

Autor: Adriana Costanzo
Autor: Adriana Costanzo
Editora: Asociación Casa Editora Sudamericana
Grado de estudios: 1er y 2do grado
Áreas de trabajo relacionadas: Comunicación, Desarrollo personal, Religión.
Tema: Aceptación y respeto por las diferencias personales cuidando el espacio personal.
Objetivos
• Identificar las características que hacen única y especial a cada persona, valorando su individualidad.
• Reconocer a Dios como el creador de cada persona, comprendiendo que, por este motivo, todos merecen ser valorados y respetados.
• Fomentar un sentido de servicio hacia los demás, entendiendo que Dios es amor y desea que seamos conductores de su amor en nuestras acciones.
Justificación
Dios creó al ser humano como un ser sociable, con la necesidad de relacionarse y vivir en comunidad. Es a través de la interacción con los demás que podemos compartir, ayudar, y apoyarnos mutuamente, desarrollando virtudes como el amor, la compasión y la generosidad. Esta sociabilidad es una bendición de Dios y una responsabilidad que debemos cumplir en nuestro entorno para poder reflejar Su carácter.
A través de la lectura de este libro, los niños aprenderán a valorar la importancia de cada persona que los rodea. Comprenderán la necesidad de respetar las características de los demás en toda circunstancia y se motivarán a tomar decisiones positivas en favor de otros. De esta manera, se convertirán en conductores del amor de Dios en su comunidad.
Entregar a cada estudiante una hoja en blanco y lápices de colores. Pedir que en ellas dibujen el contorno de sus manos y que las decoren dibujando cosas que más les gusten y que los representen (colores favoritos, comidas, juegos, etc.). Luego, pedir que coloquen sus trabajos en un mural del aula titulado “Todos somos diferentes y únicos”. Dialogar acerca de los distintos gustos que tenemos las personas: todos son importantes y únicos.
Explicar que las emociones que sentimos y la forma de sentirlas también es diferente entre una persona y otra. Dedicar un momento a conversar acerca de las emociones a través de la siguiente actividad:
Preparar una rueda de las emociones. Hacer girar la rueda y pedir a los niños que compartan con el grupo un momento en el que sintieron esa emoción y de qué manera reaccionaron. Luego, dialogar sobre las distintas formas que tenemos las personas para expresar nuestras emociones. Aprovechar también el momento para dialogar acerca de cómo manejar las emociones. Pueden utilizarse canciones para que los estudiantes identifiquen las emociones y recuerden cómo gestionarlas.
Colocar algunas preguntas escritas en hojas de papel doblado y colocarlas dentro de una caja. Pedir que saquen una pregunta y la respondan. Aquí unas preguntas como ejemplo:
• ¿Qué cosas crees que te hacen único?
• ¿Qué cosas te gusta hacer que te hacen feliz?
• ¿Cómo te sientes cuando alguien te ayuda o te dice algo bonito?
• ¿Cómo puedes ser un buen amigo para alguien que es diferente a ti?
• ¿Qué es lo que puede hacerte sentir mal que otros hagan?
Reflexionar a partir de la actividad realizada que todos vivimos en sociedad. Nos necesitamos unos a otros a pesar de las diferencias que podamos tener. Formular la siguiente pregunta de manera individual: Luego de todas las actividades que hemos realizado, ¿qué son los demás para ti?
Invitar a los estudiantes a sentarse en círculo y presentarles la tapa del libro. Pedir que la observen detalladamente y que comenten qué es lo que observan y qué es lo que les llama la atención: ¿qué es lo que habrá en la caja de regalo? ¿Será que el regalo es para ella o ella lo lleva para alguien más? ¿Cuán bueno es recibir regalos? ¿Nos gusta más dar o recibir regalos? ¿Por qué? ¿Qué es lo que hacemos cuando recibimos un regalo? ¿Qué nos dice el título? ¿Por qué creen que se ha colocado ese título? ¿Qué es lo que creen que aprenderemos a través de su lectura? ¿Por qué creen que la niña estará tan sonriente?
Preparar con anticipación pequeños regalitos para los estudiantes. Dentro de cada cajita puede haber algo sencillo, pero que haya sido preparado por la maestra y sea entregado con mucho cariño. Preguntar a los estudiantes cómo se sienten al recibir un regalo y darles el momento necesario para que expresen sus emociones, concluyendo que:
A todos nos encanta recibir regalos.
Los regalos son una expresión de amor.
