Espinosa
Espinosa Mandujano
Mandujano Javier
![]()
breve sobre la escritura de un ChiapanecoJorge Chanona Cruz
Me formé como profesor y me he desempeñado en la docencia por muchos años; en ese trayecto, la lectura es una condición para cumplir con eficiencia y gozo las responsabilidades profesionales. Por eso para quienes hicimos del acercamiento a los textos escritos base de nuestra práctica profesional, y simultáneamente una tarea placentera de imaginación e inteligencia, la aparición en dos tomos de la obra del licenciado Javier Espinosa Mandujano, constituye una decisión espléndida que nos coloca en la oportunidad de disfrutar la creación de un intelectual que ha sabido recorrer con su escritura una amplia gama de temas y géneros: novela, cuento, poesía, historia, filosofía.
Imposible enumerar las notas destacables de una obra que ha consumido talento, tiempo de reflexión y de conversión a páginas escritas de quien más allá de sus capacidades, posee una cualidad, sin la cual el pensamiento no fructifica: Javier Espinos posee una envidiable disciplina espartana para el trabajo
intelectual. A propósito, señalo que conversar con el autor de las obras compiladas en los dos tomos de referencia, es una invitación a someterse a la aventura de bucear en las más diversas manifestaciones de la cultura. Cuando se le escucha es fácil identificarlo como un incansable de la cultura, pero no sólo es incansable, sino además es, poseedor de una envidiable lucidez para generar notables ideas en el campo del lenguaje, literatura, historia, filosofía.
Sólo un par de ejemplos: desde el recomendable acercamiento personal a Soledad que viene una de sus novelas, el lector disfrutará como aprendizaje, la recuperación exhaustiva y brillante que el autor hace del lenguaje campesino y de los comportamientos de los habitantes del valle en que se localiza Jiquipilas. Comportamientos en que se relatan conductas, formas de asumir las prácticas religiosas alineadas a la fe católica. Todo queda narrado como un mosaico en que patrones alimentarios de la cocina de la región, luz y sombras de la
iglesia de San Pedro, manías y obsesiones de la galería humana que puebla la novela, aparecen ante nosotros para exhibirnos un escenario remoto que embellece la nostalgia por nuestro pasado y nuestros antepasados.
Veo en la obra del licenciado Espinosa Mandujano, entre otras cosas un amor profundo por Jiquipilas, su pueblo y por su región de origen; pero sería injusto no destacar que ese amor se expande, trasciende y abraza las dimensiones de Chiapas. Y aquí es donde la obra del autor fusiona dos planos: su conocimiento de la historia y su pasión por Chiapas, su pasado y su destino.
Doy un segundo ejemplo, sin ánimo de dilatarme en un análisis de la obra histórica del autor: quiero sólo apuntar que los datos y reflexiones de su libro introducción a la idea y experiencia de la historia… representa un trabajo sólido para replantearse preguntas axiales, sobre nuestra compleja identidad de chiapanecos, surgida de lo que el autor define como archipiélago de etnias, lenguas, y regiones geográficas. El
trabajo sobre aclarar esa identidad que es una de sus líneas de desarrollo, busca diseñar caminos para construir la hasta hoy sólo deseada unidad que nos fortalezca como un pueblo de pueblos.
La gran diversidad de asuntos humanos que condensa la obra del licenciado Espinosa Mandujano es un ejemplo de entrega al trabajo intelectual y su publicación, un reconocimiento merecido a su autor. Felicitaciones al autor por estos dos tomos de su obra que significan muchas cosas para la cultura de Chiapas, entre otras, la concreción de un ejemplar trayecto en el campo de la educación y la cultura.
Finalmente me parece justo reconocer al Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, encabezado por el licenciado Carlos Morales Vázquez, haber hecho posible, con el apoyo del Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura, bajo la dirección del maestro Alfredo Palacios Espinosa, la edición en dos tomos de la obra del licenciado Javier Espinosa Mandujano.
Lunes 18 de marzo de 2024
Voy a iniciar mi participación comentando que se me hace difícil seleccionar y simplificar aspectos del pensamiento y la escritura de una persona preocupada por la investigación e interpretación del pasado, y de cómo se han construido diversas disciplinas sociales reconocidas como ciencias, al amparo de las relaciones de poder en el tránsito del hombre sobre la faz de la tierra. En su crítica a la Historia comenta: “La historiografía de nuestros días, y de la más consistente, ante la imposibilidad de recuperar nada de lo que ya desapareció y se convirtió en algo absolutamente inasible, presagia la forzosa desaparición de la historia, es decir nos advierte que sin la referencia a lo que aconteció antes, esa misteriosa y huidiza llama de vela quemada de manera irrevocable, nos quedamos sin nada, nada de lo que fue y sigue siendo el sueño de quienes gustaron volver los ojos hacia atrás, las espesuras que intentaron atrapar y que solo era un éter que se les iba entre las manos”. ( carta sobre la historia y los historiadores. 2018, pág. 44.). Javier Espinosa Mandujano nos hace un llamado a la revisión de los contenidos de la historia, porque él, ha encontrado muchas incoherencias en los diversos textos.
