Papiro Edwin Smith y Papiro Ebers

FUENTES HISTÓRICAS II TEXTOS MÉDICOS CLÁSICOS Alejandro Gómez Beta

SUMARIO DEL TRABAJO 1.

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INTRODUCCIÓN CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DE LOS TEXTOS MÉDICO-CIENTÍFICOS ANÁLISIS DE LOS TEXTOS ESCOGIDOS CONCLUSIONES AUTO-RESUMEN DEL TRABAJO

HISTORIA DE LA MEDICINA

1. INTRODUCCIÓN PLANTEAMIENTO Y OBJETIVOS DEL TRABAJO Los textos médicos clásicos que hemos escogido han sido los Papiros de Edwin Smith y Ebers, como ejemplos de documentación sobre los sistemas médicos del pasado, concretamente, pertenecen a la medicina egipcia. En base a ello, nos hemos planteado como objetivo principal, conocer tratamientos para heridas de guerra, así como, los conocimiento anatómicos del Antiguo Egipto, debido al gran interés que despierta en mí esta cultura tan arcaica y a su vez tan evolucionada médicamente y que supuso a una secesión decisiva con las sociedades prehistóricas.

Es de especial relevancia marcar que, pese a ser fuentes históricas tan antiguas, sus conocimientos han servido de fundamento para la medicina posterior y, pese a que actualmente las prácticas que, en estos documentos se ponen de manifiesto, estén desfasadas, es importante tener conocimiento sobre la medicina de esa época para poder comprender su evolución a lo largo de la Historia de la Humanidad.

MATERIAL Y MÉTODOS UTILIZADOS Para llevar a cabo el estudio, hemos analizado, como ya he introducido anteriormente, unos textos sobre el sistema médico egipcio.

Los textos a analizar han sido el Papiro Edwin Smith (1) y Papiro Ebers (2)1.

(1)

(2)

PARTES DEL TRABAJO En primer lugar hemos realizado una introducción sobre nuestro propósito y todas aquellas fuentes materiales que vamos a necesitar para llevar a cabo el estudio. Después, llevamos a cabo una contextualización histórica de los textos médico-científicos explicando, también la historia conocida de los textos de estudio, así como unas generalidades sobre la situación de la medicina en el Antiguo Egipto.

A continuación, llevamos a cabo un análisis, fundamentalmente interno, de los textos escogidos y un resumen de su contenido. A partir de aquí sacaremos las conclusiones pertinentes. Y, para finalizar haremos un auto-resumen del trabajo que hemos llevado a cabo. Sin olvidarnos, claro esta, de las puntuales referencias bibliográficas a pie de página.

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López Piñero, J.M. (1973) Medicina, historia, sociedad. Antología de clásicos médicos. Barcelona, Ariel.

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HISTORIA DE LA MEDICINA

2. CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DE LOS TEXTOS MÉDICO-CIENTÍFICOS En el Egipto Faraónico, lugar clave de nuestros textos a analizar, preservar la existencia y la salud del Faraón venía ser una necesidad vital. Con tal fin, un conjunto de sabios trataba con medios mágicoreligiosos para protegerlo de las enfermedades o de la magia enemiga. El lugar de reunión de estas disciplinas era el per-ankh (la Casa de la Vida), cerca de los grandes templos. En este per-ankh se recopilaba el conocimiento de la curación y también el arte de la momificación, sumándose a todo ello la escritura jeroglífica.

Este lenguaje escrito tenía como fin conseguir salvaguardar las tradiciones orales y la experiencia de los más sabios, junto con los contenidos mágico-religiosos del pensamiento médico de la época. Además, pervivió con un auge esplendoroso durante cuarenta siglos, durante los cuales fue evolucionando, y con él también se desarrolló la medicina2.

Nuestro conocimiento de la medicina de esta época faraónica se limitada a las narraciones hechas por eruditos de la Grecia Clásica como Heródoto o Estrabón, hasta que llegó a nosotros la traducción de gran cantidad de papiros médicos, entre los cuales nos hemos interesado por el de Ebers y el de Edwin Smith.