Quien regala se siente feliz al notar que quien lo recibe lo aprecia y lo cuida. Luego, comentar que “los demás” también son un regalo maravilloso que Dios nos dio. Por esa razón debemos valorarlos, amarlos, reconocer y respetar sus diferencias. Preguntar: ¿quién tiene amigos que son diferentes a ustedes? ¿Cuáles son esas diferencias? ¿De qué manera las diferencias permiten que en conjunto seamos algo mucho mejor? ¿Cómo se muestra respeto y amor por ellos?
Pedir a los estudiantes que lleven al aula la imagen de algún elemento de la naturaleza que les guste mucho. Tener con anticipación un espacio en el aula con el fondo de pasto y cielo. Luego, invitarlos a sentarse en círculo para que cada uno de ellos comente por qué eligió el elemento que llevó. Motivarlos a expresar las características especiales que Dios dio a ese ser y pedirles que vayan colocando sus imágenes en el lugar que corresponde dentro del mural. Junto a ellos, reflexionar en lo hermoso que va quedando el paisaje cuando se complementa con cada elemento natural, que, aunque todos son distintos, cada uno aporta algo especial al paisaje. Puede ser que algunos estudiantes coincidieron en un mismo elemento de la naturaleza. Aprovechar este momento para explicar que, aunque dos seres se parecen mucho, hay algo que los distingue a uno del otro.
Iniciar la lectura del libro, que puede ser realizada por la maestra, y motivar a los lectores iniciales a seguir la lectura con la vista, con el fin de que se vayan relacionando más con las palabras y con el texto en general e ir realizando los “altos” necesarios para formular las preguntas que plantea la maestra en el libro. En todo momento permitir la interacción de los lectores con el texto aprovechando que este presenta narrativa y diálogos.
Al llegar a la lectura de la página 10, pedir a los estudiantes que formen parejas. Darles pinturas para que plasmen sus huellas dactilares en hojas e invitarlos a que dialoguen acerca de las diferencias que observan en ellas. Explicarles que las huellas dactilares son un ejemplo de que somos personas únicas creadas por Dios. No existen en el mundo ni siquiera dos personas con las mismas huellas dactilares. Así como tenemos huellas dactilares distintas, tenemos muchos rasgos físicos que hemos heredado de nuestros padres, abuelos y demás antepasados e incluso rasgos personales. Sin embargo, aunque seamos distintos, todos somos lindos, maravillosos y especiales para Dios.
Leer con los estudiantes las páginas 27 y 28 para enfatizar la idea de que todos, con nuestras diferencias, tenemos el mismo valor para Dios.
Entregar a cada estudiante una cartulina y pedir que en el centro escriban su nombre y lo decoren. Luego, pedir a cada estudiante que escriba en las cartulinas de cada uno de sus compañeros una cualidad linda que han observado en ellos. Al finalizar, invitarlos a que se acomoden en círculo para comentar cómo se sienten al leer tan lindas apreciaciones que tienen sus compañeros explicando que esa es la manera como logramos establecer mejores relaciones dentro de un grupo de amigos. Todas las personas somos valiosas y es bueno reconocerlo. Eso hace sentir bien a quien recibe el elogio y también a quien lo da.
Colocar las cartulinas decoradas por los estudiantes en un mural del aula bajo el título “Somos lo más importante para Dios”. Puede colocarse la foto de cada estudiante al lado de su cartel. Acompañar el
mural con el texto bíblico:
“hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno” (Mateo 10:30, DHH).
Complementar el tema usando estos cantos:
• Iguales en Jesús
• Hay un lugar para todos
• La familia de Dios.
A partir de la página 12 encontrarán historias que abordan distintas diferencias que pueden darse entre las personas:
• Péiname como Candela
• Ema ve diferente
• Entender la diferencia
• ¿Papa o batata?
• Diferencias a la hora de jugar
• Amigos con diferencias
Organizar a los estudiantes en grupo para que lean una historia determinada y luego la presenten a los compañeros, abordando las diferencias que pueden existir entre las personas y cómo debemos actuar en esos casos. Utilizar algunas de las siguientes estrategias para la presentación:
• Dramatización de la historia.
• Juego o actividad para reflexionar.
• Invención de un canto que narre la historia.
• Narración utilizando una maqueta creada por ellos.
• Narración utilizando marionetas de dedo.
