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Agradecimientos

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Pedadas y Alzadas

Pedadas y Alzadas

Arquitectura sin Estado es el resultado del programa y producción del Taller de Proyecto I del segundo año de la Carrera de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos de la Universidad Torcuato Di Tella, dirigido por los profesores Manuel Mensa y Lucas Torres Agüero en 2016. Queremos agradecer a los siguientes alumnos, por su dedicación y compromiso: Camila Sueyro, Felipe Ginevra, Agustina Mesa, Agustina Monopoli, Camila Ambroggi, Catalina Stok, Clara Sosa D´Este, Delfina Herrera, Macarena Sánchez, Magdalena Jenik, Manuel Maquirrain, Manuela Toto, María Eugenia Cosentino , María Eugenia Massa, Martina Cingolani Rey, Santiago Cornejo, Sol Sánchez Cimarelli, Sol Zamalloa.

Universidad Torcuato Di Tella Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos Campus Alcorta Avenida Figueroa Alcorta 7350 Sáenz Valiente 1010 Ciudad de Buenos Aires Argentina

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Archivos de Arquitectura 07 Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos Universidad Torcuato Di Tella Arquitectura sin Estado Albergues para Multitudes Edición Manuel Mensa y Lucas Torres Agüero

Universidad Torcuato Di Tella Rector: Ernesto Schargrodsky Vicerrectora: Catalina Smulovitz

Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos Decano: Ciro Najle

Carrera de Grado de Arquitectura Director: Sergio Forster

Maestría en Historia y Cultura de la Arquitectura y la Ciudad Director: Julián Varas

Programa en Arquitectura y Tecnología Coordinador: Francisco Cadau

Programa en Arquitectura del Paisaje Coordinador: Juan Pablo Porta

Programa en Preservación y Conservación del Patrimonio Coordinador: Fabio Grementieri

Maestría en Economía Urbana (c/Escuela de Gobierno) Directora: Cynthia Goytia

Centro de Estudios de Arquitectura Contemporánea Coordinador: Santiago Miret

Archivos de Arquitectura Coordinadora: Anna Font

Comité de Redacción Luciano Brina y Santiago Giusto

Archivos de Arquitectura 07 Arquitectura sin Estado Albergues para Multitudes Edición: Manuel Mensa y Lucas Torres Agüero Template Gráfico: Departamento de Comunicaciones UTDT Material: Programa académico y producción de los alumnos de la asignatura Arquitectura sin Estado de la Carrera de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos en el año 2016 Ilustración de tapa: Escalones y puertas giratorias. Planta. Macarena Sánchez y Camila Sueyro No está permitida la reproducción parcial o total del material que aquí se publica. Las opiniones contenidas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de los autores.

ISSN 2314-3029

Número de Edición: 07 Fecha de Edición: Agosto de 2018 Impresión: Ediciones Emede SA Cantidad de ejemplares: 500 Tipografía: Helvética Neue

Propietario Universidad Torcuato Di Tella Campus Alcorta Avenida Figueroa Alcorta 7350 Sáenz Valiente 1010 Ciudad de Buenos Aires Argentina

Índice

La Arquitectura en la Época de la Reacción a la Globalización Ciro Najle

Muros, Vanos y Puertas Manuel Mensa

Atravesar o no Atravesar

Arquitectura sin Estado

Escalones y Puertas Giratorias Lucas Torres Agüero

Rampas y Rellanos

Pasillos y Muros Curvos

Puertas Dobles y Escalones

Escaleras y Losas

Columnas y Pasillos

Muros Altos y Escalinatas

Vigas y Columnas

Pedadas y Alzadas

La Décima Ruina

Agradecimientos Santiago Giusto 006

008

012

016

020

024

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062

Rampas y Rellanos, sector de maqueta. Alumnos: Martina Cingolani Rey y Manuel Maquirrain

La Arquitectura en la Época de la Reacción a la Globalización Ciro Najle

Arquitectura sin Estado proclama una arquitectura que no se apoya en argumentos, fundamentos o razones para sostener valores, una arquitectura sin determinaciones externas, ni circunstancial ni dogmática, que se sitúa, por decisión propia, por pura intrepidez, más allá de la trampa de la dicotomía entre autonomía y heteronomía característica de las últimas décadas: arquitectura absoluta por autosuficiente, arquitectura firme, arquitectura soberana. Arquitectura sin Estado se pronuncia como una reacción cándida pero certera al argumento extenuado de la arquitectura de los sistemas abiertos, cuando ésta se inhibe de determinar debido a su discurso sobre la adaptabilidad a las circunstancias y a los cambios en el tiempo. Por otro lado se distancia de la regresividad que tal reacción podría involucrar, abrazando recursos disciplinares naturalizados y poniendo en marcha una movilización que los lleva fuera de sí.

Abordar, resolver y superar esa doble pinza (y su doble paradoja) que sujeta el pensamiento arquitectónico contemporáneo constituye el dilema central de la arquitectura actual: por un lado, circunvalar las exhaustas vanguardias nuevamente autoproclamadas redentoras, que repiten las mismas cegueras de hace cien años; por otro traspasar las barricadas de la cultura establecida, que extrañamente esconden su conservadurismo tras el velo de la rebeldía.

A este escenario anudado, cuyos horizontes aparentemente expandidos permanecen cortos de alcance (¿en qué época se vio tal proliferación de imágenes y diversidad de ideas, y sin embargo, cuándo ha resultado tan vacuo el campo de la teoría de la arquitectura?), Arquitectura sin Estado responde desde su centro mismo, elevándose por encima de una discusión entre posicionamientos que no es sino una contienda laberíntica entre poses, estilos y marcas.

Arquitectura sin Estado concatena materiales elementales (un set en escalada de muros, vanos y puertas), desplegándolos, entrelazándolos, colmándolos en multiplicidades abigarradas, y configurando con ellas un único dilema singular. Es por este dilema que sus planteos producen un efecto inquietante, que hace vibrar nervios adormecidos y músculos entumecidos, despertando pasiones hasta ahora desconocidas, a la vez encantadoras y perturbadoras.

Arquitectura sin Estado genera el efecto fulminante y paralizador de un calambre: un estremecimiento súbito de la arquitectura, resultado de la contracción extrema de las relaciones entre sus elementos. Esa vitalidad, no obstante, es solo un indicio, una aguda evidencia de un acontecimiento de mayor escala, aquí precipitado: vociferar (con el mutismo de un juego perpetuo) la voluntad disciplinar de empoderarse en una época de stress y adversidad.

Albergar (en tanto tensa contención en un sujeto arquitectónico trascendente) la multitud (¿de personas o de elementos?) constituye el plan y el medio a través del cual este acontecimiento sucede. Ante un panorama disciplinar que fluctúa entre el conveniente retiro en la auto-celebración y el avance alucinado hacia la sobre-determinación, Arquitectura sin Estado propone internalizar la complejidad del mundo contemporáneo para volverlo inherente al poder de la arquitectura.

Muros Altos y Escalinatas, sector de maqueta. Alumnos: Clara Sosa D’Este y Catalina Stok

Muros, Vanos y Puertas Manuel Mensa

Todos los proyectos de este libro están hechos de muros, vanos y puertas. Es lo primero que hay que decir, aunque sea lo más evidente, porque bien se podría decir eso mismo de toda arquitectura. Esta obviedad surge de la experiencia de cualquier vida que implique desplazamientos terrestres. Sin embargo, afirmarlo suena provocador. ¿Qué podría ser más liberador que aceptar que estos tres elementos concentran toda la especificidad de la arquitectura? Reducir toda arquitectura a muros, vanos y puertas es esquemático. En esta definición las losas son muros horizontales y las escaleras son la concatenación de pequeñísimos muros verticales con pequeñísimos muros horizontales. Estas restricciones elementales son las que permiten que la siguiente operación del proyecto sea una proliferación expansiva, donde la cantidad de elementos y las combinaciones entre ellos escalan a cantidades de muchos mientras que los tipos de elementos conservan su cualidad de número. Ante esta redundancia, y dominados por una razón delirante, los proyectos concentran los esfuerzos para saturarlos en un único comportamiento que se caracteriza por su simpleza, permitiendo que la organización de elementos discretos contraste de forma controlada consigo misma. Las razones por las cuales determinados elementos adoptan formas, ritmos y posiciones, están entrelazadas con razones análogas pero de otros elementos (el ancho de una habitación con la cantidad de puertas, con los vanos en un muro o el largo de una losa con la inclinación de la siguiente y su ancho). Mediante la repetición levemente variada, tendiendo hacia el infinito, cada proyecto conforma un tipo de variabilidad, constituida por la posibilidad de sus combinaciones y sin desplegar una gran variedad. Sin embargo, a través de los proyectos se construye un carácter transversal y global de mayor orden, del cual cada uno de los procesos presenta una variación singular (rampas y rellanos que se bifurcan, módulos que se apilan y se desplazan, habitaciones que se achican y se agrandan).