Estos dos papiros fueron escritos en su forma presente entre los siglos XX y XV a.C., pero, muy posiblemente, sean copias de originales muy anteriores.

Más concretamente podemos decir que, por un lado, el Papiro Ebers fue redactado cerca del año 1550 antes de nuestra era; está fechado en el año octavo del reinado de Amenhotep I, de la dinastía XVIII. Fue descubierto entre los restos de una momia en la tumba de Assasif, en Luxor (Tebas), por Edwin Smith en 1862. Fue comprado, a continuación, por el egiptólogo alemán Georg Ebers, que llevo a cabo su traducción (junto con L. Stern). Se conserva actualmente en la biblioteca universitaria de Leipzig (Alemania).

Mide nada menos que 20’25 m de longitud y 30 cm de anchura y está escrito en 108 columnas de entre 20 y 22 líneas cada una. El tratado está dividido en 877 secciones, en las que se prescriben tratamientos para numerosas enfermedades.

Constituye la base de lo que sabemos sobre medicina egipcia. Fundamentalmente, revela un gran saber médico y fisiológico. Como curiosidad decimos que está escrito en un solo carácter de letra, excepto unas pocas líneas de un calendario en el verso, fechado en el ya comentado reinado de Amenofis I (o Amenhotep I).

Por otro lado, el Papiro Edwin Smith, que está redactado en escritura hierática (escritura que permitía a los escribas del Antiguo Egipto escribir de forma rápida, simplificando los jeroglíficos cuando lo hacían en papiros) también data de la Dinastía XVIII de Egipto o principios del segundo período intermedio (alrededor de 1550 a.C.). Aunque, en realidad, se remonta a cerca de 5.000 años3.

Mide unos 468 cm de largo por 33 cm de ancho, y está formado por 17 páginas con 377 renglones en el anverso y 5 páginas con 92 renglones en el reverso4.

Ghalioungui, P. (1972). La medicina en el Egipto faraónico. En: Historia Universal de la Medicina, vol.1. pp. 95-124.

López Piñero, J.M. (1973) Medicina, historia, sociedad. Antología de clásicos médicos, Barcelona, Ariel.

4 Llorens, Paleopatología, p. 320.

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El autor del documento original es desconocido y es probable que se trate del denominado "El libro secreto del médico". Sin embargo, se ha considerado como probable que el autor haya sido Imhotep el médico y arquitecto de la pirámide de Djoser. El que lo escribió, es decir, el primer escriba, usaba la terminología arcaica propia de ese período. El segundo escriba, hace la copia del original durante "El segundo Período Intermedio" (1700 a.C.), el cual coincide con la conquista de los Hicsos. Este segundo escriba es el autor de la copia que conocemos como "Papiro de Edwin Smith", pero desafortunadamente dejó el documento inconcluso5.

En la época moderna, Edwin Smith (egiptólogo norteamericano) adquiere el papiro en Luxor (1862) de un comerciante que lo encontró en una tumba de Tebas. A su muerte en 1906 el papiro fue entregado a la New York Historical Society, y en 1930 fue publicado con una traducción y comentarios por el Oriental Institute de Chicago gracias al egiptólogo Breasted.

Por tanto, tenemos un dualismo de la medicina en el Antiguo Egipto. El paso de la superstición al enfoque científico de la enfermedad. Reflejo de ello son el Papiro de Ebers, como una amalgama recetas, encantamientos, cirugía y diagnóstico, frente al Papiro de Edwin Smith, ausente de misticismo y expositor de la medicina científica-racional.

3. ANÁLISIS INTERNO DE LOS TEXTOS ESCOGIDOS PAPIRO EDWIN SMITH En el papiro Edwin Smith hemos encontrado un solo vocablo de significado dudoso:

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Hilas: Hebra que se sacaba de un trapo de lienzo, y servía, junto con otras, para curar las llagas y heridas6. En el contexto aparece: “No la vendarás, ni le pondrás hilas hasta que conozcas que ha alcanzado un punto decisivo”.

