75 AÑOS DE MISIÓN EN ARJONILLA DE LAS RELIGIOSAS DE SAN JOSÉ DE GERONA

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75 Años de Misión en Arjonilla de las Religiosas de San José de Gerona Alfonso Rueda Nevado

En Arjonilla, aunque se cree que su fundación tuvo lugar

allá por el siglo XVI, al menos desde 1641, existe certeza de la existencia del Hospital de Santiago regido por un patronato, que asistía a los enfermos carentes de recursos y daba cobijo a los transeúntes, que tuvo su sede en los terrenos aledaños a la Ermita de Santiago (Revista La Ilustración de 22 de mayo de 1852). Según esta revista, era uno de los más antiguos de España, concretamente ocupaba el puesto 74º a nivel nacional y el 3º a nivel provincial.

A mediados del siglo XVIII por decisión del Sr. Prior, D. Cristóbal Castejón, se acordó trasladar el Hospital de Santiago a la calle de Las Parras, ocupando dos casas que habían sido donadas por Francisco Villar. A comienzos del siglo XX el hospital contaba con 9 camas (8 para el servicio ordinario y 1 para heridos) y tenía las siguientes instalaciones: Planta baja: portal de entrada, galería, oratorio, dos salas, despacho, cocina, 3 habitaciones para las Hermanas de la Caridad encargadas de los enfermos, jardín, corral, 2 letrinas y lavadero. Planta alta: galería repartidor, 2 salas para enfermos, las demás habitaciones encamadas todas en buen estado de conservación. Al finalizar la guerra civil, el edificio quedó muy maltrecho y carente de recursos y el Ayuntamiento procedió a su restauración.. En 1941 se instaló en este edificio del Hospital el Auxilio Social y el Centro de Alimentación Infantil “Gota de leche”, organización de socorro humanitario la primera, y la

segunda, lugar desde el que se trataba de afrontar el grave problema de las carencias nutricionales de los niños y niñas en unos difíciles años de la posguerra. Las obras quedaron finalizadas en los primeros días de 1943 acordando el Ayuntamiento en sesión plenaria del 15 de enero de ese año la instalación en el mismo de una Clínica Municipal.

Para poner de nuevo en funcionamiento el Hospital, el entonces Párroco, D. Luis Sotomayor García, y el Alcalde, D. Antonio Alcántara García, que conocían la labor que el Instituto de Religiosas de San José de Gerona venía realizando en la vecina localidad de Porcuna desde 1923, acuerdan dirigirse a esta institución solicitándole la formación de una Comunidad de Hermanas de San José para regir el hospital y una escuela de párvulos. Con fecha 5 de febrero de 1943, el Rector del Seminario de Jaén, Casto Martos Cabeza, amigo de D.Luis Sotomayor García (Párroco de Arjonilla) y de D. Antonio Alcántara García (Alcalde de Arjonilla) les envía un saluda para que les sirva de presentación ante la Madre General de las Religiosas

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de San José, Elena Campmol Freixenet. Ambos se dirigen por escrito solicitando que esa Institución se haga cargo del Hospital y la Madre General les responde que visitará el pueblo en marzo o abril. Con fecha 19 de marzo de ese mismo año 1943 el Alcalde y el Párroco dirigen sendos escritos a la Rvda. Madre Superiora de las Religiosas de San José, Elena Campmol, en respuesta a los anteriormente remitidos por ella. El primero de ellos en los términos siguientes: “Estimada religiosa en Cristo: Hemos recibido su atenta carta de fecha 10 de los corrientes, prometiéndonos, Dios mediante, dignarse venir por este pueblo a finales de este mes o a primeros de abril, noticia que nos llena de gozo cristiano, por lo conveniente que es, conozca V.R. la Fundación y vea lo estupendamente que ha quedado el Hospital y comenzar iguales reformas en la casa destinada a Colegio. Para cuando Vd. venga, esperamos haber adquirido lo preciso para la instalación de la Comunidad a fin de que, previa su visita, nos envíe sus meritísimas Hijas para que se hagan cargo del mismo y dirijan la adaptación del Colegio. Nos permitimos indicarle que nos anuncie el tren y el día de su llegada, con el objeto de que no falte el servicio a la estación y evitar que suceda como la vez pasada.” El contenido de la otra carta es el siguiente: “Venerable sierva del Señor: Sumamente reconocidos a su delicadeza, contestamos

