XI Congresso ALAIC - GT3 - Parte 1/2

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El 29 de noviembre de 2009 los candidatos a la presidencia de la República José Mujica por el Frente Amplio, y Luis Alberto Lacalle por el Partido Nacional, concurrieron al balotaje para dirimir el resultado de la elección presidencial uruguaya1. La fórmula Mujica – Astori alcanzó la mayoría absoluta requerida con el 52,39% de los votos, frente al 43,51% de la fórmula Lacalle – Larrañaga. El candidato frenteamplista, ex guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros que se incorporó a la contienda política legal en 19852, superó ampliamente al candidato nacionalista y presidente uruguayo entre 1990 y 1994. La relevancia histórica de este resultado no puede medirse sin una referencia a la evolución del sistema de partidos uruguayo de los últimos cuarenta años, desde que en 1971 el surgimiento del Frente Amplio rompió el bipartidismo tradicional dominado desde mediados del siglo XIX por los partidos tradicionales, Nacional y Colorado3. Estas colectividades, compitieron dentro de un formato bipartidista hasta principios de los setentas como estructuras partidarias crecientemente fraccionalizadas (González, 1991). La fraccionalización de las estructuras partidarias, característica particular del sistema de partidos uruguayo, fue determinante para la creación del Frente Amplio que se constituyó como una coalición de partidos y movimientos progresistas y de izquierda que se nutrió con sectores escindidos de los partidos tradicionales, como resultado de un proceso histórico de síntesis política del movimiento popular en el marco de la crisis estructural del modelo de desarrollo que se impulsó en las primeras décadas del siglo XX. Sin embargo, en 1971 el Frente Amplio fue percibido por los

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El sistema electoral uruguayo establece tres etapas para la elección presidencial, consecutivas y vinculadas. Una primera elección denominada “interna”, para la elección simultánea del candidato único a la presidencia por cada partido, con voto voluntario; mayoría absoluta para resultar elegido como candidato único entre múltiples candidaturas (50% + 1 de los votos o 40% +1 y distancia superior a 10 puntos porcentuales respecto al segundo). Una segunda elección nacional, con voto obligatorio; los partidos compiten por la presidencia con candidaturas únicas por partido; mayoría absoluta de 50% + 1 sobre el total de votos emitidos para alcanzar la presidencia. De no alcanzarse esta mayoría, una tercera elección (balotaje), con voto obligatorio, en la que compiten los dos candidatos más votados en la segunda elección (Cfr. Bottinelli: 2000). 2

El MLN-Tupamaros, fue un movimiento de guerrilla urbana que, sin embargo, no se planteó el asalto al poder por la vía armada, sino fundamentalmente el desarrollo de la propaganda armada (Cfr.: Aldrighi, 2009: 24; Panizza, 1985: 6). Fue desarticulado militarmente en 1972. En 1985 se conformó como movimiento político legal y en 1989 ingresó al Frente Amplio. 3

En la elección presidencial de 2009, alcanzaron representación parlamentaria cuatro partidos: Frente Amplio (50 diputados), Partido Nacional (30 diputados), Partido Colorado (17 diputados), Partido Independiente (2 diputados). Hasta el año 1971, los partidos tradicionales, el Partido Colorado y el Partido Nacional, sumaban cerca del 90% del electorado uruguayo. Ese año, se crea el Frente Amplio y obtiene el 18,28% de los votos. Reconquistada la democracia en 1984, mantiene un porcentaje similar: 21,26%. En las elecciones siguientes la izquierda irá incrementando su caudal electoral de forma constante en cada elección, con el consecuente declive de los partidos tradicionales, hasta alcanzar la mayoría absoluta sin balotaje en 2004 (51,7%). Para un detalle de los resultados electorales en Uruguay, véase Marius, 2005, y anexos en Bottinelli, et. al., 2000.

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