La inmigración de mi abuelo Julio

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TP FINAL "Una Historia de mi familia" La inmigraciรณn de mi abuelo Julio Cuerpo B

Comunicaciรณn oral y escrita Marina Zurro

Comunicaciรณn de abrilcorrado@hotmail.com

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27/11/18

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Índice

Investigación exploratoria

Pág. 3

Introducción

Pág. 4

Desarrollo

Pág. 5

Epílogo

Pág. 15

Conclusión

Pág. 16

Bibliografía

Pág. 17

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Investigación Exploratoria Tema: La inmigración de mi abuelo materno a la Argentina. Justificación de la elección: Elegí este tema ya que siempre me pareció súper interesante toda la aventura (que es como él lo cuenta) de haber venido desde su país natal España a la Argentina, en barco junto a su hermana y su mamá. Y creí que esta era una buena oportunidad para poder saber al fin la historia completa y asimismo tener un tiempo más para compartir con mi abuelo. Título provisorio: La inmigración de mi abuelo, Julio. Punteo de temas a desarrollar: • • • • • • • • •

Nacimiento. Infancia. Familia. Trayecto desde España a Argentina. Primera impresión al llegar a la Argentina. Cómo conoció a mi abuela. Primer trabajo. Cómo surgió el oficio de mi familia. Sus hijos.

Punteo de fuentes a consultar: • • • • • • • •

Entrevistas a Julio y Eva (abuelos), Carolina (mamá), Julieta y Gastón (tíos). Documentación Fotografías Libros de historia Argentina Diccionario / Enciclopedia Diccionario de sinónimos Atlas. Internet

Fecha de realización: 18 de septiembre de 2018.

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Introducción Se sabe que los procesos migratorios han existido a lo largo de gran parte de la historia humana. Y cabe señalar que suelen ser especialmente numerosos en países que se encuentran atravesando momentos de crisis, ya que una importante porción de sus habitantes busca trasladarse a otro sitio en busca de una mejor calidad de vida. Es el caso de mi familia materna, los padres de mi abuelo Julio Castro fueron quienes decidieron emigrar desde España a mi país natal, Argentina.

Siempre imaginé que el hecho de haber migrado había sido porque en España no se estaba pasando por un buen momento, y que venir acá los ayudaría a poder llevar una mejor vida. Para mi abuelo, con apenas nueve años, fue toda una aventura el viaje desde España hacia Argentina en un barco durante casi un mes, junto a su hermana, mi tía abuela y su mamá, mi bisabuela. Es por eso que en este trabajo quiero llegar a indagar sobre todos los detalles de la historia de mi abuelo, de porqué tomaron la decisión de venir a la Argentina y cómo es que llegó a conocer a mi abuela, para que yo hoy en día pueda estar escribiendo este relato.

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Desarrollo Era primero de marzo de 1947 cuando Julio Veloso Castro nació en la provincia de Orense, Galicia, España. En un pequeño pueblito alejado de la ciudad y rodeado de campo que contaba con pocos habitantes llamado La Gudiña, ubicado al norte del país cerca de la frontera con Portugal. Cuando nació su familia apenas estaba conformada por su mamá María que había nacido en ese mismo pueblo, y sus hermanos, Manolo y Ramona, quienes eran más grandes que él, pero no mucho, apenas se llevaban dos años entre sí. Su madre se encargaba de cuidarlos y su padre Manuel, quien había nacido en Rivadavia provincia de Orense, había combatido en la guerra civil española, un conflicto bélico que se dio a partir del fracaso de golpe de estado por una parte del ejército contra el gobierno que se encontraba en ese momento (el de la segunda república). Fue herido de guerra y estuvo mucho tiempo sin recuperarse por lo que lo dieron de baja. Otro de los problemas que tuvo Manuel durante la guerra civil fue que su propio hermano estaba combatiendo en el otro bando, por eso tomó partido, estuvo escondido un tiempo para después escaparse. Luego para 1946 teniendo en cuenta que además todo este conflicto llevó al país a una crisis económica muy grande él había determinado que irse para buscar trabajo en otro lado era la mejor opción. Manuel, viajó a Buenos Aires, Argentina justo cuando María se había quedado embarazada de Julio. Les enviaba dinero para que pudieran comer y mantenerse, mientras buscaba un hogar digno para que el día de mañana, se trasladaran a donde él estaba, y reencontrarse. Julio era un niño travieso o bravo, le gustaba jugar y causar problemas. Un día se metió en la casa de una vecina y rompió un jarrón, esta mujer lo empezó a correr por el barrio y su mamá María para que no lo encontrara lo metió dentro de un colchón, los cuales estaban hechos de la chala del choclo, y lo cerró para que cuando aquella vecina entrara a la casa no lo viera por ningún parte. También era inteligente y algo que lo destacaba mucho era su cariño para los demás. Tenía el pelo de