Considera de mayor preocupación la interpretación y comprensión de los acontecimientos históricos surgidos en el proceso de agregación de Chiapas a México.
Algunos datos tomados de sus obras señalan: “Entre abril de 1813 y agosto de 1821 han pasado ya más de ocho años. El temor a la gente armada que se mueve cercanamente a la divisoria con la Nueva España, ha invadido todos los estratos de la vida de Las Chiapas, la provincia centroamericana más vecina al territorio insurgente, en plena incursión social y política”. En 1813 está en efervecencia el movimiento de independencia de México, y se da un acontecimiento de lucha armada entre las fuerzas de Guatemala y la insurgencia de México cuando el cura Mariano Matamoros se inmersa en Tonalá para derrotar al coronel Dambrine a quien venía persiguiendo de Oaxaca. Dambrine pertenecía al reino de Guatemala y había cruzado la línea divisoria.
Los tonaltecos celebraban este acontecimiento, con una misa que ofició Mariano Matamoros.
Desde estos tiempos los grupos de poder de Las Chiapas que estaban en Ciudad Real (hoy San Cristóbal de Las Casas) y los acaudala-
Dr. Gilberto Aguilar Garcia
dos entre ellas las del grupo Santo Domingo y los Canónigos dueños de tierras y haciendas, se sintieron amenazados al sentir que el movimiento podía llegar a sus dominios.
Así el 28 de octubre de 1821 en Ciudad Real deciden enviar al Presidente de la Regencia de México Don Agustín de Iturbide la solicitud de agregación de Chiapas a México. Documento llevado por el presvitero y Diputado Pedro José Solórzano.
Al quedar sin efecto el Plan de Iguala también queda sin efecto la agregación de 1822, esta acción se fundamenta en el Plan de Chiapas Libre de Fray Matías de Córdova acordado con Don Joaquín Miguel Gutiérrez, Chiapas queda libre, sin embargo aposteriori tiene que definir su pertenencia a México o Guatemala.
Ya se ha dicho muchas veces que fue mediante un plebiscito que se define la agregación de Chiapas a México el 14 de septiembre de 1824 y también, no se ha dicho, la importancia de conocer más a fondo estos sucesos. Estos hechos bullen en el pensamiento de muchos chiapanecos debido a que en estos procesos se suscitaron diversos acontecimientos y toma de decisiones que favorecieron a quienes detentaban el poder e implantaron “verdades” que no correspondían con la situación social y las condiciones del pueblo Chiapaneco.
Esta agregación cumplirá 200 años el 14 de septiembre de 2024, investigar el proceso con mayor profundidad nos dice Espinosa
Mandujano es un continuo como tarea que tenemos los chiapanecos.
Siguiendo su producción, la pluma de Don Javier (así lo llamamos con mucho respeto los amigos que nos sentimos cercanos), se desliza para rememorar parte de lo que somos y nos da identidad al comentar la vida cotidiana de los chiapanecos, en donde también se señalan distancias y culturas que envuelven formas de pensar, sentir y vivir en determinados contextos; recordar pasajes propios de las comunidades rurales y de los pueblos como Xiquipilas que le permite combinar realidades con imaginarios.
En este ámbito literario la lectura de sus textos nos permiten gozar, ampliar o recordar: las costumbres, los paisajes, las relaciones sociales, mitos, ferias, así como la pureza en los lenguajes tocados en esa simbiosis de la palabra convertida en poesía, relato, cuento y filosofía.
Él se ha preguntado ¿Quién soy? ¿Cuántos soy? ¿cómo está conformada la persona que aparentemente puedo ser?. Estas interrogantes han sido formuladas a partir de la construcción y organización de las palabras, muchas de ellas incorporadas en las relaciones sociales y otras en el encuentro de las mismas que le han dado sentido a lo que dicen los textos, aunque no todo lo que digan sea verdadero. En este deambular de la palabra oral y escrita, las hay también aquellas que contradicen el sentido de las ya acumuladas como verdades, y estas otras al cambiar el paradigma y el sentido, cambian
también a las personas; a este debate nos invita Javier Espinosa Mandujano.
En “Carta sobre la historia y los historiadores”, nos comenta: “El historiador debe comenzar con el conocimiento de su si mismo, en su mismidad, su identidad y su transformación” y nos específica “de su naturaleza, digo yo, de recipiente, enlazadura, engranaje, eslabón, fábrica del dilatado e incógnito viaje de la especie humana, larguísimo proceso acumulativo - reproductivo y sedimentario que se da y ha venido dándose sobre la faz del mundo, con una unidad del microcosmos y macrocosmo...”.
La orientación viene siendo, tomar conciencia para la transformación iniciando con la nuestra, historiar la historia y alumbrarse con nuevos paradigmas e instrumentos metodológicos para deconstruir y reconstruir el conocimiento del hombre en su tránsito sobre la faz de la tierra.
En su obra literaria encontramos lo local y lo global, la polifonía recogida de otras personas y de sus textos que nos llevan a comprender diversos lenguajes y paradigmas que estimulan la lectura reflexiva y crítica; la estética creativa da luz a la imaginación, a los recuerdos y a los encuentros y desencuentros del ser humano en su proceso de desarrollo sobre la faz de la tierra; la riqueza de estas obras está en su diversidad, complejidad y rescate de la cultura en el sentido más amplio; el tratamiento de la vida cotidiana.
