ENSAYO MAL DE ESCUELA

ENSAYO MAL DE ESCUELA Brandon Vaca Mosquera José Damián Caparrós Guillén

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INTRODUCCIÓN

Se presenta un ensayo crítico sobre el libro “El mal de la escuela” de Daniel Pennac. A lo largo de este texto se desarrollarán las ideas que este autor trabaja en su libro. No queremos caer en el juego de citar frases del libro y hacer una valoración para cada frase quedando así una reflexión inconexa. Podemos leer en esta obra de Pennac, sobre aquellos alumnos que son nefastos en clase y que tienen resultados horribles. Se menciona en la obra que el protagonista tenía gran dificultad a la hora de aprender e incluso realizar una operación matemática, venía de una familia de un nivel social bueno y no se sabía de dónde podría venir tal problema que a lo largo de su infancia le seguía. Se menciona que sentía un horror enorme al pensar que su familia y profesores lo veían como un “zoquete”, esto acabó con la decisión de la familia mandándolo a un internado.

Esto lo encontramos día a día en miles de centros educativos desde la primaria hasta la secundaria, este problema puede solucionarse de manera que el profesor diagnostique el fallo que tiene el mismo en su aula y pidiendo ayuda a un pedagogo el cual buscará una solución correcta para guiar al alumno al camino deseado. Pasaremos a continuación a desarrollar el cuerpo del ensayo mencionando antes que el fallo más común es la desorientación del alumno debido a que el profesor generaliza a la clase con un mismo nivel para todos dando lugar que la clase se divida en nivel, encontrándonos en el último nivel a la clase de alumno que se menciona en la obra.

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CUERPO

Comenzaremos mencionando el primer capítulo llamado “El basurero de Djibuti” título con el que hace una analogía a como se sienten los alumnos en un sistema

educativo con el que no se sienten identificados, y si lo hacen son considerados como “desecho escolar”. Destacaremos a partir de esta idea dos vertientes. En primer lugar, la intención del autor de mostrar los sentimientos y las experiencias de unos alumnos que el sistema educativo ha discriminado, y por qué no decirlo, humillado. Agravando su autoestima, el desarrollo de su personalidad y capacidades hasta el punto de llevarlo a la exclusión social. Pennac se menciona a sí mismo como un “zoquete con miedo”. Esta expresión nos lleva a reflexionar sobre el hecho de que un mal estudiante acepte su etiqueta de “zoquete” y se convierta él mismo en un cómplice de su condena. Al par con esta idea, y mencionando así la segunda vertiente, cabe destacar la justificación que presenta de su libro, mostrar al público un tema sobre el que todos conocen pero a nadie le interesa hablar, el dolor de un mal estudiante. Resulta irónico y fantástico que este tema tan poco relevante ahora sea presentado desde su perspectiva como profesor y usado para educar a los futuros docentes que tendrán en sus clases a esos “buenos estudiantes ansiosos de aprender”. De alguna manera puede ser un intento de venganza o justicia simbólica que quiere mostrar al mundo como esos zoquetes también tenían algo bueno para decir.

Pennac obtenido de la edición 2008: “Pienso escribir un libro sobre la escuela; no sobre la escuela que cambia en la sociedad que cambia, como ha cambiado este río, sino, en pleno meollo de ese incesante trastorno, precisamente sobre lo que no cambia, en una permanencia de la que nunca oigo hablar: el dolor compartido del zoquete, sus padres y sus profesores, la interacción de esos pesares de escuela.”

