El Chupamirto

Compendio de cuentos, historias y leyendas...

Unas ciertas y otras; ¡tampoco!

12 El

upamirto asesino Uno de los asesinos seriales más sangrientos de los que se tenga registro en los anales del crimen en el mundo... mundial.

Hola de nuevo, saludo desde mi cueva a todos mis camaradas de ayer, de hoy y de siempre.

Y sigo insistiendo en hacerla de monero cuentista, cosa que hago con agrado; me divierto, saco algo de cochambre y paso horas ocupado... aquí les presento otra jalada...una “margarencia” como decía Márgaro Guerra, ¿lo recuerdan?

Cuando tengan chancita, échenle un veinte a la rockola plis...

Tepic, Nayarit / Mayo de 2022

Hace unos días fuimos a visitar a doña Juanita, o sea mi bisabuela, abuela de mi mamá Chela, hija de mi abuelo Juan Ernesto, que por cierto había fallecido recientemente.

En realidad no eran visitas voluntarias, sino más bien obligadas, ya que mi mamá y mis otros tíos, nos mandaban con ella para llevarle una portavianda con morisqueta, tortillas y cocido de res... ¡ah sí! la viejita de mi bisabuela a sus casi cien, todavía comía cocido de res y especialmente le gustaba chuparle el tuétano a los huesos.

Ya estando ahí mis primos y yo, lo primerito era darle de comer a los gatos mientras desde el otro cuarto, ahí sentadita en su poltrona la oíamos recetarnos una de retahila de consignas; las de siempre, que nos portáramos bien, que no fuéramos majaderos, que fuéramos diario a misa... y luego nos llamaba y en automático, sin pedírselo, empezaba a narrarnos toda clase de historias, cuentos y leyendas... las mismas de siempre, la de la llorona como en diez diferentes versiones, el catrín, la carreta de las doce... pero nos entreteníamos oyendola, teníamos que estar atentos al relato que fuera, porque siempre agarraba pal monte y algunos de nosotros le ayudaba a retomar el hilo.

- Abuelita, nos estabas contando de una casa hechizada y ya saliste con los cristeros cuando llegaron a Huajicori ... -

Ese día, la historia, cuento, leyenda o lo que fuera, nos dijo que iba a ser diferente, se trataba nada mas y nada menos de la ¡horripilante historia del chupamirto asesino! y pa pronto, la Chabelita corrió al baño...

Según eso, hacía ya muchos, apareció como de la nada un chupamirto asesino, - Sí así como lo oyen mis niños,- y blandiendo cual espada su bastón recalcaba: - ¡un chupamirto a-se-si-no...! - Éste enjendro del demonio, - seguía narrando la anciana - tenía asolada a toda la región, sobre todo a los poblados que están junto a los cerros grandes -.

Ya había causado varias muertes, unos decían que ya iban como veinte, otros decían; - ¡No! que esperanzas, ya van como doscientos...Pos fueran unos o fueran otros, el asunto era que el pajarito criminal ya llevaba su buena cuenta y día con día las muertes iban en aumento y no nada más en Sayulita, el ranchito donde entonces vivía doña Juanita y su familia.

- Aquí, en el rancho ya se sabía de un montón, pero luego nos dimos cuenta que también allá en la costa... - y alzando su bastón cuan largo tenía el brazo y la reúma se lo permitía, señalaba hacia algún rincón del cuarto.

- Abuela, ¿y cómo los mataba, les chupaba la sangre?- pregunta intrigado uno de los chiquillos y la anciana responde: - ¡Mira! no eres tan menso como pareces... sí, así es, les clavaba su largo y puntiagudo pico les chupaba la sangre al grado que al nal su víctima quedaba como terrón de polvorón. - Decían las gentes que por allá cerquitas de una ranchería que le llamaban Los Limones, en una sola tarde se descabechó como a cien...-

- Abuelita - interrumpe uno de los niños - ¿Y cuando ustedes supieron del chupamirto, qué pasó, qué hicieron? - No, pues nos espantamos y luego luego nos pusimos aguzados “ojo de chícharo”, en la casa los hombres andaban armados, cargaban fajada una calibre 40 y cuando divisaban al pájaro maldito, le tronaban todo la mazorca pero el móndrigo animal era muy escurridizo y se les pelaba - y emocionada Juanita decía... - Y peor se las cuento, Álvarito aseguraba que le llegó a atinar uno o dos plomazos pero no le hicieron ni cosquillas - .

- ¡O sea que aparte de todo, el infernal chupamirto era inmortal!- pregunta una niña con los ojos pelones, pero ya no tuvo respuesta, como siempre, la anciana hacía una larga pausa y mirando hacia la nada, se quedaba súpita.

- Bueno, ya se me hacía tarde, ya se durmió - comenta uno de los chiquillos bisnietos. Ya sabían que hacer, le retiraban el bastón, las antiparras, le acomodaban el chal, ponían el rosario entre sus manos y se retiraban.

Pero cómo era posible que un animalito tan pequeño anduviera causando tal terror, se preguntaban entre sí los chamacos y sobre todo, así de pequeños como son las chuparosas, no más que el tamaño de un borrador, de esos de dos colores.

- Oye prima y si vamos con el profe Pedro y le platicamos lo que nos contó la abuela...- Sale y vale, él seguro va a saber y si no, algo va inventar, mañana después de clases iremos a verlo... - Sí, diles a los demás Al día siguiente llegan donde el profe Pedro, su maestro de historia y le cuentan el fabuloso relato de doña Juanita.

- Pues no anda tan errada su abuela Juana - comenta Pedro sin mostrar mayor admiración. -Hace muchos años, había la leyenda entre los primeros pobladores de ésta región que el dios Huitzilopochtli, convertido en colibrí, un día se les presentó y les ordenó que juntaran a todos y emprendieran una peregrinación rumbo al sur y, donde vieran a una águila devorando una serpiente, allí tendrían que fundar una gran ciudad.

- Y con voz pausada añade: - Hay relatos que describen a ese pajarito, o sea al chupamirto, como: “El Colibrí Hechicero”, así que posiblemente a través del tiempo, ese pasaje de nuestra historia se haya ido distorsionando y dio lugar a pensar que ese animalito pudo ser el que doña Juanita les contó. - Pero la abuela dice que ella vio clarito como ese chupamirto dejaba los montones de muertitos regados por todos lados...El profe Pedro con una mueca de sonrisa, les insiste que así es como se iban hilando las leyendas. - La gente, sobre todo en los tiempos esos en que le tocó vivir a su bisabuela, agarraba tales mitos y leyendas antiguas para...Un niño lo interrumpe y comenta: Pos sí, pos no había radio, ni tele, ni redes sociales en qué entretenerse...-

Uno o dos días después, cuando van con la abuela a dejarle su merienda, se dan prisa para terminar las faenas domésticas acostumbradas, sacudir, barrer y lavar los trastes y en cuanto terminan le piden a la anciana que les siga relatando el cuento ese del chupamirto asesino.

- Abuela, ¿y qué n tuvo el mentado chupamirto ese que nos estabas contando el otro día ? - ¿Cuál chupamirto mijito? - ¡Ah sí, ya me acordé! el pajarito que andaba en las colmenas matando a cuanta abeja se encontraba... - Pues sí pues, ahí no mas dejaba el tiradero de abejitas muertitas, era un verdadero asesino...-