Diversas miradas de sus escritos los encontramos en los comentarios de quienes han tenido cercanía con Don Javier y con su legado literario. Darles lectura alimenta nuestra interpretación.
Como ejemplo: de la novela “Soledad que viene” Enoch Cansino Casahonda comenta: “ sería injusto encasillar esta novela como costumbrista. De eso no tiene nada. En su entramado subyacen pasiones y conductas del hombre de todos los tiempos, que la universalizan allende su entorno regional”.
Para culminar y haciendo alusión a la importancia e impulso que se esta dando a la cultura en este Municipio de Tuxtla Gutiérrez, debemos resaltar nuestro reconocimiento; en especial quiero señalar como un hecho de trascendencia, el apoyo a las publicaciones que hoy se presentan: las obras de Don Javier Espinosa Mandujano, editadas con excelente calidad.
Parte I
Don Javier Espinosa Mandujano (Jiquipilas, Chiapas, 1932), presentará su Obra Completa el 13 de marzo a las 19:00 horas en el Palacio Municipal de Tuxtla Gutiérrez. Hablar de él es referirnos a una de las principales voces de la vida pública de Chiapas: escuchado y respetado por intelectuales, artistas, académicos y políticos, su legado se extiende por más de seis décadas, desde antes de integrarse al Ateneo de Chiapas, ese núcleo de la vida intelectual de su época en el estado, convirtiéndose en el último en presidir este grupo de humanistas. Entonces propuso conceder el Premio Chiapas a Jaime Sabines, uno de sus caros amigos poetas, como Rosario Castellanos y Enoch Cancino Casahonda. Tambié guardó una relación de especial cercanía con Daniel Robles Sasso y Eraclio Zepeda, además de llevar-
José Natarénse bien con Juan Bañuelos y Óscar Oliva, en aquella época decisiva. Porque si bien, el hombre es sí mismo y sus circunstancias, no es menos cierto que las relaciones de afinidad creativa, artística, ideológica y espiritual cuando no determinan, al menos, dicen mucho de un perfil existencial e intelectual.
Obra de insólita conjugación de conjeturas y disertaciones de notoria erudición, la de Espinosa es apta para lectores diestros, con la pasión crítica que posibilita el establecimiento del diálogo. Y es en el tránsito de este puente de comunicación refigurada, en el que nos encontramos, de verdad, unos a otros, escritores y lectores en este texto que a la vez nos escribe, en esta palabra viva y esencial, toda vez que somos en tanto dialogamos, en tanto, nuestro ser, el lenguaje, interactúa con los otros, seres de lenguaje, también.
Ensayos que más allá del recuen-
to biográfico, zarpan a lo teórico y especulativo, en el imposible intento de asir la fugacidad de nuestro ser, en la ruta de las búsquedas del tiempo perdido y la captación de lo real, de los cuales la literatura, la palabra, son prótesis o sustituto. Es claro que la perspectiva histórica y la inteligencia interpretativa del jurisconsulto son elementos sostenidos a lo largo del pensamiento del autor.
Pero ¿Con hablar de nuestros más preciados ideales, del futuro de la civilización, de los bienes del espíritu y del fracaso y la barbarie cabalgante de los siglos? ¿Con quién hablar aquí, de la filosofía posmoderna, de la gramatología de la veladura en los versos del hermético Lezama? Don Javier me dijo un día, antes de recibir un reconocimiento en una Feria Municipal del Libro, en 2019: “¿Con quién hemos de hablar, si somos fantasmas? Si no somos -del todo- lo que apare-
ce frente al espejo”, en un arrobo de iluminadora sinceridad, pese al tono oblicuo, oracular del enunciado. Siempre en un ejercicio de tensión de la inteligencia, en un esfuerzo por ordenar y comprender lo más profundo de todo aquello que ocupa su interés, con la curiosidad y la inquietud epistemológica de aquel que se planta frente a la realidad y le cuestiona por los más diversos misterios de lo humano.
Esto, por supuesto, es apenas una aproximación muy general y una elaboración de impresiones sobre el escritor próximo a celebrar la presentación de su Obra Completa en dos tomos, publicada por el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez. Hombre de aspiraciones y conocimientos universales, pero de profundo arraigo y ocupado por los problemas de Chiapas, estado al que define como un archipiélago -con identidad fragmentaria- de manifestaciones desarticuladas, (¿aca-
Lunes 18 de marzo de 2024
so “islas de monólogos sin eco”?), una mera sinécdoque o fractal de la humanidad con los mismos diques que dividen a unos de otros, en el tránsito de nuestra especie sobre la Tierra.