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un color castaño claro, una cara con fracciones finas con una sonrisa marcada, ojos marrones, pestañas notorias, cejas gruesas y una nariz redonda. Su contextura era bastante delgada, a pesar de que no era tan alto para la edad. Sus amigos solían decirle Lito por Julito.

Cuando era chico fue al colegio en España pero solo hasta tercer grado ya que a los siete años cuando llegó el momento de migrar hacia la Argentina tuvo que dejarlo. Para 1954 después de haber recibido un llamado, por parte de su marido María y sus hijos hicieron las maletas y se llevaron poco de las cosas que tenían en su pequeña casa en aquel pueblo, compraron los boletos con la plata que les había mandado Manuel y se marcharon, dejando sus orígenes, su primera casa, dejando todo. Viajaron en barco, para ser exactos durante veintiocho días, casi un mes. Era una embarcación inmensa, llena de gente. Fue un intenso viaje que Julio recuerda casi anecdótico. Solía escaparse de su familia y cuando la mamá lo encontraba lo retaba y Julio la amenazaba con tirarse del barco para que ella no vuelva a hacerlo. También disfrutaba de espiar aquellas fiestas que se realizaban en la primera clase, y que eran frecuentadas por parte de las familias ricas europeas que viajaban. Ellos no podían acceder ya que tenían boletos del sector económico. Un día presenciando un evento en un restaurante se quedó mirando desde un piso más arriba, se había subido a uno de los botes salvavidas y se había quedado dormido, cuando llegó la noche Julio no aparecía por lo que su mamá se empezó a desesperar y comenzó a gritar mientras lo buscaba por todo el barco pensando que se había tirado como se le prometía. Le avisó a la tripulación y comenzaron a llamarlo e investigar por todos lados hasta que lo encontraron. Otro de los hechos que siempre menciona es haberse perdido de nuevo, pero aquella vez jugando a esconderse con sus hermanos. Era tan grande aquel barco que de verdad su mamá y sus hermanos no lo encontraron durante un día entero. Eran solo él con apenas siete años, el más pequeño de todos, su hermana Ramona con doce años, su hermano Manolo con catorce años y su mamá María viajando los cuatro juntos.

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Manuel había estado siete años trabajando en Buenos Aires hasta que al final llegó el tan esperado día, se iban a reencontrar. El barco paró primero en Brasil y luego en el puerto de la Cuidad de Buenos Aires Julio hasta ese entonces no conocía a su papá, recién a esa edad pudo por primera vez verlo, ya que cuando Manuel se fue de España María estaba embarazada. Ahí fue entonces donde conoció a su papá, se lo tomó como algo normal ya que no tenía mucha conciencia, al ser tan chiquito. En cambio para Manuel fue algo conmovedor, conocer a su hijo y verlo tan grande.

Lo que a Julio le pareció súper diferente y le llamo completamente la atención fue todo ese nuevo entorno, ya que el pueblito en el que vivían en España era prácticamente campo y mudarse del campo a la ciudad fue un cambio muy drástico, no solo una metrópolis sino que a la capital y de un país completamente distinto en otro continente, con otra historia, con otras costumbres y cultura. Para ese entonces Manuel estaba trabajando como chef en un restaurante. Llegaron para 1955, en pleno golpe de estado al general Juan Domingo Perón, durante la revolución libertadora, por lo que Argentina también se encontraba en una situación crítica, al igual que España, las cosas realmente no estaban fáciles.

Al pasar el tiempo, para Julio su padre era muy autoritario o “malo” en algún punto. Él creía esto ya que cuando se portaba mal lo corría por todos lados y para que no le pegara se subía al techo de la casa y se quedaba ahí hasta que se hacía de noche porque no quería bajar para que no lo castigara.

