros, sin embargo, vamos un poco más lejos y preconizamos el viraje en las estrategias de tratamiento en el sentido de que sean los propios medios quienes incorporen las causas de su problemática. Parece hasta inconcebible que muchos países -España entre ellos-, ignoren estas tendencias, cuando el «handicap» más sufrido en la era digital, consiste en no saber que el niño (y el adolescente incial), dentro del horizonte mental del sujeto receptor, es el verdadero «rey» del sector mediáticotelecomunicacional. Quien puede «reactivar» sin cesar todo tipo de auditorios. Para superarlo han de resumirse hábilmente los fundamentos y metodología de las ciencias del comportamiento, ya que las de la comunicación, tan en boga, únicamente aportan un ingrediente, y no el primero. Lamentable es el riesgo en que incurren las organizaciones mediáticas, acogiendo, sin acompañar a la vez los resultados de las observaciones antes hechas, en sus páginas o programas, noticias sobre la «complementariedad» aludida coadyuvantes del distanciamiento, de la escasa eficacia y credibilidad de los mensajes, conformados con tanto esfuerzo, y raíz de la desconfianza en la relación informativa. La nueva estrategia sugerida va en esta dirección. Habiéndose cubierto el espacio que nos habiamos trazado para el artículo, terminamos redondeando aquel pensamiento de un pensador japonés que decía «no poseo una filosofía, sino solamente nervios», y añadiendo por nuestra parte que se necesita de filosofía y nervios a la vez.


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BIBLIOGRAFÍA a) Bibliografía citada - JEFFRES, Leo W. y PERLOFF, Richard M. (1986): Mass Media Processe an Effects. Prospects Heights. Illinois, Waveland Press Inc. - JOSHINO, Michael y RANGAN, Srinivasa (1996): Las alianzas estratégicas. Ariel. Barcelona. - ORIVE RIVA, Pedro (1980): Diagnóstico sobre la información. Editorial tecnos. Madrid. - ORIVE RIVA, Pedro (1983): La comunicación humano-social en la era del microordenador. Escuela de Estudios Sociales. Torrelavega (Santander). - ORIVE RIVA, Pedro y otros (1994): Del Golfo Pérsico a los Balcanes. Dos guerra en la era multimedia. Editorial Complutense. Madrid. - POISSANT, Charles A. y GODEFROY, Christian (1994): Los hombres más ricos del mundo. Versión española, Francisco Javier Aguirre. Iberonet, S.A. Madrid. - STERNBERG, Robert J. (1997): La creatividad en una cultura conformista. Paidos Trad. Ferrán Meler. Barcelona, Buenos Aires, México. - STRACHEY, John (1974): El capitalismo contemporaneo. Fondo de Cultura Económica. Trad. Francisco González Aramburo. México. - THUROW, Lester C. (1996): El futuro del Capitalismo. Ariel. Barcelona. - ZELDIN, Theodore (1997): Historia íntima de la humanidad. Alianza Editorial. Versión, José Luis Gil Aristu. Madrid.

b) Bibliografía complementaria - BRESSAN, Albert y DISTLER, Catherine (1995): La Planeté relationnelle. Flammarion. - BAIRON, Sergio (1995): Multimedia. Global Editora. Sau paulo. - NEGROPONTE, Nicholas (1995): Being Digital. Alfred A. Knopf, Ic. - NORA, Dominique (1997): La conquista del Ciberespacio. Edit. Andrés Bello. Trad. Carlos Gardino. Barcelona, Buenos Aires, México, D.F. Santiago de Chile. - SCHWEITZER, David y GEYER, R.F. (1998): «Alienation Theories and De-Alienation Strategies» Science Review.


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- SIMONTON, D.K. (1975): ÂŤSociocultural context of individual creativity: A transhistorial Time-series analysisÂť, Journal of personality and Social Psychology 32, 1.119-1.123. - WEISBERG, R. (1986): Creativity genius, and other myths. N.Y., W.H. Freeman Co.


Es que vamos hacia una sociedad de la información La aurora tecnológica que supone el nuevo teléfono y algunas solapadas reacciones tecnofóbicas Dr. José Manuel de Pablos Catedrático de Periodismo Universidad de La Laguna HIPERVÍNCULO mailto:jpablos@ull.es jpablos@ull.es

«Lo que necesitamos es una insurrección moral, frente a la concentración vertical de poder de los gobiernos y la complicidad de los medios de comunicación» José Saramago («El País», Madrid, 18.III.98, pág., 40)

En la sociedad de la información que se avecina la transparencia es una de las claves. A través de la pequeña pantalla de la nueva tecnología telefónica, el usuario empieza a disfrutar de un primer estadio de interactividad digital. Otra de las características es la apertura de la tecnología hacia nuevas formas de operaciones y operadores. El temor que expresa el autor es el uso abusivo que las empresas puedan hacer de los datos manifestados de una llamada telefónica. Considera que es ahí donde ha de actuar el legislador para evitar que se haga un uso económico de datos ajenos, pero no impidiendo la glassnot de la sociedad de la información, todavía en etapa infantil y débil.

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stamos acostumbrados a leer o escuchar eso de la sociedad de la información, una nueva era tecnológica, postindustrial y postmoderna, pero mucha gente se rebela simplemente cuando se manifiestan algunos de los aspectos de ese nuevo tipo de era cultural. A veces, la rebelión solapada se contempla de forma mediática, cuando dan cancha a los que pretenden rechazar la afluencia de información producida por algunas nuevas tecnologías que se empiezan a establecer en


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la sociedad, en medio del ruido de quienes desean la oscuridad y lo medieval. Parece que nos es grato el nuevo concepto, sociedad de la información, pero con oposición a lo que verdaderamente implica o supone: sociedad de la información, sí, pero no. Mas eso no puede ser: será sí o será no. Aquí no vale lo que sucedió en España cuando la polémica acerca de la entrada en la OTAN resuelta en referéndum: el gobierno decía «OTAN, de entrada, no», que a la postre significó «a la OTAN de cabeza», según soterrado deseo gubernamental. De ninguna manera puede ser un estar entre dos aguas, se estará dentro o se estará fuera del agua; lo que está entre dos aguas simplemente está dentro del agua. Lo dicho, será sí o será no, sin la ambigüedad del sí cuando interesa o hundirse en el campo del no cuando así se responde mejor a intereses personales, empresariales o políticos. Una de las características del concepto sociedad de la información ¿quién lo va a poner en duda?- es que estaremos inmersos en un mundo de información. Esto da casi vergüenza decirlo, pero hay quien no lo entiende de ese modo cuando la información hace presencia auroral y clarificadora y, en tal caso, se solicita sin máscara una toma de postura hacia una merma de la información. Está claro que nunca podremos estar en la era de la información si partimos de la base de que información, sí, pero menos en algunas ocasiones, según las conveniencias de algunos, de quienes se pueden hacer oír en un momento determinado, porque tienen los medios para hacerlo y pretendidamente lo hacen, aunque sin legitimidad, en nombre de los demás, de la mayoría. Es como si estuviéramos de acuerdo en bañarnos en una piscina, pero siempre y cuando no se nos mojara la piel. Es igual de penosa la aparición de posturas grupales o individuales críticas hacia la nueva situación como la de algunos medios de difusión que tímidamente se autolimitan a presentar quejas ajenas sin manifestar su, en otros foros y campos de interés, clara apuesta por la sociedad de la información, al menos cuando les resulta negocio, una forma de explotación. No estamos ante el caso del buen salvaje, feliz e indocumentado sin información, sino ante el peor caso de los temores medievales ante las nuevas tecnologías, de sus nuevos conceptos y teorías. O sea, una postura semejante a la que llevó a la hoguera a Bruno y estuvo a punto de hacer otro tanto, igualmente injusto, con el gigante Galileo Galilei. Una suerte (una mala suerte)


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de inquisición ante las tecnologías y sus nuevas formas de producción informativa. La historia no hace sino repetirse, aunque ahora (en ocasiones, en algunos lugares) un poco más dulcificada en sus apariencias, que no en sus resultados o en las pretensiones escondidas de sus críticos. Desaparecen oscuridades informativas Una de las primeras manifestaciones más aurorales en la epifanía de la revolucionaria era de la información no es otra que la paulatina desaparición de las oscuridades informativas. A mayor número de datos revelados, mayor iluminación informativa, menor oscuridad. En la sociedad de la información, la transparencia es una de las claves, una glassnot comunicativa. Es natural que esa transparencia informativa habrá de procurar nuevos ámbitos de actuación de aquellas personas que deseen no ser intérpretes de tanta transparencia, pues habrán de ser ellos, con su mayor responsabilidad, quienes decidan abrirse a la transparencia o guarecerse en la oscuridad informativa. Este papel lo tenían hasta ahora las viejas tecnologías de la información, que de forma analógica y casi natural escondían a veces a los emisores, quienes permanecían en un anonimato tecnológico, ya impensable en la sociedad de la información, simplemente porque ésta de la transparencia es una de las indudables cualidades de toda sociedad de la información y de los implementos tecnológicos en que aquella se basa para hacerse realidad, para mostrarse como tal sociedad de la información ante la comunidad. Veamos un caso que nos aclara muchas de las nebulosas que pudiera plantear lo dicho hasta aquí y estudiemos algunas de las posturas sociales y silencios mediáticos que empezamos a contemplar, con algo de estupor, aunque no mucho, por aquello de la ‘nueva coherencia’ de algún medio. Verán porqué las palabras de Saramago se invitaban por sí solas a figurar al comienzo de este texto como cita estelar. Los teléfonos digitales hablan Las nuevas centrales de telefonía digital -frente a las analógicas- originan unos receptores - emisores de mensajes telefónicos provistos de una pequeña pantalla, detalle que no portan los aparatos analógicos, de la vieja era. A través de esa pequeña ventana a la nueva tecnología telefónica, el usuario empieza a disfrutar, al menos potencialmente -aquellos que así lo


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desean-, de un primer estadio de interactividad digital. Hasta el presente, la única actividad que podía hacer el usuario más allá de hacer llamadas y recibirlas era interactuar analógicamente, con su voz, con los operarios de la compañía telefónica, mediante llamadas a números interiores de la compañía suministradora del servicio. Ahora, en la minipantalla del aparato telefónico vemos varios tipos de mensajes, unos temporales, afines a cada llamada, y otros permanentes, como el día o la hora en que estamos. Además, mediante el empleo de unas teclas prefijadas y claves personales originadas con ellas podemos en algunos aparatos recuperar llamadas cuando suenen en otra terminal o poner candados virtuales, para que nadie sin la clave decidida pueda hacer llamadas en ausencia del titular de ese número. Más formas de interactuar y de dar mayor uso informativo las encontramos en la posibilidad de señalar a nuestro aparato que las llamadas las transfiera a otro número o atender una segunda comunicación, mientras la primera aguarda a que se cancele la nueva llamada. Es indudable que con las desviaciones de llamadas y la comunicación en espera mientras se atiende otra, como con la posibilidad de disponer gratis de un contestador automático, siempre gana la compañía telefónica. Esta empresa habrá recuperado llamadas sin éxito, que ahora tienen o van a tener mayores posibilidades de encontrar al destinatario o de dejarle un mensaje, en todo caso, de que el contador de la compañía corra y no esté detenido tras una llamada fallida, dinero sin cobrar. Al parecer, esta batería de nuevas posibilidades de información originan quejas contra los operadores y aquí se manifiesta una cierta incongruencia: aunque aparentemente deseamos ir hacia una sociedad de la información, desconfiamos de las compañías telefónicas por su condición (en tantos lugares) de empresas todopoderosas que se han beneficiado durante tantos años de la cercanía del poder, en prepotentes situaciones de monopolio, que han pretendido seguir ostentando, evidentemente sin éxito en los albores de la sociedad de la información. La apertura tecnológica Esto no ha sido posible porque, junto a la transparencia informativa, otra de las características de la sociedad de la información es la apertura de la tecnología hacia nuevas formas de operaciones, hacia nuevos operadores, por tanto.


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Pero si esa desconfianza, natural, es evidente, existe es donde las leyes de la era de la información han de intervenir y ser promulgadas, pero jamás como una pretendida rebaja de los nuevos niveles informativos, socializados; o sea, no como una forma de cercenar la transparencia y, con ello, la nueva tasa de responsabilidad que han de poseer los usuarios. Sigamos con los teléfonos de centrales digitales. Cuando me llaman, en la ventanilla del aparato aparece el número llamador (en España se empieza a usar el neologismo «llamante», y se hace sin rubor). El número del teléfono de la persona que me llama aparece en la minipantalla de mi receptor provisto de línea digital. Aquí nos podemos preguntar: ¿Qué es más lícito, saber de dónde me están llamando o quedarme ante una llamada que puede ser anónima? Parece más que razonable que el receptor de una llamada tiene todo el derecho a conocer esa información, quién lo llama o, al menos, desde dónde le están haciendo esa llamada. Se acaba así el uso bastardo del teléfono empleado en algunas ocasiones muy particulares como forma anónima de molestar a una persona, cuando no a insultarla o amenazarla. Esto no puede ser nada más que bueno y positivo, excepto para quienes se esconden en la cobardía del anonimato. Quien hace una llamada es, en la mayoría de los casos, porque desea algo del llamado, y éste, insisto, tiene el derecho de saber el dónde de la llamada, aunque el llamador no se identifique verbalmente: la tecnología de la sociedad de la información se habrá ocupado de que aquí, en este caso, reluzca la transparencia. Invocar el derecho a la intimidad para que el llamado no conozca el teléfono llamador es pretender un paso tecnológico atrás: si usted no quiere que se sepa de donde llama, no llame o actúe con entera responsabilidad y sea consecuente con el uso que haga del medio telefónico. Intentar sofocar la transparencia informativa de la sociedad de la información mediante una legislación ad hoc es una vuelta a la oscuridad medieval y lo mismo diré para las empresas de telefonía, deseosas de ingresos, cuando pueden llegar a cobrar al usuario por la oscuridad informativa ofrecida a aquellos, frente a la transparencia «normal» de la nueva tecnología digital telefónica: eso sí que debería ser prohibido, como clamamos contra esos velos que los talibanes obligan a llevar a toda mujer, a quienes ese tipo de oscuridad informativa impide que se les vea la más mínima porción de rostro. El temor a todo esto es al uso, al uso abusivo, mal uso, que empresas -de telefonía o no- puedan hacer de los datos manifestados durante una lla-


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mada telefónica. Es ahí y no en otra instancia, donde ha de actuar el legislador, para evitar que se haga un uso económico de datos ajenos, cuando no delictivos, pero no impidiendo la glassnot de la sociedad de la información emergente, todavía en una etapa infantil y débil. La responsabilidad personal ha de ponerse en evidencia en la sociedad de la información: si no quiere dejar pistas, evite el uso de una tecnología que sí las va a dejar. Si hay un potencial uso ilícito, delictivo, de esa transparencia en beneficio de una empresa mercantil o de otro tipo de intereses, persígase y castíguese al infractor. Pero no se cercenen las posibilidades que origina la nueva tecnología con su transparencia informativa, al menos para sus usuarios, que no para el público ajeno a la comunicación establecida. Si así no fuera, se estarán lesionando otros derechos a la información, en particular el de las personas llamadas, a no recibir comunicaciones anónimas, amenazantes o insultantes por su aparato, a saber con quién está hablando y desde dónde lo están haciendo. Este tipo de transferencia informativa no es exclusiva del nuevo teléfono digital. Ya la encontramos en los servicios de fax -tecnología de transición- y en el correo electrónico: quien envía un fax y transmite un mensaje tiene que saber que su envío deja la huella informática de quien hace la transmisión. De ese modo, aparece un nuevo tipo de derecho, el de la persona comunicada a saber quién (y desde dónde) se comunican con ella. Con la sociedad de la información desaparece la figura, tantas veces bastarda, del anónimo, del anonimato, empleado para la amenaza y el insulto, acciones siempre cobardes. La persona que llama, ya lo dije antes, junto a un mínimo conocimiento de la tecnología nueva que está usando, debe conocer que su llamada será visualizada en el receptor (sea telefónico, hoja de fax y su informe de «memoria» o cabecera de un mensaje electrónico en la pantalla de la computadora). Entonces, ha de entrar en acción su personal sentido de la responsabilidad, para saber qué hacer en cada momento y evitarse cometer errores que nunca quedarían en el anonimato. Con cierta frecuencia leemos casos en prensa de quien envió un fax con algún tipo de información ilegítima o errónea, cuando no lo ilícito era el mero uso de ese transmisor, sin saber que la copia facsimilar que recibirá el destinatario va a aparecer enriquecida con unos pocos datos: fecha y hora del envío y número del transmisor de telefax desde donde se hizo el envío. Más de una sentencia o denuncia se ha basado en este tipo de enriquecimiento


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informativo de un fax recibido. La más reciente que conozco es la de un funcionario que lanzó un fax con cuestiones consideradas ilícitas y se le denuncia por falsedad de documento público, por su condición de funcionario y por haber empleado un aparato de propiedad oficial que dejó señalada la huella del emisor. Lo mismo sucede con el correo electrónico, que junto al texto que hemos tecleado o copiado aparece automáticamente una serie de datos, que fueron introducidos en el lejano instante de darnos de alta en ese servicio. En definitiva, que es penoso confundir la glassnot tecnológica con el posible uso ilícito que terceras personas o empresas hagan de los datos que permanecen en la conexión establecida. Si hay una posibilidad de uso ilícito, que aparezca el legislador bueno1 y haga las previsiones oportunas. Eso parece mejor que pretender sojuzgar los primeros síntomas de la sociedad de la información, porque en tal caso estaríamos manifestando una querencia hacia el tantán y las cavernas. Cuando los servicios públicos de correos empezaron a desarrollarse después de que en 1850 los británicos inventaran la estampilla que se adhería al sobre donde iba un mensaje escrito, es de suponer que más de uno diría que eso era un problema, que aquel débil sobre podría ser abierto y su contenido violado por algún desaprensivo. Era cierto, pero el legislador pronto estableció que la violación de la correspondencia era un delito, severamente perseguido y castigado sin compasión. No se iba a solicitar que se prohibiera el servicio de correos, como ahora, a finales del siglo XX, desde algunos sectores y con la connivencia de algún que otro medio de comunicación (por pasividad) se pretende de la glassnot informativa de la telefonía digital. Dicho lo anterior, llamaré la atención sobre una información sobre este particular2, titulada de forma muy elocuente y crítica hacia el concepto de sociedad de la información que aquí venimos haciendo. Dice así el título: «Los teléfonos modernos delatan siempre el número de quien llama»3, seguido de un subtítulo sobre una compañía de teléfonos con la que el grupo empresarial editor tiene algún contencioso y que aquí no nos interesa ahora.

1 Tras lo sucedido en Chile [la dictadura legisló de forma que el dictador pudiera ser senador de por vida cuando se retirara del ejército], cuando se hable de legislador en términos generales hay que calificar a éste, para que no haya confusiones con quienes violan los derechos desde una legislatura ilícita, como es el caso de todas las dictaduras o democracias falsas. 2 El País, Madrid, 7.III.98, pág. 30, Sociedad. 3 El subrayado es nuestro.


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Es que vamos hacia una sociedad de la información

El uso del verbo delatar por «informar», de manera clara delata la subjetividad del periódico al ofrecer esta información, tal vez confundiendo la sociedad de la información con la compañía telefónica, la objetividad periodística de su malparado libro de estilo con los intereses del patrón. Ya en la entradilla se destaca que «el usuario que llama (...) no tiene anonimato, porque su número queda reflejado en el visor [del] receptor». Todo el discurso de ese informe se ocupa de criticar a la Compañía Telefónica [de España, así se llama] y no dedica ni una línea al derecho de la persona llamada a conocer quién hace la llamada, más bien desde dónde se la hacen, algo, insisto, que parece un nuevo derecho de la persona telefoneada. Después, y ése es el problema secundario, tenemos la queja de usuarios que entienden que sus números, sus datos, pueden ser empleados de forma ilícita, con lo cual nos encontramos ante dos cuestiones diferentes, la primera de las cuales se desprecia: el derecho del llamado a que quien le llame no se esconda en el anonimato cuya desaparición lamenta el periódico indicado (lo que «El País» llama ‘delatar’). El otro aspecto es el posible uso ilícito de los números de las personas que llaman. Se confunde igualmente derecho a conocer (del que recibe, pasivamente, la llamada) con el derecho a la privacidad (del que realiza, activamente, la llamada), pero nada se dice de quien ve rota su privacidad por una llamada exterior y ésta es anónima y puede que hasta no deseada o inoportuna. Dice esta información al final: «Estamos acostumbrados a pechar con decisiones técnicas como ésta de la Red Digital de Servicios Integrados, RDSI», opina otro usuario. «Una muestra es que Telefónica ha decidido cambiar de la tecnología analógica a la digital, sin preocuparse de garantizar la privacidad». Y esto lo dice «El País» sin apostilla alguna, usando fuentes anónimas, dando la espalda, una vez más, a su maltratado libro de estilo: todo parece valer si es contra Telefónica, al menos desde que ésta piensa competir en los negocios de la TV digital del propietario de El País - As - Cadena SER - Canal + - Alfaguara - Sogecable, etc., etc., etc. La información aludida se cierra con un despiece («Lo que Europa legisla»), que recoge normas comunitarias sobre «tratamiento de datos personales y a la protección de la intimidad en las telecomunicaciones», que parecen dirigirse al resguardo del anonimato y no hacia el respeto al derecho del ciudadano llamado: es una legislación en pro del anonimato más que en beneficio de la privacidad. ¿Es razonable confundir privacidad con anonimato? Privacidad, sí, naturalmente, en lo privado, pero, ¿sigue siendo privada


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una acción que afecta a terceras personas, a quienes se les deniega el derecho a saber quién o desde dónde interrumpen su intimidad, su privacidad, sus momentos, bajo una llamada anónima? Vean cómo el terreno no se agota y da para mucho más, de forma que nos volveremos a encontrar con este caso en los próximos meses y años. Al final de este texto periodístico seleccionado hay un apunte que está de acuerdo con la tesis que hemos tratado de presentar aquí y que de verdad es el único problema razonable a plantear, aunque la presentación que se hace es menor y parcial, como veremos. Dice así: «Sin duda, el quid de la cuestión estriba en la utilización, con fines comerciales, de las coordenadas de un posible consumidor por parte de las empresas». Ése es parte del quid, si el problema lo centráramos sólo en posibles consumidores y originado por empresas con fines comerciales. Igual de grave, si no más, es cuando esa manipulación se hace con fines personales, sociales, políticos o de cualquier especie con finalidad ilícita, sea comercial o no. Lo que dice esa coletilla es parcialmente exacto, como acabamos de expresar. Lo contrario -dirigirlo a cercenar un fleco de la sociedad de la información- es querer desviar la cuestión hacia un equivocado concepto de privacidad frente al derecho individual a estar informado de quien recibe la llamada. Malo es que se quiera aprovechar la ocasión para originar un golpe bajo periodístico hacia una empresa competidora del grupo, con objeto de dañar su imagen, que es a veces una de las pocas posibilidades de guerra mediática a la que acuden algunos medios, en actitud un tanto amarilla, dicho sea de paso.


La Libertad de investigación periodística sobre bases de datos frente a la falsa coartada de la defensa de la intimidad: Problemas jurídicos y de mentalidad en el ejercicio del ‘Periodismo de Precisión’ en España Dr. José Luis Dader Profesor Titular del Area de Periodismo Fac. CC. Información. Universidad Complutense de Madrid

El profesor Dader analiza las contradicciones que aparecen en las democracias avanzadas, en relación con la privacidad de los ciudadanos y de otros factores derivados de la condición social, étnica, etc. Todo ello relacionado con el mundo del almacenamiento informático de datos personales por parte de organismos de la Administración. El ideal democrático exige que el ciudadano no sufra intromisión en su ámbito personal. Un régimen de opacidad y silencio sobre los datos almacenados por las instituciones públicas, es una falacia y un riesgo antidemocrático. No obstante, el periodismo de precisión demuestra su utilidad social al dar un vuelco y poner de relieve irregularidades, que pasan desapercibidas, pero que el periodista puede desentrañar a partir de las bases de datos.

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n gobierno popular sin información popular o sin los medios para adquirirla está ya en la antesala de una farsa o de una tragedia; o quizá de ambas cosas».

James Madison, el cuarto Presidente de Estados Unidos (cfr. Jaffe/Spirer, 1987:203), advertía de esta manera contra las restricciones legales o mentales en el acceso a las fuentes de información y al conocimiento de hechos que fueran relevantes para la comunidad. A lo largo de la Historia, incluso las democracias de apariencia más respetable, -y no sólo las dictaduras-, han exhibido una profusa sucesión de prohibiciones y barreras, perfectamente comprensibles desde la filosofía política de gobiernos predemocráticos y totalitarios, pero que curiosamente seguían proponiéndose y aplicándose en sociedades calificadas de democráticas, en aras ahora del


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supuesto beneficio y defensa ética de los débiles ciudadanos, necesitados de protección. El ocultismo por el propio bien de los individuos ha proporcionado argumentos que se revelan ridículos cuando ya se ha adquirido la suficiente perspectiva histórica pero que, en cambio, parecen a menudo ‘progresistas’ y loables en el momento de su enunciación. Jaffe y Spirer (1987:199) recuerdan que en 1753, la Cámara de los Lores, en Gran Bretaña, rehusó permitir la realización del primer censo de población británico, alegando que semejante averiguación permitiría a los enemigos del país saber lo pequeño que era el ejército del Reino Unido. Gracias a tan protector celo del ‘bien común’, no hubo censos de población en Gran Bretaña hasta 1801 y, en consecuencia, no ha sido posible contar con una información vital para determinar el impacto de la primera Revolución Industrial en las tasas de natalidad, mortalidad, migraciones, etc. Esa misma Cámara, aunque por menos tiempo y un motivo algo más justificado, volvió a oponerse en 1944 a la publicación de estadísticas de la actividad industrial, bajo el argumento de que podrían orientar al enemigo alemán del momento. La misma idea de que es nocivo que la sociedad se refleje en un espejo lo suficientemente exacto se plantea en nuestros días bajo otras versiones de la «Razón de Estado», solapadas esta vez bajo la protección paternal de la intimidad y privacidad de los particulares. Defensa de la inviolabilidad personal que no impide a nuestros protectores violar a diario nuestra privacidad con la creación de ficheros del DNI, los NIF y el meticuloso archivado de nuestras declaraciones económicas, tal y como apuntaba Francisco Umbral hace algún tiempo en una de sus columnas (La censura, «El Mundo», 10II-92). Pero hecho todo ello, eso sí, bajo el axioma inverificado de que, mientras los funcionarios de la Administración utilizarán siempre esa información en beneficio público, el acceso de los ciudadanos a la misma sólo respondería a ilegítimos intereses privados. Según ha expuesto Elliot Jaspin, uno de los más brillantes periodistas norteamericanos de la modalidad, que luego aclararé, del ‘Database Journalism’ (cfr. Bender, 1991:55), «Con la ayuda de los ordenadores cobra sentido en el campo de la información gubernamental que los ciudadanos del siglo XX puedan seguir y supervisar las actividades de Gobierno, de la misma forma que lo hicieron los granjeros ilustrados del siglo XVIII».


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Lo anterior queda peligrosamente olvidado cuando todo el énfasis se pone en el posible riesgo de que los datos personales de los particulares sean aireados y utilizados por otros particulares sin control. Pero, un buen ejemplo de las nuevas paradojas del ocultismo trufado de progresismo ético lo vuelven a proporcionar Jaffe y Spirer (1987:167-173), con el caso de las leyes norteamericanas de «acción afirmativa», en combinación con las prohibiciones complementarias de preguntar en formularios laborales ‘datos personales sensibles’. El principio de la ‘acción afirmativa’ obliga en efecto a las empresas a reservar ciertas cuotas de sus plazas laborales para personas provenientes de minorías socioculturales cuya integración laboral se desea promocionar (negros, hispanos, mujeres, etc.). Lo curioso es que, junto a lo anterior, los empresarios y contratadores tienen prohibido preguntar por datos que pudieran ser utilizados para comprobar la discriminación, como religión, raza y en ocasiones incluso sexo, por lo que luego las empresas justifican no cumplir las cuotas exigidas de empleados de minorías, al desconocer administrativamente tales datos, dada la prohibición de preguntarlos (y teniendo en cuenta además que muchas selecciones de personal se realizan telefónicamente o mediante el filtro previo de los currículum remitidos). Una visión rígida de la defensa de la privacidad puede tener, paradójicamente, efectos perversos contra las propias personas a las que se dice querer proteger. Así quedó puesto de manifiesto en el trabajo de investigación de unos periodistas de la ciudad de Atlanta que ganaron un Pulitzer en 1988 tras demostrar la discriminación racial de todos los bancos y cajas de ahorro de la ciudad, a la hora de conceder sus préstamos (Cfr. Dader, 1995:162-163 y Dader/Gómez Fernández, 1993:111). Mediante métodos indirectos de procesamiento masivo de datos, basados en la ‘suerte’, en este caso, de la mayoritaria separación estadounidense de grupos étnicos por barrios, los periodistas del Atlanta/Journal Constitución pudieron identificar la raza de los solicitantes de préstamos y comprobar que los bancos utilizaban el dato no escrito de la raza como criterio prioritario de discriminación del préstamo, incluso cuando quedaba demostrado, según el análisis realizado, el igual o mejor poder adquisitivo, nivel cultural y valor de las viviendas de los negros que eran rechazados. Sólo en el caso de dos instituciones bancarias, la comprobación contaba con el dato registrado de la raza del solicitante y, si no hubiera sido por la característica local de la fuerte separación racial por barrios, ese fenómeno de racismo hubiera sido imposible de atestiguar. Luego tal vez no siempre sea racista o sexista preguntar y


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cuantificar empíricamente tales datos ‘sensibles’, e incluso puede servir en ocasiones para luchar contra aquéllo. En una sociedad consciente del doble filo y el complejo marco de conflictos que presentan los nuevos instrumentos de registro e informatización informativa, no cabe, en consecuencia, plantear una defensa ética y jurídica que contemple de manera unilateral y absoluta la protección de unos principios y unas situaciones, con el desentendimiento de otros bienes y circunstancias igualmente irrenunciables, aunque a veces puedan entrar en conflicto con los primeros. En definitiva es eso lo que sucede cuando se pretende preservar la privacidad e intimidad de los particulares frente a la fiscalización de otros particulares o de las propias Administraciones públicas y, en cambio, no se recuerda que en una democracia, los particulares también requieren un acceso a la información administrativamente almacenada. Dichos particulares también merecen protegerse de los posibles abusos que la propia Administración o los restantes ciudadanos pudieran cometer contra ‘la cosa pública’, amparados en una ley oficial del silencio y un trato de favor de los administradores. Los ideales democráticos abarcan por igual que los ciudadanos no padezcan intromisiones en sus ámbitos personales sin justificación pública y sin garantías, junto con el reconocimiento a ejercer ellos mismos el control de lo realizado por sus representantes, no sólo en lo que se refiere a los datos que les afecten a cada particular en primera persona (como sólo parece atender el espíritu de las leyes españolas vigentes), sino también en el terreno de la custodia y explotación de los datos archivados sobre terceros, cuando dichos datos pudieran repercutir en perjuicios para el conjunto de la sociedad o resultar suceptibles de tratamiento arbitrario y favoritista por parte de la Administración. La falacia y el verdadero riesgo antidemocrático reside entonces en legalizar (revistiéndolo además con una aureola de superioridad moral), un régimen de opacidad y silencio sobre todos los datos almacenados por las instituciones públicas -bajo el argumento de que el libre acceso permitiría a ciertos particulares entrometerse, extorsionar y comerciar con los datos personales de otras personas-. El resultado de esto es que se confiere así un poder absoluto a los dirigentes políticos de la Administración, para utilizar sectariamente lo que, a través de los bancos de datos denominados ‘públicos’, esos administradores saben de todos nosotros. A nadie debiera escapársele, en efecto, que un Ministerio de Hacienda puede decidir revisar minuciosamente las declaraciones de impuestos de los


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críticos molestos y adversarios del partido gobernante y sin embargo archivar con gran pudor los mismos ‘problemillas’ de sus partidarios. Precisamente las noticias surgidas en España a partir del 15 de enero de 1997 han venido a demostrar que la hipótesis anterior no se reduce a una imaginaria y malévola lucubración: A lo largo de los primeros meses de este año la opinión pública española asistió a una discusión que resultaría insólita en una sociedad consciente de los derechos de acceso transparente y democrático a la información que afecte a los intereses generales: Los responsables técnicos del gobierno del Partido Popular en la Administración de Hacienda denunciaron en la fecha señalada que los responsables de dicho departamento durante el gobierno socialista habían dejado de cobrar más de 200.000 millones de pesetas en expedientes de sanción levantados por los inspectores a empresas y ciudadanos que habían defraudado al Estado en sus declaraciones de impuestos. El hecho probado es que los responsables de las notificaciones de deuda dejaron pasar el tiempo sin realizar la pertinente reclamación oficial a los defraudadores y ahora será ya muy difícil recuperar ese dinero, al haber prescrito el plazo legal que el Estado tenía para su reclamación. La discusión política, periodística y ciudadana estuvo centrada en si la demora fue consciente y voluntaria por parte de las autoridades socialistas para favorecer a empresas y personajes célebres de su entorno (como abierta o veladamente declaraban los dirigentes del Partido Popular), o si por el contrario las demoras se produjeron involuntariamente y por problemas de atasco burocrático o complejidades administrativas (como reivindicaban los miembros del Partido Socialista) (cfr. García Abadillo, 1997; Sánchez Herrero, 1997). Pero lo que ningún sector de opinión reclama en este país es que, al margen de las razones del fraude y sus consecuencias legales, se hagan públicos los nombres de los defraudadores que han privado al conjunto de los españoles de una cantidad de tal relevancia. La ley efectivamente prohibe expresamente dicha revelación y se da la paradoja de que una comisión creada al efecto en el Congreso realizó una investigación sobre el contenido de esos expedientes sin que sus miembros pudieran tampoco saber oficialmente -ni mucho menos revelarlo al público-, quiénes fueron los autores de estos graves impagos de impuestos Cuando los promotores de una legislación cerrada a cal y canto al acceso de los particulares argumentan sobre la supuesta superioridad moral de la negativa a la fiscalización privada, debieran recordar que lo público es en


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esencia patrimonio y competencia de todos. De la misma forma, entonces, que cabe apelar a un bien y hasta un deber público para que el Ministerio de Hacienda pueda inspeccionar la declaración de la renta de un particular, ese mismo particular -o los delegados de muchos particulares, como una asociación ciudadana o unos periodistas-, podrían alegar idénticos principios para reclamar la inspección con sus propios ojos de la declaración de la renta de la suegra, la mujer o el cuñado del Ministro de Hacienda (incluyendo también en su parentela simbólica, como ha sido el caso del escándalo citado, a las empresas, financieros y otras personas físicas o jurídicas de su privada protección o de la de su partido). De lo contrario, ¿qué garantía habría de trato igualitario ante las inspecciones de la Administración? A este respecto seguramente viene también a cuento recordar situaciones reales de la reciente vida pública española, como las, como mínimo ‘peculiares’, declaraciones de Hacienda del suegro del ex-Director General de la Seguridad del Estado, Rafael Vera, (cfr. G.A./SS. 1997), (cuyo conocimiento no ha podido llegar a la opinión pública por el sencillo y directo procedimiento de una petición de acceso a los archivos oficiales), o el caso también denunciado por la prensa española a comienzos de este mismo año de supuesta utilización por el ahora Director General de Televisión Española y en su momento responsable de la Hacienda del Ayuntamiento de Madrid de su autoridad municipal para acceder a los datos de retribuciones y retenciones fiscales de la plantilla del citado Ayuntamiento para presionar y eliminar de la competencia por puestos de relevancia a compañeros de su propio partido. Con independencia de que esta acusación no haya quedado manifiestamente probada, lo verdaderamente grave es la verosimilitud de su posibilidad en un régimen de acceso estamental y no democrático a datos de naturaleza pública. El periodismo de precisión y de rastreo informático de datos ha significado un vuelco de ese estado de desigualdad informativa en un país como Estados Unidos, donde los ideales y posibilidades legales reales de acceso indiscriminado a los datos con los que trabaja la Administración, sólo requería la aplicación de unos conocimientos metodológicos y unas herramientas tecnológicas, capaces de lograr que la actividad pública de los Administradores oficiales volviera a ser tan cristalino y transparente como originariamente había sido en la pequeña comunidad inicial de granjeros, en la que todos se conocían entre sí. Dicho periodismo de precisión y de rastreo informático de bases de datos es en la actualidad estadounidense la auténtica y más eficiente versión


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del periodismo de investigación, y consiste en la aplicación de métodos de análisis socioestadístico y de programas informáticos de rastreo en archivos y listados para la realización de reportajes periodísticos sobre tendencias sociológicas o descubrimiento de la estructura y relaciones entre datos dispersos, susceptibles de gran impacto en la opinión pública. En su variante más espectacular, permite obtener grandes noticias y desvelar insospechados escándalos a partir del cruce de los listados de diferentes archivos, localizando coincidencias significativas de instituciones, personas, actividades, etc. Mediante la aplicación de programas de análisis estadístico se pueden detectar, en efecto, oscilaciones y coincidencias estadísticamente significativas, o correlaciones entre variables, en grandes conjuntos de datos almacenados, como censos de población, registros de licencias, de sanciones administrativas o de sentencias judiciales, que pasan desapercibidas habitualmente para las propias instituciones, como consecuencia del gran magma informativo o “sopa digital” en el que cada dato atomizado queda sepultado. Aunque en España esta circunstancia no sea muy conocida, resulta ingente el número e importancia de los grandes escándalos o de las insospechadas tendencias sociales que el norteamericano periodismo asistido por ordenador ha sacado a la luz en los últimos años. De manera más modesta y con menor sofisticación analítica, el periodismo español también viene aportando ejemplos prometedores de noticias de primera magnitud obtenidas gracias a esta estrategia. Tanto en los ejemplos norteamericanos como en los españoles de esta modalidad (de los que se ofrece una variada presentación en mi reciente libro, Periodismo de Precisión: La vía socioinformática de descubrir noticias, queda patente que para descubrir primicias de gran impacto no es indispensable contar con la revelación clandestina de ninguna fuente anónima o “deep throat”. A veces basta con “saber leer” algunos anuarios de divulgación gratuita, mediante la adecuada técnica e instrumental informático de análisis sistemático y partiendo de una hipótesis inteligente construida conforme a cánones científicos. Pero las normativas legales y los valores de cultura popular en que se asientan las mentalidades de los propios periodistas juegan un papel decisivo a la hora de obstaculizar o facilitar esta nueva práctica profesional. A diferencia del marco legal y de actitudes periodísticas dominantes en Estados Unidos, Canadá o los países escandinavos, España mantiene o incluso sigue incorporando leyes muy resctrictivas contra los derechos de acceso de los ciudadanos a la información y los ficheros de titularidad pública o sobre datos


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propios del dominio público. Las leyes vigentes de la Función Estadística Pública (Ley 12/1989, de 9 de mayo), la LORTAD (L.O. 5/1992, de 29 de octubre), y aun la regulación que del derecho de Acceso a Archivos y Registros realiza la también reciente Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (cfr. art. 37 y ss., Ley 30/1992, de 26 de noviembre) plantean en general un estrecho campo de acceso, plagado de dificultades obstruccionistas en cuanto no se sea autoridad competente o sujeto directamente “interesado” en el contenido de la información archivada, como también se encarga de remachar el Real Decreto de desarrollo por el que se regulan los servicios de información administrativa y atención al ciudadano (R.D. 208/1996, de 9 de febrero). El ejemplo más inmediato de esta tendencia legal española, que arranca a los ciudadanos de a pie su derecho democrático a revisar las actuaciones públicas y lo reserva paternalista y discrecionalmente a los órganos del Estado, lo tenemos en el Proyecto de Ley que en los días de redacción de esta comunicación (octubre de 1997) va a iniciar su andadura parlamentaria para promulgar una nueva Ley sobre Financiación de los Partidos Políticos. Según la información proporcionada por el diario “El Mundo” (16-oct-1997, p.14), existe el consenso entre los partidos parlamentarios -con la única excepción del PNV, que aun querría mayor opacidad-, de que los donativos a partidos políticos hayan de realizarse con trasparencia nominal del donante y con un límite de 15 millones anuales por particular. Pero estableciendo que el registro de identificación de dichos donantes sólo obre en poder del Tribunal de Cuentas, único organismo que podrá conocer su contenido. Mediante semejante procedimiento es más que probable que los posibles abusos fáciles de imaginar -hecha la ley, hecha la trampa-, difícilmente serán abordados con la necesaria diligencia y profundidad por parte de un organismo oficial encargado de otros múltiples asuntos. En este mismo terreno, el periodista estadounidense Dwight Morris y su trabajo de rastreo informático sobre las donaciones electorales realizadas durante años en su país, han dejado bien patente dos hechos que debieran ser definitivos para no incurrir en semejante despropósito en España, a saber: 1) Que un organismo del tipo del Tribunal de Cuentas, e incluso con competencias mucho más específicas, (La “Federal Electoral Commission”), fue incapaz de ocuparse durante años de bucear en el magma de facturas archivadas con las donaciones y las cuentas de gastos que los candidatos a cualquier elección minuciosamente estaban obligados a depositar, y b) Que los subterfugios para burlar los topes legales


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establecidos eran tan sencillos -y nunca el organismo oficial se había ocupado de realizar semejantes cruces de datos-, como que los múltiples hijos, hermanos, primos y parientes de diversos magnates, o la plana completa de altos ejecutivos de grandes compañías, extendían cada uno su correspondiente cheque por el tope legal establecido, existiendo de hecho una financiación real pero opaca por grandes clanes o grupos. Semejante estado de cosas fue revelado a la opinión pública norteamericana en una serie de reportajes del citado periodista y sus colaboradores en el “Los Angeles Times” y en varios libros posteriores (cfr. por ej. Fritz/Morris, 1990, y Morris et al, 1990, 92, 94), gracias a que allí, a diferencia de nuestra situación, cualquier periodista tiene derecho a exigir a ese organismo público el acceso a toda la documentación que obre en su poder, habiendo realizado a partir de ello el equipo de investigación periodística un ingente rastreo informático (creándose sus propias bases de datos al efecto) sobre cientos de miles de facturas y recibos de donativos generados en los sucesivos ciclos electorales de los años noventa. Eso parece que aquí será imposible porque el Tribunal de Cuentas será el único sujeto social con capacidad para velar, cuando le plazca y como le plazca, sobre los intereses de todos nosotros en materia de transparencia financiera de los partidos. Pero ese marco legal obtruccionista de la libertad de acceso a la información no sería posible, o pasaría por serios apuros, de no predominar también en nuestro país un ambiente cultural y liderazgo intelectual en el que se establece una falsa oposición entre el derecho a la privacidad individual y el derecho al acceso a las bases de datos o documentos de titularidad pública. Dicho clima de pensamiento, en apariencia benemérito, facilita que los propios periodistas simpaticen con los argumentos de políticos y funcionarios cuando, alegando que se podría atentar contra la privacidad de algunos ciudadanos, aquéllos se niegan a revelar o permitir el acceso a datos de importancia general y que afectan al patrimonio público. En España, en efecto, siguen siendo secretas, desde las declaraciones de Hacienda hasta los datos registrados en el carnet de conducir o del pasaporte (sólo accesibles a los funcionarios que custodian los ficheros o los jueces si realizan un auto de intervención) y, como digo, parece que lo seguirán siendo las donaciones a los partidos políticos. A su vez, hay otros ficheros que según la Constitución, otras leyes derivadas y aun la propia jurisprudencia, no tendrían que plantear el menor problema de accesibilidad, como los registros mercantiles y de la propiedad; pero en la práctica tal acceso puede


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ser denegado a los periodistas durante años, alegando riesgos contra el honor o la imagen de las personas de las que pueda averiguarse que tienen una propiedad hipotecada o que poseen varios inmuebles que niegan haber adquirido o que han sufrido determinadas sanciones administrativas, tal y como ilustra el laborioso y prolongado calvario jurídico que tuvo que recorrer la revista “Época” para poder comprobar en un Registro de la Propiedad de Sevilla que Alfonso Guerra era efectivamente propietario de una determinada finca (cfr. G. Fernández, Revista “Época”, nº 513, 26-XII-1994 y Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, de 7-XI-94). Desde mi punto de vista, resulta llamativo que nuestra legislación prohiba o sea tan cicatera con el derecho de acceso a dicha información de propiedad pública. Pero es aún más sorprendente que ningún periodista español esté reclamando la inmediata supresión de una legislación que impide al conjunto de los ciudadanos tener noticia de algo que significa un daño para el conjunto de todos ellos. El argumento subyacente y dominante en España es que existe una obligación absoluta de preservar el honor o la buena imagen de los imputados por la Administración mientras no existan sentencias judiciales condenatorias. En escándalos no muy lejanos, la defensa a ultranza de la privacidad y el honor de esquilmadores reales de los bienes públicos ha llegado a situaciones incluso cómicas: así, en el otoño de 1993, diversas informaciones periodísticas revelaron que un ministro del gobierno y su familia habían realizado diversos viajes “gratis total” en los barcos de la empresa pública “Transmediterránea”. Cuando el director de la compañía intentó contrarrestar las críticas surgidas por dicho trato de favor, ese responsable argumentó que muchos otros políticos y personajes públicos -y no sólo el ministro denunciado- recibían en concepto de “atención” ese regalo de billetes gratuitos. Y cuando los periodistas reclamaron entonces la lista de todos los beneficiarios de tales favores otorgados a costa del presupuesto público, el directivo de la compañía marítima zanjó la cuestión diciendo que no tenía derecho a revelar esos nombres porque ello pondría en peligro, en algunos casos, la tranquilidad conyugal de algunos de los favorecidos -que habían viajado con acompañante inhabitual-, y eso significaría “un atentado inconstitucional contra su intimidad”. Ante lo cual, nuestros periodistas dieron una vez más muestras de su inmoderada pleitesía a dicho principio y ya no osaron volver a exigir la revelación de dicho listado. Ningún comentarista en los


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medios de comunicación fue capaz de replicar a semejante argumento y recordar que la inspección del uso dado a los recursos públicos no puede detenerse por el asunto -ese sí verdaderamente privado-, de lo que haya de aclarar con su esposa o esposo quien ilícitamente haya utilizado unos fondos públicos. Lo que la “Freedom of Information Act” y un amplio abanico de reglamentaciones derivadas ampara en Estados Unidos es bien distinto. Pero igualmente es cierto que el derecho del público a conocer -sin perder por ello garantías individuales igualmente legítimas-, no se hubiera arrancado a la Administración sin la decidida y persistente presión de los profesionales del periodismo por obtenerlo. De ahí, mi insistencia en que tan importante como la situación legal es el clima de opinión que llegue a predominar al respecto en una sociedad. El nuestro, por cierto, parece haber caído en el más absoluto abandono de la defensa de las garantías de transparencia de los actos públicos, ante el empuje populista y demagógico de un supuesto derecho totalitario y cuasi-mafioso a la intimidad, como prueba el extremo en el que ha incurrido la Universidad (pública) de Salamanca, al establecer desde el curso pasado que las listas de calificaciones de alumnos expuestas en los tablones de anuncio sólo podrán identificar a los estudiantes con su número de DNI, pero no con sus nombres y apellidos, para preservar así su sacrosanta intimidad y honor susceptible de bochorno en caso de que sus compañeros o conocidos llegaran a saber que han sido suspendidos. Como una catedrático de esa misma Universidad, Enrique Battaner, denunciaba en un artículo de opinión (Battaner, 1997), con semejante demagogia se está perdiendo de vista que “una de las formas de preservar la objetividad de las calificaciones es, sin duda, la comparación con sus pares (y) si hay publicidad, se pueden poner en evidencia sesgos en la calificación (…) Así, si prevalece el honor y la intimidad podemos estar olvidando que el profesor tiene la obligación de responder públicamente de sus actos (…) (y a los contribuyentes) entre los que se incluyen los padres del estudiante, no creo que les guste la coartada de la intimidad como tapadera de arbitrariedades y despilfarros”. La mentalidad popular que ponen de manifiesto hechos como el reseñado incurre además en ridículos contrasentidos: cuando público y medios de comunicación apoyan, al menos con su pasividad, el silenciamiento de datos que obran en los archivos públicos y, en cambio, muestran su permisividad hacia la acción del ‘paparazzi’ que, en aras de la curiosidad chismo-


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sa travestida en ‘derecho a saber’, acosa y toma imágenes de la vida íntima y particular de muchos famosos. Por el contrario, el periodismo de rastreo de datos asistido por ordenador puede lograr importantísimos resultados de trasparencia de los asuntos de auténtico interés general, con sólo someter a un análisis sistemático la documentación que empresas e instituciones de todo tipo hacer circular a diario. Pero asimismo, sus logros en beneficio de una democracia auténticamente responsable y garantista en sus asuntos públicos necesitan de un marco legal más favorable al acceso a cuantos documentos públicos no justifiquen el criterio excepcional del secreto o confidencialidad. Por ello, también en este punto, el conocimiento de los resultados obtenidos por el reciente “database investigative reporting” puede servir como materia de reflexión a la sociedad en su conjunto respecto a los pros y contras del secreto y el acceso a la información en las democracias contemporáneas. Llegados a este punto, sería absurdo y miope negar que el inmenso poder de averiguación que facultan los nuevos procedimientos de la relación y acumulación informática de datos suscita una serie de riesgos contrarios a los principios de los derechos humanos y al respeto legítimo de la privacidad e intimidad individuales. Será imprescindible, por ello, encontrar el contrapunto y fijar los límites jurídicos y éticos que compaginen la salvaguarda de los logros de una sociedad democrática en el reconocimiento y protección de los derechos individuales, con el uso también democrático y orientado hacia el beneficio público de los nuevos instrumentos del procesamiento de datos. Pero, como ya expresé en otro lugar (Dader, 1995:157-158): «Lo que resulta políticamente sospechoso, cívicamente contraproducente y periodísticamente ingenuo es la sesgada alianza del Estado con muchos líderes de opinión y con la mayoría de los profesionales de los medios (al menos los españoles) a la hora de apoyar el cierre a los particulares -periodistas incluidos-, de las bases o bancos de datos de interés social que pudieran existir (...) Desde tales visiones apocalípticas del rastreo informático, se ensalzan los valores de la preservación y custodia institucionales, y se ignora, en cambio, el potencial que el citado instrumento proporciona para lograr justamente lo contrario de lo que se le acusa: la defensa de los individuos frente al Estado”.


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La libertad de investigación periodística sobre bases de datos...

– SÁNCHEZ HERRERO, Guillermo (1997): “Hacienda demuestra el ‘perdón’ de 192.000 millones de pesetas”. “El Mundo”, 28-III, pp. 25-27. – UMBRAL, Francisco (1992): “La censura”, «El Mundo», 10-II.


Fundamentos de lenguaje de los mass-medio Dra. Pastora Moreno Espinosa Profesora Titular de Redacción Periodística. Universidad de Sevilla

La comunicación es un factor esencial en la existencia social del hombre. La información sirve, entre otras cosas, para orientar las conductas de las personas y para mejorar su calidad de vida, es decir, para proporcionar los conocimientos necesarios, de tal manera que el ciudadano medio pueda formarse un juicio propio de los acontecimientos. Además de esto, los medios de comunicación son el instrumento principal de cambio social, desde el momento en que suscitan nuevas ideas, despiertan aspiraciones y promueven tanto el desarrollo político como el económico.

A

lo largo de la historia, los mass-media han desempeñado siem pre una función social y un servicio público importante. De ahí que sea imprescindible que el periodista sea consciente del rol que cumple en la sociedad, rol que está presidido por la veracidad de las informaciones que transmita. El lenguaje periodístico es un fenómeno social que repercute en casi todas las esferas de la sociedad. Los mensajes de los vehículos electrónicos son diferentes de los mensajes del periodismo impreso a causa de determinados factores ajenos a los propios medios que les influyen. Como resultado de un conjunto de datos técnicos, políticos, culturales, etc., el mensaje periodístico ofrece características diferenciales suficientemente acusadas según utilice como canal la Prensa escrita o bien la radio o la televisión. La aparición de la radio en su momento suscitó numerosas controversias, sobre todo, respecto al papel que a partir de ese momento jugaría la prensa escrita. Pero la crisis inicial que experimentó el periodismo escrito no tardó demasiado en desaparecer. Los dos medios comenzaron a delimitar su terreno y la prensa, tras una redefinición obligada de su función y de sus obje-


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tivos, consiguió un espacio, al igual que la radio, en el complejo mundo receptual de la sociedad contemporánea. Los adelantos tecnológicos no iban a esperar y poco a poco la inmediatez y la rapidez de las noticias que se producían en todo el globo terráqueo eran asumidas y parcialmente controladas. Los periódicos con sus corresponsales in situ y también la radio. La televisión surgía años más tarde. Tenía algo que los demás no podían ofrecer: la imagen en movimiento. Este nuevo elemento comunicativo iba a arrasar poco a poco a las audiencias. No había que leer ni prestar atención al amplificador de radio, sólo había que sentarse delante de una pantalla y mirar. Los demás medios de comunicación supieron adaptarse a la nueva situación del panorama informativo. La radio pensó al principio que su fin estaba cercano, pero se comprobó que el delicado tratamiento de las noticias en televisión, a causa del factor visual de las informaciones, dejaba libre a la radio en su carrera hacia la capacidad de informar con la máxima rapidez e inmediatez de la actualidad acontecida en cada momento. De la misma forma, cada uno de estos canales de comunicación ha ido conformando su propio código de expresión, tanto lingüístico como paralingüístico, cada cual con sus propios medios y sus propias características inherentes a su misma génesis y desarrollo. Por tanto, es necesario partir de las premisas de una diferente tratamiento y valoración de las informaciones dependiendo del medio, por las limitaciones lógicas. El mundo que ahora estamos construyendo se va aproximando a esa aldea global, donde la información y la comunicación se adivinan como principales factores de la interacción humana. Las nuevas tecnologías y las nuevas líneas de desarrollo suponen un paso hacia adelante en el que la figura del intermediario informativo, del periodista profesional, se hace imprescindible. Partiendo de todo lo anterior, consideramos la existencia de tres universos conceptuales y metodológicos en los mass-media como la prensa escrita, la radio y la televisión, con el consiguiente tratamiento diferente de los temas, la ordenación dentro del tiempo, y del espacio, y la particular construcción lingüística del relato, según sus propias condiciones y características en cuanto a la oferta de contenidos informativos y la multiplicidad de mensajes, además de su consiguiente proyección de futuro. Al respecto, Núñez Ladeveze afirma:


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«El medio no sólo es un sistema de distribución de mensajes sino también un sistema de organización de mensajes, y la organización de mensajes preexistentes se convierte, a su vez, en un nuevo mensaje. Al organizar el mensaje el medio lo reelabora... lo reformula, imponiendo de este modo su propia categoría o modo de percibir, de interpretar... En consecuencia, el medio interesa no como sistema de distribución sino como un sistema organizador de un contenido: los mensajes periodísticos. De acuerdo con este criterio, el medio impone un determinado punto de vista, una forma de percibir los hechos (por tanto) de elaborar mensajes»1. De otro lado, hay que tener en cuenta que las corrientes de especialización periodística se están imponiendo a todos los niveles y sectores de la comunicación. Resulta cada vez más obsoleta la figura del periodista que escribe de todo y vale para todo tipo de información. Frente a esto se esta imponiendo, de forma acelerada, el redactor especializado en áreas concretas que aborda en profundidad la temática que le corresponde. De esta forma, se consigue una mayor exactitud y precisión en el tratamiento del hecho informativo. Dentro de la propia Prensa escrita «el lenguaje de los periódicos es, en realidad, un conjunto de varios lenguajes especializados»2. Esto se ha dado en llamar, con terminología ya consagrada por el uso, «lenguajes sectoriales»3. Martínez Albertos describe inicialmente el lenguaje periodístico como un lenguaje no literal, próximo a las hablas coloquiales de los sectores cultos de una determinada comunidad de hablantes, que en sus manifestaciones habituales se apoya de modo cuantitativamente importante en oraciones de construcción nominal: «El lenguaje periodístico por antonomasia es el lenguaje periodístico de la prensa escrita, mientras que el «estilo periodístico» sin más matizaciones, responde al estilo informativo, es decir, a los modos expresivos que sirven para la transmisión de datos con cierto ánimo de elaborar un relato objetivo de los acontecimientos»4.

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NUÑEZ LADEVEZE, L.: El lenguaje de los «media». Pirámide, Madrid, 1991. CALABRESE, O. Y VIOLI, P.: I giornali. guida alla lettura e all’ uso didattico. Edit. L’ Espresso, Milano, 1980, p. 106. BECCARIA, G. L.(ED.): I linguaggi settoriali in Italia. Bompiani, Milano, 1973. p.28. MARTINEZ ALBERTOS, J. L.: Curso General ... Op. Cit., p. 204.


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El periódico es, en realidad, un nido de lenguajes, una especie de permanente diccionario de actualidad donde se cobija toda habla por efímera y fugaz que sea. Cada uno de esos lenguajes tiene sus normas y el lenguaje informativo normas muy particulares y trabajosamente elaboradas. Pero todos los textos que aparecen en un periódico, por distintos que sean entre sí, han de tener en común algunas características exclusivas y generales, exclusivas porque son especialmente exigidas por el periódico y generales porque afectan a todos los textos que en él aparezcan. Hay, pues, una predisposición a la especialización y debe haberla en aquel que se dispone a elaborar un texto para ser publicado. Por su parte, Mar de Fontcuberta sostiene que «cuando se habla de especialización no hay que referirse al tipo de medio o de audiencia sino a los contenidos. Actualmente se produce una tendencia que resulta revolucionaria en el mundo de los medios de comunicación. La sociedad de masas, nacida en la sociedad industrial, va a dejar paso a una sociedad de colectivos, más propia de la sociedad postindustrial, en la que cada individuo tendrá un peso específico por sí mismo»5 . Por tanto, ¿Se podría afirmar que hay como dos fórmulas de lenguaje periodístico: la de todo texto para ser publicado en un periódico (se entiende de información general, no especializada) y la del texto netamente informativo? Creemos que esta distinción ayuda, es clarificadora y responde a una realidad sentida desde la misma fundación del periodismo. En cualquier caso, nos parece elemental constatar que algo han de tener en común todos los textos que aparecen en un diario por el simple hecho de aparecer en él, en palabras de María Luisa Santamaría: «...Insistir en la existencia de una prensa que promueva la igualación idiomática en un nivel elaborado y culto. Una empresa empeñada en una tarea que informe y contribuya a la justicia, a la verdad, a la convivencia en el seno de una comunidad que, lejos de ser combatiente y épica, intente conducir a los ciudadanos por caminos razonables, aunque estos hayan de promover cambios radicales»6. Y es que la comunicación es un proceso que manifiesta la relación de los hombres entre sí con su contexto social y esta relación se da siempre con intencionalidad: modificar la conducta de los otros y cambiar asimismo el

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DE FONTCUBERTA, M.: La noticia. Pistas para percibir el mundo. Barcelona, Paidós, 1993. p. 34. SANTAMARIA, M. L.: El comentario periodístico. Los géneros persuasivos. Madrid, Paraninfo, 1990. p. 12.


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entorno social. Por consiguiente, la comunicación periodística constituye un proceso de interrelación de individuos y grupos sociales, que se pone de manifiesto con el mensaje. Y la elaboración del mensaje periodístico requiere una estructura formal, una organización lógica de signos con una significación precisa, el ordenamiento de varios signos conforme con un código preestablecido y compartido por un sector social amplio. Pero, aunque los mensajes se caracterizan por el manejo de técnicas expresivas comunes a todo discurso, no toda la abundante información recibida por los lectores sobre diferentes temas reúne las características necesarias para ser considerada información veraz y completa o más bien desinformación y las circunstancias en las que se ofrecen las noticias. Para aclarar este concepto, el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra «desinformación» como la información intencionadamente manipulada al servicio de ciertos fines7. Este término, que tiene un origen soviético «dezinformatsia», nace al calor de los servicios secretos y se difunde por medio de los franceses. La Enciclopedia Soviética explica la desinformación como la propagación de informaciones falsas para crear confusión en la opinión pública (1952), o como la difusión en los países burgueses de noticias engañosas o deformadas, utilizadas con profusión como medio de propaganda política a fin de crear confusión en la opinión pública. Roland Jacquard ubica la «dezinformatsia» al finalizar la I Guerra Mundial. Según él es un concepto introducido en Francia por inmigrantes procedentes de la URSS, que narraron que la policía utilizaba esta palabra para denunciar acciones interiores o exteriores que intentaban obstaculizar la consolidación del nuevo régimen8 . En todas estas definiciones que recogemos se manifiesta el vocablo desinformación en engaños conscientes con una intención manipulada. Teniendo en cuenta estos presupuestos, la desinformación es el hecho informativo que se genera de un incumplimiento de las normas profesionales o lingüísticas por parte de un periodista o emisor y que trae como consecuencia un producto informativo incorrecto dirigido a un receptor. Hemos encontrado el uso de la palabra desinformación con el significado de falta de información en la Conferencia Inaugural de la Facultad de

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Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Espasa-Calpe, Madrid, 1992, p. 507. JACQUARD, R.: La desinformación: una manipulación del poder. Madrid, Espasa-Calpe, 1988.


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Ciencias de la Información de la Universidad de Sevilla, cuando Amadou Mahtar M’Bow, el ex- director general de la UNESCO, criticó la distancia que separa en el mundo «los ‘superinformados’ y los desinformados, al tiempo que se acusa de desequilibrio entre emisores y receptores de información. Si el desequilibrio -añade- entre producción y circulación de la información y los programas se encuentra en el interior de cada una de las grandes regiones del mundo e incluso en el interior de cada país, a nivel internacional son las regiones Norte/Sur las más afectadas»9. También M’Bow en dicha conferencia dio como significado al término desinformación que nos ocupa el de información incompleta, ya que aludió a que «la comunicación es un poder que llega a ser un mal compartido tanto en el plano nacional como en el internacional. Cada país tiene sus excluidos o sus desheredados de la comunicación, que no participan más que excepcionalmente. Por tanto, si desinformación es información incorrecta e incompleta a raíz del incumplimiento de las normas lingüísticas y profesionales, conviene insistir en el buen uso del lenguaje en los medios de comunicación, preocupación que en general es reciente y que los manuales de estilo10 o Jornadas monográficas sobre el idioma en los medios han impulsado. En la misma perspectiva Martínez Albertos subraya: «El escribir bien no es algo que pudiera entenderse como un capricho cultural de corte elitista, sino que una correcta escritura de textos periodísticos es, sobre todo, una garantía de respeto real de los periodistas a uno de los más importantes derechos políticos del ciudadano contemporáneo: el derecho a investigar, recibir y difundir informaciones y opiniones»11. Y añade: «Desde el planteamiento de la Escuela Complutense -indica- estamos convencidos de que estos análisis sobre la forma de los mensajes periodísticos tienen una indudable repercusión de carácter político, es decir, desde la perspectiva concreta de cómo es garantizado el derecho de los ciudadanos a recibir libremente una información veraz»12 .

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MAHTAR M´BOW, A.: Información y comunicación en el mundo contemporáneo. Cuadernos de Comunicación, Facultad de Ciencias de la Información, Universidad de Sevilla, 1989, p. 14. La Agencia Efe fue la pionera en España en la publicación de su Manual de Español Urgente. Madrid, Cátedra, 1990. 7ª edición. Ha sido analizado por José Fernández Beaumont en El lenguaje del periodismo moderno. Madrid, SGEL, 1987. MARTINEZ ALBERTOS, J. L. , El lenguaje periodístico. Madrid, Paraninfo, 1989. p. 48. Ibid. p. 26.


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Subyace en todo ello un debate que mantiene si es posible manipular textos y si la información es tal o merece honestamente ser considerada como tal. Incluso sería interesante recoger esta pregunta en palabras de Luis Núñez Ladeveze: «¿Cuándo una información es sólo información y no propaganda, u opinión, o persuasión, o argucia, o interpretación, o chantaje, o libelo, o etc.?»13. Por su parte, Van Dijk se refiere a la manipulación, es decir, desinformación, como incorrección lingüística: «El hecho de omitir circunstancias que puedan influir negativamente sobre la conclusión final, el no garantizar la validez general de una justificación, o el hecho de ser irrelevante debido a la ausencia de un refuerzo especial puede llevar a una estructura argumentativa incorrecta. Debido a la complejidad de muchos argumentos, en el contexto de la comunicación diaria no siempre resulta posible detectar esa incorrección, de manera que las demostraciones encaminadas a justificar una aseveración y que por lo tanto se emplean persuasivamente en un contexto activo, representan un instrumental frecuentemente empleado para la manipulación de conocimientos y opiniones de los hablantes»14 . Por tanto, el análisis lingüístico se manifiesta como el medio de detectar las causas que impiden el derecho a ser informado correctamente y que crean desinformación. Desde el punto de vista lingüístico Lázaro Carreter plantea una solución que él denomina neutralización del idioma: «Parece evidente que una comunicación que aspira a hacerse general, a ser accesible al mayor número posible de personas, debe tender a la neutralización de su idioma, con vistas a que cualquiera pueda recibirlo como propio y sin sombras; sin las sombras que, para el profano, poseen las lenguas especiales»15. Y todo ello se debe a que el lenguaje es objetivo, pero su uso no siempre. Es incuestionable que para que exista noticia es imprescindible cierta interpretación de la realidad. El lenguaje no es neutro, sino que puede ser fácilmente manipulado y aunque esa manipulación debe ser mínima, es inevitable en ocasiones. A este respecto afirma Pinar Agudiez:

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NUÑEZ LADEVEZE, L.: El lenguaje de los «media». Introducción a una teoría de la activadad periodística. Madrid, Pirámide, 1979. p. 54. VAN DIJK, T. A.: La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario. Barcelona, Paidós, 1987. p. 163. LAZARO CARRETER, F. : «El idioma del periodismo, ¿Lengua especial?» en Asterisco Cultural, Publicación de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Madrid, 1990. N.2. p. 4.


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«No vale hablar de discurso objetivo porque no sirve, atrevámonos a señalarlo un discurso cerrado, monosémico como si la verdad fuera una y única su interpretación. Aquí se niega el acto comunicativo. Primero, porque al receptor se le atribuye esa minoría de edad que imposibilita los juicios propios, los razonamientos autónomos y que aboca a dotarle de argumentos que se concluyen desde la visón adulta y experta del informador-emisor- sujeto de la información. Segundo, porque al mensaje informativo se le perfila con los lápices mitológicos de la objetividad. Y una verdad que sea única, en información, insinúa un dogma, y un dogma no hace un decir sino un juzgar. Tercero, porque resuelve la información en un proceso unidireccional: lo que se pone en juego es un mensaje (hecho-que-se-juzga, desde este plano objetivo) o, dicho de otro modo, lo que pone en juego el emisor (sujeto de la información) es un mensaje para un receptor (objeto de la información)»16. Por otro lado, el periodismo es un modo de hacer interpretación de la realidad. Los receptores de los mensajes periodísticos necesitan un intermediario, tarea que ejercen los medios de comunicación de masas. «El hombre de hoy, pues, necesita sentirse amparado por los medios de comunicación social, influencias indispensables para su desenvolvimiento y su integración en esta sociedad que apunta a una probable agonía. Se precisa esta integración para que contribuya a la gestación de un futuro mejor, un futuro que le permita asumir su plenitud existencial conforme con sus convicciones y su inalienable proyecto vital»17. Los medios de comunicación de masas pueden llegar a cubrir en parte la grave limitación de espacio y tiempo. Nuestros ojos pueden ser la prensa. Nuestros oídos la radio y la televisión. Según MacLuhan, estos medios se convierten en una prolongación de los cinco sentidos. Afirma:

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AGUDIEZ CLAVO, P.: «Editorialización y frivolización del discurso periodístico» en Comunicación y Pluralismo. Actas del I Congreso Internacional (Salamanca, del 25 al 27 de noviembre de 1993), Universidad Potificia de Salamanca, 1994, p. 332. AGUILERA, O.: Función y disfunción del mensaje periodístico en relación con la libertad de los receptores, tesis doctoral, Universidad Complutense, Madrid, abril de 1985, original mecanografiado, p. 5.


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«La camiseta es una prolongación de la piel; por lo tanto es una prolongación del sentido del tacto. La rueda es una prolongación del pie. La radio es una prolongación -sin límites- del sentido del oído y de la voz. La televisión es una ampliación -sin límites-del sentido de la vista»18. Al llegar al receptor, resulta entonces que todo mensaje periodístico es el resultado de un proceso complejo, que comprende una serie de elecciones sobre lo que ha de publicarse o leerse en la pantalla o en las ondas, el lugar que debe ocupar y la importancia que debe concedérsele. Lorenzo Gomis basa su teoría en varios supuestos, que son: «1. La realidad puede fragmentarse en períodos. El único período que se trata de interpretar es el más reciente, que no ha sido interpretado todavía. 2. La realidad puede fragmentarse en unidades independientes (hechos) capaces de interpretarse en forma de textos breves y autónomos (noticias). 3. La realidad interpretada debe poder asimilarse de forma satisfactoria en tiempos distintos y variables: aquel de que disponga cada lector. La interpretación debe poder ser asimilada además por un público heterogéneo. 4. La realidad interpretada debe encajar en un espacio dado, que es variable: aquel de que dispone el periódico. 5. La interpretación que ofrece el medio dispone de una gama de filtros y convenciones (géneros periodísticos), cuyas formas fundamentales y extremas son la información (principalmente la noticia) y el comentario (principalmente el editorial). A esa gama corresponde una diversidad de tonos y usos del lenguaje»19. Por tanto, la información tiene un papel muy importante y en lo que atañe al propósito en la difusión de los mensajes, existen sus diferencias entre los medios impresos y audiovisuales. Los medios audiovisuales han absorbido la función informativa tradicional de la prensa escrita, por cuanto que pueden cumplir mejor con el requisito de la rapidez en la difusión de las noticias. Los medios impresos han reforzado el periodismo de opinión, pero desarrollando un periodismo más reflexivo, que demanda una interpretación más profunda de la realidad y, por consiguiente, más investigación.

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MAC LUHAN, M.: El medio es el mensaje. Paidós, Buenos Aires, 1969. GOMIS, L.: El medio media (La función política de la prensa). Mitre, Barcelona, 1987, pp. 18-19.


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El lenguaje de la radio se diferencia de la prensa escrita porque los textos se escriben para el oído y no para la vista. Hay que prestar especial atención a no perder el interés del público, de modo que a las características de claridad, sencillez y exactitud propias del lenguaje periodístico en general debe unirse el cuidado en la pronunciación y entonación del discurso. En cuanto al medio televisión, el lenguaje tiene tres dimensiones: la palabra, la imagen y los sonidos. El hecho de que dirija el mensaje tanto al oído como a la vista le permite manejar un nivel emotivo más completo que en otros medios. El periodista se encuentra presente transmitiendo al receptor las imágenes que le proporcionan un conocimiento más completo de los acontecimientos. Por ello, en todos los medios de comunicación la información juega, pues, un papel decisivo, al mismo nivel que la educación, para una sociedad en la que tan necesaria como el profesor es el periodista. A este respecto opina Westley C. Clark que «el problema de ayudar al ciudadano a conocer lo que necesita saber, aparte de lo que pueda conocer de sí mismo, es enorme para los medios de comunicación de masas»20. Además de esto, lo que está claro es que el periodismo es una forma de interpretar la realidad y que nadie puede cubrir por sí mismo el área de las cosas que interesa saber. Las opiniones transmitidas a través del mensaje periodístico abarcan también un espacio inevitablemente más vasto, un lapso de tiempo más largo, un número mayor de cosas de las que podemos observar de forma primaria. Por tanto, será siempre el rigor del periodista en el proceso informativo especialmente a través del contraste de versiones y de no dejarse llevar por ninguna línea ideológica el que debe determinar fórmulas idóneas que eviten la desinformación del lector.

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CLARK, W.C.: El periodismo futuro en la comunicación de masas. Troquel, Buenos Aires, 1966, p. 26.


Televisión digital y programación: de la televisión de siempre a la televisión de pago y multicanal José Luis Ibáñez Serna Profesor titular en la Facultad de CC. Sociales y de la Comunicación de la Universidad del País Vasco.

Emilio Fernández Peña Departamento de Educación y Universidades del Gobierno Vasco. El presente artículo analiza la evolución de la programación en las televisiones en España desde sus inicios a mediados de los años cincuenta con una televisión pública y en blanco y negro hasta la televisión digital multicanal de pago. A pesar de los años transcurridos y de los avances tecnológicos que se han producido la programación no ha variado sustancialmente. Lo que sí ha cambiado ha sido la cantidad de la oferta y la presentación al público; ahora por áreas temáticas.

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esde la puesta en marcha de la primera televisión en España (TVE) hasta las nuevas televisiones digitales han transcurrido poco más de cuarenta años. En este periodo el modelo televisivo español se ha modificado de una manera ostensible. Donde anteayer había una televisión pública, única y gratuita; ayer un conjunto de televisiones públicas y privadas gratuitas a excepción de Canal Plus; hoy trata de abrirse paso la nueva televisión privada multicanal y de pago con incrustaciones públicas en alguno de los casos. 1956. Televisión española. Los primeros años Televisión Española inaugura de manera oficial sus emisiones el 28 de octubre de 1956. Así, al final de la década de los cincuenta, España tendrá una televisión en blanco y negro, analógica, única, pública, generalista y gratuita. Llegaba hasta los receptores por ondas electromagnéticas (VHF) y emitía informativos, teleseries, cine, teatro, programas de variedades, espacios infantiles y diversas retransmisiones: fútbol, toros y otras. Desde 1967, emite de forma regular la Segunda Cadena o UHF, si bien no llega a todos los lugares de España. La UHF programa únicamente tres


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horas diarias entre las 20.30 y las 23.45. Se trata de una programación cultural que podría calificarse, salvando las distancias, de precursora de los actuales canales temáticos. 1982. Las televisiones autonómicas. Euskal telebista Entre los años 70 y los 90 la tecnología y el panorama audiovisual evolucionan significativamente. En 1976 hay en España 8.200.000 televisores, de los que 800.000 están preparados para emitir en color1. A principios de los 90, la televisión es en color, analógica, pública o privada, generalista o temática, gratuita o de pago. Llega a los receptores de los hogares por ondas electromagnéticas, por satélite y, en menor medida, por cable. En los años 80 surgen las televisiones autonómicas. La primera televisión autonómica, Euskal Telebista, inicia sus emisiones de manera experimental en los primeros meses de 1983. Un estudio2 realizado sobre las características de su programación concluía: 1) El gran peso que el cine y las series tenían en la programación de ETB1. Más del 33% de las 367 horas y media semanales de programación estaba dedicado a esta categoría. 2) La gran importancia de los programas deportivos. Un 20,68% del total. 3) Pese a las intenciones fundacionales de EITB, llamaba poderosamente la atención el escaso porcentaje que alcanzaban los programas de carácter cultural en la parrilla de programación de ETB1 (6%). 4) Los informativos constituían el 13% de la programación y aquí se producía la única excepción en el uso continuado del euskera: el informativo diario Teleberri se emitía en castellano a las 14’30 de la tarde. 5) La publicidad apenas superaba el 2% y ello por falta de contratación. No porque la política del ente fuera en una dirección no comercial. 6) Más de la mitad de la programación, el 63%, correspondía a producciones ajenas. Del total de la producción ajena, casi la mitad pertenecía a países europeos, en tanto que la otra mitad procedía de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá). El resto, un 3%, eran producciones latinoamericanas, básicamente, las series conocidas popularmente como culebrones. 1 2

DIAZ, L. La Televisión en España 1949-1995, Alianza, Madrid, 1995, p. 700. IBAÑEZ, J.L. y MARIN, F. “La estructura de la programación de ETB-ETB 1: la circulación de los programas de televisión. La programación cultural”. Kobie (Serie Bellas Artes). Diputación de Vizcaya, nº 5. 1988. pp. 727.


José Luis Ibáñez Serna. Emilio Fernández Peña

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1990. Las televisiones privadas A principios de los 90, concretamente en los meses de enero y marzo inician sus emisiones las primeras televisiones privadas gratuitas en España. Son Antena 3 (25.1.1990) y Tele 5 (3.3.1990). Por su parte, Canal Plus, la primera televisión de pago, llega a las pantallas con carácter oficial el martes 4 de septiembre de ese mismo año. No se podía hablar de la Televisión privada en España sin tener en cuenta los orígenes y el desarrollo de la televisión en EEUU y en Europa, así como los modelos que adoptó. La Televisión se desarrolla en los Estados Unidos de América en forma de actividad privada y comercial, financiada por la publicidad y con una programación orientada fundamentalmente al entretenimiento y a la diversión de los espectadores, más que a su desarrollo cultural. La financiación de las emisiones por agencias de publicidad que desean atraer grandes audiencias para sus mensajes, condujo a un modelo basado en el sensacionalismo y en la espectacularidad. Para paliar el comercialismo, la F.C.C. (Federal Communications Commision) impuso en 1961 la transmisión de unos tiempos mínimos dedicados a noticias y a asuntos de interés público. A diferencia de Estados Unidos, la Televisión en Europa se configura, inicialmente, como un servicio público debido a una serie de razones entre las que destacan: - la tradición de la empresa pública radiofónica dominante en Europa y que servirá como modelo para el desarrollo del sistema televisivo. - la coincidencia de planteamientos entre la derecha y la izquierda políticas que consideraban a la televisión como un medio demasiado influyente en la sociedad para dejarlo en manos de las empresas privadas. Sin embargo, pese a estar estructuradas como entes públicos, las televisiones europeas no serán capaces de evitar totalmente el modelo americano en su programación. Esta tendencia se intentaría corregir con la creación de canales UHF dirigidos a públicos con un nivel cultural más exigente y selectivo. Si bien la televisión pública y la privada coexisten en Inglaterra desde 1955, el gran debate sobre televisión pública/televisión privada no se anima en Europa hasta los años setenta. Esta situación lleva a preguntarse por la viabilidad de reunir en un sólo modelo las ventajas de la televisión pública y las de la privada: la indepen-


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dencia de los intereses comerciales y la vocación de servicio a la sociedad de la pública y la pretendida creatividad e innovación de la privada. La respuesta -un sistema mixto en el que compitan públicas y privadas podría contribuir a paliar defectos y sumar cualidades de unas y otrasparece ingenua cuando menos. La coexistencia de la televisión pública y privada no hace sino homogeneizar la oferta de la programación y empuja a la televisión pública a entrar en la lógica de mercado, anteponiendo la comercialidad a la calidad. Y es que no puede ser de otra manera. Cuando la actividad televisiva obedece a criterios económicos y comerciales y se regula por las leyes del mercado, el estado se ve incapacitado para orientar el sistema televisivo hacia fines de interés general, sean éstos de naturaleza económica, política o socio-cultural. La televisión privada en España La historia de la televisión en España hasta principios de los ochenta es la historia de TVE. Hasta entonces el modelo de televisión existente es consecuencia de un complejo ordenamiento jurídico que, al igual que había ocurrido en otros países, se asienta en la normativa del modelo radiofónico. Con todo, pese a que las autoridades optan en su momento por un modelo público de televisión, las diferencias del caso español con los países de Europa occidental fueron notables. Así, no se recurrió al canon por tenencia de aparato para su financiación y TVE fue en su momento una de las pocas televisiones públicas europeas cuya financiación procedía casi exclusivamente de la publicidad. Del primer estudio global realizado sobre la programación de todas las televisiones españolas, incluidas las privadas -excepto Canal Plus3- se obtienen las siguientes conclusiones: Los programas de entretenimiento alcanzaban el 78% en Tele 5 por arriba y el 55% en TVE1 por abajo. Entre las televisiones autonómicas, Telemadrid alcanzaba casi el 69% frente al 54% de TV3. Los informativos ocupaban el 27% en TVE1. TVG parecía la menos interesada de las televisiones públicas en esta categoría, con un 15%. Por 3

IBAÑEZ, J. L. “Estado actual de la programación en las televisiones públicas y privadas” en VV.AA Las radiotelevisiones en el espacio europeo. Ente Público RTVV. Valencia, 1990. pp.181-218. Este estudio que dio lugar al artículo fue dirigido por José Luis Ibañez y participaron en él: Fernando García, Iñaki Izquierdo, Alfredo Joaquín, Begoña Luzuriaga, Arantza Sáez de Asteasu, Encarnación Sáinz y Javier de la Fuente, todos ellos exalumnos de la Facultad de CC. Sociales y de la Comunicación de la UPV.


