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cultura
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Aquí se habla de ...
Fotografiar el concepto
Escrito llegado del mar.
Ángel Molina De entrada, me confieso un fotógrafo intrascendente, pero me declaro expreso enemigo de lo vulgar. No todo vale. Me interesan ideas e imágenes encontradas en la realidad, en la literatura, o emergentes desde el contexto humano especialmente. Las personas y sus cosas, que forman parte de lo cotidiano o fueron testigos de sus días tristes o alegres. Objetos, ambientes en los que permanecen los rastros de lo ÚBEDA actualidad
Julio 2012
humano, rescatados del olvido e inmersos en su contexto si es posible. No me interesan las formas por sí mismas; son anónimas, vacías, aunque contengan belleza; pero deben adquirir significado, es decir, transmitir conceptos. Entiendo que la idea o concepto prima sobre la realización material de la obra. ¿Acaso un boceto simple a carbón no es ya arte? ¿No contiene ya el germen de la idea y el proyecto de la toda la obra? Incluso, en ocasiones, la idea no exige una realización técnica exhaustiva que transfigura el original y acaba siendo más un objeto de artesanía que de arte. Yo procuro las imágenes concisas, poco hechas -vuelta y vuelta-, porque si no había nada que decir en el fotograma, ¿para qué insistir? …Y si la idea es buena, ¿por qué tocar y retocar hasta deformar el original? No: el acto creador y su imagen son anteriores al fotograma. Incluso anteriores al visor de la cámara; existían con anterioridad y el fotógrafo debe resolverlo desde su cámara. Si mi fotografía requiere posteriores auxilios clínicos para resucitarla desde el Photoshop, seré un gran cirujano de la 16
fotografía, pero no fotógrafo, si acaso me sentiré recogedor de imágenes con cámaras pensantes. ¡Lo artístico puede ser simple y conciso! En ocasiones, el mismo proceso de realizar la fotografía -salir, preparar, seleccionar, encuadrar, desechar, analizar, sentir- tiene para mí más carga creativa y emocional que la imagen terminada y lista para ser expuesta después de una larga fritura en las sartenes de los programas digitales. Mis dudas se afanan en resolver en qué medida la imagen, supuestamente empapada de la idea, del concepto, puede llegar a implicar al espectador, a sugerirle. Es decir, si el intento creativo ha sido un acto artístico y dialogador o una mera técnica de reproducción asistida. Es que lo intrascendente siempre está al acecho. Y más aún en la Fotografía. Por eso, lo mejor de esta afición para mí, por encima de la cámara, de lo excitante del visor, lo que perdura en mí como aquellos virajes al selenio que otorgaban eternidad a las fotos lo encuentro en la amistad que me da la buena gente de AFU, que incluso me soporta y me consiente. Que así sea, porque fotos ya me sobran.