Las relaciones que construyen los elementos son, primero, entre sí y mediadas por sus dependencias: no hay puertas sin vanos y no hay vanos sin muros. Luego se introducen inodoros, lavabos, duchas, cocinas, lavatorios y camas, cargados únicamente con los atributos de su uso convencional, para que negocien con la inercia que los elementos construyeron y sean distribuidos en modos análogos a éstos. Si las relaciones que establecen los elementos tienen la capacidad de incorporar atributos, en principio ajenos, generando la apariencia de haber estado siempre ahí, esto sucede porque realmente no hay nada ajeno, todo está latentemente incluido desde un principio. Un sistema que tiene la capacidad de poner en movimiento ciertas convenciones al incluirlas integradamente, puede continuar haciéndolo con la certeza de que no va a ser capturado por ellas. Eso lo garantizan las limitaciones autoimpuestas que, aun siendo rudimentarias, aritméticas y analógicas, producen un desdoblamiento que permite que el proyecto avance en tensión consigo mismo, acumulando convenciones y conteniéndolas en un espiral concéntrico, siempre a punto de escaparse por las tangentes.

Hay ciertos efectos que escapan al entendimiento de los proyectos, es el efecto infantilizador de los límites. Los proyectos entienden de un modo alternativo al que se supone que debe ser entendido. Esa alternativa tiene dos cualidades principales: permite el delirio de un modo no alternativo, que lo incluye trascendiéndolo, y evidencia que las condiciones materiales

necesarias para que esa alternativa exista ya existen. Un ejemplo de la primera cualidad: los proyectos contienen imágenes de otros proyectos sin cristalizarse en ninguno de ellos. Un ejemplo de la segunda cualidad: los proyectos tensionan las reglas sociales que los producen, explicitándolas con elementos arquitectónicos.

Aunque participan en la construcción de las condiciones que hacen posible su existencia en el mundo, para poder sostenerla los proyectos necesitarían absorber mayor cantidad de convenciones que reduzcan su brillo y les permitan esconderse en una apariencia mimética. Su estado actual es más pasajero y fantasioso que enraizado e imperceptible. Esta cualidad les habilita pretensiones de universalidad y abstracción que interrumpen las líneas que los llevarían a encontrarse con algún territorio ajeno a sí mismo. Del mismo modo en el que la organización de un muro organiza la inclusión de un inodoro, se podría continuar incorporando más objetos (que es donde se esconden la convenciones): armarios, aros de básquet, bibliotecas, botellas, cafeteras, caños cloacales, cerraduras, computadoras, cuadros, estufas, generadores eléctricos, guitarras, jarrones, ladrillos, lámparas colgantes, licuadoras, marcos de puertas, mesadas, mesas de luz, microscopios, mostradores, parlantes, revestimientos, sillas, sillones, tableros seccionales, tanques de agua, televisores, ventilaciones, ventiladores, vestidos, zapatos, picaportes. Por el modo en el que los proyectos construyen su organización, tienen la posibilidad de incluir convenciones en formas tan inofensivamente actuales y a la vez tan explícitas que construyen un sustrato que, por exceso de lo que muestra, logra ocultarse.

Los proyectos están conformados de lo mismo que todos los proyectos de arquitectura, con una diferencia: se constituyen en el tipo de edificio al que se recurre para determinado fin (un trámite municipal o la visita a un familiar enfermo) pero que, una vez dentro, sin olvidar lo que había que hacer, lo único que importa es subir y bajar escaleras, abrir y cerrar puertas, volviendo sobre los propios pasos una y otra vez. Sintiendo un leve malestar pero sin distracciones de ninguna forma de entretenimiento, sino concentrados por descubrir qué es lo que el edificio pide de nosotros a través de sus elementos.

Vigas y Columnas, sector de maqueta. Alumnos: María Eugenia Massa y Agustina Monopoli

Escalones y Puertas Giratorias, sector de maqueta. Alumnos: Macarena Sánchez y Camila Sueyro

Atravesar o no Atravesar Lucas Torres Agüero

Arquitectura sin Estado contiene nueve proyectos, nueve desarrollos autónomos que producen sistemas de ocupación territorial, nueve ensayos que proponen modos de albergar una multitud, nueve objetos que revelan su belleza por exceso de forma, nueve postulados que refieren a una naturaleza amoral y puramente arquitectónica, nueve cánones que formulan sus propios principios contemporáneos, nueve prototipos que arman una serie, nueve modelos de relaciones formales que narran estados arquitectónicos, nueve documentos que concentran una investigación política y formal, nueve organizaciones geométricas que desnudan convenciones disciplinares que circulan dentro de la arquitectura.

Los proyectos construyen sus propios sistemas normativos, y se constituyen como conjuntos de restricciones que regulan el modo en que se desplazan los cuerpos. La forma de los proyectos enuncia las normas: la organización material y la normativa coinciden en el mismo espacio y tensionan la posibilidad de disociar la forma de su performance. El cuerpo que atraviesa estos proyectos se dispone a jugar con las restricciones que se ofrecen, a construir series de movimientos que se desplieguen en coreografías continuas, a tensionar sus convenciones con los límites, y a conformar una multitud de 404 personas que articule entre uno y muchos.

Las restricciones en estos proyectos no solo regulan los cuerpos que los atraviesan, sino que también se regulan a sí mismos. El sistema se condensa dentro de un conjunto formal, la unidad, conteniendo su expansión en estado latente. La unidad se constituye por medio de relaciones formales (dimensiones, distancias, curvaturas, ángulos e inclinaciones) ofreciéndose como un objeto político con bordes definidos. Sin embargo, la unidad contiene algunos cabos sueltos y relaciones truncas, que la someten a crecer más allá de sus límites en pos de completarse hacia el infinito. El modo de extensión responde a las relaciones que la unidad ofrece desde su interior, proponiendo un modo específico de ocupar el territorio. Es así que los proyectos crecen y se desplazan a través de un sistema cartesiano que despliega en planta y en axonometría un modo de accionar sobre el espacio.

Las relaciones formales se construyen mediante tres elementos: el muro, el vano y la puerta. El sistema que constituyen estos elementos ofrece una sola operación binaria (atravesar o no atravesar), construyendo un sistema de aperturas y oclusiones formales. Estos tres elementos condensan tipologías arquitectónicas. Los muros contienen también los tabiques, las columnas, los pilares, las pilastras, los bloques, las losas, las vigas, las escaleras, las rampas, las bóvedas y las cúpulas. Los vanos contienen también los huecos, los arcos y las bóvedas. Las puertas contienen también las ventanas, las cortinas, los molinetes y las barreras. El lenguaje de la arquitectura se condensa en tres elementos primitivos que se despliegan en el proyecto y que solo se vuelven específicos cuando determinan su posición y grado en el espacio. Dentro de esta búsqueda formal-normativa, Arquitectura sin Estado suspende la atención sobre la materialidad de los elementos. No hay transparencias, no hay resistencia, no hay dureza, no hay flexibilidad; no hay naturaleza de los materiales, no hay propiedades físicas, no hay lógicas constructivas más allá de la propia norma. Un muro transparente sigue evitando que un cuerpo

lo atraviese, una puerta de vidrio cerrada sigue operando como un muro, la iluminación y la ventilación quedan supeditadas a la cantidad de vanos o puertas que disponga el proyecto. No se intenta desestimar la capacidad que tiene el material, sino despejar todo aquello que lo vuelve difuso y distrae de pensar a la arquitectura como un sistema que habilita o restringe la acción de atravesar.

Arquitectura sin Estado no le propone una salida a la arquitectura, no le propone un divertimiento a la disciplina, no le propone un medio de escape a la sociedad, ni tampoco propone una postura integral. Arquitectura sin Estado es un proyecto que expande las acciones fundamentales de unas personas, los movimientos latentes de unos cuerpos físicos, las convenciones de una sociedad, las fuerzas internas de una multitud, las oportunidades de unos elementos arquitectónicos y la capacidad inherente de la disciplina.

Muros y Pasillos, sector de maqueta. Alumnos: María Eugenia Cosentino y Agustina Mesa

Pedadas y Alzadas, sector de maqueta. Alumnos: Delfina Herrera y Magdalena Jenik

Arquitectura sin Estado Manuel Mensa y Lucas Torres Agüero

Según Charles Jencks en su libro El lenguaje de la arquitectura posmoderna (1972), en el momento exacto en el que se derrumba el complejo de viviendas Pruitt Igoe, muere la arquitectura moderna: un proyecto que intentaba, siguiendo los primeros preceptos del Congrès Internationaux d’Architecture Moderne (CIAM), poner la racionalidad arquitectónica al servicio del bienestar. Jencks considera que la existencia física de ciertos edificios demuestra que los ideales modernos y su proyecto ético no son practicables y, por lo tanto, la teoría y el edificio moderno se derrumban. Lo que escapa a esta mirada es que la fuerza que derrumba al edificio moderno no surge del fracaso de la arquitectura sino del de un Estado que no logra articular el proyecto que la arquitectura proponía. Hay edificios que suponen un estado de cosas en el que la construcción y organización de una vida en común es condición necesaria para que la violencia ejercida por su funcionamiento no lo transforme en ruina.

