Alexis Peños Ramos
¿Fue Kevin Carter el verdadero buitre? La gente de occidente quedó especialmente asombrada con la fotografía ganadora del Pulitzer en 1994. Su autor fue un reportero gráfico sudafricano blanco, llamado Kevin Carter. En la imagen; un buitre, símbolo de codicia, avaricia y crueldad, al acecho de un niño negro famélico y aparentemente desamparado, que se encontraba recostado sobre el suelo. Se trataba de una fotografía con un gran simbolismo, que reflejaba la realidad de Sudan pero que también representaba a otros muchos países africanos rotos y divididos por las guerras, la pobreza o -en el caso de Sudáfrica y Namibia- el apartheid.
Se generó entonces en occidente un debate ético interesante a la par que complicado. Hubo quién se introdujo literalmente en la fotografía y pudo ver al fotógrafo en el momento exacto de la toma. Vieron en Kevin al verdadero carroñero del lugar. Tomando una foto tras otra para conseguir el documento perfecto que le permitiera alcanzar la fama. Todos aquellos genios, por no llamarlos de otra manera lo único que estaban consiguiendo, era tirar por tierra todo lo que había conseguido representar Kevin con esa fotografía, estaban desviando el verdadero debate.
El hecho de que existiera el debate de Kevin Carter, convirtiendo al fotógrafo en el protagonista de la historia, solo estaba consiguiendo volver invisible al niño. Y si vas más allá, haciendo desaparecer el hecho por el que Carter, había realizado esa y todas sus fotografías, que no es otro, que el de denunciar el porqué se estaba permitiendo en el mundo millones de casos como ese.
Para empezar, si Kevin Carter no hubiera realizado esa fotografía, nadie sabría de la existencia de ese niño. La clave está en que no solo se trata de un niño, son miles de personas en la misma situación. Pongámonos en el supuesto de que decide ayuda al niño en lugar de hacer la fotografía, pues también le podríamos criticar por decidir ayudar a ese niño en especial y no a otro. Si pensamos de forma fría por un momento, es fácil darnos cuenta de que la mejor manera que tenía el reportero de ayudar, era conseguir una fotografía tan impactante que hiciera estremecerse y empatizar al mundo entero, y lo consiguió. Un individuo no puede combatir solo contra una injusticia, los superhéroes es solo ficción, en el mundo real necesitamos luchar en colectivo si de verdad se quiere cambiar algo.