Espadas y Escudos #9

Page 10

−Así es, hijo. Nuestro deber, como reyes de Tarsesh, es salvaguardar la paz en nuestro reino y nuestro cabello largo es la demostración evidente de todo lo que hacemos por ello. Cortar nuestro pelo le muestra a nuestro pueblo que vamos a pelear por ellos. Por su libertad. −Eso ya lo sé, papá, pero…−Sirh titubeó. −¿Qué ocurre, pequeño? −Estaba pensando… −No tienes que preocuparte por nada. Tu padre volverá sano y salvo antes de que tu madre y tú os deis cuenta de que me he ido. –Durkandar abrazó a su hijo tratando de infundirle confianza y valor. −Eso ya lo sé, papá. Eres el mejor luchador que conozco, no hay quien te venza. Es solo que he estado pensando en todo lo de la guerra y tu pelo… −¿Qué te preocupa, Sirh? −Pues… ¿qué ocurre si el rey de Tarsesh se queda calvo? ¿Cómo podrá dejarse el pelo largo o cortárselo? Durkandar sonrió y luego se echó a reír a carcajadas. La inocencia de su hijo pequeño no dejaba de fascinarle y sorprenderle. Le abrazó con fuerza y le besó la mejilla, aplastándosela. Con suerte, tal vez pudiera regresar a su hogar sano y salvo, junto a su esposa y su pequeño. Cómo agradeció en ese instante haber apartado de allí a su insidioso Srasta. No se atrevía a imaginarse cómo sería dejar el reino en sus manos. De repente sintió unas manos suaves como el marfil sobre su hombro, deslizando finos dedos sobre su nuca limpio de pelo. Su mujer, Lia, se había despertado. −Buenos días, querida. –Le saludó él. −¿Quieres aprovechar que está aquí nuestro hijo para que desayunemos juntos? Ella le susurró al oído: −Dile al niño que se marche. A él le tendré todo el día y también mañana. A ti te pierdo hoy y quiero gozar de tu tacto y tu roce una última vez. Cuando el príncipe hubo abandonado el aposento real, Lia y Durkandar se tomaron el uno al otro. Él con pasión animal, ella con delicadeza, como si estudiase cada rincón del cuerpo de su amado, cada movimiento que hacía. Grababa en su memoria cada beso, cada sabor que alcanzaba a su boca, cada olor que aspiraba. Ella le tuvo con ardor, sí, pero también con miedo, asustada de que fuese la última vez.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.