conjuntamente las suyas de fecha 13 de los corrientes y procedemos a manifestar nuestros deseos a su Reverencia, ya que, según nos indica, no llegaron Vdes. hasta aquí, a pesar de encontrarse en esta estación de ferrocarril, por la falta de servicio que las hubiese trasladado, revés que lamentamos sobremanera y que no habría acaecido de tener conocimiento de vuestro viaje. Con lo conveniente que hubiese sido vuestro arribo hasta aquí, para que conocieran Vdes., el pueblo y mostrarles palmariamente cuanto le ofrecemos en la Fundación. El Hospital de Santiago de esta villa data de antaño y se administra por un Patronato integrado por nosotros dados nuestros cargos. Se sostiene con las rentas de su capital fundacional, subvención del Ilustrísimo Ayuntamiento y donativos particulares. Pudiendo ser admitidos cuando más unos diez enfermos, de donde con un par de religiosas creemos que es suficiente para dedicarse a esto, y el resto de la comunidad, podría consagrarse a la enseñanza, obra meritísima, a fin de recristianizar los hogares con la formación religiosa de las futuras madres, y en donde hallaría gran campo de acción por haber sólo tres escuelas nacionales de niñas en una población de 6.500 habitantes. También, si su construcción lo permite y lo creyeran oportuno, sería provechoso establecieran la vela domiciliaria de enfermos. Le ofrecemos en reconocimiento a los valiosos servicios cuanto precise la comunidad para su instalación, 5.000 ptas. anuales por la asistencia al hospital y el montarles el colegio con libre disposición de los honorarios que devengan las alumnas. Para ello contamos con la donación de casa amplia y capaz contigua al Hospital.

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Después de la liberación, aún no se ha puesto en marcha el Hospital, pues las hordas rojas en su espíritu de devastación lo destrozaron y despojaron de todo; ya , gracias a Dios, hemos recuperado sus bienes y las obras de albañilería, carpintería y pintura tocan a su fin, dilatando su inauguración por esperar hacerlo con Religiosas, por ser una verdadera pena con lo bien que está quedando, entregarlo a manos seglares. Restan adquirir algunos útiles y enseres que no se han comprado, a fin de que sean del gusto y agrado de Vdes., conocedoras mejores de su conveniencia. En consecuencia, nuestra intervención, como verá, va terminando y sólo resta que vengan y se hagan cargo del Hospital, con objeto de que funcione lo más pronto posible e iniciemos la adaptación de la casa para Colegio. Que Dios nos ayude en la redentora obra de llevar almas a su deífico Corazón e inspire y mueva a su Reverencia para decidirse a hacer tanto bien en este pueblo. Quedamos de Vd. afmos. en Cristo.” El 5 de mayo de ese mismo año, el Patronato del Hospital de Santiago en sesión extraordinaria acuerda la fundación de una comunidad religiosa para que lleve a cabo el funcionamiento del mismo, en la que también se produce la donación de la casa destinada a Colegio por el secretario administrador, Ignacio García Espejo, “que manifestó donar al Patronato la Casa que posee, marcada con el nº 4 de la calle Teniente Rueda, contigua al edificio ocupado por el Hospital, siempre que vengan religiosas, para que la destinen a Colegio u otros fines que sean de la voluntad de ellas. Seguidamente, tomando en consideración cuanto se lleva expuesto, se pasó a tomar las siguientes conclusiones: 1. Conceder a las Religiosas una gratificación de 5.000 ptas. cada año, por los servicios de su asistencia al Hospital. 2. Sufragar los gastos que lleve consigo la instalación de la Comunidad. 3. Realizar las obras precisas en la casa donada por el Sr. García Espejo, para adaptarla a Colegio y adquirir los enseres y útiles de enseñanza, precisos para que cumpla el fin a que se destina. 4. Las Religiosas podrán tener clases de pago, con cuyos honorarios ayudarse en el sostenimiento de la Comunidad y una clase gratuita de párvulos.” El 3 de junio se vuelve a enviar un nuevo escrito a la Rvda. Madre en el que se le expresa la urgencia de que se hagan cargo del Hospital cuanto antes: “Estimada Madre en Cristo: Con fecha 12 del pasado mes de mayo, nos dirigimos a Su Reverencia, remitiendo copia del Acta de la Sesión celebrada por esta Junta de Patronos, en la que se fijaban las condiciones que les ofrecíamos para la fundación y como transcurre el tiempo sin tener la inmensa satisfacción de recibir su deseada contestación, nuevamente nos atrevemos a dirigirnos a Vd. por si se hubiese extraviado nuestra anterior,