Julio retomó la escuela aunque no lo dejaron continuar en el grado donde había dejado en España ya que allá, el sistema educativo y la división por años y edades estaba organizado de una forma completamente diferente de cómo lo estaba en las escuelas argentinas por lo que tuvo que empezar de nuevo. Estando atrasado con todo lo que él ya había logrado aprender y siendo más grande que sus compañeros, por lo que le costó mucho incorporarse. Además como tenía acento español lo molestaban y le decían “el galleguito”, pero era muy activo entonces después de un tiempo pudo hacerse amigos y relacionarse con los demás.

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A los doce años Julio comenzó a trabajar, algo que en ese entonces era muy común, ya que recién para el año 2008, fue sancionada la ley de prohibición del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente. “Fijando la edad mínima de admisión al empleo en los 16 años prohibiendo el trabajo de las personas menores de esa edad en todas sus formas, exista o no relación de empleo contractual, y sea el empleo remunerado o no (art.2).”(Ley 26.390, 2008). Antes de esto, estaba sin regular.

Su papá lo había mandado laborar a un taller mecánico de un amigo de él y como se ensuciaba todas las manos y tenía que hacer mucha fuerza no le gustaba mucho la idea entonces decidió ir a buscar cosas para comerciar ya que a pesar de que tenía la posibilidad de estudiar lo que él quería en realidad era tener plata y comprar sus propias cosas, quería hacer algo que lo independizara. Por lo que apenas doce años decidió ir a Once en tren junto algunos amigos y comprar condimentos, pimentón, ají molido, orégano entre otras especias y comenzó a venderlas en la calle. Como un mercader ambulante. También hacía molinillos de papel, los pinchaba en papas y los vendía. Cuando su papá se enteró que él ganaba plata se enojó mucho con él y le pegó. Para no recibir palizas, solía esconderse adentro del colchón de la cama, como hacía su mamá con él en España, y como era tan delgado, apenas se lo notaba. Entonces no pudo ir más a trabajar, por lo que retomó el colegio.

En 1962 la familia se mudó a la provincia de Buenos Aires, a la localidad de Gregorio de Laferrere un lugar muy solitario, donde Julio empezó a ir al colegio de nuevo, algo que le costaba mucho. En aquel momento conoció a una vecina que trabaja en una fábrica de calzado. Aquella mujer lo llevó a trabajar, para ese entonces tenía catorce años. Se interesó bastante y le comenzó a gustar la idea de tener su propia plata, su ropa, sus mocasines. Cuando cumplió los quince años la relación con su papá ya era distinta, había cambiado y era mucho más tranquila.

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A los diecisiete años cuando él seguía trabajando en relación con el calzado, el hombre dueño del taller se enfermó y decidió darle una máquina a Julio por lo que se puso a coser en su casa. Aprendió solo, siempre solo, pero su mamá lo ayudaba bastante. En aquel lugar tenía la tarea de hacer la costura de los zapatos entonces tuvo que instruirse en cómo aparar, (coser las piezas de un zapato antes de poner la suela), con la ayuda de alguien. Pasó a tener dieciocho años y para ese momento luego de pasar por aquella fabrica, comenzó a producir para una marca de calzado donde los propietarios eran armenios, se encargaba de llevar lo que hacía en el garaje de la casa de sus padres en Isidro Casanova hasta el lugar donde los vendían, lugar en que para él, le pagaban bastante bien.

Cuando logró juntar un poco de plata se compró una moto Siambretta, según los especialistas en el tema: “La Siambretta es una motoneta (scooter o escúter) de procedencia argentina construida por la empresa SIAM bajo licencia de Innocenti entre los años 1954 y 1967. Idénticas a las Vespa o a las Lambretta nacidas en Europa.” Con su moto Julio transportaba los zapatos. Una vez llevándolos los perdió, ya que los ponía atrás de su espalda, se le cayeron, y cuando llegó a la fábrica no los tenía.

