Recuerdo los . problemas: «Si
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un vendedor de vinos vendiera las arrobas a .. . » Veo las viejas cIases, etc. Aquí hay rima interna (problemas, vendiera, viejas) y hay sobre todo el refinado arte de la aliteración: Recuerdo los problemas : «Si un vendedor de vinos/vendiera las arrobas a .. . » Veo las viejas clases .. . Mario López, «Memoria de un· espada», de Garganta y corazón del Sur (1951). Dice así el fragmento que escojo: y en el salón de la cabeza del toro disecada
la tarde fue tejiendo sus maniatados gritos por las terribles formas de la estopa y sus huecos donde el hocico guardaba siempre un rincón inédito para agrietar la sangre pintada de su muerte. No es tema muy atrayente contemplar esa cabeza de toro disecada, con poIiUa, polvo en el testuz, los congelados ojos de cristal, etc. Son versos alejandrinos o de 14 sílabas, bueno, hay dos amétricos, el primero y el cuarto, de 16 y 15 sílabas. Lo
importante es que exactamente en la cuarta sílaba de cada verso hay un acento: Yen el salón la tarde fue por las terribles donde el hocico para agrietar (Me parece casi ofensivo señalar que se toman en cuenta las sinalefas. Casi ofensivo para el lector medianamente informado). Música, en esos versos de Mario López, correlativa, música pura, la que recibe el nombre de pie peón cuarto o acentuado en cuarta sílaba. Ricardo Molina, «Elegía XXX», de Elegías de Sandua (1948). Habla de Juan Bernier, gran paseante: Con su bufanda azul , su gabardina vieja, su sombrero mojado, su paraguas de seda, a través de los campos cuando el trigo madura, etc.