que le mencionábamos. Además, nuestra situación es violenta, pues teniendo terminado el Hospital para poder admitir enfermos, y presentándose continuamente casos de verdadera necesidad, que es preciso, en conciencia, asistir, va a ser imposible aplazar su funcionamiento, no obstante estar animados de no inaugurarlo hasta que vinieran sus Hijas. Por todo lo cual esperamos que, una vez aceptada la Fundación por la reverencia y por las Madres del Consejo, haga cuanto pueda por mandar a las Hermanas lo más pronto posible. Nuestros respetos…” El Párroco añadía de puño y letra lo siguiente: “Hago mías las manifestaciones de nuestro digno Alcalde y le ruego no demoren su venida, pues hace mucha falta por muchos conceptos.” El 9 de junio, la Madre Elena Campmol responde a los escritos del Párroco y el Alcalde, de fechas 12 de mayo y 3 de junio, aceptando la llegada de un grupo de religiosas a Arjonilla, dejando como fecha para ello el 28 de agosto, indicándoles no haber contestado antes por resultarles imposible llevar a cabo la fundación con la premura que se le pedía y que en principio tenían previsto realizarla a primeros del año próximo, pero vista su urgencia, habían acordado llevarla a cabo el 28 de agosto porque en fechas anteriores les resultaba imposible. El 14 de junio, el Alcalde y el Párroco acusan recibo de la llegada de este escrito a la Madre Superiora expresándolo a través del escrito siguiente: Venerable Madre en Cristo: Con cuánta satisfacción contestamos la suya de fecha 9 de los corrientes, por la santa alegría que sentimos al comunicarnos su reverencia haberse dignado aceptar la fundación en este pueblo; al mismo tiempo que les expresamos nuestra gratitud a sus desvelos por complacernos lo más pronto posible, así como nuestra conformidad en que lo sea el 28 del próximo agosto, de no poder ser en fechas tan señaladas como son: 25 de julio, festividad del Apóstol, patrón del Hospital, o 19 del mismo mes consagrado al Santo Patriarca. Con respecto a las condiciones que indica sería conveniente añadir, no las hemos consignado, dado que los gastos de alimentación de los enfermos, y los generales de luz, combustible, limpieza, etc. del establecimiento, son fijados en presupuesto anual que se confecciona a responder de los ingresos y que se eleva a la Dirección General de Beneficencia para su aprobación; si V. lo cree preciso, no tenemos inconveniente en remitirle copia del vigente. Para su conocimiento, nos permitimos decirle que la administración correrá a cargo de vosotras, aunque, si les parece, nominalmente figure el Sr. Ignacio a efectos del Patronato. En fin, en todo como a Vdes. mejor les parezca, aunque podría ejercer tal cargo la Superiora. Si viera qué bien ha quedado la Clínica de Beneficencia con sus enseres y útiles precisos que hemos adquirido con el