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debajo de la televisión privada Antena 3, aunque por encima de Tele 5 (2,44%). La programación cultural ocupaba el mayor porcentaje en Canal 33, con un 14%, contra el 4% de TVE1 entre las televisiones públicas. En términos generales, existía una gran homogeneización en la programación que corresponde con una filosofía competitiva de todos contra todos. Si existía un modelo de televisión pública autonómica, éste había que buscarlo fuera de los criterios de programación y contenidos. Canal Plus Canal +, que ya cuenta con 1,5 millones de abonados, fue la primera televisión de pago en España. Su aparición instaura una nueva cultura televisiva que es la de pagar por ver la televisión. La transición hacia la televisión multicanal de pago se había iniciado. Juan Luis Cebrián había declarado ya en noviembre de 1989 a la revista Class que Canal Plus sería un gran club de entretenimientos (cine y deporte) en la parte codificada y en la no codificada emitiría informativos de calidad y programas de ocio similares a otras televisiones. El primer canal de pago español no ha variado en gran medida su programación desde sus inicios. Un 59,9 % de sus contenidos los dedica a ficción, un 16,2 a deportes y un 8,2 a programas culturales4. Los abonados a Canal + expusieron las razones de su suscripción en una encuesta realizada por la cadena de televisión. El 34,5 % reconocía que se había abonado por el cine, el 31 % por el fútbol, el 10,4 % por “la oferta diferente y de calidad”, el 9,8 % por el deporte en general, el 3,5 por ausencia de publicidad, el 2,6 por la demanda familiar y el 1,9 por la programación taurina5. 1995. La televisión por cable Como señala Piaget6 la televisión por cable no procede de un descubrimiento científico ni de una nueva tecnología, sino más bien del encuentro fortuito del sistema de la transmisión por hilo con la televisión. A partir de 1985 surgen en el sur y levante peninsular los llamados videos comunitarios ante la escasez de una oferta de ficción en la única 4

5 6

ALVAREZ MONZONCILLO, J.M Nuevas formas de consumo audiovisual: el caso hegemónico de la televisión de pago. Tesis Doctoral, Madrid, 1996, p. 357. Ibídem, p. 365 y 366 PIAGET, Henry. La Televisión por cable empieza mañana. Fundesco-Editorial Tecnos. Madrid. 1985, p. 21


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televisión publica. Si a esto se añaden las dificultados de recepción en algunos lugares de la geografía peninsular se entenderá el desarrollo, siquiera incipiente, del cable. Algunos videos comunitarios se transforman en modestas empresas de televisión por cable al mejorar sus infraestructuras, ampliar su oferta y el número de hogares a los que llegan. Su programación se restringe a la reemisión de las cadenas nacionales y autonómicas herzianas junto con algunas recibidas vía satélite en su mayoría de otros países y en otros idiomas y en muchos casos también un canal local. Otros operadores hasta un total de 27 constituyeron la denominada Asociación de Empresas de Servicios Distribuidos por Cable, AESDICA y sirven televisión por cable a 80.000 hogares. Estos operadores se diferencian de los primeros en sus mejores infraestructuras y en que pretenden ofrecer una mejor programación. Además del canal local propio emiten las televisiones por aire, las de satélite gratuitas y uno o varios paquetes adquiridos a las productoras y empaquetadoras, caso de Cableantena o Multicanal TPS (Canales de cine, infantiles, de documentales o de música, todos ellos en español). Es aquí donde radica la novedad respecto a los ya clásicos videos comunitarios reconvertidos en televisiones por cable. Su intención de satisfacer los derechos que conlleva la normativa de propiedad intelectual es una característica que los dota si cabe de mayor entidad. Las grandes corporaciones se crean a partir 1992 ante el anuncio de que la ley se aprobaría de modo inminente. Sus accionistas son bancos, cajas y empresas eléctricas, principalmente. Son precisamente estas empresas las que se están haciendo, vía concurso, con el mercado7. Junto a ellas Telefónica podrá operar en todas las demarcaciones 16 meses después de que se hayan resuelto los concursos. Si se tiene en cuenta que Telefónica es la máxima accionista de Vía Digital parece razonable pensar que los contenidos que transmita por cable serán básicamente los mismos que ofrece esa plataforma. En diciembre de 1995 se aprueba la ley de Telecomunicaciones por Cable que regula no sólo los servicios de televisión multicanal que pueden 7

Cable i Televisió de Catalunya ha ganado el concurso en las tres demarcaciones de Catalunya; Redes de Telecomunicaciones de Castilla y Loen (Retecal) el de la demarcación única de Castilla y León; Cádiz Cable y Televisión, en la capital gaditana; Mallorquina de Cable en Palma de Mallorca; Valenciana de Cable en la ciudad de Valencia; en Oviedo, Gijón y Avilés, la Sociedad Promotora de las Telecomunicaciones en Asturias; Supercable Sevilla, en Sevilla ciudad; Teleaxarquía en Vélez-Málaga; en Murcia, Murcia de Cable y en Albacete, Albacete Sistemas de Cable. El País, 15 de febrero de 1998, Negocios, p. 3.


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transmitir los operadores, sino que se extiende a la telefonía y los servicios telemáticos que desde enero de 1998 pueden ofertar los cableoperadores. Atrás habían quedado seis anteproyectos de ley. En 1996 se habían registrado 802 operadores que ofrecían servicios de televisión por cable a 420.000 abonados8. Hasta 1994 los contenidos audiovisuales temáticos en castellano eran muy escasos. A partir de octubre de 1994 se crea el paquete de programación en español TPS, más tarde se ofrece a los operadores TNT&Cartoon Network con parte del audio en español y posteriormente surge Cableantena. Todos estos paquetes de programación ofrecen canales especializados en cine, series de televisión, contenidos para niños, documentales, o canales musicales. Los operadores de cable distribuían a sus abonados una oferta temática exclusiva. Con esta nueva oferta el cable español pasa de ofrecer películas de video, re-emitir canales por satélite sin costo alguno o de ser simplemente un modo de mejorar la recepción de las cadenas a convertirse en una fuente de programación diferenciada, una televisión no sólo de pago, sino temática. 1997. La televisión digital La televisión digital por satélite surge en 1994 en EE.UU, un país en el que el cable llegaba ya a 59.689.070 de hogares9. El desarrollo de la televisión digital se materializa gracias a la tecnología que posibilita la compresión digital, lo que permite multiplicar por siete o más los canales que se podían transmitir por un sólo transpondedor de satélite. Se debe tener en cuenta además que en el caso estadounidense existía un desarrollo importante de la televisión multicanal propiciada por el cable. El mercado proporcionaba una programación más que suficiente. Los canales digitales sólo tenían que adquirirla. En España el grupo Prisa lanza los servicios de televisión digital por satélite con Canal Satélite Digital (CSD) el 31 de diciembre de 1997. En marzo de ese año la televisión digital por satélite inaugura los servicios de 8

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FERNÁNDEZ BEAUMONT, José. El País, 28 de mayo de 1996, p. 30. Según datos aportados por la Secretaría General de Telecomunicaciones fueron 802 los operadores que tras la aprobación de la ley solicitaron una licencia para seguir operando hasta diciembre de 1998. Para ello debían demostrar que en el momento de aprobarse la ley operaban televisión por cable. Tras inspecciones y solicitudes de información se concedieron las licencias de forma provisional. Estimaciones de Nielsen Co. y publicadas en Cable television developments. Fall 1994. National Cable Television Association. Washinton. 1994 p. 1A.


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pago por visión. El 30 de septiembre de ese mismo año comienza sus emisiones Vía Digital. El satélite hasta la aparición de la televisión digital alimentaba las cabeceras de los operadores del cable. Para aquellos usuarios que disponían de parabólica era también un canal de acceso a otros canales televisivos. La televisión digital hace del satélite una fuente de transmisión al hogar de una televisión multicanal y temática. Esta nueva televisión supone una ruptura del concepto clásico de parrilla de programación siempre identificado con la televisión generalista. Para el ex-director de la CBS, Gene Jankowski10 existen dos dinámicas en el mundo de la comunicación: la agregación de audiencias que identifica con aquellos productos de las industrias culturales (libros, discos o películas) que interesan a la mayor parte del público y la disgregación de audiencias que tiene que ver con los gustos de pequeñas audiencias por cuestiones especializadas. Según Jankowski esas dos dinámicas sirven a dos necesidades diferentes: la necesidad de pertenencia a un grupo social y la necesidad de ser individual y matiza que no son competitivas, sino complementarias. La televisión digital en España. Programación La oferta de la televisión digital está estructurada de la siguiente manera: Un paquete básico en el que se incluyen algunos canales generalistas como los autonómicos, emisiones en otras lenguas (NBC Europe, Télévision internationale) y canales temáticos: infantiles, documentales, cinematográficos, informativos y otros. Los contenidos de este paquete básico tienen un bajo costo para el operador, ya que en muchos casos son canales por satélite en abierto. En el caso de las plataformas digitales españolas muchos de estos canales son creación de las propias plataformas, puesto que apenas existían precedentes en el mercado de la televisión multicanal. Los operadores de satélite incluyen canales que propician la captación de nuevos abonados y el mantenimiento de los antiguos. Para acceder a otros canales no incluidos en la oferta básica el abonado debe pagar una cantidad adicional. Es el caso de algunos canales cinematográficos.

10

BALDWIN, T. & MCVOY, S. Cable Communication. Prentice Hall, Inc. New Jersey. 1988. Second Edition, p. 6.


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Existen además canales a la carta que se contratan individualmente y van dirigidos a públicos más restringidos (Canal Mundovisión para ciegos y sordos, Canal C: con telecarga o Muzzik). En un principio el cine y fútbol eran los motivos que aducían los abonados a Canal Plus para suscribirse a la primera televisión de pago española. Curiosamente son estas categorías de programas los contenidos más contratados en el sistema de pago por visión (pay per view). En la nueva televisión multicanal se cobra más por acceder antes a un determinado tipo de programas. El proceso de estreno de las películas es el siguiente: primero pago por visión, después canales de pago (Canal Plus) y más tarde en los canales generalistas o en los paquetes básicos. Transición de la TV y programación publicitaria. Ninguna de las plataformas habla de publicidad y si lo hacen es para negarla. No en balde la televisión digital está financiada con el dinero de sus abonados. No parece que las grandes marcas vayan a renunciar a difundir sus productos precisamente a las capas de población de mayor poder adquisitivo, es decir, al sector de la población que más fácilmente puede acceder a la televisión digital. Tampoco parece que las grandes marcas vayan a renunciar a unos públicos que las propias plataformas pueden ofrecer ya segmentado en función de sus gustos y preferencias audiovisuales. Las fórmulas pueden ser varias, pero el patrocinio es seguramente la más adecuada y también la más sencilla. Algunos de los canales que se anuncian bajo el nombre de Teletienda como servicios no son sino programación publicitaria. Un mercado que las grandes empresas de distribución no pueden dejar al margen. Las agencias publicitarias en este momento tienen un gran reto: realizar la transición de la televisión generalista a la televisión digital con el mínimo coste posible, y eso requiere dedicar muchos recursos a la investigación. Consideraciones finales Si convenimos, cuarenta años después de la primera televisión pública española y ocho años después de la implantación de las televisiones privadas, que la televisión deriva hacia el negocio total, ¿qué será de la televisión pública generalista?.


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Hace unos meses parecía razonable pensar que si algún sentido iba a tener la televisión pública española en los próximos años, ese debía ser erigirse en elemento corrector de las diferencias sociales en el acceso a lo audiovisual con una programación de calidad. La incorporación de Televisión Española a una de las plataformas, al igual que el resto de las televisiones autonómicas, puede ser el definitivo adiós a esa esperanza. Entre otras cosas porque las pérdidas de los entes públicos de televisión se cuentan ya por miles de millones. La segunda gran oportunidad de la televisión pública generalista puede estar pasando a la historia. La primera fue con la llegada de las televisiones privadas y no supo aprovecharla. Se dejó llevar por el mercado y el mercado se quedó con ella. La historia de la televisión es sobretodo la historia de su programación. La evolución tecnológica que ha influido de manera fundamental en el aumento del número de canales apenas ha influido en los contenidos esenciales de los programas. De hecho no son tantas las diferencias -excluidas las propias del desarrollo tecnológico- entre los programas emitidos en sus orígenes por Televisión Española y los que emite hoy cualquier televisión multicanal. Otra cosa sería considerar la abundancia de los programas. La revitalización de los viejos programas (películas, series, documentales) es una de las consecuencias de la nueva televisión. Aquellos programas que las televisiones consideraban caducados adquieren un nuevo valor en el mundo de la televisión multicanal. Algunos de los accionistas de la televisión digital por satélite española (TVE, Televisa o las autonómicas) producen miles de horas anuales de ficción, de informativos y de documentales. Una parte de la programación de los canales que ambas plataformas emiten son de producción propia, otros son canales importados que en algunos casos se doblan y en otros se mantienen en el idioma original. Esta vocación de diversificación vertical hacia la producción o empaquetado de contenidos audiovisuales es propia de las plataformas digitales. En cuanto al cable, es preciso señalar que el operador es, sobre todo, una empresa de infraestructuras. Según estudios recientes su principal fuente de ingresos estará en el teléfono11. Se puede hablar entonces de la televisión

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El Teléfono reportará un 51 % de los ingresos y la televisión un 29 % y los servicios de valor añadido un 20 %. La Nueva España, 2 de noviembre de 1997 , p. II Revista.


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por cable como uno de los servicios que ofrecen los operadores de telecomunicaciones: un servicio de transmisión de programas de televisión básicamente, si bien cuenta con algunos intereses todavía muy limitados en el empaquetamiento y producción de contenidos. Está por ver hasta qué punto la proliferación de las nuevas televisiones va a fomentar el desarrollo de la industria audiovisual española a gran escala: por un lado recurren al empaquetamiento de viejos contenidos; por otro se convierten en distribuidoras de los cientos de miles de horas de programas realizados y almacenados por la industria audiovisual estadounidense que debe dar salida a su producción. La tendencia a no producir en consonancia al número de horas que se emite se había iniciado ya en los años ochenta en la televisión generalista. En esa época mientras los presupuestos de los canales de televisión se habían multiplicado por seis, las horas de emisión lo habían hecho por más de doce12, una tendencia que probablemente se acentúe. En la nueva televisión los programas de cada canal son clasificables en función de un tema central que la mayoría de las veces se manifiesta en diversos enfoques y géneros televisivos. Así en un canal sobre historia tienen cabida documentales sobre historia, películas y series históricas o un programa de entrevistas a historiadores. El surgimiento de la televisión digital por satélite introduce por primera vez la competencia en la televisión de pago española monopolizada hasta entonces por Canal Plus. La llegada al mercado de Vía Digital beneficia a los abonados de Canal Plus que pueden suscribirse a CSD a un precio más ventajoso. Esta medida facilita el pase de los abonados de Canal Plus hacia el formato digital13. Las emisiones de Canal Plus convencional dan origen a tres canales digitales que se emiten en CSD. La transición de los espectadores a la televisión digital es una realidad. Por lo que respecta a la programación publicitaria los canales temáticos son la coartada perfecta para una publicidad selectiva y perfectamente orientada al consumidor de esos canales.

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ALVAREZ MONZONCILLO, J.M e IWENS J. L. El futuro del audiovisual en España: las transformaciones ante el marco europeo. Fundesco. Madrid. 1992, p. 29 CSD ofrecía la posibilidad de recibir Canal Plus digital y el paquete básico por mil pesetas más de lo que cuesta el abono al primer canal de pago español, una oferta que se extiende hasta el 31 de agosto de 1998.


El nuevo enfoque de la política audiovisual de la Unión Europea (1994-1998): la primacía de la dimensión económico-industrial Carmina Crusafon Baqués Investigadora del Laboratorio de Análisis y Prosprectiva en Comunicación (LAPREC) de Barcelona

La política audiovisual de la Unión Europea ha modificado entre 1994 y 1998 su enfoque principal en respuesta a la nueva situación coyuntural que vive el sector a nivel mundial. Durante este periodo, sus actuaciones han mostrado una primacía económico-industrial (programa MEDIA y el Fondo europeo de garantía) dejando en segundo plano la dimensión cultural ; una mayor coordinación con los proyectos de la sociedad de la información (Libro verde sobre la convergencia) y el mantenimiento un cierto carácter proteccionista (directiva Televisión sin Fronteras y el énfasis en el déficit comercial con los Estados Unidos).

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l escenario de la Unión Europea ha sufrido importantes transformaciones en los últimos cuatro años (1994-1998) en el ámbito político (ampliación y petición de ingreso de nuevos estados, el Tratado de Amsterdam); económico (proceso hacia la unión monetaria) y tecnológico (la llegada de las tecnologías digitales), modificando las actuaciones de los organismos comunitarios. El audiovisual no ha sido ajeno a esta circunstancia, al contrario es un claro ejemplo de los cambios acontecidos. Un análisis de la evolución de la política audiovisual de la Unión Europea durante este periodo pone de manifiesto la adaptación que le ha conducido a primar la dimensión económico-industrial sobre la cultural, así como a plantear los retos a los que se deberá enfrentar en el próximo siglo. Aunque no tiene tanto peso económico como en los Estados Unidos, la industria audiovisual europea emplea aproximadamente 1’8 millones de personas (COMISIÓN EUROPEA, 1994b:127) y dispone del mercado audiovisual más importante del mundo con 370 millones de consumidores. Por otro lado, las cien primeras grandes empresas audiovisuales en Europa tienen un volumen anual de 7.000 millones de dólares con un crecimiento


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anual del 15% desde 1995 (OREJA, 1998). A su vez, este sector en Europa se caracteriza por: una fragmentación en mercados nacionales; por un nivel bajo de circulación y distribución transfronteriza de programas; por un déficit crónico y por la incapacidad para atraer recursos financieros para su recuperación. El carácter dual, económico y cultural, ha caracterizado desde su creación a la política audiovisual europea, con primacía de uno u otro según el periodo analizado. Como afirma Schlesinger (1997b:375), “para los EEUU, el comercio audiovisual es solo un negocio, mientras que para los europeos es tanto un negocio como (cuando conviene) un asunto cultural”. Entre 1994 y 1998 la política audiovisual europea ha modificado su discurso en respuesta a la nueva situación coyuntural que vive el sector a nivel mundial. Durante este periodo, su enfoque se ha concretado en: una primacía económicoindustrial (programa MEDIA y el Fondo europeo de garantía), una mayor coordinación con los proyectos de la sociedad de la información (Libro verde sobre la convergencia) y el mantenimiento un cierto carácter proteccionista (directiva Televisión sin Fronteras y el énfasis en el déficit comercial con los Estados Unidos). Los primeros pasos del nuevo planteamiento audiovisual de la Unión Europea se dieron al tiempo que se concluían las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT a finales de 1993. Sus ideas de base dejaron de lado el aspecto cultural para primar la vertiente industrial, competitiva y de convergencia con las telecomunicaciones. El informe sobre la sociedad de la Información y el libro verde sobre la industria de programas fueron los primeros cimientos. En segundo lugar, la revisión de la directiva « T elevisión sin Fronteras » y la aprobación de la segunda edición del programa MEDIA, ambos ejes fundamentales de la actuación comunitaria, fueron un paso más hacia una lógica de primacía económico-industrial. Posteriormente, se han elaborado nuevos informes (convergencia de las telecomunicaciones, informática y los medios de comunicación; prospectiva de los mercados audiovisuales en Europa, etc.) en esta misma línea. Todos estos documentos y actuaciones han ido dibujando la imagen de conjunto del audiovisual europeo, poniendo sobre la mesa un nuevo modelo de política audiovisual a nivel de la Unión. La nueva filosofía de la política audiovisual europea, presente desde la llegada de la Comisión presidida por Jacques Santer, es a grandes rasgos la siguiente: conseguir una industria fuerte, una vez así será posible dar sentido


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a su dimensión cultural y al tiempo crear nuevos puestos de trabajo. Para lograrlo, la política tiene tres pilares: el programa MEDIA, el programa de apoyo a las nuevas tecnologías y la directiva TSF. Los primeros pasos del nuevo enfoque Los objetivos de la política audiovisual de la Unión Europea se centran a partir de 1994 principalmente en la esfera económica con la creación de un mercado interno real, fomentando la competitividad y la presencia europea a nivel global; en la capacidad de dar respuestas al desafío digital y en el fomento de la creación de puestos de trabajo en este sector. Según Collins y Murroni (1996: 122), “el énfasis se sitúa ahora correctamente en la creación de una industria capaz de sostenerse a si misma. Las políticas de apoyo a las producciones culturales son diferentes: no necesitan estar públicamente preocupadas por los temas de eficiencia y deberían permanecer diferenciadas”. La primera nota del carácter económico del audiovisual se presenta en el Libro blanco de Delors (COMISIÓN, 1994b), en el que se detalla las posibilidades de crecimiento y creación de ocupación dentro del sector audiovisual. El Libro Blanco dedica uno de sus capítulos al audiovisual debido a su peso económico y a la importante transformación tecnológica que está experimentando en los últimos años. Califica las perspectivas de crecimiento del sector de “muy espectaculares”, a la vez que enfatiza que el audiovisual “posee un notable potencial de creación de ocupación” (COMISIÓN EUROPEA 1994b:127). Afirma que “el sector audiovisual ya no es marginal, ni en términos económicos ni de ocupación. Al contrario, será uno de los principales sectores de servicios en el siglo XXI y se le debe conceder la atención correspondiente” (COMISIÓN EUROPEA 1994b:128). En la misma época se elabora el informe Bangemann (COMISIÓN EUROPEA, 1994a), dedicado al estudio de la sociedad de la información. Este documento dedica uno de sus apartados a los mercados audiovisuales, señalando algunos de los aspectos que dificultan el desarrollo de esta industria: la falta de una estructura industrial estable, la regulación comunitaria y la concentración de la propiedad. En otras palabras, “nuestro mayor problema estructural es la debilidad financiera y organizativa de la industria europea de programas. A pesar de la enorme riqueza del patrimonio europeo y el potencial de sus creadores, la mayoría de programas y la mayoría de los stocks de derechos adquiridos no están en manos europeas. Un mercado


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nacional fuerte de crecimiento rápido puede suministrar a la industria europea la oportunidad de desarrollar una base doméstica y explotar las posibilidades aumentadas para la exportación. La industria audiovisual de Europa también tiene que cargar con regulaciones. Algunas de ellas quedarán pronto obsoletas por el desarrollo de las nuevas tecnologías, impidiendo el desarrollo de un mercado europeo dinámico” (COMISIÓN EUROPEA, 1994a: 1011). Advierte de la superposición de las regulaciones de ámbito nacional y europeo que se convierten en “un mosaico de inconsistencia que tiende a distorsionar y fragmentar el mercado. Impiden a las compañías aprovecharse de las oportunidades ofrecidas por el mercado interno, especialmente en el multimedia, y pueden ponerlos en peligro frente a los competidores no europeos”. Señala como cruciales las normas a nivel europeo, “dada la universalidad de la sociedad de la información y su naturaleza inherentemente transfronteriza. La Unión tendrá que dirigir el camino en la intercepción de la disparidad regulatoria más profunda. Al hacerlo, reforzará la seguridad legal que es vital para la competitividad de la industria europea de los medios” (COMISIÓN EUROPEA, 1994a: 19-20). Siguiendo en la misma línea de actuación con finalidad a reforzar la estructura industrial del audiovisual europeo, la Comisión Europea encargó a principios de 1994 a un grupo de expertos la elaboración de un informe sobre la política audiovisual (VASCONCELOS, 1994). Se trata del primer paso para la preparación de un Libro Verde sobre la industria de programas audiovisuales. Este documento presenta un diagnóstico de la situación y una serie de recomendaciones para el sector audiovisual europeo. Su situación, pocos meses después de la conclusión de la Ronda Uruguay del GATT, era considerada “grave”, a causa de un déficit “colosal y una falta de competitividad”. A partir de un análisis económico y teniendo en cuenta la importancia sociocultural, describe la situación de la industria europea caracterizada por la concepción de las obras audiovisuales destinadas a las audiencia locales ; por la ausencia de redes de distribución transnacionales; y por la existencia de un mercado único que sólo funciona para las industrias no europeas. El carácter industrial y la concreción son las características de las recomendaciones que da el informe. Sobre la primera, el futuro de la industria se debe estructurar a partir de una estrategia global, que pase de “la lógica de producto a una lógica de mercado” y concebida “según la dimensión y la dinámica futura del mercado europeo, establecidas desde un principio bajo


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la estrategia transnacional y multimedia” (VASCONCELOS, 1994 :35). Esta estrategia se ha de diseñar partiendo de dos directrices. La primera defiende que “las medidas de protección no son sólo necesarias, sino legítimas”. La segunda considera primordial “pasar de la cultural a la ofensiva industrial si queremos que nuestra cultura sobreviva” (VASCONCELOS, 1994 :34). Además, la finalidad última tiene que ser una industria fuerte que sea capaz de conseguir mercados para los productos europeos y a la vez crear productos para el mercado. Se recomiendan tres objetivos para la política audiovisual europea: centrarse en el producto o software, en los medios de distribución y en el talento creativo. Unos meses más tarde, la Comisión elabora el Libro Verde “Opciones estratégicas para el reforzamiento de la industria de programas dentro del contexto de la política audiovisual de la Unión Europea” (COMISIÓN EUROPEA, 1994c). Este Libro Verde pone de manifiesto la importancia estratégica de los contenidos y “propone un replanteamiento de la política audiovisual llevada a término por la Comisión durante la última década” (SÁNCHEZ TABERNERO/ZUNZUNEGUI, 1994: 72). El Libro Verde, elaborado con la participación de los diferentes sectores, es un documento de discusión, pero a la vez plantea un reto: “la formulación de un sistema de protección que no se convierta en un conjunto de medidas obsoletas al poco tiempo” (SÁNCHEZ TABERNERO/ZUNZUNEGUI, 1994: 73). Su principal objetivo es crear una industria autosostenida y competitiva dentro del mercado internacional, actuando dentro del nuevo marco de la revolución digital interactiva. A la vez reclama una “acción urgente y vigorosa, que pueda permitir a esta industria aprovecharse, en un futuro, del libre juego del mercado” (COMISIÓN EUROPEA, 1994c: 32). La nueva política europea que propone el Libro Verde ha de basarse en un esfuerzo colectivo con la participación de todos los actores, aprovechando el desarrollo de un espacio europeo de información. Tiene que desarrollar una explotación maximal de los productos y de esta manera, asegurar en un plazo la rentabilidad del sector. El primer esfuerzo a realizar, según el Libro verde, “antes que nada, un cambio de actitud”. Es decir, se trata de “reconciliar la cultura y la economía, la obra y el público, las estructuras artesanales y el imperativo industrial” y “de probar la confianza de Europa en sus talentos, de dar con lucidez los medios para la expansión en Europa y alrededor del mundo” (COMISIÓN EUROPEA, 1994c:46). El Libro Verde sobre la industria de programas es un documento que


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muestra la voluntad de cambio por parte de las autoridades comunitarias con respecto al discurso culturalista mantenido durante las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT. A la vez presenta una propuesta de política audiovisual desde una perspectiva más industrial y económica. Asimismo, deja de lado algunos aspectos, que ha señalado con acierto del dictamen del Consejo Económico y Social (CES 1000/94) (COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL, 1994). Primeramente, el Libro Verde no desarrolla el riesgo de ver la diversidad de programas y la libertad de expresión amenazadas por los operadores más potentes del mercado internacional. Segundo, deja en silencio el tema de la influencia y los intereses divergentes de los grupos mediáticos que operan a escala mundial. Tercero, las reflexiones sobre la preservación de la especificidad cultural no juegan ningún papel dentro de las “opciones estratégicas”. Por otro lado, como afirma el CES, el Libro Verde obvia las estrategias de limitación de algunas partes del mercado, ya que de esta manera se evitaría una competencia desenfrenada dentro del audiovisual que “acabaría sin ninguna duda con la dominación del mercado europeo por algunos grupos mediáticos, lo más a menudo extranjeros, que constituirían una amenaza para la identidad cultural europea” (COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL, 1994 :4).Tampoco propone ningún tipo de medidas reglamentarias contra la aceleración del proceso de concentración. En definitiva, el Libro Verde ofrece un nuevo planteamiento para la política audiovisual que deja de lado algunos aspectos como un mínimo control de una competencia ilimitada, el peligro de concentración de la propiedad de la industria, que son elementos básicos para mantener un cierta pluralidad dentro del espacio audiovisual europeo. Otro de los acontecimientos de esta primera etapa fue la celebración en Bruselas de la Conferencia Europea del Audiovisual (COMISIÓN EUROPEA, 1995a) en el mes de julio de 1994. Este evento se caracterizó, por un lado, por el protagonismo de los profesionales del audiovisual y de otro, por la presentación oficial del nuevo planteamiento de la política audiovisual por parte de las autoridades comunitarias. En la intervención del entonces presidente de la Comisión, Jacques Delors, aunque su parlamento mantuvo dos ideas clásicas del discurso comunitario: la primera, “el bien cultural no es una mercancía como las demás” y la segunda, “preservar la diversidad de nuestras culturas y de nuestras formas de vida”, introdujo la necesidad de pensar “en un polo cultural y en un polo industrial” y de tener en cuenta la


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competitividad, el mercado y el progreso técnico (COMISIÓN EUROPEA, 1995a: 10). En la sesión de clausura, el discurso del comisario Joao de Deus Pinheiro fue otra muestra del nuevo planteamiento de la Comisión. “Las acciones futuras para poner en marcha un gran mercado europeo del audiovisual tendrían que tener en cuenta todas las dimensiones - cultural, lingüística, económica y tecnológica y reglamentaria- presumiendo que son de naturaleza interactiva y que tienen igual importancia” (COMISIÓN EUROPEA, 1995a: 112). Se presenta una primacía de los aspectos industriales, pero al mismo tiempo mantiene la defensa de la cultura como durante las negociaciones del GATT. Pinheiro afirmó que “la diversidad cultural tiene que ser considerada como un triunfo principal en la formulación de una política mundial del audiovisual” (COMISIÓN EUROPEA, 1995a: 113). En otras palabras, la estrategia a seguir tiene que incorporar la dimensión mundial. La nueva orientación de los pilares de la política audiovisual común La falta de un acuerdo concreto sobre el audiovisual en la Ronda Uruguay del GATT ha permitido a la Unión un periodo de transición para poder reorientar la política comunitaria antes de la llegada de la liberalización completa del sector a nivel mundial. Asimismo se ha producido un cambio en la presidencia de la Comisión con el nombramiento del luxemburgués Jacques Santer y un cambio de carteras entre los comisarios, entre ellas, la del audiovisual pasó a dirigirla Marcelino Oreja . Esta reorientación ha afectado a dos de los pilares de la política audiovisual europea, que han sido revisados: la Directiva «Televisión sin Fronteras» (TSF) y el Programa MEDIA. La revisión de Directiva «Televisión sin Fronteras» (directiva 97/36/EC) ha supuesto un paso más del nuevo enfoque de la política comunitaria. Es un ejemplo claro de la dificultad de poner de acuerdo las diferentes concepciones sobre el audiovisual que existen entre los distintos estados miembros. Hay que recordar que el proceso de revisión se inició en 1995 con la presidencia francesa de la Unión Europea y no concluyó hasta el 30 de junio de 1997. Aunque sus rasgos centrales se han mantenido, la revisión ha incorporado algunas provisiones nuevas, entre las que se encuentran: en cuanto a los principios de jurisdicción, se ha clarificado bajo que jurisdicción se debe considerar las actividades de los operadores de televisión, ahora determinadas por donde está localizada su administración central y por donde se to-


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man las decisiones de gestión relativas a la programación. Asimismo se ha introducido una definición de lo que constituye un radiodifusor. Por otro lado, se han incluido los acontecimientos de gran importancia para el público (particularmente los deportivos): los Estados miembros pueden elaborar una lista de eventos que deben ser retransmitidos en abierto incluso si los derechos de exclusividad han sido comprados por cadenas de televisión de pago. Sobre la base del principio de reconocimiento mutuo, deben asegurar que las diversas cadenas respeten cada una de estas listas. Además se ha ampliado la definición de obra europea para incluir las coproducciones con terceros países. Sobre las producciones independientes, los Estados miembros deben introducir una definición de “productor independiente” para facilitar la aplicación de la norma que requiere el 10% del tiempo de transmisión o del presupuesto de programación que ha de ser reservado para las producciones independientes. De otra parte, se han abolido los periodos por los cuales los trabajos cinematográficos no podían ser transmitidos en televisión hasta después de haber sido estrenados en salas. Únicamente se requiere a los Estados miembros que aseguren que los periodos acordados entre radiodifusores y los propietarios de los derechos se cumpla. Las disposiciones sobre la publicidad en televisión continúan siendo las mismas, aunque el límite del 20% de cualquier periodo de una hora ha sido alterado al 20% de una hora de reloj dada. La autopromoción se ha asimilado a publicidad y está sujeta a la mayoría de las mismas disposiciones. Además, la telecompra se ha incluido y está sometida a las mismas normas que la publicidad. El nuevo programa MEDIA (COMISIÓN, 1995b) fue aprobado en 1995 para el periodo 1996-2000. Se estructura en dos líneas de actuación. La primera acción consiste en dar apoyo a la formación, inicial y continua, de los gestores del audiovisual y de los profesionales en gestión económica y comercial, en el uso de nuevas tecnologías y en la escritura de guiones. La segunda tiene como objetivo el desarrollo de producciones europeas y la distribución transnacional de obras audiovisuales. La finalidad del MEDIA II es conseguir resultados más efectivos en la estructuración de la industria audiovisual europea, evitando la dispersión de los efectos que ha causado las 19 líneas de actuación del MEDIA I. El programa MEDIA II responde a muchas de las peticiones que se habían hecho desde el sector profesional, tanto por parte de los autores del informe sobre el audiovisual, como a las conclusiones de la Conferencia


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Europea del Audiovisual de 1994. Al marcarse solamente tres grandes áreas de actuación, tiene más posibilidades de establecer unos fundamentos sólidos para el desarrollo de una industria audiovisual verdaderamente fuerte y competitiva. Otras actuaciones a destacar Con la voluntad de fomentar una mayor cooperación con el sector de las telecomunicaciones, la DG X y la DG XIII han elaborado el “Libro verde sobre la convergencia de los sectores de las telecomunicaciones, los medios de comunicación y las tecnologías de la información” (COMISIÓN EUROPEA, 1997b). Se trata una muestra del comienzo de la coordinación entre sectores que cada vez están más interrelacioneados pero que hasta entonces estaban poco coordinados en el ámbito comunitario. Este documento “pretende primero y ante todo abrir un amplio debate sobre la convergencia y en particular, sobre la futura evolución del fenómeno y sobre el marco regulador más apropiado para el escenario digital” (PAPPAS, 1998:1). Se enmarca en el contexto de la liberalización de las telecomunicaciones y en el proceso de convergencia tecnológica (aplicación de las tecnologías digitales) e industrial (tendencia hacia las fusiones y alianzas empresariales). Este Libro Verde analiza las barreras existentes y potenciales, que dificultan el proceso de convergencia. De otra parte, señala los retos a los que se enfrenta la reglamentación, entre ellos, la mundialización, una abundancia de ofertas para una reglamentación fundada sobre la penuria, las distinciones entre actividades públicas y privadas y las estructuras reglamentarias. Este documento se encuentra en una fase de debate y estudio por parte de los sectores implicados, antes de que la Comisión emprenda algunas acciones concretas. En la misma línea de primacía de la dimensión económico-industrial, la Comisión Europea encargó un informe económico sobre el futuro de los mercados audiovisuales (COMISIÓN EUROPEA, 1997b). El propósito del estudio ha sido analizar el efecto económico de las nuevas tecnologías de comunicación en los mercados audiovisuales europeos. En particular, el estudio identifica como las fuentes actuales de ingresos para la industria audiovisual europea pueden crecer en el futuro y como pueden tener un impacto en los productores de contenido audiovisual. El estudio abarca los distintos mercados audiovisuales en siete países de la Unión (Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, España y Gran Bretaña) y presenta un análisis integrado de los posibles cambios en todos los segmentos del mer-


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cado audiovisual; al tiempo evalúa las prospectivas de futuro crecimiento a la luz de las diversas demandas del consumidor y del anunciante. En líneas generales, el estudio prevé un crecimiento considerable de los distintos ingresos de los mercados audiovisuales, de los que se espera que aumenten de los 31.800 millones de ECU en 1995 hasta los 53.900 millones de ECU en el 2005 (según los precios de 1995) (COMISIÓN, 1997b:4). Otro aspecto de la política europea a señalar es la adopción de una propuesta de recomendación sobre la protección de los menores y de la dignidad humana (COMISIÓN EUROPEA, 1997c). Esta propuesta en si misma pretende promover unas directrices comunes para la implementación, a nivel nacional, de un marco de auto-regulación para proteger menores y la dignidad humana en los servicios audiovisuales y de información, cualquiera que sea el medio de distribución. Por otro lado, el comisario Oreja ha creado un Grupo de alto nivel para la política audiovisual con la finalidad que le asesore ante el nuevo escenario audiovisual. Además, se celebrará la Conferencia Europea del Audiovisual bajo la presidencia británica, durante el mes de abril de 1998, con el objeto de evaluar los desafío que plantean las tecnologías digitales al sector audiovisual europeo. La conferencia ha centrado sus sesiones de trabajo en cuatro grandes áreas temáticas: el empleo, el apoyo europeo al sector audiovisual, el marco adecuado para una economía de los medios de comunicación creativa en una sociedad democrática y la propiedad intelectual. A pesar de la primacía de la dimensión económico-industrial durante el periodo analizado, existe una cierta continuidad en algunas de las ideas que constituyen las ideas de fondo de la política audiovisual europea. De un lado se mantiene el carácter proteccionista de la política de la Comisión Europea; principalmente se observa en la revisión de la directiva “Televisión sin Fronteras”, que mantiene el concepto de las cuotas, y en el énfasis que se dedica al déficit comercial entre la UE y los EEUU en los productos audiovisuales. Esta concepción de carácter proteccionista tiene ciertamente una base real porque el déficit de la balanza comercial está creciendo a un ritmo más rápido que anteriormente, pasando de un 11% de incremento en 1995 a un 18% en 1996. Este último año ha alcanzado un total de 5.600 millones de dólares y se espera que llegue a un nivel no menor al 9% en 1997, a juzgar a partir de las indicaciones preliminares (OBSERVATORIO AUDIOVISUAL EUROPEO, 1998). Con estos datos, las instancias comunitarias pueden reforzar la idea de una Europa unida fuerte así como presen-


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tar la europeización “como una clase de antídoto ante una amenaza externa” (SCHLESINGER, 1997b:373). Principalmente, esta concepción es defendida por Francia y los países del área mediterránea, que tienen tradición de apoyo gubernamental a esta industria. Sin embargo, hay que señalar que este enfoque choca con otras iniciativas elaboradas desde otras dependencias de la Comisión, que plantean proyectos como la creación del mercado transatlántico (fruto de la Nueva Agenda Transatlántica) o incluso con el espíritu de cooperación que ofrecen algunos discursos del comisario Oreja (OREJA, 1998). Por otro lado, se observa un progresivo abandono de los métodos microeconómicos por un enfoque macroeconómico y “desde las negociaciones del GATT, el euro-discurso oficial dominante ha pasado de la defensa de la identidad colectiva a la creencia que el verdadero camino para los valores culturales yace en el consumo individualizado” (SCHLESINGER, 1997a: 5). De esta manera, “la nueva fórmula mágica parece ser: la compresión digital más la euro-heterogeneidad igual a rentabilidad, además de asegurar la competitividad global” (SCHLESINGER, 1997b: 380). Conclusiones Ante la nueva situación mundial del audiovisual, la política europea ha necesitado redefinir sus actuaciones. Su opción ha sido primar la dimensión económico-industrial para conseguir a posteriori los objetivos culturales y de empleo. Este cambio de discurso debe ser considerado positivo si se alcanza el objetivo central de consolidar la base industrial del sector. Por este motivo sus resultados deben primero evaluarse desde la perspectiva económica y desde el punto de vista de la consolidación de un verdadero mercado común para la industria europea. Por otro lado, si la primacía de lo económico significa dejar de lado la dimensión cultural, ¿cómo se conseguirá avanzar en la creación de una verdadera identidad europea?. El audiovisual es un buen medio para configurar una base común a todos los europeos, si se fomenta solo la dimensión económica este aspecto tenderá a perderse y la Unión Europea se quedará en algo simplemente económico sin bases culturales comunes, hecho que se agudizará con la llegada de nuevos Estados miembros en el siglo XXI. Además, la política audiovisual europea tiene ante si el reto de la globalización de la economía y el dominio de los grandes grupos multimedia, que le obligan a actuar sin dilación, a adaptarse al cambio espacial de la


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industria audiovisual y a un escenario cada vez más liberalizado. Por esta razón, la política audiovisual comunitaria necesita coordinar sus actuaciones en dos niveles: el primero, la incorporación dentro de su plan de acción los distintos ámbitos del espacio audiovisual europeo teniendo en cuenta el principio de subsidiariedad ; y segundo, estructurar una actuación conjunta europea que le permita competir en la esfera global en igualdad de condiciones que la industria estadounidense y japonesa. Una de las posibles consecuencias de la primacía de este enfoque económico-industrial puede ser una concentración en la propiedad de la industria audiovisual en detrimento del pluralismo y la diversidad, tema esencial para el desarrollo completo de una sociedad democrática. Pero este aspecto no parece estar entre las prioridades de los responsables de la política audiovisual europea, ya que desde la elaboración en 1992 del Libro Verde sobre el pluralismo, no han aparecido documentos sobre esta temática. Sin embargo, hay que señalar que este es uno de los aspectos a los que se debería prestar atención para evitar que más tarde el dominio empresarial esté tan consolidado que haga en valde cualquier actuación comunitaria. Para concluir, no hay que olvidar que el audiovisual es uno de los sectores con mayores perspectivas de creación de empleo, con unas expectativas de creación del orden de 2 millones de puestos de trabajo para el año 2000 (COMISIÓN, 1994b :127), por lo que la política audiovisual de la Unión no debe desaprovechar esta oportunidad, ni tampoco dejar de reforzar los vínculos entre esta industria y la sociedad de la información. De esta manera conseguirá establecer unos buenos cimientos para mantener a la Unión Europea como uno de los bloques económicos fuertes en la economía del siglo XXI.


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– COMISIÓN EUROPEA: Opciones estratégicas para el reforzamiento de la industria de programas dentro del contexto de la política audiovisual de la Unión Europea. Libro Verde, CECA-CEE-CEEA, Bruselas, 1994c. – COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS: Avis sur le Livre Vert relatif aux “Options stratégiques pour le renforcemente de l’industrie des programmes dans le contexte de la politique audiovisuelle de l’Union europénne” CES1000/94 D-VN/SL/ct, 14-15 septiembre, Bruselas, 1994. – GAURON, André: “La place de la culture et des médias. L’identité au péril du marché”, Médiaspouvoirs, núm. 39-40, Paris, 1995, pp.256-263. – HUMPHREYS, Peter J.: Mass Media and Media policy in Western Europe, Manchester University Press, Manchester, 1996. – KAITATZI- WHITLOCK, Sophia: “Pluralism and Media Concentration in Europe. Media policy as Industrial Policy”, European Journal of Communication, vol. 11, núm. 4, pp.453-483. – MATTELART, Armand: “Excepción o especificidad cultural. Los desafíos del GATT”, Telos, núm.42, 1995, Fundesco, pp.15-27. – OREJA, Marcelino: “To strengthen the competitiveness of European audiovisual industry and raise the profile of our cultural and linguistic diversity”, discurso en el American Film Market, 2 de marzo, Santa Mónica (EEUU), 1998. – OREJA, Marcelino: “Audiovisual policy: progress and prospects”, memo, Bruselas, 1997. – PAPPAS, Spyros A: “Presentation of the Green Paper on the Convergence of the Telecommunications, Media and Information Technology Sectors and the Implications for Regulation”, discurso, 13 de enero, Bruselas, 1998. – RELJIC, Dusan: “Muzzling the nationalist monster: can the media make us more European?”, The Bulletin, vol. 14, núm.4, European Institute for the Media, Düsseldorf, 1997, pp.9-10. – SÁNCHEZ TABERNERO, Alfonso y Santos ZUNZUNEGUI: « La política audiovisual europea », SITUACIÓN, Servicio de Estudios del BBV , nº3, Bilbao, p.53-77. – SCHLESINGER, Philip: “Building a collective European identity through the Media”, The Bulletin, , vol. 14, núm. 3, Düsseldorf, European Institute for the Media, 1997a, pp.4-5.


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– SCHLESINGER, Philip: “From cultural defence to political cultural: media politics and collective identity in the European Union”, Media, Culture & Society, vol.19, Sage, Londres, 1997b, ppp.369-391. – SCHLESINGER, Philip: “¿Debemos preocuparnos por Norteamérica? La ppolítica cultural y audiovisual de la Unión Europea”, Telos, núm.4, mayo marzo, Fundesco, 1995, pp.17-28. – VAN HEMEL, Annemoon: “The complex debate on audiovisual policy”, en VAN HEMEL, Annemoon, Hans MOMMAAS Y Cas SMITHUÏJSEN (eds): Trading Culture: GATT, European Cultural policies and the transatlantic market, Boekman Foundation, Amsterdam, 1996, pp.83-95. – VASCONCELOS, Antonio-Pedro (dir): Rapport de la cellule de réflexion sur la politique audiovisuelle dans l’Union europénne, CECA-CE-CEEA, Bruselas, 1994.


La necrológica como género periodístico Dr. Antonio López Hidalgo Profesor de Redacción Periodística. Universidad de Sevilla

Sostiene el autor que apenas se ha escrito de la necrológica como género periodístico, pese a su auge. Los libros de estilo le dedican poco espacio, al igual que los manuales sobre los géneros. Escribe sobre los antecedentes históricos de la necrológica periodística y su definición como artículo. Posteriormente abunda sobre las características y formas de redactar este «fúnebre género», también denominado obituario por algunos diarios. A veces este género apenas es sino un apunte biográfico. Sin embargo, las necrológicas están de moda. Ocupan espacios destacados en los medios y adoptan nuevas formas para un público que demanda este tipo de información.

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ereira, el personaje creado por Antonio Tabucchi, es un periodista con un sentido un tanto fúnebre de la cultura, que prefiere la lite ratura del pasado, escribir elegías de los escritores desaparecidos, incluso escribir necrológicas anticipadas de escritores aún vivos. Este afán de previsión le lleva a Pereira a contratar a un colaborador para sacar adelante estas exclusivas de muertes prematuras. Monteiro Rossi, pese a haber escrito su tesis doctoral sobre la muerte, es un hombre comprometido con la sociedad y con la vida. La primera necrológica que escribe Rossi trata de la muerte de García Lorca. Pereira no parece muy satisfecho del resultado final, pues entiende que en los periódicos se escriben cosas que se corresponden a la verdad o se asemejan a la verdad y, por tanto, de un escritor no se debe decir cómo ha muerto, en qué circunstancias o por qué, sino que se debe decir simplemente que ha muerto, después hablar de su obra «escribiendo una necrológica, claro está, pero en el fondo se debe escribir una crítica, un retrato del hombre y de su obra». Pereira concluye: «...lo que usted ha escrito es perfectamente inutilizable, la muerte de García


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La necrológica como género periodístico

Lorca sigue siendo un misterio, ¿y si las cosas no hubieran sucedido así?»1. Apenas se ha escrito de la necrológica como género periodístico, circunstancia ésta que hace más difícil el camino a la hora de acotar su perfil. Los libros de estilo de los distintos diarios apenas le dedican espacio y los manuales sobre géneros periodísticos si acaso unas líneas. Tampoco este afán por recordar y escribir de los muertos, o por escribir para recordarlos, para inmortalizarlos en unos párrafos, en unos apuntes o en un bosquejo del pasado irreconciliable, tampoco estas semblanzas intimistas que todos los días leemos en los periódicos son producto de nuestros días, tampoco este género periodístico es tan nuevo como alcanzamos a sospechar. Con los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías esta vocación por el recuerdo optó por nuevas formas para adaptarse a los nuevos medios de comunicación. Para reconocer sus antecedentes apenas hay que asomarse a la historia. Antes de hacerlo, bien vale traer a estas páginas una anécdota de Jorge Luis Borges, un escritor inmortal que escribió una atípica variante de la necrológica: la autonecrológica. Siendo así, posiblemente algún periodista pudo pensar, cuando Borges murió, que aquella era una noticia recurrente, una necrológica repetida que se movía por la bobina de los teletipos con vida propia. Lluís Bassets, cuando escribió la necrológica real del escritor argentino fallecido, recordó el incidente: «Un escritor llamó ayer a una agencia. Ya se sabe, gente de gran fantasía. ‘Borges ha muerto’. ¿Pero no había muerto ya? El mismo había profetizado su muerte, analizado sus obras póstumas y escrito necrológicas de sí mismo. Pero ayer algún usurpador -¿sería el propio Borges?- insistía: ‘Borges ha muerto’. Pues qué bien. Esta vez lo creyeron todos. Nadie se hubiera atrevido anteriormente, en alguna de las otras muertes»2. Borges ya había advertido en su obra ‘Los conjurados’ que «la muerte es más inverosímil que la vida». El escritor argentino había escrito en multitud de ocasiones sobre la inmortalidad y en muchas más había anunciado su deseo de morir. «Anoche -dijo en Sevilla en septiembre de 1984- soñé que me había muerto. No puede imaginar el disgusto que me llevé al despertar y darme

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TABUCCHI, Antonio: Sostiene Pereira, Editorial Anagrama, Barcelona, 1996, pp. 32. BASSETS, Lluís: ‘Ebullición y destrucción de los mundos’, en Necrológicas. Veinte años de muertos ilustres, Bitzoc, Palma de Mallorca, 1997, p. 77.


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cuenta de que estaba vivo». Meses antes se consideró un Borges póstumo que predijo su muerte para el 23 de agosto de 19833. Antecedentes La necrológica periodística encuentra en la plegaria ceremonial uno de sus claros antecedentes. En las páginas de los periódicos o en los púlpitos de un templo, esta necrológica «anuncia un tránsito y proclama una transformación». Pero hay que remontarse también a los cantos fúnebres de la antigüedad para comprender la intuición poética que sólo lo sagrado podía inspirar. Las gestas y las escenas grandiosas que de nuestra historia evocaron los poetas «no son abusos ceremoniales de lo sentimental o desvaríos litúrgicos», ha escrito Basilio Baltasar4. Ahí han quedado, cruzando las esquinas del tiempo, las oraciones fúnebres y las elegías. No sólo en la palabra hablada o escrita queda el recuerdo del personaje que se ha ido para siempre. También queda en la piedra labrada. El epitafio quizás nazca con pretensiones de inmortalidad. Breve y preciso sobrevive a las inclemencias del tiempo y de la historia. El hombre también utilizó el arte y la arquitectura para el recuerdo de los muertos. Ahí están la pirámide y las cripta, el dolmen y el menhir, el panteón también. También utilizó la música para doblegar al olvido. La petenera, en el cante jondo. Pero también el réquiem y el miserere, las canciones de ánimas y las plañideras. Más vulnerable y efímera que el epitafio, la esquela ha venido a ocupar un lugar destacado en la prensa diaria, una sección de anuncios que goza del favor del lector y que, más allá de su función de hermanar la vida pasada con la futura, viene a cumplir una tarea informativa que no siempre la noticia es capaz de acoger entre sus páginas de información general. Postergadas a las últimas páginas de los periódicos, no por ello escapan a la atención del lector que las busca diariamente para descifrar el rostro perdido de la misma manera que busca en el número agraciado de la lotería otro diseño de vida que tantas veces ha soñado. Las esquelas, no obstante, son avisos sobre muertos anónimos, aunque también las haya de muertos ilustres, pero a estos últimos les está encomendado otro espacio en el periódico que nunca ocupará el muerto sin nombre conocido. El muerto ilustre pasará al panteón de 3

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LOPEZ HIDALGO, Antonio: La exactitud de la nostalgia, Ediciones A. Ubago, SL, Granada, 1990, pp. 81 y 82. BALTASAR, Basilio: ‘La muerte y sus vínculos’ en Necrológicas. Veinte años de muertos ilustres’, Bitzoc, Palma de Mallorca, 1997, pp. 6 y 7.


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La necrológica como género periodístico

la literatura a través de la necrológica, un género periodístico inspirado, al igual que la elegía poética, en la defunción. Basilio Baltasar ha escrito sobre las necrológicas de los últimos veinte años que parecieron en su día crónicas de urgencia, pero que hoy revelan todo lo que en ellas se esconde de conocimiento y solemnidad, al mismo tiempo que «delatan en parte las deficiencias de nuestros rituales, no se sabe qué hacer con la muerte ni cómo relacionarse con ella, pero configuran el espacio que ha hecho posible el nuevo diálogo cultural con los muertos. Entre su impenetrable mutismo y el elocuente eco de su vida recién extinguida»5. Definiciones de la necrológica Julio Casares define necrología como noticia o biografía de una persona con ocasión de su muerte y también lista o noticia de muertos6. José Fernández Beaumont escribe que la necrológica es la noticia que se refiere al fallecimiento de una persona, puede ser más o menos larga y se sitúa en las páginas de información general o en las de servicios7. Antonio López de Zuazo, al referirse a la necrológica en su ‘Diccionario del Periodismo’, la define en los mismos términos expuestos anteriormente, es decir, noticia que informa sobre una persona fallecida. No obstante, diferencia claramente la necrológica del artículo necrológico, y define a éste como «artículo dedicado a enaltecer la fama o las virtudes de un personaje que acaba de fallecer o de quien se conmemora el aniversario. Suele firmarlo un colaborador ilustre»8. Angel S. Harguindey ha escrito que la necrológica -aunque habría que decir el artículo necrológico- es, con toda probabilidad, uno de los géneros literarios y periodísticos más contradictorios e intensos. Contradictorio, dice, por cuanto el homenaje a quien ha muerto, que es a fin de cuentas el fin último, parte del conocimiento, la amistad o la admiración de quien «ya no podrá comprobar el acierto y la autenticidad de lo dicho». A su vez intenso, porque suele hacerse «cuando la muerte del amigo o maestro acaba de ser anunciada, es decir, se escribe al calor de la conmoción, en el momento en

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Id., pp. 5 y 6. CASARES, Julio: Diccionario ideológico de la lengua española, Editorial Gustavo Gili, SA, Barcelona, 1973, p. 581. FERNANDEZ BEAUMONT, José: El lenguaje del periodismo moderno. Los libros de estilo en la prensa, Sociedad General Española de Librería, SA, Madrid, 1987, p. 236. LOPEZ DE ZUAZO, Antonio: Diccionario del Periodismo, Ediciones Pirámide, SA, Madrid, 1978, p. 136.


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el que los sentimientos y recuerdos predominan sobre la razón». No obstante, Harguindey observa que precisamente esta característica es la que confiere a la necrológica «un inapreciable valor testimonial, no sólo de quien la motiva, sino, sobre todo, de quien la escribe»9. Harguindey advierte que el artículo necrológico, según quien lo escriba, puede ser un ejercicio de egolatría insoportable, ya que, bajo la coartada de recordar al muerto ilustre, el articulista sólo habla de él mismo. Otros textos, en cambio, consiguen descubrir nuevos aspectos que permiten comprender mejor al personaje, o bien desvelan situaciones o anécdotas desconocidas10. Características de la necrológica Los libros de estilo apenas se han detenido a definir y explorar este género. ‘El Mundo’, por el contrario, sí dedica un capítulo al obituario, que califica de «fúnebre género», pues según este libro de estilo merece tratamiento aparte porque se diferencia de todas las demás informaciones y al mismo tiempo debe mantener un mismo estilo en cualquier lugar del periódico donde aparezca. Para ‘El Mundo’, una de las principales características del obituario es que debe estar bien escrito, pero sin olvidar que ante todo no deja de ser una información periodística, que además está entre las más leídas del periódico, razón por la que debe cuidarse con esmero11. En ‘El Mundo’, el obituario es «una descripción valorativa y analítica de la vida y la obra de una persona», si bien advierte que no es una pieza literaria. Este género debe contener una serie de datos imprescindibles: - El nombre, la edad, la profesión (o circunstancia que motiva el interés por esta persona) y la localidad en que residía el fallecido; - El lugar, el día (y la hora, si es posible) y la causa de la muerte: esto último puede en ciertos casos (algunas enfermedades) estar sujeto a la solicitud de discreción por parte de la familia, aunque la norma general debe ser la de incluir esa causa, ya que el periodista está al servicio del público lector en general; - El anuncio, si se conoce, del lugar, la fecha y la hora de entierro o cremación y de honras fúnebres.

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HARGUINDEY, Angel S.: ‘El estilo y la muerte’, en El País, suplemento Babelia, Madrid, 26 de abril de 1997, p. 14. Id., p. 14. El Mundo. Libro de estilo, coordinado por Víctor Serra, Ediciones Temas de Hy, SA, Madrid, 1996, p. 26.


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La necrológica como género periodístico

Este libro de estilo se detiene también en la estructura de este género periodístico. Se abre, señala, a modo de entrada, con una primera valoración de la vida y la obra del personaje fallecido y continúa con un relato cronológico de las facetas más significativas de esa vida y esa obra. Añade que los datos imprescindibles antes señalados pueden repetirse entre el cuerpo del texto y la ficha resumen final a pie de texto que extracta sólo lo fundamental de ellos. Así se refleja, por ejemplo, en la necrológica que anuncia la muerte de Joshua Hassan. La ficha final, escrita a pie de texto, en un cuerpo de letra menor, señala que Sir Joshua Hassan, ex ministro principal de Gibraltar, nacido en 1915, falleció ayer en el Peñón a los 81 años. El texto del artículo comienza recordando también el fallecimiento de Hassan para después detenerse en su biografía y hacer una valoración de su trayectoria política: «Sir Joshua Hassan, ex ministro principal de Gibraltar, falleció ayer en el hospital de San Bernardo, en el Peñón. Había ingresado el lunes con un fuerte dolor de espalda, entró en coma profunda y no despertó. En el parte médico se atribuye su muerte a causas naturales. Tenía 81 años»12. No obstante, este diario no siempre cumple estas reglas. A veces, la necrológica nada más es una semblanza del personaje fallecido, en cuyo texto no rezan las circunstancias de la muerte, sino solamente en la nota a final de texto. Es el caso de Nikolay Yegoroz. El texto escrito con motivo de su muerte por Francisco Herranz no cumple estos requisitos. La nota, sin embargo, recoge que Nikolai Yegórov, ex viceprimer ministro de Rusia nacido en 1952, falleció el pasado viernes en Moscú a consecuencia de un cáncer. El texto, que recogemos íntegramente, se ajusta perfectamente a las características del perfil o semblanza, que en este caso también es una crítica a una trayectoria política: «La fulgurante carrera política de Nicolai Yegórov es digna de ser recordada. Director en 1993 de un ‘koljoz’, una granja colectiva soviética, un año después había amasado un poder formidable: viceprimer ministro, ministro de Nacionalidades y representante de Yeltsin en Chechenia. Desde esta posición ventajosa, en diciembre de 1994, encabezó el sector más duro del Kremlin, partidario de acabar a cañonazo limpio con la rebelión liderada por el difunto caudillo Dzojar Dudáyev. Con su oposición al proceso de paz, Yegórov encarnó a la perfección el papel de ‘bestia negra’ 12

SAHAGÚN, Felipe: ‘El mejor amigo de Londres en Gibraltar’, en El Mundo, Madrid, 2 de julio de 1997, p. 4.


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de los chechenos. Su sueño era convertirse en el virrey de Grozni, la capital de Chechenia. Para muchos fue el responsable civil de la masacre ocurrida en esta república del norte del Cáucaso. Precisamente fueron los independentistas quienes cavaron su tumba política. En el verano de 1995, después de la toma de rehenes de la ciudad de Budiónnovsk por guerrilleros chechenos, que terminó con decenas de civiles muertos, Yeltsin lo abandonó a su suerte, como ha hecho con otros ‘boyardos’. Transcurridos unos meses, el Kremlin le recuperó dándole el puesto de jefe de la Administración presidencial, una especie de Gobierno paralelo. El ‘halcón’ estaba ya entonces enfermo -había estado en el dique seco en enero de 1995 por una pulmonía que era un cáncer de pulmón, la probable causa de su muerte- y no supo encaminar la difícil campaña electoral de Boris Nikolayevich. El ‘zar’ le mandó al exilio político. De ahí pasó al ostracismo. En octubre de 1996 Yegórov engrosaba ya la lista de ‘proscritos’ cuando dudaba en público de la capacidad de Yeltsin para gobernar. Nadie -a excepción de las familias de los muertos en la guerra chechenaparecía acordarse ahora de este orondo personaje que, sin importarle el coste de vidas humanas, luchó con saña por el control de los recursos naturales de la Federación Rusa»13. El obituario, epígrafe que da título a esta sección, ubicado en las páginas de Opinión, aparece siempre ilustrado con una pequeña fotografía que muestra el rostro del personaje fallecido. El título de la necrológica contiene dos elementos. En primer lugar, el nombre propio de quien vamos a reseñar (Sir Joshua Hassan). En segundo lugar, una frase que defina la personalidad del difunto (‘el mejor amigo de Londres en Gibraltar’). Según el libro de estilo de ‘El Mundo’, en el obituario, el periodista ejerce sus dotes de recopilación y síntesis de datos exactamente igual que en cualquier otro género. No obstante, y a ser posible, el redactor debe añadir a estos datos documentales testimonios personales. En otros casos, se puede recurrir al especialista para que éste ofrezca su testimonio valorativo e incluirlo de manera destacada en un texto elaborado por un redactor. Este libro de estilo concluye que el obituario bien hecho será «el que resulte particu-

13

HERRANZ, Francisco: ‘El ‘hacón’ que quiso ser el virrey de Grozni’, en El Mundo, Madrid, 28 de abril de 1997, p. 6.


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larmente vivo y humano, refrescando o incluso devolviendo literariamente a la vida la figura de una persona que puede o no ser conocida del gran público. Por ello es un género que exige particular talento y que soporta muy mal la rutina»14. Andrés Trapiello escribe que no hay nada más hermoso que la vida de un hombre, contada con sencillez o con complejidad, pero sobre todo contada con respeto, con amor y comprensión por la historia que cuenta. Se refiere a la necrológica. Este escritor cuenta que hace unos años la sección de Necrológicas de ‘El País’ atravesó un buen momento. Dice que cada día aparecían tres o cuatro notas, sin firmar, pero que detrás de ellas se adivinaba el alma de un novelista, de alguien que ponía en claro esas vidas, muchas veces oscuras: «En general, eran notas cortas, veinte, treinta, cuarenta líneas de una columna. Solían corresponder a gentes notables o que lo habían sido hacía mucho, gente que había brillado en su tiempo, pero que se había apagado; en fin, esa clase de hombres y mujeres que creíamos muertos desde hacía mucho tiempo»15. Más adelante, Trapiello menciona a ese tipo de personajes de novela que nacían a nuestros ojos justo cuando cesaban en esta vida, porque nunca antes habíamos oído hablar de ellos y que la necrológica nos devolvía intactos con el impacto de la noticia que consigue sobornar al lector. Y afirma: «Eran vidas también, en su mayoría, de otras partes, de países lejanos, a veces de países extraños o que habían dejado de existir, como Siam, de épocas remotas, un violinista del imperio austro-húngaro, el rajá que se gastó toda su fortuna con una suripanta, la penúltima amante de Mussolini, el inventor que moría pobre mientras veía enriquecidos a los usurpadores de su talento, o el penúltimo propietario del diamante ‘Excelsior’16. Trapiello confiesa que estas notas a veces eran tan breves que uno habría querido conocer mucho más de esas vidas fascinantes. Todavía hoy, ‘El País’ muestra estas notas necrológicas tampoco demasiado extensas. En la sección caben a lo sumo tres o cuatro notas, ubicada en la página de ‘Agenda’, junto a las secciones ‘Gente’ y ‘Vida social’. Como señala Trapiello, algunas aparecen sin firma, pero otras van firmadas por el propio diario o alguna agencia, incluso son de autor conocido. Estas necrológicas están ordenadas

14 15 16

El Mundo. Libro de Estilo: Op. cit., pp. 26 y 27. TRAPIELLO, Andrés: ‘Vidas’, en El País, Madrid, 26 de agosto de 1996, p. 9. Id., p. 9.


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de manera decreciente, es decir de mayor a menor importancia. Para destacar al primer personaje desaparecido, el cuerpo del título de la primera necrológica es de mayor tamaño que los posteriores. Generalmente, el encabezamiento debe contener dos elementos: el nombre del fallecido y la profesión o el cargo. En estas notas, además del perfil biográfico, el periodista debe hacer constar la causa de la enfermedad o causa de la muerte, la edad del fallecido así como la fecha y lugar de nacimiento, aunque en muchas ocasiones se puede omitir alguno de estos datos, por desconocimiento o por falta de espacio. En ocasiones, están ilustradas con fotografías. Tan breves a veces, más que una semblanza, la necrológica apenas es un apunte biográfico, pero de cualquier manera deja constancia del personaje desaparecido. Este es el caso de la necrológica titulada ‘Jack Owens, pionero del ‘blues’’, que aparecía firmada con las siglas AFP: «El pionero estadounidense del ‘blues’ Jack Owens ha muerto recientemente, a la edad de 91 años, en Bentonia (Misisipí), su ciudad natal, según informa la revista mensual especializada ‘Mojo’ en su último número. Nacido en 1905, Owens no grabó su primer disco hasta 1966. Compañero de otro pionero del ‘blues’, su compatriota Skip James, Owens desarrolló un original toque de guitarra con tres dedos. Tres de sus discos están considerados por los especialistas como de los más representativos del estilo ‘blues’ del Misisipí: ‘It must have been the devil’ (1971), ‘Bentonia country blues’ (1979) y ’50 yeras Mississipi blues in Bentonia’ (1991). En el documental para televisión realizado recientemente por el periodista americano Robert Palmer se evocaba la figura de Owens»17. En otras ocasiones, la necrológica consta de dos partes. La primera es una entradilla cuyo fin es meramente informativo: dar a conocer el fallecimiento de un personaje conocido, la fecha y las causas, incluso algún dato biográfico o alguna referencia personal. La segunda parte es una semblanza o perfil del desaparecido firmado por algún amigo o conocido. En este supuesto, también el título puede sufrir algunas variantes. Así se puede comprobar con la necrológica titulada ‘En memoria de Ana Pena Mariño’. La entradilla de esta nota, firmada por ‘El País’, decía así:

17

AFP: ‘Jack Owens, pionero del ‘blues’’, en El País, Madrid, 29 de abril de 1997, p. 43.


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«ANA PENA MARIÑO falleció en Madrid en la madrugada del jueves tras una larga enfermedad. Periodista de la cadena SER, donde desarrolló la mayor parte de su vida profesional, nació en Pontedeume (A Coruña), trabajó en Radio Barcelona y posteriormente en Radio Madrid, en ‘Hora 25’, ‘A vivir, que son dos días’ y ‘La ventana’. Comprometida con la defensa de las libertades, militante ecologista y de diversas asociaciones de derechos humanos, Ana Pena deja un recuerdo difícil de olvidar entre sus compañeros de la SER». El comentario aparecía firmado por Javier Astasio y resumía la personalidad de esta periodista con estas palabras: «Nos daba miedo preguntar por ti, porque no verte correr por los pasillos o pegada a un teléfono era el presagio de una mala noticia. Nos habíamos acostumbrado a ser discretos. Por eso, cuando el jueves supimos que te habías ido, muchos lloramos de rabia por ti, por Dashi, por todo lo que querías y nos hacías querer, con ese tesón con el que a punto estuviste de ganar tu batalla. Creías que la voluntad servía para ganar todas las batallas. Y no siempre es así, pero era bueno que lo creyeras. Tan bueno, que nosotros casi llegamos a creerlo también. Tu hermano nos dijo ayer que andas ahora sobre el arco iris, feliz con tus focas. Aquí abajo quedamos nosotros, tus otras focas, un poco más solos y un poco más tristes. Nos queda el consuelo de que para ti esto sólo es volver a comenzar y nos queda la seguridad de que vas a cuidar de nosotros desde esa Redacción a la que acabas de llegar. Sólo una cosa más. Aunque tú nunca lo reconocerías, he de decir que también formas parte de la historia de la radio, porque has estado en la retaguardia de muchos de lo mejores programas de la cadena SER, que durante tantos años fue tu casa. Se me olvidaba... Besos de Didac, Marisol, Fermín, Rafa, Antonio, Gerardo, Isabel y todas tus focas»18. Información y artículo necrológicos Del mismo modo que ‘El Mundo’ cuenta con ‘El Obituario’ y ‘El País’ con un espacio titulado ‘Necrológicas’, muchos otros diarios, nacionales o provinciales, también disponen de secciones propias donde enterrar a los 18

ASTASIO, Javier: ‘En memoria de Ana Pena Mariño’, en El País, Madrid, 18 de octubre de 1997, p. 49.


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muertos conocidos, a los muertos de los que es preciso anunciar su muerte. Pero a veces, el nombre del personaje fallecido traspasa las fronteras de estas secciones específicas para trasladarse a las páginas de información general, incluso a la primera página, y ser tema a tratar en el editorial del día. Llegados a este punto, tendríamos que distinguir entre artículo necrológico e información necrológica. A las características del primero nos hemos referido en las páginas anteriores. Respecto a la segunda, es necesario esbozar algunas directrices. Los artículos necrológicos que aparecen en ‘El Obituario’ o en ‘Necrológicas’ muestran el perfil de personajes conocidos pero a los que no ha tenido acceso el gran público; es decir, desconocidos para buena parte de los lectores. Sin embargo, cuando el personaje es suficientemente popular la noticia se traslada a las páginas de información general. Y decimos bien: la noticia. Cuando así ocurre, el lector no se conforma con esas líneas de desconsuelo de aquel amigo que le recuerda o las alabanzas del crítico que reconoce el valor de su obra. El lector quiere saber cómo ha muerto el personaje, a qué edad, qué opinan quienes le conocieron, y otros pormenores del fallecimiento. El periodista, en este caso, acude a los géneros informativos -noticia, crónica y reportaje- para dar fe del acontecimiento. Periodismo informativo, interpretativo y de declaraciones componen una amalgama imprescindible sin cuya estructura sería imposible mostrar al lector un marco completo en el que poder informarse. En estos casos, cada género se utiliza teniendo en cuenta sus características concretas. Pero ya sabemos que los informativos son géneros objetivos, a excepción de la crónica, géneros en los que la voz del periodista queda muda ante los acontecimientos. Necesitamos, pues, de otras herramientas para cubrir estas noticias en toda su extensión humana. Necesitamos también de los géneros de opinión. Es decir, necesitamos del artículo necrológico. Información y artículo necrológicos se fusionan en un arma compacta para ofrecer al lector una imagen completa del fallecimiento. Cuando el muerto no es un personaje ilustre basta con una necrológica de varios párrafos. Pero cuando sí lo es, a los testimonios personales hay que unir el dato documental. La trágica muerte de Diana de Gales llevó a los periodistas que cubrieron la información no sólo a elaborar un perfil de la princesa muerta, sino a informar del fatídico accidente, de sus cau-


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sas, del acoso de los paparazzi y de otros pormenores que eran también noticia. También la muerte de Pilar Miró supuso un alarde de generosidad informativa. El diario ‘El País’ dedicó cuatro páginas interiores al acontecimiento y una llamada en primera a dos columnas, ilustrada con una fotografía en el centro a tres columnas, titulada ‘Muere Pilar Miró, figura decisiva en la historia del cine y la televisión en España’. En el interior, además del espacio destinado a la información, ésta se complementaba con comentarios de Fernando Trueba, Angel Fernández Santos, Juan Cruz, Eduardo Haro Tecglen, Joaquín Leguina o Juan Angel Vela del Campo. Información y opinión, por tanto, sienten la necesidad de complementarse con motivo de estos acontecimientos. El lector, en efecto, necesita conocer datos objetivos sobre el fallecido, pero también el testimonio personal de quien le conoció o había estudiado su obra. Basilio Baltasar entiende que la vinculación del autor del artículo necrológico con el muerto es un requisito imprescindible para la elaboración de este género. Ocurría ya, desde luego, con los cantos fúnebres de la antigüedad. Al proclamar en público el vínculo privado, escribe Basilio Baltasar, «el poeta reconoce en la muerte del amigo el misterio de la indisolubilidad que une a los hombres que han pasado por este mundo y se han conocido en él». Para escribir a continuación: «Algunos de estos rasgos han sobrevivido, con la simulación que impone nuestra cultura, en la redacción de las necrológicas que se publican en los periódicos. Su lectura debería propiciar la composición de un canon estilístico cumpliendo en cualquier caso un requisito formal: la vinculación directa del autor con el muerto. Ahí reside, como hemos visto, el carácter de un homenaje que va más allá de los informes biográficos»19. Desde luego, no siempre el autor de necrológicas cumple este requisito. De hecho, ya hemos comprobado como a veces este género apenas es sino un apunte biográfico. Pero la mejor necrológica, como ha escrito Basilio Baltasar, es aquella que mezcla «los recuerdos y su semblanza en una elipsis que instala al muerto en una memoria definitiva, precisamente por lo que tiene de brevedad e inmediatez», porque, solicitada a su autor con la premura de la actualidad, «no hubo tiempo para corregir, para alterar lo que ese flujo de primeras impresiones ha dictado y ese valor permanece»20.

19 20

BALTASAR, Basilio: Op. cit., p. 7. Id., p. 7.


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Pero la mejor necrológica no es sólo la que muestra esa vinculación personal del autor con el muerto, sino la que además contextualiza su obra en un momento histórico y dota al texto de un cierto tono crítico. En este sentido, una de las necrológicas más bellas la escribió Eduardo Haro Tecglen sobre la muerte de Celia Gámez. El comentario de Haro Tecglen aparecía con el título ‘Muere Celia Gámez, cuyas canciones reflejan casi toda la vida de España en este siglo’, y con este subtítulo: ‘La popular tonadillera, que padecía mal de Alzheimer, será enterrada hoy en Buenos Aires’. La entradilla sintetizaba informativamente la noticia y la importancia de la tonadillera desaparecida: «A las 10 de la mañana de ayer en Buenos Aires murió, escondida del paso de las décadas, una leyenda española: Celia Gámez, La Celia. El mal de Alzheimer, que la invadía desde hace años, apagó su voz en un hospital geriátrico cercano al arrabal de La Chacarita, en cuyo cementerio será enterrada hoy, cerca de donde la célebre tonadillera nació. Tenía 87 años, pero aquí, en el que fue su Madrid, su edad fue siempre un misterio impenetrable, parte de su identidad, casi desde que llegó a España con su inconfundible voz nasal adolescente. Murió como vivió, rodeada de gente, de su gente. La huella de sus tangos, cuplés y chotis atraviesa casi toda la España de este siglo». El texto de Haro Tecglen es ya un retrato de toda una época de España: «La Celia, la llamaba el pueblo madrileño: una adopción. «Eso quien lo canta bien es La Celia», le dijo un día una muchacha española en una casa de París donde estaba escondida, de incógnito, como si huyera de un amante (luego lo cuento), cuando la escuchó tararear la ‘Estudiantina portuguesa’ mientras se planchaba un traje (todas sabían planchar: costumbre de camerino). Vino aquí con papá, de niña, cantando tangos -con buen estilo, como Imperio Argentina; los paseó por la monarquía, y por el Madrid golfo del teatro Pavón, las churrerías al amanecer -con aguardiente-, los militares ludópatas del Círculo de Bellas Artes, los señoritos con pistola y las ‘vedettes’ amantes de generales (La Caobita con el dictador Primo de Rivera; y otras que aún viven y tienen título del franquismo). Era una belleza: una gran belleza. Un día le dije que sus fotos en ‘Crónica’ y en ‘Estampa’ habían sido una de mis primeras pasiones sexuales de niño y no le hizo gracia: era un recordatorio de la edad. Y lo cierto es que los años le embellecían. Pasó con felicidad de la monarquía a la República. Como el Madrid golfo, y la Puerta del Sol de los grandes cafés de tratantes de ganado -El


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Colonial- y los periodistas, los intelectuales -Correos; y Pombo: tiraron la casa de ese templo, y aún sigue siendo un solar en la calle de Carretas-; hay un gran retrato de época en los primeros tomos de memorias de Cansinos Assens (Alianza Editorial); del tercero no se sabe nada. En esa época le llegó su apogeo: centro de la revista más bien soez de la época, Celia entró en un monumento -cuidado, dentro del género- que fue ‘Las Leandras’, de Muñoz Román y del Maestro Alonso: ‘Pichi’, ‘La java de las viudas’... Los números aún se cantan, y existe un disco con su voz de aquella primera época, aunque trágicamente reformado: la voz es la misma, pero han creído mejorarlo al añadir a su banda sonora una gran orquesta moderna (Colección Con Plumas: dicho sin mala intención). Celia, falangista: siguió siendo durante toda la República amiga de militares, señoritos con pistola; añorante de un rey por el que no se sabe si tuvo amoríos -era un rey muy aficionado al teatro; muy madrileño y, como todos, ilusionado por Celia Gámez- aunque ella no desmentía nada: ni afirmaba. Los fascistas pasaron La guerra civil la cogió fuera, en la gira -entonces se decía ‘tournée’por el Norte; y se sumó con alegría y con ilusión. Es verdad que ciertos oficios necesitaban de las clases poderosas para subsistir: las castas que mantenían. Además, esos oficios eran profundamente católicos, y llenaban sus cuartos de imágenes. Celia ganó la guerra y se lanzó a la victoria con un chotis: ‘Ya hemos pasao’. Era una respuesta burlona al ‘No pasarán’ de los madrileños. En las ‘Canciones para después de una guerra’, de Basilio Martín Patino, está, entero, tal como se filmó entonces: con imágenes de los portadores obligatorios de paz en el contrapunto de la Cibeles protegida por ladrillos y sacos terreros y del Madrid hambriento. No, ciertamente, por voluntad de quienes le defendían, que eran los hambrientos. Pero Celia, con su triunfo militar, se quedó sin género. ¿Cómo iba a reponer ‘Las Leandras’? Era la supuestamente divertida historia de unos provincianos que van a un burdel y se equivocan con un colegio religioso -la orden de las monjas Leandras, o de San Leandro-, y los chistes eran los adecuados: «Tenemos una pupila que hace unas maravillas en puntillas», aludiendo a la labor que aprendía la niña, y a los paletos se les hacía la boca -o lo que fuera- al pensar en esa maravilla pequeñita que se ponía de puntillas para el sexo... Tardaría muchos años en revisarse la letra, el argumento


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y dejar casi solamente los números para que Celia pudiera reponerla. La revista no cesaba, pero era modosa, con trajes largos y pequeñas insinuaciones sin exageración. Nada de eso era digno de Celia Gámez -o Gómez, su verdadero apellido-: inventó un género. En realidad era la opereta, o la comedia musical, pero adaptada a sus condiciones. Sus condiciones eran ella misma: nunca tuvo voz -el tango fue todo estilo-, ni supo bailar. Era otra cosa: su belleza, y no sólo eso. Un ser carismático en el escenario, al que no importaba rodearse de chicas jovencitas y guapísimas, porque ella era «doña Celia». Este género tenía «dignidad»: era el momento en que el teatro se vestía de lujo -decorados, trajesy ella lo hizo mejor que nadie, con los mejores escenógrafos y decoradores de la época. Y los poetas escribiéndole las letras de las canciones -la estructura teatral la siguieron los autores del género: Ramos de Castro, Rigel, Muñoz Román, José Luis Sáenz de Heredia- y los grandes músicos populares, de teatro: alguno como el maestro Padilla (‘La violetera’, ‘El relicario’), que vino de París para servirla. Cambió de público: ya no era tan popular, pero había una clase media amplia: y fueron a verla las señoras. Y la Señora. Su género había sido sólo para hombres -y demi mondaines- y ya tenía «clase». Esa clase. El matrimonio como escándalo Y se casó. Quiso entrar en la burguesía por la puerta grande, por la de San Jerónimo el Real. Si sus amores habían sido relativamente escandalosos, su matrimonio lo fue más: una apoteosis de todos los escándalos. En la gran escalinata del templo se habían acumulado miles de madrileños con flores: cuando la vieron llegar vestida de blanco, como una virgen, su indignación fue enorme. Quisieron lanzarse sobre ella para arrancarle lo que les parecía una burla. Iba del brazo de lo quedaba del general Millán Astray, tantas veces caballero mutilado, que era su padrino: y éste tuvo que gritar el clásico «¡A mí la legión!», y los caballeros legionarios les protegieron y entraron con ellos en el templo; y les sacaron por una puerta trasera cuando la multitud lo invadía, persiguiéndoles. Al día siguiente hubo que hacer en los Jerónimos ceremonias especiales de rehabilitación de la iglesia profanada... Unos hermosos espectáculos que ya no se pueden producir. Todavía le quedaba lo que podría ser su gran amor: el periodista Francisco Lucientes. «Por fin uno del ‘Heraldo’ se acuesta con Celia», dijo el cínico González Ruano: un cuarto de siglo de retraso. Lo vivieron como una


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tragedia. Paco dejó todo para dirigir la compañía de revistas; luego, ella dejó el teatro y los dos se fueron a vivir a París. Al exilio sexual. No fácil: eran dos temperamentos duros. A Paco le hirió de muerte. Cuando se separaron definitivamente, él fue a Estados Unidos -donde había conseguido su mayor fama- y volvió a España para morir prematuramente. Ella siguió en el teatro: pero ya mal. Se volvió a Buenos Aires. De cuando en cuando volvía: recibía un calor popular, pero tenía que dejarlo. Recuerdo de ella dos imágenes: poniendo el jazmín en la solapa a Lucientes, en la reposición de ‘Las Leandras’ (censurada), cuando se conocieron; y en París, diciéndome: «Me ha dicho una vidente que seré presidenta de la República Española. Cuando elijan a Paco presidente, claro»: vi que por el bar del hotelito modesto pasaba la sombra de Eva Duarte». Las necrológicas están de moda. Es cierto. Ocupan espacios destacados en los medios. En realidad, siempre estuvieron ahí. Pero hoy adoptan nuevas formas para un público más amplio, para un público que demanda este tipo de información. Juan Carlos Gumucio ha escrito, refiriéndose al impacto informativo con motivo de la muerte de Diana de Gales, que en pocas ocasiones como en ésta se produjo un fenómeno de interés mundial por un suceso como la muerte de una princesa. Esta respuesta popular, advierte, ha sentado un precedente que influirá en el tratamiento audiovisual y textual ante casos de similar significación como «bodas y entierros de personajes de cierta o mucha relevancia social se han convertido ya en programas y libros con vocación de números uno en cualquier lista al uso»21. Pese al auge de este género, Rosa montero se muestra contraria a él, porque suelen estar atiborradas de sentimentalismo y de ditirambos hagiográficos, y porque reconoce que no sabe encontrar «ese tono justo que te permite hablar con dignidad del tema». Pero le incomoda sobre todo afirmar que la necrológica está escrita directamente con el corazón, cuando ésta está tan trabahada o más que cualquier artículo: «Qué incomodidad moral, ir buscando y rebuscando el adjetivo exacto, la bonita frase con la que luego conseguirás que el lector se conmueva y te admire (es tan fácil impresionar

21

GUMUCIO, Juan Carlos: ‘Desde el arte de comerse unos a otros a las necrológicas’, en Babelia, suplemento cultural de El País, Madrid, 8 de noviembre de 1997, p. 18.