Con respecto a los datos que hemos encontrado en el texto. La mayoría de ellos han sido recogidos por observación, puesto que en este fragmento del papiro se trata el empirismo quirúrgico del Antiguo Egipto. Además, tenemos que recordar que no contaban con el método científico que hoy conocemos en nuestra medicina moderna. Entre estos datos, podemos citar:

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Herida abierta en la cabeza que penetra y rompe el cráneo, dejando el cerebro al descubierto.

Se trata de un hecho recogido por observación.

Fractura semejante a los pliegues que aparecen en el cobre fundido. Se trataría de un dato recogido por observación.

Fractura que cede bajo los dedos como “la parte débil de la coronilla de un niño antes que se suelde”. Se trata, de nuevo, de un dato recogido por observación.

Sangre por las fosas nasales. De nuevo, sería un hecho recogido por observación.

Rigidez a nivel del cuello. Finalmente, tendríamos también otro un dato recogido por observación.

Como podemos ver, todos los datos reflejados en este fragmento de texto son observacionales puesto que uno de los rasgos de las medicinas arcaicas (como en este caso la medicina faraónica) son, siempre, medicinas observacionales. A penas habían datos recogidos por experimentación.

5 6

Breasted JH. The Edwin Smith surgical papyrus. Chicago (Illinois): The University of Chicago Press; 1930.

Real Academia Española (2001) Diccionario de la lengua española, 22.ª edición. Madrid: Espasa Calpe.

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Por otro lado, en el documento tenemos una serie de hipótesis, o más bien explicaciones creenciales:

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Frente a este examen exploratorio, no es posible curar el traumatismo (“Dirás acerca de él: una enfermedad que no es posible tratar”)7. Se trata de una explicación empírico-creencial para esta herida (de guerra). Otra característica más de las medicinas arcaicas.

Untar la herida con grasa (“Deberás untar esta herida con grasa”)7. En este caso tendríamos un ejemplo formidable de creencia para el tratamiento de heridas, pero en este caso, no es un tratamiento religioso, sino quirúrgico, utilizando materia médica animal (como también se empleaban en otras ocasiones miel, leche, cera…).

No hay que vendar la herida ni hacer la sutura hasta no conocer el límite máximo de la misma. (“No la vendarás, ni le pondrás hilas, hasta que conozcas que ha alcanzado un punto decisivo”)7.

En este último caso, dentro del tratamiento también, hablamos de una creencia empírica a la hora de poner en marcha el tratamiento, con un fundamento empírico podríamos suponer.

En este texto, el autor establece algunos presupuestos característicos de la cultura egipcia, en relación con la situación de la medicina que envuelve a este texto.

La tradición escrita de la cultura egipcia que alcanza ya los documentos médicos y se hace patente aquí.

Además, trata un tipo de medicina puramente observacional.

Los fundamentos empírico-creenciales, fundamentalmente en el papiro Edwin Smith se centra en todos aquellos remedios empíricos y quirúrgicos, ya sean vegetales, animales o minerales. Además, suponemos que estos remedios tienen como finalidad paliar los problemas de la sociedad, como eran las guerras y heridas que aquí surgían (como la fractura de cráneo del texto).

En este caso no vemos gran peso de la religión, aunque es cierto que la religión era de gran importancia en esta época. En la sociedad egipcia habían tres clases de médicos: sacerdotes, magos y médicosescribas (laicos). También es muy importante la gran jerarquización y especialización: jefes, inspectores, simples médicos, oculistas, dentistas, médicos del vientre, etc.

Queremos destacar la cosmovisión mediada por el Nilo. Parte de ello fue recogido por la medicina de la Grecia Clásica: el corazón es el centro de partida de los grandes vasos. La alteración del flujo es causa de enfermedades y de síntomas como la fiebre o la alteración del pulso.

