La educación holista atencion plena y aprendizaje consciente

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LA EDUCACIÓN HOLISTA: ATENCIÓN PLENA Y APRENDIZAJE CONSCIENTE. Dr. Fernando Vázquez García fer.vazquez.garcia@gmail.com Resumen La atención plena y el aprendizaje consciente son factores fundamentales en la formación de los sujetos, el primero asume una situación de estar en vigilante ante los pensamientos y los actos que asumen los sujetos en formación, sin dejar de estar presentes ante los cambios y movimientos que genere el objeto cognoscible. Además es una actitud de vida que constantemente se realiza, sólo que ahora es importante asociarla con el aprendizaje consciente. El aprendizaje consciente por su parte es el resultado del proceso del primer factor, logrando con ello un entendimiento que signifique las experiencias aprehendidas en el transcurso de su formación y desarrollo, aunque es importante señalar que se pretende hacer llevando a cabo los saltos de los niveles de conciencia de primer grado, hasta llegar a una conciencia de segundo grado, tal como lo plantea el modelo multinivel-multidimensión desde una perspectiva de holones. El paradigma de la educación holista permite a su vez contemplar de manera incluyente todos los factores donde se encuentra la atención plena como parte fundamental de la inteligencia espiritual o superior, como los medios y estrategias para fortalecer la formación de un sujeto integral que se capaz de lograr los aprendizajes conscientes dentro de sus ambientes que favorecen sus alcances. Palabras clave Atención plena, aprendizaje consciente, educación holista, modelo multinivelmultidimensión. Introducción La educación holista como paradigma de rostro humano que viene a favorecer el nuevo entendimiento de la formación y el desarrollo armónico e integral de los sujetos en este Siglo XXI, reviste una gran trascendencia abordarlo en sus líneas más generales en el cual resulte del interés para quienes nos dedicamos a esta gran labor, como es la práctica educativa y que centra su atención en el proceso de la enseñanza y del aprendizaje, porque es aquí donde se ve reflejado el impacto que se tiene cuando se lleva a cabo un Modelo Educativo con un determinado enfoque. Es momento histórico de dejar las prácticas de los modelos dogmáticos y racionalistas que lo único que han generado en estos tiempos de cambios, es un posicionamiento basado en una instrumentalidad técnica y


cientificista que solamente favorece a ciertos sectores de una sociedad capitalista, globalizando el conocimiento general como una herramienta viable y factible de mejorar la condición humana. En el mismo orden de ideas, es necesario recalcar que va de manera paralela a la educación holista, el aprendizaje que debe generar el estudiante desde una visión de consciencia plena, porque sólo de esta forma de comprensión se puede evolucionar a los niveles de consciencia, y para desarrollar estos alcances, el papel del docente es muy importante dado que debe de preparar a sus estudiantes a que dejen de percibir las realidades de estudio desde una teoría de la concordancia, la cual favorece la inteligencia cognitiva y no permite transitar a la teoría de la consciencia plena, la cual permite que el estudiante tenga su autocontrol y su autorregulación a partir de la multidiversidad de inteligencias generadas como un proceso en el cual es flexible porque enmarca la diversidad de situaciones y contextos en que se puede buscar la solución o resolución de las experiencias o problemas planteados en las situaciones didácticas que se plantean desde la experiencia del docente y así entender y comprender el contenido de aprendizaje. Ante tal escenario, resulta de gran interés presentar el presente ensayo como resultado de una serie de lecturas, reflexiones y análisis sobre la propia práctica docente, lo cual ha permitido abrir una ventana hacia un paradigma que viene a revolucionar y a generar en cada uno de nosotros un cambio de actitud ante las condiciones en cómo se desarrollan nuestras prácticas docentes y que es el momento para hacer ese salto hacia una mejora de los procesos de la enseñanza y del aprendizaje en la formación inicial de los docentes y en las acciones pedagógicas de los docentes en servicio. Enfatizando este último porque es necesario focalizar una consciencia plena que rompa la dualidad y permita la nodualidad, así como dejar de lado los compromisos cognitivos prematuros. Desarrollo Este siglo XXI está lleno de retos por lograr, entre los que se destacan más es plantear una educación que este más acorde a las exigencias de plantear una formación integral en los sujetos que no solo se encuentre plasmado en los discursos orales y escritos en las políticas educativas de las formaciones sociales y en los preceptos filosóficos de las cartas magnas como es el caso de nuestro país, urge hacer un gran salto manifestado en la propia acción pedagógica y didáctica en los diferentes escenarios donde se concreta el curriculum y que finalmente centra su atención en el proceso de la enseñanza y del aprendizaje como célula fundamental de la propia dinámica de la formación y desarrollo de la personalidad del estudiante y del profesional de la educación. Es importante reconocer que nuestro Artículo Tercero Constitucional en carácter histórico sigue siendo un precepto por alcanzar desde que fue planteado como un


