Historia de la Vida N2V4 2016

¿QUIÉN CREÓ AL SER HUMANO? ¿SERÁ EL RESULTADO DE PROCESOS EVOLUTIVOS O HABRÁ SIDO CREADO INTENCIONALMENTE POR ALGUIEN?

¡LEE, Y DESCUBRE!

Orígenes del ser humano

31803 _ Revista História da Vida - Nível 2 - Volume 2

Nivel 2 | Año 2 | Número 4

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Orígenes

del ser humano

Historia de la Vida Orígenes del ser humano Michelson Borges

Por Michelson Borges

Título del original: Historia da Vida.

Origens do Ser Humano, Casa Publicadora Brasileira, Tatuí, São Paulo, Brasil (2015).

En Salmo 139:14, David escribió: “¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!” David no debía conocer mucho sobre biología, pero tenía un sentido de asombro frente a las obras creadas por Dios, especialmente cuando pensaba en sí mismo, en el cuerpo humano, en la maravilla que es una persona y en todo lo que la distingue de los demás seres vivos en la Tierra.

En octubre de 2006, la revista Time publicó un artículo titulado: “Cómo nos transformamos en humanos”. El texto dice lo siguiente: “Las pequeñísimas diferencias [en realidad, hoy se sabe que no son tan pequeñas…], distribuidas por todo el genoma, han marcado toda la diferencia. […] Nadie todavía sabe –exactamente– dónde están ellas o cómo funcionan, pero en algún lugar de los núcleos de nuestras células hay bastantes aminoácidos, organizados en un orden específico, que nos dotaron con la capacidad mental para suplantarnos en pensar y hacer a nuestros más próximos parientes [mis parientes… ¡no!] en el árbol de la vida. Ellos nos dan la capacidad de hablar, escribir, leer, componer sinfonías, pintar obras de arte y profundizar en biología molecular, que nos hace ser lo que somos”.

Si para ser humanos dependemos de detalles perfectamente organizados en un orden específico, la pregunta es: ¿quién los organizó?

Dirección: Luis Lamán S. Traducción: Milton Bentancor Diseño: CPB Ilustración del interior: CPB, Fotolia Ilustración de tapa: CPB Libro de edición argentina IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina Primera edición MMXV – 13,5M Es propiedad. © 2015 Casa Publicadora Brasileira. © 2015 ACES. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-701-400-6 (Obra completa) ISBN 978-987-701-408-2 (Fascículo 8) Borges, Michelson Historia de la Vida : Orígenes del ser humano / Michelson Borges / Dirigido por Luis Lamán. – 1ª ed. – Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2015. v. 8, 8 p. ; 22 x 15 cm.

Traducción de: Milton Bentancor.

ISBN 978-987-701-408-2 1. Cristianismo. 2. Creencias religiosas.

I. Lamán, Luis, dir. II. Bentancor, Milton, trad. III. Título.

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Se terminó de imprimir el 18 de noviembre de 2015 en talleres propios (Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

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Es difícil (por no decir imposible) explicar cómo la vida habría “surgido” de manera espontánea. Ese es un misterio que ha acompañado a los científicos a lo largo de los años. Pero el asunto se complica aún más cuando se piensa en aquellos seres vivos que dependen de la reproducción sexuada para perpetuar su especie. Es el caso de los seres humanos. ¿Cuándo, cómo y por qué habría surgido un tipo de reproducción que depende de dos organismos diferentes, pero perfectamente compatibles? ¿Sería posible que dos mutaciones distintas en dos seres distintos, en una misma época y en la misma región (al final, ellos tenían que encontrarse) hubiesen dado origen a dos órganos reproductores diferentes, pero compatibles; y más: capaces de dar origen a otro ser de la misma especie?

Los órganos sexuales son, de hecho, un milagro de complejidad y funcionalidad. Y tenían que funcionar bien desde el principio o no estaríamos aquí hablando sobre este asunto. La vagina es el único órgano encontrado solo en mamíferos; es decir, no se encuentra ni en peces, ni anfibios, ni reptiles, ni pájaros.

Para “surgir”, fue necesario que se agregara una gran cantidad de información genética. El sistema reproductor femenino no es apenas un tubo de carne. Es de una complejidad maravillosa, con sus músculos especializados, glándulas, terminaciones nerviosas y la capacidad de abrigar una (o más de una) nueva forma de vida, supliéndoles las necesidades durante nueve meses.

