Relatos 2006

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nosotras. Una era la carnicera, otra la verdulera, otra la tendera… ¡qué recuerdo de mis amigas Práxedes, Fabiola, Florencia, María, Irene…! Las chicas no podíamos alejarnos mucho de la puerta de nuestra casa porque la madre nos podía llamar en cualquier momento para ayudarle en la casa o cuidar de los hermanos más pequeños, sin embargo los chicos eran más libres y jugaban a otros juegos bastante más agresivos, por ejemplo jugaban a la “Dola” corriendo por las calles del pueblo armando gran alboroto a pillarse; y al “Esconde correas”, se quitaban las correas que eran los cinturones que sujetaban los pantalones, las arrollaban, las escondían en los agujeros de las paredes y los que las encontraban corrían detrás de los chicos y les pegaban correazos fuertes. Algunos lloraban, pero ninguno dejaba de correr intentando salvarse. Al llegar a la plaza y tocar la pared, se salvaban. El “Marro” era el juego peor porque rompían mucha ropa, algunos llegaban a casa con la chaqueta sin mangas o el pantalón en la mano, se deshacían la ropa al sujetarse y agarrarse unos a otros fuertemente; a mí me parecía como si fuese una guerra donde los dos bandos, uno en cada extremo de la plaza, se dedicaban unos a hacer prisioneros a los otros;

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