encargo social a nuestra sociedad mexicana en la formación integral y armónica del Ser Humano, por lo cual considero la gran trascendencia de hacer el esfuerzo quienes protagonizamos la práctica docente por alcanzar esta finalidad educativa y para ello es necesario partir de los rompimiento de los paradigmas educativos que imposibilitan su alcance porque dejaron de ser históricos y sólo han confundido más la contradicción que existe entre lo verdaderamente requieren los estudiantes en los salones de clase para entender la dinámica compleja de enfrentan todos los días en el transitar de su vida cotidiana en donde ya no es suficiente memorizar, mecanizar, repetir, reproducir, etc., las realidades abstractas que aprenden en las escuelas porque se encuentran “huecas” y sin sentido. Es decir, las visiones que generan en su mayoría las escuelas y los docentes son con el ojo de la carne y el ojo de la mente, prevaleciendo lo dogmático, lo tecnicista, cientificista, lo instrumentista, lo pragmatista, lo utilitarista, lo apriorista, lo racionalista, lo criticista, lo constructivista, lo realista, etc., y que prevalecen los aprendizajes sólo a través de las conductas manifiestas y los desarrollos cognitivos para la solución de los procesos mentales. Si partimos que el cientificismo es el dogma oficial (Nava, 2008) que se encuentra circunscrito en las prácticas cotidianas en la mayoría de las escuelas, es necesario y urgente dejar de hacerlo ya que cuando se hace desde una perspectiva inconsciente o involuntaria, se cae en el error como lo señala dicho autor en prácticas en donde se aceptan como realidades fundamentales, porque los docentes también caen en este tipo de prácticas inconscientes por la comodidad a enfrentarse a los grandes desafíos e incertidumbres que enfrenta el cambiar de paradigma educativa en donde se genere un enfoque más humano y se deje de ver a los estudiantes como objetos que sólo hay que hacer el vaciado de la información a su cerebro y como efecto de ello éstos tienen que repetir exactamente como se les da desde una manera mecanicista, sin tener la más mínima posibilidad de reflexionar y criticar. La racionalidad instrumental desde el ojo mental ha sido en los últimos tiempos quien protagoniza las prácticas educativas, derivado de ello apunta a favorecer el proceso de aprendizaje desde lo cognitivo de tal forma que sigue predominando en los salones de clases, porque los docentes todavía plantean que la uniformidad hacia los estándares de los desarrollos cognitivos alcanzados por los estudiantes pueden llegar a lograr la calidad de la educación, porque sólo así pueden ser capaces de resolver las pruebas (ENLACE, EXCALE, PISA, etc.) y buscar una posición que permita llegar a generar un estatus académico, los cuales se reflejan finalmente en las acreditaciones y certificaciones. Sin embargo, ante este escenario que se vive de manera permanente en nuestro sistema educativo pareciera que esto soluciona el retroceso educativo que tenemos y simplemente es una simulación porque esta visión engaña y no permite tener claridad sobre lo más importante y trascendental como es cambiar el enfoque y visión en que concebimos y definimos los procesos educativos desde una posición postmoderna


a una visión de cambio de pensamiento situado en la transmoderno y que su enfoque desde la claridad del paradigma de la educación holista. La educación holista es la alternativa que permite hacer el salto de la calidad hacia la integridad, ésta última incluye la primera y genera un todo haciendo significativo el aprendizaje en los sujetos, porque el conocimiento lo ve desde una perspectiva global la cual incluye las tradiciones, las costumbre, la cultura, la ética, el arte, la ciencia, la belleza, los valores, la técnica, hasta llegar a la consciencia/inteligencia espiritual que favorezca el amor universal en palabras del Dr. Gallegos (2003). De esta manera entonces estaremos en teniendo una educación con rostro humano en el cual centra la atención plena en generar un aprendizaje focalizado en el estudiante como un todo con la finalidad de generar la inteligencia desde lo multidimensional. Con esta inclusión del conocimiento holista estaríamos logrando un nuevo entendimiento en devenir del hombre; cuidaremos más nuestro planeta, la biodiversidad, las relaciones humanas, la sociedad, nuestra cultura y tradiciones y seguramente el “efecto destrucción” en cualquier orden de la existencia humana tendría por completo que desaparecer porque estaríamos dando prioridad a los valores y principios del ser humano. Es decir, la bondad. La generosidad, la sustentabilidad, la justicia, la democracia, la humildad, la sencillez, la honestidad, la responsabilidad, todos ellos harían un mundo más armónico e integral y estaríamos alcanzando niveles muy importantes en la recuperación de la felicidad, porque el sufrimiento y el dolor a parte que disminuirían, tendrían otro entendimiento y comprensión porque el nivel de consciencia estaría transitando entre los memes; azul (lo dogmático), naranja (lo científico), verde (lo sustentable) y amarillo (holista-integral-espiritual). Este espiral de entendimiento de los niveles de consciencia humana es el gran reto para nuestro país y para todo el mundo determinado entonces que la visión de la educación en este siglo XXI es alcanzar el segundo nivel de la consciencia que es el meme amarillo. Este repensar y reaprender sobre la naturaleza propia del conocimiento debe llevarnos a la reflexión y a la autorregulación de nuestro propio proceder como docente y llegamos también a la conclusión de la importancia de generar un pensamiento y actuar como educadores holistas con una nueva consciencia que incluya la parte objetiva de la educación, la cual está centrada en la calidad y la parte subjetiva que representa la integridad, de esta manera nuestra visión está sustentada desde la enseñanza holista con una perspectiva de multinivel y multidimensional tomando en cuenta el aspecto fundamental de lo hologarquico. Si nosotros partimos de esta filosofía que sustenta la educación holista, tendríamos los elementos fundamentales para trascender en nuestras prácticas docentes más coherentes y globales, viendo favorecido el entendimiento humano, que como buen pretexto iniciaría con nuestros propios estudiantes y el día de mañana se diseminaría en toda la sociedad.


Para entender aún más lo anterior a continuación se muestra el esquema desde la visión de Ken Wilber recuperando los holones, como partes de la totalidad que finalmente se estaría estableciendo la holarquía educativa, como esencial a la evolución de la educación (Nava, 2008).

Esquema No. 1 Perspectiva Multinivel (Nava, 2008)

Cómo se muestra en el esquema los niveles van presentando un estado jerárquico que debe tomar en cuenta el educador holista, el cual representa en el primer nivel la importancia de centrar la atención en nuestros estudiantes a partir de sus necesidades e intereses, tomado en cuento su propio desarrollo y evolución de su personalidad desde diferentes ámbitos, los cuales pueden ser; lo psicológico, biológico, cultural, social y que por naturaleza propia tiene su propio estilo de aprendizaje. En cambio el segundo nivel representa hace el salto de lo individual a lo social, ya que esto implica al estudiante en sus relaciones humanas con el contexto social en donde refleja e impacto sus aprendizajes en un sentido de identidad y pertenencia, dando aquí también un paso importante al trabajo basado en comunidades de aprendizaje. El tercer nivel por su parte, es la consciencia social la cual plantea un nivel contextual en ámbitos nacionales para que los estudiantes puedan entender la importancia que se tiene el que un país como el nuestro tenga sus aspiraciones en los diferentes aspectos como lo económico, lo político, lo cultural, etc., así que el educador holista debe trascender poniendo el ejemplo a través de la puesta en marcha de una serie de valores que deben ser muy claros en el trabajo de la enseñanza-aprendizaje dentro del salón y fuera de él. El cuarto nivel referido a la consciencia planetaria, ya tiene un interés y necesidad mundial y como efecto como se advierte centra su preocupación por la humanidad en relación con el contexto desde una visión global. Es decir, incluye desde el hogar hasta nuestro planeta, pasando por diversos micro y macrocontextos y uno


