DISLEXIA
‘’Donde las palabras bailan’’



‘’Donde las palabras bailan’’
En este trabajo se abordarán los distintos enfoques del aprendizaje y los trastornos que pueden afectar su desarrollo, con especial énfasis en la dislexia. Se analizarán sus características, tipos, diagnóstico e intervención, resaltando la importancia de una detección temprana y estrategias pedagógicas adecuadas. Comprender estos aspectos es fundamental para promover una educación inclusiva que atienda las necesidades de todos los estudiantes y favorezca su desarrollo integral.
Este trabajo tiene como objetivo investigar el caso de la dislexia, un trastorno del aprendizaje bien conocido que afecta a niños sin discapacidades físicas, psicológicas o socioculturales. La dislexia se caracteriza por un trastorno del aprendizaje que consiste en la dificultad en la lectura debido a inconvenientes para identificar los sonidos del habla y aprender a relacionarlos con las letras y las palabras (decodificación). dificultades en la lectura y la escritura, incluyendo el reconocimiento y la decodificación de palabras, lo que lleva a una lectura lenta y errónea.
El aprendizaje es el proceso a través del cual el ser humano adquiere, modifica o refina sus habilidades, destrezas, conocimientos o conductas, como resultado de la experiencia, que puede incluir el estudio, la observación, la instrucción o la práctica. Representa un cambio relativamente permanente, es decir, que perdura durante cierto tiempo.
Existen varios enfoques del aprendizaje, que se centran en los cambios observables en el comportamiento (conductivismo) o en los procesos internos de pensamiento (cognitivismo). El aprendizaje está vinculado a variables sociales, emocionales, culturales y biológicas. La motivación es esencial para el aprendizaje activo. La pedagogía, la psicopedagogía y la psicología educativa estudian los diferentes tipos de aprendizaje y sus dinámicas, diseñando estrategias educativas y planes pedagógicos para potenciar las capacidades individuales.
Los trastornos del aprendizaje consisten en la falta de aptitud para adquirir, retener o usar ampliamente las habilidades específicas o la información, como consecuencia de deficiencias en la atención, la memoria o el razonamiento, y afectan a la actividad escolar.
Los trastornos del aprendizaje son bastante distintos de la discapacidad intelectual y se dan en niños normales o incluso con alta funcionalidad intelectual. Los trastornos del aprendizaje afectan solo ciertas funciones, mientras que en un niño con discapacidad intelectual las dificultades afectan ampliamente las funciones cognitivas.
Trastornos de lectura
Trastornos de la expresión escrita
Trastornos relacionados con las matemáticas
Por lo tanto, los niños con trastornos del aprendizaje pueden presentar una dificultad significativa para comprender y aprender matemáticas, pero no presentarla para la lectura y la escritura, además de manejarse bien en otras materias. La dislexia es el más conocido de los trastornos del aprendizaje. Entre estos trastornos del aprendizaje no se incluyen los problemas del aprendizaje debidos principalmente a dificultades en la visión, la audición y la coordinación o a alteraciones emocionales, aunque estos problemas también se pueden presentar en niños con trastornos del aprendizaje.
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.
La dislexia, es mucho más que tener dificultades en la lectura y en la escritura, ya que existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, confusión entre la derecha y la izquierda, dificultades en las nociones espaciotemporales…debemos tener en cuenta que no existen dos disléxicos idénticos y por tanto cada caso es único y no tiene por qué presentar la totalidad de los síntomas.
La dislexia ocurre porque el cerebro procesa la información de manera diferente. Las imágenes cerebrales muestran que, cuando la gente con dislexia lee, usa partes del cerebro distintas a las que usa la gente sin dislexia. Estas imágenes también muestran que el cerebro de las personas con dislexia no funciona eficazmente mientras leen.
Por eso, su lectura parece tan lenta y complicada.
La dislexia se manifiesta principalmente en dificultades con el procesamiento del lenguaje escrito. Esto incluye problemas para reconocer y decodificar palabras, lo que se traduce en una lectura lenta y con errores, omisiones o sustituciones de letras y palabras. La ortografía también se ve afectada, con frecuentes errores y dificultades para recordar la secuencia correcta de las letras. Además, la memoria a corto plazo y la capacidad para seguir instrucciones pueden verse comprometidas, lo que dificulta el aprendizaje y la realización de tareas académicas.
Más allá de las dificultades con la lectura y la escritura, la dislexia puede afectar otras áreas del funcionamiento cognitivo. Algunas personas pueden experimentar problemas con la organización, la gestión del tiempo y la comprensión de conceptos abstractos. También es común que se presenten dificultades en la discriminación de sonidos del habla, lo que dificulta la asociación entre sonidos y letras. A pesar de estas dificultades, es importante destacar que la dislexia no está relacionada con la inteligencia; De hecho, muchas personas con dislexia tienen habilidades cognitivas.1superiores en otras áreas, como el pensamiento creativo y la resolución de problemas.