Con respecto al sistema reproductor masculino, apenas un detalle (entre muchos que podríamos tratar aquí): el gen responsable por la producción de espermatozoides (el Boule) es tan vital que, según los evolucionistas, su función se mantuvo inalterada a lo largo de la evolución. El Boule parece ser el único exclusivamente necesario para la producción de espermatozoides. Si no existiera, no habría perpetuación de la vida. Si fuese modificado por alguna mutación, la vida dejaría de ser posible. Tenía que existir desde siempre y funcionar perfectamente ya en el primer momento en el que fuera necesario.

Otro detalle: la pelvis femenina tiene formato más circular que la del hombre y una cavidad pélvica mayor, lo que facilita el pasaje del bebé en el parto.

Vamos a darle una chance a la suerte: digamos que el primer bebé fuese generado, superando todas las dificultades que describimos antes en este artículo.

Si los huesos de las caderas de la mujer no fuesen como son, ese primer bebé habría muerto. ¡Adiós humanidad!

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¿Cuál es el origen de los sexos?

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David también escribió: “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. […] Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos. (Sal. 139:13, 16).

En el reportaje especial “La genética no es destino”, la revista brasileña Veja publicó: “Durante los nueve meses de gestación, el cigoto, la célula única que resulta de la fecundación del óvulo por el espermatozoide, se divide paulatinamente hasta transformarse en los 100 trillones de células que forman los 220 tipos de tejido del cuerpo humano. Lo que todavía intriga a los científicos es cómo esa división se da de modo tan organizado que el resultado es un bebé con dos ojos, dos oídos, dos brazos, dos piernas; todo siempre en el mismo lugar y distribuido de forma simétrica. ¿Qué es lo que impide que un cigoto produzca aleatoriamente un ser con pies en los hombros y nariz en el ombligo?”

Respuesta: el gen “maestro de obras” llamado Homeobox. Y la revista dice que “esos genes se mantuvieron prácticamente intactos durante la evolución. […] Son ellos los que les enseñan a los otros genes el camino que deben seguir para dar continuidad a las especies y no dejan que la receta de la vida pierda el camino”.

Es obvio que ete gen no podía haber “evolucionado” ni podría haberse modificado, pues de lo contrario la vida dejaría de ser posible.

Y es obvio también, que él –por más complejo que sea– debería estar presente desde el origen de la vida, ¡pues dependemos de él! Además de esto, en la columna geológica, puede ser vista una simetría perfecta desde la base hasta el tope, en prácticamente todos los seres vivos. Si el Homeobox no hubiera existido desde siempre, debería haber innumerables seres aberrantes en el registro fósil, antes de que ese gen “surgiera”.

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¡Y ahí viene el bebé!

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El bebé nació, ¿y ahora? ¿Cómo alimentarlo? Calma, el sistema es automático. La primera leche que el bebé toma, dicho sea de paso, tiene hasta “remedios” y nutrientes específicos. El inhibidor de la secreción de la tripsina pancreática es encontrado en niveles altos en el calostro (ese es el nombre de la primera leche que es secretada por las mamas de las madres). Ese inhibidor es una molécula normalmente encontrada en el páncreas y protege al órgano de sufrir daños por las enzimas digestivas que produce. El amamantamiento prepara el intestino del bebé para recibir comida. Además de poseer anticuerpos, el calostro es rico en vitamina A, que suplementa las bajas reservas del hígado del recién nacido. ¿No es increíble ese ajuste fino de las necesidades del bebé con las cualidades de la leche materna?

Otra pregunta intrigante: ¿Por qué la mamá no rechaza al feto? Para saber por qué, entra en este link: http://goo.gl/s1jw3f

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En ciertos aspectos, el cuerpo humano se parece más a una línea de montaje automatizada, que obviamente necesitó de alguien muy inteligente para programar todo. Mira algunos ejemplos de esto que acabamos de decir: • El ribosoma es un orgánulo que fabrica proteínas y enzimas para los seres vivos; él hace esto juntando aminoácidos. Es una máquina molecular natural encontrada en todas las células vivas.