de los más importantes es la escuela, la cual tiene un encargo social muy importante como mediadora y puente de los conocimientos para su comprensión y entendimiento en la preservación de todos y cada uno de escenarios que transita el Ser Humano, con los principios y los valores guardando una congruencia y coherencia a un nivel de consciencia espiritual. Por último el nivel de la consciencia espiritual o consciencia kósmica, incluye a todas las anteriores y que hace que nos convirtamos en seres universales (Gallegos, 2003), el cual sólo es entendido a partir del ojo de lo espiritual, siendo la base de la educación holista y que es el gran reto para que el educador pretende llegar a este nivel de entendimiento y así generar el cambio y la evolución en lo transpersonal y lo transprofesional. Este nivel se convierte de alguna manera el fin último por alcanzar. A estos niveles de consciencia (multiniveles) se integran formando redes las dimensiones (multidimensiones) y que estas guardan una estrecha relación con los objetivos y fines de la educación holista y alcanzar la integridad educativa en los estudiantes y generar su impacto en dichas dimensiones generándose un todo. Entre las dimensiones que destacan son; lo social, lo cognitivo, lo corporal, lo emocional, lo estético y lo espiritual. En el esquema que a continuación se presenta derivado de la revisión teórico en el postdoctorado con el Dr. Gallegos (2015) podemos llegar a determinar la importancia de esta red ya que sólo trabajando en los niveles de consciencia y en sus dimensiones podemos alcanzar a la inteligencia espiritual y posibilitar llegar al desarrollo del ser universal.

Esquema No.2 Perspectiva multinivel-multidimensiones Modelo Holista (Nava, 2008)


Por otra parte, observando el esquema multiniveles-multidimensiones podemos advertir como nuestra práctica docente se encuentra de alguna manera estancada con planteamientos de teóricos que han dado grandes aportes al fenómeno de la educación en el transcurso de su historia misma. Esto a su vez nos plantea un gran reto para un educador holista, ya que el fin es alcanzar el nivel cinco de la consciencia espiritual kósmica, así como sus seis dimensiones representadas por seres humanos que han dado sus grandes aportes a la humanidad en cuanto a sabiduría, amor y conocimiento global. Finalmente la presente triangulación entre los niveles y las dimensiones ha logrado la creación de todo un Modelo de Educación Holista. De cualquier modo es digno de resaltar en este modelo cómo se puede observar como en los primeros niveles se encuentran ubicados con teóricos de pensamiento pedagógico mayormente que siguen siendo consultas permanentes en las prácticas de los docentes en nuestras instituciones a pesar de que en estos momentos sus planteamientos dejaron de ser históricos y sólo dan respuesta a cierto paradigma educativo que tuvo su auge en otros tiempos y que en este siglo XXI dejan de ser trascendentes. Por ejemplo, caso Piaget preocupado por demostrar la inteligencia tomando en cuenta ciertas etapas de la evolución de la personalidad del niño pasando de lo sensoriomotriz hasta llegar a estadio de desarrollo hipotético deductivo o formal, el cual era exclusivo a cierta edad que tenía que pasar el niño. En la actualidad la revolución de los aprendizajes y de la inteligencia misma se ha convertido en un gran desafío porque ya no hay una sino varias inteligencias, las cuales no sólo llegan las que están planteadas por Gardner con las famosas multi-inteligencias, ahora el tránsito es llegar a la inteligencia espiritual. En la misma idea de cómo las instituciones “fortalecen” su discurso pedagógico y psicológico encontramos una orientación clara a seguir considerando los planteamientos de algunos precursores que dieron pauta al desarrollo de categorías como; la zona de desarrollo real y potencial, el aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje significativo, los centros de interés, el paidocentrismo, etc., y que éstas en los últimos años al menos en el caso de la educación superior en la formación inicial y permanente de los docentes son motivo de seguir generando prácticas docente que permitan lograr aprendizajes que estén ante todo buscando dichos alcances en los estudiantes y que a su vez sean reproducidos en sus contextos donde llevan a cabo sus prácticas profesionales y que se manifiestan también en el proceder de los procesos de enseñanza. Es muy aventurero señalar que casi en su mayoría de las instituciones formadoras de docentes o en todas al menos las que representan en el Estado de Michoacán tanto públicas como privadas encuentran su explicación y su justificación de ser tendientes a llevar a cabo tales dominios de conocimientos pedagógicos,


enganchándolos con lo que se plantea en la política educativa del modelo basado en competencias. Es necesario recordar que el sentido de abordar y plantear el logro de las competencias plasmadas en los planes y programas de estudio de los diversos subsistemas de educación; básico, medio superior y superior determinan y regulan los estándares de aprendizaje alcanzados por los estudiantes en donde tienen que lograr competencias genéricas, disciplinares, bajo el esquema de las áreas del conocimiento; en lo conceptual, lo procedimental y actitudinal, y como se observa se sigue centrando su atención en el ojo de lo racional, dado que se está priorizando lo tecnicista relacionado con lo procedimental y lo actitudinal, así como lo cientificista relacionado con el área de lo conceptual. Ante este escenario, se está en una profunda crisis paradigmática de modelos educativos tradicionales, pragmáticos, tecnologicistas, criticista que no están resolviendo el gran encargo social que tiene la educación en la formación y desarrollo de la personalidad de un estudiante que responda a los desafíos existentes del conocimiento global y de una consciencia espiritual. Sin duda alguna, es urgente el cambio hacia el paradigma educativo holista, porque tiene un rostro humano e integra principios como lo hace manifiesto el Dr. Gallegos (2008); sustentabilidad, sabiduría, transdisciplinariedad, compasión, etc., sin olvidar que su finalidad es la evolución hacia una consciencia humana integral, dejando de lado el reduccionismo que tanto daño ha hecho y sigue haciéndolo a la humanidad. Es por ello que se debe considerar el espiral dinámico como modelo sobre la evolución de la consciencia y sus correspondientes visiones del mundo, cada nivel de consciencia implica una visión del mundo, principios, valores e ideas sobre la realidad. En la espiral dinámica cada nivel o estadio de consciencia recibe el nombre de meme (Nava, 2008). Si los educadores en primera instancia conociéramos este acercamiento al conocimiento holista de la educación y en un segundo momento empezáramos a practicarlo y a desarrollarlo, ayudaría enormemente, de tal forma que es necesario desde la consciencia conocer los memes o estadios de consciencia para ubicar nuestra práctica profesional, para de ahí hacer los saltos cualitativos a los demás estadios. Ahora bien, cabe señalar que los niveles de consciencia con la correspondencia de la educación desde los planteamientos del Dr. Gallegos (2008), son definidos desde una perspectiva holárquica que van desde una visión dogmática, que es manifiesta por aquel docente que utiliza una direccionalidad de práctica docente a través del autoritarismo, después pasa por una visión cientificista, la cual está sustentada por un trabajo racional e instrumental del docente, logrando priorizar una educación mecanicista, por otra parte la visión sustentable, reflejada a partir del cuidado y protección del ambiente natural tiene su razón de ser a partir de lo que plantea la postmodernidad y finalmente la visión holista, la cual representa lo integral y lo espiritual incluye dos niveles que holárquicamente es la finalidad a alcanzar y generar una educación holista.