El legado intelectual del escritor y pensador -en una práctica sui generis, exento de sistema, pero dotado de sabiduría y originalidad - se sitúa en paralelo al ánimo del hombre que ha puesto la voluntad en transformar la realidad de una región con la conciencia de las limitaciones que la naturaleza, la historia, la política y la economía han impuesto a Chiapas. Por una parte, el lector de Ranke, Collingwood, Thomson y Jenkins; de Platón y Aristóteles; de Rousseau, de Cervantes y de todo el Siglo de Oro, de Tomás de Cuéllar, de Víctor Hugo y Dumas, de Lezama Lima, de Borges, de Darío, de Paz, de López Velarde, que igual cita a Newton, a Russell y las apreciaciones de Minkovski sobre Einstein. Pero sobre todo a Marx, dada su formación en el Instituto Gramsci de Roma, como discípulo del profesor Ambrogio Donini, de la escuela marxista italiana, que impartía el curso Metodología para el estudio de disciplinas históricas con referencia a la historia de las religiones. La aptitud para cuestionar e interpretar las ideas de la historia han sido reconocidas por Antonio García de León y Enrique Florescano, signo clave del peso específico de su perspectiva en esa materia.
Por otro lado, el funcionario al servicio de la educación y que ha impulsado la promoción y difusión cultural, en diversas encomiendas oficiales, algunas de máxima responsabilidad en el estado de Chiapas: Titular de Educación en 1970, Subsecretario en 1978, Secretario de Educación en 1984, Director del Instituto Chiapaneco de Cultura, 1988 y Rector de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, que lo reconoció con el doctorado honoris causa en 2022. Es destacable el impulso que dio a la fundación de la UNACH, como integrante del Patronato Pro-Universidad, desde 1965, junto con D. Robles Sasso y el maestro Andrés Fábregas Roca, entre otros intelectuales. El proyecto de la Ley Orgánica de la Universidad fue aprobado por el decreto de fecha 28 de septiembre de 1974 y la institución entró en funciones el 17 de abril de 1975. El maestro Espinosa pronunció la arenga correspondiente durante el solemne acto de inauguración. Entonces precisó que, por el camino abierto por la
Javier
universidad, “se nos ofrece la manifestación de nuestra personalidad y nuestra identidad”, dos conceptos que permearán su pensamiento las próximas décadas.
Javier Espinosa Mandujano publicó, en la Revista ICACH -órgano de difusión cultural del Instituto, prolongación de la revista Ateneo“Los hombres y los perros”, ensayo dramático, comentado por Agustín Yáñez, de quien además fue secretario particular entre 1967 y 1970. La cercanía con el autor de Los sentidos al aire posibilitó el trato con Miguel Ángel Asturias y Rafael Alberti, ocasiones remembradas con encomio en las conversaciones que don Javier nos prodiga, en ese discurrir que es a la vez vertido como texto, como escritura traspasada por la orientación filosófica y la preocupación por la naturaleza del lenguaje, los límites expresivos.
En cuanto al índice de los dos tomos de la Obra, para hablar del total de la obra de Espinosa Mandujano, tenemos las novelas: Soledad que viene y Sobre la tierra; Los cuentos: Los arrayanes, Choboló, Verse en el espejo, El caso del compa Flor, La Contra, El General Castro, El extraño prodigio de doña Criselda, La voz del pueblo, Somnivus furtivus; el ensayo sobre poesía: Poética alacena; los poemas de Odas del Barquero, Los hombres y los perros; y los relatos: El gusto por Sabines, El arca eracliteana como ilusión de amor purificado, El memorable estreno de Arrivedeci Roma en Ciudad Real de Chiapas y la celeste desesperanza que lo acompañó. Además de los comentario y apuntes de sus críticos. Destaca el preliminar “La escafandra del tiempo”, que inicia con una disertación sobre el yo y lo otro en relación con el lenguaje que los vincula y escinde, a partir de El mono gramático del poeta Octavio Paz, para llegar al “Canto a una urna griega” de Keats, poema predilecto de Faulkner, como lo ha reafirmado en otra conversación en la que también encomió la genialidad de Marx para abordar los modos de producción asiática, para luego mostrarme una edición de El Capital traducido por el catedrático Manuel Pedroso, de 1931 y adquirida por él en 1951. Tremendo hallazgo que compartió con el que esto escribe.
El segundo preliminar es el “Discurso por una fantasía de carne y hueso”, recuento biográfico que
se desenvuelve junto con la evocación de las circunstancias históricas locales, hasta emplazarse con minuciosidad en momentos decisivos del siglo XVI en esta región del mundo, enfatizando la noción, arriesgada si se quiere, como toda idea novedosa, de chiapanequidad, que contrasta con la tónica global de nuestro tiempo y con la universalidad de su bagaje. El Discurso del Tomo II da paso a la Introducción a la idea y experiencia de la historia, Noticias del Archipiélago, Carta sobre la historia y los historiadores, y La caverna iluminada en la que vivo Más allá de los cuestionamientos de carácter conceptual, la obra de JEM nos ofrece imágenes de sensible reflexión:
“Un árbol creció entre todos los pueblos y les dio una sombra extensa. La intemporalidad de la obra del hombre. Fue y sigue siendo Chiapas, pueblo de andamios, de obra que se construye incesantemente, sobre los escombros que hemos de preservar hasta el porvenir. Eso es lo que forma su intemporalidad y su modernidad.