Finalmente, hablamos del tratamiento, que era religioso (exorcismos, plegarias, sacrificios…) 8 o el quirúrgico, ya mencionado, más empírico (trepanación, circuncisión, traqueotomía, traumatología y ortopedia…).

Como resumen del contenido: las pautas a seguir frente a una fractura de cráneo que deja el cerebro al descubierto. En primer lugar, se realiza una exploración de la herida, mediante palpación, con el fin de cerciorarse que ésta sea de consistencia blanda al principio y que, cuando el paciente sufra signos como hemorragia nasal y hipertonía muscular a nivel cervical, desaparezca esa consistencia laxa al palpar la zona dañada. En segundo lugar, se establece como diagnóstico que la enfermedad no es corregible.

Finalmente, se dice como tratamiento que hay que aplicar un ungüento sobre la herida y que, hasta que no haya alcanzado su límite, no aplicaremos ninguna sujeción.

7 López 8

Piñero, J.M. (1973) Medicina, historia, sociedad. Antología de clásicos médicos. Barcelona, Ariel.

Véase papiro Ebers

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Por último, exponemos un esquema resumen de las ideas extraídas:

Examen

DO: datos observacionales C: creencias

• Sangre por fosas nasales, rigidez del cuello, fractura semejante a los pliegues que aparecen en el cobre fundido, fractura de cráneo... (DO) Diagnóstico • Frente a este examen exploratorio, no es posible curar el traumatismo (C) Tratamiento • Untar la herida con grasa; No hay que vendar la herida ni hacer la sutura hasta no conocer el límite máximo de la misma (C)

PAPIRO EBERS En el fragmento del Papiro Ebers que hemos escogido se relaciona con la protección para la madre o para los descendientes a base de una serie de remedios mágico-religiosos. Antes de comenzar con el análisis, tenemos que recalcar el importante papel de los hijos y todos aquellos conjuros mágicos y técnicas empíricas que desarrollaron los egipcios con el fin de proteger a sus hijos, de ahí sus aportaciones al campo de la ginecología y obstetricia.

En este texto no hemos encontrado términos ambiguos. Por ello, procedemos al análisis de los datos del documento, recogidos, podríamos decir por observación. En este caso, estamos tratando con creencias mágicas y con casos de divinidades. Un ejemplo sería:

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Una enfermedad que afecta a los pechos de la diosa Isis en Khemnis, después de dar a luz a sus hijos. Estamos frente a un dato recogido por observación, que al se una deidad, sirve de gran apoyo para una sociedad tan dominada por los aspectos religiosos.

Por otro lado, en el documento tenemos una serie de creencias mágico-religiosas, que contrastan en gran medida con las explicaciones empírico-creenciales del papiro Edwin Smith:

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Realizar un conjuro con juncos, con pichones, con pelo de su ternero… (“lo que ella hizo para ellos (sus pechos): un conjuro con juncos, con pichones, con…, con pelo de su ternero”)9. En esta ocasión observamos un excelente ejemplo de creencia mágica, donde se pone de manifiesto el uso de remedios naturales (vegetales y animales en este caso) para paliar los problemas de salud. Se pensaba que de esta forma se podría solucionar la enfermedad.

Tratamiento para alejar la influencia de la muerte, para evitar el aborto tanto de un hijo varón como femenino (“…lo que ha sido traído para alejar la influencia de una muerte (masculina), de una muerte (femenina), etc.”)9. De nuevo, aquí vemos esa creencia mágico-religiosa de que con los remedios anteriores se puede evitar la muerte.

También se refleja una supuesta fórmula para luchar de nuevo contra la muerte de los descendientes (“Fórmula mágica: Haced… por el lado izquierdo y emplead contra el ataque de una muerte (masculina) y una muerte (femenina)”)9. Estamos frente a una explicación mágica, al hacer referencia a una fórmula que sirve para evitar el aborto. Es decir, no observamos ningún

López Piñero, J.M. (1973) Medicina, historia, sociedad. Antología de clásicos médicos. Barcelona, Ariel.