Necesitamos una educación holista porque es lo que la humanidad requiere porque está basada en el reconocimiento del amor universal como realidad educativa fundamental (Nava, 2008), desde esta óptica los docentes podemos acercarle a los estudiantes una posibilidad de ver la vida desde una perspectiva en el reconocimiento de formarlos y desarrollarlos hacia la búsqueda de su felicidad y de sus manifestaciones como la alegría, el placer y el optimismo de reflejar el conocimiento general adquirido en las escuelas como algo que trasciende e impacta en todo lo que hagan en sus actividades cotidianas dentro y fuera de la escuela, como es en sus casas, en sus grupos de amigos o pares, en sus familias, y en la sociedad en general. Esto implica lograr más que una calidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje dentro de las prácticas educativas de las instituciones de los diferentes niveles educativos de nuestros Sistema Educativo Nacional Mexicano (SENM) y si recuperamos el planteamiento filosófico de nuestra Carta Magna entonces buscaremos una formación integral y armónica fuera de prejuicios y dogmas que lo único que hacen es generar sistemas de creencias y ganchos que no hacen que la formación se perfile hacia la innovación y creación de sistemas más complejos e integrales de aprendizajes y de inteligencia espiritual en los estudiantes. La calidad educativa ha sido un intento en este siglo XXI por buscar el mejoramiento de los procesos educativos, sin embargo no ha podido porque sigue definiendo una orientación hacia lo que se intenta lograr a través de los estándares de producción, los cuales ahora están orientados de forma más abiertos y tratan de llevarlos a imagen y semejanza en los procesos de aprendizaje, con la finalidad de cumplir con la formación de sujetos capaces involucrarse a las empresas y cumplir con los perfiles profesiográficos que la empresa necesita dejando de lado lo que la sociedad y el planeta requiere. De tal modo que actualmente para ir en sincronía de toda esta perspectiva de calidad las políticas educativas siguen planteando hasta en la actualidad dentro de los planes y programas de estudio un modelo educativo basado en las competencias, las cuales tienen un sistema de habilidades, capacidades y destrezas, las cuales están diferenciadas en los tres ámbitos o áreas de conocimiento (conceptuales, procedimentales y actitudinales), observando claramente una tendencia a una racionalidad pragmática, instrumental y cientificista. Uno de los ejemplos que se ve reflejado por no decir en todos los niveles educativos sobre la manifestación del modelo basado en las competencias es el que está plasmado en la formación de docentes y que tristemente es el que se encarga de generar los perfiles de egreso para que los futuros docentes y los que ya están de servicio permanente desarrollen su práctica docente con dicho encargo social. A continuación se muestran éstas para su análisis y reflexión en el caso dela formación inicial de docentes en secundaria (SEP, 1999).


Habilidades intelectuales específicas a) Posee alta capacidad de comprensión del material escrito y tiene el hábito de la lectura; en particular, valora críticamente lo que lee y lo relaciona con la realidad y, especialmente, con su práctica profesional. b) Expresa sus ideas con claridad, sencillez y corrección en forma escrita y oral; en especial, ha desarrollado las capacidades de describir, narrar, explicar y argumentar, adaptándose al desarrollo y características culturales de sus alumnos. c) Plantea, analiza y resuelve problemas, enfrenta desafíos intelectuales generando respuestas propias a partir de sus conocimientos y experiencias. En consecuencia, es capaz de orientar a sus alumnos para que éstos adquieran la capacidad de analizar situaciones y de resolver problemas. d) Tiene disposición y capacidades propicias para la investigación científica: curiosidad, capacidad de observación, método para plantear preguntas y para poner a prueba respuestas, y reflexión crítica. Aplica esas capacidades para mejorar los resultados de su labor educativa. e) Localiza, selecciona y utiliza información de diverso tipo, tanto de fuentes escritas como de material audiovisual, en especial la que necesita para su actividad profesional. Dominio de los propósitos y los contenidos. a) Conoce con profundidad los propósitos, los contenidos y el enfoque de enseñanza de la asignatura que imparte, y reconoce que el trabajo con los contenidos de su especialidad contribuye al logro de los propósitos generales de la educación secundaria. b) Tiene dominio del campo disciplinario de su especialidad para manejar con seguridad y fluidez los temas incluidos en los programas de estudio, y reconoce la secuencia de los contenidos en los tres grados de la educación secundaria. c) Reconoce la articulación entre los propósitos de la educación primaria y la educación secundaria y asume a ésta como el tramo final de la educación básica en el que deben consolidarse los conocimientos básicos, habilidades, actitudes y valores, establecidos en los planes de estudio. d) Sabe establecer una correspondencia adecuada entre la naturaleza y grado de complejidad de los contenidos educativos con los procesos cognitivos y el nivel de desarrollo de sus alumnos. Competencias didácticas a) Sabe diseñar, organizar y poner en práctica estrategias y actividades didácticas, adecuadas a las necesidades, intereses y formas de desarrollo de los adolescentes, así como a las características sociales y culturales de éstos y de su entorno familiar, con el fin de que los educandos alcancen los propósitos


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e)