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al lector en las necrologías), mientras tu pobre muerto aún no se ha enfriado. Es como ser un buitre literario»22. Esta periodista se pregunta: «¿Qué mejor homenaje puede hacerse a la persona fallecida que mencionarla, y rodear su nombre con las frases más exactas y más bellas que seas capaz de imaginar?». Pero al mismo tiempo reconoce que, por esta misma razón, las necrologías son todas mentirosas, traicioneras, porque no se mencionan las partes negativas del fallecido, de manera que se no pasan de ser meros textos laudatorios23. Quizás por esa razón, textos como los de Haro Tecglen den a este género periodístico un matiz de autenticidad, de documento personal también, pero mirado con el ojo crítico del periodista que sabe que remueve sus propios recuerdos, su propia vida también, pero que también escribe, de alguna manera, páginas irrenunciables de nuestra historia.

22

23

MONTERO, Rosa: ‘Las necrologías detestables’, en El País Semanal, Madrid, domingo 8 de noviembre de 1997, p. 14. Id., p. 14.


El periodismo educativo: objetivos Dr. Guillermo Raigón Pérez de la Concha Profesor de Periodismo Educativo Universidad de Sevilla

Además de una especialidad sectorial o temática de la investigación y de la práctica profesional, el Periodismo Educativo es una reflexión sistemática sobre los aspectos educadores de la información de actualidad, coadyuvante necesario de una orientación social contemporánea y determinante que llamamos Sociedad Educativa o Educación para Toda la Vida. En el artículo se describen los objetivos fundamentales de dicho Periodismo, se distinguen de los característicos de la Educomunicación, se establece su temario y se propone una selección bibliográfica (1990–1998), en la que se segrega lo periodístico de lo pedagógico y didáctico.

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l Periodismo Educativo es, antes que nada, producción y distribución de mensajes informativos de actualidad que logren interesar a un público determinado. El contenido de tales mensajes es la vida humana haciéndose en todas partes y bajo todas las circunstancias. Este ir haciéndose es, seguramente, la perspectiva sobre la educación como proceso continuo e inacabable que mejor cuadra a nuestra disciplina. Los hombres nos vamos haciendo cuando desarrollamos todas nuestras facultades , cuando orientamos nuestros sentimientos de dolor y de placer hacia el orden ético o hacia la mejor felicidad o hacia una vida para los demás, cuando transmitimos los modelos por los que el mundo pueda ser explicable o cuando nos vamos adaptando a ellos1.

1

Son lecturas esenciales para estas concepciones de la educación las siguientes: ROUSSEAU, El Emilio, Alianza, Madrid, 1990; PESTALOZZI, Cartas sobre educación infantil, Tecnos, Madrid, 1996; ROGERS, El proceso de convertirse en persona, Paidós, Buenos Aires, 1972; FRÖBEL, La educación del hombre, Daniel Jorro, Madrid, 1913; NEILL, Summerhill: un punto de vista radical sobre la educación e los niños, FCE, México, 1974; FREIRE, Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, Madrid, 1995; DEWEY, Democracia y educación, Morata, Madrid, 1995; DURKHEIM, Educación y sociedad, Península, Barcelona, 1989.


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El periodismo educativo: objetivos

El periodista hace Periodismo Educativo, por tanto, cuando contempla la actualidad teniendo en cuenta el beneficio de los públicos: hacerles descubrir o reforzar sus posibilidades personales de participar responsablemente en la vida social, de amar y de ser amados tanto como de ser felices. Cuando informa, puede contribuir a «formar un hombre capaz de elevarse al nivel de la civilización moderna, o sea, de encontrar el sentido de la vida en este nuevo mundo»2. Esta perspectiva de la educación a disposición de los periodista es complementaria de la que se limita a aplicar procedimientos sistemáticos de enseñanza–aprendizaje, incluida lo que la UNESCO ha llamado «educación para toda la vida»3, horizonte más ancho, incluso, que el de la educación permanente4. La Educación para Toda la Vida coincide con la noción de sociedad educativa, «en la que –según la UNESCO– todo puede ser ocasión para aprender y desarrollar las capacidades del individuo tanto si se trata de brindar una segunda o una tercera ocasión educativa o la de satisfacer la sed de conocimientos, de belleza o de superación personal como de perfeccionar y ampliar los tipos de formación estrictamente vinculados con las exigencias de la vida profesional, comprendidos los de formación práctica». La idea de esta sociedad educativa empieza a concebirse cuando las tradiciones van perdiendo su valor de puntos de referencia colectivos y no queda más remedio que anclarse en una cierta configuración de los conocimientos adquiridos para «orientarse, pensar y actuar». Lo cual invita a relevar la función social de los periodistas como facilitadores y promotores de conocimientos y de relatos de actualidad que puedan ser incorporados a procesos de sentido, racionales y personales o no. Si ahora describimos algunas de las características de la Educación para Toda la Vida, se aclarará aún más nuestra concepción del Periodismo Educativo. 2

3 4

SUCHOLDOSKI, La educación humana del hombre, Laia, Barcelona, 1977. Hay que profundizar en lo que MARTÍNEZ ALBERTOS, en La noticia y los comunicadores públicos, llamaba su «preocupación básica»: que sus mensajes tengan algún grado de utilidad para los públicos a quienes van dirigidos. La que se propone el mejor Periodismo de Servicio y una de las finalidades del contenido de las noticias: «configurar públicos activos, sociedades articuladas, opiniones vertebradas en base a conocimientos nuevos de la actualidad» (Cfr. PONCE RUIZ, M., Teoría y crítica de la noticia, Padilla, Sevilla, 1995). UNESCO, La educación encierra un tesoro, Santillana, Madrid, 1998. GARCÍA ARETIO define el concepto de Educación Permanente como «el principio organizador de la educación, que pretende hacerla llegar, en todos sus niveles y modalidades, a toda la población, a lo largo de la vida, con la colaboración de los diversos sectores, instituciones y agentes» (La educación. Teoría y conceptos. Perspectivas integradoras, Paraninfo, Madrid, 1989).


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En primer lugar, es integradora porque incluye modelos de educación formal, no formal e informal, que se inspiran y corrigen entre sí. La primera es, en resumidas cuentas, la escolar (profesionalizada, reglada y graduada hasta la acreditación); la segunda es «el conjunto de procesos, medios e instituciones específicas y diferenciadamente diseñados en función de explícitos objetivos de formación o de instrucción, que no están directamente dirigidos a la provisión de los grados propios del sistema educativo reglado»5. Los contenidos de la educación informal son el conglomerado de cuanto de significativo nos rodea a todos en la vida cotidiana y cuya simple enumeración sería imposible. Es el medio humano como instigador multiforme y caótico de sentido. El Periodismo Educativo se interesa por todas y cada una de las realizaciones de estos modelos: respectivamente, información sobre la Escuela; sobre actividades, instituciones y personajes que de modo sistemático se han propuesto finalidades didácticas; y sobre el haz de instancias – incluyentes y excluyentes a la vez– que son las familias, la calle y los medios de comunicación. Con todo, el periodista sobre educación tiene hoy por hoy el deber de informar con solvencia y toda clase de precauciones sobre cuanto sucede en la Escuela, porque sigue siendo verdad que es ahí –y no en la calle ni en los medios de comunicación– donde las instancias señaladas deben encontrar un acuerdo. Además, el mundo escolar es de una complejidad tal que los usuarios necesitan explicaciones continuamente, si no queremos que el propio sistema educativo disuada a los públicos de la imprescindible estima que se le debe. Sin ella, carecería de utilidad e iría convirtiéndose en institución residual. Un trabajo informativo bien hecho puede librarnos o puede aplazar una desescolarización psicológica que está afectando especialmente a cuantos niños y jóvenes no puedan inscribirse en escuelas prestigiosas. Dígase lo mismo con respecto al estatus de semiprofesionalidad en el que se está posicionando al docente. En realidad, la Educación para Toda la Vida presupone una enseñanza escolar eficaz, es decir, que en ella se aprenda a aprender, lo que significa que los estudiantes adquieran los instrumentos de la comprensión (atención, memoria y pensamiento). Si este cimiento es verdaderamente sólido, durante el resto de la vida irán aprendiendo a hacer (a influir sobre el propio 5

TRILLA, J., La educación fuera de la escuela. Ámbitos no formales y educación social, Ariel, Barcelona, 1993.


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entorno) y a vivir juntos (conocimiento del otro a partir del conocimiento de sí mismo, mecanismos de solución de conflictos, etc.) utilizando para ello los servicios de instituciones educativas no formales e informales6. Los periodistas dedicados al tema educación tendrán que observar con atención estereofónica si efectivamente se cumple el derecho a una educación formal de calidad y los correlativos –y graves– deberes de los usuarios (aprender). Después tendrá que informar con una independencia que la demagogia generalizada la hará francamente difícil. Por eso, sus fuentes habrán de ser muy variadas y seguras tanto como profundo y detallado su conocimiento de las leyes sobre educación. Un Periodismo Educativo concebido así no puede sumarse simplemente a otras disciplinas en los marcos académicos habituales7, porque los abarca todos sin excepción. Consiguientemente, no puede tratarse de una especialización más del Periodismo, por lo menos tal como, por ejemplo, lo entiende el profesor MUÑOZ TORRES, para quien el Periodismo Especializado «estudia la producción de mensajes informativos que divulgan las distintas especialidades del saber humano, de manera comprensible e interesante, al mayor número posible de personas, con el fin de dotar de sentido a la realidad, a través de los medios de comunicación»8. Entendido así, el Periodismo Educativo quedaría reducido a información sobre los progresos de las Ciencias de la Educación y sobre sus –casi siempre– deslumbrantes aplicaciones e implicaciones9. Lo que no significa que no deba de cumplir esta tarea divulgadora porque el ciudadano desea que alguien le informe bien de la suerte de sus hijos en colegios e institutos y porque –también aquí– el periodista tiene la obligación de mostrar aspectos

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Este punto de vista es distinto al de la simultaneidad en la Escuela que UNESCO y las últimas disposiciones legislativas en casi todo el mundo atribuyen a ese aprender a conocer, a hacer y a vivir juntos, aunque coincide con clamores de los docentes en ejercicio. En las universidades españolas se cursan materias con temáticas como las siguientes: información, periodismo o comunicación sobre política y actividad parlamentaria y judicial, sobre economía y finanzas, sobre deportes, sobre producciones culturales y científico–técnicas, sobre salud y medio ambiente, sobre educación, sobre medios audiovisuales, sobre religión y sobre defensa y seguridad. Incluso se estudia «Periodismo Social» (Cfr. GÓMEZ Y MÉNDEZ; J.M., «La formación universitaria del periodista especializado», en ESTEVE RAMÍREZ, F. (coord.), Información periodística especializada, Fundación Universitaria San Pablo–CEU, Valencia, 1997. «Aproximación al concepto de Información Periodística Especializada», en ESTEVE RAMÍREZ, op. cit. Por ejemplo, en esta década de los noventa asistimos en todo el mundo a prolijas transformaciones legislativas que requieren de un conocimiento preciso y de unas perspectivas sociopolíticas y económicas que expliquen sus desarrollos y disfunciones demasiado alejadas de los no expertos. Por otro lado, los excesos de la nomenclatura pedagógica hacen de cualquier acontecimiento educacional algo inasequible para el no iniciado, que se limitará a reproducir –sin aclarar– lo que efectivamente pasa o se piensa.


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generalmente desconocidos y que, en su momento, pueden ser de utilidad a una parte del público10 Las tareas esbozadas no pueden depender de la presencia en la redacción de uno o varios periodistas con ideas muy claras sobre cómo funciona o cómo debe de funcionar la sociedad educativa. Es precisa y urgente una toma de conciencia de que esta nueva realidad exige nuevos enfoques narrativos y unos modos de presentación más adaptados a las posibilidades cognitivas de los públicos. Lo que exige un conocimiento estricto de niveles culturales para no infravalorar lo que sabe el público ni para sobrepasar los umbrales de conocimiento de los que dispone. No basta ya, por tanto, que los diseñadores de la información averigüen qué quiere saber el público sino cómo puede hacérselo saber. ¿Queremos decir con todo ello que la redacción de informativos en la sociedad educativa se asemejaría a la cátedra de un aula tan grande como el mundo? Sí, con tal de que se amplíe el significado de la palabra cátedra a una especie de unidad dinamizadora de la consciencia pública. Pero las finalidades, los ritmos, los agentes y los medios de los procesos informativo–periodísticos y de los pedagógicos son diferentes, aunque llamados al diálogo en bien de los públicos. La Prensa no puede mostrar el mundo más que como va revelándose a través de acontecimientos (la actualidad); no expone sus resultados más que cada cierto tiempo (periodicidad); no es una escuela de papel y ondas o cables; y los periodistas no son profesores, aunque los mejores enseñan muy bien. La Escuela, por su parte, no puede polarizarse en la actualidad y en el pensamiento común; su actividad no es el resultado de un proyecto empresarial y mercantil; los conocimientos que expone forman parte de un currículum complejo que procura adaptarse a lo que los docentes saben y a lo que los alumnos pueden soportar.

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Por ejemplo, las posibilidades extremas de individuación que empiezan a ofrecer las administraciones educacionales (programaciones adaptadas a la realidad de ciertos alumnos incluso de una misma aula o adaptaciones curriculares, atención a alumnos con frecuentes ingresos hospitalarios, etc.), los servicios de información a los usuarios del sistema educativo que van configurándose, etc. Los ciudadanos, en muchas ocasiones, manifiestan expectativas erróneas sobre lo que pueden encontrar en los centros educativos y entre sus profesionales. Han de saber con seguridad, por ejemplo, que de ninguna manera son guarderías laborales, que los orientadores no son psicólogos de familia, que la promoción académica depende de los criterios adoptados por los claustros y no de los deseos de los padres, que los consejos escolares o departamentales no son parlamentos sino órganos de gestión, que el aprovechamiento académico no es opcional para los alumnos de cualquier nivel, etc.


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Los periodistas no tienen discípulos y los profesores sí; aunque ambos profesionales aspiran a ampliar el horizonte de los conocimientos de sus contemporáneos y a hilvanarlos para mostrar que es posible y necesario que cada cual construya su sistema de convicciones como habitante que es de un mundo cada vez más complejo y más acelerado. Hay que detener la creciente sensación de que estamos sumidos en un caos cada vez mayor, del que ciertas fuerzas desconocidas y poderosísimas tienen la clave de su interpretación y gestión. Es –me parece– una de las mejores aportaciones de periodistas y profesores, sea cual sea el nivel de la audiencia o de los alumnos. Queda una última precisión sumamente importante para delimitar el objeto de estudio del Periodismo Educativo y el de lo que Francis Desart, en los años setenta, llamó Educomunicación o educación en materia de comunicación. El objetivo de esta disciplina es convertir en materia instrumental (como las asignaturas de lengua o de matemáticas), y no en mero auxiliar didáctico, la investigación en el aula de las características comunicativas, técnicas, empresariales y éticas de los medios de comunicación así como de las posibilidades constructivas de sus receptores 11. «En el fondo se trata de intentar superar la vieja dualidad de cultura humanística y de cultura tecnológica»12, introduciendo nuevos códigos en los que confluyen ambas (alfabetización mediática). Los medios de comunicación y sus profesionales pueden contribuir con sus medios y su experiencia al desarrollo de esta propuesta verdaderamente innovadora, promoviendo la formación de profesores, editando cuadernos especiales periódicos, programando tiempos de radio y de televisión y sitios en Internet. Pero lo que en ellos contenga información de actualidad y sus complementos es propio del Periodismo Educativo y no de la Educomunicación o de los docentes. La preocupación profesional de éstos, especialmente en los niveles no universitarios, es considerable, como lo demuestra la amplitud de la bibliografía puesta a su disposición y que debiera sugerir a los investigadores de la comunicación mediática un esfuerzo similar de desarrollo de una reflexión sobre la educación como objeto de información periodística y las funciones educadoras de la actividad periodística (Cfr. Bibliografía).

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UNESCO, La educación en materia de comunicación, PUF, París, 1984. SÁNCHEZ BRAVO, A., «Educomunicación», en BENITO, A. (dir.), Diccionario de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, Paulinas, Madrid, 1991.


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Por último, los conocimientos de los que ha de disponer un periodista para afrontar con éxito los objetivos señalados son, en sus grandes líneas, los siguientes: 1º. Revisión de los funciones del Periodismo a la luz de los de la Educación para Toda la Vida. 2º.– Nociones de Historia de la Educación: ideales pedagógicos y prácticas docentes, discentes e institucionales. 3º.– Protagonistas de la educación contemporánea: profesionales (docentes o no), alumnos, padres y sociedad civil. 4º.– Fuentes del Periodismo Educativo (entre las documentales, las de Programación, especialmente). 5º.– Nuevos canales para la información educacional: agencias de noticias especializadas, Internet, radio y televisión temáticas. 6º.– Dimensiones éticas y políticas de la información educacional. El periodista ante una democracia que pretende garantizar un estado del bienestar en el que se incluye la educación inicial y continua. Concepto de calidad en la educación. 7º.– Construcción de la agenda mediática sobre educación. Introducción a métodos de observación de este temario. 8º.– La Educomunicación: alfabetización mediática y usos didácticos de los medios. Misión de los periodistas en las instituciones educativas: observación y asesoramiento (incluida la formación del personal alfabetizador).


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Los retos del periodismo judicial Javier Ronda Iglesias Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación Periodista de Canal Sur Radio

El periodista se consolida como un nuevo habitante de la Administración de Justicia. Es habitual su presencia para cubrir las numerosas informaciones que genera el complejo mundo judicial. Señala el autor que la fiebre por esta información especializada sigue creciendo cada día, ya que interesa al público y a los medios de comunicación. Este auge por la información judicial o de tribunales exige una mayor preparación específica del profesional, que redundará en la mejora de la calidad y veracidad de este hacer periodístico. Por ello, en este artículo se facilitan una serie de usos y recomendaciones para desarrollar convenientemente el periodismo judicial.

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oco a poco los periodistas van asomándose cada día más al complejo mundo judicial con sus grandes juicios y escándalos donde se ven implicados desde personajes relevantes de la vida pública, hasta curiosas y anecdóticas historias de ciudadanos no conocidos que se convierten en noticia por su particular caso. Hasta hace pocos años por los juzgados y audiencias sólo era normal ver a los magistrados y jueces, fiescales, abogados y funcionarios y a los ciudadanos que acudían para resolver sus diversos asuntos con la justicia. Sin embargo, el periodista se consolida ya como un nuevo habitante de la Administración de Justicia. 1. Introducción A pesar de ser una de las instituciones o departamentos con más tradición en España, sus orígenes se sitúan al año 1714, la mayoría de los ciudadanos no tienen una idea clara de cuáles son las funciones y los cometidos del aparato judicial. En la opinión pública en la actualidad no está claro el esquema judicial, y a veces ni tan siquiera para los propios periodistas,


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Los retos del periodismo judicial

sin embargo, la fiebre por esta información especializada sigue creciendo cada día para los medios de comunicación. Desde hace una década la información judicial interesa bastante más al público y también a los mass media, por eso en los últimos años aparece un nuevo personaje por los pasillos de las administraciones de justicia: los periodistas. Entre el público durante una vista oral es normal ver a los diversos representantes de medios de información que acuden para seguir un juicio, interesarse por una sentencia, o conocer datos de una investigación que esté realizando la policía judicial. Cada día las empresas de comunicación y los periodistas demandan una mayor preparación específica de sus informadores judiciales sobre este complejo mundo. La buena formación de un periodista en materia judicial redundará para mejorar la calidad y la veracidad de las informaciones que elabore para su medio de comunicación y evitará grandes «errores» y «gazapos» jurídicos. El auge por la información judicial o de tribunales se ve reflejada en la prensa diaria donde los periódicos tienen secciones y páginas específicas para incluir este tipo de noticias. Las emisoras de radio también dan bastante importancia a la información de tribunales como las agencias de noticias e incluso en la televisión en la actualidad existen diversas cadenas que han creado programas específicos basados en información de sucesos y de tribunales. Es evidente, que a partir del año 1978 con la democracia, los medios de información españoles pueden empezar a realizar un seguimiento sobre la información de tribunales con absoluta libertad. Pero una vez más se plantea uno de los famosos debates periodísticos: la libertad de expresión1 y del derecho al honor2, con la Administración de justicia como telón de fondo. Es difícil lograr un equilibrio entre los intereses de los órganos de justicia, el de los periodistas y de los propios ciudadanos que sean noticia. En ningún caso debe producirse una falta de respeto al principio democrático de protección de la vida privada pero no se debe olvidar el cometido de los medios: informar. 1

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CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA de 1978, Artículo 20.1 «Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas, y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades. Artículo 20.2 El ejercicio de estos derechos no pueden restringirse mediante ningún tipo de censura previa». CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA de 1978, Artículo 18.1 «Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen».


Javier Ronda Iglesias

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La Constitución recoge el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de los menores y la infancia, pero es conveniente una aplicación no rígida de estos límites a favor de la información para garantizar una opinión pública libremente informada y formada. Y aunque pueda ser una cuestión de autorregulación, existen límites que no recogen las leyes, como la obligación del periodista de tender a una información veraz y contrastada y de distinguir entre la información y la propaganda disfrazada de la que suelen abusar los poderes públicos. 2. Difusión y confusión de los precios judiciales El periodista que no debe ser jurista ni letrado ante la información judicial se encuentra cada día en un mar de terminología específica y compleja. Para el informador judicial es una tarea difícil simplificar el lenguaje jurídico y convertirlo en lenguaje informativo cuando redacta la noticia para difundirla a la opinión pública y que ésta comprenda el mensaje. El periodista debe reconocer para empezar entre los diferentes órganos judiciales, los unipersonales (los juzgados) y los colegiados (Tribunal Supremo, Audiencia Nacional, Tribunal Superior de Justicia, Audiencia Provincial), además de todo el gran aparato judicial que se relaciona con él. (Ver cuadro página siguiente). Hay que recordar también que las instituciones gubernamentales relacionadas son el Ministerio de Justicia y por transferencias la Consejería de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía. -

Tribunal Constitucional Consejo General del Poder Judicial Defensor del Pueblo Tribunal Supremo Audiencia Nacional Fiscalía General del Estado Consejo General de la Abogacía Consejo General de Procuradores Consejo General del Notariado Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles

- Gerencias Territoriales del Mº de Justicia - Tribunal Superior de Justicia de Andalucía


Los retos del periodismo judicial

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Defensor del Pueblo Andaluz Audiencias Provinciales Fiscalía Juzgados de Instrucción Juzgado de primera instancia Juzgado de los Social Juez de Paz (Pueblos) Policía Judicial Forenses Instituto de Toxicología Abogados Procuradores

El informador debe saber diferenciar la categoría personal de un juez y su destino y conocer las fases de un proceso penal (diligencias previas, sumario, vista oral o juicio). También conviene diferenciar entre un acusado, procesado, imputado y condenado. Contra la parte acusada se solicitan penas, pero eso no significa que sea una condena. Un sujeto es imputado cuando el juez le pone en conocimiento unos cargos contra él y le anuncia que se abre un proceso judicial contra él. A diferencia del imputado policial, (denunciado), al que se le atribuyen unos hechos delictivos. La figura del procesado sólo cabe en un sumario ordinario y el condenado es una persona sobre el que recae una pena impuesta en una sentencia firme. Sobre las empresas recaen responsabilidades. El periodista debe conocer las distintas jurisdicciones (civil, penal, contenciosa, laboral)3. El respeto a la presunción de inocencia nunca se debe perder por el periodista cuando se publique alguna información para evitar condenar a las personas4 de forma injusta.

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Algunos estamentos judiciales: Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo (salas), Audiencia Nacional, Audiencia Provincial (secciones), Tribunal de Justicia de Andalucía (sala de lo contencioso-secciones, sala de lo social), juzgado de vigilancia penitenciaria, juzgado de guardia (incidencias), juzgados de guardia (detenidos), juzgados de instrucción, juzgados de lo penal, juzgados de lo social y juzgados de menores. En un proceso judicial el Ministerio Público acusa mediante la Fiscalía o bien si existe una acusación particular o popular. Ejemplo: «el ex-juez de menores de Sevilla está acusado por el fiscal de un delito de corrupción de menores». Después en la sentencia resultó absuelto. Sólo debía acusarle el Fiscal y no el periodista.


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En algunas ocasiones se puede atentar contra el derecho de la presunción de inocencia por parte del informador. A toda costa la presunción de inocencia debe persistir hasta que se haya producido una sentencia condenatoria firme. De esta manera se evitará condenar o juzgar de una forma anticipada. También en los últimos años han destacado las famosas campañas de prensa que atacan a las vidas particulares de las personas consiguiendo su desprestigio. Las campañas en algunos casos intentan proclamar las diferencias de actuación, aunque legalmente se debe actuar de forma idéntica sobre todos los ciudadanos. Otro aspecto destacado es el valor probatorio. Mientras las pruebas de una investigación judicial han de reunir las garantías constitucionales previstas, en los medios de información algunas veces se suelen presentar de forma habitual sin exponer las fuentes. Tampoco se debe olvidar el secreto de la investigación, aunque se puedan producir filtraciones sobre ella, deben ser siempre objetivas y nunca interesadas. Una de las claves que debe conocer el periodista es cómo se inicia un procedimiento penal: por denuncia de un particular, de oficio, por noticia teléfono... y lo que es sobre todo más interesante desde la perspectiva informativa: la investigación. Los medios de investigación son diversos y van desde los policiales, hasta los jurisdiccionales y los parlamentarios. Las declaraciones se pueden realizar como inculpado o como testigo. Es importante recordar que los menores de edad nunca declaran, a los menores se les «exploran». Por lo tanto la investigación judicial debe reunir unos requisitos y unas garantías constitucionales, que se hacen valer ante el Tribunal Supremo como en el Tribunal Constitucional. La sentencia es uno de los mayores atractivos para el periodista judicial. No se debe olvidar que no sólo hay que informar del fallo sino que hay que profundizar en el contenido para realizar una información más completa. Se debe contar a qué se debe el fallo, los pasos que se han seguido con sus fundamentos y la justificación que argumente el tribunal. Existen cuatro principios que deben imperar en el juicio oral o proceso penal.


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La publicidad5 (debe ser público, exceptuando algunos casos menores)6. De todas formas ante esta situación los magistrados o jueces y el poder judicial intentarán saber las necesidades informativas de los medios de comunicación7. La oralidad, como principio del procedimiento. El principio de contradicción (igualdad de partes) donde acusación y defensa están en el mismo plano con la intermediación del juez. Y como principio de valoración de la prueba está el in dubio pro reo (ante la duda, se busca siempre lo más favorable para el sujeto. Una de las máximas judiciales más extendidas y repetidas es la que mantienen que es mejor 100 culpables libres de la cárcel que un inocente en prisión. 3. La pena, condena y procedimientos Las Fuerzas de Seguridad del Estado como la Policía o la Guardia Civil o Hacienda o las Jefaturas de Tráfico ponen sanciones que algunas veces deben refrendar los representantes gubernativos. Sin embargo los tribunales de justicia dictan sentencias, donde se debe tener en cuenta que no se condena a miles o cientos de años, en teoría no se deben sumar las penas, porque el propio Código Penal no lo permite ya que existen límites de 20 años cárcel o el triple de la condena más grave. El delito de la falta se diferencia en la pena. Las penas se dividen en tres clases, en función de naturaleza y duración8. - Algunas penas leves son: los arrestos de fines de semana (de uno seis días), la multa de cinco días a dos meses, los trabajos en beneficio de la comunidad de 16 a 96 horas, la privación del derecho de conducir vehículos a motor y ciclomotores de tres meses a un año. 5

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Artículo 120.1 Las actuaciones judiciales será públicas, con las excepciones que prevea las leyes de procedimiento. 120.2 El procedimiento será predominantemente oral, sobre todo en material criminal. 120.3 Las sentencias serán siempre motivadas y se pronunciarán en audiencia pública. Título VI Del Poder Judicial de la Constitución Española. Auto de la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Sevilla sobre el juicio oral del denominado Caso Arny, de 19 de septiembre de 1997. «El Tribunal ante el que se va a sustanciar el mencionado proceso ha decidido mediante auto motivado, celebrarlo a puerta cerrada, de acuerdo con las facultades que le otorgan los artículos 680 de la Ley Enjuiciamiento Criminal, 232.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 120.1 de la Constitución Española. Esta decisión no es susceptible de recursos alguno y por ello debe ser acatada por todos en cumplimiento del mandato de la C.E. art. 118. Auto de la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Sevilla sobre el juicio oral del denominado Caso Arny, de 19 de septiembre de 1997... ante esta situación se propone conjugar el respeto a esa decisión con los derechos de los ciudadanos y de los medios de comunicación también constitucionalmente reconocidos, a la libertad de comunicar o recibir información veraz por cualquier medio de difusión, artículo 20.1 d) y 4 de la Constitución Española. Artículo 33.1 del Código Penal (Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre).


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- Algunas penas menos graves son: la prisión de 6 meses a 3 años, las inhabilitaciones especiales hasta 3 años, la suspensión de empleo o cargo público hasta 3 años, la multa de dos meses, el arresto de 7 a 24 fines de semana. - Algunas penas graves: la prisión superior a tres años, la inhabilitación absoluta, la privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos por tiempo superior a tres años. Es importante considerar la expresión y «un día», puesto que el día supone el cambio de pena. Las medidas cautelares que no son penas, tienen como objetivo conseguir que una persona continúe a disposición del tribunal. Las medidas pueden ser personales, que son las que buscan que una persona acuda a una citación, y las reales que son las destinadas a cubrir una responsabilidad civil. El periodista debe considerar los posibles recursos antes de que una sentencia sea firme9. Hay recursos ordinarios que pueden alegar los motivos que se quiera y recursos extraordinarios que alegan motivos basados en la ley específica. El tribunal sentenciador o el juzgado correspondiente, son los que inician la orden de cumplimiento de la condena. Mientras, es el juez de vigilancia penitenciaria, una vez que existe una condena en firme, el que se encarga del control y aprobación que marca la ley además de aplicar los posibles beneficios penitenciarios al recluso. Existen procesamientos penales especiales que son contra aforados, los diputados y senadores, en período parlamentario, también con los niños que son imputables y con las bandas armadas a cuyos presuntos integrantes se les aplica la incomunicación. 4. El secreto de sumario Los periodistas nos encontramos ante el gran muro legal que establece la ley para garantizar una instrucción correcta sin interferencias o perturbaciones ajenas y mucho menos filtraciones informativas. No es extraño que en alguna ocasión hayan coincidido las investigaciones judiciales y también las periodísticas. Se convierten en un enorme problema para el informador cuando se abusa del secreto del sumario por

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Contra una sentencia de una Audiencia Provincial se podrá poner en recurso de casación ante el Tribunal Supremo.


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parte de los jueces o magistrados, pero es cierto que es necesario porque favorece la eficacia de la actividad procesal en muchos casos. Algún medio de comunicación podría culpar antes de probar y hay que tener una certeza aunque dependerá también de la responsabilidad y profesionalidad del periodista. El periodista debe guiarse por el buen profesional y plantearse los posibles daños contra terceras personas o una investigación judicial. Por lo tanto, los periodistas deben admitir y no vulnerar el secreto del sumario para no influir en la labor procesal, y de esta manera no dañará a los imputados o a la investigación judicial, aunque el informador podrá buscar un punto intermedio y hacer gala de su responsabilidad a la hora de realizar su trabajo. 5. Los juicios paralelos En los últimos años sobre todo en la prensa escrita han aparecido los denominados juicios paralelos. Si le preguntásemos a algunos periodistas nos dirían que no existen, que es información y que no se está juzgando a nadie, sino informando. La respuesta sería radicalmente opuesta si se plante a un juez o magistrado, fiscal o abogado. Sin embargo un juicio paralelo se produce cuando un delito es juzgado a la vez, de forma simultánea, por un tribunal de justicia y por algún medio de comunicación. Estos dobles injuiciamientos tienen el peligro de influir en el proceso judicial del acto de la vista oral, el más importante, y afectar directamente o indirectamente a la independencia de los jueces no sólo en el transcurso del juicio sino lo que sería más grave: cuando dictara la sentencia. Los periodistas deben administrar el derecho de la información de todos los ciudadanos como una de las primeras premisas. Los últimos grandes juicios y procesos, Alcácer, GAL, RUMASA, Anabel Segura, Arny, Mario Conde, etc... despertaron la fiebre televisiva nocturna por seguir de una forma diaria estas informaciones con los protagonistas en directo. Por mi experiencia profesional en algunos de estos juicios es cierto que estos casos se convirtieron en un gran espectáculo informativo sobre todo para algunos canales de televisión, aunque como no es la generalidad de la profesión, la mayoría de los periodistas que hacían la información sobre estos juicios hacían su trabajo de forma excelente y profesional. Sólo eran algunos intereses televisivos los que movían a crear los denominados «juicios para-


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lelos». Casi todos los periodistas de radio, prensa, televisión y agencias de noticias ofrecían informaciones de bastante calidad y no creaban este nuevo fenómeno comunicativo atribuido sobre todo al gran espectáculo de la gran pantalla. 6. Querer y no poder informar La tarea diaria para obtener información es difícil pero aumenta sin duda cuando se trata de informar sobre asuntos judiciales. Un acuerdo de la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de 1996, impide en la actualidad la entrada de los medios de información no sólo en los juicios sino en los edificios judiciales como las audiencias o juzgados10. La decisión de que los medios de información puedan entrar con sus herramientas de trabajo (cámaras, grabadoras) en una sala en un juicio público corresponde a la decisión del juez o magistrado que dirija el juicio. Los periodistas en la actualidad si no son autorizados entrarán como la antigua usanza con papel y lápiz, limitando su trabajo que está condicionado a unos medios y soportes audiovisuales. La situación en la actualidad no es óptima, pero se pretende normalizar. Además está previsto que para facilitar la labor informativa en las Audiencias Provinciales se creen gabinetes de prensa para facilitar información a los diferentes medios.

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Reglas sobre el acceso de los medios de comunicación social a las sedes judiciales. El acceso de los medios de comunicación a las sedes de los órganos judiciales se somete a las siguientes reglas: 1.- No se permitirá la introducción y utilización de cámaras de televisión, de video, fotográficas o cualquier otro instrumento de reproducción o transmisión de la voz o la imagen, en las sedes judiciales: con las siguientes excepciones: a) Previa autorización expresa, se podrá permitir los medios técnicos para actos gubernativos solemnes... b) En el caso de que el Ministerio Fiscal esté ubicado en las sedes judiciales, es estará a las instrucciones dadas a este respecto a sus dependencias en orden a su tarea de informar... c) Para el ordenado desarrollo de su función, los profesionales de la información acreditarán su condición de tales ante los servicios de seguridad de las distintas sedes judiciales, que en tal caso, les entregarán credencial acreditativa de su profesión.


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Bibliografía - Constitución Española de 1978, Ministerio del Interior, Madrid, 1983. - Código Penal (Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre), Biblioteca de Legislación Serie Menor, Edit. Cívitas Madrid, 1995. - Auto motivado del caso Arny, Audiencia de Sevilla, Sección 3ª, 1997. - Sentencias de diferentes juicios entre ellos: Caso Arny, Duque de Feria, Puerto Urraco, Alcácer, y Anabel Segura. - Guía de Atención al Ciudadano, Ministerio de Justicia, Imprenta del Boletín Oficial del Estado, Madrid, 1997. - Reglas sobre el acceso de los medios de comunicación social a las sedes judiciales, Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Granada, 1996. - Suplemento DOCUMENTOS, «El periodista ante la información sobre la justicia», Sevilla, Seminario Permanente para profesionales de la información, Asociación para el Progreso de la Comunicación, Asociación de la Prensa de Sevilla, Sevilla, Octubre 1997.


Profesionalización de los gabinetes de prensa municipales Dra. Mª Luisa Cárdenas Rica Profesora de Ciencias de la Comunicación en CEADE

La llegada de la democracia y el nuevo orden político obliga a los ayuntamientos a crear servicios comunicativos que revaloricen su imagen y su credibilidad frente a la opinión pública. La autora defiende la profesionalización de los gabinetes de prensa municipales, para evitar que la información institucional se convierta en fuentes informativas interesadas. Es necesario que los periodistas que trabajan en dichos gabinetes sean profesionales al servicio de los ciudadanos y no de los intereses políticos. Su gestión en el gobierno local ha de ser apolítica. Su misión es servir a la prensa no a un partido.

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os Gabinetes de Prensa Municipales se han ido instalando en España con la llegada de la democracia. La Administración se hace más sensible a los juicios de la opinión pública, por lo que ha de revalorizar su imagen y su credibilidad. Tiene que someterse al control que ejercen las urnas, y sus representantes corren el riesgo de no salir reelegidos si la opinión general no les es favorable. Las necesidades del nuevo orden político conducen a los municipios a crear servicios comunicativos que permitan la relación con sus convecinos, utilizando de intermediarios a los medios de comunicación. El gran interés mostrado por los medios sobre los temas de ámbito local, alerta para que se construyan barreras que eviten que la información institucional se convierta en fuentes de primer orden con tintes propagandísticos. Por ello, se propone, entre otras medidas, que sus técnicos sean profesionales al servicio de los ciudadanos y no de los intereses políticos. 1. Democracia y comunicación municipal Los Gabinetes de Prensa de los Ayuntamientos se han ido multiplicando en España a partir del segundo mandato municipal (1983–87) de la etapa


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democrática iniciada, a partir de 1976. Será con la llegada de ésta última cuando comiencen a asignárseles partidas presupuestarias, al incluir la Administración local en su gestión acciones comunicativas1. «Se pasa del secreto a la transparencia»2. Su principal objetivo es tener eco en los medios de comunicación, permitiéndoles, a su vez, mantener informados a los ciudadanos sobre la labor desarrollada por el ayuntamiento. Picos Freire3 expresará que las corporaciones locales, e incluso antes de ser dotadas con una ley que recogiera los aspectos de participación y comunicación, fueron las pioneras en lanzarse a desarrollar sistemas de información cercana. El origen de los Gabinetes está relacionado con la democracia, porque este sistema exige unos comportamientos morales y éticos a todos los ciudadanos, no siendo posible un digno ejercicio profesional sin esa apelación superior a las conductas citadas4. Su nacimiento viene amparado en el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales (ROF), en su artículo 230. En el que se expresa que existirá, en la organización administrativa de la Entidad, una Oficina de Información que canalizará toda la actividad relacionada con la publicidad, de este modo se recoge la existencia de los Gabinetes de Prensa Municipales. Añadiéndose que «la Oficina de Información podrá estructurarse de forma desconcentrada si así lo exige la eficacia de su función». Aclara que las peticiones de información deberán ser razonadas. También la Constitución Española contempla en el artículo 20 la libertad de expresión y derecho a la información y, además, en el artículo 105 establece el derecho de acceso a los archivos y registros públicos de todos los ciudadanos con excepción de los que queden protegidos por la ley de Secretos Oficiales y de aquellos otros datos que comprometan la intimidad de las personas. Y en la Ley de Base de Régimen Local, en el artículo 69, se recoge que las corporaciones locales «facilitarán la más amplia información sobre su actividad y la participación de todos los ciudadanos en la vida local».

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PÉREZ GONZÁLEZ, R. A.: Un modelo estratégico de comunicación municipal, Tesis doctoral, Ed. Universidad Complutense, Madrid, 1988, págs. XX–XXI PÉREZ VARELA, Jesús: «La comunicación política en el sistema democrático», en AA. VV.: La comunicación Política, Ed. Diputación de Pontevedra, Pontevedra, 1996, págs. 72–73. PICOS FREIRE, José J.: «Estructura de la prensa local en España», en AA.VV.: Manual de periodismo, Ed. Prensa Ibérica, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona, 1995, pág. 608. GELONCH i VILADEGUT, A.: «Acción Política y RR.PP.», en BARQUERO CABRERO, José Daniel (director): Manual de relaciones públicas empresariales, Ed. Gestión 2000, Barcelona, 1994, pág. 213.


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2. Objetivos de la Información Institucional Este nuevo sistema político va a cambiar también las relaciones entre Administración y administrados. Al convertirse, la primera, en agente de desarrollo económico y garantía del progreso social, interviene prácticamente en todos los sectores y su acción alcanza igualmente a todos los ciudadanos. Se vuelve «cada vez más sensible y vulnerable a los juicios de la opinión pública, por lo que busca revalorizar su imagen y ganar credibilidad»5. Porque la instauración de la Constitución provocará, además, en este país, el aumento de poder de la opinión pública y la liberalización de los medios de comunicación. El objetivo de la información institucional será, como expresa Martínez Bargueño6, identificar y desarrollar al máximo las relaciones con los ciudadanos, con vista al reforzamiento del conocimiento que éstos poseen de la Administración, y procurar el consenso en torno a su gestión. Porque el ayuntamiento no puede actuar sin contar con la opinión pública, pues, «los representantes políticos correrían el riesgo de no salir reelegidos como consecuencia de la opinión crítica sobre la gestión de su mandato»7. Tienen el deber de someterse «al control democrático y de presentar, por lo menos, sus balances de gestión periódicamente.»8. Además, la creciente complejidad de las gestiones administrativas requiere ser explicada, porque sino obstaculizará la exigencia, por parte de las asociaciones de barrio y de vecinos, de una democracia local participativa9. 3. La obligación de informar de las Administraciones Públicas Los ciudadanos tienen el derecho a saber quiénes son los responsables de las distintas áreas, qué actividades se desarrollan y cuáles son sus costes. Black dirá que el gobierno municipal es una responsabilidad compartida «el principal objetivo es desarrollar una mayor conciencia cívica y estimular a la gente para que se tome un interés activo por su gobierno local»10. Para 5

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MARTÍNEZ BARGUEÑO, M.: «Información administrativa un derecho constitucional», en AA.VV.: Información Institucional. Primeros encuentros, Ed. Generalitat Valenciana, Valencia, 1985, págs. 17–18. Ibídem, págs. 16–17 PÉREZ GONZÁLEZ, R. A.: Op. cit, pág. 179. PÉREZ GONZÁLEZ, R. A. y MAZO DEL CASTILLO, J. M.: «Metodología de configuración de cultura e imagen institucional», en AA.VV.: Diseño e imagen corporativa en las instituciones públicas, Ed. Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa Industrial (IMPI), Madrid, 1989, pág. 12. MIÈGE, Bernard: La sociedad conquistada por la comunicación, PPU, Barcelona, 1992, págs. 103–104. BLACK, Sam: Las relaciones públicas. Un factor clave de gestión, Ed. Hispano Europea, Barcelona, 1991, pág. 191.


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ello, será imprescindible propiciar una mayor predisposición de colaboración por parte de los vecinos y que la Administración les rinda cuentas. Como puede observarse, las necesidades generadas por el nuevo orden político conducen a los municipios a crear servicios comunicativos que permitan las relaciones con los ciudadanos, utilizando de intermediarios a los medios de comunicación privados y a los de propia creación y gestión. Esta asistencia la ofrecerán los Gabinetes de Comunicación locales, a los que son necesario observar como fuentes de información, generadores de la imagen municipal e influyentes en los medios. Determinados sectores los definen como simples aparatos propagandísticos, mientras que otros los estiman imprescindibles fuentes de información11. Atendiendo a una definición más exacta, serán descritos como fuentes activas, organizadas y habitualmente estables de comunicación que cubren las necesidades informativas de distintas organizaciones que aspiran a tener resonancia en la opinión pública12. El Gabinete de una corporación local sirve para sacar los asuntos públicos a la calle y acercar la Administración Pública a sus administrados, haciéndoles llegar los acontecimientos municipales y locales, en contacto directo con los medios de comunicación. Crean entre otras funciones los suyos propios: revistas municipales, emisoras locales, televisiones por cable, etc. Los Gabinetes Municipales, según un estudio realizado en los Ayuntamientos de la provincia de Sevilla13, fundamentan su actuación en sus relaciones con los medios, por lo que reciben el nombre de Gabinete de Prensa14. Atender a las peticiones del gran número de medios existentes en la actualidad, no es tarea fácil. La cuestión se complica cuando, además, existe interés en mantener constantemente informada a la población15. En este aspecto radica la función del Gabinete, en satisfacer dichas necesidades comunicativas. Para lo que establecerán sistemas diseñados que proyecten la información necesaria. Con la ventaja que posee la Administración, al ocu-

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RAMÍREZ, Txema: «La influencia de los gabinetes de prensa. Las rutinas periodísticas al servicio del poder», en TELOS, Nº 40, Madrid, diciembre–febrero, 1995, pág. 47. Ibídem, pág. 47. CÁRDENAS RICA, Mª Luisa: Los Gabinetes de Prensa Municipales en la provincia de Sevilla, Tesis doctoral sin publicar, FCCI, Sevilla, 1998. CASTILLO, J. del, BAYÓN, M., y ARTETA, R.: La empresa ante los medios de comunicación, Deusto, Bilbao, 1992, pág. 189. RAMÍREZ, Txema: Art. cit., pág. 50.


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par el centro de atención de los medios, gran parte de la gestión que desarrolla se transforma en noticia. Para Weil, la comunicación institucional «apareció para subrayar una novedad: la de un discurso que no estaba directamente destinado a vender un producto»16. Añadirá que el objetivo que persigue es dar a conocer su voluntad y suscitar la adhesión a su proyecto. 4. Interés por los temas locales El acceso de la corporación local a los medios vendrá dado gracias a la apertura informativa que experimenta esta primera, como se expresaba anteriormente; a lo que hay que unir el requerimiento de los segundos por introducir información cercana, entre la que se incluye la generada por el gobierno municipal17. La inclusión de los temas locales también está motivada por los deseos del lector afincado en este ámbito, ciudades y pueblos de la geografía española. El interés manifestado va a propiciar el nacimiento de los medios locales, porque como expresa Maciá si es regional o nacional nunca satisface plenamente el derecho de saber del receptor, «en lo que se refiere a su contidianidad más inmediata, no llega a una profundización tan de cerca ni al detalle a un conocimiento tan próximo. Por razón del espacio disponible, así como la estructura redaccional, ninguna crónica de corresponsal puede competir con la prensa ‘in situ’»18. En la «Edimburg Review», en 1837, un autor anónimo escribía: «Por baratos que sean los libros y por muy popular que sea su lenguaje, es difícil que los lean ignorantes... Pero en cambio todos los hombres leerán las noticias; y tratándose del periódico que publica la crónica de lo sucedido en el mercado de la ciudad vecina, hasta los campesinos, los mozos de cuadra y los jornaleros, no sólo lo leerán, sino que lo devorarán»19.

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WEIL, Pascale: La comunicación Global. Comunicación Institucional y de gestión, Paidós Comunicación, Barcelona, 1992, pág. 25. Así el diario El Mundo sintetiza los tres planos primordiales de la información local en sus páginas: «El político (las actividades de los cargos públicos y de los candidatos en períodos electorales; los plenos municipales). El económico–presupuestario (gasto, inversiones y tasas municipales). El urbanístico (planificación, cambios de uso, obras públicas). Y aunque se expresa que las ciudades «no son sólo su Casa Consistorial», se observa en los tres planos citados la figura del ayuntamiento. AA.VV.: Libro de Estilo de El Mundo, Ed. Temas de Hoy, Madrid, 1996, pág. 38. MACIÁ MERCADÉ, Juan: La comunicación regional y local: dinámica de la estructura de la información en la España de las Autonomías, Ed. Ciencia 3, Madrid, 1993, págs. 181–182. Citado por MACIÁ MERCADÉ, J.: Op. cit., pág. 183.


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De ahí que proliferen los medios comarcales o locales que, como continúa indicando Maciá20, se aproximan mucho más al lector y le informan de lo cotidiano e inmediato. 4.1. Medios impresos Los precedentes de los medios actuales de información próxima se encuentran en la prensa regional del siglo XIX, periódicos que van a sobrevivir al régimen franquista, entre ellos ABC (en sus ediciones de Sevilla y Madrid), Pueblo (con varias ediciones desde 1960 en Sevilla, Bilbao, Valladolid, Zaragoza y un proyecto en Valencia), El Correo Español, La Gaceta del Norte (desaparecida), La Voz de Galicia, La Verdad y El Norte de Castilla21. Su potenciación actual se produce con la liberalización del sistema político y la llegada de la democracia, especialmente a partir de 1976. Su auge, en medio de la crisis de los diarios nacionales, cobra pleno sentido en el marco de las autonomías. Dado el control de los medios audiovisuales, la importancia de la prensa escrita en el proceso autonómico es decisiva22. Junto a la facilidad de emitir mensajes a través de la creación de nuevos medios, también se produce la permeabilidad de éstos, gracias a la creación de la sección Local y en ella la subsección de Provincia, abordando la actualidad de los municipios. Así, por ejemplo, los diarios hispalense han sido partícipes de la localización informativa: ABC en su edición de Sevilla, Diario 16–Andalucía y El Correo de Andalucía23. Esta atención por lo local será aprovechada por los Gabinetes de Prensa Municipales que han adquirido habilidad para romper la censura de los grandes medios contra su expresión cotidiana, terminan «con la impermeabilidad de los masivos instrumentos de comunicación»24. Estos datos también quedan reflejados en el estudio realizado de estos Gabinetes en la Provincia de Sevilla25 y su repercusión en los contenidos de la prensa, gracias a una relación directa y permanente.

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Ibídem, pág. 152. PICOS FREIRE, J. J.: Op. cit., pág. 607. PÉREZ VILARIÑO, José: Los periódicos ante las autonomías, Akal Ed., Madrid, 1984, págs. 8–9. CÁRDENAS, M. L., y GONZÁLEZ, A.: «Información local: democratización e interacción comunicacional», en AA.VV.: Comunicar: aprender a vivir. Congreso Universitario Internacional, Ed. Kronos, Sevilla, 1996, pág. 76. RUIZ DEL ÁRBOL, Antonio: 1970–1980. Diez años de prensa local madrileña, Ed. Comunidad de Madrid, Consejería de Gobernación y Consejería de Cultura y Deportes, Madrid, 1987, pág. 18. CÁRDENAS, Mª L.: Los Gabinetes de Prensa Municipales ... Op. cit.


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En resumen, se observa cómo la información local se ve favorecida, por un lado, por la proliferación de los medios locales que van a imitar a los grandes diarios; mientras que estos últimos van a crear secciones referidas a este ámbito o van a edicionalizar sus contenidos para acercarse lo más posible a la comarca y a la localidad, esto se consigue cambiando una parte de su paginación, para lograr un nuevo producto para una distinta zona. 4.2. Cambios en los medios audiovisuales Los medios audiovisuales se suman a las modificaciones, como expresa Cal Martínez, la TV estatal comenzó a descentralizarse con la concesión de los canales autonómicos y la de carácter local también hace su aparición, «fruto de las corporaciones locales en un alto porcentaje, conjuntamente con agrupaciones ciudadanas»26. En 1983 se aprobó la Ley Orgánica que regirá la radiodifusión en las autonomías. La transición política propició el gran auge de las emisoras de radio entre ellas las municipales, entes de titularidad pública que pertenecen a la Administración local. Se llegan a crear distintas asociaciones que las agrupan, en Andalucía se constituye las Emisoras Municipales de Andalucía (EMA), en Cataluña Emisoras Municipales de Cataluña (EMUC), entre otras. Los principios que van a seguir son especialmente: la participación democrática, descentralización y servir a la autonomía municipal27. Las relaciones del gobierno local tanto con la radio y la televisión no son tan continuas como con la prensa, pero habitualmente su impacto es más poderoso. Y también sus productores están interesados en recibir información sobre cualquier actividad característica o inusual generada en este ámbito, que pueda constituir la base de un programa o de un reportaje. Todo lo expresado conduce a que la Administración aproveche tanto el crecimiento de los medios cercanos como el interés que los ciudadanos manifiestan por ellos. Porque estos medios son una de las vías más efectivas para la comunicación entre el ayuntamiento y sus públicos. Por lo tanto, «es conveniente no regatear esfuerzos para establecer y mantener buenas relaciones, para que los asuntos locales reciban un tratamiento informativo tan completo y objetivo como sea posible»28. 26

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CAL MARTÍNEZ, Mª Rosa: «Fórmulas nuevas de información local», en AA.VV.: Historia de los medios de comunicación en España. Periodismo, imagen y publicidad (1900–1990), Ariel Comunicación, Barcelona, 1989, págs. 489–490. Ibídem, págs. 490–491. BLACK, Sam: Op. cit., pág. 194.


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5. Profesionalización ante la politización de la información municipal Conseguir un modelo para la comunicación municipal precisa el análisis de numerosos condicionamientos generales, requiere un examen crítico sobre la gestión que desarrolla la institución, en este campo, y el servicio que presta a los ciudadanos. Controlar la forma en que se divulga la actuación municipal y prever el impacto que tendrá en la opinión pública, constituye «una apuesta por la eficacia»29. Por ello, hay que prestar atención a lo expresado por Fernández Areal, quien argumenta que es racional que el Estado opine, aunque no lo es, y constituye un abuso de poder, que trate de orientar la información, «coloreándola, desvirtuándola, haciendo de ella desinformación»30. Sobre todo, cuando además se detecta que todos los Gabinetes no reciben el mismo trato por parte de los medios, en relación a su presencia. Los institucionales, en los que se incluyen los municipales, van a aparecer frecuentemente, llegando a crear «conflictos de dependencia»31. Una vez que la Administración descubre que «el silencio no es renta32 ble» , se convierten en fuente informativa de primer orden dentro del proceso comunicativo, natural e imprescindible33. Este aspecto preocupa a los teóricos, reclaman una mayor participación de los ciudadanos en el sistema comunicativo y que los medios recuperen su sentido crítico. Y también exigen que se haga distinción entre propaganda34 y la función real de los Gabinetes. Black35 resume principalmente en dos los objetivos: dar habitualmente información sobre los planes y los logros de la institución, e informar y educar a los públicos sobre legislación, disposiciones y todos los asuntos que afectan a la vida diaria de los ciudadanos. Se le reclama que no se convierta en un organismo para hacer política, existe «para servir a la prensa»36, y consecuentemente a los ciudadanos.

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CASTILLO, J. del, BAYÓN, M., y ARTETA, R.: Op. cit., págs. 122–123. FERNÁNDEZ AREAL, M: «El informador frente al Estado», en AA. VV.: La Comunicación Política.. Op. cit., págs. 43–44. «Tiene el Estado derecho y obligación de actuar como fuente informativa, tiene derecho igualmente a opinar; a lo que no tiene derecho es a modelar la información imponiendo su opinión o su versión». MACIÁ MERCADÉ, J.: Op. cit., pág. 154. SCHMERTZ, H., y NOVACK, W.: El silencio no es rentable, Planeta, Barcelona, 1986. CASTILLO, J. del, BAYÓN, M., y ARTETA, R.: Op. cit., pág. 144. «Entendemos por propaganda política aquella comunicación persuasiva, fundamentalmente de masas, de carácter ideológico, realizada y/o impulsada directamente por los gobernantes, o gobernados relativamente influyentes de una sociedad, con el fin real o aparente de difundir tal ideología y obtener poder para realizar el bien común». ARCEO VACAS, J. L.: «Campañas», en BENITO, A. (director): Diccionario de ciencias técnicas y de la comunicación, Eds. Paulinas, Madrid, 1991, pág. 150. BLACK, Sam: Op. cit., pág. 185. Ibídem, pág. 69.


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Porque su gestión en el gobierno local ha de ser apolítica. Su misión, como se expresaba anteriormente, «es promover la democracia e informar a los ciudadanos por medio de una información completa»37 y no en hacer progresar a un partido. Por ello, como sigue argumentando Black38, será un error que el gobierno no cuente en la plantilla de funcionarios con expertos en estos temas, pues, si realizan bien su trabajo redundará en el crédito de un determinado concejal de un partido concreto; pero esto también ocurre con cualquier funcionario de otro departamento. Los años de experiencia deben servir para trazar una línea definida entre la información oficial y la propaganda de partido, entre la coyuntura del departamento y la plataforma política; los cargos públicos lo saben y también sus funcionarios. Como bien se expresó en el II Congreso de la Comunicación Corpo39 rativa , el hecho de que los periodistas del Servicio de Comunicación sean funcionarios de oposición garantiza una estancia en el servicio mucho más largo, lo que redunda en un mejor conocimiento de las estructuras administrativas que atienden. La estabilidad del citado Servicio y el mantenimiento de sus normas de funcionamiento y contenidos generan confianza en los medios de comunicación. Hace disminuir los recelos habituales ante una información procedente de un Gabinete de Prensa. Ello produce una visión más coherente y global de lo que es la institución pública y evita el distanciamiento de la actualidad puramente política respecto del conjunto de la entidad institucional. Como ya se argumentaba, para el gobierno, en principio, toda información ha de estar subordinada al bien público, busca la utilidad general, atendiendo al terreno de los grandes principios. Es decir, al Estado le interesa que la información sea siempre beneficiosa para el Estado, lo que él representa y a los ciudadanos a los que sirve. Porque en cuanto se introduzca

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Id., pág. 186. Id., pág. 190. Información que justifica lo expresado en la Administración andaluza, en una carta remitida por los profesionales de la información de la Junta de Andalucía. El 23 de noviembre de 1995 el colectivo de periodistas y gráficos que trabajan en las distintas Consejerías informan a la Mesa de Convenio Colectivo sobre su situación laboral: «Todo el personal ha accedido como personal eventual de la Consejería de Presidencia. (...) Nuestra forma de contratación no ha variado y, legislatura tras legislatura, tenemos que ser cesados y nombrados de nuevo, como si nuestra preparación académica y experiencia profesional no fuese suficiente aval para garantizar nuestra estabilidad laboral». Vid. CARMONA SALINAS, J. F.: «El servicio de comunicación profesionalizado en una institución pública. El caso del Gobierno de Navarra», en II Congreso de la Comunicación Corporativa. La comunicación en las economías inteligentes, ACEI, Madrid, octubre, 1996.


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Profesionalización de los gabinetes de prensa municipales

la finalidad en el proceso informativo, se pasa al campo de la propaganda o, al menos, al campo de la opinión40. Por ello, los Gabinetes, en cuanto son requeridos por la comunidad ciudadana, deben mantener la suficiente independencia profesional para que jamás se conviertan en instrumentos de manipulación social, ni por tanto en meras herramientas publicitarias o propagandísticas de la institución pública41. Siendo preciso reclamar para sus profesionales, al igual que se le reconoce al periodista de los medios, la cláusula por la que pueden rechazar la intervención en un asunto que fuese contra sus convicciones justificadas, del mismo modo el periodista de los Gabinetes de Prensa deberá tener «reconocida la facultad de no cooperar en informes que careciesen de veracidad o ética»42. El sistema eficaz consistiría en proporcionar a sus especialistas los recursos adecuados para hacer frente a las exigencias de la zona en la que trabajan. Aunque también todos los miembros de un ayuntamiento y su administración deben ser conscientes de la necesidad de seguir los principios que mueven la comunicación institucional, por lo que deberán fomentar la confianza mutua. La confidencialidad es imprescindible en este terreno y los profesionales han de respetar los códigos de conducta aplicables al respecto. Ésta es «particularmente importante cuando se trabaja en el gobierno central o local»43. Lo que resulta evidente es que si no se ponen los controles necesarios, como expresa Ángel Benito, a la denominada Información Institucional y, sobre todo, si los medios de comunicación no establecen los exámenes oportunos para asegurar la autenticidad de las fuentes, la comunicación difundida por la Administración «llegará a ser un instrumento de dominación»44. En España la comunicación política y la difundida por el gobierno municipal están muy próximas, y pese a la transformación que han experimentado los ayuntamientos con la democracia, aún es largo el camino; la comunicación municipal busca todavía su identidad. Su propia función es poco

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FERNÁNDEZ AREAL, Manuel: Op. cit., pág. 35. ENEBRAL, F.: Función social de los Gabinetes de Prensa, Tesina de convalidación, sin publicar, FCCI, dirigida por Javier Fernández del Moral, Madrid, 1989, pág. 73. Ibídem, pág. 73. BLACK, S.: Op. cit., págs. 196–197. BENITO, A.: «Información intencional y tecnología», en Curso de Verano de El Escorial: Información, Política y Cultura, Universidad Complutense, Madrid, 1988, pág. 31.


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reconocida y a menudo justamente identificada con la comunicación política; «los miembros de su personal tiene un estatuto tan particular que no saben si deben presentarse como periodistas o como asistentes políticos»45.

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MIÈGE, B.: Op. cit., pág. 108.


Las páginas culturales de los diarios como puente de comunicación con el lector Margarita Pérez de Eulate Vargas Doctora en Comunicación Pública por la Universidad de Navarra y periodista

Es evidente que la prensa juega un papel importante en el engranaje cultural de nuestro mundo, ya que además de contribuir a la formación de la opinión pública, vierte sobre los lectores noticias de toda índole que pueden influir en sus decisiones y negocios personales. La información cultural inserta en los periódicos contribuye de modo destacado a una mayor socialización del público lector y a una elevación del nivel de alfabetización. De las páginas culturales nacen el diálogo y la controversia ideológica que posibilitan el pluralismo y el encuentro con la verdad. Desde ellas también se puede luchar contra la pasividad y convertir la cultura amenazada en algo vivo y eficaz.

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urante este último siglo hemos sido testigos de la revalorización del género crítico debido, en gran parte, a los profundos cambios experimentados por la creación artística que, al ser tan cambian te, ha puesto en crisis todo el sistema valorativo y de enjuiciamiento de épocas anteriores. Los viejos cánones utilizados ya no sirven, al no responder al nuevo concepto de crítica de arte. Esta situación ha posibilitado, por un lado, el desarrollo de la crítica de artes plásticas como búsqueda de una respuesta clara ante los interrogantes que plantean estas nuevas creaciones. Por otro lado, es evidente que cada vez se hace más necesario el ejercicio de una crítica informativa, formativa, orientadora y valorativa, ya que no cabe duda de que han sido los críticos, en general, y los de artes plásticas, en particular, los que han acercado el mundo de la expresión creadora al gran público, cada día más consciente de la importancia de complementar su formación con rasgos transcendentes sobre los que poder reflexionar.


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A este respecto Anderson Imbert, en su libro Métodos de crítica literaria, publicado en Madrid a comienzos de la década de los setenta, recoge una anécdota que me parece ilustrativa. Dicen -escribe Imbert- que Sócrates, en su Apología, narró cómo para medir su propia sapiencia fue a hablar con los poetas. «Les mostre -cuenta el filósofo- los pasajes más elaborados de sus propios escritos y les pregunté qué significaban confiando que me enseñarían algo. ¿Querreís creerme? Me da vergüenza el decirlo, pero creo que cualquiera de nosotros podría explicar esos poemas mejor que como lo hicieron sus mismos autores. Entonces me di cuenta de que los poetas escriben su poesía, no con la conciencia de un sabio, sino con la inspiración de un genio. Son como esos adivinos e iluminados que expresan hermosas cosas, pero sin comprender su pleno sentido»1. Estas palabras quizá pueden ser también aplicadas a la crítica, ya que quienes la ejercen, tomando como punto de referencia la obra salida de las manos de los artistas, dan vida a una nueva creación que enriquece y contribuye al desarrollo de la primera descubriendo, incluso al propio creador, aspectos que permanecían ocultos en ellas. En la actualidad y dentro del ámbito periodístico español, la discusión en torno a la crítica de arte se ha convertido casi en un tópico. Las opiniones son tan variadas y contradictorias que la figura del crítico comienza a desdibujarse, debido al escaso conocimiento que se posee del ejercicio de sus funciones. En opinión de Muñoz Ibáñez, si algo puede definir el pensamiento crítico de nuestra época es su integración en el debate filosófico y cultural planteado. Pocas veces en el siglo de las vanguardias -matiza- se ha producido desde la teoría un cúmulo de reflexiones tan abiertas como ahora, pero tampoco nunca como en este momento, el crítico moderno ha sentido la duda tan próxima hacia su determinación intelectual. Hemos perdido la seguridad -concluye- al balancearse hacia una dirección poco esperada las estructuras sobre las que hemos asentado nuestras reflexiones artísticas2. 1 2

IMBERT, Anderson: Métodos de crítica literaria, Edt. Revista de Occidente, Madrid, 1969, p. 43. MUÑOZ IBAÑEZ, Manuel : «Estudio sociológico sobre la recepción ciudadana de la labor de la crítica de arte», en El umbral de los 90. Reflexiones sobre la crítica de arte, Edt. Consejería de Cultura, Educación y Ciencia de la Generalitat valenciana, Valencia, 1990, pp. 147-164.


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Ante situaciones como la planteada por Muñoz Ibáñez cabría preguntarse: ¿Sirve realmente la crítica -como afirma Antonio Manuel Campoy- para guiar los gustos estéticos del público? ¿Cual es su influencia, si es que tiene alguna, en la formación de la opinión pública? ¿Por qué no dejar al artista crear un nuevo mundo sin que sea turbado por el clamor estridente de la crítica? ¿Por qué escribir más sobre arte? ¿No son ya -como se pregunta Renè Huyghe- demasiados los comentarios, demasiadas las explicaciones acerca de lo que simplemente debería mirarse, de lo que se creó para ser contemplado? ¿Por qué los que no pueden crear se encargan de juzgar a los que crean? ¿Qué autoridad tienen para ello? Estas preguntas no son nuevas, aunque sus respuestas sean siempre diversas al permanecer subordinadas al contexto socio-cultural y artístico de la época, a los medios de comunicación mediante los que se difunde y a las personas que firman lo escrito. Estoy de acuerdo con Wilde cuando afirma que una época sin crítica es una época en la que el arte permanece inmóvil, hierático, y de que en ningún momento fue tan necesaria su presencia como ahora, pues es la misma crítica -opina el autor parafraseando a Arnold- la que crea la atmósfera intelectual del mundo, la que hace del espíritu un instrumento afinado y la que posibilita -en definitiva- la cultura intelectual. Es ella -en una palabrala que nos hace cosmopolitas3. Ante la imposibilidad de abarcar un tema tan complejo en toda su amplitud y profundidad nos ceñiremos al ámbito de la prensa escrita en nuestro país y de modo especial a las secciones culturales que acogen este controvertido género periodístico. Si como afirma Tiján el fin de un periódico es informar sobre los hechos y sucesos más importantes que se producen en todo el mundo, y en cualquier ámbito del conocimiento humano, también la vida cultural tiene derecho a ser representada y reseñada en la prensa diaria.

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Creo que es interesante transcribir la definición que aporta Oscar Wilde sobre la función crítica en cualquiera de sus modalidades. «La crítica -escribe- es fundamentalmente una creación dentro de otra creación, es el relato de un alma, y por tanto resulta más fascinante que la historia ya que no se ocupa más que de sí misma, tiene más encantos que la filosofía, porque su tema es concreto y no abstracto, real y no vago. Además -continúaes la única forma civilizada de autobiografía, porque se ocupa no de los acontecimientos sino de los pensamientos de la vida de un ser; no de las contingencias de la vida física, sino de las pasiones imaginativas y de los estados superiores de la inteligencia». (WILDE, Oscar: «El crítico artista», en Ensayos/Artículos, Edc. Orbis, Madrid, 1986, pp. 45-46).


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De hecho no existe ningún periódico que no posea información cultural, aunque sea entremezclada con otras informaciones y novedades del día. Sin lugar a dudas, y aquí centraremos nuestra atención, la prensa juega un papel importante dentro del engranaje cultural de nuestro mundo. No sólo porqué contribuye a la formación de la opinión pública, sino porque vierte día tras día sobre los lectores noticias de toda índole, aportando además de la calidad de sus datos, una valoración y unos argumentos que llegan a influir en su formación. De este modo, la información de la vida cultural tiene como receptores a la gran masa de público que quiere, según argumenta el autor citado, noticias vagas e imprecisas de cuanto pasa en el ámbito de la cultura. De este modo, tienen cabida en este espacio tanto las gacetillas como las entrevistas, tanto las crónicas como los reportajes sobre hechos recientes ocurridos en el mundo de las letras, del arte o del espectáculo4. Un papel destacado dentro de este amplio espectro cultural, dejando aparte los suplementos, es el representado en las páginas que los periódicos dedican expresamente a la misión formadora y educadora, es decir el de las páginas culturales. Estas, al ser leídas generalmente por un tipo de lector medio, aunque se supone que más cultivado, necesitan «algo» más que la escueta información. Es conveniente que posean cierto espíritu crítico, comentarios interpretativos y esclarecedores, seriedad y ponderación de los valores analizados, además de un diseño atractivo y diferenciador. Generalmente, estas secciones suelen distinguirse de otras del mismo periódico por la mayor cantidad de textos que los colaboradores escriben fuera de la redacción, y que a su vez pueden ser eventuales, habituales o fijos, si los analizamos desde el punto de vista del ritmo de sus colaboraciones, o espontáneas, si lo hacemos desde el punto de vista de la organización del trabajo. Una sección cultural bien dirigida puede caracterizarse, entre otros aspectos además de los ya citados, por la inclusión de una gran variedad de géneros periodísticos y literarios entre los que cabría destacar: los artículos, los ensayos, las glosas, los editoriales, las crónicas, los reportajes, las cartas, las reseñas y las críticas.

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TIJAN, P: «La vida cultural en la prensa», en Las secciones de la información de actualidad, Edt. Gómez, Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, Pamplona, pp. 109-110.


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De este modo, toda acción comunicativa de la cultura en la prensa escrita tendría que desbordar los límites mismos de la información para constituirse en creación cultural. En opinión de Luisa Santamaría esta creación cultural debería asumir el riesgo de ser «un auténtico diálogo con la cultura y también con la propia producción cultural», que en estos momentos se ciñe, casi exclusivamente, a la información, a la creación artística y a las críticas de arte, abarcando estas últimas tanto a la literatura como a las artes plásticas, al teatro, a la música y al cine5. Pero, el mejor criterio de que disponemos en la actualidad para valorar el contenido de una página cultural, es la consideración de servicio que presta de acuerdo con las necesidades culturales del lector. Esta afirmación lleva consigo, por su parte, un doble peligro ya que puede culturizarse lo social o bien sociologizarse de manera irremediable lo cultural, pues al suponerse que el lector tiene un nivel cultural medio no se exige del informador ningún tipo de especialización6. A este respecto, podemos decir con Tubau que, a grandes rasgos, en España, nos encontramos, en lo que a periodismo cultural se refiere, ante una enorme carencia de informadores especializados7. Estos quedan suplidos por otros informadores faltos de una formación cultural suficiente, o por especialistas que manejan mal la técnica informativa. Generalmente, el tipo de páginas de las que hablamos, como escribimos anteriormente, son fáciles de reconocer. En primer lugar porque poseen un aspecto exterior más armonioso, ordenado y equilibrado que el de otras secciones, debido en parte a la menor inclusión publicitaria que facilita el trabajo del diseñador para conseguir el deseado equilibrio entre las superficies ocupadas por el texto y las ocupadas por las ilustraciones. En segundo lugar se distinguen por los titulares, que suelen ser de mayor tamaño que los del resto del periódico, y en último lugar se caracterizan por la brillantez del léxico empleado, rico en metáforas y licencias léxicas. De estas páginas nacen el diálogo y la controversia ideológica que posibilitará el pluralismo y el encuentro con la verdad. Desde ellas también 5

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SANTAMARIA, Luisa: El comentario periodístico. Los géneros persuasivos, Edt. Paraninfo, Madrid, 1990, p. 137. Opt. cit. GARCIA, Mario: Diseño y remodelación de periódicos, Edt. Eunsa, Navarra, 1984, p. 233. TUBAU, Iván: Teoría y práctica del periodismo cultural, Edc. A.T.E., Barcelona, 1982. p. 36.


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se puede luchar contra la pasividad y convertir la cultura amenazada en algo vivo y eficaz. A veces, y esto ocurre cada vez con más frecuencia, son los propios directores de los periódicos los que consideran estas secciones como las menos productivas. Por esta razón les asignan menos recursos y, si hace falta ampliar alguna noticia de otra índole, se hace recortando el espacio concedido a las páginas culturales. En consecuencia, y al ser económicamente débiles, están en constante lucha por su espacio vital. En palabras de Tiján, la posibilidad de desaparecer en cualquier momento les hace estar en un continuo dinamismo creador. A pesar de todo, las secciones culturales están alcanzando en nuestro país una gran importancia en el ámbito periodístico debido, en gran parte, a su aceptación y valoración por parte del público lector. Así, además de su inclusión entre el resto de los sucesos informativos del día, han conseguido un espacio fijo dentro de la estructuración del periódico y un cuidadoso diseño. Las numerosas cartas recibidas en los medios pone de manifiesto el eco y la influencia que poseen las críticas, los comentarios y las reseñas insertas en ellas. Sin embargo, la gran diversidad metodológica de las críticas publicadas en estas páginas impide que esta sección sea tan homogénea como otras, en cuanto a lo que a estructuración se refiere. Esto se debe, en cierta medida, a la gran riqueza y variedad que posee el género crítico y literario. Hasta aquí unas pinceladas teóricas sobre la importancia de la información cultural en las páginas de los diarios y de la crítica de arte, fundamentalmente como género argumentativo de opinión. La realidad periodística española a este respecto vuelve a poner de manifiesto la consabida separación que existe entre la teoría y la práctica. La mayoría de los diarios que leemos apenas prestan atención a la difusión cultural, trasladando estas informaciones a los suplementos dominicales, a no ser que se trate de un hecho que reúna a personalidades relevantes. Es el ejemplo de Arco’ 98, de un concierto en el Palau de la Música, del estreno de una obra teatral que presidan los reyes de España, de la presentación de un libro apadrinado por un político o de hechos semejantes. En estas situaciones citadas, generalmente, brilla más lo accesorio que rodea al acontecimiento en cuestión que el propio contenido del evento, aunque la tendencia es hacia una leve mejoría. Así, y a pesar de que la inclusión de páginas culturales en nuestros diarios es escasa, cada vez se está logrando una mayor aceptación entre los


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lectores por su cuidadoso diseño y su especialización. De todos modos, y teniendo en cuenta que son un puente de comunicación importante con el lector interesado en las realidades culturales de nuestro mundo deberían alcanzar una mayor trascendencia y realidad en los medios de comunicación, encargándose de su elaboración periodistas especializados en las cuestiones culturales. El camino para lograrlo ha empezado ya a dibujarse, aunque tendrá que pasar algún tiempo para que esta aspiración cultural-comunicativa sea una realidad en los mass media de nuestro país.


ENTREVISTAS


Entrevista a José Carlos Alarcón Arévalo, Director General de Comunicación Social de la Junta de Andalucía

«Para las TV locales el cable será una de las vías más importantes de expansión y penetración» «El decreto de regulación de las televisiones locales por ondas terrestres se encargará de la concesión de las licencias» «La televisión local tiene cabida como MCS porque está en lo cercano, con mensajes próximos a la vida cotidiana de los ciudadanos» Rosa Rodríguez Cárcela Secretaria de la Asociación Universitaria Comunicación y Cultura, investigadora y periodista de la Consejería de Cultura

José Carlos Alarcón Arévalo es el director general de Comunicación Social de la Junta de Andalucía. Anteriormente ocupó la jefatura del Servicio de Coordinación Informática de la Consejería de la Presidencia. De profesión es ingeniero de Telecomunicaciones y funcionario del Cuerpo Superior Facultativo de Tecnologías de la Información. Nacido en Madrid, aunque su familia es andaluza, tiene dos hijos y es el responsable de las comunicaciones en Andalucía, de radio y televisión, con las funciones de regulación (desarrollo normativo), coordinación e inversión (infraestructuras y contenidos). Próximamente se publicará oficialmente el Decreto de Regulación del Régimen Jurídico de las Televisiones Locales por Ondas Terrestres.

l titular de la Dirección General de Comunicación Social señala que sus dos grandes áreas competenciales son la comunicación institucional (publicidad, identidad corporativa y comunicación, «desde un punto de vista más empresarial que informativo») y las telecomunicaciones (radiodifusión en ondas métricas de Frecuencia Modulada y televisiones locales por ondas).