Lo importante es que el archipiélago que somos alienta una profundidad de percepciones, así, al mismo tiempo que permanecemos aislados nos hacemos únicos, nos escuchamos unidos, nos sabemos producidos por el mismo molde, originarios del miso manantial. Esta es la unidad que nació de la diversidad. Y si la diversidad debe significar libertad y autonomía, la unidad debe ser signo de solidaridad y razón. Porque somos en realidad un archipiélago de pueblos confinados, es cierto, pero alimentados de poderosos campos de
fuerza, que pueden ser, si así lo decimos, las máquinas que nos abran el camino a nuestra propia modernidad”.
El fragmento anterior de Noticias del Archipiélago nos permite observar una narrativa histórica y el intento por delinear el ser del chiapaneco desde la inacabada e inestable conformación de la geografía cultural. Libro de ritmos contrapuestos, correspondientes a los tiempos histórico y mítico, realidades que se enlazan en la cotidianidad de nuestro Estado. En él, la voz del autor se desenvuelve desde acontecimientos históricos, como la formación de los pueblos o islas de confinamiento de los nativos, asimismo la fundación de las primeras ciudades virreinales hasta una interpretación lúcida, distante del chovinismo ramplón, tan común entre meros aficionados a la historia y coleccionistas de datos.
Profunda lectura del devenir de la Provincia de las Chiapas, revisa con pertinencia los sitios donde la Iglesia y sus encomenderos, en la emergente y vasta diócesis, y en confabulación con los oidores, miembros del poder real, establecieron e impusieron con ultrajes de todo tipo, una visión y orden del mundo cuyas intenciones y consecuencias perduran en esta modernidad mestiza.
En este mismo tomo Obra Completa, el autor destaca la importancia, para la identidad de Chiapas, de: creadores de artes plásticas como Franco Lázaro Gómez y César Corzo; poetas como Efraín Bartolomé y Roberto López Moreno; y el escritor Alfredo Palacios Espinosa, quien -además de presentar la Obra Completa, junto a Bissael Pimentel y Ricardo Aguilar Garcíapuede considerarse como el mejor discípulo de don Javier, al asumir y poner en práctica el rigor, la excelencia y el sentido de responsabilidad, aspectos fundamentales del éxito de la gestión cultural institucional y requisitos indispensables de los educadores y funcionarios.
Enhorabuena por esta Obra Completa. Nuestra admiración y afecto al maestro Espinosa Mandujano, infatigable al dar testimonio de la marcha de su intelecto sobre la Tierra: “El tránsito, su encadenamiento, la necesidad de acontecer, de estar irrevocablemente instalados en el movimiento, ir hacia una finitud posible y hacia una infinitud ni conocida ni previsible, parecen ser las nociones más densas del paso del hombre sobre la faz del mundo”.
Preámbulo
Debieron pasar muchos años, muchos acontecimientos y reunirse varias circunstancias y voluntades para que convergieran dos tiempos: el tiempo de la creación y la escritura, que pertenece a una vida singular y prolija como la de don Javier Espinosa Mandujano, y el tiempo de la publicación de su obra reunida en dos tomos que abarcan todos los géneros literarios, así como el pensamiento filosófico del autor que, al ser de dominio público, forman parte ya del patrimonio cultural de Chiapas y allende las fronteras. Estos libros se inscriben en un tiempo transhistórico, en donde la percepción de la obra la realizarán otros seres que tienen y viven su propia historia.
Los textos reunidos en estos tomos fueron escritos en distintas épocas; sin embargo, no constituyen su obra completa. Don Javier no ha dejado de pensar y escribir sobre asuntos de la vida y la humanidad, de los tiempos que se fueron y los que están; del mundo posmoderno y del porvenir y del territorio en el que pasamos nuestros días, que por su complejidad fisiográfica, natural y humana es un enigma que nosotros, sus hijos y deudos, estamos obligados a percibir y resolver, expresa don Javier
Estamos frente a un recuento de sus reflexiones que son un caleidoscopio por el cual podemos asomarnos a los territorios de este complejo caudal de influjos, no sólo de sierras, montañas, volcanes, ríos como espinazos, ruido de la lluvia y el viento, de pueblos enterrados y piedra labradas
Los escritos de Don Javier navegan, fluyen y transitan por los contextos y tiempos que le han tocado vivir; hilando y tejiendo interpretaciones que incorpora a su existencia. Camina por la vida interpretando tiempos vividos o soñados, construyendo y deconstruyendo narrativas que nos presenta de forma estética. Nos comparte también sus indagaciones filosóficas sobre un mundo incierto.
Su pensamiento y sus escritos
Con motivo de la presentación de los tomos I y II de la Obra Reunida de don Javier Espinosa Mandujano, publicada por el Honorable Ayuntamiento de Tuxtla Gutierrez, a través
Florentino Pérez Pérez
del Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura en coedición con el Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, se me ha conferido el honor de hacer un acercamiento a los senderos de su trayectoria intelectual y al contenido de sus libros publicados.