El curso dictado durante el primer semestre del año 2016, indaga y utiliza las herramientas y hallazgos conceptuales que la arquitectura moderna obtuvo de la historia de la arquitectura, al explicitarlos materializándolos en edificios. Toda normatividad posible surge desde la experiencia, y los materiales arquitectónicos funcionan como normas que regulan y restringen el desplazamiento de los cuerpos. La arquitectura separa una cosa de otra, ofreciendo bloqueos físicos a los flujos que intentan atravesarlos. Estas restricciones comprenden, en su conjunto, sistemas de ordenamiento territorial que, desplegados en fronteras, legislan y contienen el solapamiento de las jurisdicciones que materializan. Los elementos arquitectónicos constituyen normativas que, en su combinatoria, establecen regímenes que regulan las posibilidades de movimientos, interacciones, posiciones y desplazamientos de los cuerpos: un muro es lo que no permite ser atravesado, bloqueando el desplazamiento horizontal; un vano es una porción de muro ausente que regula los atravesamientos según sus dimensiones; una puerta es un dispositivo binario que abierto es un vano y cerrado es un muro.

Si las propuestas de arquitectura moderna no lograron la creación de un Estado que las ponga en funcionamiento, el aprendizaje, en vez de desechar todo el proyecto y esperar a que las condiciones cambien, es proyectar solo con aquello que la arquitectura tiene la capacidad de poner en movimiento.

Catálogo de secciones. Sistemas de losas, escaleras y puertas

Escaleras y Puertas Giratorias, planta. Alumnos: Macarena Sánchez y Camila Sueyro

Escalones y Puertas Giratorias Macarena Sánchez y Camila Sueyro

Abrimos una puerta y, cuando todos terminaron de pasar, la cerramos. Después subimos un escalón, abrimos otra puerta, la cerramos, usamos la ducha, abrimos otra puerta, la cerramos, subimos otro escalón y prendimos el horno para cocinar algo. No podíamos distinguir qué eran los sonidos que venían de las puertitas que teníamos a un costado. Las abrimos y las cerramos varias veces para escuchar cómo el sonido cambiaba. Si estaban abiertas se escuchaban gritos; si las cerrábamos se escuchaban los mismos gritos pero un poco más apagados. Cuando la comida estuvo lista seguimos subiendo. En el escalón siguiente lavamos todo lo que habíamos usado para cocinar, y en el próximo algunos se lavaron las manos y otros cerraron dos puertas para hacer sus necesidades en un inodoro. La puerta siguiente estaba trabada, y del otro lado se escuchaban el ruido de una ducha, cantos y golpes en las paredes. Les cantamos una canción y se callaron. Pasamos por un vano y llegamos a otro escalón más grande en el que muchos de nosotros estaban usando las puertas giratorias para propulsarse, saltar en un escalón, rebotar contra la cama y entrar directo a la siguiente puerta giratoria. En el aire abrían la boca y les tirábamos restos de comida. Aunque era casi imposible, si embocábamos nos agradecían, y si no lo hacíamos, se enojaban y nos decían palabras hirientes. Después de un rato nos unimos a ellos y subimos, yendo de cama en cama, varios pisos. Cada vez íbamos más rápido, y en el camino inventamos una canción que acompañaba el sonido de las puertas giratorias y los resortes de las camas. En cada piso se nos sumaban muchos hasta que llegamos a unas camas donde había varios durmiendo. Frenamos y pedimos disculpas. Desde donde estábamos podíamos ver, a través de un hueco, a otros enfrente que también estaban durmiendo. Les gritamos pero no se despertaron. Después abrimos una puerta y nos sentamos en un escalón con los pies hacia el hueco. Sentimos cómo entraban el aire y la luz. Hacia abajo vimos muchas puertas, y enfrente había otros que estaban sentados mirando hacia donde estábamos nosotros. Los saludamos, pero no nos respondieron, así que les tiramos pedazos de comida. Ellos hicieron lo mismo. Al principio nos reímos todos, pero cuando nos entró comida en los ojos comenzamos a amenazarnos mutuamente. Les dijimos que íbamos a ir hasta donde estaban así podíamos pelearnos. Empezamos a correr con mucha furia, saltamos de un escalón al siguiente, esquivamos a los que saltaban de cama en cama, abrimos puertas, las cerramos con mucha fuerza, despertamos a los que estaban durmiendo, pasamos por puertas giratorias, doblamos a la izquierda, subimos más escalones, entramos a otras puertas giratorias, nos tropezamos con una cama, volvimos para atrás, giramos en dirección contraria, y nos dimos cuenta de que ya no estábamos más enojados. Subimos hasta la parte más alta y vimos allá, muy lejos, a los que se habían enojado con nosotros. Nos saludaron sonriendo, y nosotros hicimos lo mismo.

Unidad Anidamientos

La unidad de repetición está formada por una escalera que contiene a otra escalera de menor tamaño. Ambas están encerradas por un muro que en cada una de sus aristas tiene dos puertas. La conexión entre ambas se da siempre en las esquinas de la escalera interior, con diferencias de altura. En el centro de la unidad hay cuatro puertas pequeñas que abren hacia un hueco. La variación de la unidad es idéntica, excepto que en vez de la escalera interior hay en su lugar un hueco. Repetición Permutaciones

Horizontalmente las unidades se repiten unas pegadas a las otras superponiendo el muro de una escalera interior de una unidad con el muro de una escalera exterior de la siguiente. Verticalmente, las unidades se apilan unas encima de otras rotando noventa grados y haciendo coincidir el inicio y el final de todas sus escaleras.

Conjunto Entrelazamientos

Alternadamente, las escaleras exteriores de unidades adyacentes se conectan entre sí formando una sucesión de escaleras que suben-bajan-suben o que bajan-subenbajan. Cuando las puertas de las esquinas de cuatro unidades se superponen, permutan por una única puerta giratoria. Las camas se ubican en las escaleras exteriores, mientras que, lavabos, inodoros, duchas, cocinas y lavatorios en las escaleras interiores. Interior Sucesiones

Las puertas, según su disposición, definen y compartimentan las habitaciones en formas variadas. Las puertas giratorias conectan dos escaleras que suben con dos que bajan o a dos unidades con dos sub-unidades.

Rampas y Rellanos, planta. Alumnos: Martina Cingolani Rey y Manuel Maquirrain

Rampas y Rellanos Martina Cingolani Rey y Manuel Maquirrain

Intentamos pasar de una habitación a la siguiente, pero alguien había dejado una de las camas en una posición que trababa el paso. Bajamos por una de las rampas para intentar rodear el bloqueo. Entramos a una habitación, pasamos por encima de una cama, la rotamos, doblamos a la izquierda, rotamos otra cama, pero nos confundimos y terminamos adentro de una habitación donde había un inodoro y una ducha. Nos quedamos un rato adentro, sentados, mirando por los vanos y saludando a los que pasaban. Salimos todos por vanos diferentes, subimos una rampa y corrimos por los techos para ver quién de nosotros llegaba más rápido hasta la parte más alta. Cuando miramos para el costado vimos que muchos de nosotros hacían lo mismo, así que nos mezclamos para armar una carrera más grande. A la mitad de la carrera volvimos a entrar a una habitación y, cuando salimos, como la rampa bajaba, nosotros bajamos. Aunque después quisimos seguir subiendo, doblamos a la izquierda y entramos a otra habitación. Quisimos movernos lo más rápido posible, pero después de pasar por el segundo vano, se cruzaban tantas carreras que nos quedamos trabados adentro de una habitación. Hicimos fuerza en todas las direcciones y, mientras tanto, los que aprovechaban para hacer sus necesidades o para ducharse, no veían que a nosotros nos estaban dando comida. Los que estaban en la cama la hicieron girar en todas las direcciones posibles hasta que destrabaron el paso hacia una de las habitaciones de al lado, pero solo lograron que entrasen muchos más. Empezamos a empujarnos. Algunos insultaban y otros escupían hasta que nos dimos cuenta de que podíamos alinear de a una todas las camas y destrabar el paso. Fuimos de una cama a la siguiente, cantando agarrados de las manos y, cuando nos cruzábamos con otros, los sumábamos aunque no quisieran. Como nadie se soltaba las manos, las carreras se bifurcaban, conectándose, desconectándose y armando una cadena que recorría todas las habitaciones. Lo celebrábamos con varios gritos. Entrabamos y salíamos de las habitaciones, sumando a todos a la cadena, doblando a la izquierda y a la derecha y subiendo hasta que llegamos a la parte más baja de la parte alta. Unos subían corriendo hacia un lado, otros hacia el otro, hasta que llegamos a la cima de la parte alta y festejamos levantando las manos. Todo siguió llenándose hasta que los del medio empujaron a los que estábamos en los extremos y, agarrados de las manos, bajamos colgados armando una cadena vertical. Cuando llegamos a la parte más baja, volvimos corriendo hasta la parte más alta para sostener a los que estaban bajando colgados. Después nuevamente subían y nosotros bajábamos, y así sucesivamente. El momento en el que pasábamos colgados en el aire de una punta a la otra, agarrados al de arriba y agarrados por el de abajo, era el que más miedo daba, pero también el más lindo, porque podíamos ver el sol a través de los vanos.