Hasta ese momento el país se situaba en una etapa que buscaba y centraba todas sus políticas en agrandar la industria y producción nacional, algo que, beneficiaba el oficio de Julio. Pero en el año 1966, volvió a haber un golpe de estado cívico militar, al mando del general Onganía quién aplicó medidas económicas totalmente opuestas a las empleadas anteriormente, neoliberales, copiando un modelo económico estadounidense el cual implicaba darle mayor atención al libre comercio internacional y en cuanto a las empresas nacionales, algunas de estas fueron privatizadas y no tenían mucha participación. Esto fue algo que no ayudó mucho a que las fabricas de calzado puedan funcionar con normalidad, las afectaba de una manera negativa. A los dieciocho años se puso de novio con Eva Rojas. Eran vecinos del barrio de Isidro Casanova y vivían a casi dos cuadras de diferencia pero se conocieron más precisamente en un cumpleaños de un primo de Eva al que los dos habían asistido. Ese

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momento ambos lo recuerdan por una canción en especial que bailaron juntos de un cantante italiano llamado Salvatore Adamo, quien era un famoso cantautor ítalo-belga muy reconocido en la década de 1960 en Europa y América Latina.

Julio era muy amigo del novio de una prima de Eva. Siempre se había sentido atraído por ella, le parecía muy linda y angelical, con el pelo rojizo ondulado y unos ojos grandes y brillantes color verde obscuro, una piel blanca como la nieve, sin imperfecciones y una cintura pequeña. Apenas se llevaban un año de diferencia. Al principio ella no mostraba interés hacia él hasta que un día Julio logró convencerla y salieron. Después de tantas suplicas y acercamientos, llamados a su balcón y flores enviadas logró llevarla en su famosa Siambretta. La única consigna que le había dado el padre de Eva a Julio era que tenía que estar en su casa de vuelta para la medianoche. La había llevado al cine, algo típico pero que según Julio nunca fallaba. Entre palabras y pochoclos se besaron y así sin más logró enamorarla. Al pasar los años Julito o mejor dicho ”Muñeco”, el nuevo apodo que sus amigos del club de fútbol de Laferrere donde había sido vicepresidente le habían dado, cambio la moto, la vendió y se compró un viejo auto del año 1954. A fines de 1966 Julio y Eva tuvieron una pelea y se distanciaron un par de años. La familia de Eva era católica y muy cerrada en el aspecto del matrimonio por lo que creían que ya era hora de que su hija se casara, entonces un día Eva le dijo a Julio que si no lo hacían, no podrían seguir juntos, a ella le importaba mucho lo que su familia pensaba al respecto. Hacia 1969 aproximadamente se reconciliaron, y después de haber vivido siete años como simplemente novios, un 29 de junio del año 1971, se casaron primero en el registro civil de Isidro Casanova y luego por Iglesia, en una hermosa parroquia llamada Nuestra Señora De Fátima. Eva tenía veintitrés y Julio veinticuatro años. Ambas familias estaban de acuerdo y muy felices con aquella decisión.

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Creían que en verdad se amaban muchísimo y formaban una pareja muy dulce, les veían mucho futuro. Se mudaron juntos a una pequeña casa en Ramos Mejía y en la misma época Julio puso su primera fábrica de zapatos en Lomas del Mirador, junto con Julio Cruz, un amigo de Laferrere con el que años más tarde abrió un boliche en la misma zona en la que habían vivido de pequeños. La marca de aquel taller se llamó Chaussemod, una frase en francés que significa “zapato a la moda”. Hacían calzado de mujer, botas y sandalias modernas y diferentes. Uno de sus más grandes sueños. Eva trabaja a la par de él, y los dos juntos mantenían aquel emprendimiento que era su principal fuente de ingreso. En año nuevo de 1972, a los once meses de haberse casado, en la localidad de Ciudadela nació su primer hija, Julieta Evangelina Castro, quien solía dolía dormir entre las cajas de calzado de aquella fabrica mientras sus pares trabajan. Su infancia se podría resumir simplemente en una frase… “entre zapatos”. Después de haber pasado un par de años trabajando y distribuyendo calzado tanto femenino como masculino por mayor, llegó el día en el que Julio tuvo la idea de colocar un negocio a la calle y le fue muy bien. Este local quiso ponerlo en Laferrere donde se había mudado por primera vez junto a sus padres, pensaba que era una zona muy transitada por lo que habrían muchas ventas. Eran mediados de 1973 y para ese entonces el país volvía a tener al frente un gobierno peronista que a través de medidas intervencionistas, con un Estado que regulaba precios, salarios y el otorgamiento de créditos, se redujeron los índices inflacionarios. También bajó el desempleo junto con el aumento del número de empleados en empresas públicas. La economía argentina obtuvo un excepcional golpe positivo, favorecido por la apertura de nuevos mercados. Un contexto así favorecía al desempeño de nuevos emprendimientos. Después de que Julieta comenzara el jardín de infantes, Eva comenzó a quedarse en la vivienda para llevarla e ir a buscarla, hacerle de comer y demás. El único que