En los textos se encuentra parte del itinerario de su pensamiento y las rutas por las cuales discurre su corpus narrativo. El tomo uno contiene novela, cuento, poesía, teatro y relatos, mientras que dos incluye historiografia, crítica social, territorialiedad y temporalidad, filosofía, cuestiones gramaticales y preocu-
paciones intelectuales, temas y enfoques que acompañan a don Javier en su tránsito terrenal y permean sus narraciones.
La geografia literaria en la cual se ubica su amplia creacion es diversa, tiene raíces profundas que afloran en distintos territorios y paisajes. Escribe don Javier: Chiapas, el territorio en que pasamos nuestros días, es por su complejidad fisiografíca, natural y humana, un enigma que nosotros, sus hijos y deudos, estamos obligados a percibir y resolver. Chiapas mi patria íntima… la mexicana mi patria grande a la que me vinculan poderosos en-
cadenamientos.
En su narrativa está el aroma del tiempo de Jiquipilas, donde nació en 1932 y el lugar de sus primeros años de vida; su paso por el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas en Tuxtla Gutìerrez, donde publicó a los 31 años (1963) su primera obra Los hombres y los perros, de la cual dice Agustin Yáñez “…(la) he leido atentamente y contiene, sin duda, muchos aciertos y desde luego son excelentes los materiales”; de San Cristobal de Las Casas, donde realizó estudios de jurisprudencia en la Escuela de leyes en la década de
Lunes 18 de marzo de 2024
los años cincuenta; ahí fortaleció su vocación humanista y su afición a la lectura de literatura, historia y filosofia. Al respecto recuerda don Javier: el grupo que emergió en San Cristóbal de Las Casas por los años 1956-57, fue fundamental. No ha habido en Chiapas, que yo sepa, un puñado de gente que tuviera un intercambio tan sólido y profundo como el que se dio ahí: Daniel Robles, Laco Zepeda, Rosario Castellanos, Jaime Labastida, Jaime Shelley, Oscar Oliva, Carlo Antonio Castro, Carlos Jurado, Héctor Ventura y un servidor, adquirimos un instrumental estético de raíz muy honda, que nos puso por encima de localismos y nos dio una noción planetaria de la vida y existencia del hombre; pero también de su estancia en la Ciudad de México, al lado de don Agustín Yáñez y la formación que tuvo en en Italia, su encuentro con las expresiones artisticas y culturales del Renacimiento y del humanismo de Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Estos son algunos referentes que fecundaron su pensamiento y, por supuesto, el Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, del cual fue y es un promotor fundamental, lo mismo que de las publicaciones de Carburo órgano del Centro Chiapaneco de Estudios del Tránsito Terrenal y Discursos del Hombre.
De la Revista del Ateneo dice don Javier que fue pensada como un instrumento creativo y unificador del pensamiento chiapaneco, que se vuelca sobre la situación general de Chiapas como archipiélago de pueblos con una curiosa y no entendida, menos explicada, identidad, una identidad misteriosa que no parece ser obra humana, o mejor dicho, que parece ser más confabulación de la naturaleza en todo su esplendido, duro y variado espesor ístmico que nos envuelve a todos, con un tráfico de mundos que van de un mar a otro, de una frontera a otra, de un amanecer a otro, abasteciéndonos de sombras azules o verdes, de la misma respiración del agua que viene del norte tanto como del sur
En los textos reunidos en estos tomos se dicen tantas cosas de gentes conocida y cercana, personajes que revelan sus propositos, hablan de manera ordinaria, hacen conjeturas y tambien alientan certidumbres. Los textos discurren por una realidad atávica habitada por seres silenciados y marginados del “progreso civilizatorio” que, sin embar-
Javier espinosa ManduJano
Del territorio en el que pasamos nuestros Días
go, mantienen viva la esperanza del porvenir.
Al leer los textos y penetrar en sus múltiples sentidos nos encontramos frente a un escritor de un pensamiento propio, original, en permanente movimiento, en acción y creación de escritos novedosos, profundos, nos invita a pensar e imaginar los tiempos pasados, presentes y por venir, son testimonios de estos y otros tiempos y territorios que generosamente nos comparte el autor.
En Introducción a la idea y experiencia de la historia con natural referencia a sucedidos de la vieja provincia de las Chiapas, Noticas del archipiélago, Carta sobre la historia y los historiadores y La caverna Iluminada en la que vivo, está presente su sólida formación intelectual y los aportes de los filosofos griegos, sobre todo Platón, Antonio Gramsci, Jacques Derrida, Robin G. Collingwood, Antonio García de León, Enrique Florescano, que define a la historia como las acciones de los seres humanos, al pensamiento para la comprensión de la humanidad.
En sus novelas Soledad que viene y Sobre la tierra, a decir de don Javier la construcción de una realidad ficticia, están resignificadas ideas de José Lezama Lima, y Octavio Paz; en su poética están Faulkner y Borges.
Cuando los chiapanecos hablamos de educación y cultura, es inevitable que hagamos referencia a don Javier Espinosa Mandujano, quien dedicó gran parte de su trayectoria profesional a la gestión educativa. Fue representante del gobierno mexicano en la Conferencia sobre Educación y Paz Internacional de la Unesco en París y fungió como secretario de la delegación de México en la Reunión de Expertos en Educación Superior, convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Valencia. A él se le debe el diseño de los cimientos del sistema educativo chiapaneco y la gestión de instituciones de educación básica, media superior y superior.