Unidad Bifurcaciones

La unidad de repetición es el resultado del proceso por el cual una habitación cuadrada, de dos metros, con dos vanos a cada lado de sesenta centímetros de ancho, se divide a la mitad, forma dos habitaciones rectangulares con inclinaciones opuestas, que luego se repiten horizontales, y que a su vez se dividen en dos habitaciones rectangulares con inclinaciones opuestas y se repiten horizontales. Así sucesivamente hasta que el ancho de las habitaciones es el mismo que el espesor de un muro. Repetición Supresiones

Horizontalmente las unidades se repiten unas al lado de las otras, mientras que verticalmente se apilan, coincidiendo la base de la habitación cuadrada de una unidad con la cubierta de la primera habitación rectangular de la siguiente. Cuando llegan a un máximo de cinco vuelve a comenzar el apilamiento y una nueva unidad se ubica en la posición de la unidad inicial, pero partiendo desde la altura alcanzada.

Conjunto Dispersiones

Cuando las habitaciones rectangulares de una unidad colisionan con las habitaciones rectangulares de otra unidad, se suprimen las de menor tamaño. En la habitación cuadrada se ubica la cama, en una de las rectangulares inclinadas el lavatorio, la heladera y la cocina, en la otra el inodoro y el lavabo, y en la última habitación rectangular la ducha. Interior Alineamientos

Las unidades se conectan, en un sentido, a través de las cubiertas de otras unidades y, en el otro, a través de sus vanos. La cama, dispuesta sobre una base giratoria, permite, según su posición, bloquear el acceso hacia y desde las unidades adyacentes.

Pasillos y Muros Curvos, planta. Alumnos: Santiago Cornejo y Manuela Toto

Pasillos y Muros Curvos Santiago Cornejo y Manuela Toto

Los pasillos centrales estaban tan llenos que no podíamos ver dónde terminaban. A la izquierda estaban las primeras escaleras, pero nadie bajaba por ahí. Corrimos hasta donde se cruzaban cuatro pasillos, nos chocamos, nos amontonamos y nos empujamos hacia las escaleras hasta que liberamos espacio. Había que tener cuidado de no caerse por los huecos desde donde subía olor a comida. Cuando miramos, pudimos ver que muchos de nosotros estaban cocinando. Los saludamos y nos devolvieron el saludo. Estaban muy lejos, así que no sabíamos si el saludo era para nosotros. Les pedimos comida, pero no nos escucharon. Como los pasillos se seguían llenando, caminamos hacia las escaleras de las puntas, pero nos trabamos, porque chocamos los que subíamos con los que bajaban. Nos quedamos un rato amontonados mirando hacia afuera el atardecer. Hacia ambos lados había escaleras que terminaban unos pisos por encima nuestro, y muchos las aprovechaban para sentarse y mirar a los que pasaban. Donde se cruzaban los cuatro pasillos también vimos cocinas y, como estaban cerca, abrimos la boca y pedimos que nos tiren comida. Vimos cómo la comida cayó por el hueco, mientras que alguien de una cocina de abajo intentó agarrarla, pero no pudo. No escuchamos el ruido que hizo la comida cuando golpeó contra la parte más baja. Los pasillos en los que estábamos también se llenaron, así que bajamos por una escalera mucho más angosta que las anteriores. No nos sentíamos apretados. Fuimos a otro pasillo que era aún más chico que los otros, pero cuando llegamos ya estaba lleno. Fuimos hasta el centro, pedimos comida en una de las cocinas y, como el hueco era tan pequeño, nos sentimos tentados a saltar, pero no lo hicimos, aunque nos alentaron para que lo hiciéramos. Nos tiraron comida y la agarramos. Lo que se caía no sabíamos adónde iba a parar. Compartimos la comida entre todos los del pasillo y, para festejar, aplaudimos y cantamos una canción. Después saltamos e intentamos agarrar de los pies a los que miraban desde las escaleras de más arriba para que se nos unan. Algunos cantaban con nosotros y otros pedían que paremos, aunque no les hicimos caso. Llegaban muchos desde otros pasillos y en seguida se nos sumaban. Si los de las escaleras de más arriba se tiraban encima nuestro los aplaudíamos. Cuando nos cansamos subimos por una escalera muy angosta por la que pasábamos solo de costado. Llegamos a una habitación que conectaba con otras cuatro. Usamos los inodoros para hacer nuestras necesidades y, cuando nos duchamos, todo se llenó de vapor. Cuando salimos descansamos un rato en las camas y vimos el sol atravesar el vapor. Después encendimos la cocina mientras esperábamos que lleguen los del pasillo a pedir comida. Cuando llegaron les tiramos pedazos y, como no lo habían pedido, se enojaron con nosotros, aunque no demasiado. Nos disculpamos y los invitamos con señas a que vengan adonde estábamos.

Unidad Arqueamientos

La unidad de repetición está formada por cuatro habitaciones arqueadas conectadas por una habitación octogonal. Los muros que separan las habitaciones contienen pares de escaleras de sentidos opuestos que se entrecruzan. El muro perimetral tiene un vano en cada habitación alineado con los lados de la habitación octogonal. Repetición Familiarizaciones

Horizontalmente las unidades se repiten cuatro veces y luego de agregársele escaleras, pasillos y muros, éstas se comportan como una unidad que se repite cuatro veces más, nuevamente se comporta como una unidad, se repite, y así sucesivamente. Verticalmente las unidades se apilan de a dos por cada una de las repeticiones horizontales.

Conjunto Irradiaciones

Las unidades que contienen a otras unidades multiplican por cuatro el ancho de sus vanos, por dos el alto de muros y escaleras, pero conservan constante las pendientes de las escaleras. Radialmente se ubican seis camas en dos habitaciones, una ducha, un lavabo y un inodoro en otra habitación, y una cocina, una heladera y un lavatorio en la otra. Interior Circunvalaciones

Las escaleras de las unidades conectan con las escaleras de las unidades que, tienen apiladas encima, con las escaleras de las unidades adyacentes, y con los pasillos de las unidades de mayor tamaño, formando múltiples circuitos.

Puertas Dobles y Escalones, planta. Alumnos: Sol Sánchez Cimarelli y Sol Zamalloa

Puertas Dobles y Escalones Sol Sánchez Cimarelli y Sol Zamalloa

Corrimos en círculos mientras llamábamos a los que estaban en las otras habitaciones. Saltamos de escalón en escalón con las piernas juntas, pasamos frente a una puerta y llegamos a una pared. Doblamos a la derecha y corrimos hasta un extremo de la habitación. Después bajamos saltando hasta el otro extremo, doblamos a la derecha y volvimos a empezar. Si una de las puertas se abría cuando estábamos pasando y nos golpeábamos con alguien que entraba le pedíamos disculpas y pasábamos a la habitación de al lado. Si no, lo sumábamos a la ronda, aunque no quisiera. Los que entraban por alguna de las cuatro puertas se metían a la fuerza y después no querían salir. Intentamos echarlos. Éramos tantos adentro de la habitación que ya no podíamos movernos. Empujamos en todas las direcciones, pero después nos quedamos quietos un rato muy largo. Alguien quiso empezar una canción, pero estábamos muy apretados, así que nos quedamos en silencio. La habitación estaba tan llena que algunos fuimos empujados hacia las escaleras del centro y, sin quererlo, pasamos a la habitación de arriba. Como estaba vacía descansamos un rato, mientras mirábamos hacia la habitación de abajo. Aunque nadie nos saludaba no nos ofendimos. En una puertita encontramos una cocina y preparamos comida. Los que olieron la comida desde abajo entraron a nuestra habitación, pero en vez de comer comenzaron a saltar de escalón en escalón armando una nueva ronda. Les pedimos que paren. Estábamos cansados y queríamos subir la escalera para ir a la próxima habitación de arriba, pero no nos dejaban, así que tuvimos que saltar con ellos con la comida en las manos, hasta que llegamos a la puerta y pasamos a la habitación de al lado, que sí estaba vacía. Enseguida se llenó con una ronda, así que pasamos a la siguiente habitación donde estaba pasando más o menos lo mismo. Fuimos a la habitación de al lado donde había mucho vapor que salía de las duchas prendidas, pero como nadie las estaba usando las usamos nosotros, nos sentamos abajo del agua y cantamos una canción. Después usamos los inodoros, nos lavamos las manos y pasamos a la habitación de al lado. Nos dividimos en cuatro, salimos por las puertas y formamos una ronda que unía todas las habitaciones. Saltamos los escalones, abrimos una puerta, pasamos a la habitación siguiente, gritamos lo que estábamos haciendo, y los de las otras rondas se nos sumaron. A medida que pasábamos de habitación en habitación la ronda crecía cada vez más y se movía en círculos espiralados, hasta que nos encontramos en la habitación del centro. Nos saludamos. Pasamos al siguiente nivel y fuimos en dirección contraria a la que veníamos. Llegamos al perímetro y lo recorrimos, mientras mirábamos el atardecer. Algunos se quejaron porque les molestaba la lluvia. Cambiamos de dirección y llegamos al centro. Cambiamos otra vez la dirección y volvimos al perímetro. Así sucesivamente hasta que llegamos a la parte más alta, donde nos dividimos por habitaciones y bajamos lo más rápido que pudimos por las escaleras de los huecos hasta la parte más baja, y volvimos a empezar.