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se encargaba de llevar plata al hogar entonces era su marido, ella pasó a ser ama de casa. A los pocos años en un hospital de la localidad de Haedo, para 1975 nació Julio Gastón Castro, el hijo del medio. Se puede decir que a comparación con Julieta, él era un poco travieso, había heredado esa alma aventurera de su padre. Él les trajo tantos problemas como no hubiesen imaginado. Después que naciera Gastón se mudaron a Barrio Marina, partido de La Matanza justo al lado de Ramos Mejía. Finalmente el cinco de marzo de 1981 vino al mundo su última hija, Carolina Roxana Castro, después de su nacimiento decidieron que se volverían a mudar a la localidad de Ramos Mejía pero esta vez a una casa más grande. Dentro de todos los lugares en los que habían vivido, este fue el que les pareció el más lindo y seguro para quedarse. Para 1990 como festejo de sus cuarenta, Julio realizó un viaje junto a algunos amigos a Europa, con la intención de poder ir a algunos de los partidos del mundial de fútbol de ese año, el cual se hacía en Italia. En ese trayecto Julio decidió ir a visitar su pueblito de la infancia, La Gudiña, la tierra en la que nació. Iba caminando por la cuadra de su casa, admirando y recordando como corría por allí cuando era un niño, cuando una de las hermanas de su mamá que aún vivía en el pueblo se asomó por una pequeña ventana de una humilde casa y comenzó a gritarle fuerte “Lito!, Lito!”, algo que él realmente no podía creer e hizo que se emocionara mucho, no entendía si realmente era verdad que estaba escuchando que lo llamaban por lo que comenzó rápidamente a buscar con la mirada por todos los alrededores hasta que la vio, y fue a saludarla para reencontrarse. Era una mujer algo parecida a su madre María, al menos en sus rasgos faciales. Que se acordaran de su cara al haberse ido del país con tan solo nueve años, fue una situación algo sorprendente pero que realmente lo hizo muy feliz ya que simplemente esa pequeña palabra de cuatro letras le trajo miles de recuerdos de su infancia. Terminó reuniéndose con tíos y primos que nunca creyó que volvería a ver.

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Para el año 1996 les seguía yendo muy bien con los negocios de calzado. Es por eso que después de haber abierto el primero habían decidido abrir uno más, pero esta vez lejos de la ciudad, nada más y nada menos que en San Bernardo, en la Costa Argentina. Local que Julio había puesto especialmente para Eva en noviembre de ese mismo año, en una famosa galería del centro de la ciudad. Se quedaron atendiendo ahí desde noviembre hasta abril del próximo año, Eva junto a Julieta quien justo para ese momento se encontraba separada de su primer novio. Durante las temporadas instalados en San Bernardo para atender los locales, siempre iban a un tríplex que solían tener en frente de la playa y disfrutaban mucho, era un ambiente con no tantas habitaciones pero si muchas camas marineras y colchones para los primos y tíos que quisieran hospedarse también. Pasaban festividades como la navidad y el año nuevo reunidos entre parientes y amigos. Fue un gran punto de reunión familiar durante algunas épocas de verano. El comercio se pasó llamar “Abril“ para el año 1999, como la bebé recién nacida de Carolina. Duró tres años más y todo iba bien hasta que hasta que la galería cerró y con ella la tienda. A finales del año 2008 Julio y Eva se separaron y se divorciaron, no obstante de que a los divorcios se los ve como algo malo o trágico, lo de ellos sucedió en buenos términos y fue una decisión mutua por lo que hoy en día, después de diez años, se llevan muy bien y mantienen una buena relación. Comparten almuerzos, cenas y cumpleaños familiares sin ningún problema. Se siguen queriendo y respetando mucho a pesar de que ya no son un matrimonio, como lo fueron durante muchos largos años, desde que eran jóvenes. Julio se fue a vivir solo a un departamento en Capital Federal y le dejó la casa de Ramos Mejía a Eva y a sus hijos, aunque de vez en cuando iba a visitarlos a aquel lugar que solía ser su hogar. A los chicos esto no les afectó realmente ya que para ese momento eran bastante grandes y pudieron aceptarlo fácilmente.