Dice don Javier: he sido un hombre afortunado. No sé cómo se abrieron puertas de tan cercana consideración y afecto de personajes fundamentales en mi vida. El mejor reconicimiento que podemos hacer a uno de los grandes intelectuales chiapanecos es leer su obra, que nos invita a pensar sobre nuestra identidad y los tiempos por venir.
Alfredo Palacios Espinosa
Este año, el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez que preside el Lic. Carlos Morales Vázquez acertadamente decidió publicar la Obra Completa en dos tomos del maestro Javier Espinosa Mandujano.
Don Javier es reconocido como un hombre sencillo, prudente y tranquilo, de pensamiento universal que ha dejado huella en el arte, la cultura y él quería ser político. Es un hombre de prestigio, disciplinado y comprometido, “como dice él”, con su patria íntima
Con sus actos a favor del bienestar común, principalmente en el campo educativo se ganó el aprecio, el afecto y la admiración de muchos chiapanecos y esta es la razón de que este acto que ha logrado gran asistencia vaya más allá de ser una simple presentación de sus libros, sino un acto de los amigos de don Javier.
Sabemos que don Javier (1932) es Jiquipilteco, que cursó su educación media en el (ICACH), y de jurisprudencia en la antigua Escuela de Leyes de San Cristóbal de Las Casas. Además de otros estudios profesionales en Italia. Que fue secretario particular del secretario de Educación pública, además se le ha dedicado a la educación de Chiapas.
Además, fue impulsor y fundador e integrante de la primera Junta de Gobierno de la UNACH, representante del Gobierno Mexicano en las Conferencia sobre Educación y Paz Internacional en la UNESCO en París, y secretario de la delegación de México en la Reunión de Expertos en Educación Superior, convocada por la ONU, en Venecia.
Que fue galardonado con el Premio Chiapas en Artes 2013. Con-
decorado con la Medalla al Mérito Ciudadano Joaquín Miguel Gutiérrez en 2021. Recibió el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas en 2022, de la que fue artífice.
Entre sus principales intereses, se encuentra la literatura, la historia principalmente la historia de Chiapas, la lingüística, la filosofía, el arte, la educación, el pensamiento estructuralista y posmoderno y la poesía mexicana.
Tiene un dilema, no quiere vender sus libros quiere que estén accesibles para todos por lo que ha decidido enviarlo a todas las bibliotecas del estado y de las universidades.
CONTENIDOS
Tomo I
Novela: soledad que Viene (Enoch Cancino y Sarelly Ruiz)
Sobre la Tierra (María Elena Grajales)
Cuentos: Sarelly, Consuelo González Pastrana, Miriam Grajales, Raúl Ortega
Poética Alacena y poesías varias, poemas de amor y olvido, Odas del barquero
Teatro: los hombres y los perros (Agustín Yáñez).
Relatos: A Sabines, Manuel /Cuellar Valencia cierto aislamiento.
Tomo II
Historiografía critica, territorialidad, filosofía, tiempo, realidad, etc. Introducción: a la idea y experiencia de la historia (Enrique Florescano/ Margarita Rojas/ Sonia de la Rosa.
Noticias del Archipiélago: (Bissael Pimentel)
- Carta sobre la historia y los historiadores (Ruth Castillo Castilla)
- La Caverna, laminada en que vivo
Lunes 18 de marzo de
Javier
De repente surge en el ser humano el deseo o la necesidad de escribir y dejar una huella en el tránsito de la vida. Así, de pronto brota el saber, las inquietudes filosóficas, el afán de comunicar, la urgencia de plasmar ideas, los modos y formas de expresarlo a través de la palabra; así emana la escritura de don Javier Espinosa Mandujano.
En su afán narrativo y descriptivo combina la filosofía del lenguaje con la cotidianidad de la existencia del ser. Su texto es denotación y connotación, es ejercicio literario de la metáfora y los símiles, es el juego con la imagen, el enigma, la visión, el mito, la alegoría, y el símbolo en el uso del lenguaje; es proceso onomasiológico y semasiológico de la comunicación humana, es decir, enunciación de la palabra e interpretación de su contenido, de su esencia. Su obra condensa filosofía, historia y literatura; y es, como él lo advierte: el tránsito del hombre sobre la faz de la tierra.
De la basta obra del eminente pensador chiapaneco, he considerado oportuno comentar un texto memorable: Noticias del archipiélago, obra que aborda hechos trascendentes de un escabroso pasado, reflexiona acerca de la falta de unidad de nuestros pueblos, cuestiona los procedimientos de subordinación política de nuestra entidad a los caprichos del centralismo, diserta con magistral sabiduría sobre vidas y acontecimientos presentes, rememora ámbitos, circunstancias y personajes notables.
El texto fue construido con una serie de ensayos que se van eslabonando uno tras otro, libre de leerse desde el principio, al final o a la mitad de la obra, símil a la técnica narrativa de flash back de la novela contemporánea inaugurada a principios del siglo pasado en Dublin por James Joyce con la publicación de Ulysses; en Paris por Marcel Proust con A la recherche du temps perdu; y en New Albany, Missisipi por William Faulkner con The sony and the Fury.
