Informe Alternativo del Derecho a la Alimentación 2012

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Políticas de desarrollo económico

El maíz blanco, cuya oferta nacional mayoritaria es de producción local, ha presentado importantes crecimientos en la factura de importación con un 244% en términos relativos. En el caso de la leche en polvo, en 10 años se presenta un significativo crecimiento de 235%, alcanzando una factura de importación en 2011 de US$ 7.8 millones. Puede observarse el caso de otros granos como el frijol, cuya mayor producción es local, muestra también un crecimiento, aunque sin importancia. En cuanto a la papa, llama la atención el incremento a cerca de US$ 2.5 millones en 2010 y, en el caso del ejote francés, también es interesante que, aunque la mayoría de la producción se destina a la exportación, el cultivo tiene una factura de importación de US$ 71,600.

IV. Conclusiones y Recomendaciones • En las condiciones actuales de la estructura económica guatemalteca, y fundamentalmente una agricultura histórica orientada a la agroexportación, en pos, ahora, de la tesis productivista y del desarrollo competitivo, se encuentran las explicaciones iniciales de las causas de la pobreza y la desigualdad social imperantes en Guatemala, ya que esta situación histórica tiene sus impactos en la economía campesina, la dependencia reiterada de las importaciones de alimentos, en el hambre y en los niveles de desnutrición existentes. Evidentemente, esto no permite que la sociedad guatemalteca sea autosustentable. • La propuesta de un nuevo modelo de economía más abierta a la globalización económica impuso desde finales de la década de los ochenta, un Estado que desmanteló el sistema público agropecuario, dejando sin apoyo la producción campesina de alimentos, y estimulando las importaciones subsidiadas y sin pago de impuesto principalmente desde Estados Unidos. Como resultado, aquellos productos-mercancías en los cuales se era autosuficiente como el arroz y maíz amarillo, son ahora mayormente importados, lo cual nos ha hecho vulnerables a los vaivenes de los precios internacionales y dependientes de los mercados internacionales. • La capacidad del Estado en cuanto a la situación alimentaria, por un lado, está limitada estrictamente a ofrecer información para que la población decida qué y a quién comprar, sin impacto real en los mecanismos de regulación de precios –determinados por el mercado – y con pocos márgenes de maniobra para las situaciones de volatilidad, principalmente generadas por sucesos externos debido a la estructura de los mercados internacionales. • A partir de las informaciones recabadas sobre los productos-mercancías que integran la canasta básica y que son analizados en el presente documento, puede afirmarse sobre la existencia de oligopolios que controlan el mercado nacional e igualmente las importaciones de los granos básicos, siendo los principales beneficiarios de la liberalización arancelaria, fundamentalmente la establecida en el DR-CAFTA. Ante esta realidad de concentración de los mercados y de las prácticas anticompetitivas en el uso de los contingentes de importación, es preciso hacer un cuestionamiento sobre una de las principales políticas públicas utilizadas en los últimos años para atenuar la crisis de precios de los alimentos. El Gobierno opta por

Monitoreo de las directrices voluntarias para el Derecho a la Alimentación 2012

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