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de conocimiento, de desarrollo de habilidades y de formación valoral establecidos en el plan y programas de estudio de la educación secundaria. Reconoce las diferencias individuales de los educandos que influyen en los procesos de aprendizaje y aplica estrategias didácticas para estimularlos; en especial, es capaz de favorecer el aprendizaje de los alumnos en riesgo de fracaso escolar. Identifica necesidades especiales de educación que pueden presentar algunos de sus alumnos; las atiende, si es posible, mediante propuestas didácticas particulares y sabe dónde obtener orientación y apoyo para hacerlo. Conoce y aplica distintas estrategias y formas de evaluación sobre el proceso educativo que le permiten valorar efectivamente el aprendizaje de los alumnos y la calidad de su desempeño docente. A partir de la evaluación, tiene la disposición de modificar los procedimientos didácticos que aplica. Es capaz de establecer un clima de trabajo que favorece actitudes de confianza, autoestima, respeto, disciplina, creatividad, curiosidad y placer por el estudio, así como el fortalecimiento de la autonomía personal de los educandos. Reconoce los procesos de cambio que experimentan los adolescentes, pero distingue que esos procesos no se presentan de forma idéntica en todos, sino de manera individual y única. A partir de este conocimiento aplica estrategias adecuadas para atender las necesidades e inquietudes de sus alumnos. Conoce los materiales de enseñanza y los recursos didácticos disponibles y los utiliza con creatividad, flexibilidad y propósitos claros.

Identidad profesional y ética a) Asume, como principios de su acción y de sus relaciones con los alumnos, las madres y los padres de familia y sus colegas, los valores que la humanidad ha creado y consagrado a lo largo de la historia: respeto y aprecio a la dignidad humana, libertad, justicia, igualdad, democracia, solidaridad, tolerancia, honestidad y apego a la verdad. b) Reconoce, a partir de una valoración realista, el significado que su trabajo tiene para los alumnos, las familias de éstos y la sociedad. c) Tiene información suficiente sobre la orientación filosófica, los principios legales y la organización del sistema educativo mexicano; en particular, asume y promueve el carácter nacional, democrático, gratuito y laico de la educación pública. d) Conoce los principales problemas, necesidades y deficiencias que deben resolverse para fortalecer el sistema educativo mexicano, en especial las que se ubican en su campo de trabajo y en la entidad donde vive. e) Asume su profesión como una carrera de vida, conoce sus derechos y obligaciones y utiliza los recursos al alcance para el mejoramiento de su capacidad profesional.


f) Valora el trabajo en equipo como un medio para la formación continua y el mejoramiento de la escuela, y tiene actitudes favorables para la cooperación y el diálogo con sus colegas. g) Identifica y valora los elementos más importantes de la tradición educativa mexicana; en particular, reconoce la importancia de la educación pública como componente esencial de una política basada en la justicia, la democracia y la equidad. Capacidad de percepción y respuesta a las condiciones sociales del entorno de la escuela a) Aprecia y respeta la diversidad regional, social, cultural y étnica del país como un componente valioso de la nacionalidad, y acepta que dicha diversidad estará presente en las situaciones en las que realice su trabajo. b) Valora la función educativa de la familia, se relaciona con las madres y los padres de los alumnos de manera receptiva, colaborativa y respetuosa, y es capaz de orientarlos para que participen en la formación del educando. c) Promueve la solidaridad y el apoyo de la comunidad hacia la escuela, tomando en cuenta los recursos y las limitaciones del medio en que trabaja. d) Reconoce los principales problemas que enfrenta la comunidad en la que labora y tiene la disposición para contribuir a su solución con la información necesaria, a través de la participación directa o mediante la búsqueda de apoyos externos, sin que ello implique el descuido de las tareas educativas. e) Asume y promueve el uso racional de los recursos naturales y es capaz de enseñar a los alumnos a actuar personal y colectivamente con el fin de proteger el ambiente. En el marco de la transformación y fortalecimiento académico de las Escuelas Normales del país desde los años 90as del siglo pasado iniciaron con este planteamiento de política educativa en la formación de docentes y que sigue vigente a hasta nuestros días, con algunos intentos de cambios de programas en algunos de los niveles como es el caso de la formación inicial de docentes en educación preescolar y primaria, faltando lo referente al de secundaria y educación física. Como se aprecia en esta tendencia de la calidad educativa que se plantea en los cinco campos de competencias en la formación de docentes inicial y continua, centra la atención dentro de la racionalidad del segundo ojo, existe la preocupación más por el dominio del contenido disciplinar, el sistema de habilidades por desarrollar en la práctica docente y el manejo pericial del campo de competencias didácticas que debe dominar el docente a la hora de enfrentar el proceso de enseñanza, y al último se nota una ligera carga de entendimiento a la conexión de los campos de competencias hasta este momento descritos con los de la identidad ética y profesional, así como la capacidad de la percepción de las condiciones del entorno que se circunscribe dentro de las prácticas educativas de los docentes.


Sin embargo, detrás de estos planteamientos de campos de competencias que definen y determinan “la calidad educativa” en la formación de docentes y que es preocupante porque los docentes que egresen de estas escuelas normales del país tendrán la responsabilidad de la formación de las futuras generaciones de un México mejor, de tal forma que es digno de reconocer que en este siglo XXI la necesidad de la formación tiene que estar enfocada a la “integridad educativa”, cambiando el sistema de habilidades (competencias), por un sistema de conocimientos generales o globales para no caer en el cientificismo y el mecanicismo. Es decir, recuperar a parte de la ciencia y la disciplina; el arte, la cultura, las tradiciones, los valores, la belleza, el deporte, las tecnologías, etc., todas éstas conectadas de forma interdisciplinar y transdisciplnar, y de forma paralela con lo personal, interpersonal y transpersonal en la formación y desarrollo de la personalidad del sujeto. La integridad educativa sustentada desde el paradigma de la educación holista tiene sustentos epistemológicos digno de tomarse en cuenta, según el Dr. Ramón (2008), son la relación objeto-objeto, sujeto-objeto y sujeto-sujeto. La primera sólo establecer las relaciones entre los objetos, son observables y perceptibles al ojo humano y a cualquier ser irracional, es decir no hay consciencia autoreferente como lo señala el autor en estudio, en otras palabras esto significa que no hay referentes simbólicos que decodificar, en cambio la segunda relación interviene la racionalidad del hombre ante lo biológico y lo físico en todas sus manifestaciones, logrando con ello la transformación y el cambio dado que se puede valorar y medir desde los órganos de los sentidos y poderlos usar como mediación en el pensamiento del sujeto y sacarles el provecho necesario que requiere la humanidad con el control que se requiera, aunque en muchas de las ocasiones se cae en la irracionalidad porque nos cegamos ante los intereses que sólo la mente del egoísta y el hedonista son capaces de caer en ello. La relación epistemológica que se genera en esta segunda relación epistémica se puede decir que es vertical, ya que de parte del mundo biológico y físico no hay una respuesta de racionalidad ante el sujeto. La tercera relación que tiene que ver con el sujeto-sujeto, es la relación humana, cultural y significativa entre sujetos, nuestra relación con la familia, amigos e hijos, estudiantes, esposa, etc. Esta intersubjetividad no tiene localización simple, no podemos medir, con los sentidos físicos, la subjetividad humana, como la pasión, la intencionalidad, la moral, etc. (Nava, 2008) Esta relación es muy trascendente porque desde la óptica de la práctica educativa en las instituciones, de genera una relación entre docente-alumno, es decir, entre sujetos, que buscan el entendimiento entre los conocimientos generales que se enseñan y los aprendizajes significativos que se deben de aprehender, haciendo con ello una relación dialógica, en doble dirección como lo señala el Dr. Gallegos (2008) dado que se busca el nivel de consciencia que permita llegar a una inteligencia espiritual y que sólo con esta visión y enfoque educativo podemos ir rompiendo el mecanicismo, cientificismo y el pragmatismo con el que está impregnado la