Unidad Cuadriculaciones

La unidad de repetición está formada por una habitación cuadrada con un hueco en su centro y una puerta en cada uno de sus lados. Las variaciones posibles de lo que contiene son: una losa plana, una losa que se divide en tres escalones iguales o en dos escalones iguales y uno diferente, o en una grilla de escalones. Encima de las variaciones se agregan escaleras que ascienden hasta pasar la altura de los muros de la habitación. Repetición Escalonamientos

Horizontalmente las unidades se repiten unas al lado de las otras formando una grilla. Verticalmente ascienden hacia el centro geométrico del conjunto, luego hacia su perímetro, luego nuevamente hacia el centro, y así sucesivamente.

Conjunto Solapamientos

Las unidades forman cuatro escaleras en cruz que convergen en el centro en un nivel y divergen en el próximo. En las diagonales se ubica la grilla de escalones que conecta resolviendo las diferencias de alturas en los encuentros de las escaleras. En estas unidades se ubican inodoros y duchas. Debajo de las escaleras agregadas se ubican hornos y heladeras, mientras que en los escalones se ubican las camas. Interior Espiralamientos

Todas las unidades conectan con las unidades adyacentes a través de sus puertas, y forman escalones cuya altura no es mayor que la de los escalones interiores. Las escaleras agregadas conectan verticalmente unidades entre sí.

Escaleras y Losas, planta. Alumnos: Camila Ambroggi y Felipe Ginevra

Escaleras y Losas Camila Ambroggi y Felipe Ginevra

Nos dividimos y bajamos por cuatro escaleras diferentes, mientras todos mirábamos hacia el centro de la habitación. Bajamos otras cuatro escaleras y, cuando llegamos a la siguiente habitación, nos saludamos y subimos por la escalera opuesta a la que veníamos. Todos hacían lo mismo y, después de subir otra escalera, nos volvíamos a cruzar, pero esta vez sin saludarnos. Algunos se enojaban. Subimos unas escaleras y comprobamos que no llovía. Bajamos otras escaleras. La habitación de al lado estaba vacía, así que nos sentamos en el medio a esperar. Los que venían desde las cuatro escaleras nos esquivaban, pero como se chocaban entre sí, se enojaban y se peleaban entre ellos. Nosotros no nos disculpamos, y nos dijeron cosas que nos hicieron sentir muy mal. Los que se tropezaron y se cayeron al piso se quedaron con nosotros y, cuando la habitación se llenó, nos unimos a los que pasaban, hasta que llegamos a una habitación con inodoro. Como nadie lo estaba usando nos sentamos e hicimos nuestras necesidades. Enfrente había una ducha con el agua corriendo, así que aprovechamos para bañarnos y cantar una canción. Después cerramos la ducha para no desperdiciar agua, pero alguien abrió la canilla del lavabo. Desde la habitación de abajo se escuchaban gritos y ruidos. Subimos y bajamos otra escalera para ver de qué se trataba, pero llegamos a una habitación con una cama sin sábanas. Nos subimos encima y empezamos a saltar. Lo hacíamos rítmicamente, y cada uno gritaba el número de saltos que hacía. Los que llegaban desde las escaleras se nos sumaban y saltaban con nosotros. Los ritmos se desfasaban logrando que siempre hubiera alguien en el aire y alguien acostado en la cama. Lo que estábamos haciendo atrajo a muchos más, y los que no tenían lugar para entrar en la cama nos miraban desde arriba amontonados en las cuatro escaleras de los costados. Cuando se armaban formas que les parecían lindas aplaudían y gritaban, pero cuando no les gustaban nos pedían a los gritos que los dejáramos entrar a la cama. Había empujones entre unos y otros hasta que los que estaban en la cama pasaron a la escalera. Chiflamos para quejarnos de que no nos gustaba lo que estaba pasando, pero todo se confundió con los gritos, así que nos fuimos. Después de subir la mitad de otra escalera vimos hacia arriba que en una habitación algunos estaban cocinando, después señalaban a los que miraban, los hacían subir en andas y les daban de comer. Los que terminaban de cocinar se tiraban rodando sobre nosotros, y los que terminaban de comer, después de lavar los platos, preparaban otra comida y elegían a alguien para que subiera. Lo repetimos muchas veces hasta que no tuvimos más hambre. Bajamos dos escaleras y vimos hacia abajo que en una habitación muchos bailaban. Cuando pasamos por el medio intentamos movernos para sincronizar con el baile. No lo logramos. Después subimos unas escaleras y había muchos mirando hacia arriba a otros que estaban gritando. Les gritamos desde abajo, pero nos pidieron que hagamos silencio hasta que fuera nuestro turno, así que nos sentamos a esperar.

Unidad Intersecciones

La unidad de repetición está formada por doce escaleras que suben y doce escaleras que bajan que, intersecadas, forman una cruz simétrica. Las escaleras conectan de a cuatro con habitaciones cuadradas que no están cerradas por muros. Las primeras ocho escaleras envuelven a las ocho siguientes, y las segundas ocho envuelven a las últimas ocho. Cada unidad suma un total de cinco habitaciones y una cubierta. Repetición Acoplamientos

Horizontalmente las unidades se repiten formando rectángulos, mientras que verticalmente se apilan encastrando los exteriores de sus escaleras, en dirección hacia el interior del rectángulo. En los niveles impares, las unidades, además de encastrar escaleras, apoyan la base cuadrada con la cubierta de la siguiente.

Conjunto Oscilaciones

Para permitir la conexión con las siguientes escaleras, todas las escaleras están agujereadas y desarrollan un piso que las une. En cada una de las habitaciones se disponen, de a pares, camas, duchas, lavabos, cocinas y lavatorios. Interior Hojaldramientos

Las conexiones entre unidades se dan de forma directa o están mediadas por escaleras exteriores. En todos los casos la conexión entre las habitaciones de una unidad está mediada por una escalera que sube y otra que baja, o viceversa, mientras que las habitaciones entre unidades se conectan a través de una sola escalera.

