Historia de la Vida - N2V1 2021

2017

História da Vida

Nível 2 | Volume 1

Nivel 2 | Año 7 | Número 1

Arqueología bíblica La riqueza de Herodes

Digitales del Creador El show de las mariposas

Pasatiempo

Acuerdos entre la Biblia y la ciencia

tecnología

La ciencia imita a la vida

Historia de la Vida Nanotecnología: La ciencia imita a la vida Michelson Borges Título del original: História da Vida.

Nanotecnologia: A ciencia imita a vida. Casa Publicadora Brasileira, Tatuí, San Pablo, Brasil, 2014.

Dirección: Zoraida Plasencia Traducción: Milton Bentancor Diseño: Leonardo Alves C. Rodríguez, Hugo Primucci Ilustración y fotografía: Shutterstock (banco de imágenes)

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Libro de edición argentina IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina Segunda edición MMXX – 40M Es propiedad. © 2014, Casa Publicadora Brasileira. © 2015, 2020, ACES. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-701-295-8 (Obra completa) ISBN 978-987-798-239-8 (Fascículo 1)

Borges, Michelson Historia de la Vida: Nanotecnología: La ciencia imita a la vida / Michelson Borges / Dirigido por Zoraida Ruth Plasencia Salcedo.

- 2ª ed. - Florida: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2020.

8 p. ; 21 x 14 cm.

Traducción de: Milton Bentancor.

ISBN 978-987-798-239-8 1. Cristianismo. I. Plasencia Salcedo, Zoraida Ruth, dir. II. Bentancor, Milton, trad. III. Título.

Se terminó de imprimir el 30 de septiembre de 2020 en talleres propios (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

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CDD 248.46

Historia de la Vida - Año 7 - Número 1

© Sundatoon | Shutterstock

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La investigación científica le abre a la mente vastos campos de información. Y es a través de la ciencia que se ve más claramente el perfecto trabajo de Dios en sus obras. Sin embargo, en cada estudio nuevo que realice el ser humano, nunca será posible medir con tecnologías la complejidad del poder de Dios.

“Muchos, cuando ven que son incapaces de medir al Creador y sus palabras con su propio conocimiento científico imperfecto, dudan de la existencia de Dios y atribuyen poder infinito a la naturaleza. [Sin embargo] La Biblia no debe ser probada por las ideas científicas de los hombres, sino que la ciencia debe presentarse para soportar la prueba de esta norma infalible. Cuando la Biblia hace declaraciones sobre hechos de la naturaleza, la ciencia puede compararse con la Palabra escrita; y un conocimiento correcto de ambas demostrará que ambas están en armonía” (Elena de White, Mensajes selectos [Buenos Aires: ACES, 2015], t.

3, pp. 362, 363).

© Sundatoon | Shutterstock

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Nanotecnología Desde la mayor galaxia al minúsculo átomo, en todo se puede percibir la firma del Gran Artista, las huellas del Creador. Tanto es así que el evolucionista Richard Dawkins, en su libro El relojero ciego, no consigue dejar de admitir que “la biología es el estudio de las cosas complejas que dan la o impresión de tener un diseñ as intencional”. ¿Por qué apen é “dan la impresión”? ¿Por qu Dawkins rehúye reconocer lo que es obvio?

La ciencia imita a la vida

Científicos japoneses trabajan en otra dirección. Reconocen el diseño inteligente que existe en la naturaleza y lo imitan. Están invirtiendo mucho tiempo y dinero “copiando” el diseño intencional detectado en sus laboratorios.

Una de esas maravillas de la creación que tiene fascinados e intrigados a los investigadores es el motor bacteriano, que posee un diámetro de 30 nanómetros (un nanómetro es mil veces menor que un milímetro). Ese motor hace girar un flagelo (“rabito”) cerca de 20 mil veces por minuto, con un aprovechamiento de la energía del ciento por ciento. Según los científicos, esa eficiencia está más allá de la capacidad de los motores artificiales de la actualidad.

Un flagelo bacteriano es un tubo hueco, de 20 nanómetros de espesor. Está compuesto por la proteína flagelina, en forma de hélice y con un doblez a la salida de la membrana celular, llamada “gancho”, que hace que la hélice quede volteada hacia el exterior de la célula. Entre el gancho y la estructura basal existe una vaina que pasa a través de anillos de proteína en la membrana celular. Estos anillos funcionan como “rodillos”. El motor que acciona al flagelo está compuesto por proteínas y es movido por un flujo de protones transportados a través de la membrana. ¡Tremenda ingeniería!

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dependiendo del humor del conductor.