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donativo que nos ha dado el Sr. Gobernador. También ya se ha realizado la instalación eléctrica de todo el Hospital, ella a base de nuevo, con una profusión de más de treinta lámparas; pobre contador, lo que va a tener que andar. Faltan algunas adquisiciones, que no nos atrevemos a hacer para que sean de su conformidad y agrado, como ya repetidas veces se lo hemos manifestado. Si le parece a Vd. puede enviar alguna religiosa con anterioridad a la venida de la comunidad, para que precise lo que haga falta y facultamos a Vdes. para que lo adquieran en esa industrial región, que siempre será más fácil conseguir. Nuestro propósito es que cuando vengan no falte detalle. Al extenderse por el pueblo la noticia de vuestra efectiva venida, el pueblo se encuentra contento y jubiloso y nosotros no menos, que no sabemos cómo expresar nuestra gratitud a Dios Nuestro Señor que quiere proporcionarnos tan inmenso bien…” La respuesta de la Madre Superiora a la anterior misiva se produce el 7 de julio en la que se dice les es imposible adelantar la fecha y que por tanto “el día 28 de agosto, entre las 10 y 11 de la mañana, llegarán a esa dos Madres acompañando a las seis religiosas que han de formar esa nueva comunidad.” El acuerdo formal de llevar a cabo esta fundación fue tomado por las Religiosas de San José en sesión del Consejo celebrado el 9 de agosto en cuya acta queda reflejado lo siguiente: “1. Aceptar la fundación de una comunidad de nuestro Instituto en Arjonilla (Jaén) para encargarse del Hospital y dedicarse a la enseñanza de niñas y de párvulos en un Colegio contiguo, pero completamente independiente del Hospital, previa la debida autorización del Excmo. Sr. Obispo de Jaén. 2. Nombrar Superiora de la Comunidad del Santo Hospital de Arjonilla a la Hna. Ana Carvajal.” En respuesta a las solicitudes cursadas por el Alcalde y Párroco de Arjonilla por un lado y por la Superiora General de las Religiosas de San José, el 21 de agosto, el Pro Vicario General

de la Diócesis de Jaén, D. Rafael Castro Serrano, remitía a la Superiora General la licencia para llevar a cabo la fundación: “Tomando en consideración lo expuesto por los Sres. Cura Párroco y Alcalde de Arjonilla en su comunicación del 28 de abril, del año actual, y vista la instancia de 27 de julio último que Nos ha elevado la Rda. M. Superiora General de la Congregación de Hermanas de San José, Veladoras de enfermos, de Gerona, por lo que a Nos toca, concedemos nuestra especial licencia y autorización para que, por el tiempo de nuestra voluntad, pueda establecerse una Comunidad de dicha Congregación en el Hospital de Santiago, de la villa de Arjonilla, para hacerse cargo del cuidado de los enfermos del mismo y dedicarse a la enseñanza de niñas y de párvulos, previa la licencia del ministerio de Educación Nacional, en un local contiguo, por religiosas que se dedicarán, unas exclusivamente a la enseñanza y las otras al servicio del referido Hospital, esperando confiadamente que redundará en bien espiritual y material de los enfermos y de las niñas. Dado en Jaén el 21 de agosto de 1943.” Conseguidas todas las autorizaciones, en la fecha prevista, 28 de agosto de 1943, las religiosas llegan a Arjonilla. La Madre Ana Carvajal, escribe así la crónica de esta llegada: “El día 24 de agosto de 1943, salimos de Gerona en el tren de las 12 h., la Rda. Madre General Elena Campmol, la Madre Vicaria General Luisa Costa, la Hna. Antonia Algans y la Hna. Ana Carvajal, para dirigirnos a la población de Arjonilla, provincia de Jaén, con el objeto de fundar una nueva Casa que constará de un Hospital y un Colegio en el que habrá una clase gratuita para párvulos. El 25 llegamos a Madrid en donde pasamos la noche, y el 26, a las 9 de la mañana, tomamos nuevamente el tren que nos dejó en la estación de Villa del Río, en donde un coche correo nos condujo al pueblo de Porcuna. Allí encontramos a las Hnas. Ángela Caballé, Manuela Casado, Pilar Fernández y Teresa Fernández, hermana conversa esta última, designadas con las dos hermanas arriba nombradas, para la nueva fundación.