Columnas y Pasillos, planta. Alumnos: María Eugenia Cosentino y Agustina Mesa

Columnas y Pasillos María Eugenia Cosentino y Agustina Mesa

Abrimos todas las puertas al mismo tiempo y nos metimos en las camas a dormir. Los que no encontraron lugar se quedaron parados a un costado o se fueron al pasillo. Cuando nos despertamos vimos a través de los vanos que nos saludaban desde el pasillo. Devolvimos algunos saludos y empezamos una cuenta regresiva en voz alta desde nueve hasta uno. Los de los pasillos acompañaban con aplausos. Salimos de las camas. En el momento en el que abrimos las puertas para pasar a la habitación siguiente, vimos cómo se abrían las puertas anteriores y los que entraban se metían en las camas en las que habíamos estado. No nos saludamos. Cerramos las puertas y nos dividimos en grupos de tres y por turnos, unos cocinaban, otros comían y otros lavaban. Después unos comían, otros lavaban y otros cocinaban, así sucesivamente. Por los vanos pudimos ver que en otra habitación algunos se estaban duchando. Les tiramos pedazos de comida y abrimos las puertas siguientes. Nos miraron mal. Atrás nuestro, los que entraban nos gritaban quejas, pero cerramos las puertas y cada uno se sentó en un inodoro. Como había lugares libres gritamos a los del pasillo que vengan. Cuando se abrieron las puertas vimos que los que venían atrás nuestro nos hacían señas. Se las devolvimos y se rieron. Nos lavamos las manos con cuidado de no salpicar, pero alguien empezó una guerra de agua y jabón y, aunque tuvimos mucho cuidado de no inundar el piso, los que seguían sentados en los inodoros pidieron que paremos. Les pedimos disculpas y, aunque no estaba muy sucio, limpiamos como pudimos lo que habíamos hecho. Dejamos abiertas las canillas para distraer a los que estaban entrando por las puertas y, como había muy pocas puertas para pasar a la habitación siguiente, nos amontonamos haciendo fuerza. No podíamos pasar, así que los que venían atrás nuestro se sentaron en los inodoros y nos pidieron que nos fuéramos porque era su turno. Hicimos más fuerza hasta que todos pasaron y nos metimos a las duchas. Nos sentamos y nos quedamos abajo del agua mientras hacíamos sonidos con la boca y empezábamos canciones. El vapor del agua hizo que los del pasillo no nos pudieran ver, así que perdimos la vergüenza y cantamos cosas lindas sobre ellos. Cerramos las duchas, abrimos la puerta muy despacio, y entramos a una habitación muy larga y angosta. Nos fuimos acumulando hasta que no hubo más espacio y, aunque queríamos pasar a la siguiente habitación, por el vapor no podíamos ver dónde estaba la puerta. Nos quedamos quietos mientras los del pasillo nos hacían masajes para tranquilizarnos. Cuando se abrió la puerta anterior y llegaron los que venían atrás nuestro los recibimos con un aplauso, pero ellos se quedaron en silencio, con cara de enojados, y nos reprocharon que tardamos mucho en abrirles. Los del pasillo también aplaudieron, así que los invitamos a pasar. Cuando se abrió la puerta que estaba al final de la habitación, entraron muchos más que venían de otras duchas y juntos, cantamos hasta que se disipó el vapor.

Unidad Subdivisiones

Las unidades de repetición A y B están formadas por una serie de habitaciones alineadas y consecutivas, contenidas por pasillos de ancho constante, que progresivamente aumentan (A) o reducen (B) su ancho a la vez que suben (A) o bajan (B), formando un escalón. Cada habitación agrega (A) o resta (B) dos puertas más (A) o dos puertas menos (B) que la habitación anterior, hasta que llega a un máximo de nueve puertas (A) o un mínimo de nueve puertas (B), luego de lo cual reduce (A) o aumenta (B) de a dos puertas. Todos los muros están agujereados. Repetición Alternancias

Horizontalmente, como la unidad A es cóncava y la unidad B convexa, se repiten encastrándose. Verticalmente las unidades A se apilan análogamente y las unidades B se adhieren alternadamente a las unidades A, coincidiendo los extremos en un mismo nivel y los medios con el siguiente.

Conjunto Desfasamientos

Como la unidad A baja y después sube, y la unidad B sube y después baja, las conexiones siempre se dan en los cruces de ambas. Mientras que en las habitaciones de mayor tamaño hay camas, en las que le siguen hay cocinas, heladeras y lavatorios, en las siguientes hay inodoros y lavabos, y en las más pequeñas hay duchas. Interior Redundancias

Las habitaciones conectan con cuatro pasillos y con las habitaciones anterior y siguiente. Los pasillos conectan a través de una puerta con una habitación y por otras dos con el pasillo siguiente y el anterior. Todo el equipamiento se alinea con las puertas.

Muros Altos y Escalinatas, planta. Alumnos: Clara Sosa D’Este y Catalina Stok

Muros Altos y Escalinatas Clara Sosa D’Este y Catalina Stok

Nos movimos muy despacio para no despertar a los que estaban durmiendo. Nos agachamos para pasar por debajo de una escalera mientras subíamos por otra que conectaba con una escalera cuadrada. Mientras gritábamos las diferentes formas de cómo hacer para bajar, nos movíamos y saltábamos de escalón en escalón, usando una sola pierna, hasta que llegamos a una habitación. Miramos para arriba y vimos que la escalera estaba llena. Todos bajaban agarrados de las manos, algunos jugaban a saltar al vacío sin soltarse, otros jugaban a quedarse quietos en un escalón hasta que se formaba un amontonamiento, y otros subían la escalera mientras armaban nudos. Los que se tropezaban se acostaban boca arriba hasta que alguien los ayudara a levantase y, si nadie los ayudaba, rodaban hacia abajo. Los que llegaban a la habitación nos empujaban contra uno de los cuatros vanos de las esquinas, hacia pasillos muy angostos en los que teníamos una pared en la espalda y otra en la frente. Cuando el movimiento se detenía nos quedábamos quietos, mientras escuchábamos las respiraciones y con los ojos cerrados intentábamos tocar los muros con la boca. En la habitación siguiente había inodoros y duchas, así que aprovechamos para bañarnos y hacer nuestras necesidades. El movimiento volvió a empezar y en otra habitación nos encontramos con los que venían en dirección contraria. Nos chocamos y en el amontonamiento surgieron formas de pirámides y cubos, pero también de cilindros y hexágonos, hasta que armamos una doble hélice y nos quedamos quietos un rato bastante largo. Los que estaban más alto sacaban de la habitación de al lado las sábanas de las camas y las movían de un lado hacia el otro. Los que mirábamos desde abajo veíamos cómo el cielo se transparentaba en las sábanas. Cubrimos el techo de la habitación cuando empezó a llover y el agua que se acumulaba formó un chorro que caía encima nuestro. Levantamos las manos y celebramos con un grito muy fuerte. Desde algún lugar nos devolvieron el grito. Seguimos avanzando. Siempre a una habitación grande le seguía una más chica y viceversa. En las habitaciones más grandes esperábamos hasta que se llenaran, para que el empuje nos llevara a otro pasillo. A medida que avanzábamos sentíamos un sonido cada vez más fuerte. Nos soltamos las manos y corrimos hasta que llegamos a una habitación muy grande, sin techo y llena de cocinas. Formamos una ronda que recorría las cocinas, preparaba comida, lavaba los platos, y abría y cerraba heladeras. Por los cuatro vanos de la habitación gigante llegaban muchos que se unían a la ronda o continuaban, formando una cruz con los otros que entraban mientras intentaban agarrar algo de comida. Los que lo conseguían le daban un pedazo al que tenían adelante y otro al que tenían atrás. Después de un rato la habitación se llenó, y tanto la ronda como la cruz se unieron formando una onda que se movía hacia un lado, hacia el otro, y después subía, haciendo que no pudiéramos tocar el piso con los pies.

Unidad Superposiciones

La unidad de repetición está formada por la intersección de cuatro habitaciones cuadradas de cinco metros de lado, que forman en sus esquinas cuatro habitaciones de un metro y en el centro una de dos metros. Tres de los cuatro muros de las habitaciones miden tres metros de alto, mientras que el otro, al cual llega una escalera que parte desde las habitaciones más grandes, mide nueve metros. En la habitación del centro una escalera cuadrada, que asciende contigua a los muros, conecta entre sí a todas las escaleras. Repetición Rotaciones

Horizontalmente la unidad rota, se repite cuatro veces y se interseca del mismo modo en que lo hacen sus habitaciones. Estas cuatro unidades, comportándose como un todo, se repiten e intersecan cuatro veces más. Luego, las dieciséis unidades se comportan unificadamente, se repiten y así sucesivamente. En los espacios vacantes entre unidades se reitera el proceso. Verticalmente las habitaciones rotan y se apilan unas encima de otras, incrementando su distancia respecto de la anterior.

Conjunto Recursividades

La altura de los muros se mantiene constante durante la totalidad de las repeticiones. El tamaño del espacio que se forma en el centro es proporcional a la cantidad de repeticiones. Siempre que dos escaleras de sentidos opuestos se superponen, se dividen en dos compartiendo un escalón. Las camas se ubican en las habitaciones que contienen escaleras de un solo tramo, las duchas e inodoros en los espacios intersticiales entre unidades, y las cocinas, lavatorios y heladeras en el centro del conjunto. Interior Imbricaciones

Las escaleras son la conexión principal entre habitaciones. El resto de conexiones son a través de un pasillo que se forma en la intersección de cuatro muros. A medida que se alejan del centro la concentración de unidades aumenta.