Billones de dólares y mucha inteligencia han sido empleados para imitar a la naturaleza. A pesar de eso, existen quienes creen que el diseño observado en la creación –el original que les sirve de inspiración a los científicos– es apenas una “impresión”…

Historia de la Vida - Año 7 - Número 1

© Sundatoon, Iaroslav Neliubov | Shutterstock

En la electrónica, sin embargo, la revolución será abrumadora. En vez de computadores que entran en la palma de la mano, la tendencia es fabricar chips un millón de veces menores que el menor chip de hoy.

Eso multiplicaría por mil la capacidad de procesamiento de las máquinas actuales.

Los chips se distribuirían por todos lados, en particular por los autos, donde controlarían casi todo, desde el sistema de frenos hasta los airbags. Y también la tinta inteligente, cubierta de microsensores capaces de recuperarse solo en caso de rasguños en la pintura o que cambiarían de tonalidad

© spatuletail, Alexander Chekanov | Shutterstock

En la industria farmacéutica, investigadores latinoamericanos trabajan en la creación de cápsulas que cargarían moléculas de un principio activo hasta el órgano enfermo, reduciendo los efectos colaterales. Los mismos nanotubos hechos de moléculas de carbono, que filtran el riñón de los pacientes en la hemodiálisis, ayudarían a sustituir estructuras metálicas en la ingeniería.

Piensa en las neuronas, células minúsculas que transmiten impulsos eléctricos y nos permiten pensar. Piensa en el funcionamiento complejo de una célula, una verdadera miniusina de energía. La piel y la sangre, con sus microestructuras capaces de promover la regeneración en caso de heridas.

Todo eso es mucho más evidencia de que la nanotecnología no es algo nuevo. No fue creada por el hombre. Es invención divina.

Idea antigua

Quien “plantó la primera semilla” de la nanotecnología fue el estadounidense Richard Feynman, premio Nobel de Física de 1965. Dejó perpleja a la comunidad científica al proponer la manipulación de átomo por átomo.

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Sobre las aguas El zancudo de agua (Aquarius remigis) es una especie de insecto que consigue caminar sobre el agua. En el pasado, se pensaba que conseguía esa hazaña gracias a la secreción de una cera que lo mantenía flotando.

Pero recientemente se descubrió que posee estructuras especiales en las patas. Ellas están cubiertas por innumerables y minúsculos pelos, llamados microsetae. Estos pelos tienen surcos que mantienen al insecto flotando, capaz de soportar, incluso, tempestades violentas.

Los responsables de este descubrimiento fueron los científicos Xuefeng Gao y Lei Jiang, de la Academia China de Ciencias. Según los investigadores, los microsurcos localizados en los microsetae (pelos) retienen el aire y causan resistencia al agua en las patas del animal. Una única pata puede soportar quince veces el peso del insecto.

Los científicos crearon una pata artificial revestida con una sustancia química altamente repelente al agua. La pata podría hasta soportar al insecto, pero no sería capaz de mantenerlo flotando bajo las fuerzas generadas por su propio movimiento. Conclusión: los responsables por la tremenda resistencia al agua son los microsetae.

“Este arreglo inteligente les permite a los Aquarius remigis sobrevivir en el agua incluso bajo el ‘bombardeo’ de gotas de lluvia, cuando ellos saltan para evitar ahogarse”, dijeron los científicos chinos a la revista Nature. “Nuestro descubrimiento puede ayudar a desarrollar pequeños dispositivos acuáticos y materiales a prueba de agua”, analizan pensando en el futuro.

Es la ciencia imitando a la Creación, una vez más.

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Busca en la sopa de letras las palabras que están resaltadas en el texto.

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Si no fuesen guiados por la Palabra de Dios en sus investigaciones, los mayores intelectos quedarían sin rumbo en sus intentos por estudiar las relaciones entre la ciencia y la revelación. El Creador y sus obras están más allá de la comprensión de ellos; y como no pueden explicarlas por las leyes naturales, la historia bíblica es considerada como algo que no merece confianza.

Moisés escribió bajo la orientación del Espíritu de Dios, y la correcta teoría geológica nunca pretenderá haber realizado descubrimientos que no puedan armonizarse con las declaraciones de él. La idea en la que muchos tropiezan, de que Dios creó la materia cuando trajo el mundo a la existencia, limita el poder del Santo de Israel.

Cuando la Biblia hace declaraciones de hechos de la naturaleza, la ciencia puede ser comparada con la Palabra escrita, y la correcta comprensión de ambas siempre demostrará que están en armonía. Una no contradice a la otra.

Toda verdad, sea de la naturaleza o de la revelación, está de acuerdo.

© Alexandra Lande, Vertyr | Shutterstock

Acuerdos entre la Biblia y la ciencia

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Herodes

La Biblia menciona varios reyes de Judea que tenían el nombre Herodes.