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El 28 de agosto, a las 10 de la mañana, salimos de Porcuna en coche y vinieron con nosotras, para regresarse el mismo día a su casa de Porcuna, la Madre Superiora, María Algans y las Hnas. Joaquina Brugué y Ángela Matabosch. Al llegar al pueblo, nos esperaban las primeras autoridades civiles y militares, el Sr. Cura Párroco D. Luis Sotomayor, el Sr. Alcalde D. Antonio Alcántara García, el Señor Coadjutor, los dos médicos, algunas señoras distinguidas y gran cantidad de gente de todas las clases sociales. Desde la residencia del Sr. Prior, o mejor dicho, desde la entrada del pueblo, y rodeadas por ellos y la multitud y acompañadas de música y repiques de campanas, fuimos conducidas a la Parroquia en donde, con exposición mayor del Santísimo, se cantó un solemne Te Deum, se rezó una visita al Santísimo y terminó la función con un amable saludo de bienvenida dirigido por el Sr. Cura a las nuevas religiosas, felicitándose él y el pueblo por la gracia que Dios les concedía de tener una comunidad religiosa en su seno, que vendría a ser un verdadero pararrayos que aplacaría la ira de Dios y exhortándolas a ellas a ser verdaderas representantes de Jesucristo. En seguida, y siempre acompañadas por esta comitiva, nos llevaron al Hospital de Santiago para darnos posesión y allí encontramos a la señora del Sr. Alcalde con otras señoras más que, sin duda, terminaban el arreglo de la casa y preparación de la comida. Después de haber recorrido todas las dependencias, desde el dispensario y el oratorio hasta las salas de los enfermos y las habitaciones preparadas

para las Hermanas, se retiraron dejándonos en nuestra nueva instalación. Todo lo encontramos bien arreglado y la despensa bastante bien provista. Los primeros días, los pasamos ordenando nuestras cosas, yendo a misa a la parroquia y haciendo nuestros rezos en el oratorio, en el que aún no teníamos el Santísimo Sacramento. El día 6 de septiembre a las 8 de la mañana, vino el Sr. Párroco a bendecirlo solemnemente, para lo cual habíamos engalanado lo mejor posible las dependencias, y de modo particular el oratorio. Asistieron las autoridades civiles y militares, el Sr. Alcalde D. Antonio Alcántara y todos ellos permanecieron hasta después de terminada la misa. La ceremonia estuvo muy hermosa, pues además de la bendición de la capilla, se bendijeron también las imágenes de San José, el Sagrado Corazón de Jesús y la Purísima Virgen María. Después, tuvo lugar la Santa Misa en la que las Hermanas cantaron y se nos dio la santa comunión. A las 11,30, el Rvdo. D. Casto Martos nos hizo la plática correspondiente al día de retiro, exhortándonos a ser verdaderas religiosas en la propia aceptación de nuestra manera de hablar, modestas en nuestras acciones, caritativas con los enfermos, de manera que seamos un verdadero ejemplo de Jesucristo para todos los habitantes del pueblo.” El 18 de octubre a las 6 de la tarde en el Hospital de Santiago se reúnen el Párroco, D. Luis Sotomayor, el Coadjutor, D. Antonio Rodríguez y las Hermanas que forman la

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Comunidad de Religiosas de San José de Gerona y se lleva a cabo el acto de erección del Viacrucis en la Capilla semipública del Hospital de Santiago, de cuyo acto levanta acta el Sr. Cura Párroco. Una vez establecidas estas seis hermanas en Arjonilla, comenzaron su actividad en el hospital a primeros del mes de septiembre. El siguiente documento nos muestra la Relación de enfermos asistidos e internos en el Hospital de Santiago desde primeros de septiembre de 1943 en que comienza a funcionar con las Religiosas, hasta el 31 de diciembre del mismo año, con expresión de la fecha de ingreso y de salida de los enfermos y número de estancias de cada uno. Está firmado por el Alcalde, Antonio Alcántara, como Presidente del Patronato que regía el Hospital y por la Religiosa, Hermana Antonia Algans como Secretaria Administradora. Con el número 1 como primer enfermo entrante en el Hospital figura Ignacio García Espejo, persona que a partir de ese momento quedaría ligado de por vida con el Hospital. En ese primer día de actividad, también ingresaron Francisco García Cruz y Ana Mª Garrido Peña. En este primer trimestre se aprecia en el documento que ingresaron 23 enfermos de los que 7 permanecían ingresados y con un total de 740 estancias en este período.