Vigas y Columnas, planta. Alumnos: María Eugenia Massa y Agustina Monopoli

Vigas y Columnas María Eugenia Massa y Agustina Monopoli

Les hicimos señas y les gritamos a los que estaban en la parte más alta, pero no nos escucharon. Subimos las primeras escaleras, nos desviamos y chocamos contra un muro. Miramos hacia los costados y vimos que muchos de nosotros subían y bajaban por otras escaleras. Nos trepamos a las columnas y caminamos por las vigas haciendo equilibrio. Saltamos alternadamente las vigas hasta que se armaron ritmos desfasados. Los de abajo intentaron tirarnos, pero no pudieron. Desde arriba pudimos ver que en una habitación algunos dormían. Hicimos ruidos muy fuertes y los despertamos. Se pararon sobre las camas y armaron sogas con las sábanas para tratar de atraparnos, pero no pudieron. Nos disculpamos, pero no respondieron. Seguimos caminando por las vigas hasta que nos bajamos porque vimos que algunos corrían en círculos alrededor de unas cocinas y estaban preparando comida. Corrimos con ellos y nos ofrecieron unos pedazos. Aunque el olor de la comida era feo, para que no se enojen aceptamos, pero después la tiramos por el hueco que estaba en el medio. Nos amenazaron y peleamos mientras corríamos en círculos. Nos alejábamos y nos acercábamos del hueco lastimándonos, hasta que los que estaban atrás nuestro avanzaban, gritaban y nos empujaban. Teníamos que hacer fuerza para no bajar las escaleras, y en las siguientes algunos de nosotros nos pusimos a cada uno de los costados y unimos las manos armando una barrera que subía y bajaba. A los que lográbamos pasar nos aplaudían y felicitaban, y a los que no les ponían caras agresivas y los obligaban a meterse más hacia adentro. Pedimos que se disculpen, pero no lo hicieron. Caminamos hacia adentro y lo único que había de luz llegaba por los huecos, que también traían olor a comida y gritos de los que llegaban hasta la parte más alta. Había tan poca luz que cuando entramos a una habitación con camas nos acostamos a dormir. Cuando nos despertamos ya no había más luz. Intentamos salir de la habitación, pero terminamos adentro de otra habitación con un inodoro y una ducha. Los usamos para bañarnos y hacer nuestras necesidades. Dejamos prendida la ducha. Salimos y como estaba tan lleno armamos una escalera humana y trepamos por los huecos. En cada piso algunos bajaban, preparaban algo para comer y lo repartían entre todos. Seguimos subiendo y nos dimos cuenta de que sí había luz, solo que muy poca porque atardecía. Llegamos a la parte más alta y vimos que el sol entre las vigas y las columnas hacía sombras muy lindas y confusas. Pudimos ver a los que estaban en la parte más baja de un lado y en la parte más baja del otro. Les gritamos que se agarraran de las manos y corrimos hacia abajo en las dos direcciones, mientras ellos subían. Cuando nos chocamos en el medio nos metimos hacia adentro y volvimos a subir a la parte más alta por otras escaleras.

Unidad Seriaciones

La unidad de repetición está formada por una serie de losas rectangulares sostenidas por columnas que, ubicadas en cada esquina, están unidas por vigas. Las losas describen en ambos sentidos un ritmo A-B-A-B, y en las cuatro losas de mayor tamaño se producen las siguientes variaciones: una escalera dividida en dos escaleras iguales y una diferente, una habitación que contiene a otra habitación, y un hueco. Repetición Encastramientos

Horizontalmente las unidades se repiten adyacentes hacia un lado y, hacia el otro, se encastran invirtiendo el sentido de sus escaleras. Verticalmente las unidades se apilan necesitando debajo suyo dos unidades adyacentes a la que se apoyan.

Conjunto Triangulizaciones Por repetirse en una relación dos a uno, en un nivel siempre hay la mitad de unidades que en el nivel inmediatamente inferior. En torno a los huecos se distribuyen radialmente heladeras, cocinas y lavatorios. En el interior de una habitación se ubican las camas, mientras que en el interior de la otra, se ubican duchas, lavabos e inodoros. Interior Desviaciones

En cada nivel todas las unidades están interconectadas y los bloqueos de las habitaciones forman circuitos zigzagueantes. Las escaleras conectan con las unidades que tienen debajo y hacia los costados, pero no sobre las que se apoyan.

Pedadas y Alzadas, planta. Alumnos: Delfina Herrera y Magdalena Jenik

Pedadas y Alzadas Delfina Herrera y Magdalena Jenik

Empujamos todos juntos para abrir una puerta y, como estaba trabada desde afuera, nos acostamos a esperar. Por uno de los vanos de la habitación en la que estábamos podíamos ver muy lejos que en otra habitación muchos estaban peleando. No llegábamos a escuchar qué es lo que se decían. Les gritamos que paren, pero como no nos escucharon miramos el atardecer, que se veía a través de la parte de abajo de las habitaciones. Nos distrajimos, pero tuvimos cuidado de no caernos por el hueco. Cuando la puerta se destrabó y pasamos a la siguiente habitación nos chocamos con los que ya estaban ahí. Miramos hacia arriba y vimos que en otras habitaciones muchos intentaban abrir o cerrar puertas. Algunos podían y otros no. Nos gritamos cosas hirientes porque sabíamos que para cuando lleguen a donde estábamos ya íbamos a estar en otra habitación. Ellos hacían lo mismo. Fuimos hacia la izquierda y a medida que abríamos las puertas entrabamos a habitaciones más pequeñas. Como no había espacio para todos nos dispersamos subiendo hacia las habitaciones de los costados. Para subir nos teníamos que ayudar haciendo escaleras humanas, porque algunas habitaciones estaban más altas que otras. A veces lo que se armaba no tenía ninguna organización, así que chiflábamos para impedir lo feo y saltábamos excitados, hasta que las formas resultantes eran tan lindas que nos olvidábamos hacia dónde estábamos yendo y nos sentábamos a mirar y a cantar canciones que describían la forma de lo que hacíamos. En las habitaciones de más arriba pasaba lo mismo, y se formaban cascadas de escaleras humanas que se conectaban en espirales y dobles hélices, pero nunca en pirámides ni en hexágonos. Los que estaban yendo en dirección contraria a la nuestra, al abrir las puertas desarmaban las formas. No nos daba melancolía ni tristeza. Se disculpaban y eso nos enojaba, pero se unían a nosotros y armábamos cascadas que eran cada vez más grandes y crecían hasta casi tocar la habitación de arriba. Pero después se volvían a desarmar por los que entraban por las puertas, que después se nos unían para armar una forma aún más grande. Después de un rato algunos seguimos yendo hacia donde nos dirigíamos, y llegamos a una habitación con inodoros y duchas. Cerramos todas las puertas, prendimos todas las duchas, llenamos todo de vapor, e hicimos nuestras necesidades. Los que se cansaron de las cascadas querían entrar, pero no los dejamos, aunque había lugares libres. Golpearon las puertas y nosotros les cantamos una canción. Se quejaron y pasamos a la habitación siguiente. Nos dispersamos cada uno en una cocina y preparamos comida. El que terminaba le tiraba un pedazo de comida al de la habitación de abajo, hasta que llegaba al último. A medida que pasábamos de habitación en habitación éramos cada vez menos, hasta que solo quedó uno que, al abrir la puerta más chiquita, encontró del otro lado, en una habitación muy grande, a muchos empujando para abrir una puerta.

Unidad Escalonamientos

La unidad de repetición está formada por el proceso en el cual una habitación cuadrada de doce metros, con dos puertas de seis metros de ancho, se repite, se divide en dos, y forma dos habitaciones que se ubican a su lado con diferencias de altura entre sí. Luego, cada una de las dos habitaciones se repite comportándose como la habitación inicial y forman cuatro habitaciones que se repiten, y así sucesivamente. Repetición Inversiones

Horizontalmente las unidades se repiten unas al lado de las otras invirtiendo su sentido, de modo que las habitaciones más pequeñas de una unidad conecten con una de las habitaciones de mayor tamaño de la próxima. Verticalmente las unidades se apilan o las habitaciones se repiten escalonadamente de forma independiente.

Conjunto Transversalizaciones

Las habitaciones de un mismo tamaño se conectan entre sí formando escalones, que a la vez conectan transversalmente habitaciones de diferente tamaño. Las camas se ubican en las habitaciones más grandes, los inodoros, lavabos y duchas en la habitación que sigue, y la cocina, el lavatorio y la heladera en la habitación que sigue. Interior Progresiones Las habitaciones más pequeñas conectan a todas las demás, formando circuitos zigzagueantes que suben y bajan. Como el barrido de una puerta ocupa la totalidad de la habitación que le sigue, a la vez que la conecta la bloquea.

Catálogo de secciones. Sistemas de mesas, sillas y camas

Escaleras y Losas, sector de maqueta. Alumnos: Camila Ambroggi y Felipe Ginevra

La Décima Ruina Santiago Giusto

A

Performance Corridor 1969 es la primera obra en la que el artista Bruce Nauman permite que los cuerpos del público accedan a la instalación. La obra consistía en un pasillo de cincuenta centímetros de ancho colocado perpendicular a una pared existente. El pasillo estaba separado solo por unos centímetros de la pared, de tal forma que el público solo podía salir por donde había entrado. El pasillo era tan estrecho que aquel que entraba apenas podía desplazarse, y los movimientos que podía hacer eran limitados.