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«Adicionalmente tenemos las telecomunicaciones por cable, con la determinación de demarcaciones, y las telecomunicaciones en general, a través de la presencia de la Dirección General en el Consejo de Administración de la Sociedad Andaluza para el Desarrollo de las Telecomunicaciones (Sandetel), con la cual estamos desarrollando la Red Corporativa de Telecomunicaciones de la Junta y la creación de servicios de valor añadido en las telecomunicaciones y el multimedia», aclara Alarcón. - La DGCS tiene competencias directas en la concesión para la instalación y funcionamiento de radios de FM, a personas físicas o jurídicas, así como de radios municipales. ¿Cuáles son los criterios para la concesión de estas emisoras? Estamos en proceso de revisión. La Junta tiene la competencia de concesión y posteriormente de supervisión de dicha concesión. Como se ha producido una revisión del Plan Técnico Nacional, hay unas frecuencias disponibles adicionales y hemos ido a un concurso de concesión. En esa concesión de frecuencias -que sólo han sido veintiséis de las cuarenta y dos solicitadas- la Junta no está conforme con los criterios que ha utilizado el Ministerio de Fomento, porque hemos visto que el criterio ha sido muy restrictivo en nuestra comunidad autónoma, mientras que en otras regiones el espectro es más flexible. Tenemos puesto un recurso contencioso administrativo para reclamar la concesión de una serie de frecuencias adicionales que serían viables en Andalucía. Estamos trabajando y refundiendo, antes de proceder a las nuevas concesiones, en un decreto los criterios a seguir en las concesiones. Como novedades el decreto regulador, revisará los criterios de transferencias de titularidad de las emisoras y el esquema y proceso de revisión, agilizará los procedimientos -competencia compartida con la Administración Central, con la gestión del espacio radioeléctrico-. En el caso de las emisoras municipales, la gestión es más tardía, debido a la implicación de las corporaciones locales. - ¿Cuántas radios locales de FM funcionan legalmente en Andalucía? De emisoras municipales, con diferentes estadios de concesiones, unas definitivas y otras en proceso de tramitación, existen 198. Tienen concesión definitiva aproximadamente unas treinta y ocho. De emisoras privadas


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funcionan 136. En cuanto a las emisoras comerciales de FM previstas que se autoricen este año en Andalucía, tal y como he señalado anteriormente, en función de la ampliación del Plan Técnico Nacional, sólo se han concedido veintiséis emisoras, frente a las cuarenta y dos solicitadas por la Junta. - Desde hace unos años se está produciendo en Andalucía un auge de las televisiones locales, tanto privadas como municipales. ¿Qué opinión le merecen las mismas?. La Ley de Televisión Local por Ondas Terrestres prevé que en cada término municipal puede haber, como máximo, dos emisoras, una de carácter público y otro privado. Dentro de este marco legal, tenemos muy avanzado el Decreto de Regulación del Régimen Jurídico de las Televisiones Locales por Ondas Terrestres, que se publicará próximamente y se encargará de la concesión de la licencias. La televisión local tiene una cabida como medio de comunicación social, porque está en lo cercano. Hay una buena receptividad de estos mensajes, muy próximos a la vida cotidiana de los ciudadanos. Es muy característico el comentario «¡Caramba, te vi ayer en la televisión!». Existe un espacio como medio de comunicación y de viabilidad para su sostenimiento. Nuestra intención es regular este tema cuanto antes. Mientras no vayamos a la regulación, como todavía no existen concesiones, hay una situación ambigua, donde funcionan más canales de los autorizados por ley. Para las televisiones locales una de las vías de expansión y penetración importante va a ser el cable, ya que está muy vinculado a lo local. - Cuando se aplique el Decreto de Regulación de las Televisiones Locales ello va a suponer la desaparición de algunas de ellas, especialmente las de ámbito privado. Evidentemente, ya que la ley establece que el ámbito de difusión o cobertura es de un solo canal privado por término municipal. El proceso a seguir será el que las televisiones locales que están operando actualmente tendrán que presentarse a un concurso público, donde se valorarán los proyectos y sólo se concederá una por término municipal. - ¿Cuántas televisiones locales funcionan y están registradas por la Junta de Andalucía? La cuantificación de las emisoras de televisión local es más complicado que en las radios de FM. Están emitiendo televisiones, pero existen algunas en situación de alegalidad y otras de cuasi ilegalidad. Lo importante


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es cerrar el marco normativo y, cuando haya concesiones, sabremos las que hay oficialmente. Los datos que tenemos, de septiembre de 1997, señalan que hay veintitrés emisoras de televisión local municipales y noventa y cinco privadas. Probablemente emitiendo de manera continua existan menos. En Andalucía son cincuenta y cinco el número de municipios que disponen de televisión local. Por provincias, las que tienen mayor número de TV son Sevilla, Málaga, Cádiz y Almería, zonas urbanas y costeras donde confluyen grandes concentraciones de población. Como media podemos decir que en la mayoría de los municipios con una población superior a los 50.000 habitantes tienen televisión local. Por comunidades autónomas, las más activas en iniciativas de TV local son Andalucía y Cataluña. Yo creo que es un fenómeno bueno. Al margen del crecimiento de la televisión local en sí misma, toda esta expansión de las comunicaciones plantea unas posibilidades enormes para nuestra industria audiovisual, que se están concretando en iniciativas concretas como la puesta en marcha del segundo canal de la RTVA y el proyecto Andalucía Digital. - La industria audiovisual es un buen recurso para explotar en Andalucía. ¿Existen previsiones sobre los puestos de trabajo que puede generar en un futuro próximo?. El Instituto de Fomento de Andalucía (IFA) ha elaborado un estudio sobre los puestos de trabajo que puede crear esta industria incipiente en Andalucía y las perspectivas son buenas. Actualmente el sector está un poco atomizado, pero existe una enorme oportunidad para consolidarla competitivamente. El producto cultural andaluz tiene una magnífica receptividad en el resto de España, en Europa y en el mercado iberoamericano. - ¿En qué consiste el proyecto Andalucía Digital? Va en la línea de los proyectos europeos Media Parks, que pretende situar en un único contexto, de forma interrelacionada, a todos aquellos organismos y entidades que producen contenidos, a los operadores, a los fabricantes y a la Universidad para actuaciones de investigación. En este proyecto participa la RTVA y Sandetel, encargada esta última de gestionar las redes de telecomunicaciones del sector público andaluz y de impulsar proyectos de servicios de valor añadido y multimedia. - La actuaciones de la Dirección General de Comunicación Social en materia de telecomunicaciones por cable se han centrado en el establecimiento de demarcaciones -del ámbito territorial donde se prestará el servicio por cable- y para ello se han tenido en cuenta dos


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premisas, por una parte un límite mínimo de 50.000 habitantes y otro máximo de 2.000.000. El resultado final ha sido la creación de cuatro grandes demarcaciones: una primera incluye las provincias de Almería, Granada y Jaén; una segunda que comprende Córdoba y Málaga; la provincia de Sevilla es la tercera; y la cuarta engloba Huelva y Cádiz. Lo que ha realizado la Junta de Andalucía ha sido fundamentalmente impulsar la creación de cuatro grandes demarcaciones en Andalucía, ya que la Ley del Cable establece que las prestaciones del servicio se realice en demarcaciones. Nuestra concepción ha sido que era necesario hacer demarcaciones amplias que conjugaran grandes núcleos de población con otros menores, al objeto de conseguir la máxima extensión del servicio en el menor periodo de tiempo. Una demarcaciones adaptadas a la sociedad de la información del siglo XXI. En cada demarcación se ha definido que haya dos operadores, elegidos mediante concurso público. Este año comenzarán a prestar sus servicios en las grandes capitales y núcleos de población. La Junta se encargará de la supervisión del proceso de despliegue. Las inversiones previstas en los próximos diez años superan los 240.000 millones de pesetas», aclara José Carlos Alarcón. - Cambiando de ámbito, otra de las grandes competencias de esta Dirección General es la coordinación y el seguimiento del Manual de Identidad Corporativa de la Junta de Andalucía. El año pasado la Administración Autónoma decidió implantar un nuevo manual, tras doce años de vigencia del anterior. ¿Cuáles han sido las transformaciones más significativas aplicadas? La Junta hace doce años era la quinta parte de lo que es ahora, lo que quiere decir que el anterior manual era imposible que plasmara toda la complejidad que tiene ahora la Administración. Por su parte, los medios de comunicación han evolucionado de una manera vertiginosa y los criterios de imagen y soporte han cambiado. Ello nos llevó a la necesidad de actualización. Cuando lo hicimos teníamos dos previsiones: en primer lugar, los símbolos institucionales -el escudo-, que lo teníamos que mantener por imperativos legales; por otro lado, existían multitud de otras aplicaciones audiovisuales en medios escritos, donde era más complicada la utilización del escudo. Ello nos llevó a plantear la posibilidad de contar con otro símbolo complementario que fuera más versátil para poder utilizarlo en numerosos soportes. A la hora de elaborar este símbolo complementario, pensa-


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mos en reservar el escudo para un uso más institucional y el nuevo símbolo para el resto de actuaciones. Existe, pues, un nuevo símbolo, pero el anterior escudo permanece, exclusivamente para una utilización institucional. El nuevo símbolo ha tratado de ser sencillo en su concepción, versátil, fácil de utilizar y de transmitir una imagen de modernidad, de la Andalucía de hoy que se expande también hacia afuera. - Cuando se presentó el nuevo Manual de Identidad Corporativa se realizaron críticas, sobre todo referidas a posibles plagios con otros diseños que estaban en el mercado. ¿Qué opina al respecto? Esto es absolutamente falso. La mejor demostración de que no ha existido plagio es que cuando tuvimos el primer esbozo del diseño iniciamos los trámites de su registro en la Propiedad Industrial. Si hubiera habido plagio, lo normal es que alguien hubiera recurrido, cosa que no ha ocurrido. La Oficina de Patentes y Marcas decretó la concesión del logotipo, con fecha de 20 de enero de 1998. Es decir, que está registrado como patente de la Junta de Andalucía. - La estructura del mercado de la comunicación se va decantando hacia las telecomunicaciones. Es un sector importante, donde las previsiones para la creación de nuevos puestos de trabajo son positivas. ¿Qué papel juega la Junta de Andalucía al respecto? La Administración tiene un papel de impulso y fomento. Hemos impulsado las telecomunicaciones por cable y ahora, en su desarrollo, se van a crear puestos de trabajo. Esto es importante. Las previsiones de empleo, directo e indirecto, del cable se cifran en 15.000 puestos para los próximo diez años. Telefónica, por su parte, ya sostiene un volumen importante de puestos de trabajo y va a crear más. Por su parte, las televisiones locales son también una vía de creación de empleo. En lo que se refiere a las actuaciones públicas, la vía más directa de creación de empleo se centra fundamentalmente en la puesta en marcha del segundo canal de la RTVA. La idea básica es que Canal Sur tiene un sentido de servicio público y debe atender a un amplio sector de ciudadanos, con gustos y demandas diferentes. Con el segundo canal se pretende dar cabida a esos segmentos de público que ahora no pueden atenderse, porque existe una oferta televisiva muy generalista. Hablamos de un público esencialmente urbano, joven y con un nivel cultural medio o medio-alto.


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ANEXOS: GRÁFICOS DE TELECOMUNICACIONES POR CABLE EN ANDALUCÍA (FEBRERO 1998) Y BORRADOR DE DECRETO DE REGULACIÓN DEL RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS TELEVISIONES LOCALES POR ONDAS TERRESTRES (ANDALUCÍA)


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BORRADOR DE DECRETO DE REGULACIÓN DEL RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS TELEVISIONES LOCALES POR ONDAS TERRESTRES El artículo 16 del Estatuto de Autonomía para Andalucía, establece que corresponde a la Comunidad Autónoma, en el marco de las normas básicas del Estado, el desarrollo legislativo y la ejecución del régimen de radiodifusión y televisión en los términos y casos establecidos en la Ley que regula el Estatuto jurídico de la Radio y Televisión. El presente Decreto tiene por objeto la regulación del régimen jurídico de la televisión local por ondas terrestres en la Comunidad Autónoma de Andalucía, al que le es también de aplicación la regulación estatal contenida en la ley 31/1987, de 18 de diciembre, de Ordenación de las Telecomunicaciones y la ley 41/ 1995, de 22 de diciembre, de Televisión Local por Ondas Terrestres. La necesidad normativa viene impuesta al representar actualmente las televisiones locales por ondas terrestres una realidad que ha surgido como expresión de la iniciativa y la diversidad de manifestaciones culturales en Andalucía y que precisa la culminación del marco normativo que permita la consolidación de los proyectos de comunicación local y su contribución al desarrollo del sector audiovisual de Andalucía. En su virtud, a propuesta del Consejero de la Presidencia, de acuerdo con el Consejo Consultivo, y previa deliberación del Consejo de Gobierno en su reunión del día de 1998. DISPONGO CAPÍTULO I: DISPOSICIONES GENERALES Artículo 1. Objeto El presente decreto tiene por objeto la regulación del régimen jurídico del servicio público de la televisión local por ondas terrestres en Andalucía.

Artículo 2. Concepto y régimen jurídico 1.- La Televisión local por ondas terrestres consiste en la emisión o transmisión de imágenes y sonido, no permanentes, dentro del ámbito señalado en el artículo 3, dirigidas al público, sin contraprestación económica directa, mediante ondas electromagnéticas, propagadas desde una estación transmisora terrestre. 2.- La televisión local por ondas terrestres es un servicio público. Para la prestación del servicio de televisión local por ondas terrestres será necesario disponer de concesión administrativa.


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Artículo 3. Ámbito territorial de cobertura 1.- El ámbito territorial de cobertura de cada televisión local por ondas terrestres queda delimitado por el núcleo urbano principal de población del Municipio correspondiente. 2.- El ámbito de cobertura podrá alcanzar también otros núcleos de población del mismo Municipio de conformidad con lo establecido en el artículo 3.2 de a Ley 41/1995, de 22 de diciembre, de televisión local por ondas terrestres. 3.- Excepcionalmente, y en el supuesto previsto en el artículo 6 de este Decreto, se podrán autorizar coberturas que superen el estricto ámbito territorial de una televisión local por ondas terrestres mediante la emisión en cadena.

Artículo 4. Tipo y número de concesiones. 1.- Las emisoras de televisión local por ondas terrestres objeto de la concesión, atendiendo a la titularidad de su gestión, serán de dos tipos: municipales y privadas. 2.- El número de concesiones se fija en una por cada ámbito territorial de cobertura del servicio. No obstante, podrá otorgarse un máximo de dos concesiones en un sólo ámbito territorial en el supuesto establecido en el apartado 5 de este artículo. 3.- La concesión que con carácter general se establezca por cada ámbito territorial será preferentemente municipal. 4.- Cuando el Municipio no haga uso de la opción preferencial establecida en el apartado anterior, el Consejero de la Presidencia podrá determinar que la gestión de la prestación del servicio objeto de la concesión sea de titularidad privada. 5.- Asimismo, aún existiendo una concesión municipal, el Consejero de la Presidencia podrá determinar el otorgamiento de una segunda concesión de gestión para la prestación del servicio, siempre de titularidad privada, atendiendo a (causas objetivas, tales como) la disponibilidad del espectro radioeléctrico o a la viabilidad económica de las emisoras. Artículo 5. Principios inspiradores La prestación del servicio de televisión local por ondas terrestres se inspirará en los siguientes principios: 1.- La objetividad, la veracidad y la imparcialidad de las informaciones.


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2.- La separación entre informaciones y opiniones, la identificación de quienes sustentan estas últimas y su libre expresión con los límites previstos en el apartado 4 del artículo 20 de la Constitución Española. 3.- El respeto al pluralismo político, religioso, social y cultural. 4.- El respeto del honor, a la intimidad personal y familiar, a la propia imagen, y a todos los derechos y libertades reconocidas por la Constitución. 5.- La protección de la juventud y de la infancia, de acuerdo con lo que establecen el capítulo IV de la Ley 25/1994, de 12 de julio, por la que se incorpora al ordenamiento jurídico la Directiva 89/552/CEE, sobre la coordinación de disposiciones legales, reglamentarias y administrativas de los Estados miembros relativos al ejercicio de actividades de radiodifusión televisiva. 6.- El respeto al derecho de igualdad reconocido en el artículo 14 de la Constitución. 7.- El fomento y la defensa de la cultura e intereses locales, así como la promoción de la convivencia, impulsando, a este efecto, la participación en el medio de los grupos sociales del ámbito territorial de cobertura correspondiente. 8.- El fomento de la conciencia de identidad andaluza a través de la difusión de los valores culturales y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad. 9.- La protección a la dignidad y a los derechos de la mujer, y la promoción efectiva de la igualdad, sin distinción de sexo. 10.- El fomento de comportamientos tendentes a la correcta utilización de los recursos naturales y a la preservación del medio ambiente.

Artículo 6. Emisiones en cadena 1.- De conformidad con el artículo 7 de la ley 41/1995, de 22 de diciembre, las televisiones locales por ondas terrestres no podrán emitir o formar parte de una cadena de televisión. 2.- No obstante, el Consejero de la Presidencia, previo informe de la Dirección General de Comunicación Social, y con la conformidad de los plenos de los


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Ayuntamientos de los municipios afectados, podrá autorizar excepcionalmente emisiones en cadena atendiendo a características de proximidad territorial y de identidad social y cultural de dichos municipios. 3.- La solicitud de autorización para las emisiones en cadena deberá ser formalizada por los titulares de la gestión del servicio ante la Consejería de la Presidencia, debiendo aportar, como mínimo, los siguientes datos y documentos: - Televisiones locales que deseen realizar las emisiones. - Características de la programación a emitir en cadena: temática, origen de la producción y porcentaje del tiempo de emisión. - Acuerdo de conformidad de los Plenos Municipales. 4.- Para la autorización, en su caso, se valorará preferentemente que la programación a emitir en cadena sea de producción conjunta de las televisiones implicadas o realizada por terceros en Andalucía.

CAPÍTULO II: DE LA GESTIÓN DEL SERVICIO

Artículo 7. Concesiones 1.- Corresponde al Consejo de Gobierno, a propuesta del Consejero de la Presidencia, el otorgamiento de las concesiones para la prestación del servicio de televisión local por ondas terrestres, tanto si la gestión es municipal como si es privada. En este último caso, la concesión se otorgará por el procedimiento de concurso público. 2.- No podrá otorgarse ninguna concesión sin que previamente se haya obtenido de los órganos competentes la reserva provisional de frecuencia y se señalen las demás características técnicas, en los términos del artículo 10 de la Ley de Televisión Local por ondas terrestres. La concesión se ajustará a la frecuencia, potencia y demás características técnicas que dichos órganos determinen. 3.- La concesión será intransferible. Los actos o negocios jurídicos que comporten la transmisión, disposición o gravamen de las acciones o participaciones de la sociedad concesionaria deberán ser autorizados por el Consejero de la Presidencia, previa solicitud de las partes interesadas. Será requisito constitutivo de los actos


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y negocios jurídicos mencionados, su formalización mediante documento autorizado por federativo público, quién no intervendrá o autorizará documento alguno sin que se acredite la preceptiva autorización administrativa. Artículo 8. Gestión municipal del servicio 1.- Los Municipios titulares de una concesión de servicio público de televisión local por ondas terrestres deberán gestionarla directamente, por cualquiera de las formas previstas en el artículo 85.3 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local. 2.- La financiación del servicio se realizará de conformidad con la normativa vigente. 3.- El Pleno del Ayuntamiento concesionario ejercerá el control de la gestión del servicio, velando por el respeto a los principios relacionados en el artículo 5 del presente Decreto, así como por el cumplimiento de las restantes obligaciones asumidas como concesionario, sin perjuicio de las competencias inspectoras y sancionadoras de la Administración de la Junta de Andalucía.

Artículo 9. Gestión privada del servicio 1.- Las personas naturales o jurídicas privadas, para acceder a la titularidad de una concesión del servicio público de televisión local por ondas terrestres, deben reunir los siguientes requisitos: a) tener la nacionalidad española o de cualquier otro Estado miembro de la Unión Europea en los términos establecidos en el artículo 13.2 de la Ley 41/1995, de 22 de diciembre. b) tener capacidad para contratar con la Administración de conformidad con lo dispuesto en el artículo 15 de la Ley 13/1995, de 18 de mayo, de Contratos de las Administraciones Públicas, y no hallarse incurso en ninguna de las prohibiciones de contratar previstas en el artículo 20 de la citada Ley. c) además, cuando se trate de sociedades: 1. Su objeto social deberá incluir, necesariamente, la gestión indirecta del servicio de televisión local por ondas terrestres. 2. Para aquellas sociedades que tengan todo o parte de su capital social dividido en acciones, éstas deberán ser nominativas. 3. La participación extranjera en su capital no podrá superar, directa o indirectamente, el veinticinco por ciento de su cuantía. A tal efecto, se entenderán extranjeras las personas que no tengan la nacionalidad de un Estado miembro de la Unión Europea.


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4. Deberá tener su domicilio social y su centro principal de actividad en el ámbito territorial de la emisora objeto de la concesión. 5. No podrá ser participada mayoritariamente, de forma directa o indirecta, por ningún accionista que a su vez participe de dicha forma en otra sociedad concesionaria. 6. Deberá tener, en el momento de la solicitud para participar en la fase de adjudicación, el capital totalmente suscrito y desembolsado, al menos, en un 50%. Al tiempo de otorgarse la concesión definitiva, deberá acreditarse haber sido desembolsada la totalidad del capital suscrito. 2.- No podrá ser titular de una concesión o participar en un porcentaje superior al 10% en una sociedad concesionaria: a) aquella persona que, a su vez, hubiera sido titular de una concesión o participado en un porcentaje superior al 10% en una sociedad concesionaria cuya concesión se hubiera extinguido como consecuencia de infracción calificada como muy grave por la normativa aplicable en la materia. b) aquella persona que hubiera sido sancionada, mediante Resolución administrativa firme, como responsable de la comisión de una infracción muy grave por la prestación del servicio de televisión local por ondas terrestres sin la correspondiente concesión, o que participara en un porcentaje superior al 10% en una sociedad que hubiera sido sancionada por la comisión de dicha infracción. 3.- En ningún caso podrá ser concesionario el que sea titular de otra concesión de televisión local por ondas terrestres o participe mayoritariamente, de forma directa o indirecta, en otra sociedad concesionaria.

CAPÍTULO III: DEL OTORGAMIENTO DE LAS CONCESIONES

Artículo 10. Procedimiento de concesión El procedimiento para el otorgamiento de concesiones del servicio de televisión local por ondas terrestres se desarrollará en dos fases sucesivas, una de solicitud y otra de adjudicación.

Artículo 11. Fase de solicitud Los municipios y las personas naturales o jurídicas privadas interesadas en la gestión de este servicio, deberán presentar sus solicitudes en la forma y plazo que se establezca en las convocatorias que a tal efecto realice el Consejero de la Presidencia, que serán publicadas en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.


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Las solicitudes para participar en esta fase serán dirigidas a la Dirección General de Comunicación Social, debiendo acompañar la documentación que se indica en el Anexo I de este Decreto.

Artículo 12. Reserva de frecuencia Concluido el plazo de presentación de solicitudes, la Consejería de la Presidencia planificará las necesidades y recabará de los órganos competentes la determinación de la frecuencia, potencia y otras características técnicas de las emisoras locales, o, en su caso, la declaración de su invariabilidad técnica.

Artículo 13. Fase de adjudicación 1.- Recibida la Resolución del órgano competente declarando la reserva provisional de frecuencia, el Consejero de la Presidencia realizará una nueva convocatoria para la adjudicación de concesiones, de acuerdo con los términos del artículo 4 de este Decreto, que será publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. Las solicitudes para participar en esta fase serán dirigidas a la Dirección General de Comunicación Social, debiendo acompañar la documentación que se indica en el Anexo II de este Decreto. 2.- Esta fase de adjudicación tendrá carácter de concurso público para las personas naturales y jurídicas privadas interesadas. 3.- En ella sólo podrán participar quienes hubiesen presentado solicitud en la fase anterior. 4.- Cuando se trate de solicitudes de personas físicas o jurídicas privadas, la Dirección General de Comunicación Social requerirá el informe del Ayuntamiento correspondiente al ámbito de cobertura para el que se solicita la concesión, que será de carácter no vinculante. Transcurridos quince días hábiles desde la recepción por el Ayuntamiento respectivo del citado requerimiento, sin que se haya recibido dicho informe, se proseguirá la tramitación sin necesidad de éste.

Artículo 14. Adjudicación provisional 1.- Completada la tramitación prevista en los artículos anteriores, el Consejero de la Presidencia, teniendo en cuenta las ofertas presentadas, la viabilidad técnica


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y económica de las mismas, las garantías ofrecidas por los solicitantes para el mejor cumplimiento de los principios inspiradores recogidos en el artículo 5 de este decreto y la observancia de los demás requisitos establecidos en la legislación vigente, elevará al Consejo de Gobierno la propuesta motivada de adjudicación provisional de las concesiones. 2.- El Consejo de Gobierno resolverá la adjudicación provisional de las concesiones, que será publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía y notificada a los interesados.

Artículo 15. Proyecto técnico y ejecución 1.- El adjudicatorio provisional de la concesión dispondrá, a partir de su publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, de un plazo máximo de cuatro meses para presentar en la Dirección General de Comunicación Social, el proyecto de las instalaciones suscrito de acuerdo con las normas vigentes y ajustado a las prescripciones contenidas en el acuerdo de adjudicación provisional de la concesión. 2.- Dicho proyecto será remitido al órgano competente para resolver su aprobación o denegación. 3.- Aprobado el proyecto técnico, el adjudicatorio provisional de la concesión dispondrá de un plazo máximo de doce meses para la finalización de las obras e instalaciones correspondientes. 4.- En caso de denegación o propuesta de modificación del proyecto, ésta se notificará al adjudicatorio provisional de la concesión, con indicación de los motivos, al efecto de que presente, en el plazo máximo de dos meses a partir de dicha notificación, un nuevo proyecto técnico subsanando las deficiencias. El plazo utilizado por el adjudicatario provisional para presentar el nuevo proyecto, estará incluido en los doce meses establecido como plazo máximo en el apartado anterior. Toda nueva denegación o propuesta de modificación habrá de ser resuelta en los plazos y términos indicados anteriormente. 5.- Transcurridos los plazos establecidos en los apartados anteriores para la presentación de proyectos o la finalización de las instalaciones sin que estas se hayan materializado, el Consejero de la Presidencia resolverá la pérdida de efectos de la adjudicación provisional, quedando la reserva de frecuencia disponible para una nueva convocatoria.


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6.- Finalizadas las instalaciones e inspeccionadas y aprobadas por el órgano competente, la Dirección General de Comunicación Social levantará el acta de conformidad final.

Artículo 16. Adjudicación definitiva 1.- Ejecutados los trámites anteriores, el Consejero de la Presidencia elevará al Consejo de Gobierno la propuesta de adjudicación definitiva de la concesión, que será acordada por éste y publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. 2.- Tras la publicación de la adjudicación definitiva de la concesión, se formalizará el contrato de gestión del servicio público en documento administrativo. Con la firma de dicho documento, el concesionario quedará facultado para la prestación del servicio de televisión local por ondas terrestres, en las condiciones pactadas, con los parámetros técnicos asignados y de acuerdo con la normativa vigente.

Artículo 17. Criterios de adjudicación 1.- El Consejo de Gobierno, al efecto del otorgamiento de la adjudicación provisional a personas naturales y jurídicas, ponderará el grado de concurrencia conjunta en el solicitante de los siguientes aspectos: a) El interés cultural o educativo del proyecto, valorando esencialmente el fomento de las diferentes manifestaciones de la cultura local y andaluza. b) La promoción de la diversidad etnográfica y social dentro del ámbito territorial de cobertura, especialmente a través de la participación de los grupos sociales más significativos. c) La creación de emisoras que realicen su programación en Municipios con población dispersa en núcleos urbanos aislados, cuya puesta en marcha suponga un factor de integración territorial y de conocimiento de los servicios públicos. d) La viabilidad del proyecto y, también, las garantías de continuidad en la prestación del servicio. e) La experiencia de los solicitantes en el ejercicio de actividades audiovisuales en el área de televisión, ajustada al mayor cumplimiento de los principios aspiradores establecidos en el artículo 5 de este Decreto. f) El compromiso de realizar una programación que sobrepase los mínimos establecidos en los artículos 18 y 19. g) La prestación correcta del servicio, cuando se trata de solicitantes que han sido concesionarios anteriormente. Se entenderá correcta la prestación del servicio cuando el concesionario haya dado cumplimiento a los compromisos concesionales y nunca haya sido sancionado por alteraciones de los parámetros técnicos asignados.


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h) El fomento de la creación de empleo y de la formación ocupacional. i) Otros que, a la vista de la documentación presentada, sean considerados especialmente relevantes. 2.- De conformidad con la disposición adicional octava de la Ley 13/1995, de 18 de mayo, se podrá señalar en los pliegos de cláusulas administrativas particulares la preferencia en la adjudicación de los contratos para aquellos interesados que, en el momento de la solicitud, tengan en su plantilla un número de trabajadores minusválidos no inferior al 2%, siempre que sus proyectos igualen en sus términos al del más ventajoso desde el punto de vista de los criterios señalados en el párrafo anterior.

CAPÍTULO IV: DE LA PROGRAMACIÓN

Artículo 18. Tiempo de emisión El tiempo mínimo de emisión de programas en las televisiones locales por ondas terrestres será de cuatro horas diarias o de veintiocho horas semanales.

Artículo 19. Producción propia y obras europeas 1.- El tiempo de emisión de las televisiones locales estará compuesto en un mínimo del 51% de su duración, necesariamente, por programas de producción propia si bien se podrá considerar hasta un 50% de esta producción propia, la programación coproducida o la realizada por terceros en Andalucía. 2.- Los conocimientos deberán efectuar las reservas de las obras europeas previstas en la normativa general de aplicación.

Artículo 20. Protección del menor La programación de las televisiones locales deberá respetar la normativa aplicable a la protección de los menores.

Artículo 21. Publicidad 1.- La publicidad emitida en las televisiones locales por ondas terrestres deberá respetar la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, general de publicidad, y, especialmente,


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en cuanto a publicidad por televisión y patrocinio televisivo, el capítulo III de la Ley 25/1994, de 12 de julio. 2.- El tratamiento publicitario electoral en estas emisoras se regirá por lo dispuesto en la Ley Orgánica 14/1995, de 22 de diciembre, de publicidad electoral en emisoras de televisión local por ondas terrestres.

CAPÍTULO V: DE LA EXPLOTACIÓN

Artículo 22. Condiciones de explotación El concesionario queda sujeto a las siguientes obligaciones: a) explotar directamente el servicio. b) respetar los parámetros y otras condiciones técnicas de la concesión, así como las especificaciones técnicas y de homologación de los aparatos, equipos y dispositivos utilizados para emitir. c) garantizar la prestación continuada del servicio, dentro del plazo fijado en la concesión, que no podrá interrumpirse durante más de quince días consecutivos en un año, sin la autorización previa de la Dirección General de Comunicación Social. d) facilitar las comprobaciones e inspecciones que deba llevar a cabo la Dirección General de Comunicación Social para verificar el cumplimiento de los compromisos, normativa y condiciones técnicas de la concesión. e) respetar los principios contenidos en el artículo 5 y cumplir las prescripciones establecidas en el artículo 3 y en el capítulo IV del presente Decreto. f) abonar o, en su caso, resarcir el pago obligado de cuantas cantidades, cualquiera que sea su naturaleza o carácter, se deriven de la prestación del servicio. g) difundir gratuitamente, con indicación de su origen, los comunicados y avisos de carácter oficial cuando, por su urgencia, importancia e interés público, así lo determine el Gobierno de la Junta de Andalucía o el Gobierno de la Nación. En circunstancias excepcionales, producidas por situaciones de emergencia, catástrofes locales o generalizadas u otras situaciones similares, el concesionario deberá prestar sus medios técnicos, así como la ayuda y colaboración necesaria a los servicios correspondientes de la Administración Autonómica. h) notificar a la Dirección General de Comunicación Social el nombramiento del director o responsable de la emisora. i) solicitar a la Dirección general de Comunicación Social la autorización de los negocios jurídicos a los que se refiere el artículo 7.3 del presente Decreto. j) presentar a la Dirección General de Comunicación Social antes del 15 de diciembre de cada año, el plan orientativo de programación previsto para el año


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siguiente, con especificación de las horas de emisión y determinación de la programación de producción propia. Cualquier modificación de los aspectos citados tendrá que comunicarse a dicho centro directivo. Asimismo, en el transcurso de los dos meses siguientes al cierre anual de cada ejercicio, tendrá que presentarse una memoria justificativa de la situación económico-financiera de la emisora. k) aportar trimestralmente ante la Dirección General de Comunicación Social, la declaración justificativa del cumplimiento de los requisitos de programación y publicidad establecidos en el capítulo IV de este Decreto, y conservar toda la programación emitida durante doce meses, a los efectos de comprobación e inspección. l) indemnizar los daños y perjuicios ocasionados a terceros o a la propia Administración como consecuencia de la ejecución del contrato concesional, en los términos establecidos en la legislación de contratos públicos. m) abonar las tasas correspondientes a la realización por la Comunidad Autónoma de Andalucía de las actividades previstas en el presente Decreto, en los términos establecidos en la legislación de aplicación. n) cumplir las demás obligaciones contractualmente asumidas.

Artículo 23. Duración de la concesión 1.- La duración del contrato concesional será la establecida en la ley 41/ 1995, de 22 de diciembre, de Televisión Local por ondas Terrestres, si bien podrá prorrogarse, previa solicitud del interesado, con tres meses de antelación al vencimiento de la concesión, en los términos establecidos en la citada ley. 2.- A tal efecto, la Dirección General de Comunicación Social podrá requerir al interesado la documentación necesaria para valorar el grado de cumplimiento de las obligaciones y requisitos de la concesión y de la prestación del servicio. 3.- El Consejo de Gobierno resolverá la prórroga de la concesión, a propuesta del Consejero de la Presidencia. 4.- La desestimación de la prórroga no genera el derecho a exigir a la Administración ningún tipo de indemnización, y obliga al concesionario a cesar en la emisión en el plazo máximo de seis meses desde la notificación de la misma.


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Artículo 24. Extinción de la concesión 1.- La concesión se extinguirá por cualquiera de las siguientes causas: a) Por transcurso del plazo, sin haberse otorgado su renovación. b) Por incumplimiento sobrevenido de los requisitos esenciales de la misma establecidos en el artículo 25.2. de este Decreto. c) Por sanción firme, acordada por el órgano competente. d) Por las causas previstas en la legislación de contratos de las Administraciones Públicas. e) Por no haber iniciado, sin causa justificada, las emisiones dentro del plazo fijado en la concesión. f) Por suspensión injustificada de las emisiones durante más de quince días consecutivos en el plazo de un año. 2.- Extinguida la concesión, la frecuencia asignada quedará disponible para una nueva convocatoria.

CAPÍTULO VI: RÉGIMEN SANCIONADOR

Artículo 25. Infracciones y sanciones 1.- Sin perjuicio de los efectos jurídicos y responsabilidades que pudiera contraer el concesionario como consecuencia del incumplimiento de la legislación de contratos de las administraciones públicas, el régimen sancionador será el previsto en el artículo 16 de la Ley 41/1995, de 22 de diciembre, de Televisión Local por Ondas Terrestres. 2.- Se entenderán condiciones esenciales de la concesión a los efectos previstos en el artículo 33.2 e) de la Ley 31/1987, de 18 de diciembre, de Ordenación de las Telecomunicaciones, las reflejadas en los apartados a), b), c), d), e) y m) del artículo 22 del presente Decreto.

Artículo 26. Competencia sancionadora 1.- El ejercicio de la potestad sancionadora en esta materia corresponde: a) Al Consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, si se trata de infracciones muy graves cometidas por los titulares de la concesión. La renovación


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definitiva de la concesión para los supuestos de infracciones muy graves será acordada por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía. b) Al Director General de Comunicación Social de la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía en caso de infracciones graves y leves cometidas por los titulares de la concesión, así como de todas las infracciones, cualquiera sea su calificación, cometidas por razón de la prestación del servicio sin disponer de la concesión administrativa. 2.- Corresponde a la Dirección General de Comunicación Social la competencia para iniciar los procedimientos sancionadores en esa materia.

Artículo 27. La inspección Será competencia de la Dirección General de Comunicación Social la inspección y comprobación del cumplimiento de aquello que establece el presente Decreto y el resto de la normativa de aplicación al servicio de televisión por ondas terrestres y de las condiciones particulares de cada concesión. Disposición transitoria única. Televisiones locales existentes con anterioridad al 1 de enero de 1995. 1.- Los Municipios y personas titulares de emisoras de televisión local por ondas terrestres en funcionamiento con anterioridad al 1 de enero de 1995, tendrán que obtener la concesión administrativa correspondiente participando en el primer proceso que se convoque en aplicación del presente Decreto 2.-. Aquellos titulares que no obtengan concesión en dicha convocatoria, tendrán que cesar necesariamente en sus emisiones en el plazo de ocho meses a partir de la resolución del proceso concesional a que se refiere el apartado anterior. Disposición final primera. Facultades de desarrollo. Se autoriza al Consejero de Presidencia para dictar cuantas disposiciones sean precisas para el desarrollo y ejecución de lo previsto en el presente Decreto. Disposición final segunda. Entrada en vigor. Este Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.


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ANEXO II DOCUMENTACIÓN A PRESENTAR EN LA FASE DE SOLICITUD A) COMÚN A TODOS LOS INTERESADOS Petición dirigido a la Dirección General de Comunicación Social, manifestando interés en la gestión de una televisión local por ondas terrestres, con indicación del ámbito territorial de cobertura. B) ESPECIFICA B.1) PARA LOS AYUNTAMIENTOS Certificación emitida por el Secretario de la Corporación del acuerdo plenario aprobando la gestión del servicio por el Ayuntamiento y la delegación en el Alcalde para formular la solicitud. B.2) PARA LAS PERSONAS FÍSICAS - Copia legalizada del documento nacional de identidad y acreditación del NIF. B.3) PARA LAS PERSONAS JURÍDICAS PRIVADAS SIN ÁNIMO DE LUCRO: - Copia autorizada de los estatutos vigentes. - Acreditación de su inscripción en el Registro Oficial correspondiente. B.4) PARA LAS PERSONAS JURÍDICAS CON ÁNIMO DE LUCRO: - Copia autorizada de la escritura pública de constitución, debidamente registrada. - Copia autorizada de la escritura acreditativa de la representación del solicitante. - Copia legalizada del CIF.

ANEXO II DOCUMENTACIÓN A PRESENTAR EN LA FASE DE ADJUDICACIÓN

A) PARA LOS AYUNTAMIENTOS 1.- Escrito del Alcalde-Presidente de la Corporación dirigido a la Dirección General de Comunicación Social, manifestando la voluntad del Ayuntamiento de participar en la fase de adjudicación.


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2.- Informe del Interventor Municipal sobre los siguientes extremos: a) Certificación resumida del Presupuesto Municipal Ordinario vigente, tanto de ingresos como de gastos. b) Proyecto de viabilidad que contemple costes, previsión y calendario de inversiones y de su financiación. 3.- Memoria general de la explotación del servicio municipal de televisión, con certificación del Secretario de la Corporación de su aprobación por el pleno de la misma, donde contendrá al menos los siguientes extremos. a) Plan general de explotación. b) Objetivos generales de programación, con expresión del tiempo mínimo de emisión y el porcentaje de producción propia. c) Objetivos socio-culturales de la programación. 4.- Descripción de la infraestructura técnica con la que se pretende prestar el servicio, la cual se adecuará a los parámetros previstos en el pliego de explotación para alcanzar su zona de servicio.

B) PARA LAS PERSONAS FÍSICAS O JURÍDICAS 1.- Solicitud dirigida a la Dirección General de Comunicación Social, manifestando la voluntad de tomar parte en la fase de adjudicación, mediante participación en el concurso, a tenor de lo previsto en el Pliego de Explotación. 2.- En el caso de que la solicitud se formule por representante, escritura de poder, debidamente bastanteada, de su capacidad al efecto y fotocopia de su documento de identidad. 3.- Relación detallada, en el caso de sociedades, de todas las personas físicas que participen de forma directa o indirecta en ellas con expresión del porcentaje de su participación. 4.- Memoria general de la explotación del servicio, que contendrá al menos los siguientes extremos: a) Plan general de explotación, con indicación de las inversiones previstas y asignación de recursos para la prestación del servicio. b) Declaración de compromiso de cumplimiento de los principios reguladores de la televisión local por onda terrestre. c) Objetivos generales de programación, con expresión del tiempo mínimo de emisión y el porcentaje de producción propia.


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5.- Declaración jurada de tener capacidad para contratar con la Administración de conformidad con lo dispuesto en el artículo 15 de la Ley 13/1995, de 18 de mayo, de Contratos de las Administraciones Públicas, y no hallarse incurso en ninguna de las prohibiciones de contratar previstas en el artículo 20 de la citada Ley. 6.- Descripción de la infraestructura técnica con la que se pretende prestar el servicio, la cual se adecuará a los parámetros previstos en el pliego de explotación para alcanzar su zona de servicio. 7.- Declaración detallada de la participación del titular y, en su caso de los accionistas, en cualquier otro medio de comunicación audiovisual, con indicación del título y porcentaje de la misma. 8.- Certificaciones acreditativas de encontrarse al corriente en el pago de las obligaciones tributarias y de la seguridad social, y, en su caso, de haber sido desembolsado en un cincuenta por ciento el capital social. 9.- Cualquier otra documentación que pueda servir al solicitante para acreditar su idoneidad.

Nota de los editores de ÁMBITOS: Los textos en negrita están recogidos así en el borrador facilitado a esta revista.


Entrevista a José Carlos Serrano, Director General de Supercable Andalucía

«Serán las leyes de mercado quienes clarifiquen el panorama actual de los operadores de Telecomunicación» Ana Gómez Mendo Asociación Universitaria Comunicación y Cultura, investigadora y periodista de la Diputación de Sevilla

El futuro mapa de las telecomunicaciones en Andalucía está a punto de configurarse. Salvo algunos puntos concretos, la mayor parte de los concursos para la concesión de las licencias de explotación del cable ya se han resuelto. Supercable Andalucía, una empresa que cuenta entre sus socios con Sevillana de Electricidad, Endesa y las cajas de ahorros andaluzas más representativas, ha conseguido desequilibrar la balanza y salir airosa en prácticamente toda la Comunidad. De los 448 municipios que bien individualmente o formando parte de las grandes demarcaciones han salido a concurso, Supercable Andalucía ha conseguido la licencia para cablear en 485, es decir en el 99 por ciento de los municipios andaluces que han optado al servicio. Los resultados obtenidos por Supercable significan que esta empresa podrá ofrecer servicios de telecomunicaciones –televisión digital, telefonía fija, acceso a Internet, entre otros– a más de cinco millones y medio de habitantes (5.550.000), lo que representa el 95 por ciento de la población total de aquellos municipios de Andalucía que se han adherido al cable (5.800.000), según las estimaciones realizadas por el director general de Supercable, José Carlos Serrano.

– ¿Qué empresas forman parte de Supercable Andalucía? Supercable Andalucía la integran Sevillana de Electricidad, Endesa, un total de cinco Cajas de Ahorros andaluzas –El Monte, San Fernando y Jerez, General de Granada, Unicaja y Provincial de Jaén–, Procono, la empresa argentina Supercanal y recientemente se le ha dado entrada a STET (Telecom Italia). – En Andalucía, Supercable se ha convertido en la gran rival de otra gran empresa, Cableuropa, que a pesar de haberse presentado a casi la totalidad de los concursos celebrados, los resultados han sido claramen-


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Entrevista a José Carlos Serrano, Director General de Supercable Andalucía

te ventajosos para Supercable, que ha conseguido las licencias para cablear en la mayor parte de la Comunidad. ¿En qué demarcaciones actuará Supercable Andalucía? Aunque aún quedan pendientes algunas adjudicaciones, los concursos celebrados suponen que Supercable Andalucía dará servicio a la provincia de Almería y a las provincias y capitales de Granada y Jaén (A I); a las provincias y capitales de Málaga y Córdoba (A II); a la provincia de Sevilla (A III) y a Sevilla capital. Al margen de Cádiz capital y El Puerto de Santa María, donde Cableuropa ha resultado ganadora de los concursos convocados, así como Vélez-Málaga, demarcación adjudicada a Cable Axarquia, Supercable también aspira a realizar el cableado de las capitales de Almería y Huelva, así como las provincias de Huelva y Cádiz, estas últimas en fase de preparación de ofertas. – El desarrollo de la televisión por cable, así como de las nuevas tecnologías en general forman parte en nuestro país de otro proceso más amplio, el de la liberalización de las telecomunicaciones, respondiendo de esta forma a las líneas marcadas por la Unión Europea. ¿Cómo afectará la liberación de las telecomunicaciones, cuyo período de aplicación se ha extendido hasta el próximo mes de diciembre, el panorama mediático español? En efecto, en España el proceso está a punto de cerrarse –la fecha clave es 1999– y serán las propias leyes de mercado quienes clarifiquen el panorama actual de los operadores de telecomunicación, en estos momentos algo confuso. Estamos, por ejemplo, a años luz de Inglaterra, país pionero en la liberalización y en el que se ha producido un desarrollo importante en las telecomunicaciones por cable, algunos de cuyos operadores fueron autorizados para que pudieran ofrecer, así mismo, telefonía, y en el que se cuentan también con operadores de satélite muy potentes. En España, en cambio, vamos con un cierto retraso respecto a otros países; incluso se estuvo considerando en su día la posibilidad de atrasar la fecha tope para la esperada liberalización, lo que se ha traducido en la práctica en que Telefónica ha tenido más tiempo para prepararse y ha podido tomar una buena posición de salida frente a la competencia. En los últimos años, Telefónica se ha preparado muy bien, tanto es así que el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones decidió reducir de cinco a un año la moratoria concedida por la Unión Europea, máxime cuando ya se han cumplido los compromisos de conceder otra


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licencia para un tercer operador de telefonía fija y transporte y una tercera licencia para telefonía móvil. A partir de 1 de enero de 1999 cualquier operador podrá instalarse en España solicitando simplemente una autorización, en lugar de una concesión tal y como se ha estado haciendo hasta ahora. – ¿Es partidario de una liberalización total o por el contrario de una política intervencionista por parte de los Estados? Cuando la liberalización del sector sea un hecho, todos los operadores de telefonía fija o de transmisión de datos que no necesiten el uso del espectro radioeléctrico podrán dar ese servicio cumplimentando unos simples formularios. En este sentido, bienvenida sea la liberalización; es más, creo que tenía que haber llegado bastante antes. Ahora bien, considero necesaria la intervención del Estado que, a mi juicio, debe reservarse determinadas actuaciones tendentes a que el funcionamiento resulte lo más beneficiosos para todos, principalmente en lo que se refiere a la utilización de bienes escasos como ocurre con el citado espectro radioeléctrico. – Sin embargo, la mayoría de los analistas coinciden en señalar los aspectos negativos que ha provocado el retraso legislativo que en materia de telecomunicaciones ha sufrido nuestro país y que ha sido especialmente visible en el desarrollo de la televisión digital y por cable. ¿Cómo ha influido este retraso en el mundo del cable? En los dos últimos años se han ido acumulando las convocatorias de concursos, unos a continuación de otros, sin orden ni concierto, lo que ha restado claridad al proceso. Esta falta de claridad, unida al retraso en la liberalización de las telecomunicaciones en nuestro país, ha supuesto la retirada de inversores extranjeros, sobre todo americanos, que entre los años 92 y 95 estaban pendientes de la situación española y dispuestos a invertir. Actualmente los socios internacionales se han visto reducidos en su número respecto a los que entonces estaban llamando a nuestras puertas, si bien la situación se ha visto en parte paliada por la presencia de operadores europeos, procedentes en su gran mayoría de Italia, Francia y Alemania. Este retraso, por otra parte, nos va a permitir cierta ventaja como es la incorporación al mercado, lógicamente, con la última tecnología. – En este proceso para la implantación de la televisión por cable en España observamos como son dos grupos, apoyados en socios locales, los que pugnan por abrirse camino en el mercado, compitiendo con Telefónica, que no ha dejado de invertir en cable. Por un lado, nos


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encontramos con un grupo, que en su mayor parte lidera Endesa y que está integrado por el Grupo Eléctrico de Telecomunicaciones (GET), Unión Fenosa y Telecom Italia (STET), accionistas de referencia de Retevisión. El otro frente lo constituye Cableuropa y sus socios, sociedad gobernada por dos grupos de inversores estadounidenses: Bank of América, General Electric y Callahan Associated, a los que se han sumado el Banco Central Hispano (BCH), Banco de Santander, Ferrovial y Fance Telecom. ¿Qué le queda a Cableuropa, el grupo de la competencia, en Andalucía? Cableuropa, que para muchos carece de la solidez necesaria al estar dominada por dos grupos americanos y porque cuenta con capital fundamentalmente procedente de fuera, dará servicio, según los concursos celebrados hasta ahora en Andalucía, en Cádiz capital y en El Puerto de Santa María y cuenta con una licencia provisional en Jerez de la Frontera, pendiente de la resolución del concurso correspondiente a la A IV (Cádiz y Huelva), en fase de preparación de ofertas. Vélez-Málaga será cableada por Cable Axarquía. – Supercable Andalucía se ha constituido recientemente gracias a la aportación por parte de cinco cajas de ahorros andaluzas de más de 1.100 millones de pesetas, lo que supone el 37 por ciento del capital social de la sociedad, que asciende a 3.000 millones de pesetas. ¿Cómo está repartido el capital social de la empresa? De los más de 1.100 millones de pesetas aportados por las citadas entidades financieras, 756 millones corresponden a la Caja de Ahorros de Granada y a las Cajas sevillanas de El Monte y San Fernando (252 cada una de ellas), lo que supone una participación del 8,4 por ciento respectivamente; 362, a Unicaja (11,6 por ciento del capital social), y 6 millones, a la Caja Provincial de Jaén (0,2 por ciento). El resto de los inversores lo componen Sevillana de Cable (10 por ciento, 300 millones), GET (10 por ciento, 300 millones), SETET (18 por ciento, 540 millones), Supercanal (13 por ciento, 390 millones) y Procono (12 por ciento, 360 millones). – ¿Qué futuro le ve a Supercable Andalucía? Auguro grandes éxitos para Supercable Andalucía, un proyecto de muy largo plazo del que destacaría como rasgos principales la ausencia de interés especulativo y el carácter netamente español y regional de los inversores que se han consolidado en torno a la sociedad. Estas características le confieren una intencionalidad clara de permanencia en el accionariado.


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Supercable persigue el negocio como negocio en sí, y no lo que éste pueda ofrecernos desde el punto de vista de la venta del accionariado en un futuro. A lo que no renunciamos, eso sí, es a plantearnos en un período posiblemente de cinco años la salida a bolsa de estas sociedades, actividad que, sin duda, revalorizaría enormemente las inversiones. – Sin duda, Andalucía apuesta fuerte por el futuro. Se estima que en los próximos cinco años la inversión que en materia de telecomunicaciones se realizará en la comunidad andaluza superará los 400.000 millones de pesetas. ¿Cuánto se invertirá en cable y qué cantidad desembolsará su empresa en Andalucía? Sólo en la tecnología del cable, se invertirá en los próximos quince años alrededor de 150.000 millones de pesetas, de los que en el 90 por ciento serán aportados por Supercable Andalucía. Esta inversión hará que la empresa andaluza genere 1.200 empleos propios y 15.000 empleos inducidos. – Se ha puesto en duda la rentabilidad de este negocio. ¿Qué dice al respecto? El negocio que se establece alrededor del cable puede considerarse similar a cualquier otro que se dé en torno a la prestación de servicios (gas, agua, electricidad, etc.), sobre todo en lo que se refiere a la rentabilidad de las inversiones. Se tarda en recuperar la inversión; el punto de equilibrio en el que se pasa de obtener pérdidas a conseguir beneficios se sitúa en torno al cuarto o quinto año y no se puede hablar de ganancias netas hasta que nos hallemos en un margen entre el octavo y undécimo año. – No faltan quienes auguran grandes dificultades en el desarrollo del cable a medio plazo en España debido a los elevados gastos en la instalación de las infraestructuras por todo el país, calculado en 500.000 millones de pesetas, y a la falta de rentabilidad de este sistema de ver televisión. ¿Supone este hecho un handicap para la TV por cable en beneficio de la tecnología por satélite? Los objetivos de las empresas van más allá de ofrecer a los usuarios del cable sólo la posibilidad de transmitir señales de televisión. Las grandes operadoras de cable disponen de un amplio abanico con el que satisfacer todo tipo de necesidades. Servicios como telefonía fija con posibilidades de llamadas locales y de larga distancia, acceso a Internet, video bajo demanda, pago por visión, además de otras posibilidades que permite la interactividad, como la telecompra, el teletrabajo o la teleenseñanza, serán opciones complementarias a una oferta televisiva con grandes pretensiones.


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– Para los especialistas en telecomunicaciones la ventaja del cable respecto al satélite está en la bidireccionalidad, es decir una interactividad (tráfico de señales de un lado a otro) sin necesidad de utilizar otro medio. ¿Pero, no es cierto que este problema queda resuelto con el par de cobre (el hilo telefónico)? La interactividad que hoy se anuncia en la televisión tiene que ir unida al teléfono. Las empresas telefónicas de varios países, como Estados Unidos, Inglaterra y España, llevan mucho tiempo realizando pruebas para sacarle el máximo rendimiento al par de hilo de cobre. Concretamente, se han llevado a cabo experiencias tanto de transmisión de canales de televisión, como de transmisión de datos; pero, hoy por hoy, estas compañías tienen problemas inviables para una utilización masiva de esta tecnología. El ancho de banda es más reducido que el de la fibra óptica –sólo permite una disponibilidad de cuatro canales– y, además, los costes serían muy altos, ya que los equipos actuales son prácticamente de laboratorio. En mi opinión este proyecto no va a prosperar. Por otra parte, el cable permite una mayor calidad de la señal, al no estar mediatizada por los factores atmosféricos ni por otros elementos que no sean la topología. El cable, sin duda, presenta mayores ventajas; seguirá ganando en ancho de banda, capacidad de transmisión y calidad de señal. – ¿Será posible, entonces, una convivencia pacífica ente el satélite y el cable? La tecnología digital no implica la utilización de un medio de transporte determinado. Se puede hacer televisión digital vía satélite, vía microonda (terrestre), vía cable, etc. No tiene nada que ver con el medio. La televisión vía satélite es el sistema utilizado por las mal llamadas «plataformas digitales» –ni son plataformas, ni son digitales– y que los ingleses denominan Sistema DTH (Directo a Casa), en cuyo caso la transmisión del haz ascendente que el satélite recibe se hace de forma directa a los hogares, sin necesidad de grandes parábolas, o por el contrario, se pueden hacer llegar esas señales por otra vía de comunicación, como puede ser el cable. Desde este punto de vista, la mayor parte de las instalaciones de cable se nutren también de comunicaciones recibidas vía satélite. Por ejemplo, todos los programas que se transmiten por cable desde la cabecera o centro neurálgico del sistema de cable de Jerez se reciben mediante satélite. Es en este sentido en el que se podría afirmar que el satélite es el mejor amigo del cable. El cable puede incorporar en la cabecera


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programación local bien producida o generada en el mismo sitio donde esté instalada la red o bien traída a la cabecera por cualquier medio de comunicación, como vía microondas, e incluso programación enlatada, mediante cintas. – ¿La puesta en marcha de las dos plataformas digitales, que van incrementando paulatinamente su número de abonados, no perjudicará al desarrollo de la televisión por cable en nuestro país? Con la oferta ampliada que posibilita la tecnología digital, los satélite permiten acceder a un número realmente importante de canales, lo que en un principio podría limitar la llegada del cable al hogar. Ahora bien, esta competencia no creo que se produzca teniendo en cuenta que el satélite sólo permite transmitir en una sola dirección, desde donde se generan los programas hasta el hogar. La bidireccionalidad de la fibra óptica, su ancho de banda lo permite, sitúa al usuario en permanente diálogo con el otro extremo (central de programación, central de conmutación telefónica o mediante una videoconferencia) y no en una persona pasiva, mera receptora del servicio. La estrategia comercial de Supercable va a ser muy imaginativa e incidirá mucho más en estos servicios adicionales como es el teléfono o Internet en banda ancha, además de la televisión local, que no va a poder ofrecer el satélite. Vamos a atacar, en líneas generales, en frentes que no colisionan frontalmente con el satélite, sino que se convertirán en servicios complementarios de este medio. Nuestra política comercial se resumirá en el lema «cambie de compañía de teléfono porque nosotros le vamos a dar más ventajas, mayor calidad, mejores precios y, adicionalmente, le vamos a dar también televisión»; pero, en ningún caso, vamos a competir con los cuarenta o sesenta canales del satélite, que por otra parte ya están ahí y, posiblemente, a costes muy razonables. Esta filosofía empresarial no significa, y de hecho ya se está produciendo, que no podamos llegar a acuerdos con los operadores actuales de las plataformas digitales para que también a través del cable se puedan ofrecer los mencionados servicios al usuario. – Nos encontramos ante una oferta excesiva de canales en muy poco tiempo y una cultura escasa de pago. ¿Influiría este hecho de forma negativa en el usuario a la hora de adaptarse a las nuevas tecnologías aplicadas a la televisión? En España, efectivamente, no hay cultura de pago a la hora de ver televisión, salvo la excepción de Canal Plus, que en mi opinión ha sido beneficiosa porque se ha asociado el concepto de calidad a pago. No obs-


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tante, todavía existe un porcentaje alto de personas que no estarían dispuestas a pagar por ver televisión y que se sienten satisfechas con la televisión generalista. A estas personas, desde el punto de vista comercial, habrá que atraerlas ofreciéndoles otro tipo de servicios (nueva conexión de teléfono, nueva conexión a Internet, telecompra, teletrabajo, etc.), que, sin duda, romperá esas barreras. En cuanto a los contenidos, no soy partidario de establecer un número de alto de canales, lo considero contraproduce en muchos casos. Frente a una oferta excesiva no aquilatada, Supercable pretende realizar una segmentación del mercado, atendiendo los gustos concretos y huyendo de una avalancha de canales poco atractiva. – ¿Cuáles son las características que debe tener la programación, los contenidos, para que la TV por cable sea un éxito? La programación debe permitir una concentración por grupos de interés de forma que cada usuario se haga la televisión que desee y se confeccione una especie de menú con una gama amplia de posibilidades. Tenemos que acoscumbrarnos a que no sólo la televisión, sino todos los productos que llegan a casa sean cada vez más humanos y nos permitan en la medida de lo posible ser más dueños de nuestro tiempo. En este sentido, es muy importante la posibilidad que se nos abre de entrar en nuevos conceptos como es el de «navegadores» de la televisión, elementos de ayuda que harán que la televisión se convierta en un amigo más que en un enemigo. De este modo, será más fácil alcanzar el objetivo de pasar, al igual que ocurre con Internet, de espectador pasivo a activo, dueños de la preparación. – ¿Cómo ve el futuro de la televisión pública que, en gran medida, vive de la publicidad? La televisión pública es fundamental tanto para el desarrollo del país, como de las comunidades autónomas. En mi opinión, debe seguir existiendo como una exigencia del ciudadano. De hecho, se están potenciando; muestra de ello es la creación de segundos y terceros canales. – ¿La competencia que surgirá con la puesta en marcha de televisiones temáticas hará que desaparezca la televisión generalista? A pesar de que va perdiendo televidentes, la televisión generalista siempre tendrá su nicho. En Estados Unidos lleva compitiendo con el cable muchísimos años y sigue sobreviviendo. Además, la publicidad mueve cantidades ingentes de dinero, que permite la realización de programas millonarios que siempre tendrán su atractivo. Nosotros nos decantamos, sin embargo, por una televisión local en su aspecto más extendido, es decir de


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ámbito comarcal y regional, pero exportable. Queremos ser operadores y no tenemos interés en participar en el negocio de la programación, pero vamos a promover ese tipo de programación porque entendemos que es el combustible que necesitamos para funcionar. De ahí, que estemos intentando que grupos que en Andalucía ya existen, sobre todo aquí en Sevilla (alrededor de Canal Sur hay una serie de lo que ellos llaman «factorías de producción»), se pongan en marcha y se oienten por una televisión temática sin caer en el folklorismo. – ¿Se conveniará con Telefónica para el cableado o con Retevisión? Los operadores de cable, al tener un ámbito local o regional, nos vemos en la necesidad de conveniar con los grandes operadores existentes para dar servicio fuera de nuestro entorno. Supercable tiene socios comunes con Relevisión, por lo que nos será mucho más fácil establecer acuerdos con esta empresa que con cualquier otra, aunque siempre a precios de mercado; no existirán privilegios de ningún tipo. – Supercable ha conseguido hacerse, además de la provincia, con la concesión de la demarcación de Sevilla capital. ¿Se extenderá el servicio a algún municipio del área metropolitana? En Sevilla y su entorno hubo en su momento ayuntamientos que solicitaron su demarcación propia, otros que se adhirieron a las demarcaciones establecidas y, finalmente, ayuntamientos, por ejemplo el de Tomares, que no quisieron sumarse a los proyectos del cableado. Estos municipios podrán adherirse cuando lo deseen a las demarcaciones correspondientes y, aunque empezaremos por la capital, está claro que será más fácil ir incorporando poblaciones de la zona metropolitana que otras que se encuentren más alejadas geográficamente. – ¿Cuál es el presupuesto estimado para poner en marcha en Sevilla la televisión por cable? En los primeros cinco años se invertirán en la provincia alrededor de 15.000 millones de pesetas, cifra que se situará en torno a los 27.000 millones en un período de 15 años. Esta inversión generará en la capital unos 230 empleos directos y un número global, entre directos e inducidos, de 2.100. En la provincia se crearán unos 213 puestos de trabajo directos y aproximadamente unos 2.000 indirectos. – ¿Han comenzado ya las obras de cableado de la ciudad? ¿Podría resumir las distintas fases de ejecución del proyecto? Las obras comenzaron, en coordinación con la Gerencia de Urbanismo


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del Ayuntamiento de Sevilla, en la Avenida de Luis Montoto, en una zona que ya se encontraba abierta en una longitud de unos 600 metros aproximadamente. Pero el proyecto empezó a ejecutarse oficialmente el pasado mes de marzo con el inicio del anillo troncal que, realizado con fibra óptica, recorrerá toda la ciudad y conectará con los supernodos llegando a unos 32.000 hogares. A continuación, se ejecutarán otros anillos secundarios, también de fibra óptica, hasta llegar a nodos de 2.000 hogares, de los que sale una red estrella hasta nodos terminales de fibra de 500 hogares. De estos nodos parten cables coaxiales que conducen la emisión a cada uno de los hogares. En cuando a fechas, a finales de diciembre de 1998 estará concluida la red troncal y los anillos secundarios y se prevé que la finalización del proyecto, con el 80 por ciento de la población cableada, sea para diciembre del año 2000. – ¿Para cuando están previstas las primeras emisiones? Se empezarán a hacer pruebas en mayo en zonas pilotos, aunque el gran lanzamiento se llevará a cabo en el próximo mes de septiembre, fecha en la que 50.000 hogares tendrán ya el cable junto a la ventana. – ¿De cuántos canales podrá disfrutar el usuario y cuáles serán las líneas generales de la programación? Supercable es partidario de una oferta diferenciada. Nuestra idea es ofertar en torno a los ocho canales temáticos de carácter regional, a los que habría que sumar aquellos que pondremos a disposición de asociaciones, instituciones o entidades locales (Ayuntamiento, Universidad, comunidades de vecinos, escuelas, etc.) y un canal de producción propia orientado a informativos y a lo que es la vida de la ciudad. Además de esta oferta, a elección del usuario los hogares se podrán abonar a todos los canales disponibles por satélite. Disponemos, por lo tanto, de una gran flexibilidad para hacer una programación a la carta. – ¿A cuánto se estima que ascenderá la cuantía de la cuota por usuario? ¿No le será más rentable al futuro abonado la cuota que en estos momentos desembolsan por el video comunitario de su municipio o de su barrio, a lo mejor más barata? La política comercial de Supercable es de establecer cuotas muy económicas, al alcance de cualquier bolsillo. El paquete básico supondrá al usuario un coste mensual de unas 2.500 pesetas. – También se ha dicho que las empresas concesionarias incorporarán a «casi todos» los operadores locales de cable. ¿Es cierto?


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Se hacen afirmaciones que no corresponden con la realidad como que el Ministerio de Fomento ha concedido una moratoria de diez años a los operadores locales para seguir emitiendo, permiso que el Ministerio jamás ha concedido. Respecto a la incorporación por parte de las empresas concesionarias de los operadores locales no será posible y, principalmente, debido a que la infraestructura de estos operadores no nos sirve. Sin embargo, la captación de clientes sería más fácil si llegamos con ellos a algún tipo de acuerdo, ya que cuentan con un número estable de abonados. De no ser así, intentaríamos ganar al abonado con la prestación de otros servicios complementarios, pero siempre desde una competencia leal. – ¿Qué otros servicios podremos obtener los sevillanos con el cableado de la ciudad? – Entre los primeros servicios que estaremos en disposición de utilizar los sevillanos está el de la telecompra interactiva, aunque en lo que se refiere a los servicios adicionales el gran impulso se realizará a partir de mediados de 1999. No obstante, estamos preparando alguna sorpresa para el comienzo de emisión y me refiero a la posibilidad de conectar con Internet en banda ancha, con anchos de banda superiores a un Mb/s, lo que supone una revolución importante. – La Junta era partidaria de una demarcación que comprendiera Sevilla capital y la provincia. ¿Cómo afecta a los municipios sevillanos esta separación? ¿Se logrará la cobertura total de la provincia, incluidos los pueblos más pequeños? Supercable intentará llegar a los municipios a los municipios pequeños, si bien este objetivo se plantea a medio/largo plazo. De momento, nuestra idea se centra en la potenciación de los operadores locales existentes en esas poblaciones. Si en un futuro llegamos con ellos a algún tipo de acuerdo, se pondrá especial énfasis en el mantenimiento de los puestos de trabajo, reciclando al personal mediante la realización de cursos de formación, así como todas aquellas actuaciones que permitan la cualificación profesional y la mejora del servicio. – Finalmente, ¿qué ventajas destacaría a un posible cliente del cable? En pocas palabras, el usuario del cable podrá elegir libremente el servicio que desea, la compañía que le suministre dicho servicio y el momento más conveniente para obtenerlo, sin olvidar la inmejorable relación calidad/precio. Sin duda, las telecomunicaciones por cable son el futuro.


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ANEXOS: DATOS ESENCIALES Y GRÁFICOS

– A partir de enero de 1999 cualquier operador podrá instalarse en España solicitando simplemente una autorización, en lugar de una concesión tal y como se ha estado haciendo hasta ahora. – El estado debe reservarse determinadas actuaciones en materia de telecomunicaciones, principalmente en lo que respecta a la utilización de bienes escasos como ocurre con el espectro radioeléctrico. – Supercable Andalucía ofrecerá servicios de telecomunicaciones a más de 5.500.000 habitantes, lo que representa el 95 por ciento de la población total de los municipios que han optado al servicio del cable. – En tecnología del cable se van a invertir en Andalucía en los próximos años alrededor de 150.000 millones de pesetas, de los que el 90 por ciento serán aportados por supercable. – Servicios como telefonía fija con posibilidades de llamadas locales y de larga distancia, acceso a Internet, video bajo demanda, pago por visión, etc., además de otras posibilidades que permite la interactividad, como la telecompra, el teletrabajo o la teleenseñanza, serán opciones complementarias a una oferta televisiva con grandes pretensiones. – El satélite es el mejor amigo del cable: La mayor parte de las instalaciones de cable se nutren también de comunicaciones recibidas vía satélite. – Frente a una oferta excesiva no aquilatada, supercable pretende realizar una segmentación del mercado, atendiendo los gustos concretos y huyendo de una avalancha de canales poco atractiva. – La televisión pública es fundamental para el país y para las comunidades autónomas; debe seguir existiendo como una exigencia del ciudadano. – En los primeros cinco años se invertirán en la provincia de Sevilla alrededor de 15.000 millones de pesetas, cifra que se situará en torno a los 27.000 millones en un periodo de 15 años. – La finalización del proyecto correspondiente a la demarcación de Sevilla capital, con el 80 por ciento de la población cableada, está prevista para diciembre del año 2000. – Estamos preparando una sorpresa para el comienzo de la emisión: la posibilidad de conectar con Internet en Banda Ancha, con anchos de banda superiores a un MB/s, lo que supone una revolución importante. – Como ventajas del cable habría que destacar la elección libre del servicio que se desee, la compañía que suministre dicho servicio y el momento más conveniente para obtenerlo.


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ANDALUCÍA Y LA COMUNICACIÓN


Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía Una aproximación metodológica Dr. Carlos A. Guerrero Serón Departamento de Comunicación. Universidad de Sevilla.

En este artículo sintetizo los resultados de una investigación que, financiada por el Grupo de Investigación «Desarrollo y Cambio Socioeconómico», tuvo como objetivo conocer la influencia política en los contenidos de los informativos. Para realizar el contraste se analizaron los informativos de Canal Sur y las desconexiones informativas de TVE-Andalucía en la consideración de que, en estos momentos, se da una situación idónea para poner a prueba la hipótesis habida cuenta que conviven dos televisiones públicas, la andaluza, controlada por el Partido Socialista, y la nacional, bajo el control del Partido Popular. Los resultados del análisis de contenido se cotejaron con los perfiles respectivos de sus audiencias y con los generales de la franja horaria, para comprobar si la audiencia específica se aparta sensiblemente de la tipología general del periodo horario y, en su caso, si la selección de los valores/noticia por parte de los emisores -periodistas- están en disonancia con lo que el público espera.

Marco teórico

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esde principios de siglo, los investigadores de la comunicación centraron sus preocupaciones en la influencia de los medios sobre los públicos (McQuail y Windahl, 1984:34-35). Alentados por los paradigmas evolucionistas dominantes, provenientes de pensadores como Comte, Spencer, Tönnies o Durkhein (DeFleur y Ball-Rokeach, 1986:215) las primeras investigaciones sobre los medios de comunicación admitieron como buenas las explicaciones que postulaban los efectos directos de los mensajes sobre los individuos: los medios poseían la capacidad de moldear a un público que percibía y reaccionaba a los mensajes de forma más o menos uniforme. Se daba por hecho la relación directa entre el estímulo y la respuesta obtenida.


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Entre los años 20 y los 40 se producen una innumerable cantidad de investigaciones sin un corpus epistemológico delimitado, pero van acumulando datos y vislumbran nuevas perspectivas que, durante la posguerra, comienzan a cristalizar en modelos y teorías cada vez más sólidos (Roda, 1989:73)1 siempre dentro de esquemas mecanicistas. La “validez de la prueba” empírica frente a los procedimientos hermenéuticos, continúa siendo una exigencia común, sin duda, por la necesidad de obtener respuestas inmediatas a los problemas planteados. Este entorno científico es buen caldo de cultivo para que florezcan teorías que, como el behaviorismo de J.B. Watson, se ven apoyadas por la publicación de algunos estudios sobre los resultados de determinadas campañas comunicativas -Vgr.: La invasión desde Marte de Cantril, Gaudet y Herzog (1940)2- que “demuestran” la validez de los planteamientos seguidos. También en este tiempo se producen algunos acontecimientos que van a tener importancia en los paradigmas y metodologías posteriores, como la publicación del Curso de Lingüística general de Saussure que supone una ruptura epistemológica con los estudios lingüísticos que hasta entonces habían imperado al preconizar lo que más tarde se conocería como estructuralismo lingüístico (Rodrigo, 1989:55). Lógicamente, el asentamiento de las diversas escuelas trae consigo debates entre lo cualitativo y lo cuantitativo, las metodologías experimentales frente a las heurísticas, etc. consecuencia, por otra parte, de la situación que se vivía en los estadios más teóricos o filosóficos de la ciencia después de la inflexión operada en el saber científico tras la reunión de Viena. En estos años se impone el empirismo sociológico en el ámbito universitario con una profusa utilización de sondeos como instrumentos de previsión de acontecimientos sociales. La Escuela de Chicago, que representaba el funcionalismo de Talcott Parsons, entra en lucha por la hegemonía universitaria con la Universidad de Columbia, representada por el empirismo de Lazarsfeld3, hasta que la mediación de Merton consigue aproximar a ambos estableciendo como modelo dominante las El estudio de Decatur de Lazarsfeld, Berelson y

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RODA (1989): Los medios de comunicación de masas. Su influencia en la sociedad y en la cultura contemporáneas. Madrid. C.I.S. p. 73. Como dice Roda “En conjunto, el periodo coincide con el proceso de construcción de conceptos y desarrollo de métodos que se utilizarán habitualmente en la estimación empírica del impacto de la comunicación”. RODRIGO ALSINA, M. (1989): Los modelos de la Comunicación. Madrid. Tecnos. pp. 45-46.


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Gaudet4 constituyó, probablemente, el primer hito en el cambio de criterios respecto a los efectos directos de los mass media5. En esta investigación se descubre el papel que desempeña el grupo primario y los líderes de opinión en la formación de actitudes y la toma de decisiones de los individuos. Esto provoca un cambio de opinión respecto a la eficacia de los medios cuya consecuencia es un movimiento pendular hacia el polo opuesto: los medios son ineficaces para la formación de actitudes si no cuentan con otras circunstancias que apoyen sus informaciones. Se plantea entonces la teoría de la comunicación a dos niveles (two step flow) tras la publicación en 1944 de los resultados de la investigación en el libro “La influencia personal”6 por parte de Katz y Lazarsfeld. Más tarde, Klapper (1974)7 se encargó de sistematizar los conocimientos que abundan en las hipótesis de los efectos mínimos y Fagen (1967)8 continua esta línea aplicándolos a la comunicación política. Con este bagaje de conocimientos y técnicas de las que Lazarsfeld con su capacidad de integrar los modelos matemáticos con los planteamientos hermenéuticos- fue indudable pionero, pudieron plantearse nuevos avances en el análisis de los componentes del sistema de comunicación. El mismo Lazarsfeld junto a Berelson comienzan a estudiar otros aspectos de los mensajes centrando su interés en características paralingüísticas de los mismos (posición, apoyo icónico, caracteres tipográficos,...) introduciendo los criterios modernos de esta técnica. Otros autores como Carl I. Hovland, con la meticulosidad y hermetismo que le caracterizaron, comienzan a publicar resultados de investigaciones que ponen en evidencia efectos a largo plazo de determinados tipos de comunicaciones que permiten establecer algunas hipótesis sobre el hecho de que, en ciertos casos, el paso del tiempo realza los efectos del mensaje que había quedado ‘latente’ durante un tiempo (Rodrigo, op. cit: 68). 4

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LAZARSFELD, P. F.; BERELSON, B. Y GAUDET, H. (1944): The people’s choice. NuevaYork, Duell, Sloan and Pearce. Citado por Roda Fernández, op. cit. pag. 74. Hablar de los “padres fundadores” de la disciplina implica referirse indiscutiblemente a la Escuela de Chicago y aquí resulta imprescindible reseñar la labor pionera de Thomas y Znaniecki, quienes en 1920 publican los resultados de su trabajo empírico sobre la integración de los campesinos polacos, donde se analiza el significado funcional de la prensa en la organización social (Principio de Thomas) y que para Bardin (1986:10) constituye el precedente remoto del moderno del análisis de contenido. KATZ, E. y LAZARSFELD, F. (1979): La influencia personal: el individuo en el proceso de comunicación de masas. Barcelona. Hispano Europea. KLAPPER, J.T. (1974): Los efectos de las comunicaciones de masas. Aguilar. Madrid. (Edición original inglesa en 1960. Free Press. New York) FAGEN, Richard R. (1967): Política y Comunicación. Buenos Aires. Paidós. (Edición inglesa, 1966, Little, Brown and Company. Boston)


202 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

Desde la corriente empírico experimental o de “la persuasión”, de raíz psicológica, se estudiaron factores relativos a la audiencia (interés del contenido para el público, selectividad en la exposición, en la percepción y en la memorización en función del contenido y de otras variables, como el nivel de instrucción, la edad, el sexo, etc.) y factores vinculados al mensaje (credibilidad de la fuente, el orden de argumentación, la exhaustividad de las argumentaciones). Los estudios sobre el consumo de los media comienzan a incluir análisis del contenido de los programas, de las características diferenciales de las audiencias y de los motivos o gratificaciones que reciben los oyentes con la exposición a determinado contenido en lugar de otra alternativa. Este tipo de análisis requiere un diseño donde se interrelacione 1) la finalidad práctica (por qué la gente se expone a determinados programas), 2) su importancia teórica (conceptualización de problemas), y 3) una metodología capaz de obtener la información que se precisa (Wolf, op. cit.: 52-54). Es decir, estamos en presencia de investigaciones cuya metodología requiere la utilización de técnicas cuantitativas y cualitativas y que permiten establecer orientaciones que se van acercando cada vez más al estudio de los procesos y los fenómenos comunicativos relacionados; es decir, estos estudios abren las perspectivas de análisis desde los medios hacia el contexto social en el que operan. La corriente de los usos y gratificaciones que surge algo más tarde de la mano del funcionalismo, parte del supuesto de que los públicos utilizan los medios en relación con sus propias necesidades, por lo que obtiene gratificaciones, y no siempre se ajustan a los fines pretendidos por los comunicadores o emisores. En palabras de Merton (1982) “... los mensajes son disfrutados, interpretados y adaptados al contexto subjetivo de experiencias, conocimientos, motivaciones”. El receptor pasa a tener una consideración activa, capaz de influir en el emisor -ya sea a través de los estudios de comportamiento que informan a los emisores sobre los gustos y preferencias de sus públicos, ya mediante vía directa (cartas de lectores), a través de organizaciones, etc.- que obligan a los comunicadores a tenerlos en consideración. En otras palabras, el receptor deja de ser un objeto pasivo para el emisor (Wolf: 79). Las gratificaciones de los destinatarios pueden estar relacionadas con el contenido específico del mensaje o con la exposición al medio en sí misma, con lo que el estudio del contenido puede tener un carácter secundario en el estudio de las reacciones de la audiencia (McQuail, 1975:55).