cotidianidad de la práctica educativa, en la cual se le da mucha importancia a una práctica administrativa y burocrática y que está preocupada por estándares de calidad de los aprendizaje, por las acreditaciones y certificaciones. Es necesario ante tal perspectiva de entendimiento educativo centrado en la calidad de la educación, darle un giro holista hacia lo integral, que no se queda únicamente en las relaciones objetivas, sino que busque la comprensión con las relaciones subjetivas tal como se muestran en el esquema.

Esquema No. 3 La integración en educación Fuente: (Nava, 2008)

Como se observa, si se incluyen ambas perspectivas se pueden lograr los aprendizajes significativos. Es decir, en un modelo holista en educación siempre se busca la inclusión y la integración los planos ortodoxos aquí no funcionan porque no se alcanza la formación y desarrollo de los estudiantes de forma armónica e integral. Con toda esta visión se favorece que el proceso didáctico con todos sus componentes que se encuentran interrelacionados; objetivos, actividades, contenidos, metodologías, estrategias, medios de enseñanza y la evaluación, son eslabones que unen e integran una práctica docente y educativa tendientes a generar en las relaciones de quienes protagonizan dicha actividad de lo personal, a lo interpersonal hasta llegar a lo transpersonal, con la facilidad que le da a los intervinientes el lenguaje y el nivel de la consciencia que se encuentra centrado en el meme amarillo. Resulta interesante de alguna manera establecer estas diferencias entre la calidad educativa y la integridad educativa como un binomio inseparable que queremos lograr y trascender en nuestra vida personal, familiar, profesional y social con todo nuestro contexto es innegable reconocer que necesario tener en nuestro pensamiento un entendimiento holista para saber cuándo se está en una u otra perspectiva y cuando tenemos que buscar la integración, tal como manifiesta en el siguiente esquema. (Nava, 2008)


Esquema No. 4 Las dos caras educativas del kosmos Fuente: (Nava, 2008)

Al revisar en un primer momento el cuadro comparativo, podemos autorregular nuestra propia práctica docente y ubicarla hacia una tendencia y decir cuánto tiempo se priorizó estar en una cara y podemos decir, que se vive engañado en cierto tiempo de nuestro trabajo profesional hasta en tanto no abrir la ventana a otro entendimiento de un gran salto, pero lo más interesante es que se puede integrar ambas caras porque la una con la otra se entienden y buscan siempre un desarrollo cada vez más holista en el Ser humano. Es decir, es necesario hacer saltos de lo objetivo a lo cualitativo, de lo sistémico a lo integral, de lo monológico a lo dialógico, de la relación sujeto-objeto a la relación sujeto-sujeto, de la regularidad a la irregularidad, de la estandarización a la diversidad, de la racionalidad instrumental al mundo de la vida, de la cultura empresarial a la cultura humana. Luego entonces vale la pena desde la perspectiva y entendimiento del docente holista establecer estas relaciones como el cambio y la evolución de nuestra propia práctica educativa y por efecto de nuestra práctica social y su impacto en relaciones contextuales con el planeta y el universo.


Con toda esta visión de educación holista es indiscutible que se tiene que abordar el eje central en el sujeto-estudiante y que el aprendizaje es el catalizador hacia la búsqueda de los ambientes propicios para lograr el conocimiento general, tomando en cuenta los estilos de aprendizaje, las multi-inteligencias en la cual se encuentra incluida la espiritual, la cultura del aprendizaje, y toda una filosofía personal que tienen nuestros estudiantes en cada una de las instituciones y aulas donde interactuamos con ellos. Después de haber contextualizado la importancia de la educación holista y sus múltiples aspectos y factores que la caracterizan, resulta interesante tomar en cuenta lo sustancial en los procesos formativos, como lo es el aprendizaje desde una visión que vaya coherente desde este paradigma educativo, pero sobre todo genere la recuperación der la atención plena en la asimilación de los conocimientos generales como una posibilidad importante en la puesta en marcha de los procesos didácticos generados por los docentes en las instituciones de cualquier nivel educativo y de cualquier desarrollo evolutivo de la personalidad de los estudiantes. La atención plena es un estado de contemplación, que es necesario empezar a desarrollar en las aulas, sino enseñamos a nuestros estudiantes cómo trabajar la atención más allá de la concentración no podrá resolver las problemáticas que en las actividades académicas tienen que sortear con éxito. La atención es la materia prima más valiosa, damos forma a nuestros mundos a través de ella. (Smalley, 2012), si tomamos en cuenta esta perspectiva del autor y lo llevamos al proceso del aprendizaje, efectivamente digamos que docente no le gustaría que sus estudiantes estén con toda la atención del mundo, pues es el momento de tomar en cuenta los estudios y las bases científicas de los logros que pueda tener en las escuelas de manera concreta en el proceso de la enseñanza y del aprendizaje la práctica de la meditación. La experiencia está inextricablemente conectada a la atención, es decir, si cambias tu atención, cambias tu experiencia (Smalley, 2012). De tal forma que los aprendizajes logrados por los estudiantes tienen que ser experiencias enriquecedoras porque también están aprendiendo a desarrollar la atención en los contenidos de aprendizaje que sus docentes estén compartiendo con ellos. Ésta a su vez es importante reconocer que hay tres tipos de atención: alerta, orientativa y de conflicto, en la cual cada una de ellas tiene diversos circuitos cerebrales que implican diferentes regiones del cerebro. La atención alerta es lo que parece: es disposición atencional, o cómo de alerta o preparados estamos para entrar en acción a prestar atención a un objeto, pensamiento o estímulo en particular. En cambio la atención voluntaria-orientativa se refiere al tipo de atención que usas cuando diriges tu atención a algo, alguien o algún objeto (el sonido de un coche, una nube, una canción de la radio, un pensamiento, un sentimiento, un estado interno como un dolor en una pierna. Orientas o diriges tu atención hacia esa cosa, aunque no necesariamente es consciente de ello y finalmente la atención