El 10 de enero de 1944 abrieron el Colegio contiguo al Hospital, con una clase de párvulos gratuita (50 alumnos) y dos escuelas de niñas de 35 alumnas cada una. Estas escuelas estaban ubicadas en una parte de casa y patio adyacentes al Hospital, por cesión de su propietario, Ignacio García Espejo, con la condición de que él comería en el Hospital. En 1970 dejaría toda la casa y pasaría a vivir al Hospital. El 6 de junio de ese año de 1944, el Hospital fue inaugurado oficialmente junto con el Colegio Público “Alfonso Lara” en unos actos que contaron con la presencia del Sr. Obispo, Inspector de Sanidad, Inspector Jefe de Distrito 1ª Enseñanza y que contaron con actos religiosos, bendición del edificio, entronización de los Sagrados Corazones de Jesús y María y un vino de honor. El Ayuntamiento acordó dar en ese día una merienda a los niños y limosna a los necesitados. El 8 de marzo de 1949, muere D. Luis Sotomayor García, en la Sacristía de la Iglesia Parroquial de la Encarnación, Viernes de Dolores, tras haber realizado la procesión de Ntra. Sra. de la Soledad y haber pronunciado con anterioridad en el púlpito las siguientes palabras: “Daría el corazón y la vida por la salvación de mi pueblo”. D. Luis deja en donación su casa sita en la calle García Mazuelo para que se utilice como colegio. Deja casa, jardín y huerto para establecer colegio de 1ª enseñanza, en usufructo y con la condición de mantener siempre una clase gratuita de párvulos y en caso de dejar el colegio pasar al Obispado. La casa legada por D. Luis es sometida a las correspondientes obras de adaptación para su uso como colegio, comenzando allí las clases en 1950. Las hermanas siguen viviendo en el Hospital a la espera de la adaptación de la zona de sus aposentos que se produce al año siguiente, 1951, cuando tiene lugar el desdoblamiento de las hermanas del Hospital y el Colegio. Al colegio fueron las hermanas Antonia Algans (superiora), Manuela Casado, Eugenia Fernández, Filomena Felipe y María Sánchez. Finalmente el colegio quedó con las correspondientes aulas y patio de recreo para los niños y niñas, dependencias para las hermanas y una Capilla. Del colegio podemos decir que supuso una gran aportación al pueblo de Arjonilla ya que cuando fue creado, la población arjonillera superaba la cifra de 6.000, con un censo de niñas entre los 6 y los 13 años superior a las 500. Recordaremos que en esos momentos sólo existían 2 escuelas

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públicas de niñas que como mucho acogerían un centenar de ellas. Por tanto, la gran población infantil de niñas se encontraba sin escuela, en torno a las 400, algo que siendo real nos parece casi imposible que esto estuviese ocurriendo en Arjonilla casi a mitad del siglo XX. Entonces, nuestras monjas aumentaron muy considerablemente la oferta del número de puestos escolares para las niñas arjonilleras. De este Colegio “San José”, o “de las monjas” como le llamábamos, podríamos decir muchas cosas. Allí pasé mis primeros días de colegio, sin duda inolvidables para mí, desde los 3 hasta los 7 u 8 años. Nunca olvidaré a las madres Manuela, Antonia, Jesús, y a otras que no me dieron clase como Eugenia y Delfina. También asistieron a este colegio mis hermanos y hermanas.

Guardo grandes recuerdos sobre la celebración del Domund, cada penúltimo domingo de octubre. Cómo recogíamos dinero con aquellas huchas de cerámica en las que estaban representadas las diferentes razas humanas, cómo olvidar aquel negrito o aquel chinito. El famoso y terrible cuarto de las ratas, aunque era un lugar que yo no solía frecuentar, que realmente era un cuarto para guardar algunas cosas y por ejemplo también para secar los higos. El mes de las flores. El olor de la verdura cocinada al pasar cerca de la cocina en las salidas al patio. Aquellos juegos en el patio, los poyetes del mismo. Los teatros de fin de curso, recuerdo que en uno de ellos hice el papel de Niño Jesús.

