EL BOSQUE ENCANTADO
Érase una vez un conejo que se mudó de madriguera . Al llegar a su nuevo hogar, se percató de que había un bosque muy cerca de donde el vivía.
Con miedo, decidió adentrase al bosque porque necesitaba provisiones para su nueva madriguera. Pero al entrar, se llevó una sorpresa algo mágica.
A pesar de su miedo, decidió seguir el camino y pronto divisó un prado lleno de flores mágicas. Cada flor tenía el poder de conceder un deseo.
Emocionado, tomó una flor y pidió
el deseo de ser el conejo más valiente del bosque.
Con su valentía, se adentró al bosque y decidió ayudar al que lo necesitara. Se encontró una mariquita que estaba atrapada en una telaraña y la liberó.
En su camino, vieron a lo lejos un árbol muerto y en el suelo un pájaro que parecía contemplar su nido destruido por culpa del viento.
Rápidamente se acercaron a él y lo
llevaron a otro árbol. Lo ayudaron a construir otro nido y lo colocaron en el árbol.
Sigueron su camino cuando de pronto vieron una oruga que trataba de escalar una roca.
Necesitaba cruzar para poder llegar a su árbol pero no podía así que el conejo la ayudó.
El conejo escaló las rocas, llevando a la oruga en su pata y la ayudó a cruzar al otro lado. La oruga le dió direcciones para llegar a su árbol y le dijo al conejo algo que lo dejó asombrado.
La oruga era la dueña del prado de flores y le contó al conejo que las flores en realidad no son mágicas. Era un mito que la oruga creó para que los animales del bosque creyeran en sí mismos.
El conejo aprendió que la valentía está en todos.
Y la enseñanza que debemos de conservar es que la valentía y la amistad pueden hacer que la magia florezca en los corazones de todos.
Posdata, sus amigos le dieron frutas y verduras para darle las gracias por ayudarlos.
Fin
Créditos:
Imágenes sacadas de la plataforma Canva.
Presentación
para la clase de computadora.
Profesor William Barreto. 26 de febrero de 2024.