Del E d i tarchivo orial
La construcción de capital civil para el progreso de la sociedad A fines de 1995, el Instituto Jacques Maritan realizó en Roma un importante encuentro, teniendo entre sus expositores, al prestigioso profesor de la Universidad de Bologna, Stefano Zamagni, quien expuso un trabajo denominado “Implicancias económicas y opciones éticas de la globalización”. Los no economistas no teníamos un conocimiento acabado de tan distinguido académico, pero tuvimos la suerte de que hombres de ACDE, especializados en esta disciplina, nos alertaran acerca de las ideas, la calidad intelectual y moral de quien era Stefano Zamagni. De la lectura de su conferencia surgieron conceptos que compartíamos plenamente, cuando afirmaba que “en la sociedad industrial el problema económico es esencialmente el de la selección entre recursos escasos para lograr ciertos fines”. En cambio, en la fase post industrial para la resolución del problema económico: “…se torna necesario inevitablemente recurrir a los valores, porque cuando se trata de elegir entre dos fines, el criterio de elección no puede ser otro que un criterio de valor”.Y concluía con estas palabras: “…si se asume esta toma de conciencia, nace una esperanza nueva para un cambio posible. Hace falta, sin embargo, convencerse de que todo esto se puede concretar recuperando el principio de ética en toda su fuerza”. No hubo dudas, Zamagni sería invitado como expositor al Foro Internacional que ACDE realizaría en agosto de 1997. Nada más oportuno, como anticipo a su presencia, el reportaje que se efectuó entre Buenos Aires y Bologna y que publicáramos en el Nº 124 de EMPRESA bajo el título de:“La globalización y el nuevo orden mundial”. Transcurrido 15 años de aquel encuentro, en que conocimos y escuchamos por primera vez a Stefano Zamagni, recordamos como nos introdujo, con la sencillez y claridad propia de los hombres sabios, en particulares aspectos del “proceso de globalización”, ya que su conferencia se titulaba ”Efectos de la Verano 2012
globalización y desarrollo de la economía civil”. Nos dejó ideas para evitar los efectos “perversos” y no deseados de este proceso, planteándonos finalmente el rol de los cristianos y cuál debe ser su compromiso en esta coyuntura. Stefano Zamagni se convirtió en un amigo de ACDE, no en un conferencista más que pasó por nuestros Foros; de ahí que este prólogo pueda parecer un tanto extenso, pero ello, solo obedece a que se estableció un hilo conductor, traducido en una relación y amistad que perdura. En sus posteriores viajes a la Argentina lo seguimos teniendo como orador. Si dedicamos este número a recordar los 60 años de la fundación de ACDE, quien ha participado, durante un cuarto de este tiempo, colaborando con nuestra actividad, hoy está presente con el extracto de una de sus últimas conferencias, qué pronunciara en agosto de 2003 con el desafiante título de:“La construcción de capital civil para el progreso de la sociedad” que publicáramos en el Nº 162 de EMPRESA, octubre noviembre de 2003. En sus reflexiones nos decía: “…estoy contra el estatismo, es peligroso no solo desde un punto de vista económico, sino también cultural y moral porque el estatismo despersonaliza. El Estado tiene papeles muy importantes pero no el de sustituir.Tenemos que aplicar el principio de subsidiaridad, que es la clave para entender la acumulación de capital civil”. En la Argentina de hoy, el pensamiento de Zamagni recobra todo su protagonismo, sobretodo cuando vemos que se violan supuestos básicos; la propiedad privada, el respeto de los contratos, la imparcialidad de la justicia, el valor de la moneda, y donde el abuso de la autoridad pública llega a poner en riesgo el ejercicio de la democracia. Tengamos presente el pensamiento de ese poeta alemán con el que Stefano Zamagni, en esa oportunidad se despidió de nosotros:“Cercano es Dios, pero difícil es alcanzarlo, pero donde está el riesgo crece también lo que salva”. Página 59
Artículo seleccionado y prologado por Celso Enrique Arabetti.