La dislexia no es una condición homogénea. Existen tipos de dislexia que afectan a las personas diferencialmente. Comprender esta tipología es crucial para proporcionar intervenciones y apoyos adecuados.
Existen dos tipos de dislexia: la evolutiva y la adquirida.
Es la forma más común de este trastorno y se manifiesta desde el desarrollo temprano de niños y niñas. Esta variante se caracteriza por dificultades persistentes en la lectura y la escritura que no se explican por falta de instrucción o problemas sensoriales.
La dislexia evolutiva suele detectarse en la infancia, generalmente cuando los niños y niñas comienzan la educación formal y se espera que aprendan a leer y escribir.
Sus características principales incluyen:
Dificultades para segmentar palabras en sonidos y manipularlos
Luchas constantes por relacionar letras con sonidos
Errores ortográficos que no siguen patrones lógicos
Lectura lenta y laboriosa
Dislexia adquirida
Por su parte, la dislexia adquirida es menos común y se presenta como resultado de:
Una lesión cerebral
Un evento traumático
Una enfermedad que afecta las áreas del cerebro involucradas en el procesamiento del lenguaje
A diferencia de la dislexia evolutiva, la dislexia adquirida puede ocurrir en cualquier momento de la vida.
Sus características incluyen:
Pérdida súbita de habilidades de lectura y escritura
Errores específicos en la lectura, como omitir, añadir o transponer letras y palabras al leer
Impacto en la comprensión de lectura debido a problemas de reconocimiento de palabras
Dependiendo de la ubicación y la extensión del daño cerebral, los síntomas de la dislexia adquirida pueden variar ampliamente
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5), clasifica la dislexia como un "trastorno específico del aprendizaje con dificultad en la lectura". Los criterios de diagnóstico incluyen:
Dificultad persistente en la lectura, la escritura y el borrado.
Rendimiento académico significativamente por debajo de lo esperado para la edad
Las dificultades no se deben a otras condiciones médicas o neurológicas
El diagnóstico de la dislexia debe ser realizado por un profesional cualificado, como un psicólogo educativo o un neuropsicólogo. La evaluación puede incluir:
Pruebas de lectura, escritura y borrado.
Evaluación de las habilidades cognitivas.
Observación del comportamiento del niño en el aula.
Recopilación de información de padres y profesores. Los niños que no progresan en el aprendizaje del lenguaje hacia la mitad o el final del primer curso de primaria (6 años) deben ser sometidos a pruebas para determinar si presentan dislexia u otros problemas que pueden afectar el aprendizaje. La evaluación suele ser llevarse a cabo en el ámbito escolar e incluye pruebas de voz, expresión oral, audición e inteligencia, así como pruebas de habilidades académicas.
Un programa de intervención psicopedagógica para la dislexia debe ser individualizado y adaptado a las necesidades específicas de cada persona. La intervención se centra en fortalecer las habilidades fonológicas, la conciencia fonémica y la relación entre sonidos y letras. Se utilizan métodos multisensoriales que involucran la vista, el oído y el tacto para facilitar el aprendizaje. Además, se enseñan estrategias de lectura y escritura para mejorar la comprensión y la fluidez, y se brinda apoyo emocional para fomentar la autoestima y la confianza del individuo.
El programa también incluye la estrecha colaboración con la familia y la escuela para crear un entorno de apoyo y comprensión. Se proporcionan adaptaciones y apoyos individualizados en el aula, como tiempo adicional para completar tareas y evaluaciones, y se utilizan métodos de enseñanza multisensoriales. Se fomenta un ambiente de aula inclusivo y positivo, y se capacita al profesorado para detectar y ayudar a los alumnos disléxicos.
En conclusión, la dislexia es un trastorno complejo que impacta diversas áreas del aprendizaje, pero con un diagnóstico temprano y una intervención adecuada, las personas con dislexia pueden desarrollar estrategias efectivas para superar sus dificultades y alcanzar su máximo potencial. La comprensión, el apoyo y la adaptación del entorno son esenciales para garantizar su éxito académico y bienestar emocional.
Aunque la dislexia presenta algunos desafíos, también ofrece las oportunidades para desarrollar habilidades únicas, como la creatividad, el pensamiento visual y la resiliencia. Sin embargo, estuvimos viendo en los materiales revisados que con la intervención temprana y el apoyo adecuado, los niños con dislexia pueden superar estas dificultades y desarrollar todo su potencial.