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Conclusión A la hora de realizar este trabajo no me crucé con muchos impedimentos, mis abuelos al ser bastante jóvenes pudieron ayudarme y les pude hacer varias entrevistas para que me puedan relatar los hechos. Logramos hablar abiertamente, y si me surgía alguna duda simplemente les preguntaba y me lo respondían o trataban de acordarse lo mayor posible. También el resto de mi familia, como mis tíos me dieron gran cantidad de detalles y datos para completar el desarrollo. Ellos parecían tener la historia mucho más fresca en sus mentes, en especial mi tío Gastón, a quién le gustó mucho poder tener horas de conversación conmigo sobre este tema. Conseguí pasar más tiempo con mi abuelo Julio, algo que aprecié mucho, y teníamos otras cosas de las que hablar, no solo algo que se charle siempre. A veces sentí que en un punto llegaba a ser incómodo preguntarles tanto y que me respondan, pero nunca dejaron de hacerlo. Parecía molesto pero creo que de verdad les gustaba o emocionaba contarme acerca de su pasado, su infancia y cómo fueron creciendo con el pasar de los años. Mi abuelo, a pesar de ser español, en el fondo se que quiere mucho a la Argentina, y ya hasta casi ni se le nota su acento gallego tan característico. Al escribir este trabajo pude entender lo que él y su familia tuvieron que pasar al emigrar y ser extranjeros, al dejarlo todo en su país natal, a jugárselas para tener una mejor vida, empezando desde cero. Personalmente creo que es algo muy difícil de llevar psíquica y sentimentalmente, al tener al resto de tu familia en otro continente y al no haber tecnología no poder siquiera mantener una comunicación. Por otro lado escribir este relato me ayudó a comprender mucho mejor la historia no solo de mi abuelo sino de mi familia en general, de una forma más ordenada, no solo a partir de comentarios o charlas y creo que a ellos también los va a ayudar a entender mejor los sucesos familiares cuando tengan la posibilidad de poder leer el trabajo completo. Me gustó mucho escribir sobre él porque lo quiero mucho y se que esto me va a quedar para siempre.

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Bibliografía •

-----. (1976). Atlas histórico cronología. Diccionario enciclopédico Vox Lexis 22. Barcelona: Círculo de Lectores.

-----. (1995). Océano conciso. Diccionario de Sinónimos y Antónimos. Buenos Aires: Grupo Océano.

-----. (1995). Océano práctico. Diccionario de la lengua española. Mexico: Océano de Mexico.

Andrujar, A. Morichetti, M. S. Pita, V. C. Scirica, E y M. Vissani, V. (2013). Historia Argentina en el contexto latinoamericano y mundial. (1850 hasta nuestros días). Buenos Aires: Santillán Saberes Clave.

Blanco, A; R. González Clavero, M. (2016). Historia de España 2º Bachillerato. Madrid: Editex, S. A.

Eggers-Brass, T. (2004). Historia argentina contemporánea (1810 - 2002). Buenos Aires: Maipue.

Fuentes de Investigación: (páginas webs) •

Tema Legislación sobre trabajo infantil en Argentina. Disponible en: https://www.ilo.org/buenosaires/temas/trabajo-infantil/ facet/WCMS_221784/lang--es/index.htm

Tema Siambretta. Disponible en: https://www.rionegro.com.ar/sociedad/la-motonetaargentina-se-llama-siambretta-JARN_8038541

Tema Salvatore Adamo. Disponible en: https://www.last.fm/es/music/Salvatore+Adamo/+wiki

Documentación •

Castro, J. (1947). DNI Español.

Comunicaciones personales

Castro, G, (tío). Noviembre 2018.

Castro, J, (tía). Noviembre 2018.

Castro, J, (abuelo). Octubre 2018.

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Rodríguez, S, (amiga de nacionalidad española). Octubre 2018.

Rojas, E, (abuela). Octubre 2018.

Villalba, M, (amiga de nacionalidad española). Octubre 2018.

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