Dr. Carlos A. Guerrero Serón

203

Los modelos que se construyen a partir de entonces (v.gr.: Westley y MacLean, Maletzke, ...) comienzan a tener en cuenta estas consideraciones dentro y como parte importante del proceso de comunicación (Windahl, Signitzer&Olson, 1992:120-132). A partir de los años setenta cuando aún se mantiene viva la polémica ideológica entre la communications research y la escuela crítica, empiezan a sentirse cambios de orientación en el estudio de los medios tendentes al análisis de sus efectos a largo plazo que, como valor añadido, van a propiciar un acercamiento entre los paradigmas tradicionalmente enfrentados. Las nuevas tendencias van a centrar su interés en el estudio de la cobertura global de los medios por áreas temáticas, mediante metodologías integradas y complejas que van a tratar de reconstruir el proceso con el que el individuo modifica su propia representación de la realidad social. Frente a las metodologías anteriores, centradas en el estudio de casos mediante encuestas que analizan los cambios de actitud, las nuevas metodologías cambian su orientación desde los efectos sobre actitudes y valores hacia los efectos sobre el sistema de conocimiento -efecto cognoscitivo- que los individuos se estructuran a partir de lo que asimilan de las comunicaciones de masas, que son efectos acumulativos, y no puntuales, dentro de un proceso que tiene una dinámica interna y, a la vez, está relacionado con otros procesos previos o simultáneos. En estos últimos años, se ha vuelto a considerar el alto poder de los medios aunque basado en consideraciones más complejas de las propugnadas por las teorías iniciales. Los enfoques marxistas sobre el contenido de los medios resaltan el importante papel que desempeñan en la legitimación del capitalismo y las sociedades burocráticas; se han detectado nuevos tipos de efectos, como el cultivo, la agenda-setting o la espiral de silencio que orientan hacia una nueva categoría de efectos no unidireccionales. En esta última fase investigadora sobre los efectos se realza el “poder”, sintetizando el contenido de los medios con los factores individuales, frente a la “ineficacia” anterior a los setenta y a la “omnipotencia” que se les atribuía inicialmente (Windahl, Signitzer&Olson, 1992:179). Los más recientes investigadores enfatizan una serie de factores interrelacionados de tipo cultural (Bordieu), de dependencia personal del medio (DeFleur y Ball-Rockeach), motivaciones individuales temporales (Hornik), percepción de la realidad (Nordersteng), etc. Quizás la más reciente sea la de Rosengren que sugiere otros dos factores: los recursos indivi-


204 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

duales y el control ejercido por los agentes de socialización (familia, organizaciones, ...). Por último, en referencia a las posibilidades y cambios que se prevén con la introducción de las nuevas tecnologías, hago mías las palabras de McQuail (1997:147)9: “La vieja idea de que los medios crean su propia audiencia está lejos de extinguirse a pesar de la gran autonomía e influencia de los receptores. Esto no es el resultado de una experta manipulación de la inteligencia del marketing y la publicidad. Hay todavía intérpretes, interpretaciones, reportajes, noticias que se muestran día a día por la prensa, la radio, el cine, video o televisión que unen a un grupo de espectadores en algo que les gusta mucho más que su experiencia cognitiva o imaginativa”10. Es con relación a estas últimas teorías y modelos respecto a las que se enfoca esta investigación. En otras palabras, el propósito es establecer una aproximación entre el contenido de los medios y las características de la audiencia, siguiendo los criterios desarrollados por las teorías de los efectos a “largo plazo”. Por supuesto, la tarea es demasiado ingente para ser abordada en una investigación de las características planteadas, requeriría un enfoque mucho más globalizador. Pero, al final, una investigación está delimitada por dos variables instrumentales que, a la postre, inciden decisivamente en los planteamientos metodológicos: el tiempo y los recursos económicos. Ambos son escasos en nuestra situación, por lo que se ha procurado obtener la mayor productividad de los recursos disponibles. Objetivos de análisis Los objetivos que nos planteamos en esta investigación son modestos. Dentro del enunciado general de establecer una aproximación entre el contenido de los medios y las características de la audiencia, subyacen otros objetivos parciales o subordinados. El primer objetivo instrumental es conseguir poner a punto una herramienta de análisis que sustituya a los tradicionales “vaciados de prensa” en forma de selección de informaciones referidas a determinadas personas o instituciones. En este sentido, la técnica que se utiliza se diseñó inicialmente en 1994 para el Instituto de Marketing y Comunicación, S.L. (IMC) bajo el nombre comercial de Sistema de Control

9 10

MCQUAIL, D. (1997): Audience Analysis. London. Sage. Las traducciones de las dos últimas citas son mías.


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de Información y Publicidad (C.I.P.) con el propósito de desarrollar en la Comunidad Autónoma Andaluza un sistema de medición de la comunicación objetivo y sistemático, que pudiera responder a criterios científicos mediante la utilización de una metodología contrastable. Para ello, se siguieron criterios metodológicos de las escuelas más empiristas en el análisis de contenido textual11 con aportaciones de criterios “ad hoc” para poder disponer de valoraciones cuantitativas y cualitativas. En un primer momento, el Sistema CIP se aplicó a la prensa escrita exclusivamente, y es a partir de noviembre de 1997 cuando se comienza a hacer también de los informativos de televisión, adaptando algunas variables a las características peculiares del medio pero manteniendo los criterios metodológicos básicos. Entre los objetivos de conocimiento se planteó la hipótesis de la influencia política -de los políticos- en los contenidos de una manera más o menos larvada o sinuosa. Consideramos que la situación andaluza de estos momentos es idónea para realizar tal contraste habida cuenta que conviven dos televisiones públicas, la andaluza, controlada por el Partido Socialista, y la nacional, bajo el control del Partido Popular12 (Esto también sucede en la prensa y la radio, pero de una forma más sutil al estar mediadas por el poder económico). Utilizaremos como unidad de investigación los informativos diarios, como mejores exponentes de la intencionalidad ideológica. Correlativamente, compararemos los perfiles de las audiencias de los informativos con los generales de la franja horaria para ver si el adoctrinamiento cae en terreno abonado y, complementariamente, trataremos de comprobar si la audiencia específica se aparta sensiblemente de la tipología general del periodo horario y, en caso de confirmarse la hipótesis, trataremos de ver si la tendencia es a que el perfil se adapte al contenido general -o línea general-, es decir, los contenidos más “románticos” a los grupos más “sensibles”, los más agresivos a los más reivindicativos, etc. o, por el contrario, si se evidencia de que la audiencia de los informativos es similar a la del conjunto del periodo -coloquialmente, si el público ve “lo que hay”- habrá que pensar que la 11

12

NAVARRO, Pablo-DÍAZ Capitolina (1994): “Análisis de Contenido” en DELGADO, J.M. y GUTIERREZ, J.coordinadores- Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales. Madrid. Síntesis Psicología. Pps.177-224. - RUIZ OLABUÉNAGA, J.I./ISPIZUA, Mª Antonia (1989): La descodificación de la vida cotidiana. Bilbao. Universidad de Deusto. Capítulo VII. pp.181-218. A esta variable le suele suceder como a la negociación “de pasillos y reservados” en los manuales sobre técnicas de negociación, que nadie las menciona pero es la que realmente se utiliza (!).


206 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

selección de los valores/noticia por parte de los emisores -periodistas- están en disonancia con lo que el público espera. En otras palabras, los periodistas tendrían un grave desconocimiento sobre las necesidades y gustos de sus audiencias, aunque “...la referencia y la alusión a las necesidades, a las exigencias de los destinatarios es constante, y en las propias rutinas productivas están encarnadas convicciones implícitas sobre el público, solo que no están muy ajustadas a la realidad. Los periodistas explican su conocimiento sobre el público haciendo referencia a su profesionalidad, esfuerzo y experiencia, pero está demostrado que estar inmersos en el absorbente mundo de las noticias no aporta criterios ciertos sobre los gustos del público. Por otra parte, se da la circunstancia de que la fuerte estructura organizativa de los emisores en los medios supone que a menudo los comunicadores no están implicados en el comunicar, y cuando lo están, no están necesariamente comunicando en primer lugar con el público en sí, sino con públicos muy específicos que pueden estar constituidos por los colegas, potenciales anunciantes o miembros de otras instituciones” (ALDANA, 1998:77-78)13 Metodología. Criterios científicos Las reglas de análisis preconizadas por Berelson fueron puestas en cuestión y ampliadas posteriormente, pero iniciaron un camino que “...indican la inquietud de este periodo por trabajar con muestras reunidas de forma sistemática, por interrogarse sobre la validez de los procedimientos y de los resultados, por verificar la fidelidad de los codificadores e incluso por medir la productividad del análisis” (Bardín, op. Cit.: 14). Los años siguientes, cuando muchos investigadores, incluido el propio Berelson, parecen decepcionados por el escaso avance de las técnicas de análisis, se produce un reflotamiento del interés en esta técnica como consecuencia, según Krippendorf (1990:20), de la incorporación de eminentes científicos sociales, la definición de nuevos conceptos (estereotipo, actitud, símbolo,...), el desarrollo de la estadística y la inclusión de sus resultados en

13

ALDANA, M. (1978): La información en TV: papel de los informativos en la lucha por la audiencia en A.E.D.E.M.O. 83º Seminario. 14º Seminario sobre audiencia de televisión. Granada. Febrero, 1998.


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trabajos de mayor envergadura, lo que propició la adopción de nuevas vías metodológicas provenientes de campos muy diversos que confluyen en el interés por el análisis de contenido. La disputa entre las metodologías o puntos de vista cuantitativos y cualitativos se recrudece, los primeros con su centralidad en las frecuencias de observación y, los segundos, en las presencias o ausencias de características. En esta disputa adquiere gran importancia la labor de Osgood quien introduce y perfecciona nuevas técnicas de análisis (de aserciones estimativas y de contingencia, sobre todo) que permiten, por un lado, flexibilizar los criterios anteriores de objetividad, entendidos en un sentido de exhaustividad o minuciosidad y, por otro, tomar conciencia de su función de inferencia (Bardín, op. cit.: 16). La generalización del ordenador viene a dar otro impulso al análisis de contenido, junto al creciente interés por el análisis de componentes no verbales y las aportaciones de los estudios lingüísticos. El ordenador facilita la labor de clasificación y frecuencia pero exige una mayor dedicación a las labores de codificación de registros y posibilita, o facilita, la utilización de pruebas estadísticas con un alto número de variables, a la vez que permite la utilización de técnicas imposibles de utilizar “a mano”, como los análisis factoriales. Todo ello colabora a ampliar el campo de análisis a disciplinas cada vez más diversificadas permitiendo la utilización de categorías estandarizadas. Ahora el cumplimiento de los requisitos del método científico en el diseño de la investigación autorizan a utilizar las reglas de validez y fiabilidad exigibles a las variables (homogeneidad, exhaustividad, objetividad, exclusividad) lo que faculta al analista para deducir contenidos de los mensajes de naturaleza psicológica, sociológica, etc., es decir, existe la posibilidad de establecer tratamientos de causalidad que facultan la inferencia en condiciones científicas. Para construir el aparato metodológico, y en el posterior tratamiento y análisis de los datos, hemos seguido los criterios emanados de la bibliografía citada, particularmente de los autores Bardin, Krippendorf, Navarro y Díaz y Olabuénaga e Ispizua. En lo que respecta a los datos sobre audiencias de los telediarios, se han utilizado los ficheros del estudio de metodología tracking “Medios y Audiencias de Andalucía” del Instituto de Marketing y Comunicación, S.L. (IMC) referidas al tiempo de control.


208 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

Variables controladas Los elementos de análisis inicialmente desarrollados para el control del medio prensa, se han adaptado al soporte televisivo, en cuya adaptación se han tenido en cuenta los criterios y tecnología desarrollada por el Comité de Expertos de Infoeuropa14, con el objeto de disponer de unos resultados contrastables, en sus criterios generales, al informe europeo. Los resultados que se ofrecen, por tanto, son susceptibles de modelización matemática, cuya interpretación aporta soluciones cualitativas basadas en criterios científicos, evitando en lo posible los elementos especulativos en la interpretación de los mensajes. Concretamente, el conjunto de variables controladas, agrupadas por bloques de información o indicadores es: 1. Datos de clasificación. Aquellos que sirven para contextualizar el contenido en el tiempo: Soportes, Banda Horaria, Día, Mes, Año, Día de la semana, y Abstracs (breve descriptor de la noticia). 2. Definición de contenidos. Variables que se utilizan para realizar el acotado temático: 2.1. Secciones. Ubican los contenidos en las secciones convencionales y habituales de la agenda de los soportes. Dónde aparecen las noticias reflejadas en el diario: Regional, nacional, internacional, sociedad... 2.2.Temática. Ordena los argumentos en función de los contenidos a los que se refieren las noticias. De qué tipo de noticia se trata: Política, sucesos/información general, economía, deportes... 2.3. Contexto temático. Referente de las noticias: de internacional hasta local. 2.4. Categoría temática. Ubica los contenidos en categorías amplias, sintéticas, que resumen las principales casuísticas y permite controlar los niveles de importancia y/o protagonismo que reciben las distintas facetas de la vida pública y cotidiana. V.gr.: Relaciones institucionales; Vida parlamentaria; Orden público, etc. 2.5. Sujeto de la noticia. Controla las personas o instituciones a quienes se refiere la noticia, tanto los sujetos que aparecen en imágenes, como aquellos que sólo mencionan en el texto. Se consideran hasta cuatro sujetos para una misma noticia con el fin de poder estudiar las relaciones entre ellos, jerarquía otorgada, rango... 14

Informe Anual FUNDESCO/APE. La Unión Europea en los medios de comunicación 1995. Madrid. Tabapress.


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209

Con estas variables se controla la importancia que concede cada soporte a los distintos temas en sus respectivas agendas y que, puestas en relación con otros bloques, permite obtener valoraciones cualitativas sobre diversos aspectos. 3. Autoría y origen. Controla la procedencia de las noticias, tanto en lo referido a las fuentes como al origen de la información, pudiendo discriminar la proximidad o lejanía de las fuentes y su vinculación al medio, lo que permite explorar aspectos cualitativos en relación con los sujetos, protagonismo, tratamiento, etc. 3.1. Origen informativo. Discrimina entre las distintas provincias andaluzas, otras comunidades nacionales, comunitarias,... 3.2. Fuente. Se considera un concepto de fuente más amplio que el tradicional, al incluir en esta variable las entrevistas, ruedas de prensa, etc. que proporcionan una valoración más precisa para analizar la credibilidad de la fuente como uno de los factores de persuasión. 4. Relevancia. Detecta la jerarquización que se hace de los sujetos y/o del hecho noticioso sobre la base delbase al tratamiento textual e icónico y al protagonismo que se le concede dentro de la unidad informativa -telediario. 4.1.Duración. Tiempo concedido a cada noticia, per se y con relación al tiempo total. 4.2. Tratamiento Global. Utilización de recursos audiovisuales para favorecer o aminorar el hecho o personaje: Sólo locución, locución más imágenes de archivo, más entrevistas, directo... 4.3. Presencia. Jerarquización concedida al sujeto durante su presencia en pantalla. Se controla el tratamiento que recibe en cuanto comparte, o no, noticia con otro sujeto: Presencia continua o compartida con sujetos de mayor, menor o igual rango. Este bloque se complementa con variables clasificadas en “Otros”, las cuales potencian o disminuyen los valores aquí recogidos. 5. Protagonismo informativo. Con este conjunto de variables, se busca reconocer los distintos elementos que describen la presencia informativa; en concreto, el peso específico de las instituciones y de los personajes públicos en relación con la proyección mediada de la Comunidad Andaluza. Se mide a través de la intensidad informativa y el emplazamiento que se le concede dentro del bloque. 5.1. Intensidad. Preeminencia dada al sujeto o hecho en el contexto global de la unidad informativa: avance y titulares; avance y desarrollo, etc.


210 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

5.2. Emplazamiento en bloque. Lugar que ocupa dentro de cada bloque informativo: abre bloque, interior de bloque, etc. 6. Valoración subjetiva. Visión del analista objetivizada sobre el “valor remanente” que puede obtener de la información un supuesto espectador medio. 6.1. Valoración del contenido textual: se mide aquí el tratamiento que da el medio, a través de los presentadores, de la noticia y/o sujetos que en ella intervienen: de muy favorable a muy desfavorable. 6.2. Valoración del contenido icónico: detecta la elección de la imagen que acompaña a la noticia, pudiendo ir desde el valor muy favorable a muy desfavorable. 2.2. Indicadores Con el objeto de hacer una valoración del contenido que refleje los aspectos más representativos del hecho informativo y del tratamiento que reciben las Instituciones según las distintas cadenas televisivas, se han elaborado algunos indicadores que sintetizan los conceptos-clave en un guarismo o categoría y, a la vez, establecer valoraciones comparativas entre diferentes sujetos e instituciones según soportes. Estos indicadores son: * INDICADOR DE RELEVANCIA DE LOS SUJETOS Se define como la importancia que se les otorga a los sujetos en el conjunto de la unidad informativa. Para su elaboración se han ponderado las siguientes variables: -Duración de la noticia: es el control del tiempo dedicado a cada hecho informativo. La valoración de esta variable se realiza según una categorización en segundos de las noticias, cuyos intervalos se han establecido en función de la duración global media, teniendo en cuenta los valores tipificados mediante la desviación típica del conjunto de unidades informativas. -Tratamiento global: se trata de valorar los recursos audiovisuales utilizados para favorecer o aminorar la importancia de cada sujeto. De este modo se le otorga mayor importancia, por ejemplo, a los sujetos cuya información se cubre en directo, y menos a los que son mencionados en el transcurso de la exposición; existen valores intermedios para las distintas rutinas informativas en función de los recursos utilizados. Será por tanto distinto, a


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efectos de relevancia, que las imágenes procedan de archivo, de un reportaje o de una entrevista. -Presencia: se define como la jerarquización concedida al sujeto cuando éste aparece en pantalla. En este sentido, se asigna un mayor valor a quienes se les otorga una presencia continua en pantalla que a los que se presentan compartiendo la imagen con otros sujetos de menor, igual o mayor rango. El criterio que proporciona este indicador de relevancia viene dado por la siguiente relación: Indice de relevancia del sujeto= Duración + Tratamiento*0,5 + Presencia Los resultados cuantitativos obtenidos para este indicador se agrupan en las categorías baja, media y alta, de acuerdo con los valores aportados por las combinaciones posibles entre las tres variables de la relación anterior. De este modo, aquellos sujetos que aparecen en noticias de mayor duración, con un tratamiento audiovisual más favorable y con presencia continua en pantalla, alcanzarán un grado de relevancia alta, mientras que, por ejemplo, los que forman parte de noticias de menos duración y además reciben un tratamiento menos favorable, así como una presencia compartida en la pantalla, obtendrán una categoría baja. * INDICADOR DE JERARQUÍA INFORMATIVA DE LOS SUJETOS Es el rango jerárquico otorgado a los sujetos ; la preponderancia con que se trata a un sujeto frente a otro. La principal diferencia con respecto al indicador de relevancia es que en este nuevo índice se tienen en cuenta aspectos cualitativos del tratamiento mientras que el primero se centraba más en características cuantitativas. Las variables analizadas en este caso son, en gran medida, la suma de las que componían los indicadores anteriores, con excepción del factor centralidad, ya que aquí no influye la procedencia del sujeto ni de la noticia. Concretamente, el indicador de jerarquía lo componen tres factores: el de Relevancia (con las mismas variables del primer índice), el factor “Protagonismo”, descrito en el indicador de vertebración, y la Valoración subjetiva, compuesto por la suma de la valoración textual e icónica. De otro modo, la jerarquía la miden la combinación de las variables: Duración, Tratamiento global, Presencia, Intensidad informativa, Emplazamiento en bloque, Valoración del contenido textual y Valoración del contenido icónico.


212 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

Los tres factores se ponderan en función de que las variables que los componen sean más o menos definitorias de la jerarquía concedida a los sujetos informativos. Así, el protagonismo de la noticia está considerado como más diferenciador que la relevancia dada en el tratamiento periodístico y aún más que la valoración subjetiva del analista, dado que esta variable es la que puede introducir un mayor sesgo involuntario. Este indicador se ha construido con los siguientes criterios operativos: Jerarquía informativa = Indice de Protagonismo*0,6 + Indice de Relevancia*0,4 + Indice de Valoración subjetiva*0,2. Resultados El lector podrá hacerse a la idea de la cantidad de información que puede obtenerse de la puesta en relación de las variables controladas. Siquiera la distribución de frecuencias de las variables tendrían cabida en los límites de este artículo. Por ello solo nos queda la posibilidad de exponer un pequeño resumen de resultados derivados de alguno de los indicadores utilizados, como exponentes sintéticos de la riqueza de información que proporciona esta técnica de análisis15. Indicadores Concretamente, se van a utilizar los datos provenientes de relacionar el indicador de “Protagonismo Informativo” con las variables “Temática”, “Contexto” y “Categorías informativas” anteriormente definidas, que se exponen en el cuadro de más abajo, como muestra de las posibilidades de análisis. En las dos primeras columnas se expresa la importancia relativa de los contenidos categorizados en los criterios definidos por las variables, y en las columnas siguientes se refleja el valor alcanzado por el indicador en la categoría definida como “alta” (ver supra). De acuerdo con lo investigado, puede afirmarse que los informativos de Canal Sur tienen un mayor componente político, así como una estructura más “abierta” (más internacional, nacional) en el reparto de los contenidos que la desconexión de TVE para Andalucía, prácticamente centrada en noticias regionales y, sobre todo, locales. 15

El lector puede encontrar algunas explotaciones de esta investigación, realizadas por y con fines políticos, en los diarios El País de 2/4/98, suplemento Andalucía, pags.1 y 9 y El Correo de Andalucía, del mismo día, pg. 26.


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Por otro lado, respecto a la categorización temática realizada, los contenidos de Canal Sur reflejan una tendencia a la sobreinclusión de temas conflictivos/reivindicativos (30% aproximadamente del total de sus informaciones a dedicado crisis, sucesos, conflictos institucionales) mientras TVEA dedica el 34% de su espacio informativo a actos y proyectos institucionales y solo se refiere a los temas anteriores en algo menos del 18% de las ocasiones. También se puede comprobar cómo Canal Sur concede un mayor protagonismo -en los términos como se ha definido este concepto anteriormente- a los temas políticos de carácter autonómico y local, dentro de los que destaca cuatro clases de contenidos: relaciones institucionales, crisis/ sucesos, vida parlamentaria y presupuestos/inversiones. La desconexión regional de TVE, por su parte, pone el acento en los temas nacionales y autonómicos de carácter general, poniendo un menor énfasis en las noticias que se refieren a crisis y relaciones institucionales. Solo con este botón de muestra - lo que nos permite la extensión de este artículo- se pueden obtener algunas conclusiones en sentido confirmatorio de la hipótesis de partida. Parece evidente la influencia política en la construcción de la agenda informativa de los informativos de las respectivas cadenas. Mientras Canal Sur evidencia un contenido con fuerte carga dialéctica en su agenda, los informativos de TVE Andalucía parecen instalarse en contenidos más livianos, menos polémicos, casi podrían tildarse de costumbristas o “folclóricas”. Cualquier andaluz mínimamente al día de la situación actual no necesitará más explicaciones heurísticas para aceptar evidencia de esta conclusión16. Y si se acepta que los informativos de estas dos cadenas son utilizados políticamente para, por un lado, fustigar al gobierno central y, por parte de TVE-A, para rebajar el tono de la confrontación, la pregunta que surge a continuación no puede ser otra para un investigador de los efectos de la comunicación que ¿Lo consiguen?. Obviamente, la respuesta a esta pregunta escapa de los objetivos y las posibilidades de esta investigación, pero sí se puede hacer alguna inferencia aproximativa. Veamos. 16

Por supuesto, el resto de los análisis efectuados continúan confirmando la tesis que se extrae de estos datos. Nuevamente tengo que solicitar la benevolencia del lector por no poder exponer el resto de los resultados. Igualmente, les vuelvo a remitir a los diarios El País y El Correo de Andalucía donde se publica una información “políticamente interesada” de este trabajo.


214 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

INDICADOR DE PROTAGONISMO INFORMATIVO (Valores relativos de Protagonismo «Alto» en informativos de Canal Sur v.s. TVE-Andalucía) Protagonismo «Alto» Protagonismo «Alto» CANAL SUR TVE-ANDALUCÍA

CANAL SUR (%s/Conjunto)

TVE-And. (%s/conjunto)

Política

32,1

21,9

19,9

8,3

Inf. Gral.

47,9

60,6

16,2

10,-

Economía

2,7

1,8

7,7

-

Deportes

0,6

0,7

16,7

-

Sociedad

12,2

15,-

8,4

4,9

Internacional

21,7

6,2

10,7

5,9

Nacional

14,9

8,8

14,8

16,7

Autonómico

18,3

20,1

23,-

18,2

Provincial

4,4

-

11,9

-

Local

40,7

64,8

16,3

5,1

Relaciones Instituc.

4,9

4,4

31,9

8,3

Asuntos Ordinarios

2,7

2,6

11,5

-

Crisis/Sucesos

25,7

14,6

24,6

12,5

Vida parlamentaria

4,9

4,-

25,5

-

Conflictos Instituc.

6,5

2,9

16,2

12,5

Pptos. Inversiones

2,2

0,7

28,6

-

Orden Público

3,8

4,7

8,3

-

Actos Institucionales

10,1

26,3

7,3

8,3

Proyectos Instituc.

3,6

7,7

11,8

-

Otras informaciones

35,5

32,1

9,2

11,4

TEMÁTICA

CONTEXTO

CATEGORÍAS


Dr. Carlos A. Guerrero Serón

215

PERFIL DE AUDIENCIAS DE INFORMATIVOS DE MEDIODÍA (Audiencia franja horaria: 10,1% S./Total Población) NO VEN INFORMATIVOS

VEN INFORMATIVOS NACIONALES

CANAL SUR (Share 38,8%)

Hombre 44% Mujer 56%

Hombre 46% Mujer 54%

Hombre 48% Mujer 52%

15-24 años 31% 25-34 años 15% 35-44 años 11% 45-54 años 11% más 55 años 31%

15-24 años 21,3% 25-34 años 16,5% 35-44 años 13,8% 45-54 años 12,9% más 55 años 35,5%

15-24 años 12,6% 25-34 años 13,4% 35-44 años 17,3% 45-54 años 14,2% más 55 años 42,5%

ESTUDIOS

Est. Primarios/Sin est. 38,7% Bachiller, EGB, BUP, 55,6% Universitarios 6,7%

Est. Primarios/Sin est. 45,9% Bachiller, EGB, BUP, 47.-% Universitarios 6,9%

Est. Primarios/Sin est. 56,6% Bachiller, EGB, BUP, 40,2% Universitarios 3,2%

INGRESOS

menos de 125 mil 43,6% de 125 a 175 mil 22,9% de 175 a 225 mil 7,4% más 225 mil 6.-%

menos de 125 mil 46,6% de 125 a 175 mil 21,8% de 175 a 225 mil 7,1% más 225 mil 7,3%

menos de 125 mil 59,4% de 125 a 175 mil 27,9% de 175 a 225 mil 6,3% más 225 mil 6,3%

OCUPACIÓN

Trab. Cta. propia 5.2% Trab. Cta. ajena 18,3% Amas de casa 25,1% Estudia 2,3% En paro 12,3% Jubilados 15,8%

Trab. Cta. propia 4,8% Trab. Cta. ajena 19,3% Amas de casa 27,8% Estudia 17,9% En paro 10,9% Jubilados 19,7%

Trab. Cta. propia 4,8% Trab. Cta. ajena 16,7% Amas de casa 30,2% Estudia 12,7% En paro 7,9% Jubilados 27,8%

CICLO DE VIDA

Soltero joven en casa paterna 29,4% Adultos en casa paterna 9,3% Solteros independientes 3,3% Parejas mayores/Adultos solos 31,6% Pareja joven sin hijos 4,6% Parejas con hijos<15 años 11,2% Parejas con hijos de 15,24 años 10,6%

Soltero joven en casa paterna 20,8% Adultos en casa paterna 9,3% Solteros independientes 3,7% Parejas mayores/Adultos solos 36,3% Pareja joven sin hijos 3,1% Parejas con hijos<15 años 13,3% Parejas con hijos de 15-24 años 13,3%

Soltero joven en casa paterna 11% Adultos en casa paterna 7,1% Solteros independientes 1,6% Parejas mayores/Adultos solos % Pareja joven sin hijos 2,4% Parejas con hijos<15 años 17,3% Parejas con hijos de 15-24 años %

HÁBITAT

Capital 40,6% Rural 59,4%

Capital 42,2% Rural 57,8%

Capital 38,6% Rural 61,4%

SEXO

EDAD


216 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

Audiencias A partir de los datos incluidos en la tabla “Perfil de audiencias de informativos de mediodía”, vamos a tratar de comprobar si los contenidos formalizados en los telediarios son los más adecuados para las audiencias “esperadas” por los emisores. Observando dicha tabla, se puede colegir lo siguiente: - en todas las categorías se da un mayor sobrepeso de mujeres, pero donde más féminas se encuentran es en el informativo autonómico de televisión española y entre quienes no ven los informativos de este periodo horario; donde menos, en el target de los informativos nacionales y de Canal Sur que se adaptan más al conjunto de la población. - los informativos de TVE-A, sobre todo, y de Canal Sur cuentan con la audiencia más madura en términos de edad. Los más jóvenes o no ven informativos o se exponen a los de las cadenas nacionales. - los niveles de formación de las audiencias van decayendo de forma paulatina hasta llegar a TVE-A que acumula cerca de un 60% de su público entre personas con estudios primarios como máximo. Esta situación es muy parecida para Canal Sur y bastante diferente respecto a los informativos nacionales y, sobre todo, el grupo que no ve informativos. En otras palabras, se encuentra una relación inversa entre la variable formación y la audiencia de informativos regionales. Para los informativos nacionales, se mantiene una estructura de la variable formación equivalente al conjunto de la población. - la situación económica de las audiencias muestra una situación similar a la anterior: quienes se exponen a TVE-A son los que cuentan con menor poder económico de los grupos analizados (casi tres de cada cuatro se encuentran agrupados en la categoría inferior de la variable), rasgo muy parecido entre la audiencia de Canal Sur y opuesto al de los que no ven informativos. - los niveles de ocupación indican, nuevamente, un mayor predominio de amas de casa y jubilados, no activos, entre quienes componen la audiencia de la Televisión Española regional, después en la audiencia de Canal Sur, en los informativos nacionales -que vuelven también en esta variable a presentar unas características similares o más parecidas al conjunto de la población- y, finalmente, donde menos se comparte este rasgo es entre las audiencias de otros programas de la banda horaria no informativos. - la variable ciclo de vida permite comprobar cómo quienes no se exponen a los informativos de televisión son los solteros en casa paterna.


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217

Por su lado, el grupo más notorio en los informativos de televisión española en su desconexión regional y de Canal Sur son las parejas mayores. - finalmente, el hábitat nos indica que en todos los casos hay un predominio de audiencia en los hábitats rurales, pero sobre todo entre las audiencias de televisión española regional y canal Sur. Como consecuencia de todo ello se dibuja un perfil que podría resumirse de la siguiente forma: el periodo horario de los informativos cuenta con una audiencia “normal”, es decir, el perfil de las audiencias de esta hora -entre las dos y las tres y media de la tarde- es homogéneo con las características del conjunto de la población. Sin embargo, entre las diversas opciones existentes, los diferentes grupos sociales “usan” los soportes conforme a las gratificaciones que reciben de ellos. Así, los más jóvenes se orientan claramente hacia las películas y series, mientras los de mayor edad se inclinan por informativos cuyos contenidos cuentan con una carga informativa menos conflictiva. En otras palabras, la audiencia de televisión entre las 14 y las 15,30 horas se corresponde con las personas que están en casa en ese momento. La hipótesis formulada anteriormente parece cumplirse en este aspecto. Los informativos los ven las personas que se encuentran en casa y, dentro de las diferentes opciones, eligen la que más se adapta a sus gustos. Quienes se exponen a los telediarios nacionales, suelen ser personas que tienen un cierto mayor nivel formativo que la media de la población. Por su parte, los que se exponen a Canal Sur y a la desconexión de Televisión Española en Andalucía, muestran un perfil claramente de desocupado, el decir, de amas de casa e inactivos o jubilados, por lo tanto, las características personales del resto de variables aparentan un mayor sobrepeso en los rasgos que definen tradicionalmente a estas personas, es decir, menor nivel cultural, menor nivel económico, más edad y mujeres. Nuevamente podemos hacer nuestras las afirmaciones de Aldana (1998:64-65) en el sentido de que “En buena medida el consumidor de informativos lo es porque está en casa a la hora en que los emiten (...) El consumidor de informativos es fundamentalmente un consumidor de TV y no alguien especialmente interesado por la información (...) Se consume en compañía de la familia, aunque los más jóvenes tienden a disgregarse del grupo familiar...”17

17

ALDANA, M. (1978): La información en TV: papel de los informativos en la lucha por la audiencia en A.E.D.E.M.O. 83º Seminario. 14º Seminario sobre audiencia de televisión. Granada. Febrero, 1998. pp. 64-65.


218 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

Conclusiones Los objetivos definidos para esta investigación trataban de comprobar a través de los informativos diarios como mejores exponentes de la intencionalidad ideológica, si la audiencia específica de estos programas se aparta sensiblemente de la tipología general del periodo horario y, en caso de confirmarse la hipótesis, si se podría establecer alguna relación entre el perfil de sus audiencias y los contenidos de cada informativo -supuestas gratificaciones ideológicas- o, por el contrario, si se evidencia que la audiencia de los informativos es similar a la del conjunto del periodo coloquialmente, si el público ve “lo que hay”- en cuyo caso la selección de los valores/noticia por parte de los emisores -periodistas- están en disonancia con lo que el público espera. Los análisis efectuados tras la adecuación de las variables y la construcción de indicadores oportunos, nos permiten afirmar de una forma parcial18 las hipótesis establecidas. Efectivamente, los datos recogidos indican, por una parte, que se produce una evidente selección y tratamiento de las noticias de forma que determinadas temáticas -y sujetos- se vean realzadas, disminuidas o ignoradas. Pero también se ha podido comprobar que el público de los informativos no tiene una especial predilección por este tipo de programas; es “lo que se puede ver” y dentro de las escasas opciones disponibles se pasa de una a otra buscando “lo más distraído” (Aldana, op. cit.). Pero no es menos cierto que existe una relativa tendencia o predilección por los informativos entre las personas -más entre los varones- a partir de un cierto nivel formativo y económico19, sin que se pueda llegar a “la tan querida, por algunos, equiparación entre mi periódico=mi informativo...” (Aldana, op. cit: 65). Por otro lado, la tendencia de los jóvenes -y de los mejor formados, también (y los jóvenes son hoy día los mejor formados)- hacia los contenidos de entretenimiento parece evidenciada en los resultados aportados por la investigación. Correlativamente, las personas mayores y las desocupadas en general se caracterizan por un mayor consumo televisivo y “la información es más importante cuando la exposición es más fuerte” (Scaglia y Souchon, 1991)20, lo que se corresponde con las relaciones encontradas.

18 19

20

Cuando se trata de audiencia todas las conclusiones tienen que ser especialmente parciales. En mi libro Los andaluces y los medios de comunicación, (1995). Junta de Andalucía. Sevilla. pp. 137-138. se exponen los pormenores de estos fenómenos comportamentales del público. SCAGLIA, D. Y SOUCHON, M. (1991): “Le public de la televisión: des comportaments differents” en Les media, la publicité et la propagande.. Paris. Institut de Recherches et d’Etudes Publicitaires.


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219

Todo ello abunda en el corpus teórico de base por cuanto se constata una cierta selectividad de las audiencias por los contenidos que más se adaptan a sus gustos, valores y predisposiciones, dentro de las limitadas opciones disponibles. La audiencia, por lo tanto, usa la televisión como una forma de entretenimiento; el hecho de que en nuestra sociedad perduren los horarios laborales partidos proporciona dos “prime time” a los emisores21 que aprovechan para captar al mayor público posible para, bien, ofrecerles la “información” que necesitan, o bien y además, para tratar de “enganchar” la mayor parte de audiencia y trasvasarla hacia los programas que siguen, manteniendo de esta manera los share más altos posibles en búsqueda de la rentabilidad comercial. La multitud de implicaciones económicas, sociales, culturales, etc. que subyacen tras la situación que se acaba de apuntar sugieren nuevas hipótesis y análisis que podrían hacernos perder los objetivos concretos de este trabajo. Así pues, en lo que se refiere a la posible eficacia de la utilización de los informativos por parte de los emisores autonómicos, para transmitir a la audiencia una cierta visión de la realidad, mediante la selección y manipulación -en sentido amplio- de hechos noticiables -construcción de la agenda, podemos afirmar que solo en parte parece confirmarse, ya que: a) el “caldo de cultivo” -léase audiencia específica- tiene sus propios criterios y opta por los espacios que más le apetecen en cada momento, con lo que es difícil inocularle la ración adecuada. b) la tipología de las audiencias respectivas -desocupados, de baja formación, más de 50 años,...- tampoco entran en los estereotipos de líderes de opinión como para que pueda esperarse de ellos un efecto “mancha de aceite” en la difusión de los contenidos. Así, pues, estas conclusiones podrían servir para “... recordar al planificador del peligro de esperar efectos uniformes . Diferentes personas tienden a utilizar la comunicación diferentemente bajo diferentes condiciones, lo que en definitiva, conduce a efectos diferentes” (Windahl, Signitzer y Olson, op. cit.: 219-220). Finalmente, el objetivo instrumental de esta investigación era conseguir la puesta a punto una herramienta de análisis, sustitutiva de los tradicionales

21

La existencia de dos “prime time” es inusual en los países avanzados de nuestro entorno. En España este hábito de “escuchar/ver las noticias mientras se come” está arraigado desde hace más de medio siglo, primero con la radio y, después, con la televisión “nacional” que siguió las pautas existentes.


220 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

“vaciados de prensa”, que responda a criterios científicos mediante la utilización de una metodología científicamente contrastable. En este sentido, creo que el objetivo ha sido perfectamente cumplido; la información que se recoge con este sistema proporciona no solo clasificaciones mucho más amplias y versátiles que los mencionados “informes de fotocopias”, sino también fiables y válidas, que son los dos requisitos inexcusables que debe cumplir un instrumento de investigación para ser científicamente contrastado.


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221

Bibliografía complementaria - ASA BERGER, A. (1991): Media analysis techniques.Ed.Rev.. London. Sage. - BARDIN, Laurence (1986): Análisis de contenido. Madrid. Akal.(Edición original en francés, 1977.Presses Universitaires) - BARWISE, P. & EHREMBERG, A. (1992): Television and its Audience. London. Sage. - FAGEN, Richard R. (1967): Política y Comunicación. Buenos Aires. Paidós. - FORNER, R.M. (1992): «David contra Goliat: el triunfo de la Prensa sobre la Televisión para determinados Grupos Objetivos, en España» en Investigación y Marketing, 38, marzo, pp. 99-106. - GRABER, D. (1987): El poder de los medios en la política. Buenos Aires. Latinoamericana. Buenos Aires. - HALL, S. (1980): “Cultural studies: two paradigms” en Media, culture and society. A critical reader. London. Sage. Pag.33-48 - HORNIG PRIEST, S.(1966): Doing media research. An introduction. London. Sage. - KLAPPER, J.T. (1974): Los efectos de las comunicaciones de masas. Madrid. Aguilar. (Edición original inglesa en 1960. Free Press.New York) - KRIPPENDORFF, Klaus. (1990): Metodología de análisis de contenido. Teoría y práctica. Barcelona. (Edicción original inglesa en 1980. Sage. Newbury Park) - McQUAIL, D. (1993): «Rethinking conceps and methods. Traditions, technologies and audiences» en M. Ferguson (ed.) Publics communications. The news imperatives. Future Directions for Media Research. London. Sage. - MERTON, R.K. (1987): Teoría y estructura sociales. México. Fondo de Cultura Económica. - MOORES, S. (1993): Interpreting audiences. The ethnography of media consumption. London. Sage. - POTTER, W. James (1998): Media literacy. London. Sage. - RASH, W. (1997): Polítics on de nets. Wiring the Polítical Process. New York. W.H.Freeman and Company - RODA, R. (1989): Medios de comunicación de masas. Su influencia en la sociedad y en la cultura contemporáneas. Madrid. CIS. - RUIZ OLABUÉNAGA, J.I.- IZPIZUA, Mª.A. (1989): La descodificación de la Vida Cotidiana. Métodos de Investigación Cualitativa. Bilbao. Universidad de Deusto.


222 Contenido y audiencia de los informativos: Canal Sur TV y TVE en Andalucía

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Periodismo ambiental en Canal Sur Televisión Miguel Montaño Montaño Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación Periodista de Canal Sur TV

El autor estudia el origen histórico del periodismo ambiental, la evolución en España y Andalucía y su aparición en Canal Sur TV. Realiza un análisis sobre la información medioambiental, especialidad del periodismo que en la década de los noventa despierta nuevamente gran interés entre el público. La televisión autonómica ha dedicado, desde su creación, numerosos programas sobre el medio ambiente. Actualmente sus Servicios Informativos tienen la sección Medio Ambiente. De la importancia que se concede a este tipo de información es un buen ejemplo el programa «Tierra y Mar», que incorpora progresivamente noticias medioambientales, referidas a la educación ambiental, el mantenimiento y recuperación de la biodiversidad y la presentación de modelos de conducta respetuosos.

E

l interés del público por los asuntos relacionados con el medio ambiente comenzó a desarrollarse entre la década de los sesenta y setenta. Posteriormente, este interés decayó y ahora, en los noventa, ha resurgido con fuerza la cuestión medioambiental. La cobertura de los medios de comunicación de los problemas medioambientales ha seguido, básicamente, la misma tendencia1. Como en tantas otras cuestiones, la explosión informativa sobre cuestiones relacionadas con el medio ambiente tiene su origen en Estados Unidos, país donde se dejaron ver los primeros efectos del desarrollismo. En 1969, millones de norteamericanos de clase media habían huido del centro de las ciudades en busca de una nueva vida en suburbios ajardinados. Para su desaliento, se encontraron con que les seguían la contaminación y los congestionamientos. Estos ciudadanos constituyeron el primer núcleo de 1

MAUDIE, Kuns; NIESKE Witlox. «La comunicación y el medio ambiente». Revista de ciencias de la información. Número extraordinario, 1995. Facultad de Ciencias de la Información. Universidad Complutense de Madrid. Pág. 13.


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Periodismo ambiental en Canal Sur Televisión

demanda de información sobre contaminantes y contaminadores2. Junto a este fenómeno, en los años sesenta surgen en los Estados Unidos los primeros movimientos ecologistas en el seno de las universidades en un ámbito pacifista, de libertad sexual y de acercamiento a la naturaleza. “En Europa, sin embargo, este movimiento tiene tintes subversivos pero como requerimiento de transformación del sistema hacia un modelo socialista3” “En España los primeros grupos colectivos ecologista eclosionaron al calor de la frustración de mayo del 68 o de la mano del entonces activo movimiento ciudadano4”. El movimiento ecologista surge como un grito de protesta para la defensa del entorno natural y cultural ante la agresión de un tipo de desarrollo que se manifiesta en impactos como la contaminación industrial o urbana de ríos, mares o zonas naturales. La labor desempeñada por el movimiento ecologista, en los medios de comunicación a partir de la década de los setenta es un fenómeno poco estudiado. Una de las reflexiones sobre este tema la encontramos en El Libro de la Naturaleza, (El País, 1984) “libro de referencia imprescindible5”. Un artículo de la bióloga y periodista Rosa P. Abelló6 Ulloa ofrece una visión general del protagonismo de las asociaciones ecologista en los medios Periodistas especializados en medio ambiente de España durante unas jornadas organizadas por la Sociedad Española de Ornitología en Gallocanta, Zaragoza, en febrero de 1998. Una gran parte de los periodistas pertenecen a la Asociación de Periodistas de Información Ambiental de España. En estas jornadas participó un equipo de Canal Sur Televisión.

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3 4

5

6

CALVO HERNANDO, Manuel. Actas del I Congreso Nacional de Periodismo Ambiental. Madrid. Noviembre, 1995. Pág. 120. VERDÚ, Vicente. Actas inéditas del II Congreso Nacional de Periodismo Ambiental. Madrid. Noviembre, 1997. SANZ CAÑADA, Luis A. «En España el movimiento ecologista empieza a ser historia». El libro de la naturaleza. Madrid. El País 1994, pág. 286. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Joaquín. Periodismo Ambiental en España. Centro de Publicaciones, Secretaría General Técnica. Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiental, 1995. P. ABELLÓ ULLOA. Rosa. «Ecología y medios de comunicación». El libro de la naturaleza. Madrid. El País, 1984, pág. 112.


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225

de comunicación: Los ecologistas hacían sus comunicados y los distribuían, personalmente, en las redacciones de los periódicos. Era ésta la única manera de acceder a un medio que hasta entonces no se había interesado por los temas ambientales. En el mejor de los casos, existía un contacto en la redacción que se encargaba de que la noticia entrara. Esos contactos, con el tiempo, llegaron a ser sustituidos por verdaderos expertos. En España existen hoy más de doscientos profesionales especializados en información ambiental. Una gran mayoría se agrupa en la Asociación de Periodistas de Información Ambiental, de la que forman parte tres profesionales de Canal Sur Televisión. En Andalucía el movimiento ecologista, junto a la labor de algunos profesionales de la información, “contribuyen a afianzar la información ambiental7” . El periodismo de información ambiental en Andalucía comienza en los primeros años de la década de los 808. En estos momentos hay tres periodistas que, de una forma continuada, publican información ambiental. El diario ABC tiene cierto peso en este ámbito gracias a la labor del periodista Manuel Jesús Florencio que se dedicaba a temas exclusivos de medio ambiente y especializados en Doñana. En el caso del Diario Almería, el periodista especializado era Miguel Angel Blanco9. El tercero de los periodistas, trabaja hoy en Canal Sur Televisión, José María Montero. “Los verdes” de Canal Sur Televisión La programación de Canal Sur Televisión a lo largo de los 9 años de existencia de esta televisión autonómica ha dedicado numerosos programas, series y documentales a hablar sobre el medio ambiente andaluz desde las más diversas posiciones: naturalista, Parques Naturales; antropológica, Donde el viento da la vuelta, o recreativa, Andalucía Azul. En un sentido estricto de información de actualidad especializada en medio ambiente destaca la reciente aparición de una sección en los Informativos Diario 1 y 2 denominada Medio Ambiente, hecho que ocurre con el cambio de programación efectuada en Febrero de 1997, así como el programa Tierra y Mar, que ha ido incorporando progresivamente informaciones de medio ambiente a lo largo de sus nueve años de existencia. “La evolución de la 7

8 9

MONTERO, José María. Periodista de Canal Sur Televisión. Premio Andalucía Medio Ambiente 1996. En declaraciones a quien suscribe este artículo. Sevilla, 7 de Noviembre 1997. MONTERO, José María. Idem nota 7. BLANCO, Miguel Angel. Premio Andalucía de Periodismo en 1989, por la sección de Ecología en el Diario Ideal de Granada. Entrevista realizada en Madrid, durante la celebración del II Congreso Nacional de Periodismo Ambiental en noviembre de 1997.


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Periodismo ambiental en Canal Sur Televisión

información ambiental en Canal Sur ha sido similar a la de otros medios de comunicación. Dentro de la socorrida sección de sociedad y cultura se hace medio ambiente. La ventaja que había aquí desde un principio es que existía una persona, que era yo, que se ocupaba de estos temas y, por lo tanto, había una información continua10. En la actualidad este área depende orgánicamente de la sección de Sociedad y Cultura, a efectos de organizar los turnos de trabajo. En cuanto a contenidos, enfoques y previsión de temas, el periodista José María Montero es el único profesional que se dedica a estas tareas.

Equipo de trabajo del programa Tierra y Mar en la temporada 1997-98. De izquierda a derecha: Jorge Barrales, (arriba) Nélson López, José Manuel de Castro, Rosario González, (arriba) Jose María Domínguez, Miguel Montaño, Isabel Hernández, Francisco Olivares, Sol Varela, Ezequiel Martínez, José Gordillo.

Junto a la sección de Medio Ambiente en los Servicios Informativos diarios, esta temática es abordada de forma esporádica en los diversos programas de Canal Sur Televisión: Los Reporteros, Andalucía Directo, Parlamento o El Club de las Ideas. Este último dedica una atención especial a la educación ambiental de los niños andaluces. Sin embargo, el calificativo de “Los verdes” de Canal Sur, es atribuido por el periódico Diario 1611, al programa Tierra y Mar, espacio que cuenta con el premio Andalucía de 10

MONTERO, José María. Idem. Nota 7.


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Periodismo y el de La Asociación de Telespectadores de Andalucía. .c.2.3.1. En Canal Sur Televisión; El programa Tierra y Mar surge en el mes de marzo de 1990. Durante una primera etapa, desde 1990 hasta 1992, está dedicado íntegramente a información de actualidad sobre el sector primario. A partir de esta fecha comienza una segunda etapa experimentando una evolución propiciada por tres factores: el cambio de horario de emisión, la interactividad y la incorporación de los contenidos medioambientales. La especialización periodística en temas medioambientales en Tierra y Mar pasa por informar según tres criterios: la educación ambiental, el mantenimiento y recuperación de la biodiversidad y la presentación de modelos de conducta respetuosos con el medio ambiente, modelos que en numerosas ocasiones se hayan en la antropología social y cultural. En el gráfico número 1 se puede observar la tipología de temas sobre medio Gráfico nº 1.

Número de Informaciones

Información ambiental en Tierra y Mar (1995-1996)

Tipología Gráfico 1. Número de informaciones y tipología en el subsector de medio ambiente durante la temporada de 1995 y 1996. Fuente: Archivo de escaletas de Tierra y Mar. Elaboración propia.


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Periodismo ambiental en Canal Sur Televisión

ambiente que el programa aborda desde Septiembre de 1995 hasta el mes de Julio de 1996, fase en la que la información ambiental adquiere mayor protagonismo. El primer lugar lo ocupa el Parque Nacional de Doñana, al que se dedican dos programas monográficos, los números 250 y 251. En segundo lugar la agricultura ecológica, a la que en esta temporada se dedica por primera vez un programa monográfico. La biodiversidad botánica y zoológica es el tercero de los ámbitos de la información ambiental. También en esta temporada se elabora, por ejemplo, el primer reportaje que se aproxima al periodismo científico y que trata sobre la enfermedad de la grafiosis en los olmos. Este reportaje fue emitido el 18 de marzo de 1996, en el programa número 252. En cuanto a especies zoológica destaca un reportaje sobre el lobo en Sierra Morena y el intento de recuperación de la biodiversidad en la Laguna de la Janda, en Cádiz. La educación ambiental también ocupa uno de los primeros puestos con la elaboración de reportajes como el dedicado al Parque Natural de los Montes de Málaga, programa número 265, emitido el 17 de Junio de 1996 o el del Jardín Botánico y Zoológico del Retiro, en Churriana, también en Málaga, emitido el 6 de Mayo de 1996 en el programa número 259. Del resto de la información ambiental destacamos la atención prestada a distintos Parques Naturales como Cazorla, programa número 256 ; Hornachuelos, programa número 252 yAlcornocales, programa número 247. En cada uno de los apartados anteriormente mencionados están presentes los rasgos de la antropología rural andaluza. En el gráfico número 2 puede apreciarse también la evolución de la información ambiental en el programa Tierra y Mar desde Octubre de 1992 hasta Julio de 1996. Este análisis ha sido realizado mediante una base de datos en la que han sido incluidos los datos de más de trecientas escaletas -guiones- del programa. Puede observarse como durante los cuatro últimos meses del año 1992, desde Octubre a Diciembre, el programa Tierra y Mar, elabora sólo cuatro informaciones sobre esta materia. A lo largo del año 1993 la cifra se eleva hasta las dieciocho informaciones y alcanza la cifra de treinta y dos en el año 1994. La línea ascendente experimenta un leve descenso entre los meses de Enero y Junio de 1995, cuando son elaboradas veintidós informaciones de carácter medioambiental. La caída se hace más acusada entre los meses de Septiembre y Diciembre de 1995, cuando sólo se emiten nueve informaciones, la cota más baja desde 1992. Finalmente, entre Enero y Julio de 1996 la información ambiental supera esta bajada y se consolida como


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Gráfico nº 2.

Evolución de la Información Ambiental entre 1992 y 1996

Número de Informaciones

Evolución durante las dos fases de Ezequiel Martínez Gráfico 2. Evolución de la información ambiental en Tierra y Mar desde 1992 hasta 1996. Fuente: Archivo de escaletas de Tierra y Mar. Elaboración Propia.

Un equipo de Tierra y Mar durante la grabación de un reportaje sobre la berrea del ciervo en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas (Jaén), en septiembre de 1996.


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Periodismo ambiental en Canal Sur Televisión

la segundo subsector en materia informativa dentro del programa. En este periodo de seis meses supera todas las cifras mencionadas siendo emitidas cincuenta informaciones. Hacia una definición del concepto Establecido el origen histórico del periodismo ambiental, la evolución en España y Andalucía y su aparición en Canal Sur Televisión, cabe una última reflexión, la más básica. ¿Qué se entiende por periodismo ambiental?. Se puede establecer como periodismo ambiental aquél que se ocupa de la información de actualidad que contextualice, analice los procesos y enumere los efectos12 de aquellas intervenciones relacionadas con “la naturaleza y el medio ambiente y en especial de aquellos aspectos que tienen que ver con su degradación13” . En la etapa contemporánea este periodismo es una opción profesional, no ideológica tal y como está siendo expresado en los más diversos foros14: Centro de Estudios de Información Ambiental15 Instituto de Educación Continua16 y en los numerosos cursos de postgrado y master sobre información ambiental que se suceden en España en los últimos años. Esta tarea profesional se mantiene al margen del pensamiento ecológico o los movimientos sociales que luchan contra la degradación del planeta. Pero este intento de objetividad no está exenta de un cierto activismo, dado que los medios de comunicación son el único instrumento que puede educar a la escala necesaria y en el tiempo disponible17. Sólo se dispone de margen para educar a la generación actual, la que tienen en sus manos la solución a la cuestión medioambiental.

11 12

13

14

15 16 17

Diario 16 de Andalucía. Lunes 10 de Febrero de 1997. LEZAMIZ, Arantxa. «Presente y futuro del periodismo ambiental en España». II Congreso Nacional de Periodismo Ambiental. Madrid. Asociación de Periodistas de Información Ambiental, 1997. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Joaquín. Periodismo Ambiental en España. Centro de Publicaciones, Secretaría General Técnica, Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente. 1995, pág. 11. ELCACHO, Joaquín. «El periodismo ambiental: bajo el signo de la catástrofe». II Congreso Nacional de Periodismo Ambiental. Madrid. Asociación de Periodistas de Información Ambiental, 1997. VV.AA. Boletín. Centre D’estudis D’informació Ambiental. Barcelona. Noviembre 1997. WW.AA. «Comunicación científica. Master 1997-1998. Institut d’educación continua. 1997. Página 4. PÉREZ DE LAS HERAS, Mónica. «Visión internacional del periodismo ambiental». I Congreso Nacional de Periodismo Ambiental. Madrid. Asociación de Periodistas de Información Ambiental. 1996, pág. 99.


La prensa de Andalucía durante la transición Manuel Ruiz Romero Miembro del Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación y colaborador honorario del Departamento de Historia Contemporánea en la Facultad de Historia de la Universidad de Sevilla

Los medios de comunicación forman parte del entramado social que contribuyó a la democratización de España, especialmente entre las décadas de los años setenta ochenta. Considera el autor que al controlar los medios las instancias donde se ejerce el poder, la sociedad civil se encuentra más protegida y los propios medios consiguen liberarse del control político que les envuelve. Analiza las notas características de la transición andaluza, significando la no existencia de estudios sustanciales sobre la prensa en este periodo, que abarca desde las primeras elecciones a Cortes constituyentes (junio de 1976), hasta las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía (mayo de 1982).

S

in insistir mucho en la polémica histórica acerca del comienzo de la transición, al no ser objeto directo del presente artículo, cabe comenzar este análisis afirmando que los medios de comunicación, sus profesionales, asociaciones del sector, y empresas promotoras son parte del entramado social, que hace inevitable el comienzo, evolución y buen fin del proceso en pro de la democratización en el que se ve inmerso este Estado, fundamentalmente entre las décadas de los años setenta ochenta. Es más, si bien existen hitos en donde unos u otros autores enmarcan un comienzo simbólico de este proceso hacía la democracia en la vida pública, la transición sociológica, y con ella la influencia y el empuje de la transición periodística comienza mucho antes. Existe pues una clara diferenciación entre transición institucional y transición política. En la promoción de ese espíritu democratizador, aún desde el tardofranquismo y amparado en sus leyes como veremos, la prensa recupera un papel protagonista en la sociedad generador tanto de nuevas mentalidades como de actitudes. En la medida que los medios controlan a las instancias donde se ejerce poder, la sociedad civil se encuentra así más protegida, y en consecuencia, los propios medios consiguen li-


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La prensa de Andalucía durante la transición

berarse del control político que les envuelven. Culmina así la particular transición de la prensa1. De otro lado, y antes de entrar en mayores análisis, conviene precisar metodológicamente algunas cuestiones, inmersas en la defensa que venimos realizando sobre la existencia de notas características en la transición andaluza2. En primer lugar, no existen aún un sustancial elenco de estudios sobre la prensa en este periodo, de donde que realizar síntesis o valoraciones. Con salvedad de la obra ya clásica del profesor Checa Godoy, al realizar estas valoraciones partimos de limitaciones de las que no son ajenas nuestras instituciones, universidades o doctorandos, y en las que debemos citar honrosas excepciones3. La prensa andaluza se cita en demasía desde obras generales sobre la historia de la prensa española, una muestra histórica más, tal y como señala el citado profesor, de la subvaloración a que se encuentra sometida la prensa de nuestra Comunidad4. Al igual que mucho otros aspectos de la realidad científica, añadimos nosotros, de tal forma que esta constatación forma parte también de nuestro reto. Por otro lado, y para situar al lector considero necesario al menos, sí limitar en el tiempo el concepto de transición andaluza. Tal y como ya he defendido, nuestro particular proceso, paralelo y complementario al realizado en todo el Estado, abarca desde las primeras elecciones a Cortes constituyentes (junio de 1976), hasta las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía (mayo de 1982)5. No obstante, para la contextualización del tema que analizamos, vamos a arrancar antes. Conscientes de que gran parte de la situación de la prensa andaluza durante la transición, se gesta –como en todo el Estado- años antes, y en el seno del propio régimen del general Franco. De igual forma, se puede afirmar que el final de la transición de la prensa

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Así se expresa SINOVA, J., “La prensa en la transición a la democracia” en Cuenta y razón, (95), 1995, pp. 137 – 147. Cfr. de este autor: “Apuntes para una caracterización de la transición en Andalucía”, en Revista de Historia Contemporánea, Sevilla, Universidad- Facultad de Historia, (8), 1998, (en prensa). Destacar la tesis doctoral que en estos momentos finaliza sobre Diario de Cádiz, Aurora Labio Bernal compañera de este Grupo de Investigación, la cual es dirigida por Ramón Reig desde la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla. Existen breves comentarios y reflexiones sobre los medios de la época en los volúmenes colectivos: Los Andaluces, Madrid, Istmo, 1.980; así como en Andalucía, Madrid, La Gaya Ciencia, 1978; y en Hacia una Andalucía Libre, Sevilla, Edisur, 1.978. Así como en cada una de las respectivas voces dentro de la Gran Enciclopedia de Andalucía. Así lo justificamos en: “La transición de Andalucía. Fuentes, estado de la cuestión e hipótesis cronológica”, en Actas del Tercer Congreso de historiadores sobre franquismo y transición, Sevilla, Universidad Pablo de OlavideCCOO, 1998 (en prensa).


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en Andalucía como quizás en otros puntos del Estado, no finaliza sino hasta 1984 por razones que nos disponemos a apuntar. Del reformismo a la democracia Desde la promulgación de la Ley de Prensa e Imprenta durante la primavera de 1966 comienza la formación de un denominado parlamento de papel, cuyos límites eran controlados por el Movimiento6. La prensa escrita pues, antes que otros ámbitos informativos, comienza aún bajo un discrecional y aleatorio régimen jurídico, un sistema de prácticas hasta ahora desconocidas. De tal forma que aún bajo el mismo margen legal, las cotas de libertad alcanzada en 1975 son objetivamente mayores que durante la fecha de su publicación oficial7. Progresivamente las barreras a esta libertad periodística para el libre ejercicio de la pluralidad informativa van cayendo. Así la primera medida efectiva en este proceso de liberalización la puso el Decreto de 1 de abril de 1977, transcendente por cuanto suprimía el célebre y temido artículo dos de la Ley de 1966, el cual tanta represión había justificado contra los periodistas. Ese abril del mismo año se procede a la supresión del Ministerio de Información y Turismo, y a la conversión de la Prensa del Movimiento en el organismo Medios de Comunicación Social del Estado (MCSE) cuyas competencias se trasladan al ámbito de la cultura ministerial finalmente en julio de 1977 (Decreto 1558/1977). Por estos momentos, la disolución de la Cadena se anunciaba como próxima, a la vez que se anunciaba un futuro anteproyecto de Ley PRIVADO sobre el destino de sus 36 periódicos, 45 emisoras de radio y la Agencia Pyresa8. La Constitución en orden jurídico, significa un punto de inflexión en el proceso de consolidación de las libertades y el derecho a comunicar o 6

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Al respecto puede consultarse: FERNÁNDEZ AREAL, M. La Libertad de prensa en España 1938-1971, Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1971; DUEÑAS, G., La Ley de Prensa de Manuel Fraga, Madrid, Ruedo Ibérico, 1969; MOLINERO, C., La intervención del Estado en la prensa, Barcelona, Dopesa, 1971; así como ZALBIDEA, B., “Prensa del Movimiento: Los pasos contados hacia el aperturismo”, en Historia de los medios de comunicación en España. Periodismo, imagen y publicidad (1900-1990), Barcelona, Ariel comunicación, 1989. Un interesante análisis jurídico de esta época en estudio en: PASCUAL P.., “ La prensa construyó la democracia”, en Historia de la transición y consolidación democrática en España, Madrid, UNED-UAM, tomo II, 1995, pp. 517 – 533. Con un interesante anexo de referencias legales, así como una recopilación anual de las ayudas estatales a la prensa desde 1976 a 1986. EL PAÍS, 22-XII-1978. En esta época los incipientes comités de empresa comienzan a posicionarse ante la realidad de aquellas empresas de comunicación en la que trabajan. Tal es el caso de José Gutiérrez miembro del comité de empresa del diario JAÉN, el cual señala que esta cabecera puede llegar a ser democrática y rentable. Cfr. MUNDO OBRERO, 22-XII-1978.


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recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. Abierto el debate sobre el futuro de los Medios de Comunicación Social del Estado, a partir de las primeras elecciones democráticas se abre un proceso parlamentario y gubernamental, en donde la voz de los trabajadores implicados se hace valer9. De la misma forma, la irrupción en el Congreso de los cinco diputados del Grupo andalucista, hace que se acentúe en Andalucía el debate sobre la transferencia de los medios escritos andaluces de la Cadena a la Junta preautonómica de Andalucía. Cuyo destino hasta esos momentos dentro del debate andaluz, había girado sobre la posible privatización o traspaso a sociedades de sus propios trabajadores. Por último el desmantelamiento de la tutela informativa por parte del Estado tiene su punto y final en la subasta de los antiguos medios del Movimiento, realizada en mayo de 1984 por el primer gobierno socialista. Se daba así fin a una situación anacrónica dentro de un régimen democrático, cuyo control en manos de la coalición gubernamental de UCD, había vendo siendo objeto de críticas constantes por parte de los grupos de la oposición, especialmente por su utilización partidista en épocas electorales. Medios andaluces de la Cadena de Prensa del Movimiento. Año 196510 Diario

Localidad

Difusión

Fecha aparición

Córdoba Jaén La Tarde La Voz de Almería La Voz del Sur Patria Sevilla Sur

Córdoba Jaén Málaga Almería Jerez Granada Sevilla Málaga

28500 17000 14000 15000 18000 22000 24000 25000

25-7-41 01-4-41 09-2-37 01-4-39 01-7-36 09-2-35 16-3-42 10-02-37

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Director Alvarez Gómez Chamorro Lozano Villagordo Montalbán Cirre Jiménez Daroca de Val Molina Fajardo Arroyo Martín-E. Sanz Cagizas

Al respecto del inicio de este periodo puede consultarse: ZALBIDEA BENGOA, B., “ La prensa del Movimiento en los primeros años de la Transición (1975-1979)”, en Historia de la transición y consolidación democrática en España, Madrid, UNED-UAM, tomo II, 1995, pp. 477 - 492. Anuario Prensa Española, 1965. No obstante, con anterioridad hay que señalar que desaparecen las siguientes cabeceras dentro de la cadena de Prensa del Movimiento: Fe en Sevilla, con aparición el 1 de septiembre de 1936 hasta el 16 de junio de 1946; Odiel en Huelva que se edita por primera vez en su segunda etapa el 1 de agosto de 1937; y Yugo en Almería, que comienza su salida el 20 de marzo de 1939.


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Bajo esta realidad, un informe interno realizado por la Prensa del Movimiento fechado en octubre de 1970 señala que el estado de las instalaciones es insostenible11. De las 35 instalaciones con las que cuenta la Prensa del Movimiento sólo se calificaba como aceptable de las establecidas en suelo andaluz a las que disponía La Voz del Sur (Jerez de la Frontera). En coherencia pues, se realiza un ”Plan de Inversiones” destinado a la reconversión de las unidades de producción de la Cadena, el cual llegaba a superar los ochocientos cincuenta millones de pesetas, como inversiones previstas en dos fases entre los años 1972 y 1975. En la primera se atiende aquellas cabeceras en donde resultaba especialmente urgente nuevas dotaciones y la adquisición de tecnología avanzada. Así de los veintidós medios designados ocho tienen implantación en alguna provincia andaluza. Un alto porcentaje (36%) a los del resto del Estado, lo cual nos ofrece un dato objetivo sobre la dependencia de los medios escritos andaluces de gran parte de las provincias respecto a la citada Cadena, y por otro lado, a las necesarias inversiones en el sector provenientes del Estado. Los beneficiarios de esa intervención en Andalucía son los siguientes medios: Diario

Inversión en millones

Córdoba Jaén La Voz del Sur Odiel Sevilla Sur y La Tarde La Voz de Almería

36,5 25 5 25,5 27,5 54 10,512

Ese conjunto de circunstancias lleva a plantear en 1974 un “Plan de ajuste”, para poner a estos medios, tal y como refleja documentos internos de la Delegación Nacional de Prensa y Radio del Movimiento, en condiciones de supervivencia y actualización como instrumento de orientación ideológica y política de la opinión pública española en tiempos que vivimos de

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Citado en: MONTABES PEREIRA, J., La prensa del Estado durante la transición política española, Madrid, CIS, 1989, pp. 40-41. De cara a la segunda fase citada se vuelve a beneficiar La Voz de Almería. Loc. cit.


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cambio y reforma. Este nuevo Plan, es presentado pues, como un segundo intento de reajuste. A partir de esa fecha se puede ya hablar en un sentido estricto de una Prensa estatal, sin dependencia teórica directa de organización política alguna13. Es decir, sin adscripción ideológica. Medios andaluces en la Cadena de Prensa del Movimiento. Año 1974 Diario Córdoba Jaén La Tarde La Voz de Almería La Voz del Sur Odiel Sevilla Sur

Difusión 9100 5981 4707 6908 5781 5755 4679 22659

Viabilidad

Reestructuración de 1976

Deficitario Deficitario Deficitario Deficitario Deficitario Deficitario Deficitario Rentable

Venta o alquiler Venta o alquiler Cerrado en 1975 Cerrado en 197514 Venta o alquiler Venta o alquiler Mantenimiento prioritario Potenciar como rentable

Los primeros indicios de apertura en esta etapa que inicia su andar se van consolidando no sin esfuerzo contra el involucionismo. El Real Decreto Ley sobre Libertad de Expresión abre las puertas a una mayor amplitud y pluralidad informativa claramente democráticos, así como a la legalización de órganos internos de las fuerzas de oposición. Fundamentalmente, Mundo Obrero y El Socialista, cuyos militantes lo ofrecen por la vía pública o bien se ofrecen en kioscos y librerías como novedad editorial. Por cierto, que muchos de estos establecimientos de prensa fueron objeto de agresiones por parte de quienes deseaban mostrar así su rechazo a esta exposición pública de libertad. La Constitución y la posterior liquidación de la cadena estatal de prensa Medios de Comunicación Social del Estado mediante acuerdo de Consejo de Ministros (16 de mayo de 1984), pone punto y final institucional a una amplia etapa de falta de libertades que en el medio informativo ha venido mostrando su cara entre la censura y la represión. En Andalucía de los once medios que configuran la citada Cadena en las ocho provincias para finales de 1978 sólo sobreviven siete cabeceras. 13 14

MONTABES PEREIRA, J., op. cit., p. 57. Ambos son cerrados en 1975 por Emilio Romero. Cfr. : MONTABES PEREIRA, J., La prensa del Estado durante..., op. cit. pp. 46 – 47.


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Medios andaluces en el proceso de liquidación de prensa del Estado15 Localidad Difusión 1981 Pérdidas Precio subasta (miles) en millones

Diario Córdoba Jaén La Voz de Almería Odiel Suroeste

Córdoba Jaén Almería Huelva Sevilla

9430 5660 6160 5387 1645

Sí Sí Sí Sí Sí

82,2 60,3 93,4 109 94

Finalmente a lo largo de 1984 y a través de diferentes etapas, tienen lugar las distintas convocatorias de subastas de cada uno de los periódicos16. El 1 de febrero de 1984 son subastados, entre otras, las cabeceras de Córdoba y La Voz del Sur; el 21 de febrero: Odiel y Jaén; el 14 de marzo: Sur y La Voz de Almería. El profesor Montabes Pereira como elaboración propia, y a partir de la información aparecida en prensa por esa fecha es quien ha elaborado cuadro sobre el resultado final del proceso de liquidación de la Cadena, de donde extraemos los titulares de medios andaluces17: Diario Córdoba Jaén La Voz de Al. La Voz del Sur Sur

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Difusión Rentabilidad 8524 5500 5551 — 25532

Deficitario Deficitario Deficitario Deficitario Rentable

Precio Precio Subasta Adjudicación18 67,8 43,3 72,2 32,9 526,8

82 33,5 60 — 526,8

Empresa Tendencia compradora socio política Norinfor, SA Reinex, SA Novotécnica — Prensa Malagueña

PSOE19 PSOE PSOE — Trabajadores suscriptores

Según BOE, 21 y 22 de octubre de 1982 (núm. 252 y 253). Resolución del Consejo de Dirección del Organismo Público Autónomo Medios de Comunicación Social del Estado. Publicado en BOE núm. 307, de 27 de diciembre de 1983 y núm. 17, de 20 de enero de 1984. MONTABES PEREIRA, J., op. cit., p. 152 y 153. Ambos precios expresados en millones de pesetas. Aunque el profesor Montabes cita en su cuadro a estas siglas de la organización socialista, entiéndase sectores empresariales cercanos a esta fuerza política.


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La prensa de Andalucía durante la transición

Los medios de comunicación como sujetos y objeto La prensa no sólo es una fuente imprescindible para la temática que abordamos, sino que su estudio como documento histórico constituye un elemento de análisis esencial. La falta de fondos documentales de carácter oficial en Andalucía, viene siendo suplida por investigadores desde una especial atención a los medios escritos20. No obstante, conviene subrayar que progresivamente la información gestada desde la institución preautonómica, se abre espacio en la medida también, que la reforma política se asienta. Editoriales, secciones específicas, comentarios editoriales, entrevistas de fondo, reportajes, opiniones de firmas destacadas,... al paso del tiempo van consolidándose a la par del interés comunicativo y por ende público hacia la propia democracia y autonomía. Pasemos a continuación a unos breves apuntes introductorios sobre los medios escritos en estos trascendentales años. A).- Las revistas Con anterioridad a la llegada jurídica de la libertad de expresión y como nota característica entendemos, de los medios impresos en la Andalucía de la transición, aparecen en nuestra Comunidad una serie de proyectos informativos surgidos a falta de una prensa democrática. Articulados en torno a grupos democráticos ven la luz en Andalucía un conjunto de nuevos títulos, al amparo de empresas o colectivos en donde se esconden las futuras elites de poder democráticas. Así, en septiembre de 1974 aparece en Sevilla La Ilustración Regional, que se presenta como Revista de Andalucía. Editada por la Sociedad Andaluza de Ediciones, S.A., tiene carácter mensual hasta su desaparición en enero de 1976. De gran calidad y amplia tirada, es víctima de la censura y entre sus promotores-colaboradores vamos a encontrar conocidos políticos y periodistas de la época, muchos de ellos activos hoy. Al hilo de esta desaparición aparece otro intento más modesto denominado Torneo: Semanario popular andaluz, el cual desde mayo de 1976 a principios de 1977, ejerce una limitada influencia alrededor de la provincia y como afirma Checa Godoy, se escora hacia posiciones cercanas al PSOE.

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Con esta técnica se ha realizado precisamente: HIJANO DEL RÍO, M. y RUIZ ROMERO, M. El Pacto Autonómico de Antequera (4 diciembre de 1978). Un documento para la historia de Andalucía, Sevilla, Consejería de Gobernación y Justicia-IAAP, 1997.


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Con carácter semanal y de forma más constante, aparece el autotitulado “Voz de Andalucía”: Tierras del Sur. Con seguridad el intento más ambicioso, trascendente y decididamente difusor del regionalismo andaluz de la época. Dirigido por José María Javierre, se funda el 15 de mayo de 1976 y desaparece en 1979, editado en los talleres de El Correo de Andalucía. Precisamente de su proyecto empresarial y como editorial Argantonio, emerge arropado por el Congreso de Cultura Andaluza reunido en Archidona la denominada Enciclopedia de Andalucía, editada mediante fascículos21. Aquí aludida porque con seguridad es el proyecto editorial más ambicioso de nuestra Comunidad durante la transición, a la vez de una propuesta exitosa única en el tiempo. Intento de síntesis también pese a sus limitaciones, sobre la realidad pasada, presente y futura, que anuncia su aparición, junto a 1500 referencias bibliográficas sobre tema o autor andaluz. Motivando pues, al conocimiento de Andalucía, desde una perspectiva popular22. Una vez culmina el proyecto con el apoyo del primer gobierno preautonómico de Andalucía, con Alfonso Lazo como titular del departamento de Cultura, se presenta en Málaga, con salida al público a partir del 1 de marzo con cien fascículos. Un tratado sobre Andalucía en siete volúmenes, versando cultura y actualidad. Pendiente de actualización pero sin referentes en nuestra particular transición23. Ya en el acto se dice que la iniciativa representa el mayor y el más urgente servicio de carácter cultural que podemos realizar en favor del pueblo andaluz24. Desde Málaga nace en febrero de 1979, al hilo de las primeras elecciones a Cortes Generales Algarabía, que como semanario apenas llega al año de vida25. De la misma forma que lo hace Naif en Almería, la cual no pasa de su tercer número, y que junto a Almería Semanal y Alborán conforman las iniciativas del oriente andaluz. Igualmente, y en su primera etapa,

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ABC, 29-X-1978. SUR, 31-XII-1978. Al respecto de esta importante actividad editorial puede consultarse: MEDINA CASADO, M., “La Gran Enciclopedia de Andalucía”, en Boletín del Centro de Estudios Históricos de Andalucía, (8), diciembre de 1996, pp. 4 – 6. Se presenta en el Palacio de la Madraza de Granada, y es editada por la institución Cultura Viva, el semanario Tierras del Sur, y la editorial Anel. Cfr. IDEAL, 18-II-1979. Su presentación en Málaga en SUR, 9-III-1979. PATRIA, 21-II-1979. Sus dos primeros fascículos son presentados más tarde en Sevilla. EL CORREO DE ANDALUCÍA, 25-II-1979; HOJA DEL LUNES, 26-II-1979 y EL PAÍS, 28-II-1979. De tal forma que el inicio de su comercialización se anuncia para la última semana del mes de marzo. REIG GARCÍA, R., «Las revistas andaluzas en la transición (1974-1979) y el caso de `Algarabía`», en Revista de Estudios Andaluces, (17), 1991, pp. 63-83, en donde puede verse una introducción de carácter general de las revistas de la transición andaluza. En la presentación del número cero se define al nuevo semanario como andaluz para Andalucía. Cfr. la presentación en Málaga en SUR y SOL DE ESPAÑA, 7-II-1979; así como en Sevilla NUEVA ANDALUCÍA, 2-III-1979.


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La prensa de Andalucía durante la transición

aparece desde Sevilla la revista Leviatán, cuyo consejo de dirección ofrece clara idea de la cercanía ideológica al PSOE andaluz26. En orden a las revistas de carácter cultural, las instituciones democráticas han acentuado y consolidado hasta nuestros días, estas publicaciones fundamentalmente alrededor de Universidades, la propias instituciones de autogobierno andaluz, Diputaciones y corporaciones locales27. Con carácter preautonómica en referencia al espacio de tiempo en estudio, cabe destacar también por su independencia y permanencia en el tiempo Candil editada por la Peña Flamenca de Jaén desde 197828. De la misma forma, la malacitana Jábega, la cual con carácter trimestral ha venido desde el tardofranquismo ejerciendo su influencia, potenciada con absoluta normalidad con la llegada de la nuevas corporaciones provinciales democráticas. B).- Diarios Tras un periodo de obligado inmovilismo, la prensa andaluza de la transición debe resultar caracterizada por su abierta inestabilidad. Distintos títulos aparecen en las provincias andaluzas, por un lado, como consecuencia de la democratización de los antiguos pertenecientes a la Cadena, por otro, como fruto de nuevas experiencias editoriales29. Si bien el carácter vespertino se cierra en 1975 con La Tarde de Málaga, reaparece en junio de 1976 bajo la experiencia de Nueva Andalucía nacido tras el fracaso de Sevilla y que sucumbe finalmente a finales de 1984 sin más implantación que la conurbación hispalense y destacando por su abierto andalucismo. Editada en los talleres gráficos de El Correo de Andalucía, autotitulado como Diario Católico desde que en 1899 lo fundara el cardenal hispalense Marcelo Spínola. Etapa tras la que el medio entra en una crisis

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Antonio Guerra su Director, con Alfonso Guerra, José Luis López López y José Rodríguez de la Borbolla. Cfr. Sección El politicón en SUROESTE, 26-XII-1978. Cfr. ESCOBAR PÉREZ, B., “Publicaciones periódicas de la Administración Andaluza”, en Sistemas y políticas de información en el Estado de las Autonomías. I Jornadas Andaluzas de Documentación, Sevilla, Asociación Andaluza de Documentalistas, 1997, pp. 165-174.. Al respecto de la prensa flamenca puede consultarse: CHECA GODOY, A., “La prensa flamenca. Acercamiento a un modelo en expansión”, en Actas del VII Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1997, pp. 693 – 702. De manera aislada un único ensayo sobre la prensa andaluza de la transición: PABLOS, MERCEDES DE; La prensa, Sevilla, Grupo Andaluz de Ediciones, 1.981. En referencia a la temática prensa y transición hispalense puede consultarse la ponencia del autor: «Prensa hispalense y transición andaluza. Balance y perspectivas.» en el Ciclo La prensa vista por la prensa. Aproximación al periodismo hispalense contemporáneo organizado durante el mes de noviembre de 1997, por el Departamento de Comunicación, dentro de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Sevilla (en prensa).