En realidad, se trata de varios herederos de sangre real que tomaban ese nombre por una cuestión de monarquía, como ocurría con varios césares que Roma tuvo.

Cuando Jesús nació, el Herodes que comandaba Jerusalén era un hombre perverso y tremendamente político.

Usando diferentes tipos de fraudes y artimañas, consiguió acuerdos con la corte romana y se afirmó en el poder. Le encantaba construir edificios y parecía que era bueno en eso. Completó el templo, amplió los muros de Jerusalén e inauguró teatros e hipódromos. Es más, uno de los anfiteatros que construyó fue restaurado recientemente y hasta hoy sirve como palco para espectáculos que son realizados en la ciudad de Jerusalén. ¡Hasta cantantes de diferentes países de Latinoamérica se presentaron allí!

Metido en inversiones y negocios inmobiliarios, Herodes se transformó en una persona muy rica. Investigaciones arqueológicas revelan que su renta anual superaba los 13 millones de denarios, una cantidad que hoy sería equivalente a más de 1,6 millón de dólares.

Pero la riqueza de la familia de Herodes no provenía solo del mercado inmobiliario. Facturaba mucho dinero con los pesados impuestos que

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imponía al pueblo. Por ejemplo, cada agricultor tenía que devolver 1/4 de lo que recogía a los cofres del Gobierno, los comerciantes tenían que pagar 1/3 sobre la venta de granos y 1/2 sobre las frutas. Eran entradas de dinero que no terminaban nunca.

Nada de eso, sin embargo, trajo paz a la familia real que vivía envuelta en asesinatos entre parientes, adulterios, robos por ganancias y una loca búsqueda del poder. Hoy, puedes no creerlo, pero es verdad, la tumba de la familia de Herodes –que queda en una plaza de Jerusalén– tuvo que ser clausurada por la intendencia, pues acabó transformándose en depósito de basura y punto de encuentro para delincuentes y traficantes de drogas. ¡Qué triste es observar a personas sufriendo con el síndrome de Herodes!

Piensan que el dinero y la gloria de este mundo pueden garantizar la verdadera paz. Olvidan, sin embargo, que Cristo es el único que puede conceder la felicidad eterna y que, sin él, nada valdrá la pena.

Rodrigo Silva es profesor especialista en Arqueología Bíblica y autor de la serie “Educación bíblica” editada por ACES Educación.

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el Show de las mariposas ¿Cómo puede una oruga desandar, paso a paso, todas esas etapas intermedias, pasando por errores genéticos y mutaciones (la mayoría de ellas nos parecen horribles)? ¿Aprovechando, de vez en cuando, una mutación “buena”? ¿Cómo puede saber que tiene que ser una crisálida?

Si sabía lo que tenía que ser, ¿aprendió a transformarse en una crisálida a través de un montón de errores genéticos? ¿Cómo aprendió a convertirse de una “jalea” en una linda mariposa?

Los especialistas en mariposas no consiguen explicar el origen de todo ese proceso. Tal vez debieran dar oídos a la recomendación de Job 12:7 al 9 (NVI): “Pero interroga a los animales, y ellos te darán una lección; pregunta a las aves del cielo, y ellas te lo contarán; habla con la tierra, y ella te enseñará; con los peces del mar, y te lo harán saber. ¿Quién de todos ellos no sabe que la mano del Señor ha hecho todo esto?”

Michelson Borges

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revistahistoriadelavida.com

© Vlad Malinovskij, Butterfly Hunter | Shutterstock

¿Las mariposas hablan? Para el observador atento, tal vez sí.

Como todas las cosas bellas de la naturaleza, las mariposas tienen algo que decirnos en relación con quien las planificó, ellas también están cubiertas de las huellas del Creador.

Un ejemplo es el de la mariposa Monarca, un insecto que ilustra bien el proceso de la metamorfosis. El desafío es explicar el origen de ese proceso, por medio del modelo evolucionista.

La mariposa pone un huevo que se desarrolla hasta que nace la oruga. Esta se alimenta de hojas y se mueve utilizando las patas.

Después de pasar por varias etapas, finalmente parece que “se cansa” de andar arrastrándose por el suelo, usando las patas y comiendo hojas.

Entonces sucede algo extraño y milagroso: se prende, utilizando sus patas delanteras, a una rama.

Después, se dobla y llega a la etapa denominada “J”. De esa etapa a la siguiente pasan solamente entre 60 y 140 segundos. La oruga se recubre y ya es un capullo, una crisálida. ¡Es una maravilla de la ingeniería! Sin embargo, hay más. En ese estado no es mucho más que una “jalea”, que está previamente programada para dar origen a una linda mariposa.