Edición 561
Actualidad Sexagésimo aniversario
Bodas de diamante del curso
‘Pedro Alcantara Herrán y Zaldúa’
Curso Pedro Alcántara Herrán durante su cuadragésimo octavo aniversario
Coincidiendo con el día en que se conmemora el grito de independencia nacional, aquel 20 de julio de 1956, la patria nos confió sus armas para usarlas en defensa de sus instituciones y de los caros ideales que forman nuestra nacionalidad, a los cuales nos comprometimos ante Dios y ante Colombia bajo juramento, que incluyó morir por ella si fuera necesario. Desde entonces, este puñado de hombres que conformaron el curso ‘Pedro Alcántara Herrán y Zaldúa’, conscientes de ese compromiso, hemos buscado el engrandecimiento de la patria formando hogares ejemplares, donde se rinde culto a esos nobles ideales y laborando honestamente desde diferentes actividades en pro de su desarrollo. Podemos exclamar, sin ambages, que no hemos sido inferiores a esa confianza que se nos depositó en inflamado discurso el entonces presidente de la República Teniente General Gustavo Rojas Pinilla.
Con nostalgia y profundo cariño recordamos a los compañeros muertos, que ofrendaron su vida en cumplimiento del deber. El profundo cariño con que los tenemos en cuenta, se refleja claramente en los emotivos escritos que sobre ellos han sido publicados y en la sentida evocación que en su memoria hacemos en esta efeméride.
Hoy Colombia se debate en un mar de incertidumbres. Nuestro juramento está aún vigente para quienes tenemos la voluntad de Dios de continuar viviendo y, por consiguiente, es compromiso con el país. Debemos tener fe en él, rechazar el obvio pesimismo y trabajar con tesón, como siempre lo hemos hecho, para su engrandecimiento. No es el momento para abandonar el barco en medio de la tormenta; el compromiso nos indica que desde cualquier posición debemos hacer todo el aporte para llevarlo a puerto seguro, respaldando a toda costa la misión
que cumplen las FF.MM., cuyos comandantes actuales tienen la obligación de velar por la salud de la República por encima de toda consideración.
En este sexagésimo aniversario nos enorgullecemos del hecho de que el destino nos hubiera escogido para servir a la patria, sin otra contraprestación que el sacrificio natural de un soldado, cuando el entregarse por ella es consigna permanente establecida en la Constitución Nacional, mandamiento heredado de quienes ayer nos dieron la independencia. Un grupo de 117 subtenientes marchamos hace seis décadas cantando el himno de la Escuela Militar y mirando al cielo, implorándole al Creador que con su misericordia infinita, nos señalara el destino del bien para servirle a la sociedad con dignidad, característica inherente a los hombres que llevan en sus manos las armas de la República.
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Este 20 de julio, el curso de oficiales del Ejército Nacional ‘General Pedro Alcántara Herrán y Zaldúa’ cumplirá 60 años de haber egresado de la Escuela Militar de Cadetes ‘General José María Córdova’. Hasta hoy, 66 soldados de este curso han entregado su alma a Dios, después de haber cumplido su deber con la patria y con la institución que nos vio nacer. Diez y nueve esposas de compañeros marcharon al infinito por disposición del Señor. Tres hijos de nuestros compañeros, soldados como sus padres, fueron víctimas de las balas homicidas de los enemigos de Colombia, cuando cumplían con el sagrado deber de contribuir en el mantenimiento del orden público.
No podemos en estas efemérides del recuerdo, olvidar nombres de los viejos maestros militares, quienes nos enseñaron a querer a Colombia bajo el manto sagrado de la bandera nacional, entre los que sobresalen: General Iván Berrío Jaramillo, director de la Escuela Militar; Capitán Luis Humberto Bocanegra Saavedra, comandante de la compañía y Tenientes Álvaro Maldonado Muñoz, Hernán Henao Henao, José Luis Carvajal, Luis Casteblanco Montaña, Gonzalo Rodríguez y Óscar Botero Restrepo. Todos ellos desaparecidos de este mundo. Al celebrar 60 años al servicio de la patria con testigos áticos de nuestra formación y de nuestro desempeño como soldados, tenemos la fortuna de tener entre nosotros como maestros inseparables al señor General Guillermo Jaramillo Berrio (q.e.p.d.), ex comandante del Ejército y teniente de nuestra formación, como también a los señores coroneles Francisco Rincón Márquez y Fernando Bernal Petrelli, para quienes jamás tendremos frases que interpreten el valor de sus vidas en
la formación de las nuestras.
Un héroe de guerra internacional, Nolasco Espinal Mejía, formó en nuestro curso y clavó la bandera de Colombia en las montañas asiáticas de Corea del Sur, dejando bajo los cielos de esa patria el nombre de los soldados del batallón Colombia. Hoy mira desde el cielo la sombra de sus recuerdos y el valor de nuestra bandera.
¿Cuál fue el balance final al terminar la jornada de servicio en las filas del Ejército?: 6 soldados del curso alcanzaron los soles de la República; 20 coroneles; 25 tenientes coroneles; 8 mayores; 24 capitanes; 28 tenientes y 6 subtenientes. Hacemos propicia esta ocasión para saludar a todos los hombres y mujeres de las FF.MM. en servicio activo y en la reserva activa, para quienes deseamos una comunidad permanente en procura de alcanzar la unión necesaria, que como soldados nos exige la patria de ser centinelas en la salud de la nación.
Finalizando esta evocación, saludamos al señor Brigadier General Jaime Ruiz Barrera, presidente nacional de ACORE, quien nos ha facilitado este mensaje en el periódico institucional, queriendo todos los integrantes de este curso brindar por Colombia, nuestra patria lacerada por la acción violenta de sus malos hijos, quienes con visión equivocada, pretenden destruir la heredad regada por la sangre de nuestros libertadores, cuando por fortuna no se ha perdido la esperanza de recuperarla grande y digna, como lo soñara el padre de la patria.
Bodas de oro del curso ‘Coronel Cornelio Borda y Sarmiento’
La plaza de armas de la Escuela Militar de Cadetes ‘General José María Córdova’ fue el escenario propicio para la ceremonia conmemorativa del cincuentenario del curso ‘Coronel Cornelio Borda y Sarmiento’, efemérides que se celebró el pasado martes 14 de junio. La imponente ceremonia militar fue presidida por el General Alberto José Mejía Ferrero, comandante del Ejército Nacional. En representación de ACORE, el Brigadier General Guillermo Bastidas Ordoñez, secretario general ejecutivo de la asociación, impuso la medalla ‘General Rafael Reyes’, en la categoría Bodas de Oro Profesionales, a los integrantes del curso. El comandante del Ejército Nacional, General Alberto José Mejía Ferrero impone la medalla ‘Rafael Reyes’ al General Gabriel Fernando Chemas Bernal.