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que culmina con la pérdida paulatina de peso de los sectores eclesiásticos dentro del Consejo de Administración, a favor de sectores afines del partido en esos momentos hegemónico en el poder: PSOE. Y es que el intento empresarial por consolidar un medio para la tarde andaluza se apunta como nota característica, mientras se recoge la experiencia de fracasos en este sentido. Así, Sevilla, como diario del Movimiento se transforma en matutino Suroeste, concebido bajo el ambicioso carácter de Diario Regional de Andalucía. Proyecto que no cuaja y en la medida que transcurren los años desde su aparición en junio de 1976, desaparece finalmente en febrero de 198330. Posiblemente motivado por este contexto de nuevos intentos empresariales desde la órbita de ABC edición de Sevilla, va a aparecer el vespertino Informaciones de Andalucía. Nueva intentona de diario regional para Andalucía, la cual editada desde los talleres de la solvente edición hispalense de ABC, y a tenor de su limitada tirada, resulta ser más trascendente por su iniciativa empresarial que por su capacidad de influencia periodística. Ello pese al apoyo que se le realiza desde la cabecera de donde parte su existencia31. Junto a ellos y a tenor de nuestra experiencia, ABC en su edición de Sevilla, superando planteamientos sucursalistas de Madrid, se convierte bajo la dirección de Nicolás Salas y a través de las primeras secciones que existen sobre información regional o en referencia al ente preautonómico; se convierte como decimos, en una imprescindible fuente de información para el estudio de la transición en nuestra Comunidad32. Y ello gracias a su amplio despliegue para informar y evaluar las noticias de ámbito andaluz en el desarrollo democrático/autonómico. Gracias también a su excelente tirada, que le hace superar en rentabilidad a la edición madrileña, y al serio intento de liderar la información regional a partir de un sustancial aumento de páginas dedicadas a este tipo de información33. 30

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Véase junto a la obra antes citada del mismo autor: CHECA GODOY, A. Historia de la prensa giennense 1.8081.983, Jaén, Diputación, 1.986. El buen éxito de este medio provoca rumores que presentan a Nicolás Salas como director de la MCSE Sección El Politicón. EL CORREO DE ANDALUCÍA, 8-IV-1979. Esta dimensión puede observarse bien, aún desde una óptica parcial al centrarse el estudio sólo en aspectos versados con la capital hispalense en: HUERTA MARTÍNEZ, A., Sevilla en su diario ABC, Universidad de Sevilla, tesina de licenciatura inédita, 1985. Va a ser e Ortiz de Lanzagorta quien inicie en las páginas de ABC días después de la toma de posesión de Nicolás Salas como nuevo director de esta cabecera en su edición hispalense, una nueva sección denominada bajo el blasinfantiano título de Ideal andaluz. Con una aparición casi diaria ven la luz diferentes artículos y comentarios sobre temas de actualidad sevillanos y andaluces, va a ir, y estos es lo que nos interesa subrayar, apareciendo por primera vez distintos contenidos sobre la vida y obra de Blas Infante, los denominados andalucistas


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Por último, siempre dentro de la limitación cronológica ya apuntada como final de la transición de Andalucía (formación del Parlamento de Andalucía en 1982), debemos señalar en Córdoba la aparición en mayo de 1981 del diario La Voz. Surgido desde promotores respaldados también por el PSOE, resulta cerrado en 1984 en la medida que su capital se hace con la propiedad por subasta del Córdoba. De igual forma, debemos citar en el periodo en estudio Sol de España que aparece desde Marbella, más tarde desde Málaga; Patria en Granada como antiguo diario falangista; así como Diario de Cádiz como una de las experiencias más rentables, junto a Area que trasciende en el tiempo a partir de la su nacimiento como prensa local en La Línea de la Concepción. La provincia de Cádiz pues se consolida como la de mayor número de cabeceras durante este periodo. En referencia a la prensa de partidos cabe destacar las referencias que pudieran existir en Mundo Obrero, Nuestra Bandera y El Socialista. Las cuales pese a su perspectiva de Estado, y dada la alta implantación de estas fuerzas en nuestra Comunidad, prestan un especial seguimiento a la cuestión andaluza, amén de otras publicaciones o boletines de carácter local/provincial. Junto a ellas Andalucía Libre, órgano del PSA que conoce varias etapas, y La Voz del Pueblo Andaluz editado por el PTA más tarde PAU-PTA34. A su vez, Andalucía Socialista, como portavoz de la FSA-PSOE que irá desapareciendo progresivamente en favor de potenciar El Socialista como prensa del Estado. En el terreno sindical destacar Realidad de CCOO de Andalucía, Voz Obrera de las Comisiones obreras malacitanas, Tierra y Libertad órgano del SOC; otros de ámbito local de UGT así como Andalucía libertaria de CNT. En un intento de evaluar los sucesos de la transición se pueden apuntar también algunos interesantes artículos en la independiente Nación Andaluza35.

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históricos, así como distintos comentarios ensalzando símbolos, recuperando o relacionando hitos del pasado autonomista hasta ahora relegado, menospreciado o perseguidos. Los pormenores del hecho y sus consecuencias, a la vez de la influencia procurada por el andalucista histórico Alfonso Lasso de la Vega, puede consultarse en el prólogo de Nicolás Salas en: HIJANO DELRÍO, M. y RUIZ ROMERO, M.; Sevilla en el recuerdo. Alfonso Lasso de la Vega, una vida dedicada a la cultura andaluza, Sevilla, Centro de Estudios Históricos de Andalucía, 1995, pp. 11 a 20. De la misma forma, la revista Mundo editada en Barcelona, en su número 1838 del día 26 de julio de 1975 reproduce el hecho a la vez que en su páginas interiores despliega un especial sobre Andalucía que sirve de titular a la portada: Poder Andaluz. ABC reproduce en portada fotografía del primer izado de la bandera verde blanca y verde en la feria de Muestras Iberoamericana de Sevilla. ABC, 28-I-1977. Durante la campaña a las elecciones generales de 1979 se anuncia la presentación del primer número del periódico del PTA, que se dice, posee una tirada de 50.000 ejemplares. Cfr. EL CORREO DE ANDALUCÍA, 7-II-1979. VOZ OBRERA, Cuatro años de historia del movimiento obrero en Málaga, Málaga, Bandera Roja, 1978.


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En definitiva, un amplio espacio temático de investigación específica, aún por cultivar, y a desarrollar de forma paralela al estudio del resto de los medios de comunicación andaluces de la época36. Dicho de manera más clara: existe una bibliografía al respecto muy genérica y a veces útil por datos puntuales y referencias para el estudio de la prensa a la llegada de la democracia, pero estamos a la espera aún, de resultados y enfoques propios sobre los medios andaluces en el franquismo y la transición a la democracia37. En cualquier caso y pese a las responsabilidades antes citada en la introducción del presente artículo, la prensa andaluza como parte importante del patrimonio documental andaluz se encuentra aún pendiente de una decidida acción institucional por parte de la Junta de Andalucía, la cual debe entenderse como respaldo definitivo al proveniente desde otros campos Fundamentalmente por lo que respecta a la conservación, defensa y difusión de una parte importante de nuestra historia de ayer y hoy38. Transición política de Andalucía y prensa Asistimos a un fenómeno general a todo el periodo, que tiene también su reflejo en la sociedad andaluza: la aparición de un tipo de prensa con diferentes ritmos de edición, relacionada abiertamente con opciones políticas. Característica ésta, que sin bien irrumpe con fuerza como en el resto del Estado, no llega a consolidarse finalmente tal y como ocurre en otros puntos. Particularmente en el País Vasco para los casos de Deia y Egín como importantes referentes de prensa diaria aún hoy39. Todos estos fenómenos que aquí apuntamos van a constituir un marco caracterizado por un rápido ritmo de permanentes transformaciones (técni36

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Los fondos correspondientes a los Medios de Comunicación Social del Estado, se encuentra dentro de la Sección Ministerio de Cultura depositados en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares, en sugerente invitación al estudio de los medios andaluces de le época. Al respecto: BELINCHON BELINCHÓN, M., «Los medios de comunicación de masas como fuente para la historia contemporánea», en Historia Contemporánea y Nuevas Fuentes, Alicante, Universidad, 1.995. En el Anexo puede consultarse el texto del acuerdo plenario del Parlamento de Andalucía a favor de la creación de una Hemeroteca General de Andalucía (BOPA núm. 78, 10 mayo 1995, p 4406). No obstante al respecto: COBACHO MÁRQUEZ, M., ¿Quién tema a la Hemeroteca de Andalucía?, EL CORREO DE ANDALUCÍA, 31-XII-1997; así como DARBÓN, FERNANDO; Hemeroteca de Andalucía: ¿Una cuestión de semántica? EL CORREO DE ANDALUCÍA, 16-II-1998. La Asociación de la Prensa de Granada ha solicitado también su puesta en marcha por acuerdo de su Junta Directiva. Cfr. EL PAÍS, 4-XII-1997. Como ejemplos significativos del avance de estos estudios en otras comunidades autónomas cabe citar: LÓPEZ PÉREZ, S. La Prensa diaria de la Comunidad Autónoma del País Vasco durante la transición y la democracia (1975-1982), TDI, Universidad del País Vasco, 1992; así como CAMINOS MARCET, J.Mª., Transformación de la prensa en Guipúzcoa durante la transición política. La Voz de Euskadi: nacimiento y fracaso de un proyecto informativo, Universidad del País Vasco, 1993.


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cas y empresariales) que van a operar en una etapa política de extremo interés social. Cambios que también afectan a los medios de comunicación escritos, y a todo lo que conlleva el mundo periodístico editorial y su consecuente estrategia informativa la cual pasamos a analizar40. Por otra parte, otro importante factor de transformación lo supone el empuje y el protagonismo adquirido por las nuevas generaciones de profesionales de la información. Y no sólo por lo que significa el transcurrir del tiempo como ritmo biológico, sino por la progresiva implantación y reconocimiento de las Facultades de Ciencias de la Información41. La transición como cambio de las estructuras políticas y sociales lleva pareja en los medios impresos unos cambios generalizados en todo el mundo occidental, que dan origen a una época considerada como nueva y diversamente definida como posmoderna, postindustrial, tecnotrónica, y sobre todo, de la información y la publicidad42. Los años de este proceso democratizador, se encuentran sujeto a una profunda transformación de la prensa diaria no sólo en su estructura, sino en cuanto al tratamiento informativo. Cierres y nuevas aperturas de medios, nuevas ofertas informativas fruto de los permanentes cambios políticos, nuevos mercados publicitarios, etc.,... cuya reacción más inmediata es unas considerables dosis de desconfianza de los lectores hacia los medios que tradicionalmente venían siendo habituales. La ansiedad informativa del momento, cuestión que nos lleva a considerar el alto índice de lectura como una característica de la época, se desplaza también hacía nuevos diarios a fin de contrastar informaciones, o bien para buscar nuevas ofertas informativas más educadas a las necesidades vigentes, a la vez que tiene lugar una lenta pero progresiva penetración de los medios estatales (El País, Diario 16 fundamentalmente). La transición trae consigo la necesidad de nuevas aventuras empresariales en materia de edición, una diversificación de las ofertas de comunicación y nuevas llamadas publicitarias al interés del lector. La competitividad en el mercado, se muestra en la necesidad permanente de abordar constantes 40

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BRAOJOS GARRIDO, A., Prensa y «opinión pública» política en la Andalucía contemporánea, Facultad Ciencias de la Información-Ediciones Alfar, Sevilla, 1991. Así se anuncia la posible creación de una Facultad de Ciencias de la Información en Sevilla, a partir de un informe presentado por el Centro Español de Nuevas Profesiones que eleva ante el Rectorado de la Universidad hispalense. EL CORREO DE ANDALUCÍA, 25-V-1979. TIMOTEO ALVÁREZ, J., “Cambio de ciclo”, en Historia de los medios de comunicación en España. Periodismo, imagen y publicidad (1900-1990), Barcelona, Ariel, 1989, p. 385.


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cambios para pervivir en un mercado de audiencias. La progresiva introducción de la informática y el diseño en el campo periodístico, los nuevos sistemas de impresión utilizando incluso color... comienzan a significar nuevos referentes tecnológicos que van a superar las viejas rotativas propias del anterior régimen. Cuestiones éstas, que obligan sobre la base de unas permanentes mejoras motivadas bajo finalidad competitiva. Por otro lado, la apertura democrática introdujo nuevas formas y estilos de gobierno local, autonómico y estatal, que vinieron a ofrecer un impulso sustancial a la publicidad insertada en los medios impresos como elementos fundamentales para la llegada de determinados mensajes y servicios a la población. Cuestión decisiva si le añadimos, también la colaboración de entidades privadas o públicas. Aparece también, el uso político de la publicidad institucional, como fruto de esta importante inversión realizada, y en consecuencia, resulta ser un instrumento de presión directo desde organismos públicos sobre determinados medios. Son tiempos de agilidad informativa en donde el comentario editorial y la información extra oficial toman mayor carta de naturaleza. Se desarrolla la información municipal, y sobre todo, las nuevas instituciones autonómicas, las cuales incluso en su etapa preautonómica se van abriendo paso, paulatinamente de ser noticia a conformar secciones informativas de carácter permanente. Aparecen las secciones de comentarios al margen y breves, cuya trascendencia e interés anecdótico sirven en la mayoría de los casos para intuir o argumentar los resultados de un hecho de una situación política pasada o próxima43. Tras décadas de inmovilismo, la prensa diaria andaluza realiza una completa reacomodación44. Por lo que en coherencia con la nueva situación democrática, y la necesidad de estar informado al hilo de la velocidad con que se suceden los hechos, pasemos a analizar someramente algunas consideraciones generales alrededor de los numerosos títulos informativos ya aparecidos en una etapa de aperturismo post franquista y con un marcado acento regional. Ahora bien, la iniciativa empresarial en pro de nuevas cabeceras durante los años en estudio se centra casi prioritariamente en la ciudad hispalense, de tal forma que en el resto de provincias andaluzas, las influen43

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Este es el caso de las secciones Flash en ABC edición de Sevilla, El politicón en EL CORREO DE ANDALUCÍA, así como de El Satiricón en SUROESTE. La continuidad en el análisis de estas secciones nos descubre un interesante método para conocer cómo los rumores o los indicios se vuelven más tarde realidad. CHECA GODOY, A., Historia de la prensa andaluza, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1.991, pp. 447 - 491.


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cias de la antigua prensa del Movimiento se hacen más patente en su diferentes grados de evolución. La consolidación del libre mercado da al traste con el objeto que da sentido a las Hojas del Lunes, las cuales en su ediciones incluso con otros nombres, con excepción hecha de Jaén y Huelva acaban por desaparecer, mientras que la prensa se consolida en su edición todos los días de la semana. Si bien es cierto que el carácter definitorio de los medios andaluces durante el franquismo es el peso específico que en ellos juega el Estado, con excepciones en Cádiz y Sevilla, es cierto que una vez sucede el periodo de la transición, la importancia se polariza hacia sectores cercanos al socialismo en España. Así lo constatan Checa en su libro ya citado y Montabes Pereira, y el tema resulta lo suficientemente interesante como para analizarlo más con profundidad. Resulta especialmente significativo por cuanto en tiempos de UCD, las centrales sindicales conocen por el I Congreso Nacional de UCD celebrado el 19 octubre de 1978 que el contenido de la ponencia programática de la coalición, daba por válido que el Estado no debía ser titular de ningún órgano de expresión escrito. UGT difunde reiteradamente que la maniobra de UCD respondía al interés que tenía ese partido por comprar, a bajo precio, los diarios más rentables, con el objeto de redondear una operación sibilina en la que se trata, al igual que en los tiempos del franquismo, de dominar desde el poder la televisión, la radio, las agencias y la prensa45. La presión de las fuerzas opositoras es tan virulenta que UCD pese a las acusaciones que recibe, sólo actúa acordando la suspensión en 1977 del semanario 7 Fechas y en junio de 1979, con el cierre de actividades de la agencia Pyresa y otros seis diarios más todos ellos deficitarios. Cualquier otra actuación en otro sentido hubiera dado al traste con el consenso necesario durante el periodo constituyente, y una vez superado éste, hubiera sido un factor de crisis política para el progresivamente deteriorado partido gubernamental. Si bien el deseo de acabar con las cabeceras se vuelve partidista en tiempos de UCD, no es menos cierto que el retraso en la decisión última del gobierno beneficio a los medios privados y facilitó a la oposición socialista, un tiempo decisivo para elaborar una estrategia de acceso a los medios de la Cadena, más significativos en cuanto a su cobertura, y con mayores posibilidades de ser reconducidos en

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ARRIBA, 7-XI-1978. Citado en : ZALBIDEA BENGOA, B., “ La prensa del Movimiento en los primeros años de la Transición (1975-1979)”, op. cit, p. 490.


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cuanto a sus pérdidas. Espacio de tiempo por otro lado vital, para la consolidación en Andalucía y en todo el Estado en general. De una etapa informativa donde la supervivencia de los diarios depende de la adecuación a la demanda de los lectores, y no tanto por la opinión o a ayuda dictada desde el Estado. Espacio de tiempo trascendente a la espera de modificaciones en estos medios que contribuyó aún más a la pérdida de credibilidad y a la necesaria venta de estos medios. Una modificación fundamental de esta etapa pre democrática la va a significar el hecho de que los medios, rompiendo su tradicional provincianismo, comienzan a abordar cada vez más la perspectiva de un tratamiento informativo de ámbito andaluz. La constitución de la Junta de Andalucía durante sus dos gobierno preautonómicos, va a contribuir poderosamente a ello. La aparición institucional del primer Gabinete de Prensa de la Junta de Andalucía va a empujar decisivamente en tal sentido, como actitud institucional antes los medios de comunicación, y cuyo ejemplo sería con posterioridad continuados por las primeras corporaciones locales democráticas46. En esta línea, si entendemos el agitado proceso autonómico andaluz como uno de los grandes núcleos informativos de Andalucía durante estos años, no cabe duda que la prensa ocupa un papel singular en la formación de un sentido autonomista. No sólo por cuanto el proceso para la llegada de la democracia se encuentra asociado a la vertebración del Estado en torno a la autonomías; sino por cuanto el papel concientizador, movilizador y reivindicativo que juega conforme al importante papel que juega Andalucía como única comunidad que utiliza dificultosa vía del artículo 151 de la Constitución para acceder a la autonomía. Por ende, importante también a la hora de evaluar sociológica y políticamente, con seguridad quizás los dos hitos más significativos de la transición de Andalucía: las multitudinarias manifestaciones del día 4 de diciembre de 1977 y la victoria política, que no jurídica, en el decisivo referéndum del 28 de febrero de 198047. La conquista del Estatuto de Autonomía para Andalucía se convierte pues, en el gran

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Como Jefe del Gabinete de Prensa del primer gobierno preautonómico andaluz, se nombra a Antonio Burgos, Cfr. EL CORREO DE ANDALUCÍA, 6-VI-1978, aunque presenta su dimisión más tarde según anuncia ABC el 19-X-1978. Con posterioridad recae la responsabilidad en Dolores Cintado. Cfr. SUROESTE, 15-XI-1978. La portada de EL CORREO DE ANDALUCÍA el 4 de diciembre, titula expresivamente en grandes caracteres en negro sobre portada de fondo blanco: Hoy un día de bandera. Una primera página de la historia de Andalucía que debemos llenar todos con nuestra presencia.


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eje temático de la etapa que analizamos, y del que se desprende interesantes campos de estudio. De forma paralela, los medios escritos andaluces de la transición se constituyen en vehículo fundamental para la recuperación y difusión de personajes, símbolos y hechos, en definitiva de parte de nuestra historia. Es más, las arbitrarias divisiones que se realizan durante el período franquista en aspectos como el militar, eclesiástico, judicial y universitario unidos a una rígida administración centralista ejercida desde Gobiernos Civiles y Diputaciones, hacen que Andalucía no exista como proyecto unitario entre 1936 y 197648. A partir de un análisis economicista aparece el tratamiento de lo andaluz como realidad supraprovincial, cultural y política más tarde. Como fruto de esta reflexión primero desde ámbitos económicos y más tarde literarios, surge la corriente historiográfica denominada Andalucismo Histórico, fundamentalmente centrado en el figura y obra de su principal promotor: Blas Infante Pérez, de su círculo de gentes y acción49. Tendencia investigadora que algunos autores por desconocimiento aún hoy identifican precipitadamente como justificación de determinada ideología política, sin valorar que nace al amparo de todas las ideologías y que bajo normalizado consenso, siendo institucionalizada mediante el reconocimiento que el futuro Parlamento andaluz hace de Blas Infante y los símbolos50. Andalucía se reencuentra con una parte sustancial de su historia silenciada, si bien los estudios realizados en un primer momento tienen más un enfoque divulgativo que a una seria valoración de los hechos históricos en sí. La reflexión histórica sobre nuestro pasado viene incentivada por la asunción de una simbología autonómica (escudo, bandera, himno), en un contexto de precedentes hechos regionalistas (nacionalistas y/o autonomistas) pro48

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HIJANO DEL RÍO, M. y RUIZ ROMERO, M., «Justificaciones históricas en la génesis del Estatuto de Autonomía para Andalucía. 1.982», en Actas del I Congreso Internacional sobre la Historia de la Transición y Consolidación Democrática en España, Madrid, vol.I, Universidad Nacional de Educación a Distancia-Universidad Autónoma de Madrid, 1.995, pp. 555 - 565. Por acuerdo de todos los partidos en abril de 1.983, mediante Proposición no de Ley 6/83, se le nomina con el decimonónico título de Padre de la Patria Andaluza, en reconocimiento a su labor como «precursor de la lucha por la consecución del autogobierno que hoy representa el Estatuto de Autonomía», tal como obliga a constar en la introducción de dicha Ley Orgánica. Entendemos esta corriente historiográfica como la denominamos, al estudio científico de aquellas personalidades, doctrinas, hechos, evolución y problemática transcendentes dentro del pensamiento regionalista/nacionalista en el impulso en pro de la autonomía de la Andalucía contemporánea. En el contexto de los intentos de vertebración territorial y búsqueda de personalidad de España y sus comunidades. Sustancialmente coincidentes con la misma biografía de Infante (Cfr. INIESTA COULLAUT-VALERA, E., «Un primer censo de andalucistas históricos de la etapa infantiana», en Actas del III Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1.989, p. 360)


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cedente de la propia acción de Infante desde comienzos de siglo51. Pese a la fractura de los años franquistas, la recuperación de la autonomía se resuelve mediante ecos heredados y elementos nuevos. Los cuales, pese nacer fruto de un limitado círculo de nacionalistas, son asumidos con normalidad primero por la sociedad civil en la calle, y más tarde por las representaciones democráticas en instituciones. Entre otras cuestiones gracias al papel difusor popularizador que de ella hacen los medios, y que contribuyen a que el 4 de diciembre de 1977 sea el pueblo en manifestación quien legalice sus símbolos antes que las propias instituciones52. Sin embargo Andalucía, salvos los intentos apuntados, durante la transición no consigue vertebrar un medio escrito de carácter regional, capaz de superar el rígido ámbito de influencia provincial, o al menos, de priorizar preferentemente noticias de ámbito andaluz. La prensa andaluza de la transición contribuye también a la normalización de las pautas propias del comportamiento democrático. La diversificación de opiniones y editoriales, enriquecen al lector no sólo desde una perspectiva ideológica, sino que le preparan la madurez política de un ciudadano poco acostumbrado a ejercer su derecho a voto y al ejercicio de sus derechos. Así, durante las primeras campañas democráticas, aunque en diferente intensidad, los medios escritos se convierten en tribuna pública para el análisis de los diferentes programas y el seguimiento de los actos diarios de las respectivas campañas. Se inician las entrevistas a fondo de los candidatos y se confrontan posturas ante determinados problemas. Más que dirigir al lector, por la fidelidad de éste al medio, se le ofrece una panorama de conjunto abierta a diferentes opciones electorales. La polaridad ideológica de los medios de comunicación que hoy existe, resulta impensable en aquellas fechas. Especialmente durante el proceso constituyente y las primeras elecciones generales y municipales, donde los análisis de extrapolación de los resultados de las constituyentes son constantes, y comienzan las primeras encuestas y la extrapolación de datos con las primeras consultas. Se incorporan secciones específicas para tratar los problemas y la cultura de Andalucía, la información sindical se consolida junto a la económica, y de igual 51

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La Ley del Parlamento de Andalucía 3/1982 de 21 de diciembre sobre el Himno y el Escudo de Andalucía y el propio Estatuto de Autonomía, en referencia a la bandera, sitúan sus orígenes a la Asamblea de Ronda de 1918. Puede consultarse todo los editado sobre este aspecto en las trescientas cincuenta referencias apuntadas en : HIJANO DEL RÍO, M. y RUIZ ROMERO, M., «Bibliografía sobre el Andalucismo Histórico», en Boletín del Centro de Estudios Históricos de Andalucía, (6), 1.996, pp. 4 - 20.


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forma, se realizan explicaciones al lector para el ejercicio de su derecho al voto. Gran parte de los medios y los profesionales de la información en Andalucía se vuelven escuelas de ciudadanía en un importante sector de población. Sin embargo, existen casos en donde se demuestra que tanto la propia capacidad de los medios a la hora de evaluar la dimensión real una vez se realiza el seguimiento de una noticia, y que por otro lado, nos ofrece una idea de queda superada por la realidad jurídica de un Estado que avanza a pasos de gigante53. En resumen, el análisis de la prensa andaluza durante el periodo de la transición nos lleva a considerar la etapa en general en un sentido diacrónico y en constante evolución. La realidad andaluza si bien no resulta homogénea, si es paralela, por cuanto viene marcada sobre la década de los años setenta, con una fuerte implantación de medios de la Cadena del Movimiento, si bien estos pierden intensidad en audiencia en la medida que pasan los años. Los medios consolidados de carácter independiente respecto a la órbita franquista pero imbuido de la realidad del régimen, se incorporan con normalidad a la defensa del proceso democrático y autonómico. Realizando un esfuerzo amplio por introducir en sus páginas nuevas temáticas hasta entonces desconocidas, acordes con su nueva línea editorial abiertamente comprometida en defensa de la democracia y en el rechazo de tendencias extremistas, violentas o reaccionarias. Son nulos los elementos de crispación o enfrentamiento entre diarios en estos momentos. En un principio viene marcada por un el índice de penetración de la prensa estatal, si bien es bajo al comienzo de la transición, aumenta una vez los procesos democráticos se consolidan. La aparición de nuevos medios, fruto del alto interés informativo, provoca la creación de nuevas audiencias que se incorporan al mercado de la prensa diaria en sus diferentes vertientes: vespertinos, prensa política, revistas... Resulta una época de gran iniciativa empresarial, si bien ésta no 53

Así, el diario ABC en referencia al momento de la aprobación por parte del Consejo de Ministros el día ocho, del Real Decreto por el que se aprueban los Estatutos de la Mancomunidad General de Diputaciones Provinciales de Régimen Común (RD 169/1977) expresa en portada y en páginas interiores una visión un tanto apologética en cuanto las posibilidades reales de la norma en sí misma y al respecto del caso andaluz: Consejo de Ministros. Aprobada la Mancomunidad de Diputaciones de Andalucía. ABC, 9-II-1977. Curiosamente esta mismo situación se repite más tarde, cuando el primer Gobierno ucedista presenta su oferta preautonómica a la Asamblea de Parlamentario de Andalucía. En esta ocasión, EL CORREO DE ANDALUCÍA, 7-I-1978, con grandes alardes tipográficos confunde al lector al hacerle creer que el Decreto-Ley de creación del nuevo ente había sido aprobado cuando en realidad se trata de una consulta previa que se realiza, la cual es rechazada desde el órgano colegiado andaluz de representantes.


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llega a concretarse pese al intento, en la consolidación de un medio de ámbito andaluz. Pero lo que es más importante, las matizaciones particulares que dan riqueza a esta síntesis general están aún por llegar. Los cambios profundos habidos en la prensa y en la sociedad andaluza justifican continuar con la tarea de profundizar en nuestra historia reciente. De tal forma que ante la falta de archivos oficiales sobre la transición, salvo honrosas excepciones, el estudio de la prensa andaluza como fuente y como documento histórico constituye un elemento de análisis esencial. La conservación, estudio y difusión de este rico patrimonio documental nos compromete a todos. Ello hemos intentado apuntar en estas breves líneas.

Anexo Creación de una Hemeroteca General de Andalucía Proposición No de Ley en Pleno aprobada por el Parlamento en sesión ordinaria de los días 28, 29 y 30 de marzo de 1995 (4 - 94 / PNLP – 05108) 1º.- Instar al Consejo de Gobierno para que establezca convenios de colaboración con las instituciones, diputaciones provinciales, ayuntamientos y particulares que permitan conocer, estudiar y reproducir, dentro de los márgenes legales para un depósito central, los fondos documentales referidos a la prensa escrita existente en Andalucía, así como otros fondos que pudieran existir fuera de nuestra Comunidad, muy especialmente en la Hemeroteca Nacional. 2º.- Instar al Consejo de Gobierno a que, una vez realizado este trabajo, se cree la Hemeroteca General de Andalucía, vinculada a la Biblioteca de Andalucía.


Revistas andaluzas contemporáneas (1974-1993): pequeñas historias de un gran fracaso Dr. Ramón Reig Profesor Titular de Estructura de la Información Periodística Facultad de Ciencias de la Información Universidad de Sevilla En el periodo 1974-1993 aparecieron en Andalucía una serie de revistas ninguna de las cuales logró consolidarse como publicación periódica de carácter regional. Las causas de este hecho pueden concretarse en dos puntos: 1. El tejido empresarial andaluz ha sido tradicionalmente débil y esta debilidad se observa mucho más acusada en el campo de las industrias culturales, en este caso en el de la prensa (revistas y diarios con proyección regional); 2. La conciencia regionalista-nacionalista del receptor ha sido y es muy débil y a ello se une el bajo índice de lectura de los andaluces (una media del 75 por 1.000 en cuanto a prensa). De todas formas, las publicaciones que se estudian a continuación tuvieron el mérito de ser las primeras, después de la época franquista, en abordar temas tan ignorados entre la población como el origen y desarrollo del andalucismo histórico y otras teóricas señas de identidad de la comunidad autónoma andaluza.

1. Introducción l período 1974-1993 se ha caracterizado en Andalucía por el sistemático fracaso de todo intento que, partiendo de la iniciativa privada, pretendía consolidar una revista de alcance regional y que, además, se extendiera a los núcleos emigratorios de Madrid, Barcelona y País Vasco. La filosofía que animaba a dicha iniciativa bien podría ser la que constata en 1978 el director del semanario Algarabía, Francisco Lancha: “Resulta que un grupo de hombres de esta tierra, vinculados a ella por los más diversos y heterogéneos motivos, nos hemos propuesto la obligación de sacar adelante un medio de comunicación que refleje las necesidades e intereses andaluces abarcando el espectro político-social y político-económico de este amplio y diverso trozo del solar español, llamado Andalucía”1.

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LANCHA, Francisco: “Carta del director”, Algarabía, noviembre de 1978.


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Nos proponemos a continuación llevar a cabo un repaso global acerca de las características de las principales revistas andaluzas, esto es, publicadas con capital andaluz, que aparecieron en el mercado durante el período cronológico indicado más arriba. 2. La ilustración regional Cronológicamente, la primera de ellas es La Ilustración Regional. La autodenominada Gran Enciclopedia de Andalucía, dice de esta publicación: “Revista andaluza que comenzó a publicarse en septiembre de 1974 y cesó en enero de 1976. Aunque sólo publicó 16 números “La Ilustración Regional” tiene un lugar en la historia reciente del periodismo andaluz, ya que fue la primera publicación que en los años setenta se planteó una información sobre Andalucía en su totalidad, alejada además de los tópicos usuales entonces en la mayoría de los medios informativos de la región. Aunque sus planteamientos empresariales rozaron en algún aspecto el elitismo, (era revista mensual, considerablemente más cara que la mayoría de las publicaciones del momento), “La Ilustración Regional” ofreció en su corta historia -que incluye un número secuestrado, algunas páginas cortadas cuando ya estaba impresa la publicación y muchas presiones- una visión nueva de Andalucía; gracias a esta publicación comenzaron a conocer muchos andaluces de las jóvenes generaciones la existencia del andalucismo histórico. Pese a que lanzó pocos números, en sus páginas quedó la colaboración de un amplio grupo de andaluces que pronto iban a tomar muy diferentes rumbos ideológicos. Su colección resulta hoy muy valiosa como testimonio del pensamiento de los andaluces sobre Andalucía en aquella coyuntura histórica que fue el último año del franquismo y las primeras semanas de transición hacia la democracia”2. Sobre La Ilustración Regional ha escrito el periodista y profesor Antonio Checa Godoy: “La etapa de transición que abre el paso de Pío Cabanillas por el Ministerio de Información y Turismo -el “aperturismo”- tiene una importante huella en Andalucía: la aparición en el otoño de 1974 de La Ilustración

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Ilustración Regional, La: Gran Enciclopedia de Andalucía, tomo V, pág. 2.014. Promociones Culturales Andaluzas. Dep. Legal Granada, 1979. Realización en Sevilla.


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Regional, un mensual de notable presentación y primera publicación que se interroga sobre la Andalucía de nuestros días y se plantea con rigor crítico sus problemas reales. En sus dieciséis números (muere en enero de 1976) conoce secuestros y sanciones diversas. Es todo un hito en el periodismo actual del sur, pues consigue integrar a la izquierda y a la derecha democrática, pero se trata de una revista muy deficitaria”3. Ciertamente, el nombre de la revista hace honor a sus impulsores. Tal vez siguiendo con esa especie de “tradición lamentable” que consiste en que el tratamiento y profundización del andalucismo o nacionalismo andaluz, como desee denominarse a la toma de conciencia previo conocimiento de la Historia de Andalucía, siempre se ha ceñido a una minoría más o menos ilustrada, la revista de la que tratamos contó al frente con nombres tales como Jaime García Añoveros, Soledad Becerril o Rafael Atienza. Todos ellos pertenecían y pertenecen a una clase social andaluza acomodada que, con la llegada del sistema postfranquista, iban a alinearse con las posiciones políticas llamadas “de centro”. Tanto Soledad Becerril como García Añoveros llegaron a ser ministros con la Unión de Centro Democrático (UCD), formación multi-ideológica que, encabezada por Adolfo Suárez, sirvió al sistema para seguir ostentando el poder, arrinconando a los elementos humanos que habían tenido relación directa con el franquismo en otras formaciones como Alianza Popular o Fuerza Nueva, y dejando así el paso libre a una amalgama de liberales, democristianos y franquistas más o menos “vírgenes” que se mantuvieron en el poder desde 1977 hasta 1982, año en que irrumpió abrumadoramente el PSOE. La UCD acabó desintegrándose4. No obstante, las firmas que aparecieron en la revista nos demuestran un pluralismo real de ideas. Bajo la dirección, primero, de Javier Smith Carretero, y, después, de M.A. Agea Amador, el lector pudo acceder a textos de: Soledad Becerril, Antonio Burgos, José Aguilar Villagrán, C. Castilla del Pino, M. Ramón Alarcón, Isidoro Romero, Amparo Rubiales, Nicolás Salas, J.M. González Ruiz, Ignacio Romero de Solís, Eduardo Chinarro, Roberto Mesa, Alfonso Lazo, Emilio Pérez Ruiz, Antonio Ramos Espejo, Antonio Checa y Francisco Acosta, entre otros.

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CHECA GODOY, Antonio: “La prensa en Andalucía: Crónica de una decadencia”, en VV.AA: Los andaluces. Ed. Itsmo, Madrid, 1980, pág. 541. En la actualidad, Soledad Becerril milita en las filas del PP y es alcaldesa de Sevilla, mientras que Jaime García Añoveros, catedrático de Derecho en la Universidad de Sevilla, está vinculado al grupo PRISA.


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Algunos impulsores de La Ilustración Regional pertenecían pues a miembros ilustrados de la clase acomodada andaluza que, por otra parte, y paradójicamente en relación con esa defensa que se hacía de Andalucía a través de la revista, nunca hasta el momento ha conseguido alinearse en torno a un partido andaluz. De hecho, a finales de los setenta, el también ex ministro de la UCD Manuel Clavero Arévalo fundó un partido, Unidad Andaluza (UA), que hubo de disolver por la falta de apoyo de los llamados poderes fácticos andaluces. Ya a mediados de los setenta, el mismo Clavero Arévalo había impulsado el Partido Social Liberal Andaluz (PSLA), que acabó siendo absorbido por la UCD. El hoy llamado Partido Andalucista (PA) nunca gozó de la confianza del poder real andaluz. No en vano ha experimentado numerosos vaivenes en su historia: de llamarse en la semiclandestinidad Alianza Socialista de Andalucía (ASA), con algunas conexiones con el PCE, pasó a llamarse Partido Socialista de Andalucía (PSA); más tarde a esta denominación le añadió el matiz Partido Andaluz (PSA-Partido Andaluz); finalmente, llegamos al PA de hoy, en un intento de captar las voluntades electorales del sector más amplio posible de la población andaluza. 3. Tierras del Sur Estamos ante un caso de revista ideológicamente similar al anterior pero con unas miras empresariales más amplias. La empresa editora de la revista es Rocafer del Sur, S.A., cuyo nombre, Rocafer, es una especie de acróstico de los apellidos Rodríguez, Carmona, Fernández. En resumidas palabras, es una familia acomodada sevillana, los Fernández-Palacios, la que iba a impulsar esta publicación con la inestimable aportación periodística del sacerdote José María Javierre, hombre que, a pesar de haber nacido en Aragón, está ya profundamente enraizado en Andalucía y lo está como puede suponerse desde hace no pocos años (ha sido incluso pregonero de la Semana Santa de Sevilla, al margen de que en el tardofranquismo dirigió El Correo de Andalucía, de Sevilla, imprimiéndole una línea liberal que ha pasado a la historia de la prensa andaluza). Tierras del Sur, cuya existencia comprende el período 1976-1979, comenzó editándose con tamaño tabloide y un precio asequible. Su tirada se hacía a tres colores: negro, verde y rojo. En su última etapa pasó a publicarse con formato revista. En favor de Tierras del Sur está haber sido la publicación andaluza que, junto al diario El Correo de Andalucía, dio a conocer al gran público en 1977-78, en eso que en argot periodístico se denomina


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“primicia nacional e internacional”, la existencia en la sierra cordobesa del Cementerio Nuclear de Hornachuelos o del Cabril. Fue un descubrimiento del corresponsal de la revista en Córdoba, el poeta y periodista, Sebastián Cuevas, ya fallecido, quien recorrió un amplio trecho de la sierra, de acuerdo con las informaciones de sus fuentes, hasta encontrar lo que buscaba. La antes citada Gran Enciclopedia de Andalucía, obra que se elaboró tras la desaparición de la revista impulsada prácticamente por las mismas personas, dice de Tierras del Sur: “Semanario andaluz. Nació en mayo de 1976. Durante tres años fue “la voz de Andalucía”, como rezaba el subtítulo: cauce donde se exponían y denunciaban los problemas, inquietudes, aspiraciones e injusticias de nuestras tierras del sur. La revista mereció ser nominada en 1976 “Sevillano del año”. Publicación de talante liberal, todas las opiniones y tendencias tenían cabida en la época de transición hacia las libertades democráticas. “Tierras del Sur” sirvió de plataforma para el diálogo entre las corrientes políticas y sociales de Andalucía, con la única condición del respeto mutuo y un servicio leal a los intereses de nuestro pueblo. El semanario logró la difusión regional, cubriendo no sólo las ocho provincias de Andalucía, sino también amplios sectores de nuestra emigración. Entre los servicios prestados por “Tierras del Sur” destaca haber publicado una serie de cinco reportajes sobre una figura prácticamente olvidada desde la guerra civil: Blas Infante. Estos reportajes, debidos a José Luis Ortiz de Lanzagorta, sirvieron de fermento para la espiral de noticias y comentarios aparecidos luego en torno al padre de la patria andaluza”5. 4. Torneo A pesar de que la existencia de las revistas andaluzas de la transición fue efímera, durante un tiempo determinado llegan a subsistir tres semanarios: Tierras del Sur, Algarabía y Torneo. Esta última, con altos y bajos en cuanto a su presencia en la calle, como les sucedió a todas, salió a la venta durante un año aproximadamente (1976-77), dirigida por Federico Villagrán, que era además accionista y editor de la misma. Villagrán había sido anteriormente director del diario sevillano El Correo de Andalucía. Puede decirse con poco temor a equivocarse que fue

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Tierras del Sur: Gran Enciclopedia de Andalucía, tomo VII, pág. 3.108. Promociones Culturales Andaluzas, Dep. Legal Granada, 1979. Realización en redacción de Sevilla.


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entonces (1974-75) la época de mayor esplendor de este diario en los últimos veinte o veinticinco años en cuanto a tirada e influencia. Villagrán configuró una tercera página de opinión en la que podían leerse firmas tales como las de Isidoro Moreno Navarro, hoy catedrático de Antropología de la Universidad de Sevilla y entonces militante destacado del que se denominó Partido del Trabajo de España (PTE), organización muy activa en la clandestinidad franquista junto a su rama juvenil, la Joven Guardia Roja, ambas de orientación maoísta; otras firmas fueron las de Tomás Iglesias, abogado, ya fallecido, pero entonces militante asimismo del PTE; Manuel Ramón Alarcón, catedrático hoy de Derecho y entonces militante del selecto y minoritario partido que se denominó Acción Comunista (AC)6. Otros nombres vinculados esta vez al PSOE aparecieron en aquella “tercera” de El Correo de Andalucía: destaquemos a José Rodríguez de la Borbolla y a José Luis López López, éste último catedrático de Filosofía en la Universidad de Sevilla. Borbolla, ex presidente de la Junta de Andalucía, es hoy profesor titular en la Facultad de Derecho de Sevilla y concejal del PSOE en el Ayuntamiento hispalense. Lo más sorprendente (sorprendente ahora en cierta medida y menos sorprendente entonces), sucedió cuando en 1974, con motivo del triunfo en Portugal de la llamada “Revolución de los claveles”, Federico Villagrán publicó en primera página de El Correo y con gran alarde tipográfico que aproximadamente una docena de miles de marines norteamericanos se encontraban frente a las costas portuguesas dispuestos a invadir el país y terminar así con el dominio momentáneo que las corrientes comunistas ejercían sobre aquella revolución que dio al traste con la dictadura salazaristacaetanista, dominio que, como es sabido, terminó siendo arrinconado. El caso es que la noticia de marras, considerada como cierta aún hoy por el propio Villagrán7, si bien su certeza no debe sorprendernos a raíz de la experiencia histórica, dio con el director del diario sevillano en la cárcel situada por cierto prácticamente frente al edificio del periódico. Ya en 1977 le vemos al frente de Torneo. Detrás de Torneo aparece la sociedad Prensa y Copistería, S.A. que, además de la revista de Villagrán, tenía la misión de editar entonces El Socialista. Torneo es pues una revista 6

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Aclaremos que lo de “selecto” está dicho por las directrices leninistas que seguía esta formación en el sentido de dar cobijo en su interior a pocos militantes pero con una formación cultural más o menos amplia en el plano político teórico. En declaraciones a quien suscribe.


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andaluza de la transición pero, a diferencia de La Ilustración Regional, Tierras del Sur e incluso Algarabía, se trataba de una revista de orientación claramente de izquierdas aunque relativamente independiente en cuanto a que no estaba adscrita a ningún partido como era el caso del mensual Andalucía Libre, órgano oficial del Partido Socialista de Andalucía, dirigido en una época -su mejor época por cierto- por un brillante periodista: Manuel Prados8. Socios de Prensa y Copistería eran Federico Villagrán y Francisco Palomino, éste último militante del PSOE y cuñado de Felipe González. Como gerente aparecía Juan Guerra González, militante del PSOE y hermano del dirigente Alfonso Guerra. Desavenencias, falta de experiencia profesional tal vez como consecuencia de las condiciones históricas de semi-clandestinidad, fallos técnicos, etc., dieron al traste con la revista. En su cierre influyó además el miedo a anunciarse en ella (el único empresario destacado de Sevilla que lo hizo fue Gabriel Rojas, mientras que los demás no lo hacían por rechazo o por temor). La revista es cierto que fue objeto de especial seguimiento por los segmentos sociales dominantes. Su sede fue asaltada y destruida en gran parte dentro de una operación oscura aún no clarificada. Recordamos que se habló desde una obra de los ultraderechistas hasta de una especie de fruto de una guerra interna entre los sectores que sostenían la publicación9. Sea como fuere, lo cierto es que la revista acabó desapareciendo. Antes, Federico Villagrán llegó a entablar conversaciones con Tierras del Sur, con el PSOE e incluso con el PCE. Ninguna de estas conversaciones fructificó. A Torneo se la consideraba vinculada al PTE. Villagrán solicitó en efecto ayuda a este partido (ayuda financiera se entiende). El PTE respondió a esta demanda con 300.000 pesetas, cantidad que, como puede suponerse, incluso en aquellos años tan sólo sirvió para imprimir un número. Al final, los hechos indican que Torneo acaba por desaparecer mientras que El Socialista permanecía, evidentemente por contar con un respaldo mucho mayor. A pesar de todo lo dicho, lo que nos ha llamado más la atención de todo este esbozo de historia es la idea o punto de partida con que nace la revista. En efecto, Federico Villagrán pretendía lo que, más tarde, iban a lograr todos los diarios: romper el monopolio informativo de las “Hojas del Lunes”, semanarios por lo general de tamaño tabloide y papel periódico editados por

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Andalucía Libre ha reaparecido en 1993 con continente y contenido ampliamente deficientes y no comparables a los de los años últimos de la década de los 70. Hemos de recurrir a vivencias propias porque no existen datos fidedignos sobre el tema.


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las asociaciones de la prensa en todas y cada una de las provincias españolas con información fundamentalmente deportiva y taurina. Las asociaciones de la prensa eran aún cobijo de muchos profesionales de la información especialmente mimados por el régimen franquista o simplemente de ciertos personajes que habían accedido al carnet profesional, que era a la vez un elemento de control político, por simple fidelidad a los “principios fundamentales del movimiento” insurreccional del 18 de julio de 1936. Con este panorama, Villagrán consideró que Torneo podía aparecer los lunes con información deportiva y taurina que sirviera de “gancho” y/o reclamo. Ahora bien, esta información sería completada en principio, apareciendo temas como el conflicto y la situación del campo andaluz, los asuntos políticos andaluces más espinosos, reportajes sobre cuestiones como la de los sacerdotes que habían contraído matrimonio, las actuaciones contundentes de la Guardia Civil en algunas acciones jornaleras, etc. Era por tanto una línea “rupturista” que terminó en un año como mucho. De Tierras del Sur y de Torneo ha escrito Antonio Checa Godoy: Tierras del Sur es “el primer semanario de ámbito regional con ideología de centro izquierda (...). Torneo, también semanario, con difusión centrada en Andalucía occidental, está ideológicamente más a la izquierda que aquél, pero menos regionalista. Torneo, que en su corta trayectoria conoce diversas peripecias, incluida la destrucción de sus talleres, que obliga a una suspensión temporal de la publicación, cesa a principios de 1977, en tanto Tierras del Sur que, como ocurriera con La Ilustración Regional, se imprime fuera de Andalucía por falta de instalaciones adecuadas y de precios competitivos en la región, se mantiene y lanza en torno a los 12.000 ejemplares”10. 5. Algarabía: una fugaz «aventura» En este contexto de la Historia de Andalucía y del periodismo andaluz nace Algarabía. Su número 0 tiene fecha de noviembre de 1978. Si Torneo y por supuesto La Ilustración Regional ya habían cesado en su publicación aún se mantenía Tierras del Sur que iba a sobrevivir incluso a la propia Algarabía. Entre otros puntos de Andalucía, la revista se presentó en el Hotel Inglaterra de Sevilla. En una foto publicada en el número 2 de la publicación 10

Checa Godoy, op. cit., pág. 542.


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(pág. 4) los directores de ambas revistas, José María Javierre y Francisco Lancha, se saludan en el citado acto de presentación deseándose una suerte que no acompañará, en el seno de una tónica general que aún prosigue como lo demuestra el hecho de que no exista una revista de información general auténticamente andaluza y que proyectos como el de Diario 16 edición de Andalucía aún no se hayan implantado del todo. Como mucho, existen delegaciones en Andalucía de grandes grupos de Comunicación estatales procedentes casi en exclusiva de Madrid11. Algarabía fue la revista andaluza de la transición de vida más corta: sólo llegó a editar cinco números incluyendo el número 0, que aparece sobre todo como promocional y/o experimental. En pocos estudios sobre la prensa reciente andaluza encontrará el público noticias de Algarabía. Y es que, al margen de su leve vida, la revista poseía una característica esencial: su redacción central no estaba en Sevilla como las que hemos citado aquí, sino que se encontraba en la otra gran ciudad del Sur de España: Málaga. Se imprimía incluso en Málaga y desde allí se distribuía. Algarabía va a ser pionera por tanto en romper eso que en la actualidad se conoce despectivamente como “centralismo sevillano”. Su finalidad periodística va a consistir en aglutinar, informativamente hablando, a Andalucía, en aprovechar periodística y empresarialmente un incipiente y débil sentimiento andaluz. Esta debilidad va a desanimar a sus impulsores muy pronto, tal vez porque el ánimo de todos ellos no va a ser el mismo. La editora de Algarabía es la Sociedad Andaluza de Ediciones, S.A. Sus accionistas se encarnan en las personas de su director, el periodista Francisco Lancha; en otra periodista malagueña, Carmen Villodres; en Antonio Mata, abogado y empresario de Jaén; y en Vicente Rodríguez Aulet, empresario también, promotor turístico en Málaga. El fundador es el propio Lancha que, aunque nacido en Marruecos, está fuertemente vinculado a Málaga. 11

Cuando a mediados de 1998 revisamos este texto, observamos que Diario 16 Andalucía intentó “independizarse” de Madrid; sus ventas se centraban sobre todo en Sevilla, unas ventas e influencia que, a pesar de la ilusión que la entrada de capital andaluz, en forma de aval, despertó en su día (1997), no lo han librado del “desastre” global del Grupo 16. En 1997, el director y subdirector de la “etapa andaluza” del diario, José Aguilar y Rafael Rodríguez, abandonaron el periódico, cuya cabecera no entró en la venta de la que fue objeto en enero de 1998 Diario 16, precisamente porque los accionariados de Madrid y Sevilla no coincidían. La aportación andaluza de capital (procedente del empresario onubense Fernández Vizcaya) tampoco dio sus frutos. El periódico desapareció a finales de 1997 y en abril de 1998 salió a la calle Diario de Andalucía, de capital mayoritariamente andaluz, vinculado al empresario Manuel Domínguez, de proyección regional y con la pretensión de suceder a Diario 16 Andalucía (su redacción procedía de esta cabecera). Por otra parte, aún es pronto para hacer balance con la debida perspectiva de las ediciones andaluzas de El País y El Mundo, aparecidas en 1995 y 1996, respectivamente. Tampoco el tema es materia de este trabajo.


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La tirada de Algarabía se situó alrededor de los 7.000 ejemplares. Las ventas aproximadas fueron de entre 1.600 y 1.800 ejemplares en Sevilla (en determinadas ocasiones), mientras que en Córdoba, Cádiz y Granada las ventas se situaban sobre los 300 ejemplares. La aceptación mayor estaba en la propia Málaga: unos 2.000 ejemplares12. De cualquier forma, aunque definido como semanario, Algarabía iba a tener una notable acronicidad en sus salidas al público con evidentes defectos de maquetación y de contenido, como, por ejemplo, no especificar, salvo en el número 0, ni el número de orden de publicación ni el año, tan sólo unas semanas que además no eran correlativas. Incluso los sumarios de la revista, al margen de su deficiente composición y maquetación, no contienen temas de interés que estaban en el mismo número que anuncian. La revista poseía, además de la redacción central en Málaga, corresponsales en todas las provincias andaluzas más Barcelona y Madrid por razones obvias y al igual que había hecho Tierras del Sur. La lista de colaboradores fue aumentando en el staff. El último número registraba los siguientes nombres: Antonio Gala, que publicó un artículo en el número 1 saludando a la nueva revista, Manuel Alcántara, José Infante, Alfonso Canales, José Mayorga, Rafael Pérez Estrada, Francisco Cortés, Julián Sesmero, Luciano G. Ossorio, Gonzalo Rojo y Jim Hollander, éste último como colaborador fotógrafo. En otro de los párrafos de la “Carta del director” a la que aludíamos al iniciar este trabajo, Francisco Lancha afirma: “Pretendemos que ALGARABÍA (sic) haga honor a su nombre y se convierta en el grito andaluz ante Andalucía misma y que sea al mismo tiempo portavoz de sus inquietudes (...) en el campo social, económico, agrícola, industrial, laboral y político y sin que el orden de los factores, jamás nos altere el producto” (núm. 0, pág. 5)13. 6. Andalucía actualidad Tras la desaparición en 1979 de Tierras del Sur no había aparecido en el mercado andaluz ninguna revista con pretensiones de llegar a toda la Comunidad Autónoma y a los núcleos peninsulares de la emigración andaluza, salvo el caso del mensual Andalucía Económica, que aún se edita, pero 12 13

Datos que me han sido facilitados oralmente por Francisco Lancha. El lector podrá encontrar una información más detallada sobre esta revista en REIG, Ramón: Las revistas andaluzas de la transición (1974-79) y el caso de “Algarabía” en Revista de Estudios Andaluces, número 17, Universidad de Sevilla, 1991, pp. 63-84.


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que debe su existencia a la iniciativa, en primera instancia, del capital catalán impulsor de la revista Economics. Ambas publicaciones escapan a las pretensiones de este trabajo. Es el 8 de octubre de 1992 cuando hace su aparición el número 1 del, por ahora, último fracaso de la iniciativa privada andaluza en materia de información escrita con formato de revista. De Andalucía Actualidad, concebida como semanario y con redacción central en Sevilla, únicamente van a salir a la calle quince números, el último de ellos el 14 de enero de 1993. Su diagramación y formato, así como su propia cabecera, recuerdan a las revistas estatales Tiempo o Tribuna de Actualidad. Sus contenidos van a ir más allá de los temas andaluces para alcanzar acontecimientos estatales que se proyecten en Andalucía. Este aspecto conllevará que la publicación entre en competición directa con los grandes semanarios nacionales como por ejemplo los citados con anterioridad. Como firma “estrella” nos presentó al escritor Antonio Muñoz Molina. Impulsor de la revista fue el empresario de la construcción Juan Manuel Sanz, natural de Bornos (Cádiz), quien aglutina al grupo empresarial CADES. Sanz residió en los años 70 en Barcelona, donde estaba vinculado al entonces Partido Socialista de Andalucía-Partido Andaluz (PSA-PA), hoy Partido Andalucista. Cuando en los años 80 se traslada a Andalucía su vinculación con esta formación política deja de ser tan estrecha como antes. El auge que en esa década de los 80 experimenta la construcción en España beneficiará también al grupo empresarial de Juan Manuel Sanz y revalorizará su patrimonio. Esta circunstancia le lleva a pensar en crear una revista a pesar de su déficit considerable de conocimiento respecto al funcionamiento de las industrias de la información. Sanz entró en contacto con el ex-alcalde de Sevilla (1979-1983), Luis Uruñuela, uno de los fundadores del partido antes mencionado junto a Alejandro Rojas-Marcos y Miguel Ángel Arredonda, entre otros. Uruñuela va a encabezar una lista de cincuenta socios fundadores de Andalucía Actualidad, entre los que se encuentran los catedráticos de la Universidad de Sevilla Manuel Delgado Cabeza, Isidoro Moreno Navarro o Gabriel Cano, además de otras personalidades influyentes en el mundo intelectual andaluz como es el caso de Francisco Ruiz Morcillo. Este grupo de fundadores, que se caracteriza por su independencia respecto del poder oficial representado por el PSOE (además, salvo el citado Uruñuela ninguno de los restantes militaba en partido alguno),


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eligió como director al periodista Antonio Checa Godoy, nacido en Jaén en 1946 14. Los cincuenta socios fundadores, entre los que se encontraban Juan Manuel Sanz y otros empresarios vinculados a su grupo, constituyeron Medios de Comunicación de Andalucía, S.A., cuyo capital social inicial, desembolsado en su totalidad por los socios impulsores de la revista, ascendía a 10 millones de pesetas. El grupo empresarial de Sanz, que además invirtió en los gastos de funcionamiento de la revista (redacción, formada por 30 personas, ordenadores, etc.), estimaba que con 100 millones de pesetas la revista podría mantenerse en el mercado durante un período de entre seis y doce meses. Sin embargo, pronto los costes de publicación, sobre todo, iban a demostrar lo erróneo de este cálculo. Al mismo tiempo, el grupo empresarial sufrió una alarmante crisis que llegó incluso a costarle la retirada crediticia del Banco Hipotecario, principal valedor de las empresas del sector de la construcción. Inesperadamente, Juan Manuel Sanz decide hacer desaparecer la revista, a pesar de que el Consejo de Administración, encabezado por Manuel Delgado Cabeza, había propuesto alguna vía alternativa como convertir en mensual al semanario. Delgado Cabeza considera que en tres meses de vida no había sido posible llevar a cabo un balance real de las posibilidades de implantación de la revista15. Asimismo, Manuel Delgado Cabeza especula con la posibilidad de que haya existido cierto obstruccionismo por parte del poder político a una revista no controlada por él, si bien el director de Andalucía Actualidad, Antonio Checa, sostiene que el entonces Portavoz del Gobierno de Andalucía, José Nevado, le negó personalmente todo interés del PSOE por influir en el cierre del semanario16. No obstante, la realidad objetiva pone de manifiesto que ninguna de las grandes empresas andaluzas (Sevillana de Electricidad, Abengoa, Cobreros, etc.), a pesar de ser requeridas para ello17, se mostraron proclives a invertir en la nueva publicación, circunstancia que es interpretada por Delgado Cabeza como un desinterés de los grandes poderes empresariales andaluces respecto a una publicación autóctona de Andalucía. 14

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Checa Godoy, citado ya con anterioridad, es, además de periodista, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Sevilla y un excelente investigador de la prensa andaluza como lo demuestra su Historia de la prensa andaluza, Fundación Blas Infante, Sevilla, 1991, o su libro Historia de la prensa en Iberoamérica, Ediciones Alfar, Sevilla, 1993. Delgado Cabeza en declaraciones a quien suscribe. Checa en declaraciones a quien suscribe. Declaraciones de Delgado Cabeza y de Checa Godoy a quien esto suscribe.


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Cuando el grupo de Juan Manuel Sanz decide dejar de respaldar a la revista ésta había alcanzado una tirada de 8.000 ejemplares. La estimación de rentabilidad o, al menos de amortización de gastos, exigía una tirada de entre 12.000 y 14.000 ejemplares. El pasivo acumulado fue de 100 millones de pesetas, liquidado actualmente. Aunque aún están por investigar si las razones que impulsaron a Juan Manuel Sanz y su grupo de empresarios a dejar de apoyar a Andalucía Actualidad fueron económicas o políticas (o de ambos aspectos), lo cierto es que estamos ante lo que, por ahora, es el último fracaso de una revista editada desde Andalucía y con capital andaluz. 7. Conclusiones 1. Se constata el fracaso de la iniciativa privada andaluza tanto en el terreno de la edición de revistas como, tal vez derivado de ello, en el campo del conocimiento de las industrias culturales de la información. Igualmente se observa una falta de interés en el empresariado andaluz por este sector de la economía. 2. Los tres semanarios andaluces de la transición reseñados, Tierras del Sur, Torneo y Algarabía, tenían un enfoque a la vez empresarial y andalucista, sobre todo Tierras del Sur (la “aventura” empresarial que se demostró más sólida de todas). La ideología de Tierras del Sur y de Algarabía puede calificarse como de liberal o de centro izquierda no marxista; la de Torneo como de izquierda marxista. Por su parte, La Ilustración Regional ofrece un claro predominio como revista ideológica antes que proyecto empresarial, impulsada por miembros de una clase social perteneciente a la Andalucía liberal e ilustrada. 3. Ya en nuestros días Andalucía Actualidad, a pesar de que sus fundadores no estaban vinculados al poder socialista, no ofrecía en sus mensajes, genéricamente considerados, una confrontación abierta y sistemática contra dicho poder, sino más bien un afán de crítica constructiva. 4. Ninguna de las revistas citadas ha logrado una implantación entre el público andaluz, bien por fallos empresariales, bien por falta de conciencia regional o nacionalista andaluza, o bien por ambos motivos. 5. Todas las revistas mencionadas pretendían proyectarse más allá de Andalucía: hacia la emigración en Cataluña y Madrid, sobre todo. 6. En las revistas del período 1974-1979 fueron temas fijos Andalucía como Comunidad históricamente marginada, el problema de la tierra y el


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pensamiento de Blas Infante junto a los episodios más notorios del nacionalismo o andalucismo. A estos temas Andalucía Actualidad añadirá otros de importancia nacional como el de los inmigrantes del Magreb, la situación de Andalucía después de la Expo de 1992 o la incidencia de la mafia en las costas andaluzas. 7. A excepción de Algarabía, que la tenía en Málaga, el resto de las publicaciones sobre las que hemos tratado, establecieron su redacción central en Sevilla, y, salvo La Ilustración Regional, más orientada al pensamiento, un conjunto de corresponsales periodistas.


El Porvenir. El sentir de un diario sevillano en la difícil coyuntura de 1848 Dra. María José Ruiz Acosta Profesora de Historia de la Comunicación y del Periodismo Universidad de Sevilla

La fecha de 1848 aportó a Sevilla la vivencia de, entre otros, dos acontecimientos de especial relieve: el fallido alzamiento del comandante Portal y la fundación de un órgano de prensa -El Porvenir- al servicio de la fracción moderada del progresismo. La comparación entre los resultados originados por ambos fenómenos convenció a un nutrido grupo de sevillanos de la imperiosa necesidad de abandonar las armas en favor de la pluma; esto es, de apostar, de manera preferente, por la creación de diarios y semanarios políticos al objeto de atraer a la «opinión pública» a su propia causa.

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i el sistema de comunicación forma parte estructural de un sistema social más amplio, el análisis del primero nos va a permitir llegar a los fondos de cualquier sociedad o grupo social concreto»1.

Jesús Timoteo Alvarez avanza, con las anteriores palabras, el propósito de la presente investigación, que no es otro que el de profundizar en el conocimiento de la sociedad sevillana del siglo XIX a través de una de sus publicaciones más representativas, la encarnada por El Porvenir. Fundado en la capital hispalense hace exactamente 150 años, el nacimiento del diario objeto de nuestro estudio se incardina en uno de los momentos que ofrece mayores cotas de interés para el estudioso de la prensa. Resultado de la concepción comunicativa predominante en la pasada centuria -la de la prensa política y de partido- El Porvenir se nos presenta,

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TIMOTEO ALVAREZ, Jesús: Restauración y prensa de masas. Los engranajes de un sistema (1875-1883), Eunsa, Pamplona, 1981, p. 17.


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igualmente, como un elemento de combate en una España convulsa; mas un combate que, ante las revueltas surgidas a raíz del controvertido «48», se llevó a cabo, asimismo, desde la palabra impresa, quizás una alternativa más eficaz, duradera y -por qué no reconocerlo- con más éxito que aquélla que protagonizaron los extremismos de diverso signo durante esos mismos años. De ese talante y del modo en que El Porvenir planteó esa «lucha dialogada» trata este estudio, que, para su mejor comprensión, se ordena conforme al siguiente esquema: a) por de pronto, el análisis de la España y la Sevilla de aquel entonces, marco de desarrollo y protagonista, simultáneamente, de nuestro trabajo; b) en segundo lugar, un acercamiento a los principales parámetros periodísticos de aquel período, es decir, el correspondiente a la segunda mitad del siglo XIX; y c) en última instancia, las razones que, a la luz de los aspectos mencionados, motivaron la aparición de El Porvenir, así como de las funciones que desempeñara en aquel contexto. Desde la propuesta anterior, iniciamos nuestra investigación, búsqueda que, en definitiva, quiere convertirse en homenaje a uno de los periódicos más representativos de la Sevilla decimonónica, modelo singular de plantear la información diaria que, no obstante, sucumbiría, a la altura de 1909, al empuje de otras fórmulas de concebir la comunicación periodística. 1.- España y Sevilla ante los sucesos de 1848. Para comprender con exactitud el auge que en el siglo XIX experimentara la que se ha dado en denominar «prensa política» o «prensa de opinión», el investigador debe acudir necesariamente al análisis del contexto en el que se incardinan esas manifestaciones de la comunicación social. Desde ese presupuesto, y en relación al caso español, ha de tenerse en cuenta que en octubre de 1847 había subido al poder, para asumir la jefatura del Gobierno por tercera vez, el general Narváez, cuyo mandato se inscribe dentro de la etapa conocida como Década Moderada2.

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Vid. FERNANDEZ ALMAGRO, Melchos: Historia política de la España Contemporánea, 1868-1885, tomo 1, Alianza, Madrid, 1968; COMELLAS, José Luis: Los moderados en el poder, 1844-1854, Madrid, 1970; LOPEZ PUERTA, Luis: Moderados y progresistas, 1833-1868, Guadiana, Madrid, 1971; PABON, Jesús: «La leyenda y la historia del general Narváez», Discurso de inauguración del XXXI Congreso luso-español para el Progreso de las Ciencias, Cádiz, 1 de abril de 1974; y VILAR, Pierre: Historia de España, Crítica, Barcelona, 1992.


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El marcado tono de optimismo y prosperidad que singularizaría a esos años no pudo evitar, sin embargo, que durante la mencionada época España experimentara las notas del conflicto, consecuencia inevitable de un siglo que se había iniciado con un acontecimiento de tal relieve como fue la Guerra de la Independencia. Tras la misma, las distintas etapas de la guerra civil, el estallido de pronunciamientos de diversa naturaleza, los enardecimientos progresistas y el desbordamiento de las energías moderadas se presentan, indiscutiblemente, como el origen de las frecuentes crisis que, a decir del periodista y literato Joaquín Guichot y Parody, «ocasionaban [en el conjunto del país] cambios más o menos radicales de situaciones políticas, que se repetían de tres en tres años»3. A la vista de esas condiciones y del ritmo marcado por las revueltas europeas, no resultó extraño que en España se viviera también un «48»; mas una ocasión marcada por rasgos propios, consecuencia de las flagrantes contradicciones que delimitaron al liberalismo peninsular, en especial, en lo concerniente a la difícil conciliación entre dictadura y libertad. A dicha nota, habría que añadir el incremento de la división entre las distintas fuerzas políticas entre sí (moderados, progresistas, republicanos, etc.), amén de en el seno de las mismas. En el caso concreto de los progresistas, dicha tendencia respondía a la falta de acuerdo acerca de la postura que debía adoptarse ante los incidentes surgidos en aquellos momentos: para algunos, como Escosura, Rivero o Sagasta, la violencia y la conspiración constituían las únicas salidas posibles a todos los obstáculos; para otros, como Narváez y Olózaga, era necesario girar hacia posiciones más serenas, contrarias a la exaltación auspiciada por los primeros4. En paralelo, la fragmentación de los moderados en una derecha transigente, dispuesta incluso a admitir en el Gobierno -y como prevención ante futuras crisis- a algunos elementos progresistas (tal era el caso de Martínez de la Rosa) y otra autoritaria, que tuvo como máximos representantes a Pidal y Ríos Rosas. Como cierre de dicho marco, hemos de reseñar el progresivo afianzamiento de la potestad del jefe del Gobierno -Narváez-, quien, desde el sus3

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GUICHOT Y PARODY, Joaquín, en CHAVES REY, Manuel: Historia y Bibliografía de la Prensa sevillana, edición Alfonso Braojos, Ayuntamiento, Sevilla, 1995, pp. 10-11. La escisión en el seno del progresismo provocaría que algunos de sus militantes se desplazaran progresivamente hacia la izquierda, provocando, en 1848, la formación del Partido Demócrata. Junto a los progresistas, republicanos y socialistas ayudaron a conformar la nueva fuerza política. Vid. EIRAS ROEL, A.: El Partido Demócrata Español, 1849-1968, Eunsa, Pamplona, 1961; y RODRIGUEZ CASADO, V.: Orígenes del capitalismo y del socialismo contemporáneo, Espasa-Calpe, Madrid 1981.


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tento que le ofreciera la Ley de Poderes Excepcionales, consolidó la alianza con los moderados a la par que obtuvo una cierta aureola exterior5. Para algunos autores, sin embargo, la controvertida norma dictada el 13 de marzo de 1848 marcó el inicio de una dictadura legal, bajo la patina de régimen excepcional, así como la posibilidad de restringir las libertades públicas. En este sentido se entiende cómo, animados por el levantamiento francés -que permitió el establecimiento de la república tras la caída de la monarquía de Luis Felipe- y contando con el apoyo inglés, la izquierda progresista y el republicanismo revolucionario animaran toda una estrategia de revueltas y sublevaciones destinada a presionar a Isabel II y las Cortes para provocar un cambio de Gobierno6. *

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Afirma Sonsoles Cabeza en su trabajo sobre el «48» en España que, mientras las naciones vecinas se agitaban, la Península se convirtió en «uno de los pocos países europeos que consigue escapar indemne al movimiento revolucionario que asoló durante 1848 a la mayoría de los países de Europa occidental, gracias a la rápida y enérgica intervención del Gabinete de Narváez»7. No obstante, y a pesar de ese declarado control de la situación, la reacción progresista al Gobierno constituido se manifestó ya desde los primeros meses de aquel año; en concreto, Madrid se conmovió tras el estallido de varios golpes simultáneos, motines que alcanzaron a la capital andaluza el 13 de mayo de la mano del comandante Portal y su primer batallón del regimiento. Unidos por una profunda animadversión a Narváez -que no alcanzaba a la soberana-, civiles y militares pertenecientes a la facción exal5

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De hecho, el triunfo político de Narváez se encuentra en la base del reconocimiento internacional de Isabel II como reina por parte de naciones tradicionalmente partidarias de la causa carlista, como eran Nápoles, Cerdeña o Toscana. Vid. PONTEIL, Féliz, La revolución de 1848, Ed. Zyx, Madrid, 1966; CABEZA SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Sonsoles; Los sucesos de 1848 en España, Fundación Universitaria española, Madrid, 1981; KOSSOK, Manfred y PEREZ SARAVIA, Mauricio: «Prensa liberal y revolución burguesa. Las revoluciones en Francia y Alemania en 1848 y en España en 1854», en VV.AA.: La prensa en la revolución liberal. España, Portugal y América Latina, Actas del Coloquio Internacional, Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, Madrid, 1983, pp. 391-444; y PALACIO ATARD, Vicente: La España del siglo XIX, Espasa-Calpe, Madrid, 1981. CABEZA SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Sonsoles: op. cit., p. 77.


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tada del partido atrajeron a su causa a numerosos dirigentes del republicanismo revolucionario español, amén de a los demócratas. Este apoyo, al igual que el que le prestara la embajada inglesa en España, no bastó, sin embargo, para que ambos movimientos se sostuvieran; la escasa respuesta de los militares y el insuficiente apoyo civil explican, en definitiva, el fracaso de una opción que, desde esos momentos, quedó desechada. Por todo lo anterior, y ante el temor a la acción represiva desencadenada por el gabinete Narváez hacia los sublevados, los progresistas no exaltados apostaron, para la defensa de su causa, por el empleo de fórmulas de oposición ya ensayadas, métodos que, por su misma naturaleza, sirvieran de alternativa eficaz a unos sistemas -los de la revolución y el desorden- con los que no se identificaban. Fue de ese modo como se lanzaron a la lucha periodística, bien aprovechando medios impresos ya existentes, bien creando nuevos órganos de opinión, entre los que resaltaría -para el contexto sevillano- El Porvenir. En este sentido, conviene que se sepa que, aunque «los periódicos de entonces no [eran] órganos de partido», es decir, portavoces de las corrientes políticas legalmente constituidas en la sociedad, al menos sí podían ser calificados como «vehículos de expresión de tendencias o fracciones, grupos de opinión con frecuencia muy fluidos»8. Desde esta consideración se entiende que, aprovechando las condiciones periodísticas de aquellos momentos, un sector del progresismo ayudara a cimentar una forma de actuar y de concebir la información que no se limitaba exclusivamente a la sucinta exposición de los acontecimientos, sino, más bien, a tomar parte en ellos, al objeto de alcanzar una mayor intimidad con la «opinión pública». 2.- La prensa sevillana en la segunda mitad del siglo XIX. La fecha que marca el inicio de la desunión de las familias liberales -el año de 1840- significó, asimismo, el comienzo de una etapa relativamente diferente en el ámbito de la comunicación periodística en España, fase en la que numerosos cambios afectaron a la que se conoce como prensa política y de partido. Para comprender la naturaleza de esas modificaciones, hay que tener en cuenta que, desde esos momentos, se dieron cita en el país sucesos de especial trascendencia, acontecimientos tales como: a) la regencia del general Espartero y las revueltas que, contra él, protagonizó parte del sector 8

PALACIO ATARD, Vicente: op. cit., p. 244.


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moderado; b) la caída de Duque de la Victoria y la vuelta de la reina María Cristina; c) los amagos de una nueva guerra carlista, que terminaría ensombreciendo el panorama de la tan ansiada estabilidad política, social y económica; y d) la persistente lucha entre progresistas y moderados. Ante los mencionados extremos, no resulta extraño para el historiador de la prensa descubrir las exigentes medidas ordenadas contra la actividad informativa, normas con las que se pretendió ralentizar el progresivo y ascendente camino de los diarios y semanarios nacionales. Entre aquéllas, destacan los excesivos trámites legales exigidos para poner en marcha una publicación, así como los incontables requisitos al que había de ser su editor; también, el permanente control de la autoridad y las dificultades relativas a la circulación, que creaban una panorama no excesivamente optimista para el incremento de las publicaciones, en especial de aquéllas centradas en la exposición, defensa o crítica de los asuntos políticos. En definitiva, y a decir de José Javier Sánchez Aranda, la política de prensa ejercida por los moderados no era sino la prueba más evidente de la gran prevención frente a la palabra impresa; temerosa de su potencia, a la prensa se la intentó controlar, en esos años, por todos los medios9. Pese a lo anterior, numerosos hechos confirman cómo los periódicos españoles adquirieron un gran vigor en aquellas décadas. Al margen de la floreciente prensa literaria, en ascenso desde 183310, la prensa política en general se convirtió en destacada protagonista de aquel panorama. Aun careciendo de medios suficientes, fuerza social o grandes tiradas, dicha modalidad periodística -también llamada «personal», «de

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Vid. SÁNCHEZ ARANDA, José Javier y BARRERA DEL BARRIO, Carlos: Historia del periodismo español. Desde sus orígenes hasta 1975, Eunsa, Pamplona, 1992. La razón de este notable renacimiento se debe, según María Cruz Seoane, al aflojamiento del absolutismo que se produce en los últimos años de reinado de Fernando VII. Dicha modalidad periodística se plasmó en Sevilla en títulos como Boletín de Teatros, El Cisne, El Poeta, El Paraíso, La Revista Andaluza, El Nuevo Paraíso, La Floresta Andaluza o El Céfiro. Vid. GOMEZ APARICIO, Pedro: Historia del periodismo español, 4 vols., Editora Nacional, Madrid, 1967-1981; TUÑON DE LARA, Manuel y otros: Prensa y sociedad en España (1820-1936), Cuadernos para el Diálogo-Edicusa, Madrid 1975; y SEOANE, María Cruz: Historia del periodismo en España. 2. El siglo XIX, Alianza Editorial, Madrid, 1983.


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opinión» o «de partido»11- presentó una importancia decisiva en la conformación ideológica de la sociedad española. Lo recoge Julio Montero cuando sostiene que «la prensa tiene un enorme protagonismo en el nacimiento de los partidos políticos de nuestro siglo XIX»12. En idéntico sentido se expresan Manfred Kossok y Mauricio Pérez, para quienes es necesario tener en cuenta que, si bien la dictadura del general Narváez («respuesta del conservadurismo español a los años revolucionarios europeos del cuarenta y ocho») liquidó los restos del «proceso aperturista» de la prensa, este adelanto «no por limitado y modesto había dejado de dar sus frutos en el terreno de la publicística, en general, y de la información, en particular»13. Para el caso sevillano, tal auge lo confirma Manuel Chaves Rey, quien en su obra Historia y bibliografía de la prensa sevillana nos recuerda cómo el público de la capital hispalense estaba habituado a leer prensa y, de igual manera, a seguir esa prensa política y de partido. Auge por la lectura de los papeles públicos que provocó, como nos relata el mismo Chaves, que «el entonces dueño del café del Turco, D. Luis Tolva, [estableciera] una sala donde los parroquianos asistían en gran número a escuchar la lec-

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En sentido estricto, como apunta Julio Montero, la prensa de partido no constituye sino un género de la especie de prensa política, cuyo fin es el de servir de arma política antes que el de constituirse en empresa informativa de la que devengan unos beneficios económicos. Vid. MONTERO DIAZ, Julio: La aventura revolucionaria de un diario conservador. Prensa y partidos de la primera España democrática (1868-1874), Ed. Tempo y Cees, Madrid, 1994. En nuestro trabajo, sin embargo, incluimos a ambos tipos de publicaciones bajo el común concepto de prensa política. Vid. TUÑON DE LARA, Manuel (director): La prensa de los siglos XIX y XX. Metodología, ideología e información. Aspectos económicos y tecnológicos, Servicio Editorial Universidad del País Vasco, Bilbao, 1986; y PIZARROSO QUINTERO, Alejandro: De la Gazeta Nueva a Canal Plus. Breve historia de los medios de comunicación en España, Editorial Complutense, Madrid, 1992. MONTERO DIAZ, Julio: op. cit., p. 19. En este sentido, el citado autor apunta que dicha modalidad periodística pronto se convertiría en el único elemento institucional de estabilidad y continuidad del partido. Entre sus funciones destaca las de difundir candidaturas, anunciar los actos políticos, publicar los manifiestos o hacer llegar a todos los partidarios las consignas de los directivos. Vid. VALLS, Josep-Francesc: Prensa y Burguesía en el XIX español, Anthropos, Barcelona, 1988. KOSSOK, Manfred y PEREZ SARAVIA, Mauricio: «Prensa liberal y revolución burguesa. Las revoluciones en Francia y Alemania en 1848 y en España en 1854», op. cit., p. 433. Para estos autores, habría que esperar al estallido de la revolución de 1854 para que en España se asistiera «a una explosión de la prensa que establece de hecho la libertad de prensa [es decir, el surgimiento de numerosas publicaciones] de la más variada ideología y posición política» (p. 435).


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tura de la prensa, que hacía un concurrente en voz alta y encaramado en una tribuna dispuesta al efecto»14. Y aunque el cambio de siglo modificara las pautas informativas presentes en el país, inaugurando un modelo de periodismo menos comprometido y más independiente de adscripciones ideológicas15, lo cierto es que durante el tiempo en que estuvo vigente singularizó al conjunto de los ejemplares con características como las siguientes: a) La íntima implicación entre política y prensa: en su gran mayoría, los políticos creaban, dirigían o colaboraban en los diarios de partido, periódicos que utilizaron para su carrera política. La concepción del medio impreso como «arma de combate» permitiría la aparición de coaliciones periodísticas al objeto de elevar o derribar gobiernos de muy distinto signo. b) La inexistencia de una organización empresarial; los periódicos constituían, en la mayoría de los casos, actividades que dependían de otras más amplias de impresión. Y aunque, en numerosas ocasiones, la importancia de los diarios alcanzara tales niveles que llegaron a rebasar el ámbito del negocio individual o familiar, lo cierto es que, como indica Ricardo M. Martín de la Guardia, «nada o muy poco importaba una posible rentabilidad económica»16. c) De los anteriores aspectos se deriva, en tercer lugar, la concepción artesanal que caracterizaba a la información impresa. Lo recoge ampliamente Manuel Martín Serrano en el siguiente texto: «La información no se ofrecía jerarquizada, mediante artificios gráficos tales como la composición en cuerpos de diferentes tamaños. Tampoco era frecuente que el contenido del texto se presentase desmigado en pequeñas unidades independientes de sentido, como ahora

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CHAVES REY, Manuel: op. cit., p. 24. Vid. CHECA GODOY, Antonio: Historia de la prensa andaluza, Fundación Blas Infante, Sevilla, 1991. Ciertamente, antes de que finalizara el siglo, una gran parte de esa prensa «comprometida» se alejaría cada vez más de sus consignas y, sin llegar al extremo del modelo informativo puro que, a la sazón, representaba La Correspondencia de España, aspiraría a lograr su independencia de los grupos políticos. Vid. GOMEZ MOMPART, Josep Lluís: «Prensa de opinión/prensa de información», en AAVV, Presse et pouvoir en Espagne, 1868-1975, Ed. CCCV-MPI, Burdeos, 1993. MARTÍN DE LA GUARDIA, Ricardo Manuel: «Consideraciones sobre la empresa periodística como factor clave para la Historia de la Prensa (siglos XIX-XX)», en Actas del Congreso de Jóvenes Historiadores y Geógrafos, Eudema, Madrid, 1989, tomo II, pp. 652-653. Vid. LONGARES, J.: La divulgación de la cultura liberal, Eds. Escudero, Córdoba 1979.