Llegados a este punto queremos poner en valor a los profesores con vocación, a los que se implican, que tienen el amor por la educación y a la forma en que lo hacen. En psicología se presenta la teoría de la profecía autocumplida, que en pedagogía se ha usado para explicar que si un profesor tiene buenas expectativas sobre sus alumnos, eso alumnos mejoraran. Por el contrario, si el profesor no espera nada de un alumno “vago”, el susodicho seguirá siendo un marginado. En la actualidad necesitamos abandonar los métodos tradicionales y romper esa barrera de jerarquía en la que los profesores tienen todo el poder

sobre los alumnos. Los directores y otras personas de los equipos de dirección, como los docentes deben liderar el aprendizaje y actuar como agente del cambio, para que influyan, inspiren y ejemplifiquen lo que significa participar en el aprendizaje. Los alumnos necesitan un profesorado seguro de sí mismo y colaborador. Capaz de autorregular su aprendizaje y de establecer vínculos con otros compañeros de profesión. Tener voluntad de innovación y aprender sobre el liderazgo, lo que establece las condiciones para formar comunidades de aprendizaje. Hacer que los profesores salgan de su zona de confort y experimenten con nuevas metodologías, actualizarse y probar cosas nuevas es lo que lleva al desarrollo de las buenas prácticas. Sin embargo, los profesores no son los únicos que deben cambiar, necesitan ese apoyo político y social desde las administraciones correspondientes. Como Felipe Trillo (1994) expone:

Los profesores críticos saben, por tanto, que un cambio tan general como el que se pretende en España no puede confiarse a iniciativas particulares, por muy voluntaristas que éstas sean.

Tienen claro que no es una buena política de diseminación del cambio exigirles a los profesores que sean buenos profesionales (que generen cambio, que no se ciñan al libro de texto y que construyan materiales instructivos, que atiendan al entorno, etc.), y después abandonarlos un poco a su suerte.

Nos damos cuenta que el autor de la obra intenta reflejar claramente el factor de las familias sobre los alumnos con carencias educativas y cómo influyen sobre ellos.

Un alumno que tiene carencias educativas y le cuesta realizar la labor educativa impuesta por el sistema educativo y el profesor lo último que necesita es que sus padres y entorno familiar le bombardee a con palabras negativas, los padres son los primeros en tener un contacto y saber las calificaciones que sus hijos obtienen en clase y si las sin malas van a regañarle. Este gesto de la familia hace que el niño se desmotive, pierda interés, se sienta mal consigo mismo… La solución nunca debe ser esa, se debe buscar una solución efectiva y que haga que el alumno vea el error y sienta la necesidad de corregirlo.

Estos tipos de alumnos se ven en un círculo vicioso del cual no sienten ningún tipo de interés por salir de él debido a que no se sienten apoyados por su círculo más cercano como es la familia, los profesores la gran mayoría no se especializan a ayudar al alumno más atrasado si no que lo dejan en el olvido hasta que llega la catástrofe académica. Este tipo de problema puede solucionarse haciendo ver al sistema educativo, en concreto a profesores, que no todo método de enseñanza y aprendizaje es efectivo para todos los alumnos, pudiendo ser erróneo para muchos y teniendo que poner en práctica otros métodos.

Un factor importante es la motivación como hemos mencionado con anterioridad, en concreto la motivación intrínseca. Es aquella motivación que nace del interior de la persona, y se podría trabajar con el alumno de diversas formas: 

Asociar actividades escolares con los intereses del alumno como pueden ser el deporte, la música, eventos de actualidad…

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Utilizar métodos diferentes a los tradicionales utilizando juegos, actividades online y físicas para que la atención hacia esas actividades aumente y con ella la recepción de materia educativa

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Utilizar una variedad a la hora de organizar y estructurar las clases para no aburrir a los alumnos con las mismas dinámicas siempre.