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tipo de hipótesis para demostrarlos, ya que como sabemos no existe todavía el método científico que nos permite, actualmente, garantizar la efectividad de los tratamientos.

Que no orine, que no haya escozor ni hemorragias (“que no orine, que no escueza, que no sangre)”)10. Nos encontramos frente a otra aclaración mágico-religiosa.

Evitad que Hatj surja en contra de la humanidad10. De nuevo, otro fragmento con una explicación mágica y con un claro componente religioso, amenazante contra la humanidad.

De nuevo, hablamos de los presupuestos generales del texto, donde, teniendo en cuenta que comparte muchos con el papiro Edwin Smith, tenemos que hacer unas pequeñas aclaraciones: En esta ocasión no vemos fundamentos empíricos, sino mágico-religiosos. De hecho, este papiro es el apogeo de la medicina faraónica mágico-religiosa. En él, destaca la gran variedad de hechizos médicos, tratamientos, cirugías y enfermedades que afligían a los antiguos egipcios.

Por ello, lo más importante de todo es el componente religioso de este documento, puesto que la medicina y la magia estaban íntimamente unidas en el antiguo Egipto. Por un lado, teníamos las deidades como Sejmet, diosa sanadora, que involucraba el componente mágico-religioso. Por otro lado, teníamos los médicos, que a menudo ejercían como los sacerdotes de Sejmet (intermediarios entre el paciente y la diosa, que con sus ceremonias rituales administraban opiáceos); también estaban los médicos laicos o escribas (explicados en los presupuestos del papiro de Edwin Smith); y finalmente los magos de per se, especialistas en prácticas prenaturales o dotados de la virtud para hacerlas eficaces.

Por otro lado, sería conveniente comentar la profesión médica en esta época, que era hereditaria y basada en un aprendizaje que debía tener un claro componente esotérico. Además, había una importante especialización, como dijo Heródoto, había médicos dedicados en exclusivo a una enfermedad. Ejemplo de esto último fue Hesy-Ra, el primer médico conocido que fue una eminencia en la oftalmología de su época10.

Además, la medicina egipcia se basaba en la observación de las heridas ante-mortem y post-mortem y la observación de los animales cuya matanza se realizaba de forma ritual en presencia de sacerdotes y médicos. Sin embargo, los conocimientos anatómicos egipcios eran escasos, a pesar de los embalsamamientos y momificaciones que eran en realidad prácticas ceremoniales religiosas, no médicas.

Finalmente, me gustaría también destacar otras aportaciones que hizo el papiro Ebers, como por ejemplo, la descripción del sistema de diagnóstico, el estabelecimiento de una farmacopea egipcia extensísima (extraída fundamentalmente del reino vegetal) 11 y remedios obtenidos gracias a insectos y arañas12. El uso de purgantes era muy frecuente, así como los remedios mágicos.

Como resumen del contenido: con el fin de proteger a la madre o sus hijos existe, por un lado un conjuro de los pechos, referido a una enfermedad de Isis cuando dio a luz a sus hijos. Para paliar esta enfermedad se establece un remedio basado en materias vegetales (juncos, pichones…) y animales (pelo de ternero), con el fin de evitar la perdida de los hijos, es decir, la muerte de los descendientes. Por otro lado, hay una fórmula mágica con el mismo fin, de evitar la muerte de los hijos nonatos, tanto de un sexo como del otro.

10

López Piñero, J.M. (1973) Medicina, historia, sociedad. Antología de clásicos médicos. Barcelona, Ariel. http://es.wikipedia.org/wiki/Papiro_Ebers#cite_note-Med-1 12 Medeiros, E. M., Ramos-Elordut, J. & Pino, J. M., 2006. Los insectos medicinales de Brasil: primeros resultados.

Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa, 38: 395-414. ISSN 1134-6094 11

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Por último, exponemos un esquema global de su contenido:

DO: datos observacionales C: creencias

Conjuro de los pechos

Fórmula mágica

Una enfermedad que afecta a los pechos de la diosa Isis en Khemnis, después de dar a luz a sus hijos (DO)

Se refleja una supuesta fórmula para luchar de nuevo contra la muerte de los descendientes (C)

Tratamiento para evitar el aborto del hijo (C)

Evitad que Hatj surja en contra de la humanidad (C)

4. CONCLUSIONES Gracias a estos papiros, hemos podido darnos cuenta del carácter especial de la medicina egipcia. En ella, podemos decir que había dos modelos de entender el papel del médico, uno principalmente empírico-mágico-religioso y otro, más secundario, empírico-racional.

Esta característica rompe con una de las bases de las medicinas arcaicas, y es el monopolio mágicoreligioso sobre el campo de la medicina. Sin embargo, desde hace muy poco, se ha considerado que en la medicina faraónica hay una convivencia de las dos perspectivas.

Esto fue gracias a un papiro, uno de los más recientes en descubrirse y que ha sido objeto de nuestro análisis, y es el papiro Edwin Smith, donde esa disyunción se hace ineludible. Como dijo H. E. Sigerist en el primer volumen de History of Medicine (1951): “si este libro hubiera sido escrito antes de 1922 nunca habría pensado yo en exponer en capítulos separados la medicina mágico-religiosa y la medicina empírico-racional de Egipto”.13 Por un lado, como conclusión del papiro Edwin Smith, podemos decir que tiene una extraordinaria importancia por ser el primer tratado de cirugía conocido, siendo, además, uno de los documentos médico-científicos de mayor antigüedad. También, frente al papiro Ebers, es el primero en aportar una visión más científica a los campos de la medicina. De esta forma podemos conocer el pensamiento de la época sobre la anatomía, la patología y el tratamiento. Sin dejar de obviar el importante detalle de la escritura egipcia, la escritura hierática (mucho más avanzada y rápida de escribir que el primitivo sistema jeroglífico pictográfico).

Por otro lado, como conclusión del papiro Ebers, decimos que en él los egipcios muestran un grado de conocimiento del funcionamiento del cuerpo humano y su estructura, junto con una relación significativa al componente de hechizos, fórmulas mágicas y conjuros de diversa índole. El papiro también tiene muchas recetas que muestran el tratamiento de muchas enfermedades por los animales, las plantas, los minerales y toxinas que todavía se producen hoy en día.

13

Laín Entralgo, P. (1978) Historia de la medicina, Barcelona, Salvat.

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Por todo ello, observamos el contraste, que desde el principio de nuestro trabajo hemos estado remarcando y que es de notable importancia, entre la medicina empírico-racional, que tiene como fuente clásica el papiro Edwin Smith, y la medicina empírico-religiosa, que tiene como razón el papiro Ebers.

5. AUTO-RESUMEN DEL TRABAJO En primer lugar hemos llevado a cabo una introducción, presentado las obras que íbamos a analizar y a continuación, después de presentar el libro donde las habíamos escogido, hemos empezado con el segundo punto del trabajo, centrándonos en el análisis externo de ambos papiros, es decir, en el ambiente médico del Egipto Faraónico, que es el que nos interesa porque los dos documentos están fechados en la dinastía XVIII. En segundo lugar hemos comenzado con un análisis interno del papiro Edwin Smith, hablando de los términos confusos, los datos y las explicaciones creenciales que encontrábamos en él. A continuación, llevamos a cabo una exposición de los presupuestos de la medicina de la época con información adicional; y finalmente un esquema del contenido que hemos ido desglosando a lo largo del análisis. Con el papiro Ebers hemos seguido el mismo patrón. En tercer y último lugar, nos hemos dispuesto a extraer unas conclusiones generales del trabajo.

No debemos olvidar la bibliografía, que ha sido remarcada a pie de página, en todas aquellas ocasiones en las que me ha sido necesario consultarla.

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