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se hace por el recurso a los titulados. El tratamiento del tema suele ser lineal, desde el primer al último renglón: las cabeceras, compuestas en cuerpos muy semejantes al texto no sintetizan el contenido, limitándose a enunciarlo. No es posible hojear el periódico y darse por enterado de su contenido sin una lectura detenida y a veces sin una relectura del texto»17. Habría, así, que esperar algunos años para observar cómo, al menos en la primera página, la composición empezaba a presentarse de manera más ordenada y pulcra; el tamaño del ejemplar se incrementaba -de cuarto y folio a gran folio- para dar cabida a más contenido, así como el número de columnas por página, que pasó de una o dos a cuatro. *

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Trazado el marco político-social y periodístico donde se incardina El Porvenir, acometemos a continuación el estudio del diario, uno de los medios más representativos de todos los que se editaron en la capital hispalense durante la pasada centuria. 3.-El Porvenir. Diario político independiente: diario de avisos y noticias. El nacimiento de El Porvenir el 4 de marzo de 1848 se produce en un momento excepcional en el desarrollo de Sevilla como centro generador de publicaciones de muy variado signo y objetivos. Ya lo hemos comentado anteriormente; pero merece la pena recoger las palabras de Joaquín Guichot y Parody quien recibe, en esos años, como «cosa inesperada y nueva, el crecido número de periódicos políticos, literarios y científicos que en el discurso de tan pocos años han visto la luz pública en esta Capital». Una madurez que, a su juicio, no es sino el resultado de «la intensidad del movimiento enciclopédico, aunque principalmente político»; un progre-

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MARTÍN SERRANO, Manuel: «Cultura en periodismo escrito y su relación con los demás medios», en Separata de la Universidad Complutense, Facultad de Ciencias de la Información, Madrid, 1990, p. 12.


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so de la prensa en el concierto de la vida sevillana que influyó «en el desarrollo de su cultura literaria, y en sus costumbres públicas», al tiempo que reflejaría, «con especialidad, los diferentes estados y períodos sociales»; en definitiva, «un trabajo debido al concurso de todos los escritores de la Ciudad, con raras excepciones»18. La metrópoli andaluza había asistido en los años precedentes a un auge de la prensa especializada de distinto tono -literaria, mercantil, de jurisprudencia, científica, taurina-, apogeo que se reveló en títulos como el Semanario Instructivo, El Estudiante, El Lotero, La Jiralda, El Ramillete de las Damas, El Diario de los Pobres o El Látigo del Teatro; dilatado inventario que, en el mismo año de 1848, se incrementaría con otras publicaciones como El Agua, El Verjel o El Recreo. En el panorama descrito hizo su aparición El Porvenir, el órgano más autorizado de los liberales progresistas, el periódico que, a decir de Manuel Chaves, «dio en Sevilla la norma para todas las de igual índole que le sucedieron y la que puede decirse que abrió aquí el camino a la prensa contemporánea»19. Perteneciente a esa corriente de periodismo ideológico-político de corte decimonónico, instrumento en la lucha por el poder, formador y escuela de políticos, el que llegara a ser decano de la prensa andaluza fue instituido por el sevillano Antonio María Cisneros, hombre emprendedor y ferviente defensor de las doctrinas monárquico-constitucionales. Su primer director lo tuvo en la persona de Fernando María Tirado, al que siguieron en el cargo el mismo Antonio María de Cisneros, Nicolás del Rey y Ramón Piñal y Martínez20. Sus instalaciones, originariamente en la calle Cerragería, nº 34-35, fueron testigo de la colaboración de un nutrido elenco de redactores, tales como Abelardo López de Ayala, Manuel María Santana, José Velázquez y Sánchez,

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GUICHOT Y PARODY, Joaquín: op. cit., p. 10. CHAVES REY, Manuel: op. cit., p. 33. Vid. BRAOJOS GARRIDO, Alfonso y TORIBIO MATIAS, Manuel: Guía de la Hemeroteca Municipal de Sevilla, vol. I, Sevilla, Ed. Ayuntamiento, Sevilla, 1990; y BRAOJOS GARRIDO, Alfonso y COMELLAS AGUIRREZABALA, Mercedes: «Nuevas notas para el estudio de la prensa sevillana en el siglo XX», en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea. Homenaje a Federico Suárez Verdeguer, Rialp, Madrid, 1991, pp. 61-76. Estos últimos también desempeñaron, sucesivamente, la función de editores. Igualmente, Ramón Piñal y Martínez ocupó la dirección del medio desde 1850, cediéndolo a su muerte a su viuda e hijos.


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Fernández Aveño, Fernando Tirado, Ariño o el mencionado Guichot, un «entusiasmado» del diario21; en definitiva, los responsables de la edición diaria -a excepción de los lunes- del periódico22. En relación a su presentación, debemos mencionar que, en sus primeros años, El Porvenir ofrecía cuatro páginas en papel común y de regular impresión; su tamaño era de 46 x 32 cms. -lo incrementó el 1 de febrero de 1853-, conteniendo cinco columnas cada una de sus planas. Asimismo, publicaba anualmente un Almanaque que, en 4º, presentaba a su público formando un tomo. La distribución de contenidos se realizaba conforme al siguiente esquema: a) la primera plana contenía los artículos editoriales, referidos, indistintamente, a asuntos locales, nacionales o internacionales; b) las restantes páginas recogían, de modo indiscriminado, la agenda de la ciudad, las informaciones que suministraba el servicio telegráfico y telefónico, noticias relativas a las actividades comerciales, culturales y sociales de la capital hispalense y, en último término, los anuncios, aún escasos en esas primeras décadas, mas en progresivo aumento en los años siguientes. Dicho lo anterior, es obligado resaltar que, al margen de la supeditación del medio a intereses de más largo alcance -que explican el gran renombre que alcanzaron sus artículos en toda España y fuera de sus fronteras23lo cierto es que el éxito de El Porvenir residió, en gran medida, en la fórmula periodística adoptada. Consciente de su valor como arma del sector moderado de los progresistas, El Porvenir planificó su estrategia informativa apoyándose en los principios del respeto al contrario, la claridad de ideas y la ausencia de ambigüedades en la exposición de sus tesis, todo ello al objeto de ayudar a sus lectores en la toma de decisiones políticas y sociales. Sin renunciar a la discusión y el debate con otros medios de opinión, en el conjunto de sus artículos e informaciones se traslucen, siguiendo el mencionado estilo, los principales aspectos de la ideología que impulsara su creación en 1848; postulados como eran la defensa de las doctrinas liberales en

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Vid. MARTINEZ DE LAS HERAS, Agustín: «Análisis de una campaña de prensa en la Sevilla de 1873, en VV.AA.: La prensa en la revolución liberal. España, Portugal y América Latina, op. cit., pp. 159-202. A partir del 31 de mayo de 1896, el periódico ofreció a sus lectores dos ediciones diarias: de mañana y tarde. Dicha característica no significó, sin embargo, que la publicación dejara de ser un medio centrado en el desarrollo de la vida de la capital andaluza. Tan es así que, a decir de Manuel Chaves, en los tomos de la publicación, «mejor que en parte alguna puede conocerse la historia social, política, literaria y administrativa de Sevilla como jamás podrá escribirse mañana» (CHAVES REY, Manuel: op cit., p. 34). Vid. AZNAR Y GOMEZ, Manuel: El periodismo en Sevilla, Imp. de El Universal, Sevilla, 1889.


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la «liberal Sevilla»24; la oposición a todas aquellas fuerzas que, abusando de su poder, ocasionaban la desgracia del pueblo, algo que, para el diario, se traducía en toda acción contraria al Gobierno constitucional o al sistema representativo, «por cuya adquisición y sostenimiento -afirmaba- se han derramado arroyos de sangre y sacrificado millares de fortunas»25; en última instancia, su rechazo a cualquier régimen que no reconociera «el dogma respetable de la soberanía de la nación»26 o que negara «los principios fundamentales de las instituciones y los derechos imprescriptibles que asisten a todo español», las garantías constitucionales, «con que los súbditos españoles nos creemos resguardados»27. En concreto, y referido a este último aspecto, El Porvenir se significó por la continua defensa de la libertad de expresión, requisito indispensable -a su juicio- para que los ciudadanos alcanzaran el nivel de formación exigible de cara a un correcto desenvolvimiento de la vida política. En este sentido -y no en pocas ocasiones-, sus promotores estimaron a la prensa periódica como «una especie de apostolado», obligada a «dogmatizar, aun antes de combatir»28. Asimismo, y conscientes del poder de lo impreso, esta fracción del progresismo optaría, para el logro de sus objetivos políticos, por ganar «la causa de la libertad en el concepto de la opinión pública», a la que estimaban, por contraposición a otros ámbitos sociales, como un sujeto «adverso por instinto a todas las arbitrariedades»29.

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Vid. «Parte Editorial», en El Porvenir, 26 febrero 1850, p. 1; y «Parte Editorial», en El Porvenir, 28 febrero 1850, p. 1. Entiéndase que el sostenimiento de las doctrinas constitucionales liberales se realiza dentro de un sistema monárquico, «porque todos aceptamos el trono, cual base de nuestro sistema político» («Parte Editorial», en El Porvenir, 7 marzo 1850, p. 1). Vid. «Parte Editorial», en El Porvenir, 22 febrero 1850, p. 1; «Parte Editorial», en El Porvenir, 24 febrero 1950, p. 1; y «Parte Editorial», en El Porvenir, 23 marzo 1850, p. 1. Vid. «Parte Editorial», en El Porvenir, 24 febrero 1850, p. 1. En relación a los absolutistas, el diario publicaría lo siguiente: «[Los liberales] hacemos derivar los derechos concedidos por la ley fundamental a los poderes políticos, del ejercicio de aquella facultad; y los absolutistas, rechazando como disolvente de la sociedad y destructor de la propiedad y la familia el principio de esa soberanía humana, llaman fuente de todo derecho a la voluntad de los reyes, fundándose en no sabemos qué diplomas de origen divino» («Parte Editorial, en El Porvenir, 7 marzo 1850, p. 1). «Parte Editorial», en El Porvenir, 22 febrero 1850, p. 1. Ib. «Parte Editorial», en El Porvenir, 2 marzo 1850, p. 1. En este sentido, en el diario se pueden leer párrafos como el siguiente: «Siempre ha debido [el partido progresista] sus victorias a la opinión pública y a los desaciertos de sus adversarios» («Parte Editorial», en El Porvenir, 27 febrero 1850, p. 1).


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Qué duda cabe que la función desempeñada por El Porvenir en el afianzamiento de un sector del público político sevillano -el progresista moderado- contribuyó, en gran medida, al gradual asentamiento de la realidad conocida como «opinión pública», soporte de la creación de nuevas pautas y realidades sociales30. Durante la segunda mitad del siglo XIX -y para el caso de la capital hispalense-, la tirada e inserción social del diario pusieron de manifiesto, igualmente, la vigencia de un modelo -el de la prensa política-, presente, de una u otra forma, en la casi totalidad de los periódicos nacionales. Ambas razones se encuentran en la base de este estudio que no ha pretendido sino convertirse en un modesto homenaje -lo hemos dicho- a una forma de concebir la información; esquema que, a medida que avanzara el siglo XIX, cedió el paso -al igual que la concepción social que lo sustentaba- a otras formas de concebir la vida, la política y la comunicación periodística31.

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En relación a los años que trata nuestro estudio Manfred Kossok y Mauricio Pérez afirman lo siguiente: «La prensa se convertía, con el libro, en el elemento fundamental de la conformación, comunicación y transmisión de la cultura de masas. En un medio imprescindible del proceso de socialización y, por lo mismo, de la dialéctica política y de clase» (KOSSOK, Manfred y PEREZ SARAVIA, Mauricio: «Prensa liberal y revolución burguesa. Las revoluciones en Francia y Alemania en 1848 y en España en 1854», op. cit., p. 443.). Vid. MONTERO DIAZ, Julio: op. cit., p. 26. En este sentido, hemos de apuntar que la llegada de nuevas pautas socio-económicas a España conllevaría la adopción del diario como un medio cuya rentabilidad ya no se medía en votos, sino en tiradas, ganancia monetaria y rendimiento mercantil. De ahí que, para evitar el cierre, algunos periódicos políticos optaran -como El Imparcial- por hacerse más informativos, condición indispensable, como indica Julio Montero, para que pudieran disfrutar «de una credibilidad manifiestamente mayor que la prensa de partido».


La prensa republicana de Sevilla ante las elecciones del 12 de abril de 1931: el semanario Crítica Concha Langa Nuño Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación Universidad de Sevilla 0 Análisis histórico de la victoria electoral de los republicanos-socialistas, a través del semanario político Crítica. El 9 de abril nace Crítica, declarándose por la libertad civil contra todo despotismo y en clara defensa de la República. Periódico caracterizado por su alta calidad de composición y sus grandes titulares, estaba dividido en dos parcelas: una política y otra dedicada a la cultura. Mediante el estudio de los artículos publicados en este semanario de crítica y opinión se ofrece una visión de la ciudad y de España, envueltas por la incertidumbre. Los articulistas son importantes personajes, como Antonio Núñez de Herrera, Diego Martínez Barrio o Antonio León. En opinión de la autora, Crítica se encuentra cercano al partido Republicano Radical en Sevilla. Considera que fue uno de los más fallidos intentos de organizar una cobertura de los hombres de Martínez Barrios en la capital.

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o cabe duda que la caída de la Monarquía española y la proclamación de la segunda República es uno de los momentos fascinantes del siglo XX español por las características especiales que rodearon el caso. Al mismo tiempo, tampoco cabe duda que la fuente hemerográfica ofrece un particular interés a la hora de aproximarse al pulso de la sociedad en la Edad Contemporánea. Así, si una vía para acercarse a cualquier fenómeno de esta etapa histórica es la de acotar la opinión “pública” o “publicada” a través de la información ofrecida por los periódicos teniendo en cuenta sus diferentes ideologías, si se trata de un semanario político, como es el caso de CRÍTICA, que se publicó justamente en ese momento de transición respondiendo a unos ideales, y sobre todo, a unos fines concretos, encontraremos un excelente termómetro para averiguar la temperatura de una de las variantes que intervinieron en tan complicado proceso.


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El advenimiento de la República se produjo de forma algo “anormal”, tras unas elecciones municipales cuyo proceso ha sido de sobra estudiado. Baste decir que la caída de la Dictadura llevaba a un callejón sin salida por, entre otras causas, la grave crisis económica que, con sus secuelas de tensiones sociales, se proyectó sobre España. Se produjo así, un cambio en la “opinión pública”, manifestado en las revueltas estudiantiles y en la ausencia de confianza de los militares ante la figura del dictador. Por estos motivo, Primo de Rivera dimitió el 28 de enero de 1930, iniciándose un periodo de transitoriedad con el gobierno del General Berenguer. Sin embargo como dice Alvarez Rey: “El problema político en que se debatía el país permanecía inalterable, con el agravante de que la España de 1930 no era ya la de seis años atrás: la dictadura había vacunado a muchos españoles contra el miedo a la República, idea que se configura ya como una alternativa viable al caduco sistema de la Restauración que el general Berenguer piensa volver a implantar. Desaparecido Primo de Rivera, quien estaba en peligro era el propio rey. (...)lo que va a dilucidarse a partir de entonces es la continuidad o no de la institución monárquica. República o Monarquía, éstas serán las dos ideas que polarizarán y configurarán desde el primer momento a las fuerzas políticas sevillanas»1. Ante eso, es lógico que las diferentes fuerzas tomaran posiciones de modo que se operó una bipolaridad política e ideológica en grado radical. Remitiéndome de nuevo al caso sevillano, por su significación y posible representatividad, la evolución de dichas fuerzas ayuda a comprender la actitud de la prensa en relación con los acontecimientos políticos y la “opinión” vertida sobre los mismos. Sobre la capital hispalense han aparecido en los últimos años magníficos estudios que nos dan una perspectiva muy completa sobre el período2. Remitiéndonos a ellos, observamos la existencia por un lado del bloque de 1

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ALVAREZ REY, Leandro: Sevilla durante la Dictadura de Primo de Rivera. La Unión Patriótica sevillana. 19231930. Diputación Provincial de Sevilla. Sevilla 1987. p.255 Entre ellos destacan; MACARRO, José Manuel: La Utopía Revolucionaria. Sevilla en la Segunda a República. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, Sevilla,1985. TUSELL, Javier: La Crisis del Caciquismo Andaluz. (1923-1931). CUPSA, Madrid, 1985. BRAOJOS, ALVAREZ, PARIAS: Sevilla en el siglo XX (1868-1950). Universidad de Sevilla, Sevilla, 1990. Y ALVAREZ REY, Leandro: Sevilla durante la Dictadura de Primo ... Op. cit., y La derecha en la II República: Sevilla, 1931-1936. Universidad de Sevilla, Sevilla 1993.


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derechas o “monárquicos”. Formado por numerosos grupúsculos, se hallaba muy dividido, y en estos momentos se agrupó y reagrupó formando diferentes coaliciones. Finalmente se presentó a las elecciones municipales de abril de 1931 en dos listas: la Concentración Monárquica que compusieron los conservadores de antaño y la Unión Monárquica Nacional (prolongación de la Unión Patriótica primorriverista); y la Coalición Liberal Monárquica, formada por los romanonistas, albistas y reformistas. La postura que tomaron ambos sectores monárquicos es confusa. Calificada de “plural” por Tusell y de “reduccionista” por Macarro, se ciñó a una defensa de los principios tradicionales. De cualquier modo, este no saber permanecer unidos frente a un enemigo cada vez más fuerte y la carencia de una propaganda inteligente encauzada a divulgar la importancia del momento histórico son algunas de las causas que, para Tusell, ayudan a comprender la victoria electoral de los republicano-socialistas del 12 de Abril de 1931. En el otro lado del escenario político, figuraba el Bloque de Izquierdas, al que también se podría denominar “antimonárquico”. Formado por republicanos, socialistas y algunos liberales, había difundido un Manifiesto cuyos puntos iban dirigidos a la consecución de Cortes Constituyentes, soberanía nacional y liquidación por vía jurídica de la Dictadura. En su seno había decidido mantener la independencia de cada partido. De éstos, el más fuerte era el Partido Republicano Radical, agente tiempo atrás de un importante proceso reorganizativo bajo la dirección en la capital hispalense de Diego Martínez Barrio donde tenía su plaza fuerte debido a una gran popularidad. Junto a él, los socialistas que, al contrario que en el resto del país, gozaban sólo de discreta implantación. Por su parte, los liberales terminaron abandonando el Bloque por la presencia de los socialistas, culminando de este modo el proceso de disgregación comenzado años atrás. La postura ante los comicios municipales de estas fuerzas fue más allá de lo puramente local y, así, para los socialistas «el único dilema clave en el momento que vivían era optar por la Monarquía o la República, y todo lo que fuera distraer la atención del elector de esta opción era “una desviación del camino revolucionario que sigue el proletariado español”»3. Todavía más a la izquierda de éstos, se encontraban los anarquistas, quienes carecían de una actitud política claramente definida con relación a las elecciones; y los comunistas, los cuales se presentaron en solitario pues buscaban realizar unas elecciones revolucionarias 3

MACARRO, J.M.:La Utopía Revolucionaria...Op. cit.,p. 103.


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en contra de una República burguesa como la pretendida, según ellos, por los socialistas. En cuanto a la prensa, en ese momento los diarios que veían la luz en la ciudad eran: El Correo de Andalucía, El Liberal, El Noticiero Sevillano, La Unión y ABC. Su actitud ante las elecciones municipales de abril, y la proclamación de la República dependió de su línea editorial. Comenzando por el decano de los periódicos sevillanos, El Noticiero Sevillano, respaldado por hombres de conocida ideología liberal, su moderación le inclinó antes de las elecciones por la Concentración Monárquica, más al conocerse los resultados electorales, acató la decisión soberana del pueblo. El Correo de Andalucía “diario católico de noticias”, órgano de la derecha católica sevillana, apoyó a la Concentración Monárquica, atacando a la Coalición republicano-socialista, actitud que mantuvo después, criticando la validez del advenimiento de la República. El Liberal, “diario de información general”, informó bastante de la acción de los republicanos-socialistas durante la campaña electoral. Tras proclamarse la República, expresó su satisfacción esperanzada en el nuevo régimen. La Unión, “diario independiente” en este momento de transición fue el diario que más férreamente defendió los intereses monárquicos, recomendando votar a la Coalición Monárquica. Cuando se conocieron los resultados de las elecciones, el mismo día 13, publicó un artículo titulado, Monárquicos ayer; Monárquicos hoy más que ayer de su director Domingo Tejera, en el que, defendiendo más fuertemente que nunca dicho ideal. El ABC, diario monárquico, mantuvo una clara postura durante todo el periodo electoral en defensa de Alfonso XIII. Más aún, a pesar de sorprenderse del triunfo de las izquierdas, reafirmó sus ideales monárquicos el día 14 de abril, aunque, por respeto a la soberanía nacional, acató la República, sin renunciar a la lealtad a los principios de la monarquía alfonsina. Como puede verse, unos diarios comprometidos ideológicamente pero dentro de un restringido abanico que incluiría la derecha y un centro moderado. Se echa en falta una prensa de partidos que incluyese las tendencias de izquierda: no existen periódicos del partido republicano radical o del socialista y muchos menos de tendencias más radicales. *

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Éste es el ambiente informativo en que se desenvuelve la prensa sevillana y en el que surge el semanario político y de información CRÍTICA,


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que aparece el jueves 9 de abril, justo tres días antes de las elecciones, con un primer número de cuatro páginas. El segundo lleva fecha del lunes 13 con los resultados obtenidos, más, debido a lo precipitado de los acontecimientos, se publicó el día 14 incluyendo una serie de noticias de última hora, y dos páginas centrales que bajo un inmenso, ¡Viva la República!, confirmaban la proclamación. Este número vio muy incrementado su contenido, de cuatro a catorce páginas, añadiendo nuevas secciones. El tercer y cuarto ejemplares aparecen ya en su fecha, los lunes 20 y 27, manteniendo la ampliación de espacio y secciones. El semanario, de tamaño tabloide a tres columnas, se caracterizó por su muy alta calidad de composición, usando grandes titulares, e introduciendo dibujos, caricaturas y fotografías. En el primer número, en su contraportada, aparece el propósito del semanario: «CRÍTICA nace, bajo la luz del sol, como una criatura fuerte y sana, a la que el libre oxígeno de la plaza pública ha de vivificar los pulmones. No lleva este niño robusto una bandera en la mano, porque su bandera es la vuestra, lectores y amigos. Ha nacido para vosotros, los que pensáis con el propio cerebro y no teméis el resplandor de las auroras. Es ingenuo y libre; esto es todo. A veces, levantará entre las manos su propia hoja de papel, como un espejo. En él se reproducirá la vida, la vida que pasa y la que quiere llegar. Este espejo crítico deformará, a veces, la imagen; pero será para tornarla más visible. Esta es su función de glosador, de comentarista. No adulará a nadie, ni siquiera al pueblo. Su rótulo es la verdad, con las limitaciones subjetivas que siempre tiene la verdad, que no es tan orgulloso que se crea infalible. No tiene partido, en cuanto un partido es frontera y delimitación Pero tiene un gran partido: el de la libertad civil contra todo despotismo, amanezca por Levante o se obscurezca por Occidente». Esta línea la defendió de principio a fin. En el aspecto formal, el semanario se organizó en distintas secciones, claramente diferenciadas por una cuidada tipografía, que se van incrementando al avanzar los números. Como es lógico, los editoriales, fundamentales para el conocimiento de la posición sociopolítica del mismo, aparecen en primera página. En la segunda, encontramos en todos los números de CRÍTICA,


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Sonrisas y Comentarios, un apartado satírico de marcado carácter político y social. Realmente es éste su plato fuerte con diferentes artículos de pequeña extensión, algunos firmados. Las demás secciones van a variar su emplazamiento a excepción de Impactos, muy destacada tipográficamente, que ocupa la contraportada, con una serie de pequeños “flashes”, de elevadísimo tono satírico, sobre diferentes aspectos de la vida política y ciudadana. A partir del segundo número, en el que aparece en la tercera, la sección El Panorama Nacional, incluye artículos de opinión, en su mayoría sin firma, y noticias acompañadas de un breve comentario, que pueden ocupar más de tres páginas. El cuarto apartado es el denominado La Vida en la Ciudad. De iguales características que el anterior, se ofrece como su continuación, a excepción del último número en el que se encuentra antes. Tras ellas, en el número tres y de modo único se incluye un apartado sobre La Actualidad Mundial, de información internacional. Otras secciones que se mueven en el semanario son, en todos los números la dedicada a Arte y Literatura; y, a partir del tercero, una sobre Cine y Teatro, y otra sobre Deportes. La primera, por su continuidad muestra la relevancia que se le dio al aspecto cultural. Estaba compuesta por dos partes: la artística, y la de crítica literaria. Con respecto la primera, Núñez de Herrera firmó un texto en todos los ejemplares, a excepción del tercero. Junto a esos, aparecen dos de Manuel Villalobos Díaz sobre la crítica artística de la exposición de Bellas Artes. Una segunda parte bajo el epígrafe “Los Libros”, hace juicio literario a libros de muy diversa índole, en su mayoría ensayos publicados por el C.I.A.P. -Consorcio Iberoamericano de Publicaciones- de Madrid. Las otras dos, Cine y Teatro, y Deportes -con noticias procedentes de la agencia “Noti Sport”-, muestran el intento de abarcar la mayor cantidad de información por semanario conforme parecía consolidarse. Por tanto, tras una primera mirada, un semanario dividido en dos claras parcelas, una primera parcela dedicada a la política, completada por secciones culturales. *

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Como ha podido observarse, este semanario se presentó como expresión crítica y de opinión. Pero, ¿cuáles fueron los blancos de esta CRÍTICA? Básicamente los temas tratados los redujo a los de tremenda actualidad en ese periodo, y por ello, los relacionados con los cambios políticos acaecidos


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en el país y en Sevilla. Eso sí, dada la velocidad histórica de los acontecimientos, cada número reflejó las mutaciones habidas en la perspectiva de ese instante. De acuerdo con esto, el primer número, editado en el final de un gobierno monárquico, tres días antes de las primeras votaciones habidas en España en siete años, dedica su editorial A los electores que van a votar el domingo. En él, el semanario manifiesta ya su ideología, pues, tras resaltar la importancia histórica de tales comicios al suponer un «recuento de votos contra la Monarquía y cuanto ella representa y defiende», pide al elector su repulsa contra «los que llevaron a España al caos económico, político, social y jurídico presente», y descalifica a todos los que habían representado a la Dictadura. Frente a éstos pide que se preste atención y apoyo «a los que quieren acabar con la humillación, la opresión y la ruina del país y los habitantes... a los que representan, no la defensa de una dinastía extranjera, sino a la libertad y la felicidad de los españoles». Por tanto, no es extraño que el editorial termine con un «Votad la candidatura Republicano-Socialista»4. A renglón seguido, el apartado Sonrisas y Comentarios, en idéntica orientación incluyó tres pequeños artículos. De ellos destaca el titulado Cortes Reconstituyentes en razón a la mordacidad con que ataca al Gobierno, todavía monárquico, y a la posible reunión de Cortes Constituyentes. Hace en tono irónico un juego de palabras entre Cortes Constituyentes y el «tónico reconstituyente» que el Gobierno necesitaría para, a su juicio, poder continuar; un «reconstituyente» hecho de la «carne del pueblo», recomendando a los «pastores» tengan cuidado de los «lobos de la política». También ironiza mordazmente Antonio Núñez de Herrera en su artículo, Otoño en Primavera acerca de cómo las «hojas amarillas» de las proclamas monárquicas tiradas al suelo, daban un aspecto otoñal a las calles sevillanas en plena primavera. La página se completa con eslóganes propagandísticos, dirigidos a considerar el carácter político y no municipal de las elecciones, la necesidad de la exigencia de un sufragio libre por parte del pueblo, y cómo la coalición republicano-socialista persigue este propósito. El semanario concluye con unos Impactos en los que son elegidos como blancos los personajes políticos de la Dictadura; Marqués de Torrenueva; Pedro Caravaca; Díaz Molero; Cruz Conde; La Cierva; el general Cavalcanti; el general Saro..., y la Exposición Iberoamericana por su coste económico para los sevillanos, y su falta de utilidad. En la columna central es donde se incluye el propósito del semanario citado párrafos atrás. 4

CRÍTICA 9-IV-1931, p. 1.


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El segundo número -según se dijo- es el fechado el lunes 13, pero publicado el mismo día 14. O sea, su editorial se escribe en el momento en que se acaban de celebrar las elecciones y se conoce el triunfo de las candidaturas de izquierdas, pero aún no se ha proclamado la República. Es el único que aparece firmado y lo es por Mario Jocard. Lleva por título Poder social y Poder estatal. En primera, a dos columnas una caricatura titulada Alegoría Monárquica -muestra una calavera dentro de su ataúd-, con una cuña informativa debajo en la que, tras congratularse por el triunfo de las candidaturas republicanas, mostrando su fe en que la República sea la salud y paz futura para España, se anuncia amplia información electoral en las páginas interiores. Tras ello se inicia el editorial, en él que Jocard habla de la diferencia entre la España real y la oficial. Comenzaba afirmando la existencia en España de un divorcio entre la voluntad nacional y lo que el Estado traducía. El causante había sido para él la Restauración pues fue un régimen de ficciones en el que se llegó a legislar para sí en contra de los incluso llamados amigos, conviviendo legislaciones y modos quasi feudales con una legislación social tan avanzada que aún su recuerdo hacía temblar a la pequeña burguesía. Jocard concluía afirmando que «las dictaduras son siempre de clase. La rusa es proletaria y la italiana burguesa. Para que no exista superposición despótica de ninguna clase social contra las otras no hay más fórmula de convivencia humana que la democracia»5 Esto sería lo que pretenderían ahora en España muchos hombres llamados intelectuales. Jocard ponía su esperanza en que España aprenda a ser una democracia y olvide pasadas costumbres y errores. Tras dos artículos aparecidos en la sección Sonrisas y Comentarios sobre cómo la elocuencia del político profesional sirve para captar a un rico indiano como concejal a cambio de su dinero-, y una caricatura del panorama electoral existente -compara la Candidatura Monárquica Liberal con tres cadáveres anónimos solitarios sin nadie que los llore abandonados en la calle-, la información nacional ocupa, en este número del 13 de abril, cinco páginas. Con un completo seguimiento a los resultados electorales en el país y cuatro artículos de opinión. Antonio Núñez de Herrera en El estilo en la política, defiende que «el mal fundamental de la política española es su estilo. (...) tiene tantos estilos como políticos. El estilo anula el ideario, la pauta y el programa. Como el estilo es el hombre, la política, por traslación es el 5

CRÍTICA 13-IV-1931, p. 1.


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hombre también». Así pues, y a su juicio este personalismo caudillista sería el mal principal del sistema político español, y sería también el responsable del derrumbe monárquico. Núñez de Herrera llega a decir: «La política española ha sido en todo tiempo un estilo y una furrielería»6. En la cuarta página se reproduce parte del manifiesto de Los intelectuales republicanos, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y Marañón, especialmente los párrafos que atacan el alejamiento de la Monarquía española respecto del pueblo, y muestran esperanza hacia el nuevo estado republicano. La quinta plana estaba ocupada por un extenso artículo de José de Montes, La agonía del régimen. En él planteaba la enfermedad de origen del régimen de la Restauración, experimento que se mantuvo por la falta de interés político del pueblo español debido a la profunda división entre el Estado y el pueblo. La clave era la imposibilidad de democratización de la Monarquía; por ello aseveraba que: «es imprescindible destruirla y levantar un Estado nuevo que sea fruto de estas esperanzas que hoy alientan en el corazón de los españoles»7.La sección se completaba con diversas cuñas en negrita, en una, un mensaje A las clases conservadoras - firmado con las iniciales R.M.- declaraba que los verdaderos hombres de orden y auténticos conservadores eran los republicanos por actuar en conciencia con lo que deseaba la mayoría y por requerir la restauración del «Derecho violado» Los resultados electorales sevillanos aparecen en la sección La vida de la ciudad, con notas sobre los incidentes ocurridos o información del conjunto de sufragios en los distritos afirmando que «Sevilla vuelve a encontrarse a sí misma». Es aquí donde introduce unas Opiniones de personalidades políticas; de Ramón Carande, (catedrático y de la agrupación al servicio de la República); Hermenegildo Casas, (jefe de la agrupación socialista sevillana); Ramón González-Sicilia (vicepresidente del Partido Republicano local); Moreno Gallego (presidente de la Juventud Republicana); y González Taltabull (secretario del partido Republicano Autónomo de Sevilla), quienes muestran su entusiasmo por los resultados. Como telón de fondo y bajo la viñeta de Impactos, unas víctimas: la Unión Patriótica y, sobre todo, la Unión Monárquica, a la cual entierra sin piedad. También un aviso para que no se venda España, en forma de créditos, a Estados Unidos, como las demás repúblicas sudamericanas. Por último, CRÍTICA ofrece su amistad a

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CRÍTICA del 13 de abril de 1931, p. 3. CRÍTICA del 13 de abril de 1931, p. 5.


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los productores: «Ni las extorsiones de la Hacienda, ni los descuidos de los gobiernos, ni las impalpables tendencias, de carácter ideológicos que cunden por ahí, y que, en definitiva, se traducen en nuevas persecuciones contra los productores, encontrarán en nosotros cómplices silenciosos sino severos fiscales»8. El tercer número ve la luz el lunes 20 de abril, ya inaugurada la República; es decir entre el entusiasmo y la preocupación de una España llena de incertidumbres ante la necesidad de desprenderse del pasado y emprender un futuro mejor. Ello se puede observar en los dos editoriales que aparecen en la portada. El primero, con el título, Deberes de ciudadanía , hace una apología de la democracia, a la que avala incluso con citas de doctores evangélicos, y un ataque a todas las formas dictatoriales: «todas las dictaduras de minorías, sean favorables o adversas a los obreros, son un crimen, un gran crimen histórico». Unas ideas que extrae del siguiente principio populista: «la fuerza no crea el derecho (...) El orden verdadero, es decir, el fundado en la voluntad general, es sagrado». Así, el semanario recuerda los deberes implícitos en los derechos y más en el momento en que se acaban de conseguir; deberes de ciudadanía, en suma, que formalizan su compromiso como medio de comunicación. El segundo, bajo el enunciado, Nuestro caballeroso monarca, es utilizado como réplica a las amenazas hechas sobre una posible vuelta del rey al poder. De ahí su fuerte crítica a la figura de Don Alfonso de Borbón y su «última faena» en términos como estos: «Pero la masculinidad es equivalente a dignidad y hay que reconocer que el que fue rey de España ha rematado su suerte dejándose en España la dignidad real y la ordinaria»9. Este anhelo de salir de la transitoriedad marca las diferentes secciones del semanario. En esa línea, Sonrisas y Comentarios, después de satirizar la historia del típico medrador que hacía carrera dentro de los viejos círculos oligárquicos y que de repente, se pasa al bando republicano, reprocha La marcha de los responsables por la blandura del Gobierno al haber dejado ir a «los más altos responsables de los últimos años de ignomia» gentes para las que pedía la extradición pues, «amasaron una fortuna a fuerza de grandes estafas y vergonzosos corretajes»10. Dentro del Panorama Nacional, CRÍTICA muestra su empeño por fundamentar teóricamente el nuevo régimen. Núñez de Herrera en, Teoremas 8 9 10

CRÍTICA del 13 de abril de 1931. p. 14. CRÍTICA, 22-IV-1931, p. 1. CRÍTICA del 20-IV-1931, p. 2.


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de la República lo hace recorriendo los diversos momentos históricos de la política española. Desde las Monarquías de Antiguo Régimen a la dictadura de Primo de Rivera, no había habido en España una verdadera democracia, incluyendo los períodos constitucionales, «una tiranía al cuadrado servida por gente aldeana y apetente». Concluye afirmando que al faltarle fuerzas al monarca y valor a los monárquicos se situaron «frente a frente, el rey y el pueblo; la tiranía y los ciudadanos; la dinastía colonizadora y la nación; venció el pueblo»11 . El artículo termina con una Aclaración muy al estilo del pensamiento burgués diferenciando a este pueblo triunfador de la «plebe» que se «desmandó» el día quince en la calle. La sección continúa con pequeños apartados compuestos de cuñas a modo de mensajes destinados a la clases media y al pueblo en general. Destacarían los que fustigan a esas clases medias por no acreditarse a fondo como demócratas o por despreocuparse de la política, y los que invocan un sentimiento colectivo para el mejor funcionamiento de la democracia. También se ataca al régimen anterior en la figura de la Exposición Iberoamericana, y en los famosos arbitrios pagados por los sevillanos para sufragarla. Ya en la quinta plana hay un artículo de colaboración firmado por Feijoó y Torres en Barcelona el 16 de abril sobre El error Maciá. En él Feijoó, que partía de una posición radicalsocialista y por ello federalista, sostenía que la desmembración de la República española en pequeñas nacionalidades era un groso error; rebatía la proclamación de la República catalana desde la lógica electoral ya que entendía que en el referéndum del día 12 no sólo no ganaron los separatistas, sino que únicamente a las Cortes correspondía la potestad para tal proclamación; por tanto, Maciá debía haber esperado. Con todo, la opinión de Feijoó se completa con un editorial acerca de la desaparición del problema por la decisión de Maciá de respetar el Pacto de San Sebastián, ante lo cual se congratulaban asintiendo: «la República tiene, sin duda, el favor de Dios, porque los asuntos más arduos se resuelven en horas»12. La sección se cierra con un pequeño artículo, de marcado cariz literario, que propugna el optimismo para la «nueva edad» que se está viviendo en el mundo. La vida de la ciudad refleja la constitución del nuevo Ayuntamiento hispalense, relatando el acto social y político al efecto. Tras aquel, reproduce un telegrama del Ministro de Comunicaciones, Martínez Barrio agradecien-

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CRÍTICA , 20- IV-1931, pp. 3-4. CRÍTICA , 20-IV-1931, p. 5.


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do un saludo del Ayuntamiento, y entre chistes satíricos antimonárquicos, escritos y caricaturas pro-republicanas, inserta un Saludo al Gobernador: «CRÍTICA, que nació ha días bajo la amenaza del Código de la Dictadura, con vida asfixiada, hoy respira el libre oxígeno de la República, se complace en saludar fraternal y respetuosamente al gobernador republicano»13. La octava página acoge de modo único la sección La Actualidad Mundial, con opiniones sobre la crisis de Rumania, -a causa de los afanes personalistas del rey Carol-, y la Política Inglesa, -por la tensión del gobierno de coalición entre laboristas y liberales-. Tras las secciones de Arte y Literatura; Cine y Teatro; y Deportes, este tercer número se cierra con los Impactos de una contraportada en la que piden responsabilidades a las autoridades del anterior régimen, como Cruz Conde, y solicita la marcha de los antiguos políticos, como Guadalhorce o los Ibarra. También censura a El Liberal por incluir unas declaraciones comunistas, recordándole al diario de Laguillo que no se puede publicar «cualquier cosa», y que existe una frontera entre ellos, los republicanos, y el «depotismo asiático». O sea, dando a entender que la libertad de prensa tiene su límite en la extrema izquierda marxista. El último ejemplar de CRÍTICA presenta en primera plana dos viñetas en las que aparecen, a un lado, una manifestación jubilosa a favor de la República y, en el otro, la figura alegórica de la misma amenazada por un fraile quien intenta apuñalarla por la espalda, con el pie: «Realidad..» Tras ambas el editorial bajo el título Una nota del Sr. Alcalde. En él se habla del verdadero y desastroso estado de la hacienda municipal tras los ayuntamientos de la Dictadura. El escrito pide que se tomen medidas contra los culpables de tales «líos gordos» y por ello: «ahora lo que hace falta es que se haga con todos, con los últimos y los penúltimos, una sola redada y que sean entregados a los tribunales competentes»14. En especial, se mostraba duro con el Banco de Crédito Local por cobrar intereses de un préstamo no dado, y con Pedro Caravaca por haber pretendido demostrar un superhabit inexistente en las arcas municipales. Todo esto hace que el editorial termine con una irónica crítica la Unión Patriótica a quien se acusa de adulterar «hasta las matemáticas». La sección Sonrisas y Comentarios está compuesta este último número por tres artículos. En el primero se hace una dura crítica a la figura del

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CRÍTICA, 20-IV-1931, p. 7. CRÍTICA , 27-IV-1931, p. 1.


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Dr. Albiñana y sus Legionario de España. El segundo es un poema que, con el título El Primado y la primada , descalifica al Cardenal Segura por su actitud respecto a la República. Su tema es el siguiente. Quién os viera Cardenal más metido en vuestra casa, entre alfombras y tapices, entre rezos y sotanas. Ay, quién os viera Arzobispo primados de las Españas, recapacitando en que ya se acabó la primada. Quién os viera, Cardenal, metido a la cura de almas y no a negocios políticos; propios de gente pagana. Señor Cardenal Segura: ya hay república en España. Si nos va tan bien con ella, ¿por qué vos con esa saña, pedís que Dios la castigue, que su maldición le caiga? ¿Por qué desde los altares pedís a Dios su desgracia

si gracias a Dios le vino tan divinamente a España? Señor Cardenal Segura: no maldigáis la muchacha, que para suerte de ustedes nació demasiado santa. Curáos más de lo divino que de las cosas humanas, mirad que la Virgen fue al fin una proletaria y Jesús un socialista mártir como los de Jaca. Recordad que fueron reyes quienes a Jesús mataran. No maldigáis la República, señor primado de España, mirad que os estáis metiendo en casullas de once varas, y es la República ahora quien paga vuestra soldada»15 .

El texto es tan suficientemente esclarecedor de las ideas que merecía la posición del Cardenal Segura a los hombres de CRÍTICA que no necesita comentario. Eso sí, sobresale su sentido propagandístico en algunos versos resaltados en cursiva, referentes a diversos temas: cómo la pobreza evangélica estaría más cerca de las ideas sociales que defiende la República; un recuerdo a los llamados “mártires de Jaca”; y el ataque a la Monarquía en la figura de quienes mataron a Jesús. Nótese pues que no se hace en ningún momento un ataque a la religión, sino a las formas efectuadas por los representantes eclesiásticos.

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CRÍTICA , 27-IV-1931, p. 2.


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Después de firmar Núñez de Herrera La guardia civil y los parados, en el que se comenta como el cuerpo de la benemérita por fin puede hacer gala de su nombre pues, con la llegada de la República, ya no ha de obedecer órdenes contra los obreros, la sección se completa con otra cuña propagandística que, por su claro mensaje, merece ser reproducida: «Los obreros que eran recibidos a palos cuando pedían pan y trabajo, o, simplemente justicia, deben saber ahora esperar de grado puesto que antes esperaron a la fuerza. Cualquiera actitud contra el Ayuntamiento y la República irá en contra del pueblo mismo en sus organismos representantes»16. Sin duda, le interesaba esta advertencia a la clase obrera para su contención y comedimiento, en la medida de los logros de una República “burguesa”. En tercera La Vida en la Ciudad, continúa esa línea. Así, un artículo dedicado a los obreros en paro que acuden al Ayuntamiento a apuntarse en las listas de parados, denuncia como las derechas, en «fea maniobra demagógica», les utilizan para hablar de una crisis que ya existía. Por su parte, el concejal republicano Manuel León Trejo, firma un comentario satírico sobre una información de ABC en el que, sarcásticamente, emite un gesto de comprensión hacia los que aún no aceptaban la proclamación de la República. El Panorama Nacional de este último número, sigue siendo una de las secciones más jugosas, con un grupo de artículos de opinión de media extensión sin firma. En ellos se pueden observar las preocupaciones del medio por la República recién estrenada. Así, el semanario pide que no se vuelva a usar la legislación por decretos; condena al general Martínez y Anido; solicita que Capital y trabajo no sigan caminando por separado para que así, «en una misma lucha», se pueda conseguir un futuro mejor; requiere que, para la correcta administración de los problemas de España, el Gobierno no debería ser provisional -«Este Gobierno no puede ser provisional. Tiene muchos fines que rematar y muchas ocupaciones que cumplir, Puesto que acabó con las partidas que merodeaban el país, es necesario que no acaben con él los partidos. Que el pueblo le sepa defender de los partidos. Con la monarquía ha debido terminar, por ahora, el turno y el volteo de los partidos en el Gobierno de la nación»17.-; vuelve a mostrarse preocupado por El federalismo y la cuestión catalana remitiendo al punto de vista que apuntara

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CRÍTICA, 27-IV-1931, p.2 Ibídem, p. 6


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Feijoó, Cataluña puede ser una región autónoma dentro de la federación española, pero con el total consenso de los españoles y de la Asamblea Constituyente y soberana, no por un condescendiente pacto del ambos gobiernos; reclama justicia para los mártires de Jaca; y, continuando con la crítica al fenecido sistema monárquico, exige con un artículo denominado Exortaciones, que se respete al Gobierno y se ayude «no sólo a reprimir los desmanes, sino también a la gigantesca y complicada tarea de reconstruir la nación y la ciudadanía, sobre el montón de ruinas morales y materiales que nos han dejado toda una etapa de tiranías e incomprensiones18. Esta sección se completa con una última hora sobre la constitución de la Diputación provincial de Sevilla, y un extracto de la Historia de la Civilización Ibérica llamado La España contemporánea; concretamente sentencia: «España siempre fue una democracia. Lo fue en su estado de tribu; lo fue bajo el régimen municipal romano. La invasión de las instituciones aristocráticas germanas no pudo destruir la anterior constitución de España ni enraizar en ella el régimen de herencia y de casta, como lo hizo en el resto de Europa. Este hecho social-histórico, amalgamado con el carácter de la raza, con la nobleza, el orgullo y la independencia personal, hizo de la Península una democracia ya militar, ya eclesiástica; ora monárquica, ora oligárquicamente gobernada. El fondo, como las rocas ígneas, permanecía inmutable; lo demás eran accidentes»19. En definitiva, un apasionado alegato de la democracia de inspiración liberal. Para finalizar, Impactos denuncia el «camaleonismo» de los políticos del antiguo sistema; pide responsabilidades para los responsables del antiguo Ayuntamiento; y avisa de la continuación del «caciquismo» en la creación de comités izquierdistas en determinados pueblos dominados todavía por los antiguos «señores». En este último número aparece un pequeño recuadro muy espectacular con el siguiente mensaje: «El Gobierno y el ayuntamiento laboran por la solución de la crisis del trabajo con toda actividad./ Los obreros han de pensar solo en que el municipio se ha encontrado con las arcas vacías de dinero y con los presupuestos llenos de débitos y líos./ Hay que aguardar a que los recursos se arbitren y los embrollos se desmadejen»20. Hasta aquí la descripción del semanario y sus contenidos.

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Ibídem, p.7. Ibídem, p.6. Ibídem, p.12.


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Después de esta detenida y densa exposición sobre CRÍTICA, caben ciertas observaciones puntuales: A. La notoria presencia de los trascendentales momentos que contextualizan el semanario. Aquí, destacar la importancia ya no sólo del momento general sino del particular en que aparece cada número. Ello se puede observar desde el hecho de que, viendo la luz tres días antes de las elecciones del 12 de abril, se caracteriza por su claro propósito electoral en beneficio de la coalición republicano-socialista, con un ataque a la candidatura monárquica; un segundo que, escrito tras las elecciones y publicado después de la proclamación de la República, muestra su alegría por el triunfo republicano-socialista, alegría que se desborda al conocerse la proclamación republicana; y finalmente un tercer y cuarto ejemplares donde muestra, conseguido el triunfo deseado, un interés por dar fin con todos los restos del anterior sistema político y, sobre todo, la búsqueda de amplio apoyo social, desde la burguesía al proletariado, para la construcción de la República. B. Una temática mayoritariamente política, o totalmente si exceptuamos las secciones dedicadas a arte, literatura y deportes. Podría dividirse en dos bloques. El primero, al que denominaremos artículos antidinásticos, ataca abiertamente al anterior régimen. Los ataques están destinados a demostrar tanto la incapacidad política, que había llevado al país al desastre, como la ineptitud de sus representantes, desde la figura del monarca hasta la de los viejos caciques. El segundo bloque sería el dedicado a lo prorrepublicano. Estaría compuesto por: la propaganda republicano-socialista para las elecciones; una apología de la democracia como único sistema válido; la continua llamada a la ciudadanía para conseguir una ayuda al nuevo sistema; un intento de concienciación a la pequeña burguesía y de los obreros de las excelencias republicanas, al mismo tiempo que se pide su paciencia; y finalmente, la total afirmación de un futuro dorado para el país con la República. C. La autoría de los artículos que se debe a importantes personajes de la vida política sevillana como Antonio Núñez de Herrera, editor del semanario con toda seguridad, y hombre de confianza de Diego Martínez Barrio en Sevilla; o Antonio León Trejo, elegido síndico del Ayuntamiento por el partido republicano en las elecciones del doce de abril. Hombres que dentro del mundo político sevillano, estaban relacionados con la coalición republicano-socialista. Por tanto, para concluir, tenemos un semanario más político que de información y que, autodenominado apartidista, actúa como órgano de pro-


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paganda prorrepublicano en un periodo electoral en el cual se muestra muy cercano a los intereses de la coalición republicanosocialista. Sin embargo, una lectura más detenida me inclina a opinar que el semanario se encuentra más cercano a los intereses del partido Republicano Radical en Sevilla, y ello en razón a que, de un lado, los nombres que aparecen son los de los hombres de Martínez Barrio en la ciudad, y de otro el que las ideas insertadas no responderían tanto a un pensamiento socialista como a unos mensajes proburgueses de ayuda a las clases industriales y comerciales. Esto último respondería a la procedencia burguesa de este grupo republicano. Por todo ello, y por su corta duración, entiendo que este semanario fue uno más de los fallidos intentos de organizar una cobertura propagandística de los hombres de Martínez Barrio en Sevilla. En este sentido, CRÍTICA sería el proyecto de un órgano de propaganda en pleno periodo electoral, del mismo modo que se volvió a intentar en las primeras elecciones republicanas del 28 de junio con el “diario republicano de Andalucía” EL PUEBLO, del que fue director Antonio Núñez de Herrera. De este sólo existen doce ejemplares, de los cuales el primero data del mismo día 28 de junio de 1931 para volver a ver la luz, -año I, núm. I- el 8 de julio del mismo año. Martínez Barrio pues, no llegó a conseguir su propósito, en todo el periodo republicano, de organizar un órgano periodístico de propaganda en Sevilla, pese al gran apoyo electoral de que gozaban el ella21.

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BRAOJOS GARRIDO,A: “El regionalismo autonomista andaluz en la prensa sevillana (1900-1936) , En“ Nacionalismo y Regionalismo”. Córdoba 1986. p. 101.


Prensa literaria en Andalucía, Revistatlántica de poesía como paradigma de publicación multicultural (1991-1998) Aurora Labio Bernal Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación

Para difundir ese mensaje universal que es la poesía nace en 1991 RevistAtlántica de poesía. Sus fundadores, José Ramón Ripoll y Jesús Fernández Palacios, inician desde Cádiz esta publicación en la que dan cabida a escritores de todo el mundo, contribuyendo desde sus páginas a conjugar todas las tendencias y estilos en un modelo de publicación multicultural. Autores españoles de distintas generaciones se dan la mano con poetas hispanoamericanos como Alvaro Mutis o Mariano Brull, por citar sólo dos referencias. El abanico se amplía con nuestros vecinos europeos: el francés René Char, los italianos Sanguineti y Gluseppe Conte, o el inglés Christopher Middleton. La lengua inglesa entra también en las páginas de RevistAtlántica a través de autores norteamericanos, como Paul Bowles y Allen Ginsberg. La publicación mantiene además su espíritu cosmopolita al incluir a poetas asiáticos y africanos, de los que reproduce, facsimilarmente, parte de su obra. Es el caso del sirio Muhamad Al-Magut, el turco Nazum Hikmet o el marroquí Abdellatif Laabi. Las referencias aquí hechas son solo una pequeña parte de la riqueza literaria y multicultural que incluye RevistAtlántica de poesía. Quizá artículo no sea suficiente para comprender el contenido y el alcance que posee la publicación, aunque si proporciona un acercamiento figuroso de la misma para todos aquellos entendidos o, simplemente, amantes de la poesía hecha en diferentes lenguas. A partir de aquí, sólo queda adentrarse en la página de la revista, sumergirse de lleno en toda esa poesía escrita en distintos idiomas y que busca conseguir un pensamiento contemporáneo y universal.

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esde un idioma unitario, la RevistAtlántica de Poesía quiere re flejar en sus páginas cuantos textos compuestos en cualquier lengua traten de elevar el espíritu humano. Ante todo, la música y el signo para descifrar la eterna melodía de nuestra existencia, y en ella no hay dibujo más hermoso que el murmullo y los símbolos de cada idioma. Deseamos convertir esta revista en un punto de encuentro perma-


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nente entre las voces más señeras de nuestra múltiple realidad contemporánea”.1 1. Introducción Con estas palabras del poeta y periodista gaditano José Ramón Ripoll, ve la luz en Cádiz RevistAtlántica de Poesía en la primavera de 1991. La publicación supone desde entonces, y es en la actualidad, un proyecto literario que supera la esfera local y nacional, y abre sus páginas a los poetas de todo el mundo. La limitación de espacio en las siguientes líneas impide un análisis profundo de los quince números de RevistAtlántica que, hasta el momento, han sido publicados. Es, sin embargo, ocasión de realizar un estudio riguroso para conocer la diversidad de autores y obras que contienen estos volúmenes. Antes de ello, parece conveniente realizar un recorrido histórico por las revistas literarias que han existido en Cádiz, lo que nos permitirá descubrir el lugar que ocupa RevistAtlántica dentro de este tipo de publicaciones. 2.- Revistas literarias en el Cádiz del siglo XX En una provincia como Cádiz, su reciente tradición poética se ve compensada con un gran número de revistas literarias que se convierten rápidamente en órganos de expresión donde se inician la mayor parte de los autores. Ya a principios de este siglo, el modernista Eduardo de Ory publica Azul y, más tarde, España y América, que coincide con RevistAtlántica en su vocación cosmopolita, aunque más restringida hacia Hispanoamérica. Muchos de los miembros de la Generación del 27 se iniciaron en otra publicación gaditana, la revista Isla, fundada por Pedro Pérez Clotet. Isla conocerá una primera etapa antes de la Guerra Civil Española, y una segunda, a partir de 1949, en la que va perdiendo calidad para convertirse en órgano de expresión de escritores afectos al Régimen franquista. En los años cincuenta, surge Platero, revista del grupo de poetas gaditanos del mismo nombre, entre los que se encontraban Fernando Quiñones, Pilar Paz, Felipe Sordo, José Caballero y Julio Mariscal. Con un único número pasa a la historia de las revistas literarias, Marejada, que nace y muere en la primavera de 1973. La publicación se 1

José Ramón Ripoll, director de RevistAtlántica de Poesía, Números 1-2 RevistAtlántica, Cádiz 1991


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inaugura con unos inéditos de Borges y se convierte, pese a su corta vida, en una referencia importante en el mundo literario. En Marejada encontramos, además, el embrión de lo que en los años noventa será RevistAtlántica de Poesía. Desde entonces, y para encontrar una revista de similar importancia a las citadas, hay que esperar hasta 1982, cuando Francisco Bejarano y Felipe Benítez ponen en marcha Fin de Siglo, en Jerez de la Frontera. El profesor y periodista Ramón Reig comenta en su libro Panorama poético andaluz: “Fin de Siglo se configuró como una publicación notable con proyección nacional, lo cual no es poco cuando estamos acostumbrados a que todo nos venga desde la capital de la Corte y, de hecho, aún no habíamos conseguido los andaluces una publicación literaria de auténtica altura, capaz de hacer llegar al resto del Estado y al extranjero la voz y la opinión de algo tan decisivo como el hacer y el pensamiento poético del sur de España”.2 Desde 1986, año en el que se publica el último número de Fin de Siglo, se suceden en la provincia otras revistas literarias de menor trascendencia hasta que en 1991 nace RevistAtlántica de Poesía. Nos encontramos entonces con una publicación más cosmopolita que las anteriores, que ha trascendido la esfera nacional y que goza de un gran reconocimiento en todo el mundo, sobre todo en tierras hispanoamericanas. Dirigida por José Ramón Ripoll y Jesús Fernández Palacios, RevistAtlántica de Poesía cuenta con un Consejo Asesor en el que figuran Rafael Alberti, Carlos Edmundo de Ory, Pilar Paz, José Caballero Bonald, Fernando Quiñones y Francisco Bejarano. La revista, que nació bajo el mecenazgo del Ayuntamiento gaditano, pasa a manos del Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de Cádiz a partir de su tercer volumen. Además, desde el número nueve, la publicación está patrocinada por el grupo Telefónica. 3.- RevistAtlántica de Poesía. Autores españoles Presentada en Madrid, Barcelona, Salamanca, París, Bremen, Nueva York, Miami, Bogotá y San Juan de Puerto Rico, entre otros lugares,

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REIG, Ramón: Panorama poético andaluz (en el umbral de los años noventa), Editorial Guadalema, Colección Ensayo, Sevilla, 1991, p. 36.


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RevistAtlántica ha llamado la atención de numerosos entendidos y ha recibido críticas muy favorables en diversas ocasiones. Estructurada en dos partes, la revista ha sido además lugar de encuentro de poetas de todo el mundo. Desde el primer volumen y hasta el último número publicado cuando redacto estas líneas, RevistAtlántica recoge en sus páginas un largo número de escritores españoles, europeos, americanos, e incluso africanos y asiáticos. Resulta por ello muy difícil destacar a unos autores en detrimento de otros, ya que al representar muy diversas tendencias y pertenecer a distintos países, poseen un interés intrínseco que motivaría la necesidad de hacer mención a todos ellos. La limitación de espacio, en esta ocasión, nos obligaría a realizar una relación casi inventarial de todos los poetas y obras, algo que no sería de mucha utilidad. Por este motivo, creo más acertado llevar a cabo una selección de las figuras y obras que resulten más representativas y de aquellas otras que supongan alguna novedad al panorama poético contemporáneo, no sin antes hacer una invitación al lector para que se sumerja en las páginas de todos y cada uno de los números de RevistAtlántica, tarea que sin duda alguna resulta de gran utilidad y placer para cualquier amante de la poesía. Comenzando con los autores españoles, merece especial atención las traducciones que de otras lenguas nacionales hace RevistAtlántica. Nos encontramos así, en el primer volumen, con la traducción que el profesor Antonio Jiménez hace del catalán Joan Margarit para deleite de los lectores: “Me importa lo que sucede en la noche estrellada de un verso” (en “Mujer de primavera”, del libro Edat Roja). El leridano Jaume Pont aparece en el número cuatro con su Raó d’atzar, mientras que la traducción que José Ramón Ripoll hace de Quima Jaume en el número siete constituye un valioso hallazgo. Se trata del inédito Del temps i dels somnis, donde la poetisa nos obsequia con delicados y rítmicos versos llenos de intensidad: “Hoy hago las maletas/ y no he guardado en ellas tus recuerdos./ Los dejo encima de la cómoda,/ cerca de los papeles/que no quiero mirar,/ porque el ojo del ayer/ me acecha:/ son fantasma que amo/ con pesadumbre y miedo. (“Fantasmas”, en Del tiempo y de los sueños). La poesía gallega también tiene su hueco en RevistAtlántica, donde encontramos a Xavier Rodríguez Baixeiros en el número cuatro, con otro poemario inédito, Visitantes, y a Ramiro Fonte, considerado por la crítica como uno de los autores más representativos de la literatura gallega actual.


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Con un estilo romántico, Fonte ofrece en el volumen seis de la revista sus Cinco Poemas e Cantares, de los que he seleccionado el siguiente fragmento: “En la calle del desencanto/ Quiere aguardarme una esquina/ Para guardar con el hastío/ Y con el dolor una cita/ “ (“En la calle del desencanto”). El resto de los poetas españoles que aparecen en RevistAtlántica lo hacen ya con obras en castellano. La profusión de nombres permite distinguir entre las figuras consagradas y los nuevos valores literarios. En el primer caso, aparece José Hierro, con unos poemas inéditos que contribuyen a realzar el valor del volumen uno/dos de la revista: “Entro en la seda del poema roto/ donde alguien, que fui yo, murió más de una vez./ No hay nadie, nada: tan sólo un automóvil./ Pongo el motor en marcha: le hablo de libélulas,/ de gusanos de seda” (“Prólogo con libélulas y gusanos de seda”, en el libro Agenda). De los más jóvenes poetas españoles, destaca el canario Rafael José Díaz, con su mundo de hermosas imágenes en Umbral de fuego. Entre Hierro y Díaz, un largo índice de autores españoles. Algunos tan conocidos como Luis Antonio de Villena, con sus particulares historias poéticas: “Salía mucho en la tele, en los sesenta./ Papeles cortos, sí... Muy moderna, andaba en/ todas partes, con tíos, con canutos, pirada, divertida...” (De “Una chica de vida alegre”, en Cayendo en el tiempo) o sus reflexiones sobre el amor: “La amistad dura más que el amor/ pero como él, al fin, es un sueño imposible .”(De “De la amistad, en diciembre”, en Cayendo en el tiempo, número seis, RevistAtlántica de poesía). La aparición de otros poetas españoles sirve también para rendirles homenajes. Ocurre en el número uno con María Zambrano, a la que ya nos hemos referido, y con Aurora de Albornoz, vinculada a RevistAtlántica de forma muy especial, ya que fue una de las alentadoras de la publicación. Como revista que nace en Cádiz, la publicación no puede olvidar a los poetas de su tierra y presenta así la obra de la jerezana Josefa Parra, poetisa joven en cuyos versos se nota la influencia profunda de la generación del 27, recordando incluso de manera directa a Salinas en su “Poema de la espera”: “Y quizás hoy tampoco/ me permitas llegar por tu voz a tu boca,/ como suelo escalarte sin que tú lo percibas” (número 13). Otros poetas de la provincia, que aparecen en el número 14, son Pilar Paz Pasamar y el chiclanero Fernando Quiñones, con unos bellos poemas en los que la tradición arábigo andaluza se deja sentir incluso en la transcripción exacta de algunas palabras.


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4.- Autores hispanoamericanos Cuando en noviembre de 1991, Alvaro Mutis visitó Cádiz para apoyar con su presencia la continuidad de RevistAtlántica de Poesía, manifestó: “El nombre mismo, RevistAtlántica, es un concepto muy importante que se tenga en cuenta en España: la España atlántica, la de Galicia, de Cádiz y Huelva, que estuvo frente a lo desconocido, que finalmente puede ser también la poesía, que se convierte en lo revelado. A mí me parece que esta revista encarna perfectamente un sueño, un ideal, que tenemos en Iberoamérica, en Hispanoamerica, en America Latina y en España3” . Estas palabras del escritor colombiano describen una realidad que se hace patente en la revista. RevistAtlántica, a pesar de ser foro común de voces poéticas mundiales, posee una estrecha relación con los escritores hispanoamericanos. Desde las primeras páginas encontramos al cubano Gastón Baquero, al argentino Roberto Juarroz y a los peruanos Germán Belli y Javier Sologuren. Chile también está presente en la revista a través de dos nombres claves, Oscar Hahn y Gonzalo Rojas. (nº 3 y nº 4). Los versos de Hahn ofrecen visiones llenas de contrastes: “Eran las doce del día y de golpe empezó a anochecer/ (...) Las esferas estaban suspendidas sobre el agua inmóvil/ claramente visibles en la oscuridad” (De “A las doce del día” en Versos robados). El flujo de estos autores hispanoamericanos es continuo en RevistAtlántica, y se ve reforzado, además, por los “Documentos” especiales que hacen referencia a sus vidas y obras. Es el caso del cubano Mariano Brull, representante de la llamada “poesía pura”, a quien se le dedica parte del número tres con una selección de sus poemas y un artículo introductorio de Manuel Díaz Martínez. En otros casos, como en el de4Alejandra Pizarnik, RevistAtlántica publica una correspondencia inédita entre la poetisa argentina y 5Osias Stutman durante 1970. Se ofrece así al lector claves personales de la escritora que contribuyen a un mejor conocimiento de su obra. (nº4).

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Diario de Cádiz, jueves, 7 de noviembre de 1991. Alejandra Pizarnik nació en Buenos Aires en 1936. Poetisa y ensayista, publicó La tierra más ajena, Los trabajos y las noches y Los pequeños cantos, entre otros libros. Después de su suicidio, en 1972, se han publicado póstumamente otras obras suyas, entre las que destacan Textos de sombra y últimos poemas. Osias Stutman es poeta, traductor y prestigioso científico argentino, catedrático en la Universidad de Corneille (Nueva York).


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Uno de los documentos que ocupa mayor extensión en RevistAtlántica es el dedicado a Jorge Eduardo Eielson6, en el noveno volumen. Se incluye, en esta ocasión, una entrevista con el artista peruano, así como una selección de sus poemas. Además se ameniza todo ello con opiniones que sobre Eielson tienen gente como Roberto Paoli, Alvaro Mutis, Rubén Vargas o Yolanda Pantin. La riqueza de este “Documentos” aumenta con las ilustraciones realizadas por el propio artista, que permiten una mejor comprensión del sentido que sobre Arte, en su conjunto, tiene Eielson. Un monográfico de estas características había aparecido ya en el número siete, dedicado a Eugenio Florit7, poeta español cuya trayectoria literaria se desarrolló en Cuba. Sobre este especial, que coincide con el noventa cumpleaños del poeta, José Ramón Ripoll 8afirmaba en octubre de 1993: “Florit es un hombre español, cubano y norteamericano, con una poesía cargada de un ‘atlantismo’ que queríamos rescatar para la revista”. Este “Documentos” aparecerá con una gran profusión de fotografías y riqueza de contenidos, ya que junto una selección de poemas, aparece también una entrevista que Florit concedió a Jesús Fernández Palacios, así como los comentarios que sobre la vida y la obra del, considerado por muchos, representante de la poesía cubana realizan Gastón Baquero, José Olivio Jiménez y José Hierro. La última parte del monográfico la ocupan doce cartas que envían a Florit distintos personajes del mundo literario, como Jorge Guillén y Vicente Aleixandre, y en las que comentan la obra del poeta, del amigo. El especial se convierte así en una fuente de gran valor para cualquier estudioso de Eugenio Florit. Un documento que podíamos haber incluido en el epígrafe anterior es el dedicado a Federico García Lorca, en el número 12 de la revista, sin embargo la investigación que se presenta está centrada en la figura de Lorca dentro de la literatura uruguaya, por lo que parece más apropiado incluirlo en este bloque. A partir de este estudio, firmado por Pablo Rocca, conocemos la influencia que el poeta granadino tuvo en este país, desde que lo

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Jorge Eduardo Eielson es poeta, artista plástico y filósofo peruano, y está considerado como uno de los representantes del llamado “Nuevo Humanismo”. Actualmente reside en Milán. Eugenio Florit nació en Madrid en 1903, y emigró a Cuba en 1917, donde realizó la mayor parte de su obra literaria. Entre sus libros se encuentran Treinta y dos poemas breves, Conversaciones a mi padre y Hasta Luego. Diario de Cádiz, domingo, 24 de octubre de 1993


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visitó entre el 30 de enero y el 18 de febrero de 1934. La obra de Lorca comienza entonces a ser conocida por escritores uruguayos, difundida de forma más profunda en el país por Margarita Xirgu (que se exilia en Uruguay a partir de 1947) y José Bergamín, que llega casi al mismo tiempo a Montevideo. Este documento, se detiene al final en la obra de autores uruguayos influidos por Lorca como son Juvenal Ortiz Saralegui, Juan Cunha, Pedro Picatto y Washintong Benavides, del que se publican también su poemas en este mismo número. Otro documento de interés es el dedicado en el número 13 al colombiano José Asunción Silva, en el centenario del poeta. En el estudio se mezcla la biografía personal y poética del autor, con el llamativo análisis de las citas que dejó poco antes de su suicidio en 1896. RevistAtlántica realiza otra estrategia de acercamiento a escritores hispanoamericanos a través de sus inéditos como ocurre en la tercera entrega, con Las soledades de Babel, de Mario Benedetti o en el número cuatro con el peruano Antonio Cisneros y Las inmensas preguntas celestes. Podemos citar dos casos en los que la tradición cultural hispanoamericana se deja sentir de forma palpable en sus obras inéditas, ya sea en su lenguaje o en su contenido. Nos referimos al colombiano William Ospina y al boliviano Pedro Shimose, que aparecen en el número once. Ospina recupera el sentimiento indígena en su poema “9 de Abril de 1948”: “Para entender el modo como decía ‘patria’/ debes haber oído al viejo U’wa/ narrando el vuelo de las tijeretas,/ sentir un soplo de águilas arcaicas/ sobrevolando un territorio eterno,/ y saber, como saben el kogi y el sikwani,/ que somos estos mares, estas selvas,/ que las gentes del agua no son viajeros codiciosos/ sino el oro viviente de regiones muy hondas”. (Del Libro ¿Con quien habla Virginia caminando hacia el agua?). Mientras, Shimose nos transporta con sus palabras y su ritmo poético al continente que le vio nacer: “(...) tampoco oiré los ecos/ de un bongó batido por un negro de los Yungas,/ ni me embriagarán los embelecos/ ni las sandungas/ de una muchacha loca por el cine y la poesía” (Del libro Riberalta). Junto a todos estos poemas en español, la revista recoge también la obra de cinco autores en lengua indígena. En el número diez aparecen así las obras de cinco poetas mejicanos redactadas en Tzotzil, Maya-Chantal, Maya-Peninsular y Mazateco, una muestra que supera lo anecdótico para adentrarnos


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en otra forma de hacer poesía, y que contribuye a reforzar el talante abierto de la publicación gaditana. Hay que hacer notar, por último, que RevistAtlántica no olvida tampoco a los poetas brasileños, con los que, a pesar de la diferencia idiomática, nos une la misma tradición cultural. Como representantes de la poesía de aquel país, la publicación nos ofrece a los brasileños José Paulo Paes y Sebastiao Uchoa Leite, con un total de once poemas traducidos del portugués. 5. Autores europeos y norteamericanos La vocación cosmopolita con la que nace RevistAtlántica hizo que desde el principio prestara también atención a la poesía escrita en otras lenguas distintas a la española. Es lógico, pues, que nuestros vecinos europeos aparezcan en sus páginas junto con los otros grandes autores occidentales, los norteamericanos. Con ocasión de la presentación de la revista en París, la publicación editó una separata especial traducida al francés, e incluyó en sus “Documentos” a doce poetas galos contemporáneos, con obras, en algunos casos, inéditas. Se trata de una lista de autores en la que se encuentran los consagrados Guillevic, Jean Claude Renard, Yves Bonnefoy y Henri Meschonnic, y otros menos conocidos para el público como Dominique Sampiero y Chantal Bizzini. El perturbador René Char está presente en el primer volumen: “Nacen los hombres, trabajan, se pierden, con el corazón unido o desunido en mil motivos. Un genio sombrío atormenta a algunos. Que sea instantáneamente separado de su aliento y sus cenizas,/todo aquel que, triturando inocencia y dolor, cierre esta vía” (De “Callejuelas en el año 1978”, en Todos se han ido). Además, parte del “Documentos” del número diez está dedicado al mismo poeta bajo el título “René Char en cuarenta instantáneas”. Otras veces los franceses se adentran en las páginas de la revista mediante ensayos, como ocurre con Gaston Bachelard en su reflexión sobre la creación literaria titulada “Las metáforas de la dureza”, inédita en español (número 8 de RevistAtlántica). La poesía portuguesa aparece también representada en casi todas las entregas por nombres como Amadeu Baptista (nº8), Eugenio de Andrade (nº5) o Antonio Ramos Rosas (nº9). Un ejemplo muy singular entre estos poetas es el de Al Berto, que en el número siete de la revista plasma en sus versos parte del universo pictórico que conocemos. Son poemas personales, visio-


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nes del poeta ante la obra de Zurbarán, monólogos interiores inspirados en Van Gogh, en Kandinsky: “Mucho antes de haber adoptado formas/ rigurosamente geométricas (para huir de la anarquía)/ pinté este arco negro uniendo dos zonas/ del mismo paisaje: puente oscura/ por donde-tú que me miraspuedes pasar/ al encuentro de la intensa llama de las mañanas” (De “Kandinsky escondido tras la tela”, en el libro La secreta vida de las imágenes). La traducción del portugués es de José Luis Puerto. El Mediterráneo llega también hasta RevistAtlántica a través de la poesía italiana. Uno de los primeros autores de este país que figuran es Edoardo Sanguineti, que acudió a Cádiz para presentar el número tres de la revista. Se abren así las puertas a la Vanguardia con poemas de Sanguineti nunca antes traducidos al español, y con algún inédito, que inauguran RevistAtlántica y su voluntad de transigir con todas las tendencias poéticas. De Sanguineti se recogen también unas cartas de Cesare Pavese, Giuseppe Ungareti y Pier Paolo Pasolini. Se trata de las respuestas que estos autores le envían al escritor genovés tras haber recibido unos poemas suyos en la década de los cincuenta. Son unos documentos que hasta ahora habían permanecido inéditos, y que poseen un valor añadido al reproducir los originales de las misivas (nº5). Giuseppe Conte, con El océano y el muchacho, y Attilio Bertolucci, con una selección de poemas de sus libros Viaggio d’inverno y La camera da letto, son otros de los autores italianos que aparecen en la publicación. (nº 6 y nº7). Poetas ingleses y norteamericanos conforman el último gran bloque de autores en RevistAtlántica. Como veremos más adelante, también se recogen obras de escritores alemanes, suizos y belgas. Además, se reserva un espacio considerable para poetas árabes, con lo que se recuperan así unas raíces culturales que amplían las coordenadas poéticas del lector. Nos detenemos antes en los autores de habla inglesa. Philip Larkin aparece en el tercer tomo de la revista con unos poemas de fácil y bella lectura, traducidos por J.M. Benítez Ariza. Larkin contrasta, sin duda alguna, con su compatriota Christopher Middleton, autor de una poesía inclasificable, tanto por el lenguaje como por el contenido: “Los miembros todos/ Mas no un punto/ Estirándose, entonces, en sus pliegues,/ Tanto, cuanto más, desnudos (De “21 Micropoemas misceláneos”, en su libro Cuasiceros).(nº5) De Estados Unidos llega a RevistAtlántica el evocador Paul Bowles,


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seguido en el octavo número de la poesía rotunda de Allen Ginsberg, traducida por Carlos Edmundo de Ory: “Levantaos, prisioneros de vuestra mentalidad/ Levantaos Neuróticos de la Tierra/ Para la Liberación de los tumultos interiores/ Un Mundo Sagrado está naciendo” (De “la Quinta Internacional”). Además de los juegos compositivos y lingüísticos de Robert Duncan (nº8), la revista trae la poesía con tintes sociales de Williams Carlos Williams, del que Octavio Paz comentó que era el autor de los poemas “más vivos de la poesía moderna norteamericana”. La sección “Documentos” también recoge la obra de autores norteamericanos. Parte del número seis está dedicado a la escritora neoyorquina Djuna Barnes, de la que se recoge una selección de poemas traducidos y prologados por Osias Stutman. Otros poetas norteamericanos en los que RevistAtlántica también se detiene son Theodore Roethke y William Stanley Merwin (nº 12 y nº11). Junto a todos estos autores, aparecen más discontinuamente poetas alemanes, e incluso belgas, suizos, checos y rumanos. Imposible es hacer referencia justa a todos ellos en tan corto espacio, pero parece de interés detenerse en el Documento que aparece en el número 14 de la revista dedicado al belga Henry Michaux. Como ocurría con Eielson, se ofrece un estudio sobre el sentido que el arte tiene para el autor en su conjunto y se ilustra con dibujos que Michaux hizo bajo la influencia de la mezcalina, como una forma de indagar en su interior. Por último, y como en otras ocasiones, se incluye un texto del artista que nos permite así conocer su obra escrita también. Por último, y de la mejor manera, cerramos este bloque con el “Epílogo” del alemán Michael Augustin, un ejercicio de ingenio que reproducimos: “No me enterréis/cuando me muera./ Tomadme/ como señal de lectura./ Aplastadito/ entre las hojas,/ quiero ser/ de utilidad,/ allí donde la historia/ continúa”. (En su libro Vamos a por tabaco). 6. Un hueco para los poetas asiáticos y africanos La afinidad con la cultura árabe, debida a nuestra vinculación en el pasado, es algo que también preocupa a RevistAtlántica de Poesía. Buscando su mayor alcance dentro de la comunicación poética, la publicación reproduce fácsimilarmente parte de la obra de autores en lengua semita, traducida al castellano.


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En el número cinco aparecen dos poetas que escribieron muchos de sus versos desde prisiones en las que fueron encarcelados por motivos políticos. Son el sirio Muhamad Al-Magut y el turco Nazim Hikmet. La poesía de ambos está dominada por un dramatismo valiente que impactan al lector por la dureza de sus bellos contenidos: “Muchas veces intenté/ limpiar este bolígrafo de la tinta/ como se limpia el puñal de la sangre/ y marchar de esta ciudad,/ aunque montado en la silla de una pared,/ pero he fracasado” . (De “Mensaje a la Alquería”, en el libro La alegría no es profesión mía, de Muhamad Al-Magut). Siguiendo esta línea está el argelino Jean Sénac, poeta que escribe en francés, pero cuya obra ha de leerse teniendo en cuenta el contexto político de su país durante la lucha por su independencia a mediados de este siglo. Es una poesía llena de apuntes político-sociales, que se convierte en su personal forma de denuncia: “Con la rabia, la mugre y la vulgaridad,/ ¿Ministros, qué fundaréis?/ ¿Qué canto con este alboroto?/ ¿Qué ciudad con estos añicos?” (En Esta ciudad, en el número diez de RevistAtlántica). El tunecino Hassin Al-Kahouaji se preocupa más por la belleza de la forma, y realiza experimentos compositivos que lo alejan de su tradición a partir de juegos póeticos: “Pregunta al poeta si conoce un borracho/ que trasnoche más que la luna”. (En el libro Más raro que los relámpagos de verano, más suave que las nubes de otoño, nº 6). Los únicos casos de poesía no contemporánea se publican en el número siete de RevistAtlántica, y pertenecen a Muhyi-D-Din Ibn Al-’Arabi, autor nacido en Murcia, que vive en la transición del siglo XII al XIII, y Yalal Addin Rumi, que vive ya en el propio siglo XIII. Ambos autores se caracterizan por la escritura de unos versos llenos de armonía, luminosidad y colorido y que están cargados de un gran misticismo en Yalal Addin Rumi: “Por amistad, amigo, de tí cerca estamos./ Allá donde pisas, por tí, suelo somos./ Y como merece la fe del amor/ en tí el mundo vemos y a ti no te vemos.” (En el libro Rubayatas del Diván de Shams Tabrizí). Junto a estos poetas asiáticos, ReivstAtlántica, va incluyendo cada vez más a autores africanos, poco conocidos actualmente dentro del panorama poético. Es el caso del marroquí Abdellatif LaâBi, con unos versos que recuerdan a los proverbios y cantares machadianos: “¿Me aman las palabras que yo amo? ¿Si las desgrano que me quedará por decir?” (de Spleen de Casablanca, número doce).


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Del número catorce destacamos la obra del senegalés Charles Carrère, no sólo por su cuidada composición, sino también por su significado: “(...) el mundo gime/ de comer/ demasiado/ de no comer bastante/ de no comer nada/ la misma hambre/ sobre las misma miseria/ sobre la misma muerte (...)” (de Memorias de la lluvia, número 14). Con la inclusión de estos autores asiáticos y africanos, RevistAtlántica completa el quehacer literario de gran parte del mundo. Son quince números los publicados hasta el momento, más de tres mil páginas por las que han desfilado cerca de trescientos poetas de todo el mundo. Con el número quince la revista ha cumplido, además, siete años de existencia, lo que borra el carácter efímero, atribuible a la mayoría de las publicaciones literarias. Los responsables de RevistAtlántica han asegurado ya el lanzamiento del número dieciséis, que probablemente estará en imprenta cuando se publique este artículo. Como adelanto a este número, podemos incluir la presencia del belga Paul Van Ostajen, del argentino Pablo Narral, del francés Lionel Ray, traducido por François Michel Durazzo, y del ruso Osip Mandelston, prologado y traducido por Lola Díaz, nieta de José Díaz.. Hay que destacar igualmente que, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Federico García Lorca, la sección Documentos está dedicada al poeta y comienza con un excelente ensayo de Dionisio Cañas titulado “Carta a Federico”. Centrado el Documento en la estancia de Lorca en Nueva York, se realiza también la selección de doce poetas hispanos en la ciudad de los rascacielos, entre los que podemos destacar al chileno Raúl Barrientos, el dominicano Alexis Gómez Roza, los puertorriqueños José Manuel Torres Santiago, David Cortés Cabán e Iván Silén, los argentinos Mercedes Roffé y Osias Stutman, el peruano Isaac Goldemberg o el español Hilario Barrero. Por último, la sección se completa con interesantes fotografías del poeta granadino en Nueva York y de su amante norteamericano, Philippe Cumming. Además, el número en su conjunto está ilustrado con grabados y dibujos de la misma ciudad. La publicación, de esta manera, garantiza su espíritu cada vez más cosmopolita a través de sus páginas abiertas, de sus ventanas oceánicas, a la espera de que entre cualquier vestigio de ese idioma universal que llamamos poesía.