En una entrevista realizada por Michael de Angelus en 1980, Bruce Nauman explica que se sintió frustrado con el resultado de Performence Corridor 1969 porque el dispositivo permitía mucha más latitud en la gente de la que él intentaba establecer. Frente a esto, Nauman intentó reforzar el control sobre el cuerpo del público haciendo pasillos cada vez más estrechos, hasta que finalmente en Performance Corridor 1971 los vuelve impenetrables, expulsando el cuerpo del público de la obra. El artista abandona entonces la idea de controlar el cuerpo en el espacio para concentrarse en la idea de controlar el estado mental del público a través de dispositivos espaciales: los corredores de Nauman dejaron en ese momento de ser espacios de control físico para convertirse en espacios de control mental.

Arquitectura sin Estado comparte con Nauman esa obsesión por construir dispositivos de control, pero a diferencia de Nauman, en Arquitectura sin Estado esto no se trabaja como un problema fenomenológico (¿a través de qué dispositivos hago que el cuerpo se sienta controlado?), si no como un problema de construcción espacial (¿a través de qué elementos controlo un cuerpo en el espacio?). Los proyectos ponen en evidencia la capacidad que tiene la arquitectura para construir dispositivos ambiguos que son al mismo tiempo aparatos de control y resistencia: “Abrimos una puerta y, cuando todos terminaron de pasar, la cerramos.” (página 21) “Intentamos pasar de una habitación a la siguiente, pero alguien había dejado una de las camas en una posición que trababa el paso.” (página 25) “los que no tenían lugar para entrar en la cama nos miraban desde arriba amontonados en las cuatro escaleras de los costados.” (página 37)

B

Los nueve proyectos que surgen de esta investigación proponen una reflexión sobre límites físicos que ordenan un territorio determinado. Arquitectura sin Estado estudia las posibilidades que tiene la arquitectura de organizar cuerpos. Es cierto que toda arquitectura organiza cuerpos, pero aquí se lo propone como problema central. Los proyectos están definidos por muros, vanos, losas, puertas, escaleras, camas, lavatorios, cocinas, inodoros, duchas. Estos elementos forman unidades que, repetidas, configuran un conjunto en el que los muros dividen, los vanos dejan pasar, las losas soportan, las puertas discriminan, las escaleras permiten el desplazamiento vertical. Pero en Columnas y Pasillos los muros son puertas, en Escaleras y Losas las escaleras dividen, en Pedadas y Alzadas algunos espacios son tan grandes que separan.

El mobiliario, común a todos los proyectos, expone a los cuerpos y deja entender que allí habita una multitud. Si bien se insinúa que esos mundos están habitados, en ningún momento se ven cuerpos: podrían estar en cualquier lado. Los cuerpos están en constante movimiento, se desplazan de un lado a otro. Ni siquiera las camas dejan a los cuerpos reposar: en el único proyecto con recintos individuales, las camas están dispuestas encima de losas giratorias.

Sorprende que no haya armarios. Como si no hubiese nada que esconder, o como si todo fuese un gran juego de escondidas. Todo lo que allí existe está a la vista. Todo cuerpo que se desplaza está bajo el control de la arquitectura. La vida privada dentro de estos proyectos se vuelve impensable y obliga a los cuerpos a fabricar ritos que les permitan ordenar un habitar. La arquitectura se convierte en el contenedor de una forma de vida todavía indescifrable. Arquitectura sin Estado produce una arquitectura embrionaria, proyectos en los que todavía no nos podemos proyectar. Una serie de monstruos que reaparecerán en algún lugar inesperado.

C

El último hombre que pudo ver las ruinas fue un turista inglés que pasó dos días perdido en la jungla. Las vio de lejos desde la cima de un cerro del que no se atrevió a bajar. Al turista lo encontró el mismo chamán del que se había perdido días antes, en el mismo lugar donde se habían visto por última vez. Cuando el chamán le pregunto dónde había estado, el inglés le respondió que para él toda la jungla era igual, que no podría distinguir un lugar de otro, pero que al amanecer del segundo día había visto a lo lejos lo que parecía ser un laberinto gigante. El chamán no le prestó mucha atención, porque supuso que todavía estaba bajo los efectos curadores de la planta que habían tomado tres días atrás. Le respondió que la aparición de laberintos era una visión recurrente entre los hombres de la zona, que varios antes que él los habían visto, y que todos los describían de manera similar. Entonces el inglés le preguntó curioso si él también había tenido esta visión, pero el chamán le contestó que no, que era una visión que tenían los hombres con el espíritu confundido. El inglés, que se creía un hombre claro de ideas, no quiso seguir hablando del tema, y se pasó el resto de sus últimos cinco días de trip sin pronunciar una palabra, quejándose en silencio del insoportable ruido de la jungla.

Ocho años más tarde, apareció en un pueblo del Amazonas un arqueólogo italiano explicando que había escuchado el rumor de que cerca de allí existía un laberinto gigante perdido entre la jungla. Tres días más tarde pudo convencer a un lugareño para que lo acompañe en su búsqueda, y al cuarto día se adentraron juntos en la jungla. Pasaron seis semanas sin ver un muro. La séptima semana, se cruzaron con una tribu de hombres blancos que decía descender de los que habían construido el laberinto. Poco duró la alegría del arqueólogo, porque le dijeron que un alud de tierra había enterrado todo rastro de la última ruina, y que no tenían ninguna intención de mostrarle dónde podría encontrarla. Cuando el arqueólogo preguntó por qué hablaban de la última ruina, le respondieron que eran nueve las construcciones que se habían perdido bajo la tierra. Cada una representaba para sus antepasados una forma de vida en común. Todas habían fracasado. Las habían comenzado a construir sus abuelos en 1947, año en el que habían llegado de Europa escapando de una terrible guerra. Las abandonaron en 1960 cuando, buscando un lugar para construir la décima, se toparon con un Shabono abandonado donde decidieron instalarse. Según pudieron saber los hombres blancos, el Shabono había pertenecido a una tribu Yanomami que, atraída por el sueño de una vida moderna, había partido a vivir a Brasilia.

Puertas Dobles y Escalones, sector de maqueta. Alumnos: Sol Sánchez Cimarelli y Sol Zamalloa

Agradecimientos

Arquitectura sin Estado es el resultado del programa y producción del Taller de Proyecto I del segundo año de la Carrera de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos de la Universidad Torcuato Di Tella, dirigido por los profesores Manuel Mensa y Lucas Torres Agüero en 2016. Queremos agradecer a los siguientes alumnos, por su dedicación y compromiso: Camila Sueyro, Felipe Ginevra, Agustina Mesa, Agustina Monopoli, Camila Ambroggi, Catalina Stok, Clara Sosa D´Este, Delfina Herrera, Macarena Sánchez, Magdalena Jenik, Manuel Maquirrain, Manuela Toto, María Eugenia Cosentino , María Eugenia Massa, Martina Cingolani Rey, Santiago Cornejo, Sol Sánchez Cimarelli, Sol Zamalloa.

Universidad Torcuato Di Tella Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos Campus Alcorta Avenida Figueroa Alcorta 7350 Sáenz Valiente 1010 Ciudad de Buenos Aires Argentina

La Universidad Torcuato Di Tella de lucro fundada en 1991, heredera del espíritu innovador industrial de la fábrica SIAM Di Tella (1910) y de la visión artística y social de vanguardia del Instituto Torcuato Di Tella (1958). Su misión es la formación de las nuevas generaciones empresariales, políticas, académicas, sociales y artísticas de nuestro país y la producción de conocimiento básico y aplicado, en el marco de la excelencia académica, el pluralismo de ideas y la igualdad de oportunidades.

Rector: Ernesto Schargrodsky Ph. D. in Economics Harvard University

Vicerrectora: Catalina Smulovitz Ph.D. in Political Science The Pennsylvania State University

Universidad Torcuato Di Tella Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos Campus Alcorta Avenida Figueroa Alcorta 7350 Sáenz Valiente 1010 Ciudad de Buenos Aires Argentina Arquitectura sin Estado proclama una arquitectura que no se apoya en argumentos, fundamentos o razones para sostener valores, una arquitectura sin determinaciones externas, ni circunstancial ni dogmática, que se sitúa, por decisión propia, por pura intrepidez, más allá de la trampa de la dicotomía entre autonomía y heteronomía característica de las últimas décadas: arquitectura soberana.

Arquitectura sin Estado se pronuncia como una reacción cándida pero certera al argumento extenuado de la arquitectura de los sistemas abiertos, cuando ésta se inhibe de determinar debido a su discurso sobre la adaptabilidad a las circunstancias y a los cambios en el tiempo. Por otro lado se distancia de la regresividad que tal reacción podría involucrar, abrazando recursos disciplinares naturalizados y poniendo en marcha una movilización que los lleva fuera de sí.

ISSN 2314 - 3029

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