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Los cinco primeros minutos

V

Jeff Pucillo. Fotograma de Corazón azul.

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Miguel Coyula me citó a una prueba de cámara para su nuevo filme Corazón azul. En la sala del penthouse de sus padres me mostró lo que tenía filmado. No recuerdo introducción alguna. Empecé a ver aquellas imágenes y entré de inmediato en el universo de la película, tanto que al finalizar le pregunté si DNA 21 existía.

En el mundo reina el caos. Hay protestas contra un proyecto gubernamental de manipulación genética en Estados Unidos. Desde distintas aristas y lenguas se combate esta decisión unilateral que, entre otras cosas, agudizará las diferencias sociales.

–You are gonna tell me that my child is not as good as your child because you had the money to have it genetically engineered. DNA 21 can’t get away with this anymore. They’ve got to be stopped. The government has got to step in and say: «Enough already». And you know what? We are not budging. They are going to deal with us.

La que habla es la actriz estadounidense Leila J. Babson. Antes trabajó con Miguel en Cucarachas rojas (2003). Siempre llamó mi atención Doris, la vecina, su personaje perturbado en Cucarachas… En la trama llega siempre en momentos delicados. Pareciera que se trata solo de una vecina curiosa, pero en su carácter Miguel expresa la locura como forma de exaltación del espíritu, capaz de intuir lo anómalo, lo extraño en los que se dicen o creen «normales».

–You and your girlfriend make a very good couple.

Adam Zarrasky (Adam Plotch) le responde:

–No Doris, she is my sister.

Doris empuja su carro del mercado envuelta en una capa de nailon y con el cuello cubierto por una bufanda gruesa casi gritándole a Adam, que apura su marcha.

–Well you make a good couple anyway. That’s the truth.

Es una especie de esquizofrenia que padece Doris, y a la que Leila terminó de dar forma, al proponer un vestuario que de por sí comunica una naturaleza outsider. Doris como canal receptor y emisor de la disfuncionalidad. Luego, en Corazón…, parecería que es el mismo personaje años más tarde.

En el caso de Nicolas Fredersen está muy claro que es el nombre completo del Nick de Cucarachas…, interpretado por el actor también estadounidense Jeff Pucillo.

Jeff Pucillo ha trabajado en todos los filmes de Miguel, al igual que Adam Plotch. Su personaje Nick realizó el sueño de 2003 cuando, en Cucarachas… anhelaba trabajar para la corporación DNA 21. En Corazón…, el gobierno de Estados Unidos cede ante las protestas, ilegaliza DNA 21 y señala a un culpable: Fredersen.

Esta fractura resulta provechosa para Fidel Castro quien, probablemente, haciendo labor de espionaje, logra dar con el científico estadunidense para que dirija de forma secreta los laboratorios que ha venido liderando en Cuba desde años antes, en su construcción del Nuevo Hombre, y acabar por siempre con el imperialismo yanqui.

En los primeros cinco minutos se cuestiona o apoya a DNA 21 en múltiples lenguas, en francés (Magali Kabous), italiano (Elio Ruma), español (Carlos Navedo, Susana Rodríguez), ruso (Zita Skomoliova), inglés (Theodore Bouloukos, James Burns, Marta Reiman –que también trabajó en Memorias del desarrollo–; e interpretando al activista principal, el actor cubano-americano José A. Santana).

Las protestas acontecidas en New York (2011) sirvieron de telón de fondo para que Miguel obtuviera extras gratis y añadiera valor de producción a la película; de modo

que los que aparecen en el fondo son personas reales, mientras que los primeros planos son para los actores y actrices, tanto profesionales como naturales.

Entré a la película justo después del discurso apocalíptico de Fidel Castro, que Miguel sacó de contexto haciéndolo coincidir con DNA 21: «La especie humana puede ser regulada, se están creando en estos momentos las condiciones para una situación, ni siquiera soñada. Nuevas formas de procesos sociales, surgirán, pacíficamente».

Y acto seguido entra un narrador (Aramís Delgado): «Con ustedes, Corazón azul».

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