El periodismo de Muñoz Molina: su tiempo de silencio Miguel Sánchez Asociación Universitaria Comunicación y Cultura, investigador y periodista

Antonio Muñoz Molina combina el periodismo literario con su trabajo como novelista. El articulista considera que su literatura y su periodismo salen mutuamente enriquecidos. Para Muñoz Molina el periodismo es un género soberano, no incompatible con la literatura. La verdadera fuerza de la escritura se halla en la capacidad de las palabras para sugerir y denunciar. El poder de escritores y periodistas es contribuir a airear las injusticias. También tienen el compromiso con el arte y la estética; lo que escriban ha de sonar bien y producir placer.

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seguraba Pavese1 que la literatura es una defensa contra las ofensas de la vida. La otra defensa contra las cosas, decía, es el silencio acumulado para el arrebato. Los silencios que entre novela y novela se impone Muñoz Molina encerrado en su Nautilus2 , “que no es buque de guerra, sino refugio submarino contra las crudas afrentas de la realidad”, los aprovecha para vivir y para mantener un diálogo con el presente a través del periodismo. En ese interminable tiempo de silencio para sus incondicionales, lejos de prepararse para el arrebato, o la vehemencia y la ira como aseguran algunos, aprovecha, como mucho, para indignarse y “para hacer una defensa melancólica pero muy obstinada de algunas cosas que le importan mucho: la instrucción pública, la racionalidad, la justicia, la buena educación”3 . Y además es capaz de conseguir todo eso haciendo al mismo tiempo buena literatura; o mejor, como diría el vanidoso de González Ruano4, una literatura en sí que se publica dentro de los periódicos. 1 2 3 4

PAVESE, Cesare. El oficio de vivir. Bruguera. Barcelona, 1990, p. 185 MUÑOZ MOLINA, Antonio. Diario del Nautilus. Mondadori. Madrid, 1989, p. 19 MUÑOZ MOLINA, Antonio. La huerta del Edén. Ollero y Ramos editores. Madrid, 1996, p. 10. GONZÁLEZ RUANO, César. Diario íntimo. Taurus. Madrid, 1970, p. 69


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La literatura fuera de los libros ha servido desde siempre para menesteres innobles e impropios de la utilidad inicial para la que fue pensada. El mejor Julio Camba terminaba cada día colgado de un alambre en los excusados, mientras que hoy, que se ha abaratado el coste del papel higiénico, Umbral o Muñoz Molina no perecen en el retrete sino reciclados, salvando el bosque, o quemándolo en una antorcha en las manos del algún pirómano trasnochado. En cambio, ya lejana la Inquisición, el seguro y reposado destino de los libros parece que es dormir el sueño de los justos en una estantería comprada por metros cuadrados. La trampa para quienes quisieran poseer ideas, madurez y tiempo suficientes para escribir novelas, es entender la literatura periodística y efímera como un escalón imprescindible para acceder al rellano de la literatura inmortal. Después, salvo contadas excepciones, esto resulta mentira. El propio Ruano afirmaba que de poco servía el triunfo para quien, como él, había soñado con la gloria. El sevillano Manuel Ferrand advertía a quien fuese para escritor que tenía que dejar a tiempo de ser periodista. Entre las contadas excepciones en las que lo anterior resulta falso está la excepción de Antonio Muñoz Molina, quien empezó haciendo periodismo literario y luego saltó a la novela, de la que vuelve y a la que regresa desde el articulismo cada vez que le apetece y sin que ninguno de los dos géneros (ni él) se resientan. Antes bien, su literatura y su periodismo salen mutuamente enriquecidos. Cuando el autor de Los misterios de Madrid confiesa que los artículos tienen que ser el fruto de un arrebato5, lo dice más en el sentido de la intuición o la espontaneidad que en el de la explosión largamente larvada y pavesiana que de manera indefectible desemboca en el suicio o el asesinato. En todo caso, cuando conduce a lo segundo y llega a los periódicos como quien en su Beltenebros acude a Madrid para matar a alguien, los jueces lectores siempre le aplicarán la eximente penal y literaria del arrebato que tiene lugar en nombre del compromiso con las causas perdidas de las cajeras del Pryca o los mendigos granadinos y sempiternos que, a las puertas del siglo XXI, repiten el atraso andaluz y el Barroco. Está convencido de que muchos escritores desdeñan hacer literatura en los periódicos, o lo hacen sólo de una manera mercenaria, para ganar dinero. 5

“La clave del artículo, lo que le da su carácter específico, aparte del tamaño o su carácter periódico, es la espontaneidad. No puede ser una cosa elaborada, debe ser fruto de un arrebato. Un artículo se hace con una intuición o, lo máximo, con dos intuiciones que, al chocar, hacen saltar una chispa”. ABC Literario. Entrevista con Juan Manuel de Prada, de 1997, p. 18 .


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Sin embargo para él el periodismo es un género soberano. “Una de las grandes cosas que pueden hacerse en la vida es escribir en periódicos: artículos, crónicas, reportajes, entrevistas... lo que sea6” Muñoz Molina es maestro de la ironía, esa salida agridulce de la inteligencia que sabe que escribir, como llorar para Solón, no sirve para gran cosa o para nada aparte de dejar testimonio. Con ironía o sin ella tiene claro7 que la fuerza de las palabras, el poder impactante que se asigna a la letra impresa, a la escritura, no sólo estriba en el milagro de comunicarnos a través de ella mediante unos códigos aceptados, aun cuando el emisor haya muerto hace veinte siglos o se encuentre en otro continente. La verdadera fuerza de la escritura se halla en la capacidad de las palabras para sugerir y denunciar; el poder de escritores y periodistas no es otro que contribuir desde la tribuna de un periódico o las páginas de un libro a airear las injusticias, domésticas o mundiales, que conforman (y deforman) la historia con el propósito de cambiar su rumbo. Dedicarse a hacer poesía tras Auschwitz, casi sesenta años después del holocausto, aún sigue siendo una barbarie. Antonio Machado desdeñó en sus versos “la romanza de los tenores huecos que cantan a la luna”, ésos que sólo escriben de los colores del pavo real (o del azahar y desde la grasia andaluza) mientras los niños descalzos rebuscan entre la basura. Su tocayo Muñoz Molina tampoco pierde el tiempo haciendo chistes o contando/cantando los colores del arco iris. El escritor, el periodista y el poeta tienen un ineludible compromiso con el arte y con la estética; lo que escriban ha de sonar bien y producir placer; mas por encima de la eufonía de la literatura o de la prosa periodística, sobre los demás artistas, ninguno de los tres puede perder de vista el compromiso con la sociedad de su tiempo, la rebeldía ante los estados injustos de cosas y ante tantas otras situaciones sangrantes que en el mundo se prodigan. Fiel a su destino, Muñoz Molina hace periodismo porque no se conforma y porque “se niega a aceptar que la huerta del Edén exista sólo en el pasado y en la literatura”. De los cuatro libros en que se recogen sendas selecciones de artículo del autor de El invierno en Lisboa, sin duda ninguna La huerta del Edén es el más periodístico, si por periodismo entendemos aquella narración impresa que se hace al hilo de la actualidad. El Robinson urbano (1984), Diario del Nautilus (1985) y Las apariencias (1995) son en cambio novelas completas, 6 7

Ib. citado, p.18 “Nadie debería guardar sus pensamientos, y yo no callaré ni aun debajo del agua”. Declaraciones del autor el 4-8-94 en Diario 16-edición Andalucía, p. 40.


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cerradas y perfectas de dos páginas en las que a veces encontramos el embrión de un libro posterior que se lleva al cine y por el que, beatus ille, le dan a pares los premios Nacionales de Literatura o los de la Crítica. Dice el autor que la huerta del Edén es la Andalucía que se convirtió en un recuerdo de fertilidad y belleza sin haber llegado nunca plenamente a existir; pero también es la huerta de su padre y la de su abuelo Antonio y es la huerta que fue un paraíso literal para sus ojos infantiles. De recuerdos, sentimientos y compromisos este jinete audaz de la literatura y el periodismo, más de sierra Mágina que polaco, hizo un libro de artículos desde y sobre Andalucía. Veamos qué da la huerta de Muñoz Molina. La instrucción pública y su maestros “La Educación es una prioridad en la sociedad contemporánea. La democracia tiene como problema público la Educación. Y son dos cosas diferentes. No es solamente la enseñanza pública, lo que es público es el problema de la Educación8”. El número de artículos que de manera específica o indirecta Muñoz Molina dedica a la educación, confirma su declaración de intenciones, esas defensa suya obstinada y melancólica de las cosas que tanto le importan. Junto con Savater9 entiende que entre los baremos básicos que pueden señalarse para calibrar el desarrollo humanista de una sociedad, el primero es el trato y la consideración que brinda a sus maestros. Existe el hábito de señalar a la escuela como correctora de todos los vicios de la sociedad, males entre los que destacan la violencia juvenil, la drogadicción, el retorno al racismo... En lógica consecuencia se supone que los encargados de esa primera enseñanza de tan enorme trascendencia han de ser profesionales a cuya preparación se dedica el mayor celo profesional, los mejores dotados de medios, los más remunerados y los que gozan de la máxima audiencia en los medios de comunicación. Porque los maestros son en suma quienes preparan para que los niños aprendan a disfrutar la conquista cultural por excelencia: el sistema mismo de convivencia democrática. Para Savater, educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que las anima, así como en la creencia de que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del cono8

9

SAVATER, Fernando. “La educación es una prioridad de la sociedad contemporánea”. Entrevista en Andalucía Educativa. Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, nº 6, diciembre 1997. SAVATER, Fernando. El valor de educar. Ariel, Barcelona, 1997, pp. 7-8


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cimiento. Sin embargo la realidad que Savater y Muñoz Molina observan en torno al magisterio y al mundo de la enseñanza, en general, nada tiene que ver con tales exigencias: “Apenas inaugurados, los centros públicos de enseñanza adquieren un aire desalentador de abandono, en correspondencia con el estado anímico de los maestros y de los profesores, que asisten cada día a la degradación y al menosprecio oficial de un trabajo, el suyo, que debería poseer una dignidad suprema en la democracia, y que está mal pagado, mal considerado, sometido a la sospecha, abandonado al antojo de las asociaciones de padres más arbitrarios e ignorantes, un oficio tan dejado de la mano de Dios como las aulas y los corredores que lo albergan”10 . Con Savater coincide asimismo en que el sentido de la educación es conservar y transmitir el amor intelectual a lo humano, y en que en más ocasiones de lo tolerable se equivoca el enfoque de dicho contenido: “La señora consejera de educación, que ha anunciado el reparto por los colegios de la comunidad de no sé cuántos millones de folletos sobre el enigmático Legado Andalusí, ha declarado que esta iniciativa de su consejería viene a incrementar los ya ricos programas de cultura andaluza que se imparten en las escuelas, cuya finalidad, asegura ella, es lograr un mayor conocimiento “de todo lo que es el ser andaluz”. Yo incluso lo escribiría con mayúsculas, para mayor impacto: el Ser Andaluz. A nuestros hijos, en las escuelas andaluzas, apenas les enseñan a leer y escribir, y cualquiera que se moleste en hojear los libros descubrirá que lo que antes era la Geografía, la Historia, las Ciencias Naturales, se ha convertido en una halagüeña papilla mental gracias a la cual los niños llegarán a la adolescencia con una disciplina intelectual digna de una guardería, y con una idea del mundo aproximadamente tan ajustada y tan compleja como la de El rey león.”11 En esta guerra en que ha devenido la enseñanza en ningún caso el autor de Córdoba de los omeyas deja lugar a dudas junto a quién se sitúa: “Leo hace unos días, en este periódico, una noticia marginal que de vez en cuando se repite, más o menos idéntica: un maestro ha sido acusado de malos tratos a los alumnos por un grupo de padres. El nombre del maestro y sus dos apellidos se publican, por supuesto, y en este caso al que me refiero ahora viene una información complementaria especialmente vil: se dice que 10

11

MUÑOZ MOLINA, Antonio. La huerta del Edén. “Una celebración”, p. 32. Ollero y Ramos Editores. Madrid, 1996 Idem, “Los misterios del ser”, pp. 139-140.


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este maestro ha tenido problemas de alcoholismo en algún momento de su vida. Cuando la policía detiene a un presunto atracador o asesino los periódicos publican nada más que las iniciales de los nombres, en primer lugar porque en un sistema jurídico civilizado nadie es culpable mientras no se pruebe su delito, y también por un principio de clemencia y de respeto a la intimidad de las personas al que tiene derecho todo el mundo, incluido los criminales. Todo el mundo, parece, salvo un maestro o un profesor de instituto a quien algún padre de alumno acuse de haber maltratado a su hijo. (...) Los demagogos oficiales de la educación quieren hacernos creer que despojar al maestro de respeto y de dignidad frente a los alumnos y someterlos a las arbitrariedades y a las inquisiciones de los grupos de padres son adelantos democráticos, incluso actitudes de izquierda. (...) Ya que les han quitado casi todos los medios para ejercer dignamente su oficio, podían dejarles al menos la presunción de inocencia”12 . Frente a la significada inquisición de los progenitores contra los maestros, el autor cita otras formas más civiles y civilizadas en las que un padre puede estar junto a sus hijos: “Yo me veía, acompañando a mis hijos en la biblioteca, como un padre republicano y antiguo que trata de inculcarles el respeto y el afecto por los valores laicos, por la lectura y los buenos modales y la reverencia hacia los lugares públicos, que son los lugares donde uno ejerce con plenitud su humanidad civil”13. “(...) Eso me trae el recuerdo de esos padres, tan habituales ahora, que siempre encuentran disculpa para cualquier tontería o barbaridad que hagan sus hijos, y que acuden escandalizados a la escuela y amenazan a los profesores y hasta los denuncian si consideran que su niño ha padecido el más leve contratiempo”14. “La maestra a la que el otro día le dio una paliza la madre de un alumno en un colegio público de san Roque no está de baja por accidente, sino por depresión. Duele que le peguen a uno y duele más la humillación del abuso, pero sobre todo debe doler dedicarse a un oficio mal pagado y mal mirado en el que empezó por perderse el derecho al respeto y ya se está perdiendo la seguridad personal. (...) En Francia, los profesores de escuela primaria y de bachillerato cobran un suplemento para gastos de terapia psicológica. (...) 12 13 14

Idem, “Maestros bajo sospecha”, pp. 153-156. Idem, “Elogio laico de la biblioteca”, pp. 40-41. Idem, “El heroísmo de los encapuchados”, P. 186.


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Ahora se comprueba que la escuela se está volviendo un sitio peligroso, no sólo para los maestros, sino también para la mayoría de los niños, para los que no son brutos ni consentidos ni chulos y no cuentan con la arrogancia impune de la fuerza física y la indulgencia de un padre o una madre a los que la educación de su hijo trae sin cuidado. (...) Lo raro no es que algunos maestros vivan en un estado de desánimo y depresión permanente. Lo más raro es que tanto de ellos sigan teniendo la integridad y el coraje de cumplir cada día su trabajo en la escuela”15. Denuncia, compromiso e ideología en Muñoz Molina: Ahí hay un hombre que dice ¡ay! En uno de los artículos antes citado en defensa de lo maestros, Muñoz Molina confiesa que fue a la escuela en la época infame de la palmeta y de las bofetadas, en los aborrecibles tiempos en los que era preceptivo escribir al dictado. A este último respecto, el método infalible que tenía el maestro para comprobar si la anarquía de los mocosos había sucumbido a la rígida convención de la ortografía, era mandar a los colegiales que guardasen bien lejos sus diccionarios Iter de bolsillo y, una vez provistos de papel virgen y lápiz mordisqueado, dictarle al niño Muñoz Molina que “junto a la pared había una bonita lámpara, que en la oquedad había varios huecos y que ahí hay un hombre que dice ¡ay!” Para los compañeros de Antonio de pocas entendederas y menos espíritu crítico, resultaba muy cómodo que otros pensasen por ellos. Se limitaban a llenar la página incoherente alternando las bes y las uves al cincuenta por ciento y guardaban sus mejores fuerzas para el recreo. La mayoría de aquellos niños hoy, treinta años después, continúa escribiendo y viviendo al dictado y dejan que el mundo siga su curso mientras disfrutan de un ramplón concurso televisivo o de las interminables horas muertas de bebedores sociales acodados en el bar de la esquina. Por el contrario, Muñoz Molina demuestra que sigue sin escribir al dictado, haciéndolo con su propia conciencia y su propia voz, y encima respetando la ortografía y la sintaxis. El cordial o intratable enemigo que todos tenemos lo ha acusado en alguna ocasión de que, al igual que todos los que escriben, el señorito Molina, uno de los cien famosos escritores de doña Carmen Romero, andaba buscando una subvención, una nómina, un algo. Y los cordiales o intratables enemigos llevan razón en parte. Y aciertan en lo del 15

Idem, “Un oficio peligroso”, pp. 193-196.


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acto de la búsqueda, mientras que su maldad les hace errar en el objeto de lo que busca. De alguna forma hay que comprender a estos eruditos a la conciencia, porque es sabido que tales personajes, siempre a cuestas con la pesada y paseada cruz de los envidiosos, hacen tabla rasa y meten a la humanidad en el mismo saco en la innoble creencia de ladrón de que todos son de su misma condición. Muñoz Molina está convencido de que vivir en sociedad implica algo más que habitar en determinado territorio para hacer bulto. Ser socio es cooperar a un fin común, aportar ideas y esfuerzos para que la sociedad progrese, y lo haga en un progreso más entendido en el ámbito humanista que en el meramente tecnológico. Los torpes de condición y de corazón jamás entenderán esto; por ello, en las raras excepciones que leen un artículo, su maldad y el no concebir la vida sino como un cortijo de intereses personales les lleva a errar el mensaje y a leer lo que no está ni pensado ni escrito por ningún sitio. Ante la denuncia por alguna incoherencia de determinadas siglas políticas, el torpe enemigo afiliará a Muñoz Molina al partido de signo contrario y le acusará de ser un plumífero o plumilla a sus órdenes. Sin embargo la realidad, contra las apariencias que creen descubrir tales miopes morales, es otra cosa y la independencia (si por independencia se interpreta la libertad y la obligación de arremeter contra el que la hace) está garantizada en sus columnas. Al fin y al cabo el oficio de los poetas es tronar: “(...) Lo único que me temo es que entre los visitantes haya algún alto cargo de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, y que en el próximo curso nuestros hijos, que ya estudian cultura andaluza e historias de marcianos, tengan una asignatura de elaboración de cartas astrales”16. “(...) Había que emular a Sevilla: había que levantar edificios que compitieran con los de la Expo, con los hoteles y palacios y teatros de la ópera que ahora ni siquiera tienen dignidad de ruinas verdaderas, sino un aspecto de ruinas falsas de decorado de película, reliquias de una magalomanía edificatoria (...) El Palacio de Congresos de Granada, como los edificios fantasmales de la Isla de la Cartuja, los teatros con escenarios inmensos en los que no se representa nada y los hoteles de lujo convertidos en una aritmética de habitaciones vacías, es un testimonio inmediato y sin embargo ya arqueológico de un tiempo de delirio, de una era de los faraones que apenas 16

Idem, “Tiempos oscuros”, pp. 85-86.


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duró diez años y que ha ingresado ya en la estética triste y aleccionadora de las ruinas de soberbias pasadas”17 . “Que los directivos de una televisión costeada con el dinero público se indignen porque aparezca en ella un curandero es una noticia alentadora, aunque también alarmante: indica que sus principios ideológicos y morales son muy sólidos, pero sobre todo indica que no ven la televisión que ellos mismos dirigen, porque si la vieran sabrían que lleva años convirtiéndose en un zoco de charlatanes, santeros, astrólogos y traficantes del comercio más bajo que existe, que es el comercio de la ignorancia, del miedo y del dolor”18. Parece que ni con “los suyos” deja de despacharse a gusto y ni siquiera se priva del saludable ejercicio de la ridiculización y la ironía: “La Junta de Andalucía ha tomado una decisión que viene a remediar una necesidad urgente de nuestra tierra: fundar o patrocinar una escudería de coches de carreras. Cuando lo leí sentí un alivio y una gratitud semejantes a los que ha producido en los ciudadanos de Madrid la adquisición por el gobierno regional de un caballo de pura sangre (...) Claro que en esto del marisco, como en las carreras de coches, quienes llevamos las de ganar somos también los andaluces, que pagamos hace años, con la generosidad que nos caracteriza, un célebre crucero en bateau mouche por el Sena, en el cual nuestras autoridades superaron un récor, no superado aún, en el consumo de langostinos de Sanlúcar”19. Después de los fragmentos anteriores sería un sarcasmo acusar a Muñoz Molina de pesebrero socialista. Ahora bien, con la derecha tampoco se muerde la lengua: “También ahora tengo más claro quiénes son los otros. La recién nombrada ministra de Educación y cultura, Esperanza Aguirre, a quien ya se le conocían sus méritos temibles como concejala en el ayuntamiento de Madrid, ha declarado con toda claridad, con perfecto impudor, que una de sus tareas inmediatas va a ser la de cerrar escuelas públicas ‘no rentables’ (sic) e incrementar las subvenciones a las escuelas privadas más favorecidas por los padres (...) Dice Kenneth Galbraith que lo que está ocurriendo en el mundo es una revolución de los ricos contra los pobres. A los pobres van a escatimarles ahora las escuelas públicas para que los ricos asistan con mayor comodidad y menos gasto a sus escuelas privadas, y a uno vuelve a subírsele 17 18 19

Idem, “La edad de los faraones”, pp. 87-90. Idem, “Tecnología del oscurantismo”, p. 91. Idem, “Escudería de Cultura”, pp. 96-97.


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la sangre jacobina y se le definen otra vez los puntos cardinales de su diatriba política (...) De nuevo hay que defender la escuela pública. De nuevo hay que cuidar con celo vigilante la libertad de expresión, porque a la derecha, en cuanto gana, le vuelve el viejo instinto de prohibir”20 . En “Melancolía liberal” (pp. 143-146), entre otros artículos, deja claro con quién está, cuál es su ideología, quiénes son los suyos: “Después de más de una década a las personas de izquierdas nos está cambiando ahora el signo de la melancolía, que según dejó escrito Mariano José de Larra es el signo más arraigado de los liberales españoles (...) Todos estos años atrás, muchos demócratas y liberales españoles –usando la palabra liberal en su sentido noble y antiguo, no como ese sinónimo de canibalismo económico en que se ha convertido últimamente–, nos hemos sentido solos, dispersos en minorías robinsonianas de misantropía o naufragio (...) Al cabo de mucho tiempo yo dejé de sentirme en una minoría de uno cuando asistí a la memorable manifestación contra el terrorismo que se celebró en Madrid después del asesinato de Francisco Tomás y Valiente: aquella multitud lenta y torrencial que subía por la calle de Alcalá hacia la Puerta del Sol en una noche helada eran, sin la menor duda, los míos”. “De una manera íntima, casi siempre en privado, los republicanos españoles seguimos celebrando nuestra fiesta nacional (...) y erigimos esa bandera tricolor que tiene toda la poesía de lo perdido y de lo inútil, toda la belleza de la afirmación de un patriotismo no basado en la xenofobia, ni en la irracionalidad, ni en la más burda antropología inventada, sino en los pocos principios que desde el siglo XVIII han vuelto menos inhabitable el mundo: la libertad, la igualdad y la fraternidad, la primacía de la razón frente a la fuerza, la instrucción pública, el laicismo”21. Pandereta y rogativas Ortega advertía que el ruralismo era el signo más característico de una sociedad sin minoría eminente: “Cuando se atraviesan los Pirineos y se ingresa en España se tiene siempre la impresión de que se llega a un pueblo de labriegos22. 20 21 22

Idem, “Melancolía liberal”, pp. 144-145. Idem, “Catorce de abril”, p. 158. Hay pueblos que se quedan para siempre en ese estadio elemental de la evolución que es la aldea. Podrá ésta contener un enorme vecindario, pero su espíritu será siempre labriego. Pasarán por ella los siglos sin perturbarla ni estremecerla. Entre siembra y recolección o análogas tareas vivirá eternamente, prisionera en el ciclo siempre idéntico de su destino vegetativo (...) Generaciones después vuelve a caer en una inercia histórica de la que no ha salido todavía, y en sus venas la sangre circula con lento pulso campesino”. Ortega y Gasset, José. España Invertebrada. Espasa Calpe, Madrid, 1977,


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Muñoz Molina repara en todos esos provincianismos dañinos, en los chovinismos y en el tiempo ya para siempre perdido mirándonos el ombligo y tocando la pandereta, acudiendo antes a las rogativas que a las ciencias, cómodamente instalados en nuestro atraso finisecular y andaluz. “(...)No creo que muchas personas progresistas hubieran podido vaticinar lo que ocurrió después: que con la democracia y los gobiernos de izquierdas no llegó para Andalucía la liberación de la ignorancia, ni del atraso, ni de la superstición, ni del folklorismo. Lo que vino, lo que ya nos inunda, es exactamente lo contrario, la fiebre irracional e intimidatoria por todas las fiestas y tradiciones posibles, la vanagloria inepta en los localismos más agresivos y cerrados, la feria eterna, la romería y la procesión eternas, programadas por la autoridad, alentadas por la radio y la televisión públicas, convertidas en una especie de narcótico brutal”23. “Ya que a las personas no se les podían ofrecer días de trabajo, al menos se les regalaban días de fiesta. Se fundaron academias de sevillanas, se procedió a un apostolado masivo sobre el Rocío, se dedicaron horas dolorosas y tenaces de estudio al logro del acento adecuado y de las entonaciones correctas para contar chistes”24. “En eso sí que se nota que Ian Gibson es extranjero, porque no hay español que tenga la paciencia y la humildad necesarias para dedicar su vida a investigar la vida de otro (que casi no haya biografías en España no es un problema de ignorancia, sino de soberbia)”25 Si en el artículo se airea las profundas contradicciones de sectores de la iglesia, los tartufos de nuestro tiempo verán en el firmante al más depravado ateo: “La Iglesia católica, al fin y al cabo, garantiza la existencia del demonio y de las curaciones milagrosas, y durante siglos tuvo una cierta propensión a la quema de brujas. También se caracteriza dicha iglesia, al menos en algunas de sus diócesis, por una acendrada defensa de las culturas aborígenes. Desde los tiempos de la primera guerra carlista hasta la actuales hazañas de ETA y Jarrai, en el País Vasco no ha sido infrecuente el vínculo entre las sotanas y las armas. Y en Cataluña, no hace mucho, los obispos tuvieron el gesto ecuánime de lamentar que en sus territorios pastorales se continuaran diciendo misas en castellano”26. 23 24 25 26

Muñoz Molina, Antonio. Opus. citado a “Andalucía obligatoria”, pp. 149-150. Idem, “Los objetores de la fiesta”, pp. 36-38 Idem, “Un extranjero en su país:, p. 61 Idem, Tiempos oscuros”, pp. 83-84.


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“(...) Que el Ayuntamiento de Granada publique un bando de proselitismo religioso, aunque no estuviera redactado con faltas de ortografía y en una prosa del peor paleolítico franquista, no es tanto una barbaridad como una ilegalidad. No puedo sino aplaudir las tardías palabras de Jesús Quero, pero no me olvido de que hace unos meses su compañero de partido José Rodríguez de la Borbolla declaró que uno de los motivos por los que quería ser alcalde de Sevilla era para presidir la procesión del Corpus. A cinco años del siglo XXI parece que no hay modo de salir del siglo XIX.”27 Existen innumerables pruebas, incontables ejemplos vivientes de que al homo sapiens de nuestros días se le compra, se le calla o se le programa por el misérrimo precio de un coche repostado con gasolina oficial. El engolfamiento y envilecimiento de que un chófer vestido de chófer te abra la puerta del coche hoy, por lo común, puede más que todos los portazos de la verdad. Muñoz Molina viaja en metro en Madrid y en Úbeda sigue paseando a pie por las mismas calles en las que hace más de treinta años paseaba del brazo de su madre. Al más inconformista con tribuna sólo hay que darle un tratamiento honorífico para volverlo como un calcetín y lograr que se meta sus principios y sus ideales por semejante sitio. El hombre de carne y hueso por el que empieza Unamuno es el que nace y sufre y muere y siente todo eso en lo más profundo de su ser. El rector de Salamanca, a cuestas con su sentimiento trágico de la vida, afirmaba que la conciencia era una enfermedad. No parecerse demasiado a una rana o a una lagartija tiene algunos inconvenientes de última hora que no todos saben arrostrar. En ese sentido Antonio Muñoz Molina, con su enfermedad, es decir con su conciencia, los afronta para dignificar al periodismo y al hombre. Habría que agradecérselo.

27

Idem, “Gestos tardíos”, pp. 81-82.


Ramón de Basterra en Sevilla Elene Ortega Gallarzagoitia Doctora en Filología Española (U.P.V.) Becaria postdoctoral del Gobierno Vasco

Este trabajo aborda el pensamiento histórico de Ramón de Basterra y las posiciones del grupo en el que se integra (la Escuela Romana del Pirineo) en relación con la conferencia que Basterra dicta en Sevilla en mayo de 1921 sobre el emperador Trajano. Se pretende contextualizar en el clasicismo del País Vasco, así como indagar en lo que fue para Basterra el punto de partida de su teoría de la Historia y del conjunto de su obra literaria.

E

En mayo de 1921 se celebra en Sevilla el Segundo Congreso de Historia y Geografía Hispanoamericanas. Ramón de Basterra (18881928) pronuncia el día 6 en el Ateneo una conferencia titulada «El primer colonizador español, Trajano, y su fundación en Oriente».1 Pocos días después repite la conferencia en el Ateneo de Madrid.2 El poeta y diplomático bilbaíno acaba de publicar su ensayo La obra de Trajano3. Hasta ese momento, Basterra sólo se había dado a conocer por sus colaboraciones en prensa local como Euzkadi, El Nervión, El Pueblo Vasco y El Liberal, además de algunos artículos y poemas en la afamada revista Hermes. Desde su primera juventud el autor vive largos períodos fuera de Bilbao, primero debido a sus estudios, después a su trabajo como diplomático. Sin embargo, ésto no le impide integrase de lleno en la vida cultural del Bilbao de aquellos años y participar en la llamada Escuela Romana del Pirineo.

1

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Así lo deduce Guillermo Díaz Plaja en función de la reseña de un artículo del Noticiero Sevillano que publica un periódico bilbaíno: «Una conferencia de Ramón de Bsterra en el Ateneo de Sevilla», El Pueblo Vasco, 8.5.1921 (DIAZ PLAJA, Guillermo: La poesía y el pensamiento de Ramón de Basterra, Juventud, Barcelona, 1941, p. 217) «El primer colonizador español. Trajano y su fundación en Oriente. Conferencia de D. Ramón de Basterra», El Sol, 20.5.1921. BASTERRA, Ramón de: La obra de Trajano, Espasa Calpe, Madrid, 1921.


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Ramón de Basterra en Sevilla

La Escuela Romana del Pirineo En contraste con la pomposidad del nombre, se trata de un grupo informal que no va más allá del voluntarismo del propio Ramón de Basterra y las tertulias vespertinas del café Lyon D’Or en torno a Pedro Eguillor. Pedro Mourlane Michelena, Ramón de Basterra, Fernando de la Quadra Salcedo, José Félix de Lequerica, Rafael Sánchez Mazas y Joaquín de Zuazagotia forman el núcleo del grupo. Estos autores pertenecen a la misma generación y muestran grandes concomitancias ideológicas y estéticas. Comparten un clasicismo que enlaza con Eugenio D’Ors, la Escuela Romana de París, T. E. Hulme, Erza Pound y T. S. Eliot. El grupo bilbaíno posee a un tiempo rasgos peculiares y otros relacionados con la corriente clasicista presente en el resto de España y en Europa: - Un conservadurismo de talante liberal que evoluciona hacia posturas autoritarias durante los últimos años veinte y los treinta. - El rechazo manifiesto hacia los nacionalistas vascos y, por supuesto, hacia su visión etnocentrista de la cultura. Basterra y Quadra Salcedo valoran en su juventud aspectos puntuales del bizkaitarrismo, pero no por eso su españolismo es menos evidente que el de otros miembros del grupo. - La influencia de autores como Sorel, Barres y Maurras. Zuazagoita basa su teoría del «mito coordinador» en las ideas de Sorel. Lequerica se doctora con una tesis sobre este autor y en Sánchez Mazas la influencia de Barres y Maurras aparece en sus escritos sobre todo a partir de los años treinta. 4 Mourlane manifiesta en sus artículos el interés por los dos neotradicionalistas franceses y es el primer divulgador de Acción Francesa en Bilbao.5 - el convencimiento de la función socio-política de la élite intelectual y su interés por mantenerse en primera línea de la vida política y cultural de Bilbao, inmersos en las polémicas del momento. Estos autores centran gran parte de su producción literaria en el periódico porque el artículo les permite un posicionamiento inmediato. La Escuela Romana del Pirineo valora la cultura de élite que ellos representan al modo de los ilustrados de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País.6 4

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6

Sobre este particular vid. OLABARRIA, Juan: «Para una historia ideológica de la derecha vasca», en Cuadernos de Alzate, nº 15, octubre 1991, pp. 62-53. AREILZA, José María: «El Bilbao de Pedro Eguillor» en VVAA, La Ría que vale millones, Editora Bilbaína, Bilbao, 1957, p. 46 MOURLANE MICHELENA, Pedro: «Comentario. Los Amigos del País», Hermes, revista del País Vasco, Edición facsímil, Idatz Ekintza, Bilbao, 1988, Tomo I, nº 1, 1917, p. 23


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- Inclinación por la estética clasicista e italianizante. Para este grupo, la cultura de la élite es clasicista. El ensalzamiento de los modelos latinos es un distintivo de cohesión política (frente al nacionalismo vasco) y estética (frente a siglo XIX y el fin de siglo). Sin embargo, esto no impide a Mourlane mostrar su simpatía por representantes del decadentismo finisecular como Huysmans7. - Recuperación de la figura de Peñaflorida y de la labor de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, considerada la más notable realización del neoclasicismo dieciochesco en el País Vasco. Este tema se refleja en las conferencias y artículos del grupo. Pero es Basterra quien pone mayor empeño con la publicación de una obra que reivindica la influencia de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País en el Nuevo Mundo.8 - Antirromanticismo más o menos beligerante, según los casos. El desprecio más acusado hacia la estética del ochocientos está en la pluma de Basterra, mientras que Mourlane tiende a ironizar sobre las formas estéticas que considera caducas. En todo caso, la ostentación clasicista de los miembros de este grupo es un rechazo implícito del romanticismo. - Confianza en el resurgir artístico de Bilbao, parejo a la prosperidad económica. Dicho resurgir toma un referente tan reiterado como pretencioso: Venecia y Florencia durante el Renacimiento. Mourlane y Sánchez Mazas son quienes más insisten en este paralelismo. La Teoría de la Historia de Basterra En este marco, Basterra desarrolla su peculiar visión de la historia y la cultura. Para la formación de su ideario es fundamental su estancia en Roma como agregado diplomático entre 1915 y 1917. El poeta ha logrado el segundo puesto en las oposiciones y sorprende a sus conocidos cuando elige un destino como Roma. Pero esta elección está motivada por las inquietudes clasicistas del autor. A partir de ese momento sus escritos están impregnados del ideal culturalista que representa el Imperio Romano.

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«Conferencia de Mourlane», El Liberal, 9.2.1919. La admiración hacia el poeta simbolista Verlaine es patente en el opúsculo de MOURLANE, Pedro: Nuestros amigos los poetas, Bilbao, 1912. Por otra parte, cuando Mourlane dirige La Noche, aparece en este periódico un artículo de Enrique Díez Canedo que ofrece una visión favorable de Verlaine coincidente con la suya (DIEZ CANEDO, Enrique: «De Verlaine, considerado bajo el aspecto de buena persona», La Noche, 10.4.1924) BASTERRA, Ramón de: Una empresa del siglo XVIII. Los Navíos de la Ilustración, Imp. Bolívar, Caracas, 1925 (Reedición en Cultura Hispánica, Madrid, 1970)


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Basterra es aficionado a establecer polaridades. Así, en su análisis de la historia, existe Roma y lo que no es Roma, es decir, lo Provincial o Escita. El mundo antiguo está dividido entre los que reciben la luz salvadora de Roma y los que están sumidos en el caos. La misión de la Cuidad es extender la Cultura, imponer el orden, unificar una Europa disgregada. Para Basterra, como para D’Ors, la Historia y la Cultura surgen al mismo tiempo, y sólo son posibles en el ámbito urbano. Este implica una convivencia ordenada, el establecimiento de leyes racionales, el consenso, la armonía, las formas y normas perdurables. El Imperio romano exporta estos valores a toda Europa. Roma introduce a Europa en la Historia. Basterra proviene del País Vasco, el área hispánica con una romanización más tardía. El poeta se ve a sí mismo como un «bárbaro redento»9. Su tierra natal equivale a la Naturaleza, lo espontáneo. Por contra, Roma simboliza la Cultura y el ordenamiento racional, es motor histórico de Europa. Para Basterra, Natura es un ámbito gregario de masas, mientras que Historia «no es sino urdimbre de dirección, mímica y expresión de minoría»10. Es en Roma donde Basterra experimenta el interés hacia el emperador Trajano y el confín oriental del Imperio. La columna de Trajano se le presenta como una señal del camino a seguir: Fue debajo de la renombrada columna donde me tentó la aventura de ir a la tierra que reflejó Trajano en sus pupilas pías. Del alto monumento caía una larga sombra que asemejaba un índice apuntando la dirección del Oriente.11 Así, en junio de 1918 parte hacia Rumanía como miembro de la Legación de España en el país. Transcurre la I Guerra Mundial. Con la ocupación alemana de Bucarest, los diplomáticos se refugian en Jasy. El poeta se enfrenta a graves penurias de las que deja constancia en La obra de Trajano. La ilustración de la portada muestra a la columna trajana erguida sobre un mapa de Rumanía en el que proyecta su sombra. Queda así subrayado el simbolismo que posee para el autor el monumento del Foro romano. La obra de Trajano es un conjunto de impresiones del Basterra viajero por Rumanía, alternadas con evocaciones históricas que parten de los tiem9 10 11

BASTERRA, BASTERRA, BASTERRA, de Ramón de

Ramón de: Las ubres luminosas, Miguel de Maeztu Editor, Madrid-Bilbao, 1923, p. 37. Ramón de: La obra..., op. cit., p. 97 Ramón de: «Trajano y su obra», en DIAZ PLAJA, Guillermo (ed.): Papeles inéditos y disperos Basterra, Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid, 1970, p. 96.


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pos del emperador y llegan hasta el siglo XX. Se suceden repetidamente presente y pasado con la intención de ensalzar la misión civilizadora de Trajano en el la Dacia rebelde. Bajo las ideas clascistas de Basterra subyace un afán de Unidad que recorre toda su obra. Trajano es el emperador procedente de Hispania -y por tanto del confín occidental del Imperio- que somente y civiliza el extremo oriental. Los habitantes de aquellas tierras son los «escitas», término que Basterra extiende a cualquier «bárbaro» enemigo del Imperio Romano: los pobladores de la Vasconia insurrecta de los tiempos de Augusto son también «escitas», y el ámbito rural vasco contemporáneo al poeta es la «dulce Escitia vascuence».12 Los dos extremos rebeldes del Imperio se someten a la Unidad clásica una vez que ha prendido en ellos la «llama romance». La obra de Basterra Con la publicación de La obra de Trajano se abren para Basterra años de gran efervescencia literaria. Además de su intensa actividad como conferenciante en Sevilla, Madrid, Santander, Bilbao y San Sebastián, publica en pocos años tres de sus poemarios: Las ubres luminosas, La sencillez de los seres y Vírulo. Poema de las mocedades.13 En 1924 solicita destino en la Embajada Española en Venezuela. Allí escribe y publica su segundo libro en prosa Una empresa del siglo XVIII. Los navíos de la Ilustración. Basterra padece desde hace años una enfermedad mental. A consecuencia de una grave crisis es repatriado y más tarde reanuda sus trabajos diplomáticos en Madrid. Sus dos últimos poemarios ven la luz en 1926: Los labos del monte y Vírulo. Mediodía.14 En la mayoría de sus libros, Basterra incluye una lista de obras «del mismo autor» en preparación. El cotejo de estas listas con borradores inéditos confirma que Basterra ambicionaba publicar mucho más. Hacia 1924 el poeta tenía en el cajón o en proyecto, más o menos inacabadas, obras de todo tipo: ensayos y escritos históricos (Dominio Universal de España, Pirineo pensativo), poesía (Llama romance ) y teatro (Las alas de lino, Fátima y Las boinas rojas). Incluso comenzó a gestar una tercera parte de Virulo.15 Sólo 12 13

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Vid. el poema XXIX. «La flota de cachemarines» en BASTERRA, Ramón de: Las ubres luminosas, op. cit. BASTERRA, Ramón de: La sencillez de los seres, Renacimiento, Madrid, 1923; BASTERRA, Ramón de: Vírulo. Poema de las mocedades, Renacimiento, Madrid, 1924. BASTERRA, Ramón de: Los labios del monte, Renacimiento, Madrid, 1926; BASTERRA, Ramón de: Vírulo. Mediodía, La Gaceta Literaria, Madrid, 1926. Archivo de la Diputación Foral de Vizcaya.


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dos de estas obras vieron la luz de forma póstuma. Guillermo Díaz Plaja editó el poemario inacabado Llama romance y la obra de teatro Las alas de lino16 Toda su obra está relacionada con los dos aspectos que marcan sus vida: la tierra natal y los viajes. Así, a cada destino diplomático fuera de España corresponde la gestación de una obra: a Roma Las ubres luminosas, a Rumanía La obra de Trajano y a Caracas Los navíos de la Ilustración. Dos poemarios se inspiran en el ámbito natal vasco y pirenaico: La sencillez de los seres y Los labios del monte. El protagonista de Vírulo. Poema de las mocedades -etopeya del propio autor- es oriundo de la misma tierra que Basterra y halla en Madrid la clave de su incipiente ideario. En cuanto a Vírulo. Mediodía, el desarrollo de las tesis del protagonista le permite la integración de todos los ámbitos anteriores. La conferencia de Sevilla Al inicio de su conferencia, Basterra reinvindica la actualidad de la figura de Trajano por dos razones. En primer lugar, por la escasa atención que se presta al emperador Romano en el Congreso de Historia y Geografía Hispanoamericanas donde él mismo participa. La atención se dirige a Hernán Cortés y demás héroes colonizadores del Nuevo Mundo, olvidando que en la primera forma de civilización que adquirió España, cuando era provincia del Imperio romano, existe la más grande y encantadora figura del colonizador español que es la de Trajano.17 Basterra no desdeña a los colonizadores de América. Bien al contrario, considera que España desempeña con la colonización del Nuevo Mundo una labor civilizadora semejante a la que Roma realiza en Europa. Sin embargo, el autor atribuye a Trajano una cualidad superior: Hernán Cortés, Almagro, Pizarro, héroes fogosos, son arrebato y disparos de energía impremeditada. Trajano es el equilibrio; es el acuerdo de la inteligencia y del brío, del coraje y del pensamiento; teniendo dentro un ideal universal, lo servía con sus fibras, que absorbieron moderación de vuestro clima y de vuestra sangre.18

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BASTERRA, Ramón de: Llama romance, Diputación de Vizcaya, Bilbao, 1971; BASTERRA, Ramón de: Las alas de lino, Editora Nacional, Madrid, 1941 BASTERRA, Ramón de: «Trajano y su obra», en DIAZ PLAJA, Guillermo (ed.): Papeles inéditos..., op. cit., p. 94 op. cit., p. 106


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Como se advierte en la última frase de la cita anterior, Basterra atribuye cualidades esenciales de Trajano a un sustrato andaluz, que en último término es un sustrato español: «Trajano es un español del que nos apartan mil años», afirma. Y añade: A quien dude del españolismo andaluz de Trajano le cito para que concurra al Museo del Capitolio, en Roma, y contemple su estatua. El rostro de Trajano se destaca junto al de los italianos: su aspecto físico es el del español castizo: con un chambergo pavero parecería un picador; con una montera, un espada; de todas suertes, se parece bastante a Lagartijo.19 Además del aspecto físico, hay dos cualidades de Trajano que Basterra atribuye «al clima y a la sangre» andaluzas: la delicadeza y el culto a la madre, «tan español, pero especialmente sevillano».20 Este emperador es para Basterra savia nueva en la corrompida Roma. En La obra de Trajano, el autor se extiende más en la descripción de unas cualidades tópicas del «princeps», el gran hombre que se sitúa en la cúspide de la élite mandataria: afabilidad, sobriedad, modestia, amor por la disciplina, dotes de estadista, clemencia, dotes militares, camaradería con sus soldados, etc.21 Para ello se basa en el Panejírico de Plinio, una fuente que, como se ha descrito recientemente, es interesada y distorsionada.22 La visión de Roma que ofrece Basterra -e incluso la de algunos autores que han tratado este tema fundamental de la obra basterriana23- adolece de reduccionismo. La Roma que ofrece el clasicismo contemporáneo es la imagen de Roma construida desde la Antigüedad por los apologetas imperiales, impulsada de nuevo por la tradición occidental desde el Renacimiento. Interesa sobre todo la Roma Imperial y se deja de lado la Roma republicana, al igual que se ensalzan unos emperadores y se olvidan otros.24 Según Basterra, el aporte regenerador de la sangre española en el Imperio debilitado no termina con Trajano. Un contemporáneo suyo, el filósofo Séneca, constituye la otra vertiente de ese caudal salvador para Roma:

19 20 21 22

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24

op. cit., p. 94 Ibid. DUPLA, Antonio: «El clasicismo en el País Vasco: Ramón de Basterra», en Vasconia, nº 24, 1996, pp. 87. HIDALGO DE LA VEGA, María José: El intelectual, la realeza y el poder político en el Imperio Romano, Universidad de Salamanca, Salamanca, 1995 (citado por DUPLA, Antonio: op. cit., p. 90) DIAZ PLAJA, Guillermo: La poesía y el pensamiento..., op. cit.; AREAN, Carlos Antonio: Ramón de Basterra, Cultura Hispánica, Madrid, 1953; ELIZALDE, Ignacio: «Ramón de Basterra y el mundo clásico», en Letras de Deusto, nº 27, diciembre 1983, pp. 47-66. DUPLA, Antonio: op. cit., p. 89.


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Pocos años antes de la marcha de Trajano a la Eterna Ciudad se había trasladado allí desde Córdoba el padre de Séneca con sus tres hijos. Séneca y Trajano representan la entrada en acción de España en los destinos de Roma. Cuando la sangre italiana testimoniaba cansancio, del Occidente español llegó el renuevo de entereza que en las letras y las armas obtuvo el decadente esfuerzo, a pique de ruina.25 Esta alusión a Trajano y a Séneca como adalides respectivos de las armas y las letras trae a la memoria un texto señalado entre la producción de los miembros de la Escuela Romana del Pirineo: El discurso de las armas y las letras de Pedro Mourlane Michelena26. En él no se habla de ninguno de los dos personajes clásicos, pero el clasicismo condiciona la visión de la I Guerra Mundial. Este es el acontecimiento que motiva y centra la obra. La aliadofilia de Mourlane se puede inscribir en el prolatinismo que comparten muchos aliadófilos del momento27. En El discurso de las armas y las letras la guerra tiene un valor estético e ideológico relacionado con el ideal clasicista presente en toda la obra. La epopeya imperial romana es un referente implícito que a veces se manifiesta con claridad. Así sucede cuando compara al militar francés Joffre con el dictador romano del siglo III a. C. Quinto Fabio. Tal como anuncia el título de la obra, el ideal de Mourlane (común a los escritores de su grupo) es la conjunción de armas y letras, de acción y pensamiento. En último término, Roma constituye un paradigma de ese ideal, ya que su imperialismo fue tanto bélico como cultural. Basterra habla de las victorias bélicas de Trajano en la Dacia rebelde, pero no olvida la pervivencia del sustrato latino en la lengua y en la lírica de aquellas tierras. El autor se complace en encontrar similitudes entre palabras, canciones populares y romances de España y de Rumanía. El recorrido por la historia rumana desde la conquista de Trajano hasta el siglo XX tiene la finalidad de mostrar cómo las sucesivas invasiones (húngaros, eslavos, turcos...) y los avatares históricos han relegado el sustrato latino al campesinado:

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BASTERRA, Ramón de: «Trajano y su obra», en DIAZ PLAJA, Guillermo (ed.): Papeles inéditos..., op. cit., p. 95 MOURLANE MICHELENA, Pedro: El discurso de las armas y las letras, Biblioteca de Amigos del País, Bilbao, 1915. Vid. DIAZ PLAJA, Fernando: Francófilos y germanófilos. Los españoles ante la guerra europea, Dopesa, Barcelona, 1972 y LITVAK, Lily: «Latinos y anglosajones. Una polémica de la España de fin de siglo», en España 1900. Anarquismo, modernismo y fin de siglo, Anthropos, Barcelona, 1990.


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Los acontecimientos dispusieron que este pueblo fuera por miles de años el campesino perpetuo. La aristocracia de propietarios de tierra levantada de su seno, que fue en el pasado su amparo y guía, perdió bastantes de las tradiciones afincadas en el suelo, conversando en sus estancias pulidas, aquí en húngaro y alemán, allí en griego, o en francés más tarde; más lejos en ruso. Fueron, en consecuencia, el montañés y el labriego quienes conservaron sus canciones, trajes y usos, las reliquias del pasado. En el fondo Rumanía es una perduración, en formas aldeanas, de la viejísima fundación trajana.28 Las últimas oleadas de invasores se han producido durante la Gran Guerra: los ejércitos imperiales alemanes, austro-húngaros, turcos y búlgaros. Llegamos así al segundo de los motivos por el cual Basterra defiende la importancia y la actualidad del emperador Trajano. El mismo ha sido testigo, durante su estancia como diplomático en Rumanía, de los acontecimientos que culminan en la unificación de Rumanía tras la I Guerra Mundial. Tanto en La obra de Trajano como en la conferencia describe el fervor con el que el pueblo rumano evoca al que considera su fundador y artífice primero de su unidad: Trajano. El poeta narra el modo en que los diplomáticos españoles son aclamados por la población cuando por fin Rumanía se ve unificada y libre de invasores: Aguardaban numerosos grupos de estudiantes; pasaron ante ellos, que los dejaron transcurrir en silencio, los poderosos representantes de los Estados Unidos, de Inglaterra, de Francia y de Italia; sólo al divisar a la representación de nuestra Patria prorrumpieron los grupos en entusiastas gritos de ¡Viva España!.29 Basterra considera a Sevilla, como a ningún otro lugar de España, la depositaria de este fervor nacido en el que fue el extremo oriental del Imperio romano. Y aunque reconoce que existe una «Calle de Trajano» en Sevilla, evoca por comparación una nación, encima de la península de los Balcanes, cuyo nombre es Rumanía, que apenas cuenta con una ciudad ni casi con una aldea que no luzca en una plaza, hotel o anuncio, el nombre de Trajano.30

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BASTERRA, Ramón de: «Trajano y su obra», en DIAZ PLAJA, Guillermo (ed.): Papeles inéditos..., op. cit., p. 104. op. cit., p. 105 op. cit., p. 96


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Con su disertación en Sevilla, Basterra pretende reavivar la figura de Trajano entre los andaluces. A ellos manifiesta, con su vehemencia habitual, las «gracias rendidas por haberle dado nacimiento».31 Termina de este modo una conferencia que sorprende al lector de hoy día por la visión maniquea de la historia rumana y romana. Basterra divide a los invasores de Rumanía en buenos y malos, civilizadores y bárbaros. Justifica la crudeza de la invasión trajana, y critica el resto de las oleadas. Es evidente que Basterra simplifica la historia. Pero a la luz de su obra en conjunto, se advierte que el poeta creía con pasión en las ideas históricas sobre las que escribe. Tanto es así, que en algunos momentos consigue transmitir su emoción ante hechos históricos pasados y presentes, y su cariño por unas «bellas y tristes regiones» que forman el que fue «uno de los países más desventurados de la Tierra»32. La causa de esa desventura no es otra que el haber sido alejado durante siglos de sus raíces clásicas.

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op. cit., p. 106 op. cit., p. 105


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Bibliografía

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ANONIMO: «Conferencia de Mourlane», El Liberal, 9.2.1919. «Una conferencia de Ramón de Basterra en el Ateneo de Sevilla», El Pueblo Vasco, 8.5.1921 «El primer colonizador español. Trajano y su fundación en Oriente. Conferencia de D. Ramón de Basterra», El Sol, 20.5.1921. AREAN, Carlos Antonio: Ramón de Basterra, Cultura Hispánica, Madrid, 1953. AREILZA, José María: «El Bilbao de Pedro Eguillor» en VVAA, La Ría que vale millones, Editora Bilbaína, Bilbao, 1957. BASTERRA, Ramón de: La obra de Trajano, Espasa Calpe, Madrid, 1921. Las ubres luminosas, Miguel de Maeztu Editor, Madrid-Bilbao, 1923 La sencillez de los seres, Renacimiento, Madrid, 1923 Vírulo. Poema de las mocedades, Renacimiento, Madrid, 1924. Una empresa del siglo XVIII. Los Navíos de la Ilustración, Imp. Bolívar, Caracas, 1925 (Reedición en Cultura Hispánica, Madrid, 1970). Los labios del monte, Renacimiento, Madrid, 1926 Vírulo. Mediodía, La Gaceta Literaria, Madrid, 1926. Las alas de lino, Editora Nacional, Madrid, 1941 Llama romance, Diputación de Vizcaya, Bilbao, 1971 DIAZ PLAJA, Fernando: Francófilos y germanófilos. Los españoles ante la guerra europea, Dopesa, Barcelona, 1972 . DIAZ PLAJA, Guillermo: La poesía y el pensamiento de Ramón de Basterra, Juventud, Barcelona, 1941. (ed.): Papeles inéditos y disperos de Ramón de Basterra, Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid, 1970, p. 96. DIEZ CANEDO, Enrique: «De Verlaine, considerado bajo el aspecto de buena persona», La Noche, 10.4.1924. DUPLA, Antonio: «El clasicismo en el País Vasco: Ramón de Basterra», en Vasconia, nº 24, 1996, pp. 81-100. ELIZALDE, Ignacio: «Ramón de Basterra y el mundo clásico», en Letras de Deusto, nº 27, diciembre 1983, pp. 47-66. LITVAK, Lily: España 1900. Anarquismo, modernismo y fin de siglo, Anthropos, Barcelona, 1990. MOURLANE MICHELENA, Pedro: Nuestros amigos los poetas, Bilbao, 1912.


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Ramón de Basterra en Sevilla

- El discurso de las armas y las letras, Biblioteca de Amigos del País, Bilbao, 1915. - «Comentario. Los Amigos del País», Hermes, revista del País Vasco, Edición facsímil, Idatz Ekintza, Bilbao, 1988, Tomo I, nº 1, 1917, pp. 2123. OLABARRIA, Juan: «Para una historia ideológica de la derecha vasca», en Cuadernos de Alzate, nº 15, octubre 1991, pp. 62-53.


Fichas bibliográficas Ramón Reig

- VV.AA.: Realidad y ficción en el discurso periodístico, Grupo de Investigación Análisis del Discurso Periodístico, Serie Comunicación, Padilla Libros Editores & Libreros, Sevilla, 1997, 176 pp. Textos de Manuel Bernal Rodríguez, Carmen Espejo Cala, María del Mar García Gordillo, Carmen Herrero Aguado, Felicidad Loscertales Abril, Felicidad Martínez-Páis Loscertales, Inés Méndez Majuelos. El análisis del texto discursivo periodístico aparece aquí desde distintas perspectivas en una aportación del mencionado Grupo de Investigación de la Universidad de Sevilla, dirigido por la profesora Carmen Herrero. El tratamiento informativo de una huelga de hambre llevada a cabo en Marinaleda (Sevilla), los recursos de ficción en el periodismo y la percepción plural de la realidad internacional, son algunos de los temas que se abordan.

- UTRERA, Rafael (Editor): Imágenes cinematográficas de Sevilla, Equipo de Investigación en Historia del Cine Español y sus Relaciones con Otras Artes, Serie Comunicación, Padilla Libros Editores & Libreros, Sevilla, 1997, 154 pp. En este libro, editado por el Equipo de Investigación en Historia del Cine Español y sus Relaciones con Otras Artes, de la Universidad de Sevilla, dirigido por Rafael Utrera, aportan sus trabajos Antonio Checa, Victoria Fonseca, Inmaculada Gordillo, Virginia Guarinos, Francisco Perales, Ana Recio, Enrique Sánchez Oliveira y Rafael Utrera. Su contenido gira en torno a las siguientes temáticas: Currito de la Cruz, La vida privada de don Juan,


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Fichas bibliográficas

María de la O, El frente de los suspiros, Los duendes de Andalucía, Sinfonía Sevillana, Malaventura, y Don Juan, mi querido fantasma. El tratamiento que recibe Sevilla en estos textos audiovisuales es la razón de ser de este estudio.

- QUESADA, Monserrat: Periodismo de investigación o el derecho a denunciar, Prólogo de Antonio Franco, Libros de Comunicación Global, Ed. CIMS, Barcelona, 1997, 200 pp. - VV.AA.: Estudios de Periodística VI. Número monográfico dedicado al Periodismo de Investigación, Sociedad Española de Periodística (S.E.P.). Presidente, Manuel Fernández Areal; Secretaria, Ofa Bezunartea; Editor, Alberto Pena Rodríguez, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Vigo/ Excma. Diputación de Pontevedra, Pontevedra, 1998, 204 pp. La profesora Quesada sigue en este libro su línea de trabajo relacionada con esta especialidad periodística. A anteriores entregas une ahora el contexto jurídico europeo y español que “afecta” al periodismo de investigación para después centrarse en el caso español desde los orígenes del periodismo de investigación en nuestro país hasta analizar casos concretos de diarios y revistas (El País, La Vanguardia, Cambio 16, Tiempo), para desembocar finalmente en la figura del free lance que personaliza en Pepe Rodríguez, quien ya en su día nos hiciera llegar también un libro muy práctico sobre la investigación periodística (Periodismo de Investigación. Técnicas y estrategias, Ed. Paidós, Barcelona, 1994), al margen de sus numerosos trabajos bibliográficos sobre temas muy concretos. La síntesis entre los enfoques académico y periodístico de Monserrat Quesada y Pepe Rodríguez es de una gran utilidad para sumergirnos en el conocimiento de esta materia. Uno de los últimos números de sus publicaciones lo dedica la Asociación Española de Periodística (SEP) al periodismo de investigación. Ponencias de Ofa Bezunartea y de Justino Sinova y comunicaciones de José Luis MartínezAlbertos, José Manuel de Pablos, Juan Maciá Mercadé, Juan Cantavella, Concha Edo, Fernando Martínez Vallvey, Daniel Martí Pellón, Mercedes Román Portas, Aurora García González, Alberto Pena Rodríguez y Fernando Redondo Neira, dan cuerpo a esta entrega que aborda las encrucijadas que


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rodean a esta especialidad periodística: la investigación y la filtración, las peculiaridades de este tipo de investigación, el reportaje como vehículo de la investigación periodística, las imprecisiones, el periodismo de precisión, y el análisis de casos concretos como el programa de TV Línea 900, entre otros temas. Ciertamente, los años 1997 y 1998 han sido pródigos en publicaciones sobre periodismo de investigación; se ha roto una “sequía” que veníamos padeciendo prácticamente desde la segunda mitad de los años 80. Y aunque ya hace también muchos años que el propio Martínez-Albertos, en coincidencia con otros especialistas, nos dijera que hablar de periodismo de investigación es una especie de redundancia por cuanto todo periodismo debe encerrar algún porcentaje de indagación, no está de más insistir en el análisis de este tipo de información que, como se sabe, distingue a un medio de comunicación de otro y nos lleva al verdadero periodismo o, si se prefiere, simplemente nos lleva al periodismo. Se trata de un periodismo que, por desgracia, no está demasiado extendido en España y que, si se hace con decisión y valentía, puede llevarnos a lo que el profesor De Pablos Coello, director de la revista Latina, presente únicamente en Internet y especializada en Comunicación, denomina “las cinco fases P”: Pista, Pesquisa, Publicación, Presión, Prisión.

- CAMINOS MARCET, José María: Periodismo de Investigación. Teoría y práctica, Serie Periodismo, Ed. Síntesis, Madrid, 1997, 256 pp. - DADER, José Luis: Periodismo de precisión. Vía socioinformática de descubrir noticias, Serie Periodismo, Ed. Síntesis, Madrid, 1997, 176 pp. El camino que desde un punto de vista bibliográfico abrieran sobre todo en los años 80 Monserrat Quesada y Petra Secanella, lo sigue José María Caminos Marcet en un libro muy completo dentro de la serie editorial que dirige el profesor Mariano Cebrián Herreros. Una acertada combinación entre conceptos, praxis (comprendida la fotografía y la imagen infográfica), aspectos judiciales y dinámica de trabajo del periodista investigador, caracterizan al libro de Caminos Marcet cuyo último capítulo termina precisamente donde va a empezar el libro de José Luis Dader: en el periodismo de precisición, lo cual demuestra la coherencia de la citada colección o serie bibliográfica. Si en España hablamos de periodismo de precisión rápidamente surge el nombre del profesor Dader quien ya en 1993 tradujo el libro clásico de Meyer,


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Fichas bibliográficas

Periodismo de precisión. Nuevas fronteras para la investigación periodística, Ed. Bosch Comunicación, Barcelona. En efecto, esta joven especialidad periodística comenzó tímidamente y ya ocupa titulares en las primeras páginas de diversos periódicos. Las bases del datos, el mundo informático en general, abren al profesional de la información unas perspectivas enormes para investigar diversos temas sociales. Las fuentes de información están ahí, la figura de la fuente oculta, de “garganta profunda”, que puso en circulación fundamentalmente el caso Watergate, en el periodismo de precisión no se da o apenas se da y, sin embargo, a través de él podemos desarrollar trabajos de amplio interés social, manejando estadísticas y cruzando datos para demostrar un hecho.

- LÓPEZ HIDALGO, Antonio: La entrevista periodística. Entre la información y la creatividad, Ed. Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1997, 176 pp. - LÓPEZ HIDALGO, Antonio: El sueño de las manzanas, Prólogo de Antonio Ramos Espejo, Serie Comunicación, Padilla Libros Editores & Libreros, Sevilla, 1997, 112 pp. Importante actividad editorial la del profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Sevilla, Antonio López Hidalgo en los últimos años. López Hidalgo, profesor de Redacción Periodística, ha ido abordando las diferentes formas en que se presenta ante el receptor el discurso periodístico, no sólo como estudioso sino también como periodista. De esta manera ha publicado tanto un libro de entrevistas a personajes muy conocidos del mundo literario (recopìlación de su actividad profesional en el campo del periodismo) en su libro La exactitud de la nostalgia (1990), como otro libro sobre la entrevista, el que aquí ahora se recoge. En 1996 ya había publicado otro estudio (de los escasos que existen en España) sobre Las columnas del periódico (Libertarias/Prodhufi, Madrid). El sueño de las manzanas es una recopilación de artículos aparecidos en las páginas del diario Córdoba.

- AGUILERA, Octavio: El proceso creativo, Ed. Fragua, Madrid, 1997, 112 pp. La misión del especialista en ciencias de la información es estudiar el arte y la creación en general como un proceso de comunicación. Esto es lo que


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da sentido a este libro de Octavio Aguilera quien se centra sobre todo en la creación literaria como un proceso de llegar a los demás e interaccionar con el receptor. Aguilera reivindica la utilización de la base documental por parte del investigador, algo que contribuye de forma decisiva a dar solidez y rigurosidad a cualquier texto investigador. Reflexión e investigación se mezclan en este trabajo.

- CASTELLS, Manuel: La era de la información. Economía, sociedad y cultura, 3 Volúmenes, Alianza Editorial, Madrid, 1997-1998. Vol. 1, La sociedad red; Vol. 2, El poder de la identidad; Vol. 3, Fin de milenio. Obra ya imprescindible que nos lleva hasta el siglo XXI y su sociedad de la información, ese supuesto gran negocio para unos y a la vez gran interrogante para otros en lo que a sus efectos socioculturales y económicos se refiere. Más de la mitad de la población activa de los Estados Unidos trabaja ya directa o indirectamente para el sector de la Información. En España llegaremos pronto al 50 por ciento. Y países hasta hace poco en órbitas tercermundistas como Tailandia ocupan en este sector al 15 por ciento de sus habitantes activos laboralmente. Castells ofrece una obra de acuerdo con los actuales enfoques interdisciplinarios, no podía ser de otra manera ya que la sociedad de la información se extiende desde el mundo financiero hasta los multimedia, desde lo militar a lo cotidiano. Esta es la novedad de nuestro momento histórico, la nueva fase histórica en la que el ser humano se ve obligado a controlar una sociedad red para evitar que sea controlado por ella. Castells lleva ya muchos años investigando a las sociedades complejas. En Andalucía fue muy importante su labor en el terreno de las nuevas tecnologías; diseñó, junto al profesor Peter Hall, el destino de los terrenos que iba a dejar libre la Exposición Universal de 1992, lo que se conoció como Programa Cartuja 93, un parque tecnológico que se uniría al de Málaga aunque el de Sevilla se pretendía que fuera puramente investigador de las nuevas tecnologías, en principio. Lástima que la coyuntura económica posterior al 92 originara que sus planes no avanzaran ni como él indicó ni al ritmo que se esperaba.


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- GÓMEZ Y MÉNDEZ, J.M. (Edición): Programas y revistas cofrades, Col. Pliegos de Información, núm. 6, Equipo de Investigación de Análisis y Técnica de la Información, Sevilla, 1998, 128 pp. - MANFREDI, Juan Luis y GÓMEZ Y MÉNDEZ, J.M. (Edición): La industria audiovisual en Andalucía en 1995-96, Col. Pliegos de Información, núm. 7, Equipo de Investigación de Análisis y Técnica de la Información, Sevilla, 1998, 168 pp. En Andalucía en general y en Sevilla muy particularmente la existencia e influjo de la Semana Santa originan una especialidad periodística clara: el periodismo cofrade. Los medios de comunicación, especialmente los escritos, mantienen todo el año secciones dedicadas a las novedades que van ofreciendo las distintas hermandades y cofradías, una actividad constante que se ha ido extendiendo a los espacios locales de radio y a las televisones locales. La Semana Santa no sólo es fuente de noticias sino de ingresos económicos. En este sentido el caso tal vez más paradigmático sea el del diario El Correo de Andalucía, cuyas promociones de objetos relacionados con la Semana Santa (láminas, videos, medallas, etc.), que podían y pueden adquirirse con el ejemplar del periódico, han supuesto que esta publicación llegara a ser en 1994 la de mayor crecimiento porcentual de España en lo que a diarios de información general se refiere. El inicio de las promociones de El Correo de Andalucía se constata como una novedad interesante incluso en las revistas especializadas en comunicación e información, como es el caso de Intermedios de la Comunicación. El Equipo de Investigación de Análisis y Técnica de la Información, de la Universidad de Sevilla, dirigido por el profesor José Manuel Gómez y Méndez, lleva ya una serie de años publicando libros sobre el tema de la información y el periodismo cofrade. El que aquí se recoge es el tercero de ellos, estando previstas dos entregas más en los próximos años, la última de las cuales ofrecerá las conclusiones finales de la investigación. Estos libros contienen una serie de capítulos donde pueden compararse reflexiones y estudios tanto de investigadores como de periodistas especializados en Semana Santa, de prensa, radio y TV. A ellas se unen otras de hermanos mayores de hermandades y cofradías y de autoridades municipales de Sevilla. Todas proceden de unas jornadas anuales en las que estos contenidos son puestos en común.Una amplia gama de documentación de la que extraer en un futuro las deducciones pertinentes.


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Por otro lado, el libro sobre la industria audiovisual en Andalucía en el bienio 1995-96, surge como una recopilación de textos presentados ante El Observatorio Audiovisual de Andalucía, unas extensas jornadas anuales que coordina el profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Sevilla, Juan Luis Manfredi, miembro asimismo del equipo de investigación antes citado. Aunque editado por este equipo, en el libro participan periodistas residentes en Sevilla y estudiosos de la información de la Universidad de Sevilla, como Joaquín Arbide, veterano periodista del mundo de la radio y la TV, o los profesores del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad, Periodismo y Literatura de la Universidad hispalense, Inmaculada Gordillo, Virginia Guarinos y Manuel Angel Vázquez Medel, además de la profesora del Departamento de Psicología Social, Felicidad Loscertales, entre otros. Los temas tratados son diversos, como puede suponerse: programass infantiles en Canal Sur TV, el doblaje en Andalucía, la radio en Andalucía en 1995, la sociedad cableada como principio de la democratización periodística, la narrativa radiofónica, el programa europeo Media II (1996-2000) y la distribución de programas andaluces, la producción cinematográfica andaluza, la RTVA y la industria audiovisual en Andalucía...

- ESTEVE RAMÍREZ, Francisco (Coordinador): Estudios sobre Información Periodística Especializada, Fundación Universitaria San Pablo C.E.U. Valencia, 1997, 156 pp. Profesores universitarios de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao y La Laguna, expertos en diversas materias comunicacionales, se han reunido en este libro coordinados por Francisco Esteve, profesor de Periodismo Especializado en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. La nómina es muy interesante: además de Esteve, Javier Fernández del Moral (Madrid), Mar de Fontcuberta (Barcelona), Juan Ramón Muñoz-Torres (Madrid), Serafín Chimeno Rabanillo (Madrid), Pedro Ortiz Simarro (Valencia), Carmen Herrero Aguado (Sevilla), María Pilar Diezhandino (Bilbao, actualmente ejerciendo la docencia y el decanato en Ciencias de la Información en la Universidad Carlos III de Madrid), José Manuel de Pablos Coello (La Laguna), Leopoldo Seijas (Madrid) y José Manuel Gómez y Méndez (Sevilla). Sin duda, el libro viene


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a lanzar explícita e implícitamente el mensaje de la necesidad de la especialización del profesional de la información, frente a tanto redactor polivalente que nos deja ver sus carencias profesionales con tanto campo de acción. Claro que en esto tienen bastante que decir no pocas empresas de la comunicación. De todas formas es evidente que el déficit en la especialización del profesional lo paga el periodismo en general y, en última instancia, la información y la formación del receptor. Este libro indica lo que debe hacerse para, al menos, paliar la situación.

- RUIZ ACOSTA, María José: Hispanoamérica en la prensa sevillana. El reflejo público de una crisis (1898-1914), Área de Cultura, Ayuntamiento de Sevilla, 1997, 336 pp. María José Ruiz Acosta es profesora de historia de la prensa y de la comunicación escrita en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Sevilla. Este libro supone su consolidación como investigadora, sobre todo, de la Historia del Periodismo, de la comunicación escrita y de la influencia de la prensa como elemento inductor y reflejo de opiniones sociales. La profesora Ruiz Acosta ciñe su trabajo a un marco concreto desde el que nos muestra diversos acontecimientos históricos según la visión proyectada por la prensa sevillana del momento: las relaciones culturales con Hispanoamérica, el trasvase migratorio, los contactos económicos, los contactos políticos con las excolonias, el peso de los Estados Unidos. Los capítulos III y IV se centran respectivamente en la imagen que la prensa editada en Sevilla entre 1898 y 1914 ofreció de Centroamérica y Sudamérica, en una desglose por países de ambas zonas realmente minucioso. El libro demuestra, entre otras cuestiones, la funcionalidad de la comunicación escrita respecto a los receptores de entonces, en este caso el lector de periódicos de Sevilla. El sevillano asumió los enfoques que de Hispanoamérica proyectaba la prensa que, por consiguiente, llegó a un alto grado de creación de opinión pública.


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ABRIL, Gonzalo: Teoría General de la Información. Datos, relatos y ritos, Col. Signo e Imagen/Manuales, Ed. Cátedra, Madrid, 1997, 352 pp. Gonzalo Abril nos demuestra una vez más y cómo ya hicieran otros estudiosos que la teoría de la información es la base, los cimientos sobre los que se asientan las ciencias de la información. Leyendo este libro el lector se ve sumergido en una vasta gama de opiniones que le van a obligar a llevar a cabo un notable esfuerzo sincrónico. El enfoque a la vez global y a la vez parcelado que ofrece el profesor Abril da como resultado un magnífico mosaico con imagen y sentido propios. Después, sentadas las bases del conocimiento teórico en Información, podrán llegar las ampliaciones, las derivaciones, de forma parecida, y admítasenos la comparación, al hecho de que los decretos y las leyes dejan paso a los reglamentos que desarrollan un punto esencial de partida. Más tarde podremos centrarnos en los mensajes de la información, en su análisis, en sus efectos, y en la estructura real de la información, así como en la economía politica de la Información y la Comunicación. Pero sobre el pilar básico que queda demostrado en trabajos como el que ha desarrollado Gonzalo Abril.

- FERNÁNDEZ AREAL, Manuel: La estructura democrática de la información, Diputación de Pontevedra, 1998, 176 pp. Perfeccionar la democracia en lo que se refiere a su transparencia y a la obligación que el poder político tiene de que los seres humanos vean cumplido su derecho a informar y ser informados. Este es el punto de partida del libro del profesor Fernández Areal. Comprobadas ya las falacias de las llamadas “democracias populares” e incluso de la “democracia orgánica” franquista, lo que procede en la actualidad es hacer poco a poco más transparente nuestra democracia. Puesto que, a nivel individual, comunicarse es una necesidad de los seres humanos y a nivel social entran en juego además unos derechos, la información y la comunicación deben ser especialmente cuidadas para que ese cuidado repercuta en un mayor desarrollo de la sociedad en la que se desenvuelven.


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- RAMOS FERNÁNDEZ, Luis Fernando: La profesión periodística en España (Estatuto jurídico y deontología profesional), Diputación de Pontevedra, 1997, 488 pp. Magnífico compendio de todo aquello que interesa a cualquier periodista. Desde el significado del periodismo hasta los códigos deontológicos, pasando por la historia del asociacionismo periodístico en España, la formación del periodista, los efectos de la empresa sobre el periodista y la ética profesional. Una obra que tiene detrás una investigación prolongada y de entidad. Sobre ella escribe el profesor Fernández Areal: “El profesor Ramos parte de la base de que toda profesión organizada requiere una titulación que garantice la profesional competencia; normas propias de conducta específicas y posibilidad práctica de exigir un comportamiento deontológica mente correcto”. Y añade: “Buena parte, por no decir todos los periodistas destacados del momento histórico en que vivimos, proceden de una licenciatura específica. Los que saben hacer periodismo, son licenciados. Lo que no excluye que otros que también hacen periodismo, no lo sean. Pero parece que la tendencia hacia la vinculación profesionalidad y titulación es cada día más clara, y entiendo que favorecerla es lo adecuado”.

- UNESCO: Informe mundial sobre la información 1997/98, Ediciones Unesco/Cindoc, Madrid, 1997, 416 pp. Siempre hay que agradecer que una entidad ponga a disposición del público un volumen donde se recogen numerosos datos sobre bibliotecas, archivos y otros servicios de comunicación en todo el mundo. Pero se advierte claramente en este informe que la UNESCO ya no es lo que era, que ha perdido capacidad crítica y se ha ido convirtiendo en un organismo que tiende a lo que hoy llamamos “lo políticamente correcto” en el seno del “nuevo orden mundial”. Porque, qué duda cabe, un informe mundial sobre la información debería contener muchos más elementos y posturas analíticas que las que en esta obra hallamos. La información es mucho más que los contenidos que se nos ofrecen en este caso. No vale la pena detenerse más en este lamentable informe.


ÁMBITOS. REVISTA ANDALUZA DE COMUNICACIÓN NORMAS DE PUBLICACIÓN 1ª. Los textos deberán ser inéditos. Se referirán a aspectos de la Comunicación en su más amplio significado en cuanto ciencia social interdisciplinaria. 2ª. El director y sus asesores valorarán su interés y podrán hacer cuantas sugerencias estimen oportunas a los autores. El director será el máximo responsable de la calidad de los estudios, reflexiones e investigaciones editadas. 3ª. La revista se sitúa en el ámbito del librepensamiento. Cada autor será responsable de los contenidos de sus textos. 4ª. Los textos de esta revista podrán ser libremente citados siempre que se indique de manera exhaustiva su procedencia. 5ª. La extensión de los artículos deberá ser de entre 15 a 20 páginas, escritas a 1,5 espacios y encabezadas por un resumen de no más de 100 palabras. La de las reseñas bibliográficas comprenderán, como máximo, 4 páginas. En los artículos se especificará título y nombre del autor con su procedencia y posición actual. Las críticas de libros deberán ir encabezadas por un título propuesto por el autor y, después, una referencia completa del libro: nombre del autor, título, editorial, ciudad, año y número de páginas. 6ª. Los textos se presentarán en castellano, inglés o francés, independientemente de la procedencia de sus autores. 7ª. Las colaboraciones deberán ceñirse al sistema de notas a pie de página y, en el caso de los artículos, podrá añadirse una bibliografía complementaria, todo ello sin sobrepasar el máximo indicado de 20 páginas. 8ª. Las citas de autores, títulos y páginas deberán expresarse: a) Con los apellidos en caja alta y el nombre en alta y baja. Los títulos de libros irán en letra cursiva; b) Los de artículos o capítulos de libros entre comillas. En este último caso, al capítulo entrecomillado deberán seguir el nombre del editor, coordinador o compilador del libro y su título en cursiva. La palabra “página” o “páginas” deberán indicarse mediante la letra p. o pp. Ejemplos: a) REIG, Ramón: El control de la comunicación de masas. Bases estructurales y psicosociales, Ed. Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1995, pp. 25-31 o, en su caso, p. 34. b) MORENO ESPINOSA, Pastora: “Esperpento: de la comunicación marginal a la oficial”, en VV.AA.: La expresión comunicativa, Eds. Asociación Cultural Gallo de Vidrio, col. El Desván, Sevilla, 1993, pp. 46-57.


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Normas de publicación

QUIRÓS FERNÁNDEZ, Fernando: “Estructura internacional de la información”, en EL-MIR, Amado José y VALBUENA DE LA FUENTE, Felicísimo (compiladores): Manual de periodismo, Ed. Prensa Ibérica/Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Barcelona, 1995, pp. 559-601. WOLF, Mauro: “Los emisores de noticias en la investigación sobre comunicación”, en ZER. Revista de estudios de comunicación, núm. 3, noviembre 1997, Servicio Editorial Universidad del País Vasco, p. 15. ITZCOVICH, Susana, y otros: El niño y la imagen. Video, cine, televisión, Pablo de la Torriente Editorial, La Habana, 1996. 9ª. No obstante lo anterior, se estima que el sistema de citas forma parte de la propia investigación y de la línea de trabajo del investigador, razón por la cual, a pesar de las preferencias mostradas, se aceptarán otras formas de citar los textos en los que se fundamenten los trabajos remitidos. 10ª Las colaboraciones se remitirán impresas en papel y almacenadas en diskette informático en los programas Word Perfect, Word para PC o Word para Macintosh. Podrán ser asimismo enviadas por correo electrónico a la siguiente dirección: mjruiz@pop.cica.es

Esta revista tiene carácter anual, aquella persona interesada en recibirla puede solicitarla a través de correo normal, fax o correo electrónico y le será remitida contra reembolso al precio de 1.000 ptas. más gastos de envío. Si se desean recibir otros números deberá indicarse en la misma petición.


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