Con respecto al devenir, preferimos no mencionar lo que ya todos sabemos, los métodos tradicionales con su profesor de librillo. En su lugar hablaremos de la revolución tecnológica que vivimos hoy en día, la cual ha cambiado por completo las reglas del juego en todos los ámbitos, y sobre todo en educación. Se requiere un cambio en el modo de enseñanza que modifique el sistema de jerarquía predominante. Es importante y necesario dar un papel más activo a los adolescentes para que creen su propia educación. Fomentar un buen ambiente en clase y hacerles sentir participe de un verdadero sistema democrático. Tanto el núcleo familiar como la escuela necesitan modificar sus métodos, es tiempo de entender que en la actualidad los niños están expuestos a todo tipo de violencia y todo tipo de contenido por la llegada de las redes sociales. Muchos

expertos hablan de la “desaparición de la infancia” por eso es necesario crear nuevos métodos de control para que crezcan en un ambiente seguro. Por otra parte, destacar la importancia de luchar contra la exclusión y desarrollar el sentido del propio proyecto. Cuando los alumnos no se sienten parte del sistema educativo pierden las perspectivas de futuro y no luchan por sus sueños, entran en un conformismo y negatividad a la hora de encaminar su vida, lo que puede derivar además en el refuerzo de comportamientos violentos. Por ello, ante la falta de herramientas para resolver conflictos de manera pacífica se debe mejorar las habilidades individuales. En el informe INJUVE (2000) se presenta la siguiente información:

El fracaso en los estudios y la incertidumbre sobre el futuro laboral son las principales fuentes de preocupación. La respuesta más frecuente (dada por el 35%) sobre cuál es el problema personal que más le preocupa es la ocupación y la responsabilidad profesional (estudio-trabajo).

CONCLUSIÓN

En conclusión, lo que marca la diferencia es un sistema educativo es un buen profesor. Destacamos la frase de Pennac: “Los profesores que me salvaron no estaban preparados para ello”. Y tal vez esa sea la principal causa del problema, el enfoque de la situación. Vivimos en una sociedad en la cual se generaliza todo hasta el punto de que la educación también, no podemos llegar al punto de que todos los alumnos lleguen a tener las mismas facilidades a la hora de aprender, “La misma base”. La clave de todo esto está en que cada profesor se implique y analice durante un periodo de enseñanza cuáles son los alumnos más aventajados y más atrasados respecto las asignaturas que se imparten, una vez llegado al final del análisis se pondrá en práctica un apoyo especial para aquellos alumnos que no avanzan. Conocer más en profundidad al alumno hace que haya una facilidad asombrosa de llegar a un avance educativo, debido a que el profesor sabe dónde tiene que trabajar más para potenciar sus capacidades.

Este ensayo crítico nos abre el debate para hacernos reflexionar sobre la búsqueda de culpables en lugar de las causas que nos han llevado a esta situación. De nada sirven las reformas educativas si no modifica la gramática básica y tradicional que se ha mantenido en los centros educativos a lo largo de estos años. Precisamente a lo que se refiere con “gramática básica” es a esa organización que han tenido los centros, muchas veces anti-pedagógica, en la que los niños van uniformados, atentando así contra la diversidad cultural y el desarrollo de una identidad propia. Los tiempos, horarios de 6 horas seguidas con discursos distintos de profesores expertos en su materia pero con una total carencia de conocimiento pedagógico. Resaltan así en estas aulas el aprendizaje memorístico y el uso de un examen teórico para evaluar las competencias de los alumnos, un sin sentido lógico para el Estado. La organización de la clase en la que las mesas se mantienen fijas, un profesor siguiendo el guion de un libro, falta de trabajo en equipo y demás ejemplos no permiten que los educandos tengan un aprendizaje significativo que cubra todas las competencias de un desarrollo personal. Mientras los alumnos no se sientan felices en el aula y el profesor se muestre en un rango de jerarquía superior, todas las reformas educativas acabarán siendo única y simplemente marketing político.

Referencias Alonso, F. (1994). El profesorado y el desarrollo curricular: tres estilos de hacer escuela. Cuadernos de pedagogía, 228, 70-74.

MARTÍN SERRANO, M.; VELARDE HERMIDA, O. (2001) Informe Juventud en España 2000. Madrid: Instituto de la Juventud.

Pennac, D. (2008). El mal de la escuela. Literatura random house.