Los ensayos condensados en Noticias del archipiélago constituyen una compleja telaraña de acontecimientos, circunstancias y reflexiones del estado de cosas de este suelo chiapaneco. Con un lenguaje cuidado, sobrio, elegante y académico, el autor nos transmite su saber y sus experiencias, pero también su pesar, su malestar y sus preocupaciones.
La intrincada trama de acontecimientos y secuencias temporales entremezcladas enuncia la falta de integración de nuestros pueblos y denuncia los agravios, el despojo y el sometimiento del que han sido objetos durante varios siglos: “somos una larga historia de aislamiento, reclusión y marginalidad”, dice.
El ensayo que nomina El gran discurso por Chiapas es una magistral joya literaria, por donde se le juzgue, desde lo retórico, político o social; ahí, con rabia contenida afirma:
“
el gran vacío en la vida de nuestros pueblos es un vacío político, es decir, de inexistencia, de relaciones que normalmente sirven para construir acuerdos entre parajes, aldeas, pueblos y ciudades. Por esto nuestra provincia no ha tenido vida colectiva. Somos un archipiélago de pueblos incomunicados entre sí, por más cerca que estemos unos de otros”.
Sobre los pueblos originarios cuestiona y denuncia una gran verdad histórica, las causas de inestabilidad, rupturas, choques, expulsiones y resentimientos entre las comunidades indígenas y sostiene:
“…avisoramos de manera más inmediata dos circunstancias; primero el impacto sobre el mundo indígena de poderosos, recurrentes y sectarios fanatismos religiosos, introducidos por agentes de los fundamentalismos protestantes que han trabajado la región por lo menos desde la instalación en Chiapas del Instituto Lingüístico de Verano, a finales de la década de los treinta del siglo pasado y segundo, al estado histórico de marginalidad y abandono, con todas sus implicaciones y secuelas, en que las comunidades indias han vivido en los últimos cinco siglos”.
NOTICIAS DEL ARCHIPIÉLAGO también es un libro evocador, lleno de recuerdos, de reminiscencias, de nostalgias. Acerca del río Sabinal nos dice: …cuántos recuerdos nos puede traer evocar algo tan hermoso, los que hemos vivido muchos años hemos sido testigos de la soberbia vegetación, de los ríos y arroyos con grandes caudales que existieron aquí y que poco a poco se fue extinguiendo, a pesar de los esfuerzos de hombres probos y amantes de la naturaleza como don Miguel Alvarez del Toro, por ejemplo; y ¿qué hacemos los chiapanecos para revertirlo? ¿Si nosotros no cuidamos nuestro hogar, nuestro Chiapas, si no concientizamos a nuestra gente ¿quién lo hará? Son algunas de las reflexiones que se leen entre líneas en este compendio de ensayos.
Los acertados comentarios sobre la obra de Paco Chanona, Jaime Sabines y Eraclio Zepeda sirven de pretexto para que Don Javier nos revele su conocimiento y placer por las letras: están presentes en sus comentarios a la obra literaria, nombres ilustres como José Lezama Lima, Julio Cortázar, Her-
bert George Wells, Carlos Fuentes, Milan Kundera, Alejo Carpentier y Gabriel García Márquez, entre otros; pero también están presentes nuestros grandes poetas y escritores chiapanecos: Emilio Rabasa, Rosario Castellanos, Rodulfo Figueroa, Armando Duvalier, Enoch Cancino, Elva Macías.
Don Javier Espinosa Mandujano es un hombre leal y generoso; no olvida a sus maestros, a sus contemporáneos y amigos; la evocación que hace a Don Miguel nos revela que la amistad, la gratitud, el respeto y la admiración no tienen nombre o apellido.
“¿De dónde vino a la tierra este amoroso navegante que fue don Miguel? ¡Don Miguel, don Miguel, cuánto lo extrañamos ahora! Se nos fueron don Fernando, el maestro Albores, el maestro Fábregas y el maestro Agripino, y ahora usted, don Miguel, deja un vacío inconmensurable”.
El discurso por don Samuel León Brindis, es una excelente pieza retórica, del que retomo una bien lograda expresión filosófico-literaria: “El hombre viene armado para luchar contra su pequeñez y debilidad; alguien lo dotó con la fuerza de su razón, de su sensibilidad, de su valor y generosidad”
De don Samuel León Brindis nos dice:
“el pragmatismo de don Samuel fue un pragmatismo humanizador… creo que en eso fundaba el doctor León su estricto ejercicio del poder político, y una profunda comprensión del valor de la ley como una norma de conducta que nadie puede violar sin poner en riesgo el patrimonio que todos hemos venido enriqueciendo con grandes esfuerzos, y que identificamos de manera simple con el nombre de bien común”.
Noticias del archipiélago es un libro que invita a ser leído no sólo por su valor literario, sino por su profundo contenido humanístico y social que encierra a lo largo de sus 148 páginas, escritas con claridad, precisión y elegancia.