Al finalizar la presentación de las historias, dedicar un tiempo a dialogar con los estudiantes acerca de las lecciones obtenidas a través de las historias leídas e invitarlos a proponer acciones para mantener una mejor convivencia dentro del aula respetando las diferencias que pueden existir entre compañeros. Estas acciones propuestas deben escribirse y colocarse en un lugar visible del aula para que los estudiantes las tengan presentes día a día.
Presentar a los discípulos de Jesús enfocando que, como cualquiera de nosotros, tenían debilidades. Solo al lado de Jesús fueron superadas. Dialogar con los estudiantes acerca de que todas las personas tenemos algunos hábitos o características de nuestra personalidad que debemos mejorar o erradicar para poder tener una buena convivencia entre amigos. Dar lugar a que los estudiantes mediten y expresen qué características no son correctas en la conducta de una persona y por qué. Luego, pedir que mencionen las consecuencias que se generan de estas malas acciones.
Colocar una imagen grande de un árbol en un lugar visible del aula y pedir a los estudiantes que escriban características positivas que ellos tienen en las hojas del árbol y características que creen que
deberían cambiar en las raíces. Dialogar en conjunto para sugerir estrategias que pueden ayudarlos a eliminar aquellas características negativas. Recordar que los cambios solo pueden darse cuando Jesús es quien nos ayuda, tal como lo hizo con sus discípulos. Leer y aprender con ellos Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Luego, cada estudiante debe escribir una estrategia que le parezca adecuada utilizar para sí mismo y tomar la decisión de llevarla a cabo pidiendo la ayuda de Dios.
Preparar algunos frutos de cartulina para el árbol. Escribir en cada fruto uno de los frutos del Espíritu (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, templanza) y entregárselos a los estudiantes para que los coloquen en el árbol. Explicar que si estamos en comunión con Dios estos frutos van naciendo de nosotros. Animarlos en perseverar en la decisión de mantenerse en comunión con Dios para obtener los Frutos del Espíritu.
Proponer un espacio de actividades/juegos en los que puedan poner en práctica buenas actitudes de convivencia. Se sugieren los siguientes juegos:
Inseparables por un día: Determinar parejas de compañeros que no se conozcan mucho. Ambos compañeros deben pasar un día de clases juntos conociendo mejor los gustos, las comidas favoritas, los juegos que practican, los colores que les gustan, actividades que les gusta realizar, costumbres de su familia, etc. Al final, cada uno presenta a su compañero mencionando todas las cosas buenas que conoció de él o ella.
Carrera de obstáculos cooperativa: Crear una pista de obstáculos sencillas en la que se necesite ayuda de algún compañero para poder superar los obstáculos. Puede ser que en alguna estación de la pista de obstáculos se necesite ayuda para saltar, para agacharse o simplemente se necesite el ánimo de los compañeros. Al finalizar, dialogar sobre la importancia de ayudarnos mutuamente.
La cadena de las fortalezas: Colocar estaciones alrededor del área de juego, cada una representando una “fortaleza” o característica positiva, por ejemplo: valiente, divertido, inteligente, amable, consejero, etc. Los estudiantes deben pasar por las estaciones y elegir la fortaleza que les gustaría desarrollar y quedarse en esta estación. Luego, forman una ronda tomándose de la mano todos los que escogieron una fortaleza determinada. Al finalizar, dialogan acerca de la importancia de desarrollar fortalezas en el grupo de compañeros de estudio para desarrollar una buena convivencia.
Carrera de relevos de habilidades: Explicar que para esta carrera se necesitan habilidades como saltar con un pie, caminar como un cangrejo y correr hacia atrás. Dividir a los estudiantes en equipos. Cada integrante debe escoger una habilidad para realizar e iniciar la carrera en la que todas las habilidades se utilicen. Al finalizar, dialogar sobre las distintas habilidades que se pueden tener, pero que todas son importantes para cumplir un objetivo.
Realizar el cierre del proyecto leyendo los textos “Quería ser las manos de Dios” y “¿Dios puede usar mis manos?” (páginas 29 y 30). Reflexionar con los estudiantes acerca de que podemos ser conductores del amor de Dios hacia los demás a través de nuestras acciones.
Preparar con los estudiantes un cartel titulado “Dios usa mis manos” y pedirles que piensen en ac-
ciones de amor que podrían realizar en favor de los demás, tanto en la escuela como en su casa o comunidad. Cada mañana deben escribir en el cartel una acción que realizaron y agradecer a Dios por darles la oportunidad de servirlo.
Finalmente proponer a los estudiantes que escriban una poesía que exprese el gran regalo que son los demás para ellos y el cuidado que quieren tener para cuidar este regalo.