que también es voluntaria es la de conflicto, refleja tu habilidad de continuar prestando atención a algo ante una información intrusiva y que te distrae. Con este tipo de atención, debes inhibir una respuesta conflictiva para mantener tu atención, por ejemplo, para continuar leyendo a pesar del teléfono, la TV o las interrupciones de un amigo, debes de utilizar la atención de conflicto. Usas este tipo de atención todo el tiempo para concéntrate y hacer cosas. (Smalley, 2012) Si llevamos estos tipos de atención en lo que sucede en el aula, estaremos de acuerdo que se dan de forma permanente por eso es importante generarle en el estudiante un ambiente de aprendizaje en condiciones propicias para que se logren los significados y las experiencias en un estado de alerta, ya que este estado no se requiere de un esfuerzo voluntario. Por otra parte en cuanto a los estados voluntarios que se generan en el proceso de enseñanza-aprendizaje, el docente si tiene que poner la atención en el tipo de materiales y recursos didácticos que mediatizan o conectan el aprendizaje significativo que debe aprehender el estudiante con la guía y orientación del docente, por ejemplo el posibilitar la atención hacia una exposición a través de algunas diapositivas con temas relevantes que ambientalicen el contenido a desarrollar, una lámina, un audio, un video, etc., y que a pesar que se esté generando una actividad orientada por el docente, al mismo tiempo es posible y casi de manera permanente que el estudiante se pueda distraer o tener interrupciones en el aula por parte de algún compañero, el ruido de los objetos, etc., a pesar de ello el estudiante debe tener la habilidad de concentrarse nuevamente en la actividad que fija la atención el docente para cumplir con el objetivo de aprendizaje. La acción del docente es fundamental en enseñar a los estudiantes a observar su respiración y pensamientos, ya que los sentimiento y sensaciones ambulan de manera permanente y la distracción es inevitable y es evidente que se contrapone con la atención plena que debe focalizar el estudiante ante el contenido de aprendizaje, de tal manera que se tiene que apoyar en la atención de conflicto para hacer la concentración en la respiración. Como se pueda observar ante lo tipos de atención dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje la regulación es una constante, ya que a través de ésta es posible el autocontrol, la autorregulación y la habilidad de orientar las conductas de quienes protagonizan dicho proceso, porque la atención no sólo regula al estudiante, sino también al docente. Ante tales contextos de atención en los aprendizajes, es fundamental el papel que guarda el docente en las aulas, dado que debe ser un experto en el entrenamiento y conducción-guía hacia sus estudiantes para alcanzar esta habilidad y que sólo con la práctica se logrará desarrollar la actividad académica hasta alcanzar los objetivos deseados con ambientes de aprendizaje y estilos de aprendizaje en donde el eje central es siempre la atención plena en el desarrollo de todos los componentes del proceso didáctico, cuidando ante todo no caer en la


automatización y mecanización para que no sea un obstáculo hacia el aprendizaje por parte del estudiante y demerite su aprovechamiento y rendimiento académico. La enseñanza de destrezas y hechos en forma condicional crea las condiciones para la duda y permite tomar consciencia plena de cómo diferentes situaciones pueden exigir sutiles diferencias en lo que les presentamos. Esta forma de enseñar no impone una carga especial a los docentes. Más bien puede aumentar su propia consciencia porque ayuda a cada estudiante a poner en práctica su capacidad potencial. (Langer, 2000) Este referente nos hace reflexionar de la gran importancia que tiene la atención plena de la acción pedagógica-didáctica que genera el docente en la práctica docente cuando está en la posibilidad de favorecer los aprendizajes tomando en cuenta que los estudiantes tienen que sortear los obstáculos cognitivos para alcanzar el logro de un contenido en particular y si son de forma ilustrativa, llamativa, basado en los ABP (Aprendizajes Basado en Problemas), en aprendizajes significativos, situados o por descubrimiento, potencializan aún más dichos contenidos. El aprendizaje lateral es una alternativa para direccionar el proceso enseñanzaaprendizaje con una perspectiva de mayor éxito, ya que este apunta a mantener un estado de consciencia plena, ya que éste gira en torno de ciertos estados psicológicos que son, en realidad, diferentes versiones de la misma cosa; apertura a la novedad, estado de alerta ante las diferencias, sensibilidad a los diferentes contextos, consciencia plena implícita, si no explícita de las múltiples perspectivas y orientación en el presente. (Langer, 2000) Este tipo de aprendizaje hace que el docente se vuelva más atento y receptivo a los cambios de situaciones, ambientes y contextos de aprendizaje que se generan en las aulas. Ante ello se tienen que hacer prácticas en el presente innovadoras que resulten de un gran interés y necesidad de los estudiantes, de tal forma que exige no sólo un método de aprendizaje y de enseñanza, sino metodologías que estén en constante interacción con estrategias versátiles apuntadas al manejo de las multiinteligencias incluida la inteligencia espiritual. Si el docente posibilita la novedad entonces de forma paralela se estaría desarrollando la atención plena y la alerta a los detalles o diferencias que se generen en los ambientes de aprendizaje que propicie el docente en el sistema de actividades que se planteen, ya que tendrán una repercusión ante los contextos inmediatos donde el estudiante pondrá en práctica las experiencias obtenidas y de esta forma se verá reflejada la importancia de los contenidos porque se estarán reflejando en el ahora y el presente histórico donde interactúa. Toda esta perspectiva de entendimiento en la práctica docente debe de motivar a los estudiantes y a los docentes hacia un estado de consciencia plena. En el estado plenamente consciente, implícitamente reconocemos que ninguna perspectiva explica una situación en forma óptima. Por lo tanto, no se busca seleccionar la única respuesta que concuerde con la situación, sino que se reconoce que hay más de una perspectiva sobre la información dada y elegimos