A título de comparación, el ribosoma produce veinte bloques de proteínas por segundo, mientras que la máquina molecular artificial más moderna, creada por el ser humano, produce apenas cuatro bloques cada doce horas. La imitación es bastante inferior y fue creada. ¿Qué se puede decir del original?

• Las quinesinas son un motor proteico que “camina” a lo largo del microtúbulo (estructura que forma el “esqueleto” de las células). Ellas son las responsables de la estructuración y la colocación de orgánulos membranosos, como el complejo de Golgi y el retículo endoplasmático rugoso, entre los componentes de las células. Las máquinas ¿podrían surgir de la nada? ¡Y tú tienes trillones de ellas, trabajando automáticamente en tu cuerpo en este mismo instante!

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Línea de montaje automatizada

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• Las represas hidroeléctricas son equipamientos de conversión de la energía cinética del agua para una forma de energía que es mejor para ser utilizada por el ser humano: la energía eléctrica. La mitocondria hace algo parecido: convierte la energía almacenada en la forma de azúcares y grasa en moléculas de adenosina trifosfato (ATP). La gigante Itaipú posee apenas veinte turbinas. Cada mitocondria posee millares, ¡y cada célula posee millares de mitocondrias! Las mejores unidades que convierten energía proyectada por el ser humano pierden alguna energía disipada en la forma de calor. La conversión energética realizada por la célula tiene un rendimiento del 50%.

Lo restante disipado en calor es lo que mantiene nuestra temperatura alrededor de los 37º C, ¡temperatura ideal para el funcionamiento del metabolismo humano!

Si fuese más baja, las reacciones químicas no sucederían; si la temperatura fuese más alta, las proteínas serían degradadas. Si la Itaipú fue proyectada por personas inteligentes, ¿qué se puede decir de la miniusina llamada mitocondria?

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Represa de Itaipú

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La “miniusina” mitocondria

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El kilo y medio de materia más compleja del universo John McCrone, en su libro Cómo funciona el cerebro, escribió: “[El cerebro] es el objeto más complejo que el hombre conoce. Dentro de esa masa aparentemente grosera y sin forma existe el mayor proyecto de diseño conocido. [Él] tiene aproximadamente cien mil millones de neuronas, las células nerviosas cerebrales. Cada una de las neuronas puede realizar entre mil y varias centenas de millares de sinapsis. Una sinapsis es la conexión entre dos neuronas. Entonces, tu cerebro es capaz de producir cerca de mil trillones de conexiones.

Si la sustancia blanca de un único cerebro humano fuese desenrollada, formaría un cordón suficientemente largo como para dar dos vueltas alrededor del globo terrestre. Entonces, imagina… todo eso, las neuronas y sus conexiones, las células de apoyo, el cableado, todo queda enmarañado dentro de tu cráneo”.

En la revista Veja del 28 de febrero de 2008, apareció la siguiente información: “Con la tecnología disponible en los días de hoy, sería necesario un supercomputador que ocuparía un área aproximada a cuatro estadios como el Maracaná para reproducir de forma digital la capacidad de procesamiento de los cien mil millones de neuronas del cerebro humano”.

Las computadores y los procesadores ¿surgen de la nada? Y ¿qué podemos decir del cerebro, un computador superavanzado, a prueba de agua, que pesa aproximadamente un kilo y medio? ¡El cerebro es la porción de materia más compleja del universo!

“El oído que oye, y el ojo que ve [o el ribosoma, y la quinesina, o la mitocondria, o el cerebro, etc.], ambos fueron hechos por el Señor” (Proverbios 20:12).

Michelson Borges es periodista, Magíster en Teología y autor de los libros La historia de la vida, Por qué creo y El descubrimiento, entre otros.

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¿Sabías que hace dos mil años ya usaban un mecanismo de alta precisión para hacer cálculos astronómicos?

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¿Es verdad, Charles?

Sí. El artefacto con treinta engranajes de alta precisión fue descubierto en el fondo del mar, cerca de la isla de Anticitera.

¿Y esa máquina surgió por la lenta acumulación y organización de los metales?

¡Tú sabes que eso es absolutamente imposible, Isaac!

Entonces, ¿me explica por qué usted considera que las máquinas moleculares sí surgieron de esa manera?

Para obtener más información y materiales de apoyo, ingresa en www.educacionadventista.com/conoce-mas/creacionismo

Texto e ilustración: Michelson Borges

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