Las tablas de gimnasia de las niñas.

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Las excursiones llegaron para promociones posteriores y de mayor edad, los pequeños como mucho, puede que algún día nos llevaran a la Viña Garabata a coger arrezú. Las excursiones llegaron para promociones posteriores y de mayor edad, los pequeños como mucho, puede que algún día nos llevaran a la Viña Garabata a coger arrezú. En las fiestas navideñas también colaboraban en la Cabalgata de Reyes Magos con la participación de alguna carroza o representando el Misterio. La celebración de la Primera Comunión era un hecho muy destacado y celebrado en el Colegio, acudiendo también a la tradicional procesión en las que los niños portaban al Niño Jesús y las niñas a la Virgen de Fátima, tradición que aún se conserva en el pueblo.

El Colegio también fue el lugar donde en algunos años se celebraron Ejercicios Espirituales para mujeres, bajo la organización del Párroco, D. Fernando Caballero González. Cuentan que iban encantadas pues además del refuerzo espiritual que les suponía, eran para ellas días de descanso en los que además disfrutaban de la exquisita comida que les ponían las Hermanas.

En 1970, Ignacio García Espejo, que había donado parte de su casa para la instalación del Colegio contiguo al Hospital, realiza la donación completa de la casa y pasa a vivir al Hospital. En 1972, el Ayuntamiento realiza contactos con la Caja de Ahorros de Ronda para que la entidad bancaria tome a su cargo el hospital y lo convierta en Residencia de Ancianos. A las 12 de la mañana del 27 de enero de 1973 en el Ayuntamiento, se firma ante Notario la escritura de donación a favor del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda, del Hospital de Santiago, para que dicha entidad ponga en funcionamiento una Residencia de Ancianos, una Guardería Infantil y un Consultorio Médico. La entidad bancaria llevó a cabo reformas en el edificio para adaptarlo a los usos que se le iba a dar. Mientras duraron las obras, los enfermos que eran 5 ó 6 y las Religiosas, pasaron a vivir a una casa cedida por la familia García Morón. En abril de 1974, el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda pone en funcionamiento la Residencia de Ancianos “Sagrada Familia”. Las Religiosas de San José continuaron realizando su labor en esta nueva Residencia, ahora a cargo de la entidad bancaria, produciéndose también un cambio importante. Por decreto dado el 10 de abril de ese año por la Madre General, Julita Mínguez, se procedía a la fusión en una sola comunidad de religiosas las dos existentes hasta ese momento: “Por el presente decreto FUSIONA AMBAS COMUNIDADES y declara canónicamente erigida la nueva comunidad, sita en la Residencia de Ancianos, C/Teniente Rueda, s/n, ARJONILLA (Jaén), cuya actividad apostólica en adelante será el servicio a los enfermos y ancianos ingresados en la Residencia.” Esto suponía la supresión de la comunidad existente hasta entonces en el Colegio, pasando las Hermanas a vivir a la Residencia, lo que también permitiría poder ampliar las clases del Colegio en la zona habitada por ellas.

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A principios de 1976 se conoce la noticia de la decisión de las Religiosas de San José de proceder al cierre del Colegio. La noticia corre por el pueblo y se producen movimientos ciudadanos en contra de que esto se lleve a cabo, lo que se le comunica por escrito a la Superiora General de las Religiosas de San José que con fecha 11 de diciembre responde al escrito anterior afirmando que comprenden perfectamente los motivos que expone a favor de la permanencia de las religiosas en el colegio por lo que se muestran agradecidas, agradeciendo también toda colaboración tenida por las autoridades y pueblo de Arjonilla para con su comunidad. Y continúa diciendo: “Sentimos de verdad dejar la enseñanza en Arjonilla, donde hemos vivido treinta años tan íntimamente compenetrados con todos. A pesar de todo esto debemos repetir que ha llegado el momento de confirmarles definitivamente nuestra partida del colegio, al finalizar el presente curso. Creemos que después de haber hecho todos los esfuerzos imaginables hay que aceptar con humildad las circunstancias que la vida y la historia nos presentan. Pero en realidad no dejamos Arjonilla. En la Residencia quedarán las Hermanas prestando un servicio abnegado y humilde, y atendiendo las necesidades del pueblo en lo que permiten sus posibilidades.” Finaliza el escrito lanzando la siguiente súplica: “Pedimos con insistencia a todo el pueblo un esfuerzo de comprensión