entre ellas. (Langer, 2000) Con esta definición queda rebasada la teoría de la concordancia, porque las creencias que se tienen de las percepciones con el ambiente y que su concordancia es el nivel de la inteligencia, sigue siendo una postura del siglo pasado, por tal sentido se sigue priorizando el nivel cognitivo o el ojo de la mente y no se debe caer que sólo existe una determinada realidad y en el caso del proceso del aprendizaje, no es posible que sólo exista una sola forma de aprender, dado que hay una multiplicidad de inteligencias que pueden experimentar los estudiantes, que incluso va más allá como lo plantea Howard Gardner planteadas en las estructuras de la mente, desde una perspectiva de la teoría de las inteligencias múltiples (2004). La consciencia plena que debe tener un estudiante frente a la posibilidad del aprendizaje es cuando las experiencias se convierten en ambientes flexibles, en donde es capaz de autorregular y autocontrolar los procesos perceptivos hasta llegar a niveles de entendimiento superior, dejando de lado el piloto automático como respuesta inmediata de un supuesto aprendizaje. A continuación se muestra un cuadro comparativo que define muy claramente las diferencias entre la inteligencia y la consciencia plena y que es trascendental tomarla en cuenta como docentes para ubicar de alguna manera una práctica educativa que permite estar en un nivel de consciencia histórica, la cual nos brinda la posibilidad de evolucionar las prácticas y procesos cotidianos-ordinarios y que es la antesala para general un salto a lo no-dual, dejando de lado los compromisos cognitivos prematuros.

Esquema No. 5 Diferencias entre inteligencia y consciencia plena Fuente: (Nava, 2008)


Desde la perspectiva como se plantea en el cuadro se observa claramente que las dos posturas parten de que son procesos, sólo que una lo desarrolla desde lo lineal y la otra determina saltos o retrocesos que permite percibir los problemas desde lo novedoso, esto implica que el estudiante tenga de inicio a la experiencia un alto nivel de motivación y de interés por solucionar la problemática planteada desde diversas situaciones o procesos, en cambio la otra solo tiene una vía para explicar el resultado. Lo que significa darle una gran importancia a lo que señala Langer (2000) mantener la ignorancia inteligente, como una sorprendente herramienta para situar el aprendizaje a partir de una multidiversidad de posibilidad para solucionar o resolucionar el problema o experiencia planteada por el docente. En otro orden de idea también es necesario reconocer que llegar a la consciencia plena de los aprendizajes el estudiante puede controlar y autorregular la variedad de perspectivas con las que puede contar para alcanzar el éxito de la situación o situaciones didácticas planteadas por el docente. Cono se puede manifestar la diferencia entre la inteligencia y la consciencia plena, esta última tiende a generar la flexibilidad que realmente es lo que la caracteriza a un estudiantes de hacer valer su experiencia y aprendizajes previos que ya posee, ya que éstos le darán un gran puente para aplicarlos ante las situaciones de aprendizaje como si fueran un gran repertorio o portafolio de conocimientos generales o globales, permitiéndole además buscar también una infinidad de estrategias y formas de aprehender la realidad en estudio construyendo su propio estilo de aprendizaje. Conclusiones Este nuevo entendimiento del paradigma educativa holista fundamentado desde la la filosofía perenne, la neurociencia y la inteligencia superior, viene a fortalecer en el presente de este siglo XXI una nueva forma de entender la formación y desarrollo de los sujetos en formación, pero más aún viéndolo desde la totalidad incluye a la familia, la comunidad, la sociedad, el planeta y el kosmos como dimensiones en las cuales es sustancial no dejarlas de incluir. La atención plena y el aprendizaje consciente es un binomio trascendental ahora en la formación, se necesita que el sujeto logre estar presente en cada instante de su vida, para estar vigilante y disfrutar las experiencias de aprendizaje que en cada instante ocurren en su pensamiento y en sus acciones. Sin duda, es el momento de dejar la racionalidad instrumental y mecanicista, porque estos niveles cartesianos no son trascendentes en estos momentos históricos. Es importante generar el despertar consciente hacia la búsqueda de una nueva visión de rostro humano que ayude a evolucionar los niveles y dimensiones de la consciencia.


Referentes bibliográficos. Gallegos Nava, Ramón (2015), Antología de aprendizaje holista, Fundación para la educación holista, Guadalajara, Jalisco. Gallegos Nava, Ramón (2001), El espíritu de la educación: Integridad y trascendencia en educación holista, Fundación para la educación holista, Guadalajara, Jalisco. Gallegos Nava, Ramón (2002), La educación del corazón; Doce principios para las escuelas holistas, Fundación para la educación holista, Guadalajara, Jalisco. Gallegos Nava, Ramón (2004), Educación para la vida y la paz: Más allá de la calidad educativa, Fundación para la educación holista, Guadalajara, Jalisco. Gallegos Nava, Ramón (2010), La educación que la humanidad necesita, Fundación para la educación holista, Guadalajara, Jalisco. Gallegos Nava, Ramón (2007), Pedagogía del amor universal: atención plena y sabiduría, Fundación para la educación holista, Guadalajara, Jalisco. Gardner, Howard (2004), Estructuras de la mente, la teoría de las inteligencias múltiples, Editorial Fondo de Cultura Económica, México, D.F. Kabat-Zinn, John (2013), Mindfulness para principiantes, Editorial Kairos, Barcelona, España. Langer, Ellen (2000), El poder del aprendizaje consciente, Editorial Gedisa, Barcelona, España. Langer, Ellen (2007), Mindfulness, La atención plena, Editorial Paidós, Madrid, España. L. Smalley, Susan y Diana Winston (2012), Conciencia Plena, ciencia, arte y prácticas del Mindfulness, Editorial Obelisco, Barcelona, España. SEP, Plan de Estudio (1999), Licenciatura en Educación Secundaria, Programa para la transformación y el fortalecimiento académicos de las Escuelas Normales, México, D.F.


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