Recomendaciones para la familia:
Fomentar un ambiente de apoyo: Es crucial que el niño se sienta comprendido y aceptado. Celebrar sus fortalezas y reconocer sus esfuerzos, en lugar de enfocarse únicamente en sus dificultades.
Colaborar con la escuela: Mantener una comunicación constante con los maestros y profesionales que trabajan con el niño. Participar activamente en el diseño e implementación de estrategias de apoyo individualizadas.
Buscar recursos y apoyo adicional: Investigar sobre la dislexia y buscar grupos de apoyo o asociaciones que puedan brindar información y orientación. Considere la posibilidad de terapia especializada si es necesario.
Promover la lectura de forma positiva: Buscar materiales de lectura que sean interesantes y relevantes para el niño. Utilizar audiolibros y otros recursos multimedia para hacer la lectura más accesible y placentera.
Establecer rutinas y hábitos de estudio: Ayudar al niño a organizar su tiempo y crear un espacio de estudio tranquilo y libre de distracciones.
Dividir las tareas en pasos más pequeños y establecer metas alcanzables.
Recomendaciones para la escuela:
Realizar una evaluación exhaustiva: Identificar las necesidades específicas del niño y adaptar el plan de estudios y las estrategias de enseñanza en consecuencia.
Proporcionar adaptaciones y apoyos: Ofrecer tiempo adicional para completar tareas y exámenes, utilizar materiales de lectura adaptados y proporcionar acceso a tecnologías de asistencia.
Implementar estrategias de enseñanza multisensorial: Utilizar diferentes modalidades sensoriales (visual, auditiva, kinestésica) para presentar la información y facilitar el aprendizaje.
Fomentar un ambiente inclusivo: Promover la comprensión y el respeto hacia la diversidad en el aula. Crea un espacio seguro donde el niño se sienta cómodo para expresar sus dificultades y pedir ayuda.
Capacitar a los docentes: Brindar a los maestros formación continua sobre la dislexia y las mejores prácticas para apoyar a los estudiantes con esta condición.
Como futura psicóloga educativa, la asignatura de trastornos del aprendizaje ha sido una experiencia enriquecedora y fundamental para mi formación profesional. El estudio de cada trastorno, desde la dislexia hasta el trastorno del espectro autista, me ha permitido comprender la diversidad de necesidades que pueden presentar los estudiantes en el aula. Cada uno de estos trastornos representa un desafío único, pero también una oportunidad para desarrollar estrategias de intervención personalizadas y efectivas.
El trabajo final sobre la dislexia, en particular, me ha permitido profundizar en un trastorno que a menudo se malinterpreta y subestima. Investigar sobre su definición, características, criterios de diagnóstico y programas de intervención me ha brindado una visión integral de cómo abordar esta condición en el contexto educativo. Además, reflexionar sobre las recomendaciones para familias y escuelas ha reforzado mi compromiso de trabajar en colaboración con todos los actores involucrados en el proceso de aprendizaje.
Considero que la detección temprana y la intervención adecuada son cruciales para minimizar el impacto de los trastornos del aprendizaje en la vida de los estudiantes. Como futura psicóloga educativa, me siento preparada para aplicar los conocimientos adquiridos en esta asignatura para promover la inclusión, la equidad y el éxito académico de todos los estudiantes, independientemente de sus desafíos.
En mi opinión, aún hace falta mayor concienciación y formación en los contextos educativos para identificar y atender de manera efectiva estas dificultades. La importancia de una educación inclusiva, flexible como clave para el aprendizaje, la dislexia no define a una persona, pero sí nos reta a todos a pensar en formas más equitativas y humanas de enseñar y aprender.
Yo considero que el aprendizaje es un proceso fundamental en el desarrollo humano, no solo a nivel académico, sino también personal y social. Me parece fascinante cómo diferentes enfoques teóricos, como el conductismo y el cognitivismo, nos permiten comprender distintas dimensiones de este fenómeno. En este sentido, es clave reconocer que cada persona aprende de manera única, y que factores emocionales, sociales y biológicos inciden profundamente en ese proceso.
Como futura Psicologa Educativa,yo dmiro la capacidad de muchos niños y niñas con dislexia para adaptarse y destacar en otras áreas, especialmente cuando cuentan con una intervención adecuada y un entorno comprensivo.
La dislexia tiene un origen neurobiológico. Estudios de neuroimagen han demostrado que el cerebro de las personas con dislexia funciona de manera diferente al procesar el lenguaje. En particular, se observa una
menor activación en áreas del hemisferio izquierdo relacionadas con la lectura, como el giro temporal superior y el área de Broca (región del cerebro que se encarga de la expresión del lenguaje oral).
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