para que en los largos meses que restan de curso, la Madre y las Hermanas encuentren en Vdes. un apoyo. Esto les permitirá superar el trauma que sin duda comporta el dejar algo muy querido, a lo que han dedicado toda su ilusión y esfuerzo.” El “colegio de las monjas”, denominación por la que era conocido el colegio, cerró en junio de 1977, por la escasez de personal religioso y por la disminución del alumnado, lo que limitaba el acceso a disponer de subvención. A partir de ese momento quedan sólo cinco hermanas en el Hospital. La casa, jardín y huerto pasan al Obispado que posteriormente procedería a su venta, pasando a manos particulares. En diciembre de 1995, UNICAJA, que era el nuevo nombre de la entidad bancaria que regía nuestra Residencia, decide proceder al cierre de la Residencia de Ancianos “Sagrada Familia”. La noticia causó en Arjonilla un fuerte impacto, pues se veía que se quería clausurar una institución que suponía un gran beneficio para la población y causaría un gran daño en nuestros mayores. Para que esto no se produjese, se llevaron a cabo muchas actuaciones, a nivel oficial y a nivel ciudadano que no dieron ningún resultado ya que el 31 de diciembre de 1997 Unicaja cierra la Residencia, los 70 acogidos en ella y la Comunidad de Religiosas salieron del edificio para posibilitar una remodelación del mismo, a partir de entonces a cargo del Ayuntamiento.

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y de Ángel Simón Serrano, anterior párroco. Actualmente la Comunidad de Religiosas de San José en Arjonilla está formada por cuatro hermanas: Mª Dolores Cisneros Pacheco, María Jesús Prieto Martínez, Encarnación Parra y Andrea Elena. Su dedicación en el pueblo está dirigida a la pastoral de la salud, como parte del equipo parroquial, forman parte del equipo catequético de comunión y confirmación y pastoral juvenil vocacional, apoyo y atención a personas mayores en sus domicilios, y ayuda para apoyar el proceso de muerte, tanto a pacientes como a sus familiares. El pueblo de Arjonilla a lo largo de estos 75 años ha recibido mucho del Instituto de Religiosas de San José de Gerona, pero también es verdad, que el pueblo de Arjonilla le ha dado a este Instituto un buen número de religiosas que han trabajado y trabajan en aquellos destinos que le han sido encomendados. Hermanas que ya han fallecido: Ana Mª Arenas López, Rosa Cañones Hernández, Dolores Carmona González, Dolores Chillarón Nevado, Soledad López Garrido y Luisa Nevado Carmona.

El 30 de enero de 2000, se abre de nuevo la Residencia, en este caso a cargo de una empresa por cesión del Ayuntamiento. Dos religiosas forman parte de la plantilla de profesionales de la residencia, las hermanas, Mª Jesús Prieto Martínez y Valentina Pinillos González. La hermana María Jesús Prieto, cesó como trabajadora de la Residencia en 2012, momento desde el que el Instituto de Religiosas de San José cesa su actividad en la atención de personas mayores en este lugar, primero como hospital y posteriormente como residencia de la tercera edad. En octubre del año 2000, la Comunidad de Religiosas de San José quedó establecida en una vivienda de su propiedad ubicada en la calle Alonso Coello, 19 1º. El día 31 fue bendecida la Capilla en el transcurso de una celebración eucarística presidida por Juan Herrera Amezcua, Vicario Episcopal, acompañado del párroco, José Antonio García Romero, - 29 -


Hermanas que viven actualmente: Sebastiana Alcántara Garrido “Nani”, Francisca Castillo Ortega, Josefina Ortega Zafra, Josefa Úbeda Gómez y Clara Varea Úbeda.

Fuentes consultadas: - Archivo Histórico Municipal de Arjonilla. - Archivo General del Instituto de Religiosas de San José de Gerona. - Archivo particular del autor.

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