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HAY QUE CAMBIAR LA POLÍTICA DE LOS PRECIOS DE LOS COMBUSTIBLES
Por Diego Otero Prada
Presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica-ACECRI miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ACCE
Consideraciones generales
Hasta agosto de 2023, el precio de la gasolina corriente ha subido 46,72% en el gobierno de Gustavo Petro, el sexto incremento real más alto en toda la historia de Colombia desde que entró a operar la refinería de Barrancabermeja en 1921.
Hay declaraciones oficiales que hablan de aumentar el precio de la gasolina corriente hasta más de 15 000 pesos el galón, con lo cual se llegaría al cuarto incremento más alto, y aumentar el precio del ACPM de 9000 pesos en la actualidad a cerca de 15 000 pesos.
Hay que parar los incrementos en los precios de los combustibles hasta que se discuta un cambio en la fórmula que utilizan los ministerios de Haciendas y de Minas y Energía, que tienen como base que Ecopetrol reciba como ingreso al productor un precio igual como si exportara gasolina y ACPM.
Colombia es un país autosuficiente en petróleo y, en consecuencia, debería cobrarse según los costos internos de producir un galón de gasolina corriente o ACPM en las refinerías del país, considerando los costos de los combustibles que hoy se importan.
En efecto, según el ranking de países de Globalpetroprices.com para el 14 de agosto de 2023, de los precios de la gasolina corriente, Colombia ocupa el puesto 28 de los más bajos, por encima de todos los países autosuficientes en hidrocarburos, solamente por debajo de México y con precios muy cercanos a Brasil.
Si se cobra según los costos internos, los precios de la gasolina corriente y ACPM no serían mayores a 11 000 pesos el galón.
La gasolina corriente lo consumen los estratos 1, 2, 3 y 4 en casi un 75%, ya que los hogares de altos ingresos consumen la gasolina extra que se produce en el país y que se cobra a precios internacionales. Y los motociclistas, en su mayoría, el 80-90% corresponde a estratos 1 a 4.
Por otra parte, para el ACPM, el efecto los incrementos de los precios que pretende el ministro de Hacienda, de pasar de casi 10 000 pesos el galón a 15 000 pesos o más, es muy fuerte sobre el transporte urbano e interurbano de pasajeros y sobre el transporte de carga, cuyos aumentos darán lugar a mayores costos para la economía y el ingreso de los hogares.
Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado y la inconformidad que se presenta en los gremios como en la población, se propone lo siguiente:
Suspender los aumentos de precios de los combustibles.
Los incrementos en los precios de los combustibles afectan a toda la sociedad colombiana. Hoy la gasolina corriente se utiliza por todos los estratos para movilizarse por automóviles, motos, camperos, en el sector rural para mover equipo, en los taxis para el transporte de pasajeros, influye en la inflación, en la pobreza y en la competitividad del país, entre otros efectos.
Cambiar la fórmula.
Cambiar la actual fórmula que tiene como referencia los precios internacionales por costos internos ponderados con los precios de las importaciones. Colombia es un país autosuficiente en petróleo. Los importadores de petróleo y derivados cobran según los costos de importación, pero los autosuficientes definen políticas de precios diferentes, basados en costos internos y consideraciones sociales y políticas. Se puede pensar que los costos reales se incrementen en un porcentaje para favorecer a Ecopetrol, algo que habría que estudiarse.
Antes de diciembre de 1998, la fórmula de precios consideraba los costos internos, y el ingreso para Ecopetrol era el costo de producir un galón en las refinerías colombianas. Pero, una misión del FMI de mayo de 1997 sugirió cambiar la fórmula a precios de referencia de exportación, y como se sabe, las sugerencias o recomendaciones de esta entidad son órdenes, y el gobierno de Andrés Pastrana, con su ministro de Minas y Energía, aceptaron lo solicitado por el FMI, y desde esa época se sigue esta política de precios.
Eliminar el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles.
El FEPC, creado en 2007 en el gobierno de Álvaro Uribe, y vuelto a aprobar en el plan de desarrollo del gobierno de Gustavo Petro es una camisa de fuerza porque obliga a los gobiernos a aumentar los precios.
En el caso de Colombia, el Fondo entra en las cuentas nacionales para calcular el déficit fiscal y reduce la capacidad de maniobra del gobierno para el gasto social. Así como este Fondo se aprobó por una ley se propone eliminarlo a través de un proyecto de ley.
Aumentar la capacidad de refinación.
Hay que aumentar la capacidad de refinación en por lo menos 100 000 barriles por día para producir los derivados y productos petroquímicos que necesita Colombia. No tiene sentido que en 2022 se gastaron casi 8000 millones de dólares en importaciones, cuando con 4000 millones de dólares se construye una refinería de este tamaño.
Conclusiones
En definitiva, hay que cambiar la política de precios de los combustibles, cambiar la fórmula con base en precios internos, eliminar el Fondo, aumentar la capacidad refinadora y abandonar las políticas del Fondo Monetario Internacional.